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23 mayo 2022 1 23 /05 /mayo /2022 12:58

La frase tan conocida para establecer una línea divisoria entre el periodismo audaz y los aduladores obsecuentes, que se le atribuye a Orwell “noticia es aquello que alguien no quiere que se publique. El resto son relaciones públicas”.   no consta que sea suya, sin embargo esta sí: “La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”. Aunque la frase que más aprecio en este sentido la escribió L.E.Edwardson, periodista del Chicago Herald:

 “Cualquier cosa que un patrón quiera ver publicada es publicidad; cualquier cosa que no quiera ver en el periódico es noticia”

Viviendo en España y viendo lo cortesanos y serviles que son la justicia, el periodismo y la sociedad en general con el ex rey, aún después de saberse que ha cometido delitos que en cualquier país anglosajón lo llevarían ante una corte, me doy cuenta de donde proviene esa obsecuencia hiperbólica que recordamos del periodismo y la sociedad cubana con Guarapo, el monarca isleño.

Recuerdo que una vez el famoso obsecuente Randy, de la Mesa Redonda, en una rueda de prensa, permaneció de pie con una sonrisa congelada que le encendía de dolor cada músculo y tendón de la cara, tras hacer una pregunta al dios devorador de la barba babeada, que este respondía con interminables tartamudeos y disparates. Mientras Guarapo desentrañaba la madeja de dislates a los que su empastillamiento lo sometía, nadie se atrevía a dar descanso a la comisura de los labios en aquella sonrisa emblemática de la guataconería institucional.

Lo mismo, exactamente igual, ocurre con el ex rey español que se ha limpiado el orto, la poronga y los mocos con la confianza ciega y muy poco audaz de los españoles. Desde antes de conocerse todas las tropelías y delitos inimputables, a merced de una ley de impunidad que dejaba clara la obsecuencia extrema nacional a la figura del Midas Borbón, ya era frecuente que en cada recepción, los invitados nacionales se mostrasen con los hombros caídos, las manos sujetas delante, pasitos de mongólicos y sonrisa de heroinómanos, todos reían con cada imbecilidad que decía el nada ingenioso rey de entonces, recuerdo que incluso una vez, él debió aclarar, que lo que había dicho no era un chiste, instante a partir del cual, la incomodidad imperante no impidió la desvergüenza de cambiar de súbito el semblante, de risotada a rictus sepulcral.

Hoy, habiendo sido una persona que sin oficio ni beneficio era mantenida hasta en sus más suntuosos caprichos con el sudor de los verdaderos virtuosos, tras evadir impuestos sobre unas cantidades indecorosas de dinero obtenidas de modos nada ejemplares, lejos de interpelarlo, interrogarle al respecto, ni tan siquiera hacerle una observación; el periodismo español en masa, dejando claro que por un premio Pulitzer no está pujando, lo aborda para preguntarle:

-Su Majestad ¿cómo desayunó hoy, durmió bien, lo pasó bien con sus nietitos? ¡Ay que majo es!

Valle Inclán decía: "España es una deformación grotesca de la civilización europea". Creo que no todo el país es así, pero seguro que sí el periodismo, la gran empresa y la justicia de la península y de sus adorables vástagos americanos.

Los Randys ibéricos o la Herencia hispana en el Caribe

 

Periodismo temerario

Periodismo temerario

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21 mayo 2022 6 21 /05 /mayo /2022 12:17

Estados Unidos.

Independencia de la monarquía antes que cualquier otro en América, democracia, abolición del esclavismo, empoderamiento y derechos del individuo, pioneros en ascenso y descenso social, voto, industria, literatura de las clases humildes, héroes analfabetos, western, misterio, thriller, acción, colt, winchester, remington, ragtime, Batman, Superman, Flash, Spiderman, el gordo y el flaco, los tres chiflados, Bugs Bunny, Mickey Mouse, Betty Boop, el Pato Donald y Huckleberry Hound.

Singer Sargent, Pollock, Mark Twain, Al Johnson, Scott Joplin, Jelly Roll Morton, Sacco y Vanzetti, Sinatra, Toro Sentado, Jerónimo, Grant, Custer, Al Capone, Martin Luther King, Lynch, Coppola, Scorsese, Ford, Chevrolet, Cadillac, GMC, locomotoras, trenes, camiones, buques, aviones, naves espaciales, satélites. Toda la telefonía desde Bell y la computación desde Apple y Microsoft.

Louis Armstrong Mahalia Jakson, Marilin Monroe, Kennedy, Max Roach, Bird, Miles davis, Elvis, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Jim Thompson, Bukowski, Raymond Carver, Chandler , Hammet, Phillip Roth, Arthur Miller, Norman Mailer, Patricia Highsmith, Ella Fitzgerald, Janis Joplin, Billy Holliday, todo Hollywood, todo NY City Beatnik, todo San Francisco hippy, todo Oackland soul funky, todo el Blues de Mississippi, el de Chicago, el jazz de New Orleans y el rock'n'roll por toda la Highway 66.

Ganar pasta.

Blues jeans, zapatillas y guitarras eléctricas.

Costillas a la barbacoa, patas de cangrejo, camarones, hamburguesas en mil y una especialidad, pollo frito rebozado, fudge, cinamon rolls, coca cola, pepsi, fanta, seven up y criush, cafés interminables en Star"cunts" y refill en Panera Bread. Chicles y golosinas. Casinos y sus buffets libres baratísimos de familias sioux y apaches. Todo el verde la costa oeste y el espacio de la costa este, las nieves del centro, el desierto del sur, y el mar y el café y modo de vida cubano de Miami.

Estados Unidos sedujo más por toda esa sensación de accesibilidad para todos, que lo que conquistó con su imperialismo, que también blandió con no poca frecuencia.

 

Hamburguesas, moteles y rock'n'roll en la 66
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20 mayo 2022 5 20 /05 /mayo /2022 23:04

Tras 49 años de despenalización en todo Estados Unidos, Oklahoma prohibió hoy los abortos en todos los supuestos.

Entramos en un franco período de involución social a nivel universal.

Este tema me llevó a recordar la frecuencia y normalidad con que se realizaban abortos en Cuba, casi como una medida anticonceptiva.

