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13 junio 2022 1 13 /06 /junio /2022 19:47

Amelia Calzadilla, una joven cubana, madre, esposa, hija y nieta, de ese pueblo trabajador, sufriente como pocos, que a fuerza de golpes cada vez es menos alegre aún cuando fue su característica más distintiva, no pudo más y se soltó.

Todo aquel que lea esta humilde opinión lo más probable es que haya escuchado como mínimo una vez la declaración en modo de descarga eléctrica, de grito de angustia, de hastío, de “ostine” de la lingüista Calzadilla.

Amelia hizo un segundo video el día de ayer para disipar todas las calumnias que se vertieron sobre ella, y aclarar quien es, qué estudió, en que trabajó, la historia del padre que empezó siendo funcionario de la “Involución” con catorce años, las veces que recuerda que fue a formalizar sus reclamos por vías oficiales, que desembocan en un compartimento estanco.

Pero sobre todo Amelia, y acaso por esta razón cobra mucho más valor, nos deja claro que ella no es una persona peleadora, un alma guerrera, sino únicamente una madre. Y en este sentido nos comunica que, al día siguiente de salir en la red social Facebook su airada y valiente proclama, publicaron en Cubadebate un lamentable artículo acusándola, como siempre han hecho con quien critica algo, pero ya de manera ridícula, de agente del imperialismo, de incendiaria instrumentalizada desde Miami que buscaba una rebelión callejera, y en este sentido quienes vivimos afuera no debemos tomarnos esto a risa, porque esa línea de acusación es al que precede a las prisiones preventivas y posteriores condenas a décadas de prisión.  El penoso artículo está firmado por un tal Ernesto Estévez Rams. Amelia denuncia también la manipulación mediática sobre sus palabras y su vida, de un elemento cuyo seudónimo es Guerrero cubano, esos dos sí, orgullosos mercenarios, no al servicio de la CIA sino de la maquinaria propagandística y represora del estado cubano.

En este último video, aparte de ratificar su no va más, Amelia nos advierte de que ipso facto llegó a su casa una visita de unos militantes del núcleo del Partido de su zona, a quienes ella atendió cordialmente, preguntándole si había sufrido represalias. Acto seguido le llegó una citación para el día 14 de junio a las 11 am de una oficina del gobierno de El Cerro, dizque para tratar el tema del gas, que dio pie al famoso video. Por supuesto, ella como todos sospechamos que no tiene nada que ver con el gas, lo más probable es que intenten presionarla, infundirle miedo. O quien sabe, acaso, si les queda algo de inteligencia en el hipotálamo hasta le solucionen el problema del gas para acallarla y mostrar una cara condescendiente.

Pero ¿alguien puede imaginar que porque hagamos un vídeo en directo quejándonos de que no hay pollo, de que se gana en dinero distinto del que compra los víveres, que ni siquiera así se encuentran, que los niños no tienen leche, que en los cuatro costados y en todos los puntos cardinales lo único que encuentra son problemas sin ninguna posibilidad de solución, lo visite una delegación del Partido único, dominante en el país?

Cualquiera en una sociedad normal estaría aterrado, imaginemos allá conociendo las condenas que se aplicaron a quienes salieron el a protestar el célebre 11-J.llama la atención desde Cuba siendo un país donde la testosterona, en apariencia, juega un rol tan importante e imperante, la cantidad de mujeres valientes, arrojadas, incluso temerarias que está pariendo esta era, desde Laura Pollán, todas las Damas de Blanco, Yoani, Ileana, Lynn, Payá, un extenso etcétera, y ahora la respetada Amelia.

Como ella dice, no quiere ser una heroína, mucho menos una mártir, ni representar a nadie más que a ella misma, o en todo caso a la enorme mayoría de las madres cubanas, pero siento decirte Amelia, lo quieras o no, ya eres un referente de valor y dignidad.

Amelia

Amelia

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Published by martinguevara - en Cuba Opinión Cuba flash. Opinion crítica.
10 junio 2022 5 10 /06 /junio /2022 21:51

El cubano, como el español, puede soportar lo que sea, el tiempo que sea. Pero también puede explotar.

Guarapo fue un pistolero en su juventud, un alborotador malcriado, pero echado para adelante, con una vanidad inconmensurable que lo llevaba a cotas de ambición pocas veces vistas reunidas en una sola persona. Luego mató a varias personas por mano propia y a otras dando la orden, pero mezcló esa aspereza extrema con una aparente sensibilidad social recogida de su aprendizaje con los Jesuitas, y que tanto le sirvió para forjar la imagen de un ser entregado a la causa popular simulando bien, sólo en un inicio, que todo su esfuerzo iba dirigido a su propio provecho, característica enriquecida por su propia mirada utópica de lo que sería el futuro de Cuba bajo su mando, pero sine Echeverría, Guiteras, Frank País, y una vez arribado al poder, ni siquiera con compañía, nada de un Camilo con mayor atractivo popular, que lo mismo se singaba una criada que a un barbero, amado por todos, ni a un Che que empezaba a ser respetado por los obreros y campesinos que lo veían cada domingo agachando le lomo a su lado sin aceptar privilegios, ni a un Ochoa querido por la tropa ni a unos gemelos de La Guardia que le dieron su juventud. Ni el desarrollo ni el desempeño de ninguno de estos era bien visto por su mirada obsesiva sobre el poder. Sin embargo aún así, cuando se trataba del pueblo, de la gente más humilde siempre que le fuesen leales hasta la muerte, él experimentaba cierta obligación, un deber, que si bien no le privaría jamás de la siesta ni de sus costosos vinos de la Ribera del Duero, tampoco perdía esa pista. Compartía esa semi sensibilidad con la certeza de que olvidar el principal objeto de la "Involución", acarrearía inevitablemente el deterioro de la misma y la merma del derroche de amor y temor a su figura.

Diaz Canel es otra cosa. Todos tuvimos un Díaz Canel al lado nuestro en el aula, levantando la mano para denunciar a un compañerito que se fijaba en las pruebas, ganando puntos, que luego uniría a otros denunciar a un joven por escuchar rock, dibujar mujeres en cuero, añorar pitusas Levi's, tenis Adidas y goma de mascar Chiclet's para que le manchasen el expediente escolar acumulativo, con la inscripción "diversionismo ideológico".

Díaz Canel sabía levantar la mano en las reuniones del CDR antes que cualquier otro para ofrecerse a leer los lineamientos que en una extensa muela bajo un sol inclemente había bajado el domingo anterior el Comandante de todos los chicharrones. También levantaba la maneo para cortar a machete la mala hierba del edificio, levantó la mano antes que nadie para optar a ser analizado en vistas de entrar a la UJC, y ahí ya poder echar para adelante a todo el mundo en las Asambleas de Moral comunistas semestrales en el preuniversitario, sin necesidad de levantar la mano para defenderse de la galleta del denunciado, pero sí, como desde niñor para denunciar.

