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9 diciembre 2024 1 09 /12 /diciembre /2024 10:21

Nací en una familia atea y aventurera, no me bautizaron, por supuesto no tomé la comunión, ni fui jamás a misa, recién hace poco supe como es un padrenuestro. Habiendo sido descendientes de terratenientes explotadores de todos los recursos al alcance, sin embargo mi entorno era comunista a causa de un tío que se convirtió en la imagen del revolucionario del siglo XX rompiéndoles las pelotas a todos sus antepasados. Después yo mismo rechacé cada convencionalismo que apareció en mi camino, del tipo burgués o del corte comunista que al fin y al cabo terminan convertidos en lo mismo, y me aboqué a un modo de vida personal e intransferible, de rebeldía absurda, sin causa, ridícula para el entorno pero significativa para mi, con notas de lumpenaje, plena en hedonismo y un páramo en actividades de provecho social y personal. En contadas ocasiones en toda mi vida me abroché los botones superiores de la camisa, o usé ropa planchada. Menos las drogas inyectadas consumí casi todas y bebí la producción de un año entero de cualquier destilería competente.

Todavía me interesan más las historias de rebeldes, de iconoclastas, de contestatarios, de respondones, de revoltosos, de inconformes, de traviesos, de mataperros, de insurgentes. Pero no quiero saber quien se tira el pedo que rompe el calzoncillo, quien escupe más lejos, quien vomita la tarta o grita la mala palabra más altisonante en la boda o en la funeraria.

En la medida que ha pasado el tiempo desde que empecé a palpar el dulzor y la acidez de las notas de la inconformidad y cuando pude metabolizar sus reminiscencias, ha ido interesandome más leer las historias de quienes con aparente resignación, siguieron una vida convencional, de quienes aceptaron el rol que les fue asignado, que dieron el paso 3 antes del 4 y después del 2, que hicieron felices a sus maestras a sus abuelos, y que no llevaron ni una vez una nota de la dirección a la casa ni los fue a buscar la policía, ni los vecinos, ni los acreedores. Hoy quiero leer las intimidades de Ana María, de Juan Ramón, de Andrea, de Iván, de Daniel, de Bonafide, Gerardo, Mariano, de cada corbata bien anudada al cuello, de cada raya perfecta en viaje desde la sien a la nuca y de cada bombacha bien custodiada por la falda. Hoy me interesan mucho más las confesiones de sus anhelos, sus vanidades, de los deseos secretos y los materializados, las travesuras en los intersticios de esa apariencia de normalidad que no es más que una cortina que desde afuera parece impenetrable, y desde adentro oficia de parapeto para escudriñar todo sin ser percibido. Me interesan sus interioridades, los aromas, los recodos del gozo, la intensidad del clímax, la perversión y los placeres menos evidentes. Porque incurriríamos en un grave error si pensásemos que la rebeldía frente al destino, que el riesgo, que las descargas eléctricas que atestiguan la travesía por la tormenta, solo se encuentran en la estridencia evidente, en la manifestación procaz, en el trazo grueso, en el insulto soez frente al cofre de las promesas. Está en cada uno, en cada célula, en cada átomo, allí donde se produzca la supervivencia, la continuidad, todo lo que no esté muerto, combustiona con la contradicción, la dialéctica, la paradoja.

O acaso solo me intriga saber como habría sido mi andar por ese camino, ni paralelo, ni perpendicular.

Casi todo a lo largo de mi vida lo habría modificado con diferentes énfasis en la tarea, por ejemplo en la estatura menos que en el valor para la pelea, en la fuerza menos que en la determinación para usarla, en la imagen corporal y rasgos faciales menos que en la longitud y grosor del rabo; pero hay un conjunto identitario personal e intransferible, que siempre me ha hecho estar encantado de conocerme, y del que jamás habría modificado ni un ápice: mis pensamientos, ideas, convicciones, decisiones, mis dudas y mis amores.

Ese es mi universo, de lo único que estoy orgulloso y es todo que puedo legar.

Otra cosa que me he ido dando cuenta, o dicho desde otra perspectiva, que ha abordado mi acervo de conocimientos, es que el ego, al fin y al cabo, no sirve para absolutamente nada. Acaso sirva dedicarle tiempo a su reconstrucción para sanar heridas al amor propio, pero el tiempo justo. Todo lo que comemos, bebemos, tocamos, usamos, vemos, ha sido construido y concebido en colaboración, en conjunto.

Desde la simple calle, los autos, los edificios, las camas, la ropa, la carne, el pescado y la verdura, hasta los medicamentos y los más avanzados descubrimientos técnicos y científicos han sido materializados dejando en segundo plano el ego, priorizando el resultado de pensar o actuar en colectivo.

