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10 abril 2024 3 10 /04 /abril /2024 17:59

El león estaba hambriento, divisó desde lejos, como todos los animales de la sabana, a la jirafa, esbelta, distinguida y distinguible, con su cuello y su andar grácil inconfundible. No era un león solitario, dirigía una gran manada, pero en ese instante paseaba solo por los dominios que había conquistado para su tropa, vigilando que todo estuviese en orden, que no anduviese otro león merodeando para discutirle el mandato. Eran seis kilómetros a la redonda así que entre el sol y el movimiento sintió el abrupto asalto de un hambre voraz. La jirafa también estaba pastando sola no había ninguna otra alrededor, ni ningún otro depredador, entonces el melenas decidió comenzar las maniobras para darse un buen festín, acercándose agazapado, con la panza pegada al suelo, el cuello estirado, dando pasos de algodón, hasta que estuvo a la distancia en que sabía que alcanzaría a la jirafa y se largó a correr usando toda la fuerza de sus extremidades, la jirafa ya había comenzado a huir, pero cuando estuvo a tres metros el felino dio un salto de vertigo y prendió las garras a los cuartos traseros del artiodáctilo mordiendo el nacimiento del rabo. La jirafa comenzó a dar saltos como los del caballo cuando intentan domarlo, alternándolos con patadas traseras, para espantarse al hambriento rey de la selva de encima. Al cabo de seis o siete brincos el león quedó convenientemente acomodado en la misma postura que solía usar con sus leonas, y la jirafa sintió el mismo roce que solía caracterizar sus encuentros íntimos con el jirafo, de manera tal que de forma paulatina fueron cambiando los saltos bruscos, por contorsiones cada vez más suaves, hasta que el rabo de la jirafa quedó hacia un lado, entonces el león retiró las uñas de su abrazo al cuerpo de su preso asiéndolo con las patas. Se le puso el nabo endurecido, enrojecido, húmedo, el miembro del rey de la sabana a la misma altura de la vulva ya empapada de la mamífera más alta del planeta. Sí, él tenía como a seis leonas para él, y ella a todos los jirafos de la manada, pero en cierta manera se dieron cuenta de que la novedad les abría un apetito que jamás habían experimentado en sus escarceos maritales, de repente sintieron el envión de un placer desconocido en la variedad, situada en el contraste cromático y sensorial que ejercían las manchas en las nada despreciables nalgas de la jirafa y en la mullida melena del león y su voz ronca, y aunque pudiera creerse, por razones obvias, el problema que aparecería cuando ella le pidiese la lengüita o un besito en el cuello detrás de la oreja, sin embargo incluso esas mismas inconveniencias, acaso producían un mayor afán en la vehemencia del acto, protegido del bochorno y el resarcimiento frente a los suyos por la soledad, en la certeza de un secreto compartido por siempre por interés mutuo. Una vez concluido el frenesí que estremeció un universo interno que ni el león ni la jirafa habían conocido, cuando la sangre volvió a recorrer las venas del felino a una velocidad razonable, el león se preguntó si no procedía continuar con sus instintos de fiera, miró a su partenaire y observó esas piernas largas, los glúteos firmes, el cuello de princesa y volvió a percibir rigidez en su entrepierna, a su vez la jirafa alzando el rabo indicó que estaba más que lista para una segunda ronda. Con la nueva amante era diferente que con las leonas, allí en su manada él mandaba y solo debía preocuparse de su placer, pero la jirafa esperaba sincronizar los orgasmos, exigía paridad y cierta proporción en la entrega y la recompensa. Los días siguientes en las extensas llanuras africanas los encuentros se hicieron más frecuentes, tórridos, explosivos, exploraron cada rincón del deseo, ese que tantos seres confunden con el amor.

Cosa que nunca y siempre les pasó al león y a la jirafa.

El león se aficionó a probar este curioso reemplazo por la cacería en la persona de la cebra, de la antílope, aunque se le dificultó con la hiena por su el marcado carácter de su fragancia y con el búfalo por su escaso sentido del humor.