Sabía que la jamonada en el refrigerador de su casa, que le diesen unos días en Varadero, una casa mejor, el Lada con cristales oscurecidos y aire acondicionado, las titis de baji chupa revolucionario, el ascenso en esa colina tan empinada solo dependía de la ligereza que tuviese en el uso de su afilada lengua, larga y vivaz. Sabía que para trepar debía sonreír a los de arriba, callar todo lo que no querían escuchar, traicionar a todos los de su costado y aplastar a todos los de abajo.

Un burócrata que nunca mató con un revolver pero manda a dar cabillazos a los que no aguantan más el "ostine" y salen a protestar, que manda encarcelas por décadas a hastiados ciudadanos con ganas de protestar y de cambio, pero nunca dirigió un grupo de asaltantes, ni un pelotón, pero tampoco jamás tuvo la minima aspiración en el amor de masas, ni se jugó una sola uña por una utopía ni siquiera por sus ambiciones personales, no ascendió arrebatando el sillón sino lamiendo botas.

Nadie de alrededor siente admiración por él, en el fondo nadie lo respeta, solo temen su poder actual, pero ni siquiera le temen a él. Detrás suyo todavía quedan grandes dinosaurios históricos, y también sus vástagos dueños de empresas que dejan jugosos dividendos al contar con un desierto de competidores, unos dentro, otros fuera de la isla apropiándose de todo lo que le falta al pueblo, que tienen la manija de la puerta, aunque la llave, desde que se fue Guarapo, nadie sabe donde está.

Aunque el cubano, como el español, tengan una enorme capacidad de aguante, si la misma fuerza va por el cauce no previsto,  podría desviarse a un conducto que desemboque en un campartimento estanco, viciado, agobiante, la gente podía tragarse a un dictador megalómano y mesiánico que construyó el disparate desde los cimientos, pero aguantarle el hambre, la carencia, la represión e inflación, a un burócrata que trepó al tejado oliendo traseros, de un momento a otro puede explotar despepingando todo.

Lo malo y lo no tanto.

Principio del formulario

Final del formulario

Amelia Calzadilla- Heroína cubana

Amelia Calzadilla- Heroína cubana

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23 mayo 2022 1 23 /05 /mayo /2022 12:58

La frase tan conocida para establecer una línea divisoria entre el periodismo audaz y los aduladores obsecuentes, que se le atribuye a Orwell “noticia es aquello que alguien no quiere que se publique. El resto son relaciones públicas”.   no consta que sea suya, sin embargo esta sí: “La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”. Aunque la frase que más aprecio en este sentido la escribió L.E.Edwardson, periodista del Chicago Herald:

 “Cualquier cosa que un patrón quiera ver publicada es publicidad; cualquier cosa que no quiera ver en el periódico es noticia”

Viviendo en España y viendo lo cortesanos y serviles que son la justicia, el periodismo y la sociedad en general con el ex rey, aún después de saberse que ha cometido delitos que en cualquier país anglosajón lo llevarían ante una corte, me doy cuenta de donde proviene esa obsecuencia hiperbólica que recordamos del periodismo y la sociedad cubana con Guarapo, el monarca isleño.

Recuerdo que una vez el famoso obsecuente Randy, de la Mesa Redonda, en una rueda de prensa, permaneció de pie con una sonrisa congelada que le encendía de dolor cada músculo y tendón de la cara, tras hacer una pregunta al dios devorador de la barba babeada, que este respondía con interminables tartamudeos y disparates. Mientras Guarapo desentrañaba la madeja de dislates a los que su empastillamiento lo sometía, nadie se atrevía a dar descanso a la comisura de los labios en aquella sonrisa emblemática de la guataconería institucional.

Lo mismo, exactamente igual, ocurre con el ex rey español que se ha limpiado el orto, la poronga y los mocos con la confianza ciega y muy poco audaz de los españoles. Desde antes de conocerse todas las tropelías y delitos inimputables, a merced de una ley de impunidad que dejaba clara la obsecuencia extrema nacional a la figura del Midas Borbón, ya era frecuente que en cada recepción, los invitados nacionales se mostrasen con los hombros caídos, las manos sujetas delante, pasitos de mongólicos y sonrisa de heroinómanos, todos reían con cada imbecilidad que decía el nada ingenioso rey de entonces, recuerdo que incluso una vez, él debió aclarar, que lo que había dicho no era un chiste, instante a partir del cual, la incomodidad imperante no impidió la desvergüenza de cambiar de súbito el semblante, de risotada a rictus sepulcral.

Hoy, habiendo sido una persona que sin oficio ni beneficio era mantenida hasta en sus más suntuosos caprichos con el sudor de los verdaderos virtuosos, tras evadir impuestos sobre unas cantidades indecorosas de dinero obtenidas de modos nada ejemplares, lejos de interpelarlo, interrogarle al respecto, ni tan siquiera hacerle una observación; el periodismo español en masa, dejando claro que por un premio Pulitzer no está pujando, lo aborda para preguntarle:

-Su Majestad ¿cómo desayunó hoy, durmió bien, lo pasó bien con sus nietitos? ¡Ay que majo es!

Valle Inclán decía: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". Creo que no todo el país es así, pero seguro que sí el periodismo, la gran empresa y la justicia de la península y de sus adorables vástagos americanos.

Los Randys ibéricos o la Herencia hispana en el Caribe

 

Periodismo temerario

Periodismo temerario

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2 mayo 2022 1 02 /05 /mayo /2022 21:00

Bruno era cubano, hijo de un médico italiano nacido en la zona del Abruzzo, en Montesilvano, la zona de playa vecina de Pescara y de una periodista cubana que nunca había querido irse de la isla, más que el estricto mes que cada cuatro o cinco años empleaban en visitar a la familia del padre de Bruno, que insistía al borde de los ruegos que se decidiesen en ir a experimentar como sería trabajar y vivir un año en la península

-No tiene que ser en Pescara, puede ser en Roma, estamos relativamente cerca o donde les guste más, aquí también tenemos un mar maravilloso-

La madre de Bruno hacía que la mesa la presidiese un silencio tan intenso, que el padre entendía que su única opción era romperlo cambiando rotundamente de tema, usando un tono de voz que sugiriese de manera expeditiva a los abuelos de Bruno que no retomasen el tema en lo que quedaba de vacaciones.