Y lo dice alguien que si se cae de su ego se hace trizas.

Gomina Lord Cheseline

Gomina Lord Cheseline

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25 noviembre 2024 1 25 /11 /noviembre /2024 01:17

El último grito de la moda ultra es la proliferación de ejemplares que se multiplican creando una masa informe de materia viscosa, que acusan por ejemplo a Robert de Niro y Meryl Streep de perversos comunistas depravados que profesan la doctrina Woke y en oposición, erigen a prócer avatar de su virilidad a Elon Musk, el magnate sudafricano (mal empieza MAGA) quien los salvará de un mundo de vampiros violadores travestidos, me hizo pensar que de la misma manera que apoyan echar a inmigrantes que hablan español de ojos marrones, simulando creerse de algún de pedigrí nórdico de Laponia, de la misma manera me pregunto si ese odio a los travestis, esa fijación con los gays y lesbianas no tendrá algo que ver con un rechazo a la más íntima esencia de su ser, de igual forma que sin dudas ni necesidad de espejos, en sus barrigas, sus estaturas, pieles, vecindarios y bullanguería en alguna hora del día aceptan su condición de hispanos, latinoamericanos e inmigrantes.

Esa obsesión junto a la carita “muñequil” de Musk, revela el deseo a punto de reventar las puertas del armario y salir disparado con un tutú de ballet, una tanguita a juego con corsé y ligueros, implorando urgente la primera mandarria que ande alzada por el barrio, mucho antes que una expresión virilmente masculina, atendiendo al axioma "dime de que alardeas y te diré de que careces".

Además traigo una mala noticia para la ultraderecha como para la pseudo izquierda actuales. Si a algún sector no pertenece la cultura "Woke" es a la izquierda.

Durante los setenta años de la URSS, todo su bloque hacia oriente y occidente y la conocida por todos nosotros "Involución cubana", los gays, lesbianas y ni hablemos ya de transexuales, eran tratados como la peor basura, humillados, marginados, estigmatizados, encarcelados, incluso asesinados. Y las organizaciones revolucionarias de izquierda que luchaban en diferentes países por la toma el poder, consideraban una perversión inadmisible el ser "afeminado" o "marimacho" en caso de las mujeres, una debilidad limitante para aspirantes militantes comunistas. Sin embargo en el área capitalista, en ciudades como San Francisco, en EEUU, en París,  en el Soho de Londres, capital del país creador del capitalismo, la cultura gay consiguió manifestarse como un modo de vida normal, no sin previas luchas cruentas para reivindicar su emancipación, habiéndose ganado la tolerancia y respeto de sus gobiernos.

Siento bajarlos abruptamente a la dura realidad: ser tan furiosamente anti  derechos del modo de vida que a cada uno le plazca así como de la expresión de su sexualidad, los emparienta de manera inexorable con Stalin, Mao, Pol Pot, el tío y Fidel “Guarapo” Castro Ruz y su encono con los afeminados elvisprelianos materializado en las UMAP, como antídoto corrector contra aquellas incipientes manifestaciones Woke, tan anticomunistas.

 

Represión policial a manifestación gay, exaltación de las UMAP campos de concentración contra desviados, Doctrina Woke
Represión policial a manifestación gay, exaltación de las UMAP campos de concentración contra desviados, Doctrina Woke
Represión policial a manifestación gay, exaltación de las UMAP campos de concentración contra desviados, Doctrina Woke

Represión policial a manifestación gay, exaltación de las UMAP campos de concentración contra desviados, Doctrina Woke

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22 noviembre 2024 5 22 /11 /noviembre /2024 14:02

Sobre el tema de Ana de Armas con el hijastro del dictador cubano puesto a dedo, lo único que puedo decir es que estético no es, eso creo que es compartido por todos incluso, sin conocerla puedo imaginar que incluso por ella misma si la situación fuese por ejemplo, de Salma Hayek con el hijo de un capo del narco en México.

Pero después meterse con ella es precisamente lo que jamás deberíamos hacer quienes estamos en contra de dictaduras, de formas autoritarias, de la obligación a un pensamiento único, de convertir en una expresión monolítica la conciencia colectiva de un país. Porque precisamente eso es lo que nos une, no si uno vota a x o a y, sino la libertad de pensar lo que nos de la gana cuando nos plazca.

Ana de Armas se dedica a la actuación desde su paso por la ENA, su emigración a Madrid, y su desembarco en Hollywood, en ese terreno es donde tiene sentido que se instalen las críticas. Si estuvo bien en un papel, si regular, si mal, la envidia que despierta en algunas focas o como le pone el chichón inguinal al más recatado de los pajuzos, en fin todo lo que forme parte de su profesión, ya que solo se dedica a eso. Y a vacilar.

