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28 junio 2023 3 28 /06 /junio /2023 10:14

La fiesta del orgullo gay es peronista.

El peronismo se caracterizó por llevar a la realidad latinoamericana el gatopardismo practicado en Europa tras la II Guerra Mundial, cuando las elites económicas entregaron un pequeño porcentaje para no perder la totalidad, en vistas de los deseos crecientes de los pobres del mundo, previo a la Guerra de parecerse a lo que se comentaba que era la vida de los proletarios bolcheviques en la Unión Soviética, que contaban todos con pan, techo, estudio y trabajo, en comparación con las condiciones de abandono a que estaba sometidos en sus sociedades. Con la excepción acaso de EEUU donde si bien existía una simpatía expresa hacia los soviets humildes, también es cierto que la tradición de una buena paga solventaba la ausencia del estado en la protección de los trabajadores. Tras la negociación entre los aliados y la URSS para quedarse cada uno con la mitad de la Europa más cercana dividiendo Berlín en dos y trazando una línea de norte a sur, la parte occidental se despertó tras el horror de la guerra y el mayor enfrentamiento entre el anticomunismo y el comunismo y entendió que nada podían hacer mejor, que establecer la salud y educación pública universal y gratuita, el derecho a a vivienda y trabajo o protección social, y entonces se intercambiaron las variables de la ecuación, y fueron los obreros soviéticos quienes desearon vivir en las sociedades del otro lado del muro virtual, que tenían la misma protección para los más humildes, pero donde además existía la posibilidad de progreso económico y se gozaba de ciertas libertades para el individuo, que hasta entonces, la verdad, que al proletariado universal le había interesado bien poco dada la emergencia de conseguir comida, cura y techo. Pero una vez alfabetizados y garantizadas unas condiciones básicas, comenzaron a desear el disenso, la posibilidad de huelgas, manifestaciones o sindicatos no alineados con el poder.

Perón fue la expresión máxima de esta extraña muestra de sabiduría de las clases dominantes. Perón sacó de la miseria a los trabajadores, semi-dignificó sus vidas llenando sus cacerolas, los colegios para sus hijos, los hospitales para sus afecciones, derecho a la vivienda, las vacaciones y los sindicatos. Digo semi, prque a la vez que sacrificó del sistema capitalista unos pocos recursos para humanizar el trato al trabajador, se preocupó de crear un sistema por el cual esos trabajadores se convirtiesen en clases subsidiadas, que jamás tuviesen intenciones, ni por supuesto posibilidad, de llegar al poder y protagonizar los cambios más profundos de sus intereses de clase.

Hoy en todas las televisiones del mainstream, en todas las radios, casi todos los partidos políticos, promocionan la fiesta del Orgullo alegre, o Gay Pride (eligiendo uno u otro idioma), pero sobre todo la elite económica mundial está feliz, alegre, dichoso de que mass media, los partidos de pseudo izquierda post moderna, el progresismo tolerado considere la estandarización del movimiento LGTBIQ+ , como su revolución consumada. Y por supuesto relegue, postergue, desatienda, olvide, desprecie, obvie todos los objetivos naturales de lo entendido como izquierda histórica. Mejoras salariales, equilibrio social, protección del medio ambiente, erradicación de la xenofobia, el racismo, el clasismo, eso en cuanto  la izquierda, y en cuanto al progresismo capitalista, la movilidad social, la igualdad de oportunidades en el progreso económico social. Por supuesto que era necesaria la desaparición de todo prejuicio sobre la elección del objeto sexual de cada persona y sobre todo la desaparición de los prejuicios cualquier fuente de placer, y el entierro definitivo del derecho de nadie y mucho menos el estado, de juzgar u opinar en lo que hace cada uno en su intimidad o su vida afectuosa.

Desde todas las minorías, ya fuesen ideológicas o hedonistas, se entendía que reivindicar los derechos de la comunidad gay debía ser una lucha compartida, transversal, porque si se lograba visibilidad para el colectivo social más marginado por la cultura patriarcal, todos los demás grupos relegados serían beneficiados. Con esta convicción, cuando regresé a Argentina tras la dictadura en 1983, conocí a Croxatto, la abogada de la incipiente Comunidad de Homosexuales de Argentina, participé con ella con un entusiasmo nuevo, rompedor, de las propuestas que en ese tiempo de mecanismos y reflejos tan arcaicos, la organización recién salida de años de terror, llevaba a cabo.

Pero hoy ¿cuánto de la fiesta del Orgullo de la diversidad de identidades, géneros y disfrutes del placer, se debe a las reivindicaciones y la emancipación de los masacrados, humillados, marginados, durante siglos alrededor del planeta en casi todas las culturas, y cuanto a la asimilación bonapartista del mainstream que hasta hace un pestañeo eran sus verdugos?

El grupo Bilderberg se fijó en cual de esas emancipaciones les costaba menos económicamente y con cual perdían menos y claro, al no estar libres los multimillonarios de desear un buen tolete en las postrimerías, expresaron, acaso incluso más faustos que sensatos, un rotundo sí a la saturación de festejos del universo LGTBIQ+

Por supuesto bienvenida sea esta expresión de evolución de la conciencia social, la tolerancia y la concordia, pero no descuidemos el enorme abismo que aun aprisiona y devasta a tantas personas en este mundo tan desigual descansando en estas aromáticas y valiosas, pero tan escasas hojitas de laurel.

Bombo LGTBIQ+
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24 junio 2023 6 24 /06 /junio /2023 11:08

Wydma era hermana del loco que hacía unos meses atrás había entrado a una licorería insultando y tirando piedras de tamaño temerario a todos los que estaban dentro, odiaba a los borrachos. No consiguió contusionar a todos pero llenó de moretones a unos cuantos y a dos los dejó bastante jodidos, les metió cantos hasta en el culo. Mientras vaciaba su saco de cambolos pensaba en esos locos estadounidenses que entran con ametralladoras de última generación disparando a todos los rincones llenando el suelo de chocolate, se hizo llamar “Billy the Kid”. Billy  fue preso y Wydma puso rumbo a Escandinavia.