Sin embargo, Bruno sí que una vez cuando tuvo la oportunidad se fue a vivir a Italia, donde vagó de un lado a otro, primero echando de menos la manera única de emplear el tiempo en Cuba, imposible de reproducir en el resto del mundo, donde generalmente la catalogan de “pérdida” ¿pérdida de qué? ¿de la oportunidad de alienarse en la cadena o la oficina de un trabajo odioso? ¿cómo se puede llamar pérdida al ejercicio de la comunicación en todas las dimensiones posibles? Bruno sabía que al final de la cadena alguien pagaba todo ese perfeccionamiento del alma y los ademanes en la esquina, ¿y qué, no se pagan guerras, no se paga para que exista la miseria, para que existan las ganas de gritar, no se paga para infligir dolor? pinga y muela. Pensaba Bruno. Yo soy bueno en ambas, pero sólo en Cuba, aquí no ríen esa gracia, así que también puedo probar a trabajar, pinga y pincha. Y entonces se fue a Francia.

A los amigos les hablaba de Francia en las cartas como si fuese en París donde vivía, pero no, vivía en Lyon, que estaba bien, que era linda y tenía buenos vinos, de la Costa de Rhone, museos interesantes, historia, frío en invierno y flores en verano, pero para proyectar vivir la vida, hasta por ahí nomás. Cada vez que podía se pegaba un salto a Sicilia, a Reggio Calabria donde tenía amigos, o a Bari y Brindisi, uno de los trayectos más bellos y ricos de comer. Él decía que Sicilia era una isla como Cuba y que en cierta forma todos los isleños de islas grandes tienen una melancolía similar, a la Puglia por la comida y el mar, el Adriático a mitad del país donde vivían sus padres era lindo, pero aún fresco y la arena era gruesa, pero hacia el sur se convertía en un recuerdo proyecto de una Cuba europea. Decía que el norte de Italia le parecía muy lindo pero ya Lyon era demasiado norte, además no tenía mar, y él quería ver el mar.

Bruno no estaba casado pero tampoco era soltero, vivía con su pareja, Yesica, una mulatica de Santiago de Cuba emigrada a La Habana a pesar de la prohibición, Cuando decidieron vivir como un matrimonio, más que amor se habían jurado divertirse juntos a pesar de lo que fuese, nada los importunaba, si había pescado o pollo estaban de suerte, si había solo arroz, malanga o papas comían eso sin drama, si tenían ron bueno lo tomaban con hielo, si tenían ron Bocoy o Legendario lo tomaban a palo seco, un dedo de ron en el vaso, no más para que el aire cambiase el olor por el sabor, si había gualfarina o alcoholifán tomaban menos cantidad, ligada con algo de café para ocultar el regusto, pero la tomaban igual y salían a la calle a encontrarse con amigos. Vivieron dos años verdaderamente felices, al estilo ochentero, sin las preocupaciones que los cubanos de entes y de después tuvieron junto al resto del mundo. Yesica no compartía el deseo de Bruno de emigrar un par de años a Europa, para ella haber emigrado de Oriente a La Habana colmó cualquier inquietud por moverse, por probarse en el rodeo del destierro. Ella tenía uno de los nombres comenzados con Y que con el tiempo se convirtieron en míticos, pero no pertenecía a esa saga de cubanos, su Y responde a la pronunciación de la J en el modo original de su nombre Jessica, en la época que ella nació los nombres de moda eran los rusos, como Irina, Natacha, Natalia, e Igor, Iván, Vladimir en los hombres. Pero los amigos de la pareja les solían decir que Yesica era una precursora de las Yumisleidis y los Yosbanis, mérito que no le cabía a las Yolandas, y mucho menos las Yordankas.

Italo cubano
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12 abril 2022 2 12 /04 /abril /2022 12:18

Mientras todos los medios y la opinión pública están ocupados o abducidos por la catarata de desinformación sobre la invasión a Ucrania, y mientras Estados Unidos se hace carantoñas y besitos con el régimen de Maduro, que este acepta gustoso, Cuba continúa ascendiendo escalones en la represión al descontento popular.

El 26 de Julio de 1953, Fidel Guarapo Castro, comandó un nutrido grupo del Partido Ortodoxo, con el fin de atacar al segundo cuartel de tamaño e importancia de Cuba, tras un recio combate, seis atacantes mueren en la batalla, muchos fueron asesinados tras ser apresados y presentados como caídos en combate, treinta fueron condenados, entre ellos Fidel a 15 años de prisión y su hermano Raúl a 13, de los que cumplieron solo un año y medio en la cárcel modelo de Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud.

Un año y medio tras asaltar el segundo cuartel militar en importancia del país y matar soldados del ejército nacional. Por una causa justa, puede que sí, la Historia tras el necesario paso del tiempo lo dirá, pero fue un asalto con bajas, condenado a 15 años y con castigo efectivo de solo un año y medio.

En tanto el mundo está en otra línea, la "Lustitia" del gobierno isleño, encarcela a 127 personas con condenas  entre 6 y 30 años de prisión, donde convivirán con asesinos, violadores, ladrones violentos. Muerte en vida, solo por salir a protestar una vez en sesenta años, sí, por una vez en 60 años, a manifestar un enorme infección de descontento acumulada en el interior al no poder volcarla por ninguna vía de lastre, expresión callejera en la cual algunos se excedieron, como cada día en todas las sociedades del mundo donde tienen permiso para manifestarse, donde cuentan con diferentes partidos políticos, publicaciones, libertad de opinión, y cuando rompen algo son reprimidos por la policía en el momento del vandalismo, detenidos y liberados antes de 24 horas, con una citación a juicio, que en general se queda en una dura multa, o en una condena de prisión de seis meses a dos años, que si no tienen antecedentes, no la cumplen oficiando como una seria advertencia.

Lo más terrible, no es que un gobierno de partido, periódico, televisión, radio, y discurso únicos y vitalicios, en el cual todo aquel que no esté contento está invitado a irse afuera o adentro (entre rejas) haya ascendido tantos escalones en la aplicación de condenas ejemplares intimidatorias, sino que el mundo "libre",  no se exprese en consecuencia, los medios, bien por Ucrania, o por el acercamiento de EEUU a Venezuela, estén más callados que las momias, los partidos políticos que en las sociedades occidentales reclaman más democracia participativa que solo votar cada dos años, sin embargo traguen con este semejante atropello a los más básicos derechos civiles, incluso derechos humanos, en una sociedad donde ni siquiera cada seis décadas se puede votar.