Jamás deberíamos meternos con las ideas o la filosofía de vida de nadie, la intolerancia que se está viendo estos días con las elecciones de vida de la actriz, es calcada, exactamente igual, a la que mamaron del sistema que los denostó y les llamó gusanos cuando se vieron empujados a tomar la dura decisión de abandonar su país para siempre, y algunos creen que la manera de contrarrestarlo es copiar el mecanismo y acusar de comunistas a todo el que piense distinto. Lo que consiguen de ese modo es perpetuar el trabajo sórdido y eficaz, de Guarapo Castro, en la contaminación de la conciencia del pueblo.

Ni siquiera a Mirta Díaz-Balart la denostaron así, muy por el contrario siempre se la respetó y quiso desde el exilio más duro. Y eso que no era una noviecita de un hijastro de un puesto a dedo, sino la esposa y madre del hijo del gran dictador.

El único antídoto contra la dictadura y las infinititas formas que adquiere bajo diferentes barnices, es la tolerancia, la concordia, la inclusión y la convivencia.

Por supuesto esto no aplica para el novio, no porque ser familia de un represor, sino por formar parte de la dictadura, de la opresión, y disfrutar de vida de millonario con el dinero de un pueblo hambreado, reprimido, sin luz ni futuro.

Y por favor, conociendo como se las gasta Anita en la duración de sus noviazgos, no sean tan picúos de llamarle "familia" del dictador, este material le va a durar a la bellísima cubana, lo que dura un pedo en un canasto.

 

Las armas de Anita
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8 noviembre 2024 5 08 /11 /noviembre /2024 11:36

¿A qué época de EEUU se refiere Tronal Gump cuando hace referencia de hacer "America" grande otra vez?

Pocos votantes se informaron sobre cuando fue esa vez dorada a la que se refiere el ex y futuro presidente 47º, desde luego los llamados "hispanos", menos que nadie. A lo que un gran sector del gran capital estadounidense llama la America grande, es el imperio absoluto de cuando compartía la bola del mundo con la URSS, más allá de sus fronteras las reglas eran claritas y la división también. Dentro del país los afroamericanos antes de la firma de los Derechos Civiles por Lyndon B. Johnson derogando la segregación y después solapadamente, y para pesar de Malcom X, Huey Newton y Angela Davis se ocupaban como era tradición, del algodón y del pollo frito, mientras los blancos justos, los pobres y los valientes rompían los hímenes del conservadurismo con los movimientos literarios, poéticos, antibélicos, progresistas como los beatniks, los hippies y grupos politicos preclaros. Y eso que hoy llaman hispanos o aberrantemente "latino" haciendo rebotar en sus tumbas los huesos de Donizetti, Verdi o Bellini, eran los chicanos del sur, de varias generaciones de estadounidenses aunque aun conociendo y no saliendo de su lugar en talleres mecánicos, fábricas, campos de citricos y construcción. O lo que es más lacerante aun, esa America grande otra vez, era cuando entre 1930 y 1933 bajo la administración Hoover y ajustado a su voluntad, se deportó a aproximadamente medio millón de mejicanos, siendo el 60% nacidos en territorio estadounidense y habiendo entre ellos gran cantidad de niños, considerados mexicano-americanos. La motivación era mantener la pureza racial, motivo que  que hoy encuadra esa aberración en el concepto de "limpieza etnica".

No se equivoquen amigos noruegos del sur de Florida, los vecinos de Tronal Gump son white anglosaxon protestants muy ricos como él al igual que los invitados a la boda de su hija. A lo sumo la sociedad ya incluyó por la fuerza de su propio empuje y reivindicaciones, a los afroamericanos ricos, mayormente en el terreno del deporte, cine y música, en los mejores barrios, aunque aun ninguno sea bienvenido en las hermandades de Princeton y Harvard. A mi querido sub-sector "deglutidores de arroz con frijoles" fuera del nicho sureño de la Florida, ni está ni se los espera.

Esa ficción fantasiosa de que son la primera minoría en prestigio, es un buen principio para dignificarse y darse a respetar en la sociedad y poder cambiar de barrio, Pero en el norte del norte, los Sanchéz, García y Hernández de un metro setenta seguirán siendo los operarios de los Harrison, Miller y Taylor de cerca de dos metros. La America grande otra vez tomaron a Charles Bronson de ascendencia lituana para hacer de mejicano en el cine, y a lo sumo permitieron la entrada trinfal a Hollywood a un espectacular Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca, siempre que se rebautizase en inglés, gracias a los más de seis pies que lo emparejaban con Taylor más que con García.