A todo esto las leonas estaban más fieras que nunca y cazaban cuanta jirafa y cebra encontraban, casi con la única condición de que fuesen hembras y le guardaban para el león jefe de la manada el trofeo y un poco de carne. Una tarde, en los ojos sin vida semicubiertos por párpados con enormes pestañas, en una de las cabezas que las leonas le habían dejado, reconoció en la pupila fría, en el brillo apagado, a su bella amante de la sabana, y habría podido jurar que por una última vez, ella desde un algo en su nadedad, lo exhortó:

-Ruge amor.

Amor difícil
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26 marzo 2024 2 26 /03 /marzo /2024 15:03

Es curioso y hasta gracioso, que gente de particular concepto sobre la coherencia, haya tenido la audacia de decirme que tengo razón en mis criticas a Cuba, pero que esas criticas habría que hacerlas "adentro de casa", como en voz bajita, que no se entere nadie para no dañar la buena fama engañosa de los valores revolucionarios, para no desmantelar la fantasía en la que se recrean para aliviar sus culpas hedonistas y ocupaciones codiciosas, antiguos coquetos con las utopías transformadoras, hoy panzones con bolsillos repletos pero aun conservando algún detalle distorsionador de la identidad, en la barba o el bigote, la desprolijidad en el último botón de la camisa o el descuido en la pintura en el frente de alguna de sus propiedades.

Y es que Cuba, claro, fue faro de lucha contra las injusticias en los años sesenta, mientras cimentaba y consolidaba las propias de la dictadura del proletariado, que al poco tiempo ni del proletariado ni del campesinado ni de afro descendientes ni de ninguno que no hubiese disparado un tiro en la Sierra o en su defecto, que no haya tenido medalla olímpica de chupamedias de Guarapo y sus secuaces. Pero es cierto que en toda América Latina, buena parte de África y Asia entregaron sus vidas valientes luchadores con la idea de cambiar las relaciones brutales de explotación vigentes, y lo hacían con la virgen marxista leninista del Caribe liderando la proa de sus emprendimientos. Continuó aun una vez muerto el Che, abandonado a su suerte en cualquier tierra alejada de los nuevos pero absolutos dominios de su ex amigo de postín, tras la década infame, la zafra del 70, el alineamiento incondicional con lo más burocrático y menos revolucionario de la URSS, la brutal represión a todo elemento distraído por costumbres pequeño burguesas, tales como disfrutar una canción de rock'n'roll o usar pantalones ajustados, "de movimientos feminoides y elvisprelianos" como dijo Guarapo en un famoso discursos en el cual alentó al pueblo a denunciar a estos peligrosos hedonistas o directamente hacerse cargo de ellos con sus propias manos, como ocurrió en cada barrio, en cada esquina, en cada pueblo Revolución: "aquí no queremos pepillos desviados sexual ni ideológicamente" gritaban las masas en un lenguaje más coloquial, ávidas de ver colgados de los timbales a esos elementos desenfadados deseados por sus esposas y esposos. Continuó pero ya con menos fuerza propia, con decenas de intelectuales entusiastas en un inicio con el proyecto y desencantados con la cárcel, prohibiciones, fusilamientos, abusos, y sobre todo dificultad para opinar, crear, pensar, con líneas de izquierdas disidentes del estalinismo primero, del “Jrushoismo” y “Brezhnevismo” más tarde, soltándole la mano a la ya no tan flamante, ilusionante y justa revolución cubana. Y entonces necesitaron del apoyo de toda la propaganda "fake" posible, como toda mentira medianamente eficaz, basándose en medias verdades, alabando la educación gratuita, medicina universal, que no hubiese niños viviendo en la calle, etc., cosas que eran ciertas aunque comportando un gran coste para la autoestima en la vida cotidiana, que una vez alojado en el hipotálamo garantiza una sociedad de autómatas, pueblos enardecidos, contaminados por el odio, la envidia, la vigilancia permanente ante la amenaza de gozo y solaz del prójimo. Dentro de la isla todos sabíamos que todo era mentira, y afuera también pero todavía se podía esconder con unos cuantos agentes muy bienvenidos en "casas de visitas" donde en las mañanas elogiaban la perfección de la sociedad igualitaria y, en las noches conocían el tan cacareado en en todo el mundo, embrujo enigmático de la mulata, que revitaliazasen los cantos de Carlos Puebla y Daniel Viglietti en las almas nostálgicas de quienes, en sus propios patios ya habían abandonado todo romance con las viejas utópias, a lo sumo beneficiandose dentro de algun proceso demoagogo con pésimo disfraz de revolucionario.