Una vez arribado un nivel de conciencia universal ciudadana y de Derechos Humanos que creíamos solidificada en las sociedades cultas y civilizadas, tenemos que el gobierno de Díaz Canel, heredero "puesto a dedo" del de Raúl Castro, a su vez puesto por Fidel Castro, como toda muestra de modernización, adaptación a las reglas y la sensibilidad global, continúa prohibiendo la diversidad de partidos políticos más allá del PCC, proscribiendo toda línea de pensamiento distinta del poder, o variadas opciones de manejo de la economía y la vida social en Cuba, continúa prohibiendo cualquier línea de prensa y editorial que no sea la oficial, y cuando por una vez, un pequeño pero significativo grupo de artistas opositores, se opone a aceptar los lineamientos y directrices obligadas de pensamiento y opinión, son reprimidos con cárcel, sin haber cometido delito alguno, quedando sujetos a penas pedidas por la fiscalía de 10 y 7 años de privación de libertad, a cumplir como presos comunes, en compañía de violadores y asesinos. Tales son los casos de Maykel Castillo "Osorbo" con quien no comparto su posición trumpista, pero por la misma razón defiendo a capa y espada su derecho a expresarla, y de Luis Manuel Otero Alcántara con quien siento mayor afinidad ideológica. Esto sucede a renglón seguido de las condenas absolutamente desmedidas y criminales, que van desde los 15 a los 30 años de prisión, a manifestantes del descontento popular, ciertamente excedidos en sus reclamos que dañaron el mobiliario público, cosa que se saldaría con penas de seis meses a dos años de prisión en el peor de los casos y en la mayoría, con trabajos comunitarios, no sin escuchar y atender sus reclamos. Estas condenas y peticiones de cárcel brutales, no son por asaltar un cuartel militar con armas de fuego causando bajas, son por manifestar en una protesta el hastío de no poder protestar. Que ya ni siquiera son aquellos blancos burgueses del inicio del proceso involucionario, que veían con mala cara la redistribución de la riqueza y la igualdad con los menos favorecidos, ahora quienes van entre rejas son, precisamente los menos favorecidos, las razas y las clases sociales que otrora fuesen el “mercado meta “ de la revolución. Un año y medio por asaltar un cuartel y matar soldados, en contraste con décadas de prisión por manifestar un descontento.

Por lo pronto deberíamos ser capaces de pensar que estos 127 chivos expiatorios, son personas con una vida y con familias, que salieron a manifestarse por la razón que les viniese en gana, muchos de ellos menores de dieciocho años en el momento de ser apresados a la espera de juicio en las cárceles, y ahora son condenados en su mayoría, a pasar más de una década de reclusión en el peor ambiente de violencia y corrupción humana, habiendo sido defendidos por abogados estatales que cuando no declinan su juramento hipocrático, cumplen el rol de fiscales. Acaso mi inflexibilidad en todas estas injusticias flagrantes, provenga de la lectura de la carta de mi tío a sus hijos al abandonar Cuba previendo que nunca volvería a verlos:" sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, esa es la cualidad más linda de un revolucionario" no especificó "excepto en Cuba" como algunos se lo tomaron. En mi vida cambié lo de revolucionario por ser humano.

Sesenta años de cortinas de humo

Calabozo Cuba
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8 abril 2022 5 08 /04 /abril /2022 11:37

El 26 de Julio de 1953, Fidel Guarapo Castro, comandó un nutrido grupo del Partido Ortodoxo, con el fin de atacar al segundo cuartel de tamaño e importancia de Cuba, tras un recio combate, seis atacantes mueren en la batalla, muchos fueron asesinados tras ser apresados y presentados como caídos en combate, treinta fueron condenados, entre ellos Fidel a 15 años de prisión y su hermano Raúl a 13, de los que cumplieron solo un año y medio en la cárcel modelo de Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud.

Un año y medio tras asaltar el segundo cuartel militar en importancia del país y matar soldados del ejército nacional. Por una causa justa, puede que sí, la Historia tras el necesario paso del tiempo lo dirá, pero fue un asalto con bajas, condenado a 15 años y con castigo efectivo de solo un año y medio.

A lo largo de los sesenta años de gobierno revolucionario cubano, han sido numerosos los fusilamientos y encarcelamientos por manifestar diferentes grados de oposición al gobierno. Al igual que a lo largo de estos últimos sesenta años se han cometido todo tipo de tropelías y crímenes, guerras, torturas y desapariciones en todas partes del mundo, incluso en los países más desarrollados como Suecia mataron a Olof Palme, ni hablar de Francia y los argelinos, España y el franquismo, Italia a las Brigadas Rojas o sus diversas mafias, la URSS y el área socialista con sus crímenes o por supuesto Estados Unidos y sus asesinatos a activistas negros, indígenas, progresistas, promoción y financiamiento de golpes de estado o bombardeos alrededor del mundo.

Eso es indiscutible. Pero más en nuestros días, una vez arribado un nivel de conciencia universal ciudadana y de Derechos Humanos que creíamos solidificada en las sociedades cultas y civilizadas, tenemos que el gobierno de Díaz Canel, heredero "puesto a dedo" del de Raúl Castro, a su vez puesto por Fidel Castro, como toda muestra de modernización, adaptación a las reglas y la sensibilidad global, continúa prohibiendo la diversidad de partidos políticos más allá del PCC, proscribiendo toda línea de pensamiento distinta del poder, o variadas opciones de manejo de la economía y la vida social en Cuba, continúa prohibiendo cualquier línea de prensa y editorial que no sea la oficial, y cuando por una vez, un pequeño pero significativo grupo de artistas opositores, se opone a aceptar los lineamientos y directrices obligadas de pensamiento y opinión, son reprimidos con cárcel, sin haber cometido delito alguno, quedando sujetos a penas pedidas por la fiscalía de 10 y 7 años de privación de libertad, a cumplir como presos comunes, en compañía de violadores y asesinos. Tales son los casos de Maykel Castillo "Osorbo" con quien no comparto su posición trumpista, pero por la misma razón defiendo a capa y espada su derecho a expresarla, y de Luis Manuel Otero Alcántara con quien siento mayor afinidad ideológica. Esto sucede a renglón seguido de las condenas absolutamente desmedidas y criminales, que van desde los 15 a los 30 años de prisión, a manifestantes del descontento popular, ciertamente excedidos en sus reclamos que dañaron el mobiliario público, cosa que se saldaría con penas de seis meses a dos años de prisión en el peor de los casos y en la mayoría, con trabajos comunitarios, no sin escuchar y atender sus reclamos. Estas condenas y peticiones de cárcel brutales, no son por asaltar un cuartel militar con armas de fuego causando bajas, son por manifestar en una protesta el hastío de no poder protestar. Que ya ni siquiera son aquellos blancos burgueses del inicio del proceso involucionario, que veían con mala cara la redistribución de la riqueza y la igualdad con los menos favorecidos, ahora quienes van entre rejas son, precisamente los menos favorecidos, las razas y las clases sociales que otrora fuesen el “mercado meta “ de la revolución. Un año y medio por asaltar un cuartel y matar soldados, en contraste con décadas de prisión por manifestar un descontento.

Una tarde de marejada en medio del ocráno, Noé tuvo que tomar una dolorosa determinación en su arca, para lo cual reunió a todos los animales, y les planteó que un ejemplar debería abandonar la nave y confiarse a la mar, determinó que sería el que tenía la boca más grande. El sapo, encogiendo la boca, dijo:

-Mariconá* con el cocodrilo

* En la jerga popular cubana, la expresión "hacer una mariconá"  significa damnificar, causar perjuicio.