De ahí mi felicitación por las elecciones a los blancos anglosajones protestantes que lo votaron, así como a los noruegos del Caribe, aunque a estos últimos les recomiendo encarecidamente por el parentesco y el afecto que me une, a partir de enero, si no es absolutamente necesario, no salgan de La Florida. Porque America grande otra vez, fundamentalmente y sobre todas las cosas significa: ¡Sin ti!

 
¿Charles Bronson o Huey Newton?
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6 noviembre 2024 3 06 /11 /noviembre /2024 12:27

Solo de ver a los seguidores noruegos del Caribe, jabaos barrigones comedores de frijoles y raspadura, que se criaron con una educación cientificista, decir que Dios bendice a un candidato cualquiera que sea para el caso, pero aun más a un delincuente condenado, que bendice a un país y no a todo el mundo que según esos mismos analfaburros dicen que creó, solo de verlos, de oirlos, de leerlos, entra una desazón, un desasosiego, una tristeza, de pensar que estos sujetos, como ya les ocurrió con el caudillo que los adoctrinó en su patria original, a los que jamás apreció, ni aquel viejo ni este nuevo "líder", que solo considera dignos de llamarse Estadounidenses a los White Anglo Saxon Protestants, pero que los instrumentalizó muy bien como jenízaros hiperquinéticos, en el futuro próximo se creerán Torquemadas, Poncios Pilatos, Herodes, mientras lo único que serán es sirvientes del salón, esclavos de la biblioteca, tíos Tom, desempeñarán el rol de Stephen en Django, interpretado por Samuel L. Jackson. Ni siquiera serán las putiñas a las que dejará el culo ardiendo pero que dormirán en la alcoba, sino las que limpien la lefa de las sábanas. Como lo fueron cuando eran fidelistas.

Noruego caribeño trumpista-fidelista.

Noruego caribeño trumpista-fidelista.

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25 octubre 2024 5 25 /10 /octubre /2024 21:00

Había pasado la mayor parte de su vida, desde la post adolescencia seduciendo mujeres de la más variada índole. Tenía, se puede decir, lo que se llama un tipo de mujer favorita, delgada aunque no tanto, con pechos que pudiesen bailar bajo un camisón sugiriendo su redondez y rebote anárquico entre pliegues y relieves, yendo desde manzanitas a pomelos generosos, caderas curvadas de andar sinuoso, piernas preferentemente largas aunque no que la hiciesen demasiado alta, culito respingón tallado para exhibir tanga, y eso sí, una marcada zanja mediando la zona inguinal que aun uniendo las rodillas permitiese ver luz entre muslos y que, presa del jean adecuado se marcase de tal manera el fin de la vulva y el nacimiento de las nalgas que consiguiese producir un chorro extra de la cuota habitual de saliva. La cara preferentemente huesuda, de mandíbula firme aunque no pronunciada, labios finos o gruesos, de boca ancha o angosta pero con olor a jazmín o naranjo en flor, dientes perfilados, ojos vivaces, soñadores más que pícaros, inteligentes más que ocurrentes, profundos más que sagaces. El pelo de cualquier forma, de cualquier color pero que naciese tras recorrer bastante cuello hacia la nuca, que tardase en volver a caer sobre los hombros una vez que el viento los revolviese. Nunca había pensado en como prefería que fuesen los pies, pero una vez que amaneció con una dama casi perfecta y recorrió su humanidad a besos para despertarla con un cunnilingus, dos cosas cortaron su inspiración, una fueron los nudillos de los dedos de sus pies y la forma de la planta, la otra fue un aire que liberó de sus henchidas interioridades. Así que concluyó que los pies, por favor, a poder ser normales, y si no, para algo estaban los calcetines.