En una reacción loable (valorada desde esta España medieval en temas de religión) la Involución cubana, al inicio combatió los prejuicios y atavismos católicos con prohibición y profilaxis. No más curas y monjas metiéndose en la vida, la cama y las alegrías de la gente, que además había sido una plaga que dejó solo a los otrora bárbaros teutones, orientales, y americanos luteranos a cargo de los descubrimientos científicos y tecnológicos. Pero las consecuencias se abren paso con asombrosa independencia, y una de ellas fue que apareció una generación que no tenía ningún contén coercitivo frente al disfrute del sexo a cualquier edad, raza y posición social, llegando hasta a "cualquier estado civil", y ahí en las montañas de cuernos imposibles de camuflar, comenzaron a vivirse algunos inconvenientes socioculturales, en contra de los cuales no existe ley ni disposición filosófica o ideológica que los prevea contenga ni apacigüe.

Puñaladas en la tierna mañana ronera, delpiar de los pajarillos y el canto del gallo, piñazos, patá' y moridas se dieron sin compasión. Lo mismo en un barrio popular que en uno fino de la burguesía que debió marchar dejando a los integrantes menos afortunados y por ende más socialistas.

-Tú eres un singao- y tawuata (¿o en aras de no niponizar el castizo coloquial debería ser “taguata”?), una gilda willsmithiana, un estrallón alamareño y gaznata va y gaznata viene.

Esto ocurría cuando se descubría la firme osamenta asomando por las sienes, pero también las pecadoras cobraban sonados tranqueos que nadie en el barrio se atrevía a juzgar.

-Coño, asere, la jeva se lo buscó, el tipo reaccionó como un hombre, un poco tarrú pero hombre al fin.

Aasí como cristianizar una tierra conquistada llevaba décadas de sangre y esclavismo, descristianizarla, siempre que fuese en virtud de la gozadera más auténtica, llevó un santiamén. Pero así como el pan, la carne o el propio mango, los dispositivos intra uterinos DIU, también "se perdían" a veces, y los preservativos chinos, aquellos que parecían un neumático camionero en el rabo, cuya única virtud de última, para rescatarle algo, una vez que atentaba contra todo atisbo de placer "troncal" era engrosar el diámetro del mismo, solían salir a la venta en packs de la suerte, como en una sesión de ruleta rusa, uno de cada paquete iba agujereado. Y eso que los chinos habían cerrado a cal y canto la posibilidad del capricho de los enamoradizos recién casados, de tener un machito y una hembrita, por ley era uno u otro, el que tocase primero, y con ese te tenías que joder en Pekin, en Shangai y en la Conchinchina.

Los preservativos de caucho reforzado se rompían con la misma frecuencia y facilidad que pincharía la rueda de un camión hecha de preservativos, no sé a cuantos chinos se llevaron al calabozo de los mil años o a la gota fría por estos descuidos, pero en Cuba, cada cuatro polvos uno preñaba, y como el preservativo era el profiláctico que menos rastros del delito tarrual dejaba en el ambiente, pues ahí aparecían las sorpresas y los diferendos en las parejas:

-Coño ¿y ese jabao de donde salió?

Al principio de la Involución sumado al obligado descrédito sobre angelitos y vírgenes, se sumó que Cuba se estaba vaciando, así que se indujo a una explosión demográfica que llevó la isla de seis millones de habitantes a ocho y después no había manera de pararla, así que se pusieron a disposición de todos los singantes, todo tipo de artimañas para detener la hemorragia de fecundaciones.

Así es que entre urgencias de stop, carencias de DIU y pastillas y globitos averiados, se puso de moda el aborto. Y a la conga del traguito, del palito y la gozadera siguió la abortadera, para que no se dieran cuenta los maridos, o los padres de la niña, ni los primos y los vecinos. Cabe recordar que en Cuba confluyeron españoles muy previos a Zapatero y africanos de la tierra Enfí, ni siquiera en laboratorio se podría gestar un especímen con mayor concentración genética de machismo.

Esa fue la Cuba que yo conocí, no había otra cosa que hacer que beber o templar, pero siempre sexo heterosexual, esto conviene aclararlo, porque aunque los homosexuales no se cortaban en practicarlo, más machos de los declarados salían de sus pequeños closets para dar caña a las ofrecidas nalgas en un sucio baño encharcado de meado, para no dejarlos desamparados en sus ensoñaciones ninfómanas, lo cierto es que la represión con ellos era tan dura como en los regímenes de la derecha, en esto como en tantas cosas dictadura de izquierda y derecha se daban la mano y la lengua.

Los abortos eran un método más de anticoncepción, en realidad el más efectivo y socorrido, los hombres asistían unos días antes a los hospitales donde se iría a realizar el legrado y donaban un cuarto de litro de sangre, con lo que eran a la vez recompensados con un bocadito que rara vez contenía jamonada, pero siempre su seguro queso y su juguito de mango o guayaba.

Hoy, a través de la bendición de las redes sociales, he tenido la oportunidad de contatctar con amigos del pasado, y preguntar a mis amigas, algunas que hicieron un legrado tras actos sexuales conmigo para lo cual di sangre sin estar seguros de la paternidad (pero en Cuba eso era frecuente, incluso cuando las mujeres se quedaban sin pareja que diera sangre, solíamos acudir los amigos, daba igual de quien fuese el embarazo) y otras que me habían comentado que se lo hicieron. Esta práctica en mi generación es tan generalizada, que lo raro es encontrar quien no la experimentó, y me respondieron a la pregunta de si habían vuelto a pensar en ello.

En esos días tuve un profundo y acuciado cargo de conciencia por aquellos abortos, que hoy veo como brutales, se tiraban los fetos a un cubo metálico al lado de la cama donde estaba la potencial madre, de manera que las mujeres llegaban a ver sus engendros extraídos, me torturó la culpa de aquel "menefreguismo" tan pronunciado, ni siquiera lo vivíamos como algo importante, y también me pesaba el hecho de no haber reparado en ello durante tantos años. De repente me vi pensando que aquellos fetos habrían sido mujeres y hombres como yo era entonces, o quizás más hombres, y seguro mucho más en el sentido de la nueva masculinidad.

Una vieja amiga carnal y nueva virtual me dijo que no quería hablar del tema, otra que sí, lo había pensado y sentía algo extraño al ver a sus hijos cuando pensaba en ello, y las dos que no pudieron o no quisieron tener hijos, me confesaron que pensaban mucho más de lo que les gustaría admitir en aquellos abortos. Recordé una mujer cercana, que se había hecho un montón de legrados, y casi se queda sin tener hijos, cuando una vez a los cuarenta años quedó embarazada de un sinvergüenza pero se plantó y dijo “este no me lo quito” .