Al agua el cocodrilo
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2 abril 2022 6 02 /04 /abril /2022 20:15

"Vamos a poner la carpa aquí" escuché que dijo la tropa y recordé que estaba prohibido acampar en toda Jibacoa. Teníamos dos carpas rústicas pero bastante grandes. Las armamos en un santiamén, mientras los demás descansaban, Evelio y yo nos fuimos a inspeccionar por ahí si se podía entrar a una casa a cocinar unos espaguetis con latas de salsa de tomate Vita Nuova, que traíamos como víveres. Encontramos una casita entre unos árboles, con una caseta afuera que tenía una puerta enrejada, justo en frente de la puerta de entrada a la casa, que parecía no estar habitada y tampoco abandonada. Evelio vio un respiradero por encima del marco de la puerta, trepó, se coló por ahí y una vez dentro me abrió. Entramos y vimos una cocina, había un refrigerador enchufado y dentro había leche y huevos. Echamos una mirada al resto de la casa, habitaciones vacías, unas sillas y mesa en el comedor y poco más, excepto en un placar que había una caja con municiones.

Abrí el paquete de fideos, llené una cacerola de agua, esperé que hirviese, eché la pasta, calenté un sartén, la regué de un aceite que había, saqué los huevos de la nevera y empecé a hacer un revoltillo de huevos, mientras removía también la pasta, yo estaba vestido con un blue jean ajustado que se había despedido del agua y el jabón hacía mucho tiempo, camiseta, zapatillas, un sombrero de yarey y un machete colgado a la cintura en una funda de cuero. De repente sentí un fuerte ruido en la puerta de entrada y tres policías entraron a la cocina con sus pistolas en mano apuntándome:

- Suelta todo y levanta las manos- me ordenó uno en voz alta y nerviosa.

Con los ojos como platos, aturdido por la sorpresa no atiné siquiera a escuchar lo que me dijo y seguí revolviendo con un tenedor los espaguetis y con una espumadera el omelette.

-Coño, ¡que sueltes todo ya mismo!- me repitió ya encabronado el policía dándome un manotazo en el pecho y quitándome el machete de la cintura. Mientras decía "¿Tú sabes lo que es preso, pero bien preso? pues así vas a ir"

Cuando me recuperé de la sorpresa, empecé a explicar que pensé que era una casa de fin de semana y que acampamos ahí cerca, acabábamos de llegar y traíamos mucha hambre y me habían destinado a cocinar los espaguetis. Dije que abrí el picaporte y la puerta estaba abierta. Dije que éramos extranjeros y que yo eraw atendido por el Consejo de Estado, que jamás habría entrado de saber que era una estación de policía.

-¿Y los huevos? ¡Que clase de descarado ¿ tú sabes lo que es ir preso? así vas a ir como no sea verdad todo eso.

El tipo que parecía ser el jefe, decía :

-Encima están acampando con casa de campaña y todo? eso está prohibido ¿tú sabes lo que es preso?...y seguía

Me puso unas esposas y me llevaron a donde yo les decía que estaban las carpas, para enseñarles el carnet de identidad, al salir me dijo que la caseta era el calabozo donde me quedaría a residir por un tiempo, Evelio convenientemente se había metido en una carpa y les había dicho a la Negra y a Germán que no dijesen nada que había uno más adentro, ya que él era cubano, y no zafaría fácil. Había dos chicas más cubanas pero el machismo por entonces, en estos trances, en lo inmediato beneficiaba a las mujeres.

Saqué mi carnet marrón de residente temporal, junto a los otros extranjeros, al ver que era Guevara y argentino, me preguntó si era familia del Che, le dije que sí, entonces cambió diametralmente el tono, el policía mandón me llevó otra vez a la casita estación de policía de Jibacoa playa. Me quitó las esposas, y me dijo que estaba prohibido acampar en la playa pero que nos iban a dejar, que no volviésemos a entrar a ninguna casa sin permiso, y me permitió terminar de hacer los espaguetis y sorprendentemente también los huevos. Me devolvió el machete, le ordenó a uno de los policías que me ayudase a llevar la cacerola con el almuerzo, y a cada rato aquel policía gordito, con la camisa por fuera y la gorra de lado, regresaba a las carpas a ver si necesitábamos algo, en uno de los viajes me dijo que lo acompañase a traer bidones de agua y en el camino me dijo:

-Quiero que sepas que todos nosotros los cubanos estamos con ustedes en lo de las Perpinas,

-¿El qué? le pregunté yo.

-En lo de las islas Perpinas, aquí estamos para lo que sea.

Era abril de 1982. El buen hombre al que le había quitado los huevos, le había usado el aceite, la sartén y me le había colado a su estación de policía, no dejaba de pasar a preguntar si necesitábamos algo, y por las dudas, no fuese a ser que yo viese seguido a mi "tío" Guarapo, quien manifestó su apoyo a Galtieri, a dejar meridianamente clara su oferta, si se terciaba, de luchar contra los ingleses en las islas Perpinas.

 

Playa de Jibacoa

Playa de Jibacoa

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17 marzo 2022 4 17 /03 /marzo /2022 13:33

La "justicia" cubana condenó a 127 manifestantes del ya célebre 11-J, a penas de entre 4 y 30 años de prisión.

En pleno 2022 esto no puede ser tolerado, pasado por el tamiz de la normalidad por las sociedades abocadas a profundizar cada vez más sus mecanismos democráticos, sin embargo a merced de mantener un sitio en el mundo donde permanezcan intactas las utopías de los años revueltos, donde fijar con pisapapeles la eterna la juventud, mirar hacia otro lado con este atropello a los derechos humanos intolerable bajo todo punto de vista.

Lo peor es que quienes defienden ese régimen, a menudo protestan porque en sus países, solo pueden votar cada dos años, y quisieran tener participación constante en las decisiones del poder, impugnan la mínima injerencia de las autoridades en el derecho de cada ciudadano a protestar donde y cuando sea necesario, oportuno, o deseado.

Nostálgicos que hace ya hace años abandonaron sus impulsos igualitarios y hoy disfrutan de la sociedad de consumo, de opinión,  de libre publicación y asociación política e ideológica, sin embargo apoyan que un gobierno de partido único y monolítico, condene a prisión por décadas, a ciudadanos tengan o no razón, descontentos con las políticas aplicadas, que en pleno uso de sus elementales derechos humanos, salen a la calle a protestar por única vez en sesenta años, por el motivo que sea y reivindicando o aspirando a lo que les de su reverenda gana, represión y luego condenas justificadas en la exaltación de unos pocos inadaptados que causan daño a un automóvil y a determinado mobiliario urbano.