Pero sobre todo,  que aquellos que por alguna razón supiesen y no comulgasen con los abusos, con el embuste llevado a la dimensión de burla, fuera de los límites del “caimán verde” liberados a su antojo, mantuviesen la boca cerrada donde no entrasen moscas.

"Eres negro, eres pobre, eres guajiro, sin la revolución nunca habrías aprendido siquiera a leer ¿cómo te atreves ahora a hablar de quien te dio educación, salud y arroz con gorgojos?"; "eres familia de un icono de la honestidad, del prestigio, del valor, de la humildad revolucionaria y por ello recibiste todo tipo de privilegios ¿cómo te atreves a correr las cortinas y abrir la ventana?".

La basura se saca por detrás, los trapos se limpian en casa, las violaciones entre parientes se resuelven en familia y las de los curas se saldan en Roma.

 

II

Me dijo:

-Me encanta volver a hablar con vos, me hacés pensar, reflexionar, sabés tanto de tantas cosas que me lleno de tareas. Solo te quería decir que creo que puede ser que en Cuba haya "algunos errores"

-¿Algunos errores en 65 años decís?

-Sí, pero creo que no es ético del todo debatirlo fuera de casa, esas cosas se hablan en casa, dentro, en voz baja.

Sentí como si toda la sangre me hubiese subido a la cabeza de un tirón, sentía que hasta las cejas las tenía rojas y calientes.

-Lo primero, eso es una agresión gratuita, vos desde tu comodidad, tus varias propiedades en distintos países, tu dinero, tu comodidad en la vida, tu costumbre de salir a protestar a todas las plazas y exigir que se te respete incluso que tires piedras a la policía, tu historial de trabajo en distintas publicaciones contrarias a los distintos gobiernos, tus viajes alrededor del mundo, tus criticas al gobierno argentino, no en casa, no en voz bajita, me vengas a hablar a mi de ética. Y si la vida no me habría enseñado a detectar a la gente jodida, tóxica y mala, para no obstaculizar su ruta hacia el inodoro, podría hasta significarme una afrenta de consecuencias indeseadas que lo hagas con esa cara dura.

Pero si querés te voy a dar un par de razones sin importar que no lo merezcas. Toda esa gente embromada, jorobada, emponzoñada tras décadas de inmovilismo, de opresión, de ideas obligadas combinadas con otras prohibidas, recuerdan que alguna vez en los inicios, sus mayores intentaron hablarlo dentro, como decís, en voz bajita y con mucho respeto, pero al constatar que nada cambió y que la mayoría de los que lo intentaron, corrieron suertes diversas desde la estigmatización al exilio o la prisión como castigo a tales confidencias, entonces decidieron que de ninguna manera debían hablarlo dentro de ningún circulo, y mucho menos de un circulo afin a los responsables.

-Oh, perdoname si te dije algo que te molestó.

-No te perdono ni te condeno porque no te juzgo, pero vos seguí por ese camino rico en hipocresía y mala onda, y dejame en mis sendas carentes de compromisos falsos, pretensiones ni simulaciones. Y ahora si querés andá pensar, a reflexionar.

O a deponer.