La decisión de abortar es un asunto muy personal si una mujer está sola, y muy a discutir si es de una pareja que tiene un proyecto, sé que no hay reglas que sirvan para todos, que cada sensibilidad y cada experiencia es única, y así debe ser cada decisión, pero como a millones de causas posibles solo existen dos soluciones, o nace o muere. Es un asunto lo suficientemente delicado como para que se busquen todas las opiniones, que no se tome "a la cubana", que aun cuando se trate de un asunto de fuerza mayor  se piense con todos los sentidos, sobre todo el sentido que tenga presente que, en el peor y mejor de los casos, existe un mañana.

Oklahoma  en cruz
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12 abril 2022 2 12 /04 /abril /2022 12:18

Mientras todos los medios y la opinión pública están ocupados o abducidos por la catarata de desinformación sobre la invasión a Ucrania, y mientras Estados Unidos se hace carantoñas y besitos con el régimen de Maduro, que este acepta gustoso, Cuba continúa ascendiendo escalones en la represión al descontento popular.

El 26 de Julio de 1953, Fidel Guarapo Castro, comandó un nutrido grupo del Partido Ortodoxo, con el fin de atacar al segundo cuartel de tamaño e importancia de Cuba, tras un recio combate, seis atacantes mueren en la batalla, muchos fueron asesinados tras ser apresados y presentados como caídos en combate, treinta fueron condenados, entre ellos Fidel a 15 años de prisión y su hermano Raúl a 13, de los que cumplieron solo un año y medio en la cárcel modelo de Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud.

Un año y medio tras asaltar el segundo cuartel militar en importancia del país y matar soldados del ejército nacional. Por una causa justa, puede que sí, la Historia tras el necesario paso del tiempo lo dirá, pero fue un asalto con bajas, condenado a 15 años y con castigo efectivo de solo un año y medio.

En tanto el mundo está en otra línea, la "Lustitia" del gobierno isleño, encarcela a 127 personas con condenas  entre 6 y 30 años de prisión, donde convivirán con asesinos, violadores, ladrones violentos. Muerte en vida, solo por salir a protestar una vez en sesenta años, sí, por una vez en 60 años, a manifestar un enorme infección de descontento acumulada en el interior al no poder volcarla por ninguna vía de lastre, expresión callejera en la cual algunos se excedieron, como cada día en todas las sociedades del mundo donde tienen permiso para manifestarse, donde cuentan con diferentes partidos políticos, publicaciones, libertad de opinión, y cuando rompen algo son reprimidos por la policía en el momento del vandalismo, detenidos y liberados antes de 24 horas, con una citación a juicio, que en general se queda en una dura multa, o en una condena de prisión de seis meses a dos años, que si no tienen antecedentes, no la cumplen oficiando como una seria advertencia.

Lo más terrible, no es que un gobierno de partido, periódico, televisión, radio, y discurso únicos y vitalicios, en el cual todo aquel que no esté contento está invitado a irse afuera o adentro (entre rejas) haya ascendido tantos escalones en la aplicación de condenas ejemplares intimidatorias, sino que el mundo "libre",  no se exprese en consecuencia, los medios, bien por Ucrania, o por el acercamiento de EEUU a Venezuela, estén más callados que las momias, los partidos políticos que en las sociedades occidentales reclaman más democracia participativa que solo votar cada dos años, sin embargo traguen con este semejante atropello a los más básicos derechos civiles, incluso derechos humanos, en una sociedad donde ni siquiera cada seis décadas se puede votar.

Una vez arribado un nivel de conciencia universal ciudadana y de Derechos Humanos que creíamos solidificada en las sociedades cultas y civilizadas, tenemos que el gobierno de Díaz Canel, heredero "puesto a dedo" del de Raúl Castro, a su vez puesto por Fidel Castro, como toda muestra de modernización, adaptación a las reglas y la sensibilidad global, continúa prohibiendo la diversidad de partidos políticos más allá del PCC, proscribiendo toda línea de pensamiento distinta del poder, o variadas opciones de manejo de la economía y la vida social en Cuba, continúa prohibiendo cualquier línea de prensa y editorial que no sea la oficial, y cuando por una vez, un pequeño pero significativo grupo de artistas opositores, se opone a aceptar los lineamientos y directrices obligadas de pensamiento y opinión, son reprimidos con cárcel, sin haber cometido delito alguno, quedando sujetos a penas pedidas por la fiscalía de 10 y 7 años de privación de libertad, a cumplir como presos comunes, en compañía de violadores y asesinos. Tales son los casos de Maykel Castillo "Osorbo" con quien no comparto su posición trumpista, pero por la misma razón defiendo a capa y espada su derecho a expresarla, y de Luis Manuel Otero Alcántara con quien siento mayor afinidad ideológica. Esto sucede a renglón seguido de las condenas absolutamente desmedidas y criminales, que van desde los 15 a los 30 años de prisión, a manifestantes del descontento popular, ciertamente excedidos en sus reclamos que dañaron el mobiliario público, cosa que se saldaría con penas de seis meses a dos años de prisión en el peor de los casos y en la mayoría, con trabajos comunitarios, no sin escuchar y atender sus reclamos. Estas condenas y peticiones de cárcel brutales, no son por asaltar un cuartel militar con armas de fuego causando bajas, son por manifestar en una protesta el hastío de no poder protestar. Que ya ni siquiera son aquellos blancos burgueses del inicio del proceso involucionario, que veían con mala cara la redistribución de la riqueza y la igualdad con los menos favorecidos, ahora quienes van entre rejas son, precisamente los menos favorecidos, las razas y las clases sociales que otrora fuesen el “mercado meta “ de la revolución. Un año y medio por asaltar un cuartel y matar soldados, en contraste con décadas de prisión por manifestar un descontento.