Más allá de la ideología, filosofía, sensibilidad política de cada cual, todo el mundo debería condenar este atropello criminal a las mínimas bases consensuadas entre las sociedades cívicas actuales. No es un bombardeo de un país europeo, que es lo único que interesa, pero es el encarcelamiento en prisiones paupérrimas de un régimen autoritario a más de cien personas por expresar su descontento en sus calles, en las calles que entre cráteres volcánicos van y vienen cada día famélicos pedaleando a y desde sus trabajos, pagados en una moneda que no puede comprar absolutamente nada de las góndolas que ofrecen productos a cambio de divisa del enemigo, las mismas calles que observan como las paredes de las construcciones que otrora las vestían y engalanaban, hoy lloran a cántaros su propia destrucción, la desatención y el descuidado siempre que no pertenezcan a un circuito turístico, o un barrio residencial de altos dirigentes.

No hablo de la protesta enérgica de los viejos enemigos de la revolución cubana, de las fuerzas de derecha y ultraderecha, hablo de la indignación que todo el mundo progresista, socialdemócrata, de conciencia humanitaria, incluso socialista debería manifestar ante esta barbaridad.

Ya ni siquiera se está exigiendo que permitan a todo cubano fundar partidos políticos con absoluta o relativa libertad, que sería lo único presentable, sino que al menos puedan salir a la calle a expresar, a gritar, a sacar la pus acumulada de tanta infección. Que puedan, siempre que no se incurra en delitos o actividades terroristas, contar con espacios donde emitir opinión, favorable, al margen o contraria al sistema, con absoluta libertad.

¡Basta de atropellos en Cuba contra quien no piensa como mandan los represores!

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Published by martinguevara - en Cuba Opinión Cuba flash. Opinion crítica.
6 marzo 2022 7 06 /03 /marzo /2022 06:05

Hay un debate abierto sobre un libro de la escritora portorriqueña Irene Vilar, que relata como practicó quince abortos.

En una seguidilla de quince abortos en la misma persona se puede apreciar una propensión tan personal como intrasferible a un comportamiento patológico, pero en la mayoría de los abortos, sí  que existen una multiplicidad de factores externos responsables compartidos con los de quien toma la decisión final.

Este tema me llevó a recordar la frecuencia y normalidad con que se realizaban abortos en Cuba, casi como una medida anticonceptiva.

 

En una reacción loable, la Involución cubana, al inicio combatió los prejuicios y atavismos católicos con prohibición y profilaxis. No más curas y monjas metiéndose en la vida, la cama y las alegrías de la gente. Plaga que dejó solo a los otrora bárbaros teutones, orientales, y americanos luteranos a cargo de los descubrimientos científicos y tecnológicos. Las consecuencias se abren paso con asombrosa independencia, y una de ellas fue que apareció una generación que no tenía ningún contén coercitivo frente al disfrute del sexo a cualquier edad, raza y posición social, llegando hasta a "cualquier estado civil", y ahí en las montañas de cuernos imposibles de camuflar, comenzaron a vivirse algunos inconvenientes socioculturales, en contra de los cuales no existe ley ni disposición filosófica o ideológica que los prevea, contenga, ni apacigüe.

Puñaladas en la tierna mañana ronera, del piar de los pajarillos y el canto del gallo. Lo mismo en un barrio popular que en uno fino de la burguesía que debió marchar dejando a los integrantes menos afortunados y por ende más socialistas.

-Tú eres un singao- y tawuata (¿o en aras de no niponizar el castizo coloquial debería ser “taguata”?), una gilda willsmithiana, un estrallón alamareño y gaznata va y gaznata viene.

Esto ocurría cuando se descubría la firme osamenta asomando por las sienes, pero también las pecadoras cobraban sonados tranqueos que nadie en el barrio se atrevía a juzgar.

-Coño, asere, la jeva se lo buscó, el tipo reaccionó como un hombre, un poco tarrú pero hombre al fin.

Así como cristianizar una tierra conquistada llevaba décadas de sangre y esclavismo, descristianizarla, siempre que fuese en virtud de la gozadera más auténtica, llevó un santiamén. Pero así como el pan, la carne o el propio mango, los dispositivos intra uterinos DIU, también "se perdían" con frecuencia, y los preservativos chinos, aquellos que parecían un neumático camionero rodeando el rabo, solían salir a la venta en packs de la suerte, como en una sesión de ruleta rusa, uno de cada paquete iba agujereado.

Los preservativos de caucho reforzado se rompían con la misma frecuencia y facilidad que pincharía la rueda de un camión hecha de preservativos, no sé a cuantos chinos se llevaron al calabozo de los mil años o a la gota fría por estos descuidos, pero en Cuba, cada cuatro polvos uno preñaba, y como el preservativo era el profiláctico que menos rastros del delito tarrual dejaba en el ambiente, pues ahí aparecían las sorpresas y los diferendos en las parejas:

-Coño ¿y ese jabao de donde salió?

Al principio de la Involución sumado al obligado descrédito sobre angelitos y vírgenes, se sumó que Cuba se estaba vaciando, así que se indujo a una explosión demográfica que llevó la isla de seis millones de habitantes a ocho y después no había manera de pararla, así que se pusieron a disposición de todos los singantes, todo tipo de artimañas para detener la hemorragia de fecundaciones.

Así es que entre urgencias de stop, carencias de DIU, pastillas y globitos averiados, se puso de moda el aborto. Y a la conga del traguito, del palito y la gozadera siguió la abortadera, para que no se dieran cuenta los maridos, o los padres de la niña, ni los primos y los vecinos. Cabe recordar que en Cuba confluyeron españoles muy previos a Zapatero y africanos de la tierra Enfí, ni siquiera en laboratorio se podría gestar un especímen con mayor concentración genética de machismo.

Esa fue la Cuba que yo conocí, no había otra cosa que hacer que beber o templar. Aunque hay que admitir que la promoción era exclusiva para el sexo heterosexual, esto conviene aclararlo, porque aunque los homosexuales no se cortaban en practicarlo, más machos de los declarados salían de sus pequeños closets para dar caña a las ofrecidas nalgas de jabalí, en un sucio baño encharcado de meado, para no dejarlos desamparados en sus ensoñaciones ninfómanas, lo cierto es que la represión con ellos era tan dura como en los regímenes de la derecha, en esto como en tantas cosas dictadura de izquierda y derecha se daban la mano y la lengua.

Los abortos eran un método más de anticoncepción, en realidad el más efectivo y socorrido, los hombres asistían unos días antes a los hospitales donde se iría a realizar el legrado y donaban un cuarto de litro de sangre, con lo que eran a la vez recompensados con un bocadito que rara vez contenía jamonada, pero siempre su seguro queso y su juguito de mango o guayaba.

