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13 marzo 2014 4 13 /03 /marzo /2014 12:44

 

HONOR

 

Bajo el océano, con su cuchillo kriss y una cimitarra 

junto al serpentín sudando ron de bucaneros,

va el esqueleto borracho, capitán del bergantín,

pirata de libertad cantando un romance del mar

de un preciado cofre, su calavera a la brisa y el fuego

en el mástil del último puerto, sueña blandir amarras

 

ASFIXIA

 

¿Quién controla el asma? 

¿Será el zumbido que divide el aire

del mosquito, la llamada y la bala?

¿Será la pisada ancha, la mano pesada?

¿Será la boca que deja la almohada mojada?

Orilla de baba, lejana rodilla

¿Quién controla el asma?

 

 

ROCK CON TELECASTER

 

Si tuviese que dormir en las calles de Bombay, si tuviese que vivir en un albergue de Nueva York, si tuviese que atravesar el Sahara, si tuviese que buscarse la vida en Afganistán, si tuviese que atravesar el Ártico en un barco pesquero, si tuviese que cazar en Sudán para comer, si tuviese que atravesar el mundo para encontrar amor, sin dudas lo haría.

Aunque nunca sin sus zapatos italianos de cuero marrón.

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9 marzo 2014 7 09 /03 /marzo /2014 21:57

 

 

 

 

Aunque sea evidente que los llamados gobiernos de izquierdas latinoamericanos actuales, a la luz de un somero y elemental estudio con instrumental marxista no pasarían de ser en el mejor de los casos simple y llanamente populismos clásicos en sociedades capitalistas de mercado, y aún admitiendo que albergan algo de cierto ideario desestructurado de izquierdas, si bien jamás revolucionario en el sentido marxista, leninista, trotskista, guevarista, anarquista ni nada que se hubiere destacado en la lucha por cambiar las relaciones de producción, el tremendo problema actual al que se enfrentan es lo que Lenin ya analizaba como el peligro del aburguesamiento y el deterioro producto del ejercicio del poder.

Si encima se parte de una base escasamente modélica en ética revolucionaria, en ejemplaridad que pueda ejercer de "tracción paralela" para reclamar a toda los sectores de la población con cierta esperanza de éxito una actitud austera y solidaria para con el proceso, que como por ejemplo practicaba con rigor un claro referente de la izquierda mundial del siglo XX como el Che, poniéndose al frente cada fin de semana en los trabajos voluntarios, en la lucha, en la sacrificio que requería, en el desdén de los bienes materiales, con la segura salvedad hecha del presidente de Uruguay, Mujica, entonces tendremos que la proximidad de ese peligro que anunciaba Lenin, no sólo es más que probable sino que desde el inicio resulta inminente.

Si a todo eso le sumamos el desgaste que conlleva gobernar cuando la suerte comienza a dejar de sonreír y muestra su mueca más antipática, y el consiguiente descontento popular, las manifestaciones, el deseo de cambio, confuso, turbio, nada claro en cuanto al destino de la transformación, pero firme en cuanto al hartazgo, entonces el problema requiere de grandes estadistas, de grandes hombres y mujeres de la política, de la progresía, que sepan ver siempre el mejor camino para el bien común, para toda la población, y nunca antepongan intereses personalistas de índole alguna.

No es fácil, no en vano ya se hacia la pregunta el pensador Vladimir Ulianov una vez que entró en calor con las delicias del poder y sus elixires, si de alguien no era de esperar la posibilidad de agrietamientos en la moral comunista era precisamente de él y aún así no se confiaba del todo.

Siempre es más fácil hablar desde un teclado, en un bar, en un encendido discurso de oposición, en una programa de T.V. que estar ahí y hacer lo correcto.

No hay garantías. Nada asegura que se dará en la tecla correcta, excepto acaso una poción preparada con una pizca de sentido común, altura de miras, buena dosis de coherencia, y la suma de instinto y convicción de comunidad, de progreso en común, de paz para todos.

Pero aún así las probabilidades de hacer lo correcto son las mismas que las de errar.

Si proyectos dotados de una base prodigiosa en cuanto sustento ideológico y coherencia entre el pensamiento, el discurso y los actos, fueron objeto de una perversión tal que en la mayoría de los casos los condujo a transformarse precisamente en lo opuesto lo que aspiraban, en el calco de aquello que combatieron, revoluciones que mataron millones de personas, otras a cientos de miles, otras a miles, otras a cientos. ¿Qué se puede esperar de procesos con una estructura teórica tan endeble, como los que de buena voluntad o no tanta, se están llevando a cabo hoy en América Latina?

Procesos que no tienen definido ningún modelo de sociedad, que van a tientas en la política del posibilismo con la intención de favorecer a los más carenciados, a los más necesitados, pero sin un plan definido, un plan inclusivo para la totalidad de la población, habida cuenta que ya contamos con la experiencia de que enterrar a la burguesía, a la pequeña burguesía, al sector intelectual constituye un craso error, ya que es parte de la sociedad, hueso del esqueleto social tan necesario como cualquier otro.

Eliminar físicamente a quienes piensan distinto ya se hizo durante todo el siglo XX con macabros resultados y además poco éxito para los ejecutores, desembocó en el desplome en bloque del Segundo mundo, en ocasiones acertando y en otras desembocando en la caída al vacío, a merced de la comprensible búsqueda desesperada de la libertad individual, garantizada por la libertad de movimiento, de pensamiento, de elección de opciones e incentivo para el progreso económico individual, así como la garantía de asistencia social a quienes no consiguiesen acceder a ello por diversas razones.

Pero más allá del procedimiento que sea el escogido para amalgamar a la población o para atenuar las quejas, la respuesta en ningún caso deberá pasar por la represión a sectores descontentos de la población, sean o no del agrado de quien quiera que ostente el poder.

Porque no hay forma de controlar el riesgo del derramamiento de sangre. Y de eso jamás se regresa ni hay posibilidad de recuperación.

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7 marzo 2014 5 07 /03 /marzo /2014 01:17

 

 

Cuando vivía en Cuba, generalmente las mujeres de tez blanca eran las afortunadas para ascender en la escala social que instauró la "Involución", a costa de casarse o ser amantes de "pinchos" dirigentes.

La belleza requerida para pasear por Coopelia, por Miramar, por Siboney, para acceder a los clubes náuticos de Santa María, Jibacoa o Barlovento, a los bares de moda de los hoteles, a las piscinas de lujo, a las casas de visitas de los dirigentes, a los yates o a las habitaciones de los buenos hoteles, era de sello hispana o de cualquier otra modalidad caucásica. Hasta entonces yo no había conocido nadie más racista que los hijos de los "padres barbudos de la Patria".

