La visita del presidente de la República Argentina al Reino de España sin tomar contacto con ningún representante de la Casa Real, el presidente, ni con ningún ministro, para acudir a un congreso de VOX que reune a la ultraderecha europea, para dar el puntapié inicial a la campaña por las elecciones europeas, se convirtió en un acto de injerencia en la política interna absolutamente innecesaria, totalmente inusual, que en cualquier otra época o en nuestros propios días con otros protagonistas, podría incluso haber desatado un serio conflicto internacional.
Dos cosas son llamativas del hecho, por un lado que Argentina convenga en mantener un dirigente de sus destinos, con un entorno como la canciller Mondino de tan baja estofa, en ninguna forma preparados para ocupar sus cargos, de modales barriobajeros, ofensivos, de un mal gusto supino, pero lo que es peor de toma de medidas peligrosísimas, en política interna y exterior. De la misma manera que el presidente argentino define como ratas inmundas a los gobernadores provinciales que no votan sus medidas, llama atornillado al poder al Presidente de España y corrupta a su esposa en suelo español. Creando un conflicto de carácter tan inédito como innecesario.
Pero más impresionante aun, es la respuesta de los nacionalistas españoles de la ultraderecha, que por ejemplo con AMLO, cuando desde México dijo que el rey debía pedir perdón por los crímenes de la conquista, se mostraron profundamente ofendidos por considerarlo una afrenta, sin embargo ante un insulto directo a la investidura Presidencial del Reino de España, no solo no condenaron con firmeza sino que rieron y azuzaron al ofensor para que continuase ofendiendo los símbolos nacionales.
A VOX lo podemos dar por perdido en el terreno de las formas educadas, de los valores democráticos, si bien no podemos aun llamarlos fascistas, sí cabe temer su parto más tarde o temprano; pero como sociedad no podemos admitir que el PP los siga cayendo en la peor chabacanería, en un lodo tan disruptor que no ofrece posibilidad de retorno. La sociedad entera debe exigirles conducta, comportamiento, exigencia de un mínimo respeto, por demás supuesto en toda relación protocolar. Además de algo de hispanidad
Y por último ¿de verdad los argentinos han decidido dispararse en el pie, o incluso en un órgano vital, permitiendo que al frente de sus destinos esté un elemento tan peligroso, tan poco serio, tan mala persona y pésimo profesional?
La falta de respeto aun mayor que a los españoles, fue a los argentinos. Venir a España a alinearse con la ultraderecha europea sin contactar con nadie del gobierno ni la Casa Real para agilizar, posibilitar, gestionar asuntos bilaterales entre ambos países es una afrenta grave, que además si existe parentesco entre naciones, estas dos son primas hermanas y mejores amigas, con una historia de asilos de ida y vuelta, españoles a Argentina a acallar el hambre, a refugiarse del genocidio franquista, y viceversa, argentinos exiliados de su dictadura militar y de sus diversas crisis económicas.
Aparte de la falta total de respeto y de profesionalidad protocolar, del insulto a España, a quienes más dañan es a los argentinos que comercian, trabajan y que vivien en tierras hispanas, así como a todos esos ancianos emigrados a la Argentina que todavía viven o a su descendencia claramente antifascistas.
Caminos peligrosos pero además muy feos.
¿Qué se logra si en la europeas gana presencia la ultraderecha?
1- Mayor concentración del capital en las mismas manos, trasvase de finanzas de lo público a las concentraciones de dinero privadas, no a las pymes ni a los nuevos emprendimientos.
2-Endurecimiento de las leyes así como del discurso de odio, de la violencia contra la población inmigrante.
3-Grave deterioro de salud, educación y cultura pública.
4- Como consecuencia de todo esto un embrutecimiento y empobrecimiento de la población europea que ora somete, ora rebela a los pueblos. Nunca se sabe, es una moneda al aire.
¿Qué gana Argentina con eso? Nadie gana nada. Ni siquiera la gran patronal. A no ser que la ensoñación húmeda sea que haya otra gran conflagración europea, en que Argentina vuelva a engrosar las arcas del estado con la venta de cereales y carne como ocurrió en el pasado. Pero sería demasiado retorcido pensar tan mal de los simpatizantes de Videla, Mussolini y Franco.