Los trapos se lavan en casa
Los trapos se lavan en casa
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20 marzo 2024 3 20 /03 /marzo /2024 21:57

Cuando Poncio Pilatos supo que Jesús era galileo sintió alivio porque estaría bajo la jurisdicción de Herodes Antipas hijo de Herodes el Grande, Herodes convocó a Jesús, dada la obsesión de su padre tiempo atrás en encontrar al mesías entre los bebés de Judea, lo quería conocer. Jesús ya había dicho que era el Cristo, el Mesías, el hijo de Dios y el rey de Judea, pero no lo repitió frente a Herodes, entonces este se burló y se lo volvió a enviar al gobernador Pilatos, quien al tener entendido que Herodes no lo había condenado a muerte, lo condena a flagelación y a portar la corona de espinos como tormento punitivo, para concederle la libertad más tarde. Antes tuvo que consultar al sanedrín, una asamblea de sabios y rabinos que eran los encargados de juzgar los asuntos importantes. El sanedrín, que significa "sentarse juntos", al cabo de deliberaciones decidió crucificar a Jesús. Poncio Pilatos pronunciando su famosa palabras "ecce homo" (este es el hombre) reunió al pueblo y les preguntó que consideraban más apropiado, si liberar a Jesús y crucificar a Barrabás o viceversa, el pueblo enardecido gritó que querían crucificar a Jesús y liberar a Barrabás.

La crucifixión en sí era un tormento de los peores que aun hoy se conocen, los clavos no se hendían en la mano sino entre cúbito y radio casi en la muñeca, para que el cuerpo se sostuviese en lo alto todo el tiempo que durase con vida, los clavos o el clavo de los pies se colocaba arqueando las piernas para que el reo pudiese erguirse y tomar bocanadas de aire estirando su agonía horas o días según el aguante de cada uno. El día que Jesús fue crucificado, después que la multitud se disipó, comenzó a caer una lluvia copiosa, en forma de tormenta, los guardas que lo vigilaban fueron a resguardarse bajo una cueva y calmaron la incomodidad del clima bebiendo aguardiente hasta que entre la ebriedad y el sueño abandonaron la conciencia por un tiempo más que prudente. A falta de datos fiables hay versiones según la cual a Jesús lo rescataron sus seguidores, colocaron a un desgraciado ya muerto en su lugar y a él, moribundo pero aún con vida, se lo llevaron lejos donde fue curado, tras lo cual tuvo una vida en anonimato con toda la felicidad que su sabiduría y gran corazón podían granjearle y con todo el pesar que su inteligencia y su culpa podían garantizarle.

El cristianismo como religión pero también como doctrina de resistencia de la época, comienza a estructurarse a partir de la muerte de Jesús, cuando crece la versión fantasiosa entre la superstición y la superchería, de su resurrección, en una época de escasísimas respuestas a los fenómenos naturales reemplazados por la fe, la idolatría, el fetichismo. Es entonces cuando los apóstoles toman conciencia de las enseñanzas recibidas y deciden proclamar el evangelio de manera organizada, contando como libro sagrado a la Biblia, compuesta por el Antiguo Testamento, que reúne los libros de la tradición religiosa judía, y el Nuevo Testamento, donde constan la vida y enseñanzas de Jesús, los hechos de los apóstoles y las cartas pastorales de los primeros cristianos.

Las enseñanzas del Nuevo Testamento son casi exclusivas de la religión cristiana.

La iglesia católica apostólica romana fue fundada en 380 y así se incorpora el cristianismo al imperio que lo persiguió por sus ideas, por su sentido de justicia y del bien, que le dio caza, lo atormentó y lo mató de la manera más cruel, obviamente no porque era un adocenado Mesías, sino uno muy incómodo.

Resulta bastante evidente que esa Iglesia evitase difundir la verdadera tarea de Jesús, su indignación, su misericordia con quienes sufrían opresión, dolor, hambre, su palabra como arma en la predicación, y en cambio se centrasen en los aspectos mansos, sometidos al Dios Padre que por supuesto, tendría un emisario, un médium, un subordinado en la Tierra para hacer cumplir su voluntad, que no podría estar en otro sitio que en lo más alto de la pirámide del poder de dicha iglesia católica.