Claro, no iba a ser todo de chocolate. La verdad es que muy poco sería de chocolate a lo largo de su vida, pero ese era de alguna manera el modelo del que partía para ir aceptando de mayor o menor grado de satisfacción la pesca que podría obtener su anzuelo. También hay que decir que no era en absoluto exigente, o mejor dicho padecía de una especie de desesperación, de impaciencia que lo llevaba a aceptar en todos los planos de la vida, lo primero que conseguía a modo de ganancia, por esa misma razón tampoco era muy bueno en los negocios, eso sí, siempre salía ganando, poco pero con mucha frecuencia. Se puede decir que apenas obtenía ventaja en lo que fuese, dejaba de apostar y arriesgar. Si la dama con que estaba a punto de empatarse, tras un vistazo sin demasiado escrutinio ostentaba dos o tres de sus condiciones sine qua non, sobre todo en materia de tetas, culo y bollo, feliz se la llevaba al jamo, porque tampoco todas las noches terminaban así. Los estereotipos son para cumplirse en un poster, pero en la praxis podían concurrir tantos factores disuasorios como persuasivos que llevasen a formalizar pareja circunstancial con una partenaire que fuese lo opuesto a lo deseado. A veces la hora, la escasez de opciones, podían conducir a una toma de decisión no demasiado festejada bajo el haz de luz del día siguiente, pero acorde a la filosofía de "todo es aquí y ahora", pocos ejemplares quedaban fuera del redil. También es cierto que no siempre es oro todo lo que brilla, como creía la chica de la canción “Escaleras al cielo”, y algunas súper adecuadas a los moldes después o bien tienen mil voltios de corriente eléctrica o carecen del más mínimo suspiro de energía. Además cabe tener en cuenta que él mismo no era precisamente un Adonis que cumpliese con los requerimientos de las damas al salir de casa, al menos mientras todavía les durase el perfume. Sus dotes conquistadoras no se basaban en su belleza sino en el arte del acercamiento. La aproximación es todo un reto, no se puede llegar como fórmula uno a los boxes, ni a velocidad de caracol, controlaba los olores, las señales de la propia endorfina que va guiando, hacia más conversación, hacia el cuello, hacia la mano, tenía una facilidad magistral para tomar las manos de las elegidas, en cualquier punto de la charla, ya fuese acabado de conocerse como ya franqueadas las barreras de nombres, dedicaciones y chiste rompehielo, era cuidadoso y dulce, picante si era necesario, pero todo ello a una distancia prudente, cuando conseguía atravesar la valla de seguridad se convertía en un predador descuidado, atropellado, incluso torpe, que podía despertar ya sea el temor ante tal precipitación o la desconexión con el ritmo y la armonía establecidas en la senda hacia la confianza y la laguna del deseo. En pocas palabras se le paraba el rabo muy rápido, cualquier proximidad ilusionante a una teta era interpretada por su humanidad como una señal de permiso para el ataque, a veces salía muy bien, a veces regular y a veces echaba todo a perder. Pero en honor a la verdad, en los casos de las chicas menos agraciadas, no veía gran diferencia entre los posibles desenlaces, si salía bien y si no también, además esas presas estaban mucho más dispuestas a pasar por alto esos abruptos cambios de ritmo, de miradas, de vibración en el tono de la voz, incluso en esos casos la mayoría no solo lo ignoraba sino que lo disfrutaba como una garantía de que esa noche sí, de aquella noche no pasaría, bailarían la danza de la bestia con frenesí desenfadado sobre lo que fuese que resultase de la promesa de aquel bulto.

Aquella noche la muchacha entrada en generosas cantidades de carnes, había accedido a sentarse a su lado en la penumbra del bar, entornó los ojos cuando le pasó la mano por el rostro y acarició su mejilla, de huesos firmes bajo la redondeada capa dérmica, ella sintió sus dedos acariciando la parte interior del muslo, que no solo no permitía el paso de luz uniendo las rodillas, sino que aun mediando un espacioso tramo entre ellas, por ahí no pasaba ni el bosón de Higgs, sin embargo desprendían un calor que sumado a lo mullido de su tacto, le descubrían a él una virtud exclusiva de las piernas generosas en materia cárnica hasta entonces desconocida, la llegada con gran antelación de la exaltación hormonal al entrar en contacto con lo candente de la vulva, comparado con las mujeres flacas aquello era como un pre bollo, un pre nalgas, y casi sin darse cuenta, ambos entre suspiros, ya en medio del intercambio de labios en los cuellos, y de a poco el despertar de las lenguas recorriendo los caminos hasta el punto de encuentro, sintió que su dedo había penetrado en un orificio, ligeramente más cálido que la entre pierna, con vida propia, y al extender la palma de su mano y abarcar una porción de lo que eran las nalgas se percató de que la punta su dedo había entrado en la oquedad anal sin la más mínima resistencia. Ella deslizó su mano dentro del pantalón y comenzó a acariciar su glande con suavidad a la vez que se movía contorneándose, balanceando su cadera y haciendo que él llegase a sentir un placer similar al que ella estaba disfrutando perp en la mano, que a priori pensaba emplearla en recorrer otras zonas pero desistió cuando sintió lo que ambos expresaron en diferentes frases al unisono, ella "ay, papi sí que rico, parece una pinga" y él "coño, que culo tan caliente". El bar era oscuro, estaban aislados pero ya ella tenía su miembro en la mano, fuera del pantalón y él lamía uno de sus senos con fruición, ora lo chupaba, ora alejaba la cara y lo apretaba suavemente para llenarse de ese calenturón que le proporcionaba su esponjosidad, en torno a ellos había un cordón de saliva, jadeos, cambio de temperatura, suspiros, frases obsenas, un aura diabólica conformada con lo más efusivo de la vida que invitaba a los demás a mantener la distancia, pero aun así el camarero debió irrumpir en ese universo de goce y pedirles por favor que guardasen las formas o pagasen. Le hicieron caso y se fueron a la casa de él, ya en el ascensor introdujeron sus manos bajo las prendas interiores respectivas y una vez que atravesaron la puerta de entrada al apartamento, en el pequeño recibidor, dejaron que el cuerpo desatase los nudos que atenazaban la expresión natural de sus actos, ella sintió en su vulva un mar enfurecido de cálidas olas trópicales chocando contra labios, clítoris, incluso la vagina parecía estar desbordada, se inclinó para lamer el glande, que para él, presentaba un más que estimulante y enorgullecedor aspecto desconocido, había multiplicado su grosor y longitud, era duro y a la vez modeable a las manos, labios muslos de la bendita rellenita. Ella subía hasta la punta en la que se detenía dando cariñosos besitos a la boquita del pene, y de repente se la tragaba entera, y volvía a subir a la punta y luego bajar por una ladera hasta los testículos los cuales laía con fruición, en parte para otorgar placer y en parte para sentirlo ella, que sostenía y acariciaba el tronco del obelisco con la mano derecha, de vez en cuando miraba hacia arriba, a los ojos de él dando un latigazo de gusto y a la vez sintiendolo ella. Ya con media ropa fuera y la otra mitad rodeando cintura, cubriendo un hombro, atando tobillos, se dejaron caer en la cama donde en breve ambos tuvieron orgasmos que venían reteniendo desde el bar, sin detenerse en el intento de un descanso, solo tras una imperceptible y breve atenuación de la fuerza y energía en los movimientos continuaron como si no hubiese mañana, como si deseasen comerse el uno al otro, llenarse del otro y llenarlo, a la vez que atravesarlo y atravesarse, ella se montó sobre él, primero acariciando, luego refregando y al final restregando su clítoris con su ingle, sabiendo que en esa posición él gozaba un poco menos, a cada tanto elevaba su cuerpo permitiendo que él acometiese a penetrarla con embates, que le devolvían la solidez y tersura a su pene, a su disfrute, ambos entendían de manera espontánea que debían alternarse con generosidad en la procura sincronizada de clímax y mesetas de placer mutuo. Después él la montó por el ano ella estaba tan abierta que el pene entraba gentil hasta la base de los testículos. Soltaron la imaginación todo lo que pudieron con palabras y frases tan adecuadas en esas lides como en extremo procaces fuera.