Para que las muchachas negritas pudiesen ser consideradas lindas, incluso entre ellas mismas, debían estirarse el pelo con un peine caliente hasta que parecían Nat King Cole o James Brown con un espantoso e impersonal casco protector. Muchas veces ellas, con ayuda de las blanquitas, solían llamarles cabeza de puntilla a las chicas que se dejaban el pelo rabiosamente enrulado y tenían peores epítetos para las que se dejaban el pelo "afro" a lo Angela Davis.

Las muchachas que eran muy negritas no solían pasear por los barrios "bien" ni ir a las playas que estaban pensadas de común acuerdo tácito y sin carteles, para blancas. A ellas se las relegaba a las playas de diente de perro o a Bacuranao, o a la parte de atrás de Guanabo, los blancos revolucionarios decían que a los negros no les gustaba nadar, la playa sólo les gustaba para emborracharse y para rascabuchar mujeres blancas. Y además en adición había un cierto pudor, una autocensura promovida por esa lapidaria elección del patrón de belleza predominante, no muy distinto del que decían haber desterrado.

De repente empezaron a llegar turistas canadienses, italianos, españoles, franceses, que además de atender a los reclamos de la Isla revolucionaria, ya que estaban no desperdiciaban la inclusión de un romance en sus hojas de ruta. Iban al Caribe en la procura de brown sugar, aparte de que las muchachas blancas más finas y educadas se habían ido casi todas al exilio, expulsadas y propulsadas por las leyes del Templo de los Bárbaros Barbudos, así que con la salvedad de alguna belleza excepcional o de los turistas mejicanos, los europeos y los canadienses rara vez perseguían a las semi blancas.

Sus cabezas pensaban en Revolución & Mulatas aderezado con sol, mar y ron. La mulata, que de una manera vil se llegó a admitir como un hecho que fue el mejor invento que dejaron los españoles en la isla. Incluso los españoles se vanaglorian de ser menos racistas que los ingleses ya que se mezclaron propiciando el mestizaje, lo que olvidan insulares y peninsulares es que las maneras de aparearse distaban mucho de ser a través de cortejos, de bodas, de familias, eran violaciones consumadas noche tras noche en las barracas, por capataces, hacendados y sus hijos.

 

De la noche a la mañana apareció en la escena de la calle 23, del Coopelia, del Habana Libre, del Nacional, de Varadero, una invitada inesperada: la negra despampanantemente bella.

 

Y empezaron a pasear de brazos de los turistas por la Rampa especímenes que no se sabía a ciencia cierta de donde salían, yo las recordaba de la escuela o de mis amistades por sus cuerpos esculturales como la pechugona Milagros del edificio, pero no con ese refinamiento, ese saber estar, la vestimenta, el perfume, la belleza descomunal, el desparpajo, no más el pelo planchado, sino afro suelto, trenzas a lo rasta, o peinado al peine caliente, pero ya para darle formas con que las blancas jamás podrían ni siquiera soñar.

 

De repente todo pareció mínimo al lado de ellas. Las blancas, los blancos, los pinchos con sus enormes barrigas de patas de cerdo, cerveza y chicharrones, los Ladas, las casas de visitas, las cabañitas en Santa María, un cóctel Bellomonte en una piscina plagada de semen flotadores, un bistec de palomilla y tres cervezas en el restaurante Conejito o en La Torre. Todo se les quedó pequeño, soñaban a lo grande, Robert de Niro poco antes en una visita a La Habana, se había enamorado de la modelo de la Maison, Alma, y no había podido salir con ella porque eran otros tiempos eimpedimentos de la espía manía, pero un par de años más tarde habría encontrado el lobby de su hotel repleto de perlas, de esmeraldas, de hígados hinchados y labios carnosos, la bemba de las columnas de ébano.

 

Una rebelión en toda regla, una vendetta silenciosa contra las blanquitas de bajichupa y los pinchos sebosos de guayabera y tres plumas en el bolsillo que ni manejaban divisas ni viajarían fuera de la isla como reinas, mientras ellas con sus sonrisas de marfil sus estaturas de alfil y sus curvas de guitarra iban y volvían de las mejores ciudades del mundo. Había permanecido latente un tesoro escondido en Pogolotti, Palo cagado, Coco solo, La jata o Jesús María y nadie, ni ellos mismos lo sabían, hasta el Estado cubano se sumó a la fiesta del nuevo mercado de colores, ni lerdo ni perezoso en el arte parásito, comenzó a facturar el alquiler de sus preciadas mulatas y negras, de paso a ellas esto les garantizó que los galanes pretendientes al menos no eran esos pícaros, secos y palmados que aparecían por la isla recreando historias de las mil y una ensoñaciones.

 

Si lo hubiese visto Portocarrero y Carpentier se habría roto el pavimento y las columnas de la Ciudad calzarían cómodos zapatos de quitipón, rodillas para bailar.

 

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2 marzo 2014 7 02 /03 /marzo /2014 00:31

 

 

Los últimos días al abrir los periódicos pareciera ser que están encabezados por las páginas de anuncios fúnebres, una escritora cubana comentaba hoy en las redes sociales: "Acaba de morir la gran autora catalana, mi primera editora y eterna amiga Ana María Moix".. refiriéndose a alguien de una profundidad y una implicación en la cultura europea de nuestra era como pocos. Así como su hermano Terenci Moix fueron rompedores, más aportadores por la importancia que por la belleza de su obra, ya que significaron en Cataluña y por ende en el resto de España luego, una ola de espuma fresca, la misma sempiterna voz de la poesía pero bañada con un perfume renovado, vestida para cruzar la línea y no regresar nunca más de la transgresión.

Respecto de la Gauche Divine hoy vivimos una regresión importante, aunque en líneas generales yo creo que ningún tiempo pasado fue mejor, hay particularidades en las cuales con respecto a la intelectualidad y al valor de la expresión, de la libertad con relación al mercado y a las convenciones, me atrevo a suponer que existe la involución social, que nos estamos quedando un poco huérfanos de algo más importante que simplemente creadores, artistas, talentos o genios, creo que también se están yendo las últimas trazas, las últimas briznas de esa hoy caduca cultura de la ética, del pudor, de la grandeza, de la épica.