Desde pequeña le había subyugado la idea de vivir en una estepa nevada, en una casita de chocolate con un tejado cubierto de hiedra en verano y de nieve apelmazada, tupida, en invierno, renos alrededor, y no tan lejos como entonces, los lapones. Pero al aficionarse a las series nórdicas grabadas en pueblos costeros y ciudades, también por la proximidad de la materialización de su deseo en la cual intervenía más los datos concretos de precios, supermercados, comidas, restaurantes, tiendas, medios de transporte, y otras comodidades convenientes, sobre todo en el aislado norte, empezó a preferir dentro de sus anhelos, la nieve igual de caída y agrupada en cantidades generosas, pero sobre un emplazamiento más urbano.

Primero fue a Oslo, conocía a un amigo checo que vivía en la ciudad, se alojó dos meses en su apartamento que era de dimensiones aceptables para dos personas, pero como cabría suponer al menos en el terreno de las probabilidades el amigo tenía intenciones de compartir líquidos seminales con ella, cosa a la que Wydma no se opuso en absoluto, en cierto sentido hasta le pareció una prestación extra, pero teniendo claro que era para dejar escapar la tensión en algunos cuantos gemidos, contorneos, mamadas mutuas de genitales, paseo de las lenguas por los aledaños y abrazos, que al fin y al cabo eran protectores.. Wydma era especial, todo lo hacía con sentido, no necesariamente para obtener algo pero sí habiendo sopesado pros y contras, y para ella empezar en una ciudad tan distinta en todo a su idiosincrasia suponía una presión extra que de alguna manera debía liberar. Milenko era una perfecta vía de descarga, un tipo alegre, amable, culto, estaba bueno quizás con el culo un poco flácido pero tenía buen rabo, ella solo tuvo que dar unos retoques en las costumbres higiénicas y la sugerencia de cierta variedad culinaria, por lo demás estaba perfecto, además de contar con refugio hasta que pudiese independizarse. Ella le propuso pagarle la habitación que ocupó, pero Milenko se negó, solo le puso la condición de compartir gastos de comida y el dispendio, tampoco demasiado seguido, de esas energía hierática acumulada en la semana. Wydma era rubia, tenía el pelo lacio, ojos verdosos, piel pálida, pero sus curvas, el culo, las tetas, los muslos y sobre todo la gracia al andar eran marca registrada de allende los mares, Milenko se preguntaba como no se cansaba de caminar y hablar bailando, a veces se le paraba el cohete solo mirándola, “uf es explosiva, blanca y mulata dos en una, y ambas bellas”, pero no la molestaba más que esa emergente vez a la semana en que todo parecía confabularse para sintetizarse en un abrazo ¿qué importancia tenía si con génesis en el deseo lascivo o de protección? Al final era un imperioso anhelo de ambos, el placer y la caución entreverados sin  mezclarse intercambiando virtudes, tras el vidrio climatizado de una ventana empañado por dentro, congelado por fuera.

Ella no estaba ni estaría enamorada de él, pero la pasaba bien, le encantaba calentarlo y después fornicar con desenfreno. Milenko ya le había dicho que le gustaban las braguitas blancas, de algodón, podían presentar algunos estampaditos pero tenues que no irrumpiesen en los dominios del blanco descolocándolo, en todo caso que lo potenciasen, le encantaba la vista de la vulva desde atrás apresada por la braga, las piernas que aparecían desde los pliegues que formaban los glúteos,  y cuando apretaba levemente con sus manos las nalgas cubiertas por esa tela ajustada, suave al tacto, se producía un contacto directo entre los dedos y la zona del cerebro encargada de enviar de inmediato la señal de zafarrancho al rabo. Una tarde Wydma fue a comprar un nuevo juego de bragas del tipo que tanto a ella como a Milenko le gustaban, en la tienda le atendió una empleada que hablaba español, así que se entretuvo charlando un poco más de lo que el decoro y las buenas formas sugieren, la muchacha era uruguaya, había vivido casi la mitad de su vida en Buenos Aires y ya iba por la otra mitad entre Copenague y Gotemburgo, estaba probando hacía pocos meses vivir en Oslo, pero su intención era mudarse a una ciudad pequeña del interior, Wydma le dijo que esa era exactamente su misma intención. En realidad no lo tenía definido del todo pero encontrarse a alguien que pareciese tan cercana, tan ella misma y que tuviese esa decisión tomada cuando había cubierto buena parte de la geografía escandinava viviendo, terminó de ponerle la guinda a su deseo expreso pero todavía bastante difuso.

Wydma

Wydma

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25 mayo 2023 4 25 /05 /mayo /2023 10:09

La sal se adhiere, hiende sus uñas en lo más pedregoso del ser, sus colmillos perforan la espalda y se aloja entre los labios y la encía. La sal, el horizonte, la nada, son párpados que no deben cerrarse. Luego está el escozor que provoca mirar al fondo azul oscuro que resguarda tantos cientos o miles de metros de sortilegios, corrientes, bichos, fríos, luego está el hambre y al final la sed rodeado de agua. Pero la sal es lo único que nunca se va, no hay champú ni kerosén, ni siquiera alquitrán que la borre, la despegue, la entierre, la olvide.

Con su manto de sal recorría las calles en busca de un mendrugo, en busca de su paraíso soñado, en parte encontrado en el resguardo de un banco de plaza, de un rincón de la ciudad donde se juntaba con otros de otros pueblos, otras lenguas, otras madres, pero del mismo color de piel. O parecido, porque en la cosa en que los afortunados de pieles más o menos claras se equivocaban, era en igualarlos por el color de sus pieles, que en absoluto eran iguales, algunos negros se diferenciaban de otros casi tanto como de esas pieles que se sentían a salvo. Era negro, sí, igual que el que llegaba a las ocho, puntual tras haber recogido toda la viruta de metal asentada en las superficies más insospechadas, igual que el de los ojos grandes, o el que hacía reir casi sin hablar, pero no se parecían en nada más que su peregrinaje, que en el viento, las miradas y la sal adherida.

-Al menos nosotros llegamos- suele decir Abiola cuando hablan de las vicisitudes de sus vidas- muchos, miles, quedaron en el camino a manos de los soldados, de los ladrones, del sol del desierto, de la incomprensión, del azul oscuro del mar, otros a manos de la policía en la frontera; pero lo peor son esos que terminan su sueño en un infarto o cayendo de un balcón tras correr cargados con sus mantas, henchidas de camisetas con los nombres grabados de negros adorados, privilegiados, multimillonarios que todos los blancos y semi blancos quieren vestir pagando cinco veces menos que en la tienda oficial- y mientras habla piensa "al menos, yo llegué".