Por lo pronto deberíamos ser capaces de pensar que estos 127 chivos expiatorios, son personas con una vida y con familias, que salieron a manifestarse por la razón que les viniese en gana, muchos de ellos menores de dieciocho años en el momento de ser apresados a la espera de juicio en las cárceles, y ahora son condenados en su mayoría, a pasar más de una década de reclusión en el peor ambiente de violencia y corrupción humana, habiendo sido defendidos por abogados estatales que cuando no declinan su juramento hipocrático, cumplen el rol de fiscales. Acaso mi inflexibilidad en todas estas injusticias flagrantes, provenga de la lectura de la carta de mi tío a sus hijos al abandonar Cuba previendo que nunca volvería a verlos:" sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, esa es la cualidad más linda de un revolucionario" no especificó "excepto en Cuba" como algunos se lo tomaron. En mi vida cambié lo de revolucionario por ser humano.

Sesenta años de cortinas de humo

Calabozo Cuba
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8 abril 2022 5 08 /04 /abril /2022 11:37

El 26 de Julio de 1953, Fidel Guarapo Castro, comandó un nutrido grupo del Partido Ortodoxo, con el fin de atacar al segundo cuartel de tamaño e importancia de Cuba, tras un recio combate, seis atacantes mueren en la batalla, muchos fueron asesinados tras ser apresados y presentados como caídos en combate, treinta fueron condenados, entre ellos Fidel a 15 años de prisión y su hermano Raúl a 13, de los que cumplieron solo un año y medio en la cárcel modelo de Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud.

Un año y medio tras asaltar el segundo cuartel militar en importancia del país y matar soldados del ejército nacional. Por una causa justa, puede que sí, la Historia tras el necesario paso del tiempo lo dirá, pero fue un asalto con bajas, condenado a 15 años y con castigo efectivo de solo un año y medio.

A lo largo de los sesenta años de gobierno revolucionario cubano, han sido numerosos los fusilamientos y encarcelamientos por manifestar diferentes grados de oposición al gobierno. Al igual que a lo largo de estos últimos sesenta años se han cometido todo tipo de tropelías y crímenes, guerras, torturas y desapariciones en todas partes del mundo, incluso en los países más desarrollados como Suecia mataron a Olof Palme, ni hablar de Francia y los argelinos, España y el franquismo, Italia a las Brigadas Rojas o sus diversas mafias, la URSS y el área socialista con sus crímenes o por supuesto Estados Unidos y sus asesinatos a activistas negros, indígenas, progresistas, promoción y financiamiento de golpes de estado o bombardeos alrededor del mundo.

Eso es indiscutible. Pero más en nuestros días, una vez arribado un nivel de conciencia universal ciudadana y de Derechos Humanos que creíamos solidificada en las sociedades cultas y civilizadas, tenemos que el gobierno de Díaz Canel, heredero "puesto a dedo" del de Raúl Castro, a su vez puesto por Fidel Castro, como toda muestra de modernización, adaptación a las reglas y la sensibilidad global, continúa prohibiendo la diversidad de partidos políticos más allá del PCC, proscribiendo toda línea de pensamiento distinta del poder, o variadas opciones de manejo de la economía y la vida social en Cuba, continúa prohibiendo cualquier línea de prensa y editorial que no sea la oficial, y cuando por una vez, un pequeño pero significativo grupo de artistas opositores, se opone a aceptar los lineamientos y directrices obligadas de pensamiento y opinión, son reprimidos con cárcel, sin haber cometido delito alguno, quedando sujetos a penas pedidas por la fiscalía de 10 y 7 años de privación de libertad, a cumplir como presos comunes, en compañía de violadores y asesinos. Tales son los casos de Maykel Castillo "Osorbo" con quien no comparto su posición trumpista, pero por la misma razón defiendo a capa y espada su derecho a expresarla, y de Luis Manuel Otero Alcántara con quien siento mayor afinidad ideológica. Esto sucede a renglón seguido de las condenas absolutamente desmedidas y criminales, que van desde los 15 a los 30 años de prisión, a manifestantes del descontento popular, ciertamente excedidos en sus reclamos que dañaron el mobiliario público, cosa que se saldaría con penas de seis meses a dos años de prisión en el peor de los casos y en la mayoría, con trabajos comunitarios, no sin escuchar y atender sus reclamos. Estas condenas y peticiones de cárcel brutales, no son por asaltar un cuartel militar con armas de fuego causando bajas, son por manifestar en una protesta el hastío de no poder protestar. Que ya ni siquiera son aquellos blancos burgueses del inicio del proceso involucionario, que veían con mala cara la redistribución de la riqueza y la igualdad con los menos favorecidos, ahora quienes van entre rejas son, precisamente los menos favorecidos, las razas y las clases sociales que otrora fuesen el “mercado meta “ de la revolución. Un año y medio por asaltar un cuartel y matar soldados, en contraste con décadas de prisión por manifestar un descontento.

Una tarde de marejada en medio del ocráno, Noé tuvo que tomar una dolorosa determinación en su arca, para lo cual reunió a todos los animales, y les planteó que un ejemplar debería abandonar la nave y confiarse a la mar, determinó que sería el que tenía la boca más grande. El sapo, encogiendo la boca, dijo:

-Mariconá* con el cocodrilo

* En la jerga popular cubana, la expresión "hacer una mariconá"  significa damnificar, causar perjuicio.

Al agua el cocodrilo
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7 abril 2022 4 07 /04 /abril /2022 15:39

¿Cómo no paran la guerra? ¿Cómo las televisiones, los grandes medios de prensa siguen cada vez metiendo más cizaña para que crezca la guerra, para que haya más muertos, más violadas, más desastre, más charcos de sangre de toda nacionalidad?

¿Qué nos pasa como especie?

Solo hay un animal que también puede entrar en guerra y pasar años matándose un clan contra otro, ocurrió en la guerra chimpancé de Gombe, fue un conflicto violento entre dos comunidades de chimpancés en el parque nacional Gombe Stream, en Tanzania, que comenzó en 1974 y terminó en 1978, cuando una facción logró matar a todos los machos de la otra, para extender su territorio.

No es casual que seamos especies tan cercanas. No es casual que al desarrollar la capacidad de sentir afecto, amor, también se desarrolle al unísono la de sentir un odio visceral, depredador, dominante, al desarrollar la compasión y el la piedad, también se desarrolla la avaricia y la crueldad, porque la posibilidad de sentir empatía juega en ambos sentidos de este pantagruélico dilema bipolar, el desarrollo de la inteligencia y la emoción permite ponernos en lugar del otro para sentir pena por su pesar, o ponernos en su lugar para sentir satisfacción por su dolor.