Ruchi Feliú está que no puede levantarse del golpe de supuso lo de su hermano, como ella misma dice: " se me fue media vida"; su hermano Santiago pertenecía a una Pléyades de artistas de un momento cubano que ya está grabada en los fundamentos, en la esencia y en la cosmología de donde maman los cada vez más numerosos artistas libres de hoy, desatados de las patas de la cama, de los lineamientos oficiales y de los artificios comerciales, algo como una trasnochada versión de una generación rock pero con especiales características, ya que la referencia del sistema con respecto de la cual concibieron su actitud rebelde o contestataria no fue el consumo capitalista, sino la hipocresía, el tedio, la abulia, la doble moral, la obsecuencia, la mentira, la alienación y el alineamiento a las pautas estrictas y obligadas de los organismos culturales estatales, dentro de una sociedad pretendidamente comunitaria, que no proporcionaba un pistón salida para las conciencias por ningún lado. Un grupo más que una generación de artistas, que desistió del uso de las consignas revolucionarias aún cuando simpatizaran algunos de ellos más que otros con el grueso del proceso en la isla, críticos sin caer en el olvido de estética en el arte, la poesía, resaltando la libertad del "juglar" y el "bardo", en oposición al servilismo del "bufón de palacio" que es lo que henchía las salas de grabaciones rígidamente controladas por los gendarmes censores, muchos de los que hoy sin pudor alguno piden asilo en Miami.

Eran otros tiempos en que la cantidad de símiles, metáforas, analogías que había que utilizar para poder articular una idea tibiamente contestaría dentro de un sistema tan controlado, era tal que requería no poca dosis de valor y de una buena cuota de imaginación en el lenguaje general, el de las palabras, las ideas, los hechos y también la indumentaria y la actitud. No era fácil pero ellos lo hicieron, y Santi terminó siendo el Brian Jones, el Jimi Hendrix, la Janis Joplin, el Basquiat o el Pappo de muchos de nosotros aún enganchados eternamente a la juventud de aquellos días.

Es cierto que debajo del barniz de los mitos se puede encontrar cualquier tipo de material, pero también entre ellos siempre hay una arcilla única dentro de un molde irreproducible.

 

Hoy se despiden miles de personas en Algeciras, ayer en Madrid y antes de ayer en México de un hombre que al tañer la guitarra nos depositaba en el Nirvana, que derramaba el ángel del flamenco y la genialidad de los enormes tótems reflejado una simple frase imposible en semejante ejemplar: "Yo soy un hombre con dotes como instrumentista y grandes limitaciones como músico" así era Paco de Lucía.

Nadie en España es indiferente hoy a su muerte, es mucho más triste que la desaparición del guitarrista inigualable y del ser humano entrañable, es la percepción de que se nos va una época, que no hay reemplazo para el tipo de compromiso con el arte, con la sustancia, con la universalidad y el humanismo, con la que esos talentos se tomaban el deber de estar a la altura de sus dotes, de trabajar sin descanso en extraer de sus vidas lo mejor para lo que fueron habilitados. Se nos va como en la Moix, la sensación de algo más grande que el propio individuo ejecutando o escribiendo como alimento para su vanidad o para calma de su angustia, se va el tipo de capitán de barco que antes de saltar a una chalupa se aseguraba de que estuviese a salvo hasta el último grumete.

 

Y estos días fuera de su tierra también partió el comandante cubano Huber Matos, quien tras cumplir veinte años de presidio debió tomar el camino del destierro por no renegar de ser un eterno rebelde, primero contra la tiranía de Batista y luego contra lo que él consideraba que era una estafa en el cambio de rumbo de unos pocos comandantes de la Revolución cubana, excepto únicamente por parte del Che que siempre dejó claro dentro de la tropa, que él era el comunista marxista leninista convencido. Huber, maestro de vocación y profesión, no sucumbió nunca a tentación del odio, de la venganza, era un hombre que había sumado sabiduría a su calvario y a su orgullosa vida situado en un panteón más allá del alcance de las ideologías, de las procaces inmediateces.

Así como el honrado científico, valiente y enérgico luchador por los derechos humanos argentino, Federico "Pipo" Westerkamp, quien también en esta semana pasó al siguiente modo de existencia, el cual no por contar con 96 años, uno más que Huber Matos de 95, deja de constituir una sensible pérdida en el tímido intento de refaccionar y redecorar esta nuestra maltrecha casa. Con un hijo desaparecido él y su esposa manifestaron su indignación, su no descanso en la búsqueda de una respuesta en la misma cara de la dictadura militar, padeciendo persecuciones y detenciones que lejos de amellarlo lo hizo crecer en sus profundas convicciones progresistas y democráticas.

En cierto modo hilar una reflexión ante estos diferentes talentos que se están yendo me perturba, ya que en general albergan esa condición de obreros de sus capacidades, más que de hedonistas y gozadores de los beneficios que estas puedan otorgar, representa para mi una pugna toda vez que pertenezco a la corriente que reniega de todo lo mancomunado, de todo aquello que para ser considerado debe estar acuñado por el dolor, el sacrificio, la flagelación o la inmolación, pienso y difundo que el modelo a seguir para vivir en un mundo donde tenga lugar la posibilidad de la paz sostenida, es la vida placentera, hedonista, relajada, confortable, feliz,  sin embargo se me hace difícil admirar más a alguien que ha pasado toda la vida disfrutando que a esos que nacieron para darlo todo de sí, más que por bondad o solidaridad, por la responsabilidad de saberse portadores de un don único que haría punible el hecho de llevárselo aún con pulpa a la tumba.

Contradicción, la característica humana que permitió el desarrollo del yo y el progreso de la sociedad, no confundir con la incoherencia, guardan tanto parentesco como el perro con la hiena; la incoherencia es la hipocresía, corrompe lo más genuino del individuo, impide el desarrollo de la humanidad, todo lo minimiza, lo enturbia, la contradicción es a la incoherencia lo que el miedo a la cobardía.

El miedo puede contribuir a superarse, la cobardía siempre aplasta, anula.

En cualquier caso estas pérdidas me sugieren que conviene hacer algo con la vida antes que gastar el tiempo en lamentos, pero también me dice que puede que estemos quedando tan huérfanos de portadores de esos envejecidos e inútiles “valores”, que en cualquier momento se presentará sensiblemente más interesantes las fiestas en el cielo o en el infierno donde estos talentos continúen sus trazos y tallas, sus pasos y utopías, que en las cáscaras que nos van quedando por aquí.

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17 febrero 2014 1 17 /02 /febrero /2014 20:24

 

 

 

Debía regresar de ver a mi amigo chimpancé en el zoológico no antes de las cinco de la tarde, para mantener en secreto en el Hotel Habana Libre mi inasistencia a clases. Cuando llegaba más temprano o bien me iba a caminar por la calle Infanta, o iba al museo Napoleónico, a la escalinata de la Universidad o bien a una pequeña librería y también  tienda para saciar a uno de los pocos hobbies individuales contra los que asombrosamente, el Estado no sólo no atentó sino que incluso  promovió, la filatelia, que estaba en la calle L y 25. Unos pocos años más tarde ambas tiendas se trasladaron unificadas a la esquina más centrica del barrio de El Vedado, en las intersecciones de las calles L y 23.