-A lo mejor todo este lío con el racismo en el fútbol nos beneficia un poco, quizás nos tendrán más en cuenta como personas, no solo iguales, sino que hemos sufrido infinitamente más que ellos- dijo Addo- con que me sirvan en al bar de la esquina, la diferencia sería notable

-Lo dudo mucho Addo, las leyes contra el racismo entre el reducidísimo grupo de privilegiados multimillonarios existe hace mucho, para igualarlos en todos los privilegios señoriales, pero nunca esto nos ha beneficiado a nosotros, más bien hasta tengo la sensación opuesta, los aficionados menos agresivos condenan que les llamen "negro" a sus ídolos, de las camisetas que vendemos, pero cuando salen del recinto y nos ven vendiendo ropa o música, durmiendo en la calle, en los peores trabajos, no ven a su ídolo, ven a "negro" en su debido sitio. Pertenecen a una clase social tan baja que hasta sienten cierto alivio de constatar que aún hay algo debajo de ellos, se sienten hacendados por unos instantes. Pero encima concurre otro detalle, esta vez todo es ruido para favorecer a un solo jugador, problemático, burlón, que entre otros cinco jugadores de piel oscura, es al único que insultan. Buscaban que le quiten la más que merecida tarjeta roja de la que se libra cada partido cuando profiere todo tipo de ofensas al árbitro, al público, a los oponentes. Aunque es justo que se luche contra ese insulto, habiendo tantos otros términos que se ajustarían con mayor precisión a la descripción del personaje. Y lo consiguieron, ya está, nada más importa, ninguna televisión te va a mencionar a ti, ni a mi ni a los miles que mueren en el mar, en las vallas o en la huida-

-Yo solo quiero que la vecina del bajo no me mire más con esa cara de asco y deje de hacer sus comentarios cargados de odio, quizás para eso sirva-

-Too much monkey business; yo no espero nada, solo hablan de racismo cuando les conviene y hasta que conviene. Cuando salimos de nuestros pueblos desistimos de cambiar nuestra propia sociedad, de donde provenimos y donde no teníamos garantizado llegar vivos ni siquiera al último día de nuestras vidas. Todo lo que buscamos es una salida individual, por eso me parecería un poco hipócrita reclamarle, exigir el nivel de conciencia colectiva a la gente de aquí que nosotros abandonamos allá. Por eso mi ilusión, sueño o lucha es conseguir arribar a metas personales.

-Como Tina-dice Addo- negra en Estados Unidos, lo cual, a diferencia nuestra, significa descendiente de esclavos, de desprecio, de dolor, además mujer, y encima maltratada, abusada por su marido Ike, el jefe de la banda, de la casa y de la palabra, hasta que ella dijo basta, y la palabra, la banda y la casa cambió de jefatura. Hoy falleció, parecía que nunca podía pasar, Tina era lo opuesto de la muerte, era vida, energía, movimiento, voz salida de un pozo de una profundidad mayor que la del azul oscuro del mar, sus labios gruesos, la nariz achatada, las piernas de ébano, enamorando al mundo entero, a los chicos del rock ingleses y norteamericanos, y se convirtió en la Reina del ácido en la película Tommy de los Who, teloneó a los Stones en la gira que concluyó con el fin de la paz en Altamont, fue protagonista en la saga de Mad Max, llevó a Cher, Jagger, Lisa Fisher, Rod Stewart a su escena y los dejó a la altura del betún. Subió y bajó de sus limusinas, yates y aviones, desde Manchester a Jamaica. Cuando me quiero dar manija canto Proud Mary, la de los Creedence que ella popularizó. Sólo una cosa le pidió a Ike, quedarse con su apellido. No sé si por lo elegante de su pronunciación precedida del nombre Tina, si presa de una variante del síndrome de Estocolmo o más bien para recordar cada día de donde había salido, los candados y cadenas que rompió y la puerta tras la que un magnetismo tiraba de ella con insistencia, pero a la cual nunca debería volver siquiera a asomar la ñata.

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Tina

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20 abril 2023 4 20 /04 /abril /2023 17:23

Nací en el seno de una familia admiradora y portavoz de la revolución francesa, de la rendición de cuentas en la plaza de la Concorde en 1793, y de la Comuna de París, por extensión también un poco de afrancesamiento barato, de colonización voluntaria, en literatura, estética, y las chispas casi apagadass de buen gusto que llegaban al remoto sur.

Un miembro de esta familia profundizó ambas tradiciones adecuándolas a su tiempo, la revolucionaria y la estética y literaria creando en su persona al héroe y anti héroe romántico de nuestro tiempo. Y por supuesto atomizó todas las raíces y ramas de la familia. Y aunque unos componentes abrazan unos aspectos del ínclito tío (los que quedan en Cuba, desde luego, son los mayores renegados y reticentes de su carácter comunista y austero) y otros simpatizan con otros rasgos, lo cierto es que se mantuvo viva la empatía con la conducta colectiva francesa en momentos de agresión de los poderosos al pueblo.

Yo he pretendido perpetuar ese respeto y honra en mi entorno y descendencia. Una y otra vez ese pueblo de buen gusto, amante de lo más excelso del hedonismo, de la contemplación y el arte en todas sus formas, cultores de la imagen, del aspecto, de los colores y los aromas, también de la dignidad, el honor y el heroísmo. Estos días nos siguen dando lecciones de valor, de empoderamiento, de participación en los destinos de la Historia.

Mis respetos a todos esos franceses y francesas, que calzadas con Chatelles Paris y aromatizados con Elixir de Dior o sudados y en alpargatas, han salido a la calle en estos, como en todos los tiempos, a luchar para defender sus derechos de manera rotunda e impostergable. Y que Alain Robert no deje de escalar edificios.

 

Rendición de cuentas en la Place de la Concorde
Rendición de cuentas en la Place de la Concorde

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9 abril 2023 7 09 /04 /abril /2023 14:23

No se te ocurra tomarte demasiado en serio a cualquier español contemporáneo que te hable de crisis. Es decir, no como si te lo comunicase un finés o un coreano.

Navidad, año nuevo y reyes magos se convierten en un mes entero incurriendo en gastos ingentes. Comidas, borracheras, compras, miles de millones de euros a lo largo de toda la península y sus ínsulas. Después vienen esos mega puentes en que todos huyen despavoridos de la gran urbe, y en Semana Santa es una cosa de locos, no hay una sola plaza de hotel ni una reserva de restaurante por cubrir en las principales ciudades y menos aún en las aledañas, Ni hablemos de verano. Y es que el español no sale a comer un platito, si puede se come un carnero o un cerdo entero, beben caldos suntuosos de Rioja o Ribera del Duero, el almuerzo y la cena con su debida sobremesa, puede durar horas de risas, voces y bebidas espirituosas. Carpe diem.