Hoy, a través de la bendición de las redes sociales, he tenido la oportunidad de contactar con amigos del pasado, y preguntar a mis amigas, algunas que hicieron un legrado tras actos sexuales conmigo para lo cual di sangre, estando o sin estar seguros de la paternidad y otras que me habían comentado que se lo hicieron. Esta práctica en mi generación es tan generalizada, que lo raro es encontrar quien no la experimentó, y me respondieron a la pregunta de si habían vuelto a pensar en ello.

En esos días tuve un profundo y acuciado cargo de conciencia por aquellos abortos, a los que hoy no les guardo simpatía alguna, se tiraban los fetos a un cubo metálico al lado de la cama donde estaba la potencial madre, de manera que las mujeres llegaban a ver sus engendros extraídos, me interpeló la culpa de aquel "menefreguismo" tan pronunciado, ni siquiera lo vivíamos como algo importante, y también me pesó el hecho de no haber reparado en ello durante tantos años. De repente me vi pensando que aquellos fetos habrían sido mujeres y hombres como yo era entonces, o quizás más hombres, y seguro mucho más en el sentido de la nueva masculinidad.

Una vieja amiga carnal y nueva virtual me dijo que no quería hablar del tema, otra que sí, lo había pensado y sentía algo extraño al ver a sus hijos cuando pensaba en ello, y las dos que no pudieron o no quisieron tener hijos, me confesaron que pensaban mucho más de lo que les gustaría admitir en aquellos abortos. Recordé una mujer cercana, que se había hecho un montón de legrados, no tantos como Vilar, la del libro, pero una cantidad igualmente temeraria, y casi se queda sin tener hijos, cuando una vez a los cuarenta años, quedó embarazada de un bribón sinvergüenza, pero se plantó y dijo “este no me lo quito” .

La decisión de abortar es un asunto muy personal si una mujer está sola, y muy a discutir si es de una pareja que tiene un proyecto, sé que no hay reglas que sirvan para todos, que cada sensibilidad y cada experiencia es única, y así debe ser cada decisión, pero como a millones de causas posibles solo existen dos soluciones, o nace o muere. Es un asunto lo suficientemente delicado como para que se busquen todas las opiniones, que no se tome "a la cubana", que aun cuando se trate de un asunto de fuerza mayor se piense con todos los sentidos, sobre todo el sentido que tenga presente que, en el peor y mejor de los casos, existe un mañana.

Hoy, ante la revocación de la protección del derecho de aborto en todo el territorio estadounidense, no podemos menos que entristecernos, preocuparnos, alertarnos ante la ola de conservadurismo de corte medieval que se acerca a pasos agigantados amenazando empaparlo todo, lo cual de ninguna manera nos impide reflexionar y meditar a nivel personal acerca del tema. Mujeres y hombres.

Quince abortos
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Published by martinguevara - en Relax Cuba flash.
1 marzo 2022 2 01 /03 /marzo /2022 16:01

Tenía dos casetes de música jazz, de noventa minutos cada uno. Uno era de Louis Armstrong y el otro de Glenn Miller, me encantaba el swing y el sonido New Orleans, así que cuando me metía unos buches de ron en mi casa de 1ª y 16 y me iba caminando al Sierra Maestra, a darme un baño, comer una hamburguesa, tomar un laguer y ver a amigos y materiales, muchas veces iba tarareando The bucket's got a hole in it o Chattanooga Choo Choo, sabroso por avenida primera, medio en pedo , el sol en la cara, la camisa abierta, el blue jean empercudido y las botas calientes, nada de short y chancletas como se usa hoy; a la playa había que ir como a la fiesta, después habría tiempo de cambiarse.

A veces paraba un ratito en 12 para mirar las jevitas ricas que se arriesgaban a alimentar las fantasías de los rescabucheadores que más de una vez cobraron gruesos tranqueos por pajuzos. Había una niña que me tenía loco, lo que se dice arrebatado, en aquel tiempo no se usaba tanga en Cuba, ella era la precursora, pero eso no sería nada sin su clase de culo y Papa John's, que aunque no tuve el gusto de conocerlo personalmente, se podía intuir sin mucha dificultad atendiendo al sitio donde se hendía la prenda premonitoria. Después pasaba el Karl Marx fijándome siempre de reojo, desde el inconsciente, si alguna vez se les volvía a ocurrir ocultar a toda la población un festival de rockeros y estrellas del pop internacional como aquel que me perdí a finales de los setenta. Pero nada, alguna vez los Son 14, o los Van Van, en tiempos en que los pepillos no escuchábamos música de guapos, un par de años más tarde todo se mezcló y hasta Manyenye comió ajonjolí.

Más adelante el Cristino, donde solo iban familiares de pinchos como podía ser yo pero sin ser mi caso, y chivatones de los de verdad. Donde años más tarde una prima no mía, sino de la planta de mi pie cuando lleva una semana sin agua y jabón, negó la entrada a mi hijo que vivía en 5ª y 10 porque no era hijo de revolucionarios, a un cumpleaños de su niña, que pobrecita no era culpable de las consecuencias de la deformación de una bola de cebo tan grande. Y unos pasos más allá, el drive way del Sierra Maestra, con su vigilante en la entrada, su tienda de productos especiales para técnicos extranjeros donde compraba mi madre, los cartones de cigarrillos Populares, la jamonada, el queso, el ron Legendario, el laguer cubano sin etiqueta, el Polar, el Hatuey y el Pilsen Urquell. también el vino búlgaro Cabernet. Y mucha más comida, tabaco y curda que la que había en la bodega.

Aquello era un abuso que a mi me avergonzaba, y por eso en vez de manifestarme mediante la abstención, llevaba amigos y novias a casa a comer todos los días, de esa forma pagaba la culpa de ser participe del engaño de la igualdad. Tenía un carnet de técnico extranjero, casi nunca me lo pedían a la entrada del Sierra, pero por si había un guardia nuevo, o un "imperfecto", lo llevaba encima.

A la entrada, iluminado con el sol que penetraba por los dos flancos, desde el mar y desde el cielo abierto de esa pequeña ensenada que hacía la costa de La Habana en ese punto, el mármol del suelo brillaba y el perfume del salitre empujaba a la cafetería de la entrada, para tomar una Pilsen fría. A esa altura generalmente ya me solía encontrar a un amigo, una muchacha, un primo, o cualquiera para meter una muela, la que se terciase, la que el estado de ánimo y el humor sugiriesen. Pero nada de política, en Cuba no se hablaba nada de eso, al revés de lo que la gente de afuera de la isla piensa, esa omni y multi presencia de la jerga política, ideológica, adoctrinada y alienante, causaba el efecto opuesto, en cuanto el cubano se despegaba de la muela oficial, del poema obligado, hablaba de todo menos de política.