A raíz de un más que correcto artículo que leí hoy sobre las librerías en Cuba, me asaltó el recuerdo del paupérrimo espectáculo que ofecía la estatería de los libros, aún cuando contaba con todos esos ejemplares soviéticos de ciencias, escasa literatura y artes además de los de Ediciones Cubanas, comparado con la vivacidad y autenticidad del mostrador de los sellos postales.

En lo que a mi sensibilidad respecta y a la de muchos conocidos, lo que nos predispuso en contra o a estar de espaldas a la "Involución" cubana no fue la falta de acceso al consumo, ya que éramos más bien entusiastas defensores de que las personas podíamos ser igual de felices sin la necesidad de comprar compulsivamente, de hecho no recuerdo haberme sumado a esa ola del transformismo post moderno que algunos amigos padecieron o experimentaron según se lo mire, aunque es cierto que si bien en lo estrictamente personal la compra de baratijas no constituye para mi ningún bálsamo ni sustituto de otras carencias, defiendo la belleza plástica del paisaje en el que la variedad de artículos en el mercado toman parte desde ropa hasta pintura para inmuebles, frente a aquellas pretendidamente artísticas aguafuertes de las calles de La Habana desconchadas como ruinas de post guerra, de las cuales el fotógrafo huye despavorido apenas concluye el trabajo del obturador de su cámara.

Exceptuando algún añorado sándwich, equipos e instrumentos de música, algún perfume francés, y el sempiterno blue jean de Levi Strauss, lo que echábamos mis amigo y yo de menos era la libertad de escribir, pensar, debatir, viajar, expresar lo que sea en cualquier medio y soporte.  

Y por supuesto para alimentar lo anterior, el acceso a todo tipo de  lecturas. Paradójicamente en el único país de Latinoamérica que hacía gala de contar con la totalidad d ela población alfabetizada y donde ciertamente se invertían no pocos recursos y tiempo en la educación y el adoctrinamiento de la masa.

 Hoy se pueden encontrar más y menos títulos que en los años en que la isla era un satélite de la URSS, en aquel entonces era imposible simplemente que Padura publicase lo que hoy publica, y varios de los títulos que hoy se pueden leer estaban directamente prohibidos, además de estar desaocnsejadas publicaciones como Pradiso de Lezama Lima, nada acerca de la cultura Yoruba o el sincretismo religioso, considerado igual de procaz que lo que lo había considerado la burguesía pero ocultado con mayor denodo, por otro lado sí que se encontraban en las estanterías los más plomizos e insufribles portavoces del Realismo Socialista asi mismo como una nutrida cantidad de libros científicos de la editorial MIR y libros de arte con una gran  confección a precios subvencionados sobre los pintores que había en el Museo Hermitage.

 

 

La declaración de que "dentro de la Revolución todo y fuera de esta nada" de Fidel fue letal para la cultura, fue devastador, hasta los más intelectuales valores de la cultura nacional que eran numerosos y de enorme calado, se vieron conminados a manifestarse sin titubeos en favor de la restricción y censura total y absoluta del régimen o destinar toda su obra al exilio editorial, cuando no exiliarse de hecho ellos mismos. 

 

Hay muchos capítulos duros, tremendos, muy graves, algunos que van aparejados a desaparición física de personas, otros a penas y dolores intensos que deberán ser revisados e investigados con el fin de que nunca se repitan una vez acabado el perverso experimento que ya dobló la curva hacia su segundo medio siglo. Pero acaso sea en el atque frontal a la expresión escrita en el que más se deberá ahondar por su carácter depredador de toda posibilidad de producir bienes artísticos y culturales de calidad, de la destrucción del discenso, del principio filosófico hegeliano y luego marxista de la negación de la negación, condición sine qua non para el progreso o simplemente el arribo a la "razón"; por su utilidad como rudimento para aplicar la lobotomía colectiva, la instrumentalización ideológica que por un lado tanto daño causó a varias generaciones, y por otro y aún peor, tanto rechazo causa a las actuales y causará a las futuras a la hora de separar la paja del trigo, y saber ver y reconocer aquello positivo y hasta conveniente o necesario en la cultura colectiva, que por simple y muy comprensible saturación será imposible de ver con buenos ojos en la educación post-dirigida.

 

Ese doble daño, el de las generaciones que no tuvieron posibilidad de ser Carpentier, Lezama Lima, Vitier, Cabrera Infante, Marinello, Portocarrero, Lam, Guillén, Mella, al no poder estar conformados por la diversidad de arcilla cultural a la que tuvieron acceso los propios revolucionarios que luego negaron a las nuevas generaciones la bondad de todo el caudal de conocimientos que los libros nos legan, como el mismo Fidel Castro y familia, Hart Dávalos, Roa, Ernesto Guevara, Fernández Retamar, Carlos Rafael Rodriguez, Chibás, Frank País, Hydee Santamaría, Vilma Espin y un extenso etcétera de Saturnos fagocitadores de sus propios hijos, y el de las generaciones que no tendrán el más mínimo respeto, simpatía y por ende casi ni idea de la obra y el conocimiento legado por ilustres filósofos, artistas, activistas revolucionarios, honestamente ilusionados con la posibilidad de un cambio hacia un mundo más justo, y mucho menos de aquellos concebidos bajo la sombra de los totalitarismos comunistas, entre los que ciertamente constituyen la inmensa mayoría los de nula calidad artística.

 

Así mismo como se avizora un arduo trabajo para que las nuevas generaciones recuperen el entusiasmo por proyectos sociales colectivos, por volver a percibir con algo de simpatía alguna vez la militancia política, será de complicado mantener en la primera línea de las vidrieras de las librerías a Gorki, a Cardenal y a Guillén.

Aunque del bueno de Nicolás hace mucho tiempo ya que el poema "Tengo", debería estar catalogado como material subversivo de alto voltaje. 

 

Reproduzco dos estrofas que más que una loa a la "Involución", parecen haber sido escritas hoy como una reivindicación airada de un poeta disidente a punto de familiarizarse con el tacto fresco de los barrotes en las mejillas.

 

"Tengo, vamos a ver,

tengo el gusto de ir

yo, campesino, obrero, gente simple,

tengo el gusto de ir

(es un ejemplo)

a un banco y hablar con el administrador,

no en inglés,

no en señor,

sino decirle compañero como se dice en español.

 

Tengo, vamos a ver,

que siendo un negro

nadie me puede detener

a la puerta de un dancing o de un bar.