Ni se te ocurra entender la palabra crisis recurriendo a su significado original, tienes que entender el término en su variante ibérica, un significante que viene a advertir que tras derrochar enormes cantidades de guano en lastrarse langostas, centollos, percebes, jamones de bellota, vinos exquisitos, sobremesas boreales, garitos, pubs, bares de copas, buenos hoteles, regalos, queda poco resto para pasar los dos o tres escasos meses en que no hay una fecha señalada para tirar la casa por la ventana. Así es desde siempre, pero es probable que se haya acentuado tras la pandemia del covid 19.

Los españoles no paran de gastar, salir a caminar por el campo es una actividad sumamente residual, de vascos, navarros, o paradójicamente, de clases acomodadas, a no ser esas muchedumbres dominicales que te encuentras si tienes la mala fortuna de elegir una senda corta al costado de un pueblo famoso por sus fondas, tabernas, casas de comidas de cocidos, corderitos lechales o paellas. En España salir es morfarse o beberse todo cada día. Incluso los obreros comen menú de dos platos, postre, pan vino y gaseosa, no un sanguchito sentado en una banco de plaza como almuerzan los oficinistas de allende las fronteras.

-Hombre ya ves, por eso estamos como estamos de jodidos.

-Sí, esto ya no se aguanta más. Venga te invito un café ¿pá’ dónde vas ahora?

-Tengo la mujer y los niños esperando que nos vamos a comer un cocido a lo de Manolo.

-Vale, te veo por la tarde en lo de Paco para el partido y unas cañitas. La vida son dos días.

Tras la pérdida de las colonias, e incluso con ellas, los españoles pasaron acuciantes necesidades, en ocasiones incluso hambre de llegar a morir por no comer, no un simple apetito, quedó en el ADN como un recuerdo impreso, de ahí que se gaste mucho más en lo que será descartado en un máximo de dos días por vía rectal, y en borracheras interminables por vía renal, que en por ejemplo, arte. Claro que todo esto tiene sus excepciones y variaciones marcadas por la educación y la clase social.

España vive en la calle, come, bebe, ríe, grita, y aunque tanta historia de inquisición y represión religiosa se metió en la cama provocando que acaso se amarizase menos de lo que sería coherente con las demás estridencias, el español goza y se gasta todo en disfrutar de manera estruendosa, brillante y llamativa como su clima.

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fiestas

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3 marzo 2023 5 03 /03 /marzo /2023 13:51

Isabel Díaz Ayuso, como recomienda su consejero de imagen, espoleó con fuerza a la pinza para que se le vaya al galope, pero muy, muy lejos.

Ya cuando subía al estrado antes de ser presidenta con su camisa verde olivo, decía un agravio detrás de un disparate sin inmutarse, olía a una política audaz con una temeridad limítrofe. Cuando consiguió su primer gobierno a través de lo que hoy ella misma denomina “conspiración para el poder” con Vox y ciudadanos, contra Gabilondo que había ganado claramente las elecciones, abría los ojos como el dos de oro cada vez que se le acercaba una cámara, su avidez de fama había puesto de relieve lo que le decían de pequeñita “ay que mona, que ojazos que tiene” y donó a la antología de “memes” un buen puñado de instantáneas con semblante de gemela de la muñeca Annabelle.

Tras la segunda legislatura en la que ganó con mayoría suficiente, fue aminorando el esfuerzo que requiere semejante apertura de los párpados, y comenzó a centrarse más en sonreír con ternura entre los suyos y los de Vox, pero con una actitud adusta en presencia de la oposición, no tanto la de Madrid, a al cual inteligentemente despreció desde el inicio, sino al gobierno Nacional, y casi con exclusividad obsesiva, a Pedro Sánchez. Si fuese una novela Venezolana escrita por Izaguirre, lo más probable es que adjudicasen esa fijación a un enamoramiento tan excesivo como poco correspondido, que sólo puede manifestarse a través de hostilidades y cualquier freudiano lacaniano advertiría sobre una pasión latente por las políticas revolucionarias expresadas en sus constantes manifestaciones iconoclastas y rebeldes casi adolescentes. Tan fue así que demostró su fuerza y su incorrección cargándose al presidente de su propio partido, y consiguió que todos olviden las razones más acuciantes de ese fratricidio, una seria acusación de Pablo Casado sobre la poco decorosa comisión del hermano de Ayuso por surtir de mascarillas la Comunidad de Madrid en un delicado momento de catástrofe sanitaria nacional.

Ayuso no mide el riesgo, o al menos eso intenta trasladar al votante conservador madrileño que en los últimos años se han convertido en mayoría, en esa identidad esquizofrénica de la capital de España, que fue la primera a nivel mundial en rechazar casi de manera unánime la invasión a Irak de Bush, Aznar y Blair, que a nivel de comicios nacionales suele manifestarse a favor del progresismo, peor que en la dimensión comunitaria elige lo más conservador, sea cual sea el nivel de infracciones o delictivo de sus dirigentes, así pasaron de un Gallardón tolerante y famoso por su concordia y buenos modales, a una Aguirre jefa absolutista y omnipresente en una cúpula famosa por un derroche de corrupción, seguida de Cifuentes, tan liviana en costumbres que robaba cremas en las grandes superficies y falsificaba títulos.

Ayuso supo leer una avidez colectiva por la frivolidad, en la voluntad de los madrileños de elegirla a ella con su escasísima cultura general, haciéndolo público con sonados dislates incluso en los temas más inherentes a la derecha conservadora española como el conocimiento de la dinastías regias asturianas y leonesas, o la génesis de lo que se denomina el mundo occidental, frente a un Gabilondo, leído, culto, cívico, enfundado en la concordia y los buenos modales.

Hoy vuelve a mostrar el más mínimo respeto por los protocolos, las jerarquías, los modales, la política acartonada española, pero también la cultura cívica, en su desplante a Bolaños, en la licencia para que su jefa de protocolo llegue al punto de tomar al ministro por la cintura haciéndole un tackle de rugby para que impedir que este no avanzase hacia la línea del try.