Yo mismo, que omitiendo toda falsa modestia puedo asegurar que soy uno de los seres más pacíficos con que he tropezado, anti bélico, anti bronca, anti pelea. Sin embargo, muy posiblemente también si me encontrase en un oasis de mal, donde se permitiese soltar todos los instintos más bajos, más jodidos aunque a la vez auténticos de la especie, me pondría a destrozar cabezas, no de políticos degenerados o grandes poderosos que mediante nuestra razón, sabemos que son las peores cosas que les ha pasado a este mundo, no, a esos no me unió nunca el deseo oculto e impreciso de hacerlos pedazos, de verlos arder en una hoguera implorando piedad, de morderles la yugular mientras les atravieso el abdomen con un hierro candente. A lo mejor empezaría por mi profesora de inglés de la secundaria, siguiendo por el abusador del edificio de a la vuelta, o los de la villa miseria que entraron a casa una vez que era pequeño, o a una bruja que desatendía en el Centro de Salud, incluso podría pasar a algunos mucho más cercanos de lo que me gustaría admitir, todos ellos en la piel de otras personas, podría permitirme el lujo de enloquecer en medio de ese vergel de brillo y final, y una vez cubierto de sangre, saciada la sed más urgente, buscar nuevos horizontes para fagocitar lo construído, saludando a la blancura afilada de la luna y estremeciendo el aire, con aullidos humanos, no lobunos.

No lo sé, pero ¿qué diferencia cromosomática existe entre mi carne y huesos y todos esos que indefectiblemente, con independencia de su nacionalidad, raza, religión, educación o familia, terminan haciéndo eso mismo cuando se desata el fragor y la inimputabilidad de la guerra en la justicia ni en la moral?

Solo existe una manera de preservar la humanidad, los valores que hemos decidido primero construir, y luego defender, y es no comenzando a andar la ruta de la traca orgásmica de dolor de la que nadie ha retornado

No jugar a soltar la cadena del tigre.

La mejor síntesis popular del salvajismo depredador que esconde la condición humana bajo todo este barniz de cultura y bien aprendidos modales, de formas y conductas, es la canción de los Stones, Gimme Shelter, que además es una de las piezas más bellas, fuertes, completas y versionadas de la historia del rock, cuyo letra dice:

La guerra, chicos, está a solo un tiro de distancia

Violación, asesinato, está a sólo un tiro de distancia.

Pero te digo, el amor, hermana, está a un solo beso de distancia.

(War, children, its just a shot away/ Rape, murder its just a shot away/ I'll tell you, love, sister, its jus a kiss away, kiss away, kiss away)

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24 marzo 2022 4 24 /03 /marzo /2022 18:45

Estaba reconociendo mi país tras diez años de exilio, caminando por las calles de San Telmo, una tarde de los últimos días de diciembre de 1983, había acabado de regresar con mi madre y hermanos, mi padre había permanecido en Argentina todos esos años, la mayoría de ellos preso, y llevaba unos meses en libertad.

Yo iba tras una conga que se había armado en una batucada de brasileños en la plaza Dorrego, en Cuba había juntado el valor suficiente para largarme a mover el esqueleto con cierta gracia ajena al Río de La Plata con la condición de que fuese alejado de cualquier cubano, diez años no me dieron tiempo a atreverme a desafiar el ridículo de bailar rumba delante de una mulata soleada, pero fuera de allí yo me creía un trompo. Iba de un lado a otro de la conga soltando pasillos improvisados algunos, practicados otros. Una muchacha local empezó a bailar conmigo, con modales de murga oriental, y ahí estábamos, cada uno dandolo todo, lo mejor de nuestra sapiencia rítmica para dar lustre a aquel sol que caía sobre uno de los barrios más porteños.

Mi abuela Elena y mi abuelo Miguel vivían allí décadas atrás cuando nació mi madre, entre tangos y bifes de costilla. Mi padre había alquilado un departamento con su nueva compañera, en Balcarce y Garay, al lado del Pillín de San Telmo, donde pizzas, empanadas, graseosas, y chupadas de poronga, se sucedían cada noche en que unos viejos tangueros se reunían a jugar al truco, cantar tangos, beber vino de damajuana, y recibir a la uruguaya en el hediondo baño del fondo, por unos pocos pesos. Mi viejo había salido de la prisión donde había estado encerrado ocho años y medio hacía pocos meses, y no confiaba demasiado en el cambio de gobierno, decía que los represores estaban frescos, recién habían abandonado el humo, se preocupaba si me quedaba hasta tarde dando vueltas por ahí.

Me despedí de la chica de la murga, y se me acercaron dos paseantes que me doblaban en edad, ella se llamaba Gladys y él Juan, se conocían desde adolescentes, él había emigrado a Nueva York como traductor. Fuimos a tomar unas cervezas, despues subimos a casa de ella en Paseo Colón, fumamos unos porros y nos fuimos a la cama, pasamos la tarde haciendo el amor, y me quedé dormido en su cama. Cuando me desperté eran las once de la noche, tomé un café, charlamos un poco más, supe que había sido abogada de presos políticos y en ese entonces lo era de la incipiente CHA (comunidad de homosexuales argentinos), me contó que se quedó en Argentina y vivió el miedo todos aquellos años, como abogada en temas matrimoniales, de herencias, sucesiones, y en 1982 se sumó al proyecto de la CHA, años dificiles, ya que como en todo el mundo la izquierda los trataba igual de mal que la derecha, como a los hippies o fumadores de hierba. Gladys Croxatto, como mi viejo, tampoco confiaba demasiado en el rol de la cana en la incipiente democracia. Nos emplazamos para volver a vernos y me fui apresurado a lo de mi viejo, sabía que estaría nervioso, al salir a la calle no vi un alma, apreté el paso a la luz de la luna, saqué un cigarrillo Parisienne negro, de tabaco caporal, pero de inmediato me percaté de que había olvidado la caja de fósforos en lo de la pareja de baile y bailongo, vi una silueta a unos metros delante de mi caminando en la misma dirección y me apresuré para alcanzarlo con el fin de pedirle fuego, cuando estaba cerca, pegó un salto hacia adelante, exhaló una voz seca, cortante y giró la cabeza que sostenían dos ojos redondos como platos, lo cual hizo que a mi vez yo me asustase también, le dije:

-Solo quiero fuego para encender mi cigarrillo.