O bien en la carpeta de un hotel

gritarme que no hay pieza,

una mínima pieza y no una pieza colosal,

una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

 

 

Fragmento de : TENGO - Poemas de Nicolás Guillén

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12 febrero 2014 3 12 /02 /febrero /2014 17:54

 

 

Acabo de enterarme de algo que me dejó helado.
Ha muerto el Gran Santiago Feliú, para todos nosotros Santi.

No tengo ahora las palabras correctas porque me acabo de enterar, pero quería ante nada dejar aquí de manifiesto mi más íntimo respeto por todo lo que fue su carrera, su valor para hacer lo que le daba la real y santísima gana, un revolucionario en mejor sentido de la palabra, en muchos terrenos, incluso ha hecho que un servidor, que no soportaba a Nueva Trova clásica, a Silvio, Pablo, Noel, Sara, y su propio hermano Vicente, terminase abrazando la estética y cierto mensaje de ese sub-movimiento. 
Los que vivíamos en Cuba vimos una sensible pero importantísima diferencia que naturalmente desde afuera no se puede explicar de fácil manera, cuando salieron él, Xiomara Laugart, Tosca, Donato y Roberto Poveda, Delgado, Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Jose Luis Barba, Adrián y algunos otros que seguro paso por alto de aquella época, que aunque trovadores, llevaban muy impregnado lo social y rebelde del Rock'n'roll que yo abrazaba y disfrutaba. 
Tal era así que por mucho tiempo yo prefería ir a sus recitales aunque sus canciones no me gustasen de una manera especial, excepto la voz de Xiomara, porque el antes el durante y el después era propio de la vida de rock, las chicas de alrededor, las modas, las substancias los pensamientos y hasta muchas letras, que ir a los recitales de los inocentes y a veces demasiados estereotipados aunque muy valientes conjuntos de rock, que se limitaban a hacer versiones domésticas de los grandes grupos de moda de fuera de la hermética isla, fundamentalmente ingleses y norteamericanos.

Ese grupo paradigmático de la Trova contestataria cubana, entre la cual Santiaguito sobresalió por su carácter de lobo solitario porque aunque gregario como él solo, podía vivir con cincuenta personas alrededor, también era particular y precisaba su propio espacio como todo creador diferente, también por su propia obra, su precioso dúo con Gunila en Vida, y también porque no decirlo por su parentesco con Vicente, uno de los tótems de la “Nueva vieja Trova” y además vocero del establishment, y por su condición de ahijado de Silvio Rodríguez, quien según tengo entendido lo ha querido bien hasta ayer mismo... al menos a él sí lo quiso como es debido. 
Santiago tuvo valor para muchas cosas que hoy parecen fáciles o minúsculas, pero que en aquel hermetismo se precisaba contar con una determinación y una personalidad fuera de lo común, decidida y valerosa, desde hacerse a sí mismo sin pasar por el aro de nada de lo que se suponía había que hacer, ni cumplir con requisitos académicos, ni guardar la forma oficial u oficiosa, ni hacer nada de lo que le sugería Vicente y Silvio, sino muchas veces lo contrario. Supo amalgamar las poses y las bondades típicas del éxito oficial con una gran dignidad y honestidad artística distintivas de la cultura alternativa.

 No me interesan las diferencias que hubo con los demás componentes de aquel grupo, que las hubo claro está, como en cualquier movimiento, lo importante es que fue fiel a sí mismo. Lo fue siempre. 
No es que lo diga hoy, se lo dije a él en más de una ocasión, aún cuando pensaba diferente en muchas cosas, sin llegar a la intimidad que concede la amistad, coincidimos por edad y por afinidades en varios grupos de amigos comunes.

Su modo de vida era sólo para él, un verdadero Rolling Stone, y un verdadero trovador solitario con sus propios sueños y sus propias utopías y poesías. Aunque no coincidiese con él y su entorno en muchas cosas, le guardo desde siempre por ser de mi propia generación y ser tan independiente y valiente, un gran respeto y afecto como ser humano, también quiero saludar a su hermana Ruchi. 

Santi, donde quiera que estés si me lo permites, mis respetos y mi cariño irán contigo, ojalá encuentres toda la paz que te mereces, eres un grande, y aunque tu
muerte a los 51 años puede parecer muy prematura y en cierta forma lo es,, también es cierto que te llevas en la alforja una cantidad tan enorme de experiencias vividas que dejarás sonrojado, sin aliento, a cualquiera de los dos mandamases con quien tengas el gusto de comenzar a discrepar en cuanto hayas puesto tus pies y dejado tu alforja y la guitarra en alguna habitación desordenada del más allá, ya sea al de la barba blanca que lo cree saber todo o al de la cola roja que todo lo sabe.

 

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8 febrero 2014 6 08 /02 /febrero /2014 17:31

 

 

De entrada debo decir en honor a la verdad, que al adquirir la doble nacionalidad española, fui conminado a jurar lealtad a España y al rey en un acto solemne, y antes de aceptar hacerlo por la parte que correspondía a la monarquía medité profundamente sobre lo que iba a hacer, los actos no son gratuitos, atan a las personas a determinadas consecuencias, y a pesar de lo anacrónico y hasta disparatado que consideraba el procedimiento de la cópula y posterior fecundación del óvulo como único requisito para establecer la jefatura de Estado, y de lo injusto que me parecía históricamente dicha institución, convine hacerlo, porque ciertamente pude tras escarbar mucho en razones que me socorriesen en mi cometido, encontrar virtudes en Juan Carlos Borbón Dos Sicilias, en su papel como una instancia supra partidista, en una España que no tenía ni mucho menos aún resuelto su horrible pasado reciente de dolor, sangre y lágrimas. Y por supuesto, nobleza obliga, también porque jurar la lealtad a su alteza no es que conviniese a mis intereses más íntimos, sino que me agenciaba en aquel entonces una situación de normalidad en un país que crecía a un ritmo fabuloso y donde se encontraba más manteca pegada en el techo que toda la que había sobre la mesa en el resto del mundo.

A raíz de ello cada vez que he emitido mis criterios acerca del absurdo de que los Borbones sean objeto de tanta obsecuencia y temor institucional y hasta popular, mis compañeros de trabajo, mi mujer, como mis amigos y mi propia conciencia me recordaban en sorna mi solemne promesa.

Y es cierto que no me siento nada confortable emitiendo criterios lacerantes, envenenados, destinados a dañar más que a ayudar a mejorar, aunque me gustaría públicamente al menos ser todo lo critico que soy en privado, pero bueno, es mi cruz, en ello involucré mi palabra y mi honor, así que debo convivir con el lenguaje descafeinado, sugestivo, y aterciopelado que suele acompañar las criticas a estos "locos desclasados" en las revistas semanales de chismes y cotilleos.