A veces estaba Fernando, a veces el dominicano perverso, a veces Niurka, a veces Natalia, la bailarina de ballet acuático, a veces Renata, Suzanna, a veces el otro Fernando, el colombiano loco que sacó la cara por mi años atrás en la beca cuando me tenían loco a botazos voladores nocturnos llenos de meado, a veces a Robertón, que era un hacha para todos los deportes, apenas había empezado a jugar voleibol en la canchita de atrás de la piscina y ya era el mejor, igual que al wind surf, se subió a una tabla y navegó. No teníamos tablas como las que había en el capitalismo, pero teníamos alguna tabla y su botavara, lo cual era un lujo. Pero el que con más frecuencia encontraba antes de entrar, o íbamos desde mi casa porque era cubano y tenía que entrar con un extranjero, era mi amigo desde que llegué a Cuba diez atrás, Evelio, que era esponja igual que yo.

Esa vez lo encontré ya adentro, tomando una cerveza en el muro que daba al mar.

-Que volá yenika, me entró Fernan.

-Qué volaíta brother, hoy traje eso.

Yo también tenía la botella fría en la mano, le dije que fusemos atrás. Tras bañarnos en la piscina grande, en el mar nadando hasta los yakis que habían situado para que las marejadas no arruinasen las fachadas. Una vez me nadé con una titi amiga hasta los yakis, cubanismo que proviene del término “jaks”, y nos pusimos a singar con frenesí, con el sol lamiéndonos la espalda y la frente, de cara al cielo y a la orilla de enfrente a noventa millas, uno de los palos más ricos que se pueden echar en Miramar, porque la estructura del yaki permite acomodarse para mamar bollo, luego subir para ser succionado en el rabo, e invita a distintas posiciones para la singuetta. La singuetta es como la vendetta pero en plan bueno.

Y cuando cayó el sol le dije a Evelio- vamos a jamar algo- nos pusimos en la cola de la cafetería de la piscina, y de repente se me coló una rusa, el Sierra Maestra era más que nada hogar de rusos, que escudaban sus acciones en la isla bajo la denominación de técnicos extranjeros, pero eran militares, maestros de técnicas policiales, algún ingeniero, y mucho chivatón de su compañero que a su vez era vigilante de otro. Porque los que más hacían negocios en mercado negro entonces eran los rusos, compraban lo que no iban a consumir de la tienda de privilegios, y lo revendían en la poca población con que se dignaban a hablar. Había también polacos, húngaros, rumanos, búlgaros, ninguno de estos soportaba a los rusos, y eso que eran todos de partidos comunistas de sus países, si no salía nadie. Yo tuve amigos rusos, alguna noviecita también, aunque la rusa de esa época no se parecía en nada a la que anda ufana llena de rublos hoy por Marbella, esbeltas, producidísimas, lacadas, plastificadas, pero lindas. No, aquellas eran como salidas de una dacha, el traje de baño partía hacia abajo casi desde el sobaco, que dicho sea de paso, cada uno de aquellos sobacos sí que eran un arma letal mil veces más poderoso que todo el arsenal estadounidense, se bañaban en la piscina nadando en estilo pecho sin meter la cabeza en el agua, usaban gorros de pelo, y en la parte que hacían pie, siempre había algunas parejas de rusos jugando ajedrez con un tablero flotante, y miraban con ojos de oso con rabia a los niños que salpicaban o saltaban desde el borde en vez de hacerlo en la parte profunda y desde el trampolín. Los demás "técnicos" no se sentían cómodos con los rusos porque estos se creían superiores, bueno, no es que se creyesen, estaban situados en instancias superiores, y a los cubanos, que eran los encargados de construirles el edificio Mazinger, la embajada fortaleza más hostil con la estética de la Historia, ni siquiera les hablaban. De hecho los rusos no dejaron ni una costumbre en herencia tras su colonización del país, tras la caída de la URSS nadie extrañó los muñequitos, las películas, los sobacos ni a los propios rusos, exceotuando la "carne rusa" nadie se volvió a acordar de ellos. Salvedad hecha por las numerosas parejas ruso-cubanas que vivían de manera normal en la isla, generalmente compuestas durante el período de trabajo o estudio del cubano/a en tierras eslavas.

Le toqué el hombro a la rusa, y le dije que se me había colado, yo también era "técnico" .

-Mucho poco tiempo Cuba, no habla española- me dijo la muy descará.

Cuando cogía aire para decirle no recuerdo que barbaridad, Evelio me hizo señas de que la dejase por imposible, ¡él! justo él que cada día si querías ver una bronca a la salida del colegio Orlando Pantoja, a las 4 y 20 en la sinagoga lo tenías en el ring. Pero tenía razón, la rusa se empacó, se cuadró como una gendarme y no estaba dispuesta a deponer su derecho a arrebatar a los cubanos, a los aplatanados, o al resto del mundo incluso, su puesto para el helado. Cuando le tocó, la rusa dijo en español acentuado con el tono especiado de la taiga:

-Compañera, bocadita di qiueso-

Y entonces le dije: Tú sí que sabes hablar español y colarte como un cubano- Lo sardónico del caso, es que entre todos esos que llamábamos rusos, una enorme cantidad eran ucranianos, como lo fue Nikita Jruschev.

Cogimos un bocadito cada uno, y ya cayendo el sol, le dije a mi amigo, hoy nada de materiales ni socios, que traigo el Jazz. Lo que él  ya sabía. Le llamaban ñaña, efori, veneno, eran unas hojitas de marihuana seca envueltas en papel de estraza, lo que en aquella Habana de inicio de los ochenta era un porro, al coste de una “monja”, cinco pesos, de los pesos que valían, que traían a Maceo altivo, orgulloso, casi como un ruso en en el Sierra Maestra, no como hoy que el pobre está en los billetes alicaído, tumbado, sin machete ni cohete. Fumamos el porro y Evelio me decía -brother no me hace ná- y cada vez que lo repetía demoraba más en terminar la frase, hasta que empezó a reírse, y yo me empecé a deshollejarme a carcajadas. La cantidad era escasa pero era del Esacambray, una calidad superior.

En esa época y aún hoy, fumar yerba era un delito muy penado por la ley, por eso me refería a quemar una ñaña, como : " tocar Jazz"; así que para honrar el mote apelativo nos pusimos a cantar los temas de jazz de Armstrong y Miller, a dos voces, dos trompetas, dos baterías, en el fondo de las piscinas del Sierra, frente a las cabañitas, a los yakis, al sol del mar naciente cayendo sobre nuestra nota de ron, laguer y jazz.

No dejamos de reírnos hasta que nos despedimos en la parada de la guagua recordando la recién aprendida frase que marca la superioridad racial de los Urales:

"Compañera, bocadita di quieso"

 

Piscina del Sierra Maestra
Piscina del Sierra Maestra

Piscina del Sierra Maestra

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