-No, no, no tengo- me dijo y aligeró más aún el paso.

Varias veces me ocurrió lo mismo a lo largo de toda oscuridad en Buenos Aires, yo no estaba acostumbrado a esa muestra de miedo tan marcado, que en Cuba la exhibía alguien que hubiese atravesado una situación más traumática que el ser requerido por lumbre. Entonces asocié esos respingos de los transeúntes, a cualquier hora del día, con los años de desaparición de las personas en aquellos coches Ford Falcon, que acababan de pasar.

Me reencontré con mis dos mejores amigos de la primaria, Silvina y Juan Martín. Lo de Silvina fue todo gracias a ella, a su chispa, a esa energía que le sale por los poros. A los pocos días de que soltaron a mi padre de la cárcel, él iba en un vagón del subte y percibió que una jovencita lo miraba, él se tenía por pintón pero era demasiado joven la chica e intensa la mirada, tampoco tenía pinta de ser de los servicios, de repente ella se acercó y le dijó: Soy Silvina, hija de Héctor y Delia ¿sos vos? se dieron un abrazo y cambiaron datos de contacto. Gracias a que Silvina no estaba permeada por aquel miedo, nos volvimos a ver. Sus padres tenían tres hijos, ella de mi edad, Daniel de la edad de mi hermano, y Hernán de mi hermana. íbamos todos a la misma escuela, íbamos de vacaciones juntos en campings, festejábamos los cumpleaños juntos. Héctor, que no tenía nada que ver politicamente con nosotros, sin embargo, un día que mi viejo estaba huyendo, se atrevió a darle albergue por una noche. Ese acto lo guardo en el pecho. Eran la excepción. A Juan Martín lo encontré por la guía, mi inseparable amigo de la infancia. Fuimos a un bar de San Telmo, también con mi hermano, a tomar una cerveza y cuando estábamos charlando aparecieron cuatro policías vestidos de civil, nos hicieron levantar, separarnos, enseñar la cédula de identidad, estaban agresivos, hostiles, yo temía por mi hermano menor, pero al final nos dejaron advirtiendonos que no se habían ido. Ahí mismo terminamos la charla, fuimos a casa y Juan Martín tomó un taxi, y como si aquello hubiese sido definitorio, pasó mucho tiempo hasta que volvi a ver a mi amigo.

Las hermanas españolas de mi abuela y sus hijos y nietos, se empecinaban en decir que nadie sabía lo que estaba pasando, que algo debían haber hecho aquellos a quienes se los llevaron. Algo no me cerraba del todo, los primos de mi madre, a partir de 1976 les impidieron a sus padres, que escribiesen a mi abuela que vivía con nosotros en Cuba, mi madre me había comentado que era para cuidarse por el alto riesgo que ello significaba, entonces ¿cómo que no sabían nada? ¿a qué venían esos sobresaltos cada vez que abordaba a alguien que iba caminando solo, a veces sin siquiera hablarles, unicamente con pasarles por al lado y no siempre de noche?

A las pocas semanas se juntaron para hacer un equipo de trabajo de plomería, arreglo de calefacción, tuberías, refacciones varias, cinco personas, cuatro eran ex presos políticos, Ángel, un muchacho que había caído muy joven proveniente de las Juventudes Guevaristas del PRT, el Bibi, Héctor Camps de Padrós, cuadro sindicalista peronista, Pedro Igón, del PRT, que cayó junto a su esposa Zulema en Paraguay donde estaban exiliados, cuando Gorriarán Merlo liquidó a Somoza en un atentado, les dieron de lo lindo y los mandaron a Argentina, salvaron la vida porque no guardaban relación con el atentado, mi viejo que cayó a final de 1974 y era del PRT, y por último yo, que no era de nada, y solo había pasado algunas veces unas horas detenido en calabozos transitorios, por curda o algún que otro altercado en la isla. Aquellos fueron cuatro meses sobre los que me debo un libro, solo no he acometido tal empresa por lo poco probable de que por más habilidad que consiga aplicar llegue a plasmar con gracia y fidelidad, los disparates, desmanes, aventuras y desventuras que protagonizamos cada día, sin proponérnoslo en aquel Buenos Aires, donde ya de por sí el orden de todas las cosas estaba revertido, no subvertido, sino hiperbolizado, atomizado, fragmentado como en un cuadro cubista, de manera tal que nada perdía su esencia, ni la desintegraba, solo la multiplicaba, exploraba cada una de sus propias aristas, una Buenos Aires de destape, descorche, desatornille, y desdoblamiento donde estos locos agregaban un rayo más para el brillo del absurdo en que se convirtieron todas esas liberaciones de ideas, de emociones, de proyectos, de sentimientos, de deseos, de vida.

Al cabo de cada día teníamos una nueva anécdota desternillante, yo llevaba sin ver a mi viejo diez años, en los que durante ocho años cada noche me iba a la cama con el temor de que lo liquidasen, el silencio de aquellas noches cálidas trajo un sin número de sueños de cementerio, y en solo unos pocos días de compartir aquel trabajo en que ninguno, excepto Pedro y Bibi, teníamos ni idea de lo que debíamos hacer cuando nos llamaban para arreglar un desperfecto, las risas producto de los disparates  que hacíamos, nos unieron como si yo no hubiese crecido de los diez a los veinte años el doble de mi tamaño, y como si sus largos meses de celdas de castigo se diluyesen en ese acto de cagarnos de risa sobre una anécdota que acabábamos de construir en tiempo compartido.

Una de las pocas veces que la expedición no fue nada cómica, fue cuando nos llamaron de la casa de las Madres de Plaza de Mayo, en Avenida de Mayo frente a la plaza del Congreso, para que les pusiésemos una reja en una ventana que daba a una especie de patio interior. La reja teníamos que hacerla y colocarla, la sede era un departamento normal, en aquellos momentos habían intentado entrarles o les habían entrado, no recuerdo bien, el asunto es que pasamos unos días compartiendo con las madres que entraban a la sede y las que estaban permanentes trabajando, y aunque me había criado en un país donde esa información no escaseaba, el hecho de tenerla de primera mano, sus anécdotas, el verlas en su quehacer cotidiano me produjo una sensación de respeto y afecto que sin embargo me hicieron sentirlas distantes, un respeto distinto a todos los demás que había experimentado hasta entonces, las sentía unidas solo a ellas mismas, como si entre ellas y todo lo demás hubiese una barrera tan invisible como insalvable, la ausencia de sus hijos y la convicción de que hasta que no apareciesen, no volverían a ser algo distinto de Madres de Plaza de Mayo. Fue la única salida en que hicimos todo bien, esa y la vez que nos llamó Carmen Agiuilar y Roberto Sachjaer a mi viejo y a mi para arreglarles el depósito del inodoro, creo que más que nada Carmen debía querer ayudar como podía a mi padre que era como un hermano menor.