Hoy la infanta Cristina responde ante todo un Juez donde los haya, que firmaba todo documento que su marido le ordenaba firmar sin leer su contenido ya que se fiaba de él. No sabía nada, no sospechaba nada, gastaba dinero de una tarjeta a espuertas pero no tenía ni idea de donde salía. Esto último podría ser más creíble teniendo en cuenta su crianza, pero hay que decir que el estado gastó una nada despreciable cantidad de dinero en avispar a estos críos y situarlos, como mínimo dentro de la media nacional en instrucción y conocimientos generales. Hoy en día en el ámbito del poder político español se esta haciendo frecuente que mujeres de relevancia expresen a la justicia que aunque convivían y hacían uso de las prebendas obtenidas a merced de la incursión de sus esposos en negocios no todo lo transparentes que sería deseable, ellas no sabían nada en absoluto, que no tenían ni remota idea de donde provenía el dinero, como en el caso de la Ministra de sanidad Ana Mato que veía pasar Jaguars por su garaje y números en su cuenta corriente sin preguntarle al marido de donde provenían. Flaco favor al feminismo le hacen estas muchachas. Aunque lo llamativo más allá de eso, es que si la sociedad en su conjunto por deferencia consiente y acepta tan disparatada versión ¿cómo se explica que a renglón seguido no se les destituya fulminantemente de todo cargo que requiera el concurso de la más mínima cantidad de materia gris?

La infanta arguye que el marido la engañó, es de suponer que a  renglón seguido de cualquier engaño conyugal de ese calibre lo menos que sucede en una pareja ordinaria es una separación tajante y una querella por más de un daño y perjuicio, pero si encima se trata de una traición a la jefatura de Estado ¿cómo se entiende que Cristina Borbón una vez que se enteró del presunto tinglado que tenía montado el bueno de Iñaki a costa de su influencia Real continuase viviendo bajo el mismo techo, incluso se mudasen juntos varias veces y se hiciesen arrumacos en público, si declara que esto la hizo sentirse profundamente engañada? En todo caso esto no hablaría mal de su lealtad personal, pero por cierto no deja demasiado bien parada la versión de su más que oportuna amnesia selectiva.

Al saber hoy que ha manifestado un montón de evasivas poco nobles, confieso que me ha dado algo de pena. No es que sienta alguna pasión especial por esa monarquía a la que juré lealtad, pero sí me habría gustado cierta "realeza" algo de altura a última hora, que dejase plantados a sus abogados, a las estrategias, a las mentiras, y que se irguiese en sí misma, que recuperase ese tono, esa veta de magnanimidad tanto en la felicidad como en la adversidad que se les supone en las grandes odas a los monarcas, o simplemente a las personas de coraje y bondad que tienen el derecho y hasta la obligación de equivocarse para encontrar su más intimo camino.

Casi siempre estoy del lado de los pecadores, de los que se sientan en el banquillo de los acusados, es algo que no puedo evitar, al día siguiente de que un ser despreciable encuentra su desgracia y su semblante cambia, y todos los abandonan, ya nadie le ríe sus chistes, sus hombros se curvan hacia abajo, el mentón se esconde sobre la nuez de la garganta, su mirada deja de traspasar vivaz el iris de su pupila y se centra taciturna en su inmenso y desconocido interior, en ese momento dejo de sentir el sentimiento que profesaba el día anterior, cierta veta de conmiseración de identificación, de solidaridad me embarga, pero sólo cuando el sujeto demuestra que llegó al final del precipicio, que está en cierto modo feliz de haber perdido todo, que tiene más energía para volar a un nuevo comienzo que para continuar sorteando heces y deshechos en la senda de su condena.

Siento que la institución perdió una oportunidad de oro para en cierto resarcirse de algunos últimos tropiezos, y para por el mismo precio dejarnos el sabor de boca de un verdadero cuento de hadas, brujas y princesas.

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25 enero 2014 6 25 /01 /enero /2014 03:50

 

 

Es curioso que siempre que le cae un puro a alguien en España de parte de la justicia, es o bien catalán, o bien vasco, o bien socialista, o si no los sempiternos pringaos de siempre, los que sean de donde sean no tienen ni una moneda para defenderse.

Hoy dimitió un presidente de un club deportivo muy conocido, con la mayor cantidad de preseas en los últimos tiempos en hockey, en balonmano en baloncesto y por supuesto en fútbol. Habían hecho una contratación detrás de la cual estaba otro equipo de la capital de mucho poderío y abolengo en el país, pero al final como siempre en estos casos, con todo tipo de jugarretas, trapicheos, manganetas, uno de los truhanes se terminó quedando con los servicios del futuro mejor jugador del Mundo una vez que Leo Messi decida colgar sus botines.

Neymar Jr.

El FCB pagó por el jugador, como todos sabemos sin necesidad de que nos lo digan, unas cantidades que jamás por sistema serán las que se declaren, sencillamente porque en España ningún rico que no esté perdido en la esquizofrenia, drogado, dormido o anestesiado se le ocurre abonar al fisco la cantidad correspondiente a sus beneficios. Quedaría automáticamente apartado de su Club. Constituiría un desprestigio supremo para los socios. Pagar es algo que se le deja al vulgo.

La elite está para fornicarse al vulgo, y éste para desarrollar fuertes músculos mandibulares a partir de la repetición del ejercicio de apretar los molares ante los enérgicos embates en las postrimerías de los distinguidos sodomitas.

No gustó esa contratación por la capital ni por las anchuras de toda Castilla. Que es muy ancha, aunque de tanto cabalgarla ya todos hemos terminado por conocernos los unos a los otros.

Y en realidad eso es algo que no debería gustar jamás, ni en la capital ni en Cataluña, ni en Cádiz, pero amigo, en estos días que los directivos del fútbol español han firmado una carta presentada por la más alta representación del deporte español, pidiendo el indulto de un delincuente condenado, únicamente por considerarlo de su propio patio "Uno de los nuestros" "Good Fellas" esto de Neymar canta un poco, se sabe que ha sido a partir de la denuncia de un socio ¿pero pretenden que creamos que una simple denuncia de corrupción en un juzgado progresaría sin un socorrido empujoncito en las alturas?

Como a cada paso se han ido tapando los unos a los otros , desde la prensa, desde la televisión la radio, todas las maniobras ilegales fraguadas desde y con el Poder, para obtener dinero negro, dinero fácil, inflar costes, evadir impuestos, y un etcétera que se me escapa por falta de pruebas e imaginación.