Ayuso hizo de esta virtud circunstancial del desparpajo y  la falta de respeto a la institución y  a la cultura, un arma, pero que puede terminar siendo de doble filo, porque si bien hoy es su sello identitario y su mayor reclamo publicitario, incluso mayor que su aspecto ciertamente atractivo con esa fabulosa "cara de cine mudo" como dice el gran Raúl del Pozo, que los Stones y los Sex Pistols no habrían dudado en usar en las portadas de sus vinilos, cualquier día, en esa Madrid esquizofrénica, de dos caras tan marcadamente diferenciadas que emergen en el menos pensado o más urgente de los casos, podría convertirse en el mayor de sus enemigos. Porque allí donde hoy importa más tomarse cañas  en cuarentena que siete mil ancianos muertos, mañana puede invertirse la ecuación y tal como hoy los barrios obreros la votan, pueden pasar a ser los barrios más refinados quienes la denosten. Todo puede cambiar en una tarde según el cariz del mentidero. Una moneda de dos caras, oro y lodo.

Oro y lodo
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12 febrero 2023 7 12 /02 /febrero /2023 18:19

Albertico le ofreció a Toscar el apartamento de un amigo de andanzas que estaba huido por problemas con la ley y le había dejado las llaves para que le cuidase a la cotorra. Toscar se hizo rogar un rato pero al final de la charla le dio un abrazo a su amigo y agarró las llaves con tal fuerza que en un momento pensó que se le clavaría la punta de una en la palma de la mano.

Toscar no dejaba de pensar en alguna venganza contra los estamentos jerárquicos de la empresa, pero sabía que para eso tenía que trabajarlo mucho. Primero mejorar su posición económica, era fundamental, porque aunque empezó a sentir una especie de culto al justiciero de Olot, aquel que se llevó puestos con una escopeta a los hermanos explotadores y estafadores para quienes trabajaba y que le debían cinco meses de sueldo mientras se daban la gran vida, y al director de la oficina bancaria que estaba por quitarle todo, junto a la empleada que cada vez que lo veían entrar lo destrataba de una forma humillante. ¡Pum! y se acabó, no más tensión en todos los músculos, ni toneladas en los hombros, ni dolor punzante bajo las cejas, ni cabeza baja, ni sensación de ahogo en la madrugada, se quitó todo en una tarde, y se entregó a las autoridades con una sonrisa en el semblante que revelaba un alivio tan profundo, que fácilmente podía confundirse con la felicidad.

Pero el justiciero de Olot estaba preso y eso era algo que no le permitía ensoñar el pensamiento en paz, terminarlo con una lazo perfumado. No era justo que cada vez que alguien harto de ser pisoteado decidiese romper el acostumbrado mecanismo de aplastamiento hasta la desintegración, por sí mismo y por el resto de los pisoteados que por las más diversas causas no pueden patear la mesa del pan duro, termine preso o muerto.

Una tarde hablando con Albertico Toscar le dijo que con el tiempo deseaba crear un pueblo donde consiguiese alojar a los personajes más pérfidos dentro de los que abusan del poder, No solo delincuentes sino aquellos cuyo delito consiste en ejercer el poder que tienen sobre una o más personas. Albertico le dijo:

-Y al primero que metemos  ahí es a tus viejos y a los míos.