Hoy es 24 de marzo  y se conmemora un nuevo aniversario del golpe de estado de la Junta Militar que desató un período de auténtico terror, que dejó a gente incluso apolítica, dando respingos en medio de la calle al serles requerido algo tan pedestre como fuego para fumar, que dejó a muchas familias como la de mi abuela materna avergonzadas dando explicaciones de por que se aterrorizaron, a la vez que decían no saber nada de lo que había ocurrido, que produjo la unión de las madres de desaparecidos y abuelas de niños apropiados convertidas hoy en día en una institución histórica, en una marca de los tiempos, en la única hoja que se pudo recuperar de ese diario cortado abruptamente, manchado de sangre en lo más álgido de la vida.

Hoy cientos de miles sino millones se suman a los significados y significantes de recuperar la memoria, de exigir la verdad, el juicio y el castigo, pero lo cierto es que en aquella Argentina, que festejó el Mundial de 1978 mientras estaban torturando salvajemente a esos desaparecidos que luego tiraron al río, la Argentina de la plata dulce del “deme dos” de 1980, la Argentina de Viva Galtieri cuando la ocupación de Las Malvinas, todos aseguraban no saber nada, ese país asustado y sonrojado encontré despertando de la pesadilla y del pudor cuando volví, con unos pocos miles de simpatizantes del Partido Intransigente que reivindicaban la justicia, un Alfonsín y un Moreno Ocampo que se atrevieron, aun con las picanas y las pistolas humeantes, a juzgar a las Juntas Militares, sin demasiado entusiasmo y apoyo popular. Sólo acompañados de la efervescencia de la muchachada del rock, la batucada de San Telmo y las tardes de Barrancas de Belgrano. Confío en que esta conciencia tardía, nacida de modo genuino en las nuevas generaciones, no sea una moda acomodaticia, y signifique una barricada perpetua del Nunca Más contra la siempre presente tentación del poder de cualquier signo, al autoritarismo, a la dictadura, a decidir a quien pertenece la vida.

Nunca Más
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18 marzo 2022 5 18 /03 /marzo /2022 13:19

Mientras todos los medios y la opinión pública están ocupados o abducidos por la catarata de desinformación sobre la invasión a Ucrania, y mientras Estados Unidos se hace carantoñas y besitos con el régimen de Maduro, que este acepta gustoso, Cuba continúa ascendiendo escalones en la represión al descontento popular.

En tanto el mundo está en otra línea, la "Lustitia" del gobierno isleño, encarcela a 127 personas con condenas  entre 6 y 30 años de prisión, donde convivirán con asesinos, violadores, ladrones violentos. Muerte en vida, solo por salir a protestar una vez en sesenta años, sí, por una vez en 60 años, a manifestar un enorme infección de descontento acumulada en el interior al no poder volcarla por ninguna vía de lastre, expresión callejera en la cual algunos se excedieron, como cada día en todas las sociedades del mundo donde tienen permiso para manifestarse, donde cuentan con diferentes partidos políticos, publicaciones, libertad de opinión, y cuando rompen algo son reprimidos por la policía en el momento del vandalismo, detenidos y liberados antes de 24 horas, con una citación a juicio, que en general se queda en una dura multa, o en una condena de prisión de seis meses a dos años, que si no tienen antecedentes, no la cumplen oficiando como una seria advertencia.

Lo más terrible, no es que un gobierno de partido, periódico, televisión, radio, y discurso únicos y vitalicios, en el cual todo aquel que no esté contento está invitado a irse afuera o adentro (entre rejas) haya ascendido tantos escalones en la aplicación de condenas ejemplares intimidatorias, sino que el mundo "libre",  no se exprese en consecuencia, los medios, bien por Ucrania, o por el acercamiento de EEUU a Venezuela, estén más callados que las momias, los partidos políticos que en las sociedades occidentales reclaman más democracia participativa que solo votar cada dos años, sin embargo traguen con este semejante atropello a los más básicos derechos civiles, incluso derechos humanos, en una sociedad donde ni siquiera cada seis décadas se puede votar.

El avance las corrientes ultra derechistas intolerantes, regresionistas, en las democracias occidentales, el avance de la intolerancia de extrema derecha en la Europa del Este, desde los gobiernos de Orbán en Hungría  y Morawiecki en Polonia, a los emprendimientos bélicos de Putin en Ucrania, dominio de Chechenia, Bielorrusia y Crimea, el avance de los populismos corruptos que se venden como una pseudo izquierda en América Latina, de corrientes extremistas dentro los propios Estados Unidos que llegaron incluso a asaltar mediante la violencia, el Capitolio, templo de la política, hace vislumbrar un futuro nada feliz para las aspiraciones de progreso y de crecimiento mundial en armonía, o concordia,  de manera cívica, con conciencia social y ecológica. Un claro retroceso en el bienestar universal.

Pero ese análisis forma parte de otro capítulo, por lo pronto deberíamos ser capaces de pensar que estos 127 chivos expiatorios, son personas con una vida y con familias, que salieron a manifestarse por la razón que les viniese en gana, muchos de ellos menores de dieciocho años en el momento de ser apresados a la espera de juicio en las cárceles, y ahora son condenados en su mayoría, a pasar más de una década de reclusión en el peor ambiente de violencia y corrupción humana, habiendo sido defendidos por abogados estatales que cuando no declinan su juramento hipocrático, cumplen el rol de fiscales. Acaso mi inflexibilidad en todas estas injusticias flagrantes, provenga de la lectura de la carta de mi tío a sus hijos al abandonar Cuba previendo que nunca volvería a verlos:" sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, esa es la cualidad más linda de un revolucionario" no especificó "excepto en Cuba" como algunos se lo tomaron. En mi vida cambié lo de revolucionario por ser humano.