Sé que no es serio ni prudente pero a esta altura, en este lodazal ya me resisto a utilizar la fantochada eufemística de "presunto delito", le llamo delito consumado y delincuentes a todos los que lo perpetran, me da igual si es con el beneplácito de los que tienen la llave de los calabozos o si es al margen de ellos, como en el caso de los 70.000 presos comunes españoles, los cuales solamente presentan un único denominador común:

 

¡Es que son muy pringaos! ¡¡¡Muy pobres!!!

 

Estamos asistiendo cada día a casos tan repugnantes de corrupción tolerada y hasta aplaudida desde la propia Justicia, la cual persigue jueces que persiguen a los delincuentes que tienen más recursos que aquellos 70.000 pringados y amparan impertinentemente a los acusados. Hay unos pocos jueces, unos pocos policías, unos pocos ciudadanos y algún puñado más bien pequeño de periodistas de un altísimo grado de honor, con un valor difícil de encontrar, como los que destapan todos estos entuertos, que van contra todo lo mal hecho sean del barniz ideológico que sean, como hizo el periodista que destapó este asunto turbio de Sandro Rosell, que también destapó el escándalo de Bárcenas, el del yerno del rey nada más ni nada menos, y varias otras cosas más que muchos no se atrevían ni siquiera a mirar de frente.

Pero generalmente la sociedad esta podrida, tan podrida como los corruptos que ven pasar a diario catapultados hacia un nuevo ministerio o una empresa privada con un sueldo mucho mayor que el pellizco por el cual fueron trincados.

El sustrato de donde salen todos esos elementos pervertidos no es otro que la población. Esa es la cuna, el nido, y ahí fueron criados en una tolerada manera de entender el éxito no todo lo saneada que nos gusta dar a entender, cuando una vez acabada la época de alegría en los bolsillos para todos, torcemos el gesto, endurecemos las comisuras, congelamos el semblante y nos mostramos profundamente engañados, cuales niños cuando empieza a hacer sus chistes el payaso del circo. Pero seamos sinceros, nunca fuimos tan inocentes como no gusta mostrarnos una vez que se acaba la mantequilla para que en lugar de untar, tirábamos al techo.

 

70.000 pringados duermen en los calabozos. ¡Setenta mil pringados y ninguna flor!

 

Vemos a diario como la policía se utiliza para cubrirles las espaldas a los criminales que han desfalcado al país, causando miseria y dolor, estafando a las familias de clase media, destruyendo hogares y provocando muertes, locuras, adicciones, enfermedades, no pocas desgracias irreparables. Vemos que otros policías son utilizados para golpear duramente a todo aquel que decida dejar de manifestar su desencanto como yo ahora en el papel o en el bar, y lo haga en donde único se escucha y molesta a los ladrones y sus cipayos, en la calle.

 

Impunidad selectiva.

 

La justicia española hace gala de ser sumamente garantista; pero sólo para estos delincuentes de guante quizás blanco, sí, pero muy sucio, muy enchastrado de toda porquería impoluta, de todas basura clara, de los residuos brillantes, de cantidades descomunales de semen, nata, baba y ratas blancas.

 

Que Sandro Rosell dimita es lo que deberían hacer todos los que estuviesen inculpados. Pero no, el penúltimo importante en dimitir que recuerdo fue Josep Borrell, catalán y también socialista, y el último fue el Ministro de Justicia Bermejo, socialista, en el caso en que hicieron también que otro Juez, Garzón, perdiese la licencia por veinte años por perseguir la alta corrupción y los crímenes del franquismo, porque no nos engañemos, por prevaricación que fue el motivo oficial por el que lo apartaron de la Justicia, no pierde nadie nada en este país, según de que Partido político sea hasta se le puede premiar.

 

No sólo no les importa mucho lo que se denuncia con pelos y señales a las autoridades correspondientes, que deberían velar por la decencia y el cumplimiento de la ley, sino más bien lo contrario, pareciera ser que las altas instancias se sienten mucho más cómodos con representantes fáciles de diluir, de simplificar, de anular, de arrastrar por el barro de la deshonra, corruptos de todo nivel, ya que por un lado ello les asegura el pastel sin dar demasiados rodeos y por otro lado porque alguien impoluto, decente, altivo, limpio, de bien, no haría sino poner más aún en evidencia la impunidad de toda esa escoria divina, nuestros amos caca que a solas rumian y braman.

 

70.000 pringados y ninguna flor!

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23 enero 2014 4 23 /01 /enero /2014 23:55

 

 

Hace muchos años, cuando recién empezaba la secundaria en la Felipe Poey, también conocida como la “anexa” porque había sido anexa a la Universidad de La Habana, de hecho en la escuela se podía disfrutar de la biblioteca, de las áreas de estudio y de las instalaciones deportivas de la universidad que eran excepcionales, me dio por fugarme de manera compulsiva.Al principio me escapaba con mi eterno amigo Carlitos Cecilia, al que me veo honrado en llevar en el alma ya que nos dejó tras un cáncer devastador a la edad de veinte años, siempre nos íbamos primero a su casa.

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Caballero de París

A veces consumíamos toda la provisión de huevos y de salsa de tomate Vita Nuova experimentando en novísimas formas de tortillas vespertinas, y a veces salíamos a caminar por la calle Infanta, donde deambulaba a su aire el conocido como único mendigo de La Habana, el “Caballero de París” y donde también aún se podía oler ese aroma almizcle de los inmigrantes chinos que recalaron en 1950 huyendo de Mao en la calle Zanja, para que les cayese cual maldición la desgracia de Fidel.

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Calle Zanja, centro del antiguo barrio chino.