-Albertico, imagínate a todos esos hijos de puta multimillonarios, abusadores, trabajando con las manos, cargando cubos de cemento, echando mezcla con cuchara de albañil, subidos a andamios a más de treinta metros de altura, sin seguridad, con cascos sucios, con lluvia, nieve, sol que raja las piedras, o viento huracanado, llorando en la noche por las ampollas, preguntándose entre todos ellos en el único bar del pueblo roñoso, pestilente, tomando un café mezcla, al inicio, y con el tiempo bebiendo alcohol barato, vino de tretra brick por el tiempo que duraría tal suplicio, y que habrían hecho para merecerlo, mientras con el paso de las semanas los menos pervertidos por la crueldad que les atenazó el alma a todos en sus burbujas de poder, comenzasen a comprender lo que habían hecho, la asfixia que habían impreso a seres que entonces ni siquiera consideraban humanos, a los que tenían ubicados socialmente por debajo de sus mascotas, incluso de los animales del zoológico, a los que entendían requerían mayores cuidados que sus empleados. Imagínatelos discutiendo entre ellos cuando unos comenzasen a visibilizar el daño ocasionado, mientras los otros tozudos en su incapacidad para distinguir el bien del mal, no solo continuasen sorprendidos con el castigo reformatorio, sino que formasen cédulas con el fin de rebelarse al sistema impuesto, y los que se distanciasen fuesen a informar a la policía que habríamos organizado, con idénticos mecanismos de actuación que la que los protegía a ellos y sus intereses, y entonces entrase a sus apartamentos tirando la puerta abajo y tras un buen ramillete de porrazos, puñetazos y patadas, los subiesen a una patrulla camino a un calabozo donde esperarían unos pocos días en recibir la condena de jueces tan imparciales como los que ellos manejaban a su antojo, recibiendo penas de mínimo veinte años de reclusión en una prisión infecta sin derecho a revisión de pena, por pertenecer a una organización terrorista con fines de atentar contra la autoridad establecida. Sus esposas deberían salir a trabajar de lo que fuese si querían comer. Algunas, las más “buenorras”, que aun después de parir como lazo al patrimonio, y tras las toneladas de potingues de calidad, seguían estando de buen ver, a alquilar servicios sexuales a veinte euros la mamada y a cuarenta el polvo, en la parte trasera de las chatarras de coches que pudiesen permitirse los puteros, sobre tenazas, llaves, cubos de albañil, cal y cemento, con mucho sigilo ya que la prostitución está prohibida en el pueblo para pobres y a la que atrapen puede ir a pasar unas cuantas navidades en la prisión contigua a la de su esposo, dejando los niños en caso de que hubiese al cargo del estado con los recursos de este destinado a ese tipo de criaturas. Mientras las que ya de tanto tomar té con tarta por las tardes y de comer las exquisiteces que sus criadas sudamericanas o africanas les cocinaban al mediodía y por la noche desarrollaron prominentes abdómenes, caderas con más chicha que tendón y muslos fofos, tendrían la bendición de solo poder dedicarse a trabajar en algo de provecho y sobre todo, que tendrían muy visto a lo largo de su vida privilegiada, aunque probablemente no con ánimos de aprender, las habilidades de la servidumbre. Podrían volcar todo lo aprendido, o más bien lo recordado de sus mucamas en las casas a las que fuesen a limpiar, lavar ropa, tender camas y asear inodoros empercudidos, de hogares súper humildes como el de ellas mismas, pero de albañiles o mineros, o deshollinadores, aplicadores de alquitrán en la carretera, destapadores de cloacas, electricistas de postes de alta tensión, empleados en mataderos, peones de campo, y un largo etcétera componente de los trabajos más duros en las clases bajas, que hayan asumido obedientemente el nuevo estado de las cosas y se hayan resignado a ser buenos ciudadanos. Personas de bien y n terroristas o antisociales. Estas mujeres percibirían menos que cuarenta pavos por media hora de fricción corporal, pero nin correrían riesgo de iur presas, de ser goleadas en la noche, abusadas en las furgonetas chatarra, ni de adquirir enfermedades venéreas, aunque no se salvarían de los cientos de enfermedades que esos trabajos, siempre, indefectiblemente, si no es una es otra terminarán aportándoles a su salud: artrosis brutal prematura, neumonía, cúmulo de alergias, mordidas de perros, arañazos de gatos, contusiones por caídas,  escoliosis, dolores de todo el cuerpo por el exceso de horas para cumplir lo pactado, el contrato o la norma. Enfermedades degenerativas que más tarde o más temprano las retirarán del servicio doméstico con una ínfima pensión que les dará para descansar en paz esperando antes a la pelona en el lecho que al terrorista del marido, que en el mejor de los caso llegaría muy cambiado tras veinte años conviviendo con la peor calaña   de la sociedad, su propio nivel pero en otras modalidades. En cambio imagínate a los que aceptasen el modo de vida mismo que ellos ofrecieron a sus subordinados. Al cabo de cuarenta años podríamos convocar una especie de Congreso para compartir experiencias, aprendizajes, conminarlos mediante una suma paupérrima pero motivadora dados sus ínfimos emolumentos, a escribir, a dejar constancia de sus reflexiones, escarmientos, criticas, descargos en su favor, todo lo que se les ocurra, libertad expresiva por un mes para que, con arreglo a la ley y el orden por supuesto, manifiesten lo más granado que el acervo recogió de los cuarenta años de experiencia empática con sus ex antagónicos. Imagínatelos con todos esos dedos enormes, no como los de los albañiles que debieron comenzar a echar mezcla con el padre desde los doce años.  Pero sería un ejército de curas violadores, empresarios inescrupulosos, policías golpeadores de los más débiles, carceleros torturadores, banqueros expoliadores, aristócratas chupasangre, monarcas corruptos, con la carne de las yemas sin huellas dactilares, engrosados por la superposición de callos, bordeando la uña a tal punto que la hunden barnizada de mezcla endurecida por siempre, las palmas de la mano plagadas de relieves y rugosidades callosas que les convierte en un suplicio el simple hecho de poner en hora un reloj de pulsera, las caras deformadas por la ingesta de alcohol de altísima graduación y pésima elaboración, las orejas grandes, las calvas irregulares, el escaso pelo ralo, alambroso, la tez bruñida de mal sol, bronceado diferente al de cuarenta años atrás, tetas caídas de mala alimentación barrigas enormes de fritangas y caldos especiados con chorizo de lata, con los ojos rojos de resaca y el ceño vencido hacia las mejillas. Imagínate los resultados del Congreso, dejaríamos participar también a los terroristas y a las putas desde las prisión, es casi más motivante conocer el crisol o quizás lo monolítico que arrojarían esas conclusiones recogidas en una especie de  “manual para la convivencia”, que el placer supremo de verlos trabajar y percibir el cheque de quinientos morlacos a final de mes que solo les alcanzase para arroz, papas, huevos algún pollo, unos tres bombillos encendidos a la vez n la casa, aguardiente feroz y jabón de lija. Que no te niego Albertico, lo placentero y reparador que sería verlos llorar como plañideras pero todavía más esperanzadora es la ilusión de poder leer sus observaciones al cabo.

-La verdad es que sí, deberíamos empezar a intentarlo. Pero después del Congreso ¿qué, los soltamos a todos, los invitamos a saltar del acantilado?

-No, ya tengo todo planeado. ¿Nunca viste esas películas en que un grupo de ricos buscan la forma de convencer a un mendigo para asistir a una caza, y cuando llega la hora le comunican que la presa será él? En algunas le ofrecen unos cuantos miles que podrá disfrutar si logra llegar a un punto generalmente lejano, en otras le ofrecen la vida, y que está tomada de la realidad, en un país del Este de Europa desarticularon una banda que organizaba ese tipo de cazas a las personas más desgraciadas de la sociedad. Y que probablemente se replique en países con vigilancia e la ley muy laxa. Pues mi idea es reproducir esas cazas pero al rico. Ofrecerles a los afortunados que lograsen alcanzar ciertos límites dentro del territorio que deberíamos tener controlado para la ciudad reformatorio y alrededores,  quedasen, de algún modo, libres, aunque jamás podrían regresar a su antiguas vidas, países, ni por supuesto poder y comodidades , pero disfrutarían de una vida más frugal, podrían gozar de un trabajo livianos incluso según la edad de una pensión justa que les alcanzase para algún pequeño lujo de vez en cuando. El único tema que debemos pensar para esa caza, es quienes serían los cazadores, que obviamente deberían provenir de los bolsones de seres damnificados por sus presas. Esto nos plantearía varios inconvenientes, el primero que se me ocurre es que si la caza la organizamos pasadas décadas de los abusos cometidos, habrá un problema de edad y acaso, la merma de los ánimos de venganza de la victima. Si lo organizamos apenas sean secuestrados para introducirlos en la ciudad reformatorio, cuando todavía esté fresca y vivaz la bronca de la victima, en caso de conseguir la libertad, el o la castigada no habría aprendido nada de lo que deseamos enseñarle. Luego está el detalle de la confidencialidad en la caza, y tener en cuenta que si bien comenzamos esta actividad lúdica más con el fin de establecer una justicia terrenal, al cabo de cada expedición o bien deberíamos realizar un trabajo psicológico con los cazadores para extraer culpas, o bien deberíamos asumir los mecanismos de la naturaleza humana una vez que se tiene acceso al poder sobre las personas, y una vez que se experimenta el placer del resarcimiento a gran escala, no de la revancha de andar por casa, sobre conocidos, compañeros, vecinos incluso familiares, sino en una dimensión desconocida, a donde solo se llegaba con grandes sublevaciones, revoluciones altisonantes. La posibilidad de la venganza sobre el mayor culpable de los males, utilizando toda la fuerza que la bronca requiera o pueda producir, arribando al acto más liberador imaginable, pero admitiendo que deja un poso de mal, de conocimiento del placer de ocasionar daño, que de alguna manera justifica a cada ser maligno de este mundo previo y posterior al experimento, que atenta contra el propio fin de la ciudad reformatorio, ya que perpetúa la exacerbación de la crueldad siempre que el poder lo permita.