Fue tanto más excitante aquel encuentro que con cualquiera de sus modelos soñados, que tras interminables mamadas, palos prolongados, miles de besos, los "dime gorda, puerca" y los "dime cochino, mamalón", todos los tipos de emanación de secreciones: espesas, líquidas, viscosas, transparentes, dulces, ácidas, ambos prefirieron despedirse y dejar esa excepción, como un suspiro perpetuado en una dimensión atemporal, para no profanar la maravilla que acababan de experimentar, tomando el riesgo de escudriñarse alumbrados por la luz natural y bajo el efecto de otro placer sublime, inalienable: el café matutino.

Nunca más se ciñó a ningún estereotipo instalado en el hipotálamo, ni de mujer, ni de absolutamente nada.

Café matinal
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13 octubre 2024 7 13 /10 /octubre /2024 14:36

La exaltación de que fuimos testigos en las demostraciones de furia loca arrebatada con el Taiger, desde que recibió el tiro en la frente hasta que falleció, tanto en las puertas del hospital, como en las redes, en los templos, incluso en los sillones presidenciales y los comités centrales de partidos comunistas, nos deja varios aspectos a observar.

Mi hijo mayor me salió al pasó cuando vertía mis opiniones burlonas sobre la adoración a semejantes zurullos sónicos, carentes de la mínima armonía y melodía, solo un ritmo desnudo, repetitivo y letras iconoclastas rebeldes contra todo atisbo de convencionalismo en la comunicación, en el lenguaje, en la etimología, y me dijo "respeta un poco eso porque es muy bailable y lo disfrutan millones de cubanos y gente de todo el mundo", concepto más que suficiente para, por respeto a mi hijo y al moribundo en aquel entonces, modificar mi animadversión al "reggae tonto", pero lo que me quedó rebotando entre occipitales y parietales, fue su sentencia "es que está muy pegado".

Ahí entendí todo.

Me di cuenta que en efecto está muy pegado, y que jamás el público de la trova, del jazz, la décima giajira, el son, ni siquiera del rock habría esgrimido ese término para excusar la avalanchas de pelotudeces que produjo tal tragedia o para re significar el placer de escucharlo. Si es que asimilar ese conjunto de estruendos se puede producir mediante el simple hecho de la escucha.