¡Basta de abuso con el pueblo cubano!

 

Basta de abuso con el pueblo de Cuba
Basta de abuso con el pueblo de Cuba
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17 marzo 2022 4 17 /03 /marzo /2022 13:33

La "justicia" cubana condenó a 127 manifestantes del ya célebre 11-J, a penas de entre 4 y 30 años de prisión.

En pleno 2022 esto no puede ser tolerado, pasado por el tamiz de la normalidad por las sociedades abocadas a profundizar cada vez más sus mecanismos democráticos, sin embargo a merced de mantener un sitio en el mundo donde permanezcan intactas las utopías de los años revueltos, donde fijar con pisapapeles la eterna la juventud, mirar hacia otro lado con este atropello a los derechos humanos intolerable bajo todo punto de vista.

Lo peor es que quienes defienden ese régimen, a menudo protestan porque en sus países, solo pueden votar cada dos años, y quisieran tener participación constante en las decisiones del poder, impugnan la mínima injerencia de las autoridades en el derecho de cada ciudadano a protestar donde y cuando sea necesario, oportuno, o deseado.

Nostálgicos que hace ya hace años abandonaron sus impulsos igualitarios y hoy disfrutan de la sociedad de consumo, de opinión,  de libre publicación y asociación política e ideológica, sin embargo apoyan que un gobierno de partido único y monolítico, condene a prisión por décadas, a ciudadanos tengan o no razón, descontentos con las políticas aplicadas, que en pleno uso de sus elementales derechos humanos, salen a la calle a protestar por única vez en sesenta años, por el motivo que sea y reivindicando o aspirando a lo que les de su reverenda gana, represión y luego condenas justificadas en la exaltación de unos pocos inadaptados que causan daño a un automóvil y a determinado mobiliario urbano.

Más allá de la ideología, filosofía, sensibilidad política de cada cual, todo el mundo debería condenar este atropello criminal a las mínimas bases consensuadas entre las sociedades cívicas actuales. No es un bombardeo de un país europeo, que es lo único que interesa, pero es el encarcelamiento en prisiones paupérrimas de un régimen autoritario a más de cien personas por expresar su descontento en sus calles, en las calles que entre cráteres volcánicos van y vienen cada día famélicos pedaleando a y desde sus trabajos, pagados en una moneda que no puede comprar absolutamente nada de las góndolas que ofrecen productos a cambio de divisa del enemigo, las mismas calles que observan como las paredes de las construcciones que otrora las vestían y engalanaban, hoy lloran a cántaros su propia destrucción, la desatención y el descuidado siempre que no pertenezcan a un circuito turístico, o un barrio residencial de altos dirigentes.

No hablo de la protesta enérgica de los viejos enemigos de la revolución cubana, de las fuerzas de derecha y ultraderecha, hablo de la indignación que todo el mundo progresista, socialdemócrata, de conciencia humanitaria, incluso socialista debería manifestar ante esta barbaridad.

Ya ni siquiera se está exigiendo que permitan a todo cubano fundar partidos políticos con absoluta o relativa libertad, que sería lo único presentable, sino que al menos puedan salir a la calle a expresar, a gritar, a sacar la pus acumulada de tanta infección. Que puedan, siempre que no se incurra en delitos o actividades terroristas, contar con espacios donde emitir opinión, favorable, al margen o contraria al sistema, con absoluta libertad.

¡Basta de atropellos en Cuba contra quien no piensa como mandan los represores!

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15 marzo 2022 2 15 /03 /marzo /2022 13:43

La “rusofobia” que se está intentando insuflar en la gente desde los medios afines al poder económico militar, yo la conocí elevada a la enésima potencia en Cuba. Donde no te invitaban a la censura sino que estaba prohibida toda la cultura estadounidense, incluida las representaciones de las mayores luchas de emancipación de las clases bajas, feministas, excluidas, a través de los hippies, de los beatniks, del rock, del jazz, de la lietratura lumpen, de la indumentaria contestataria.

En mi expediente escolar acumulativo figuraba una mancha que rezaba "Diversionismo ideológico", por escuchar a los Stones, Gran Funk y Jimi Hendrix, y plasmar sus nombres e imágenes en mi cartera de libros hecha de tela denim, como algunos de mis pantalones traídos por alguien que tomaba aire fresco viajando afuera, estirados hasta que la costura no daba más, tela prohibida por enemiga, porque sí, se llegó a entender que una tela podía contener la fuerza suficiente para ser considerada una peligrosa amenaza: "la rabia del pitusa, del blue jean, del denim".

Las consecuencias para mi no eran agradables pero tampoco sensibles, porque era extranjero y familiar de pincho, pero para mis amigos cubanos esa mancha en el Expediente Escolar Acumulativo, era algo muy jodido para luego estudiar carreras, para los trabajos decentes, para la convivencia en la cuadra, sólo por esta estupidez tengo amigos que se fueron para jamás volver a su tierra, ese fue toda su actividad enemiga, escuchar Grand Funk, vestir un vaquero, y a veces tomar mucho menos ron que los ministros y pinchos barrigones de guayabera, tres plumas en el bolsillo y dos queridas de bajichupa en su Lada tuneado de chivatón Be bop.

La misma aberración que hoy se quiere recrear con la "rusofobia" fue un clásico dentro de la izquierda con Estados Unidos e incluso Europa, toda la órbita de la URSS prohibía masticar chicles, Moscú llegó a reprender a Tito, de Yugoslavia, por fabricar gomas de mascar, pantalones vaqueros y permitir grupos de música pop, moviendo las caderas con los pelos largos. A la URSS no la derrumbó un enfrentamiento militar, sino el deseo reprimido y postergado de deglutir una hamburguesa, tomar un refresco, ponerse un vaquero, y escuchar rock de "afuera". 

Hoy en occidente quienes todavía guarda un odio revanchista antiguo a Rusia, reproducen esta censura en la medida de sus posibilidades. No se puede prohibir como se hacía en el campo socialista, pero señalan el camino, la tendencia. Esta semana, la Filmoteca de Andalucía prohibió la proyección de un filme de Tarkovski.

¡Aflojemos! las bombas del ejército de EEUU o de Rusia nada tienen que ver con su cultura , su pueblo y sus maravillas.

 

Blue jean ruso
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