Salvando algunos pequeños detalles, de importancia pero no determinantes, Toscar y Albertico, tenían un proyecto sólido en mente. Faltaba un universo para que también estuviese entre manos.

Garimpeiros fotografiados por S. Salgado

Garimpeiros fotografiados por S. Salgado

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4 febrero 2023 6 04 /02 /febrero /2023 13:00

Ayer me reía con una amiga sobre lo que habría sido nuestra juventud y la de nuestras amistades, en esta era de retorno a imposiciones monacales refrendadas en leyes punitivas con el desborde del deseo.

Recordaba un día que compartiendo entre tres parejas en el Turquino del Hotel Habana Libre, una de las novias ajenas comenzó a arrimarse al muslo opuesto al que compartía con mi novia ocasional de entonces. De a poco comenzamos a acariciarnos disimuladamente en la medida que el ron iba desatando el rock'n'roll en la cuna de nuestros mutuos deseos, así llegamos entre chistes y conversaciones banales en la mesa redonda, a meter las manos en nuestros respectivos underwears y darnos ese tipo de placer sabroso, por furtivo y reprochable. En esas circunstancias no podíamos llegar al final dada la proximidad de nuestros respectivos "amores" así que decidimos tácitamente presentar nuestras excusas por ausentarnos para acudir a la llamada del mingitorio y/o quien sabe, del inodoro. Al final usamos un pasillo interior a la cocina del restaurante Sierra Maestra, que yo conocía bien por haber vivido en ese hotel años atrás, para echarnos uno de esos palitos tan ricos como plagados de justificado sigilo, podían aparecer camareros, capitanes, empleados, ascensoristas, novia o novio y convertir el palo en un monumento al chasco. O al galletón.

Se nos ocurrió traer a día de hoy esta anécdota frecuente, común, conocida por todos  y varias veces reproducida por muchas parejas en toda La Habana en aquellos años de derroche orgásmico, en idéntico o diferentes emplazamientos con distintas o incluso algunos de los mismos protagonistas, vaya usted a saber como terminó el pis que se fue a echar mi novia una hora antes, una después, o la semana de nuestro clímax de "amol".

Hoy la chica, de la que evitaré recordar el nombre, se habría dirigido a mi en voz firme antes del intento de aproximación:

-Chuchi, a pesar de estar con mi novio y tú con la tuya me estás despertando un gusanito, aunque por ser mujer estoy libre de esta obligación, públicamente, con suficientes testigos presentes, en este acto me gustaría pedir permiso para aproximarme a una distancia acaso poco apropiada para los cánones del buen decoro.

Yo mirando a mi compañera al lado izquierdo y a su maromo a su lado derecho, a mi vez declararía:

-Sí, con mucho gusto y por supuesto sin precisar la aprobación de nuestros respectivos "cornudos" aunque solicitando su amable comprensión.

-Bueno, dale- bufa mi novia- lo apruebo comprensiva de la necesidad de que un renovado flujo seminal desatasque los obstáculos que todo considerable tiempo de relación sedimenta, en cambio de la galleta que a esta descarada en otros tiempos no se la quitaría de encima ni el más bravo resoplido de un futuro inminente.

-Como no, procedan- rajaría el novio- ¿qué remedio? en épocas pasadas habríamos sucumbido  por el influjo de los impulsos primitivos desatando una bochornosa despingazón en lugar de esta civilizada quietud que nuestra sangre mediterránea supo, contraria a los prejuicios atávicos,  finalmente conquistar.

Y entonces, ya me tocaría a mi preguntar:

-Dado que “sólo sí es sí”, no valen supuestos, ni aproximaciones mutuas sino la expresa aprobación verbal atestiguada,  estimada compañera casual de este amistoso convite, ¿aprobarías que mi mano se deslizase bajo tu falda acariciando esos deseados muslos y la vulva presumiblemente entrañable?

- Por supuesto mi improvisado y sorpresivo aunque ya muy deseado vecino de asiento, y si no tienes inconveniente, ya, apresurando trámites, te solicitaría la aprobación expresa, para pasado un rato de arrumacos, cuando los suspiros y secreciones en aumento lo justificasen, tras excusarnos debidamente con la mesa, ¿podríamos dirijamos a un pasillo umbrío o a un rincón apartado a echarnos uno de esos emergentes, divinos palos de parado?

-Sí, concedo mi total aprobación. Por favor amable mesa entera, que figuren ambas declaraciones de consentimiento mutuo, bajo la acreditada total posesión de conciencia sobre nuestros actos, para que tenga lugar, aquí y hoy, en efecto, este cuernito, al que ya de adrenalinico, camuflado y clandestino no le quedan ni los agujeros de los calcetines.

 

El inminente pasado
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3 febrero 2023 5 03 /02 /febrero /2023 18:06

Mi posición desde al menos que tenía once años cuando encarcelaron a mi padre por espacio de tiempo de ocho años y medio: no creo en la cárcel en ningún caso, ni en un simple robo, ni en una violación, ni para poderosos fascistas como Videla, sus torturadores, los esbirros cubanos, o estas dos chicas que torturaron y violaron a su hijo de cinco años de manera cotidiana, para concluir descuartizándolo.

Así como fue revolucionario el concepto de prisión frente al de tortura y muerte pública, con descuartizamientos y hogueras, cuando se consideró que la mezcla de castigo y tiempo de reflexión recluido era más humano, menos salvaje, que el despedazamiento para goce del pueblo sediento, cual plaza de toreo o torre Maya, de sangre y dolor. Desde el siglo pasado la ciencia conoce que la prisión solo acentúa las perversiones, las parafilias y el sentimiento de odio a la sociedad. Ya Víctor Hugo decía en los Miserables, que el penúltimo escalón de la especie humana era el preso, pero el último estaba reservado para el guardacárcdel.