Había uno que muy probablemente habría quedado tocado y hundido por semejante tribulación, al que siempre lo homenajeábamos con una frase que parecía molestarle hasta el paroxismo y que tras decírsela al pasar debíamos salir disparados a toda velocidad, y sobre la cual hasta hoy, ni siquiera tras un año de aprendizaje de idioma chino y las pesquisas de internet, tengo ni idea del críptico significado que contenía aquella voz unificada en varias gargantas de adolescentes típicamente idiotizados por la edad: ”Chinito, Tu lama Kalimbambó!”.
Y la otra mitad del tiempo me escapaba del colegio para ir al zoológico del Nuevo Vedado.
Hubo días que llegué a tener comunicación con animales verdaderamente singulares, como la pantera negra o el elefante, establecimos nexos esporádicos, abruptos, sin embargo tan o más profundos y reales que los que había tenido esa misma mañana con mi madre o con la camarera que me servía el desayuno.
Pero ninguno como mi amigo el chimpancé. Nunca supe si era amigo o amiga. Nunca supe la edad ni el nombre, pero pasamos tres meses comunicándonos cuando no había casi nadie en el Zoo y yo llegaba con mis galletas envueltas en servilleta del desayuno del Habana Libre y él raudo, me obsequiaba media naranja, al principio no entendía bien para que, hasta que me di cuenta de que quería hacer trueque. Pasé horas mirando los ojos y las muecas de mi amigo chimpancé, cuando el jefe de la manada Pancho, se enfadaba y comenzaba a dar golpes para que todos se fuesen a sus casetas, el último en irse era mi amigo. Recién entonces Pancho comenzaba a tirar heces a través de los barrotes, mierda a diestra y a siniestra, igual que estaba el país, el continente, y buena parte del mundo . Mierda por aquí, mierda por allá. Y cuando Pancho a quien no parecía provocarle mucho placer el verme llegar a media mañana, se calmaba, mi amigo retornaba a su lugar predilecto a compartir naranjas y miradas.
El día que enviaron a un mensajero al Hotel para comunicarle a mis responsables que hacía cuatro meses que no iba a clases y que no sabían nada de mi, no fue tan duro como lo fue para Carlitos Cecilia cuando al cabo de un mes le avisaron a su padre que era coronel de las FAR que no iba al colegio y se escapaba conmigo y vivió aquello con una escenificación de constricción tal que tuve que dejar de ir a los Carlitos por unos meses, pero aún así, aunque no tuve un castigo especial , ni aquello logró que me diesen mucha más bola que la ordinaria, aquel día no pude ir al Zoológico a despedirme del singular amigo como habría sido justo y adecuado.
A lo largo de los años, más de una vez me he despertado sofocado, angustiado con la idea de que está por ser descubierto un terrible crimen que llevo toda la vida guardado en secreto o de que está por llegar una carta a mi casa y a la historia que tengo montada le queda un suspiro para desmoronarse, y que nunca más volveré a ver al chimpancé que entendía la mirada, el paso apresurado, la cabeza baja y el silencio que habitaba la otra cara del bullicio en el que quede atrapado una vez que mi padre se fue.
Ambos estaban tras las rejas.
Generalmente no sólo no me conmueve este tipo de altruismo sino que me da un poco de repeluz la extrema atención con los monos de muchos ecologistas en comparación a la escasa  sensibilidad que muestran hacia sus sirvientes africanos; pero en este caso Jane Godall es extraordinaria con todos, con los chimpancés, los trabajadores, los ayudantes, los voluntarios, con los únicos que es ruda es con las autoridades y con los poderosos.

 

 

 

En honor a aquel increíble amigazo.

 

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14 enero 2014 2 14 /01 /enero /2014 01:16

 

 

Hasta Joan Manuel Serrat, el mayor icono de la cultura comprometida española de la transición y para mi, de siempre, ejemplo de dignidad, de artista, poeta y cantante excelso, participó de una de las contradicciones más inherentes a la idiosincrasia, a la identidad del nacionalismo argentino desde la segunda mitad del siglo XX.
Serrat estuvo muy cerca de los Montoneros que lucharon en la época del gobierno militar de Agustín Lanusse desde la clandestinidad, gente muy interesante, intelectuales involucrados, antes de la época exclusiva y puramente extremista. Incluso pasado el golpe de 1976 mantuvo el nexo y fue muy solidario y atento con cuanta ayuda podía otorgar, brindó de su bolsillo dinero a los presos políticos. 

Sin embargo sentía una animadversión completamente razonada y razonable hacia Perón y aquello que lo rodeaba, incluso con la imagen de Evita por las estrechas relaciones con el franquismo más atroz que habían mantenido, en el caso de Perón llegando al extremo de ser el invitado al exilio de lujo del asesino de masas español y aplicado aprendiz de las teorías mussolinianas que alimentaron su posterior versión de la "tercera posición". No sólo desconfiaba, sino que como anti fascista al fin y al cabo, lo consideraba un serio enemigo al verlo como convidado de honor del dictador gallego.
No trataré este tema, pero me interesaba hacer hincapié en esta contradicción tan presente  en Argentina.
Y la falta de seriedad de ciertos sectores de la izquierda que por ganar apoyo populista, han ido olvidando paulatinamente hasta el acceso súbito de una rotunda amnesia, el hecho de que Perón, más que tener raíces en elfascismo, era amigo de los dirigentes del exterminio de masas fascista europeo. Aunque Perón no era una persona tan sencilla y eso descolocaba a Serrat y a más de uno, en ese exilio franquista recibía para dar instrucciones y escuchar de primera mano a los jóvenes militantes clandestinos peronistas de la lucha antidictatorial ¿qué pasaría por la cabeza del comprometido cantoautor catalán cuando veía que la Meca de aquellos militantes revolucionarios, no se encontraba en Moscú, en París ni en La Habana, sino en Puerta de Hierro, en la única capital europea dónde aún persistía el fascismo?

También Perón fue admirado por Fidel. Aunque declinó una invitación de éste a que se exiliase en Cuba, tampoco había porque llegar tan lejos para devolverle la simpatía al totalitario barbudo, ya que Fidel cuando era joven conformó una asociación de apoyo al peronismo desde Cuba, bastante antes del triunfo de Revolución y cuando los comunistas a Fidel le producían la misma urticaria que el trabajo, ello en realidad habla del rasgo más característico que ambos presentaron a lo largo de su vida. El Marxismo a lo Groucho.
¡No hay nada que no se pueda ni se deba hacer si la finalidad no es otra que mantener el tujes en el trono!


Decir peronista de izquierda es tan paradójico y contradictorio como decir: monarquía democrática, guerra pacifica o noche soleada.

El artículo y la canción siguiente son una belleza ya que versan acerca de una relación nunca ventilada ni demasiado comentada del Nano con una muchacha modelo y a la vez militante no violenta en la villa miseria. La canción es preciosa, yo no la vivo como algo relacionado con la política, con esa fase que a algunos nos causó un rasguño que penetró hasta sitios insospechados de nuestros ilimitados universos, dejando un tendal de fantasías, de miedos, frustraciones, borrosos recuerdos dispersos, algún que otro amor y odio y mucho olvido.

Sino que la vivo como un recuerdo agradable de mi infancia y de los años en que Serrat tenía una voz que amansaba a las fieras y despertaba a los anestesiados.

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La historia secreta de "La montonera”, una bellísima canción que Joan Manuel Serrat ha preferido olvidar. Es un buen día cuando aparece un nuevo número de Viernes Peronistas. Y también, un día perdido: imposible resistirse a la tentación de sumergirse en sus páginas (aunque técnicamente sea un fanzi...
  
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