Ciertamente ninguna pieza de Beethoven, Mozart o Bach, están ni estuvieron remotamente cerca de estar tan pegadas como los fenomenales hits del Taiger, de Maluma o de Bad Bunny.  A lo mejor al Chocolate sí que le ganaron.

Pero el hecho de que fuesen multitudes en un inicio educadas en la razón, en la ciencia, en cierto índice de la inteligencia, clamando hoy por Jehová, Tutatis o Babalu Ayé con el fin de que usen su poder para salvar al Taiger, sin cuestionarse que obviamente, si hubiese una deidad con tal poder y buen corazón, jamás habría habido un tiro, me obligó a entender que ya no es lo pegado de un tema, el cariño al juglar, o la pasión por sus letras, sino la destrucción de todo asidero para la esperanza de la cultura en la isla, otrora primer territorio alfabetizado de América. Contando Norte Centro y Sur.

Incluso una feisbukera que pasó tres días pidiendo que se salve, cuando murió dijo: "dios no quiso que sufra más y se lo llevó con él". Si al final ocurre siempre lo quiere el o la tal dios, es una herejía, una blasfemia, una ofensa castigada con el infierno de Dante el pasar tres días faltando el respeto a ese ser superior pidiéndole algo contrario a su voluntad, desafiando sus designios. Un disparate detrás de otro.

Nada de lo anterior obsta para acompañar a la familia, a sus deudos en su pesar, y desearles que el sufrimiento les sea leve. Y a sus furiosos fans solo desearles que si de un pronto relevo depende la extensión de su luto, que tengan una larga conversión en luz y paz, imbuídos por el valle de los silencios.

 

El Taiger
El Taiger

El Taiger

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12 octubre 2024 6 12 /10 /octubre /2024 19:17

Mi abuela materna fue hasta la ciudad de Burgos primero y después al puerto de Vigo junto a dos hermanas con el fin de embarcar hacia Buenos Aires, partió desde Quintanilla del Coco, una aldea de la provincia de Burgos rodeada de monte, de ríos, cascadas, antiguos monasterios y entre tres grandes pueblos Covarrubias, Santo Domingo de Silos y Lerma, que en el medievo tuvieron su esplendor pero que al inicio del siglo XX servían poco más que para comprar la carne de cerdo, ovinos y aves que vendía mi bisabuelo.

Mi abuela paterna descendía de una familia acomodada de hacendados de América del Sur, que se habían establecido desde poco después de la llegada de los españoles al nuevo continente desconocido en Europa y en Asia, aunque bien familiar por sus habitantes.

Mi abuela materna embarcó para trabajar de nani de alguna familia pudiente, terminó en la mansión de una familia apellidada Seret, siendo adorada por los niños que cuidó mejor que su propia madre.

Mi abuela paterna, a pesar de ya estarse viniendo a menos dentro de su clase social, tuvo una niñera española procedente de Galicia, Carmen Arias, que fue adorada por Ernestito y Celita, sus dos primeros hijos a los que la española crió y conoció mejor que la propia madre en esos años tiernos.

Hoy, ante la excentricidad tanto de la exigencia de algunos americanos de un pedido de perdón por parte de la Corona española por los espantosos crímenes cometidos con el fin del expolio, como de la negativa del monarca español a pedirlo, revisando mi historia familiar, advierto que en este caso, si alguna de las dos abuelas habría tenido que pedir perdón, desde luego habría sido la nacida en Argentina, y probablemente no solo habría tenido que pedir perdón a los pueblos originarios, también a los doce millones de esclavos africanos secuestrados mediante una violencia indescriptible y, acaso a mi abuela materna, que pasó a formar parte de ese proletariado argentino compuesto de inmigrantes y nacionales que tanto enriqueció las arcas de la oligarquía criolla, aunque más que perdón, deberían agradecer a todos esos gallegos e italianos que fueron a replicar su servidumbre de la gleba para esos brutos nuevos ricos de selvas, pampas y montañas. Y que les criaron los niños como cuatrocientos años atrás se los criaron los indios y africanos a los conquistadores esclavistas europeos.

La verdad es que no costaría nada y sanaría mucho el pedido de perdón, aunque todo sea un despropósito, un enorme gazapo, porque sin la conquista y todo el horror que supuso en su momento, jamás podrían haberse identificado los habitantes de ese enorme trozo de tierra que en el mapamundi une el polo norte al polo sur, como parte de un todo compartido llamado América, donde se hablaban decenas de lenguas diferentes y cada uno guerreaba o desconfiaba de su vecino. Nunca habría existido un idioma en común, una cultura rica aunque impuesta a fuego y sangre, el legado de un conjunto de costumbres, reglas y normas sociales comunes a todo el continente.