Creo que alejarnos de castigos vengativos,  nos cura como comunidad a todo nivel, regional o universal, volcar todo nuestro esfuerzo en conseguir, que un día los delincuentes y criminales entiendan, desde la génesis, desde el nacimiento de sus perturbaciones, no desde la culpa, que algo hicieron mal, muy mal o malísimamente mal. Esto entronca con la polémica suscitada en España por algunas consecuencias de la ley popularmente conocida como "Sólo sí es sí" en la que algunos reos ven disminuída su condena de dieciseis años a catorce, haciendo énfasis en que la ley es mala porque el torturado castigado por el Estado sufre un par de años menos. Claro no digo que salgan a la calle, sino que de entrada sean atendidos, todos los criminales, de todas las modalidades, allí donde la gravedad de su caso lo requiera.

Existen casos que se podrán liberar a convivir en sociedad y casos que nunca podrán ser siquiera expuestos a dicha evaluación. Pero en todos ellos sería un avance que si bien no nos colocaría como un ejemplo de velocidad en temas de vanguardia, pero al menos, con rezago, nos auxiliaría en la búsqueda de un mundo atento a las cuestiones que nos hagan mejores individuos, y con ello mejor comunidad.

Castigo estatal del pasado.
Castigo estatal del pasado.

Castigo estatal del pasado.

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3 febrero 2023 5 03 /02 /febrero /2023 17:24

Estoy ciertamente shockeado por el comentario de un conocido de las redes, del cual no diré el nombre, pero sí que proviene de esas generaciones que como yo, llamábamos monstruos, crueles, aberraciones de la naturaleza a los dictadores de América Latina (ellos a los de una adscripción ideológica, yo a todos), y aun peor a sus esbirros torturadores. Hoy me sale defendiendo subrepticiamente, claro, porque a nadie en sus sanos cabales se atreve a protegerlas abiertamente a las madres de Lucio Dupuy que lo torturaron periódicamente teniendo cinco años, partiéndole bracitos, quemándolo con cigarrillos, pinchándolo con tijeras, propinándole duras palizas en la cara y todo el cuerpito, lo violaron con un consolador, rompiéndole los esfínteres, el anito, y lo mataron como a Tupac Amaru destrozándolo, tras lo cual festejaron con vino merca y muchas risas por haber acabado del todo y de la manera más cruel con un varón presente y futuro macho. Todo esto con el abandono de sus obligaciones de todas las instituciones que debieron cuidar de Lucio, desde la jueza que arrebató al niño de los brazos del padre, al jardín de infantes que no advirtió a las autoridades cuando el niño asistía frecuentemente con los brazos partidos, golpes, moretones, quemaduras, al igual que del hospital donde varias veces tuvieron que llevarlo porque se habían "pasado" en la tortura. Acaso temerosos de una reprimenda jerárquica coaptada por la más acérrima misandría, enemiga a muerte del espíritu igualitario del feminismo, otra cosa habría sido si al nene lo hubiesen llevado así mismo dos padres gays, o una pareja heterosexual, casos en los cuales de inmediato, con toda probabilidad se habrían encendido todas las alarmas.

Este buen samaritano con estas harpías, mientras, como todos nosotros, nunca escondió sus sentimientos hacia los torturadores de las dictaduras de derechas e izquierdas, que no se dedicaban a aplicar tormentos a niñitos y menos aún que fuesen sus hijos, o sea aun menos crueles que estas dos porquerías, sin embargo consideraba que con estas había que tener compasión y entender que las circunstancias socioeconómicas o psicológicas las llevaron a ser así.

En Primera diré que por supuesto, como a Hitler, a Videla, a Guarapo Stalin y todos sus esbirros, ninguno nació mordiendo la teta de la madre y buscando con los deditos el corazón para destrozarlo, y no por ello vamos a profesarles la ternura que alguno que otro muestra con estas dos criminales, aun cuando los crímenes de aquellos esbirros siendo execrables lo eran mucho menos que el de las dos en cuestión, al no concurrir agravante de edad y de parentesco.

En Segunda diré que he vivido ambientes de gente ralamente criada en la peores condiciones que se pueden criar en América Latina, conocí por casualidad al peor tipo del Morro de los Macacos de Río de Janeiro en el año mil novecientos noventa, daba miedo su mirada, conocí al Turco, el primer caso de SIDA heterosexual de Argentina, que llegó a dejar en garantía a Micky su hijo menor, en la Villa del Bajo Flores por una bolsa de merca de cinco gramos, y que Claudia, la madre, que había sido mi compañera de curdas, ocupaciones de casas y sustento cuando estuve preso en Villa Gesell, por, en este caso sí, error policial, al cabo de pocas horas fue a pagar lo que el Turco debía, pero aquel ser despreciable ni violó ni mató, ni siquiera le pegaba a su hijo. Y del brasilero Bibinho a quien debí conocer para obtener permiso de subir a casa de la Paraguaia que trabajaba conmigo lavando platos en Sat's , se comentaban en el morro numerosos crímenes, incluso sobre cabezas cortadas, pero ninguna a su propia descendencia. O sea que si fuese por las condiciones de vida pobres, toda América debería estar llena de esta bestias y en África no se podría decir ni - hola- . Y la verdad es que este fue el caso más sangrante que he escuchado en todo mi ya, considerable tiempo de vida.

Lo cual demuestra que no solo la crueldad es infinita, inagotable, sino que también puede serlo la completa irresponsabilidad enajenada o la más cruda mezquindad. Como el objetivo de las torturadoras, violadoras y asesinas no era un militante de izquierda o de derecha, mayor que sabe lo que hace, sino un niñito de cinco años absolutamente inocente del todo, y encima hijo, pues les importa un bledo.

Mi precepción, al menos desde que mi padre cayó prisionero y permaneció así por espacio de ocho años y medio, es que todo castigo estatal es venganza, y es un crimen aberrante. Hay que buscar nuevas formas de tratar lo que salió mal, en la mayoría de las veces por nuestra propia falta de responsabilidad, aun cuando hay que entender que existen casos imposibles de recuperar.

 

Lucio, sus asesinas y el criminal Videla preso
Lucio, sus asesinas y el criminal Videla preso
Lucio, sus asesinas y el criminal Videla preso

Lucio, sus asesinas y el criminal Videla preso

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