De modo similar parecería absurdo que los españoles de hoy cuyo ADN contiene trazas de sangre de medio mundo entre bereberes, romanos, bárbaros, godos, iberos, celtas, exigiesen a Italia que pida perdón por la invasión a Hispania, la matanza de la población de Numantia tras veinte años de resistencia, el esclavismo de los indígenas nacionales en las minas de oro a cielo abierto de Las Médulas, y toda la esclavitud a lo largo del territorio conquistado para construir, producir alimentos, servir, custodiar y trasladar el oro. Pero a su vez si se produjese tal pedido sería muy necio negarse a ello.

Ya lo hicieron algunos, Inglaterra, Holanda, Portugal, canadá a sus niños indígenas, Australia a sus aborígenes,  y aunque no podríamos deducirlo de sus maneras de conducirse frente a la acumulación de riqueza o la devolución de lo expoliado, no obstante fue un acto gratificante para los descendientes de aquellas victimas.

Dale De la Serna y la Llosa, pídele perdón a Atahualpa, a Adebowuale y a Alamo Alamo.

De paso tú también Borbón.Principio del formulario

 

Perdón subrepticio
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8 octubre 2024 2 08 /10 /octubre /2024 12:43

Se tomaron dos días para despedirse, en el último paseo, la tomó en sus brazos en medio de la plaza donde desde hacía siglos se juntaba la gente de aquella ciudad a intercambiar sus productos, los de la tierra por otros de la talabartería, los de la herrería por los de la carpintería, donde desde que se colocó la primera piedra de la ciudad las voces de los transeúntes se confundían con el rechinar de una rueda de carro, el armado de una tienda provisional, las campanas de la catedral, la algarabía del beodo más tempranero o las plegarias al nuevo amanecer del más trasnochador,  donde habían discurrido todo el espectro de miradas, aquellas que presagiaron un duelo a muerte o las que citaban para una huida a medianoche hacia las inmediaciones de otra muralla, de otra plaza, de otras miradas y bullicios. Ella entornó los ojos pasó sus brazos por detrás de la nuca de él y se besaron como en aquellos primeros besos apasionados de la adolescencia, él sintió la paz y el sosiego de la madurez, un deseo que era una bola incandescente dando energía a un motor acostumbrado a largas distancias, motor de mil y una travesías que sin embargo había estado en reposo más tiempo del que le habría gustado admitir. De repente se encendió una luz tan destellante que obnubiló incluso las más firmes certezas, las más arraigadas  convicciones haciendo tambalear todo el constructo en que descansaba la estabilidad emocional y la sensación de control sobre el tiempo y el espacio.

Una placer anacrónico, un tipo de deleite que ya parecía no pertenecerles, no formar parte de los regalos atados con moño que descansarían al pie del arbolito para ser abiertos en la mañana entre el café la luz y una cascada de ansiedad, mezclado con el temor a que la liviandad volátil sometida al nuevo espacio, sin los cerrojos familiares, las paredes recias, el suelo firme, terminase por difuminar toda la senda fundiéndola en un prado verdecido, capaz de disolver los asideros donde las dudas quedan despejadas, parapetadas tras una zanja insalvable.La experiencia del vuelo, la ingravidez con su maravilloso techo cubierto de estrellas, a la vez que el desconcierto de la intemperie.

Adiós
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8 octubre 2024 2 08 /10 /octubre /2024 12:35

Toscar asoció los buenos momentos con ciertos pintores y sus cuadros y los ligados al mal rollo, con otros. De entrada había pensado en los impresionistas para las decisiones o instantes amables, esos ríos, catedrales y campos de Monet, gente en la orilla de un río de Renoir y Seurat, bailarinas divertidas de Degas, girasoles de Van Gogh, espárragos de Manet, toda esa luz simbolizaría los mejores deseos del alma, en cambio algunos flamencos y Goya en su pintura negra bien podrían representar los anhelos turbios, las travesías difíciles, el Bosco, Patinir y algunas telas de Brueghel el viejo y el joven, aunque ellos también crearon las mejores pinturas del júbilo de la vida cotidiana, del mismo modo que Van Gogh en su época de mineros belgas podría reflejar lo lúgubre y sus noches estrelladas la perdición mental, como las majas de Goya la más saludable pulsión de la vida. También pensó Toscar en dejar a los hombres con pipa acodados a las mesas de los bares de Cezanne en un terreno imparcial, ni bien ni mal, ni feliz ni triste, esos instantes en que nada de lo que ocurre tiene incidencia con quien lo experimenta. Y por último, el equilibrio entre la sombra y la claridad, entre lo oculto y lo evidente, esa porción de la vida que no se vive, que pertenece al más allá, al saber eterno de los tiempos y los elementos confiárselo a los cuadros de Vermeer y el Caravaggio.

El paso de la laguna Estigia

El paso de la laguna Estigia

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