Sin embargo la Iglesia se las ingenió para explicar sin más rodeos y ambages que los estrictamente necesarios, que en efecto Jesús fue torturado de manera brutal para dar escarmiento a los valientes que quedasen en Galilea, y asesinado en la cruz para aterrorizar a cualquier futuro iconoclasta rebelde, un balde de agua a cualquier conato de intrepidez en estado embrionario, pero con un magistral giro de muñeca, explicó que fue un acto de amor y entrega al hombre, su criatura, de parte de Dios, acto en el cual el hijo es sacrificado en nombre del Padre por toda la humanidad.

Una serie de disparates tan absurdamente expuestos que al final, lo más lógico parecía ser tenerlos en cuenta como hechos irrefutables, y permitió, que sin desacomodar los principios de poder, entre los diez mandamientos y los siete pecados capitales se pudiese producir un largo período de progreso y convivencia bajo unas reglas verdaderamente modernas. Al menos hasta Darwin, Hegel y Freud.

A Jesús no lo mataron propinándole toda suerte de tormentos escarmentadores, porque decía que era el "hijo de Dios Padre", el Mesías, o el rey de Galilea, no. Si hubiese dicho todo eso y hubiese rendido pleitesía a Herodes y a Roma a través de Poncio Pilatos, habría sido coronado. Lo mataron por evangelizar con frases como esta que dijo a sus discípulos y repitió a lo largo de su vida, que hoy seguiría siendo subversiva, y le acarrearía no pocos problemas:

"Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos".

Por eso hoy cuando el mundo cristiano celebra la Semana Santa debe saber, que en realidad está rindiendo homenaje a un luchador que usó la verdad, el amor, el bien y la palabra, para derrocar cualquier templo construido sobre el miedo y la mentira y por ello fue perseguido y muerto. Deben saber que están festejando el poder de la palabra, que desemboca ineludiblemente en la poesía, la conciencia, como vehículo para encarrilar los mejores anhelos de la especie dotándolos de sentido, en el festejo poco importa si lo salvaron de la cruz y falleció anciano lleno de nietos, sabio, triste y feliz, si murió por las heridas causadas y la imposibilidad de respirar sodomizado por los romanos, y si ascendió o no al reino de los cielos. Cielo que en cada avance la ciencia, se sitúa un poquito más distante, unos milloncejos de kilómetros más allá de lo conocido.

Lo importante es la celebración de la denuncia de opresión e injusticias, el empoderamiento a través de la palabra, de la unión, el festejo de la firme convicción en el bien.  

Esa es mi Semana Santa.

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"Ecce homo" de Quentín Massys.

"Ecce homo" de Quentín Massys.

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10 marzo 2024 7 10 /03 /marzo /2024 14:02

Ya cuando llegué a Cuba siendo un niño la gente recordaba a Mirtha Legrand de sus películas y los vestidos, escaleras y teléfonos blancos, como a Hugo del Carril o a su propia hermana Silvia.

En la oficina de los Montoneros en Miramar, había revistas "Humor", "Gente" y vídeos Betamax de diferentes eventos del país extrañado, entre los cuales el rey era la final de 1978 frente a Holanda. Pero también había videos diversos de programas frívolos de televisión. Me encantaba verlos cuando podía quedarme solo en la oficina, mi madre trabajaba ahí y me habían acogido como un adolescente argentino que se había cubanizado demasiado y había que recuperar, no sé para que fin, pero yo estaba encantado de presenciar toda aquel crisol de olores, colores, acentos, temas, humor, costumbres y hasta calidades diferentes a las que nos sometía la sociedad del hombre nuevo en la laguna del ron y que me traía reminiscencias de mi habitat, del que la brusquedad de la época me había arrancado.

Uno de los videos contenía recortes de programas "Almorzando con Mirtha Legrand". Ya me parecía un hecho remarcable, tipo hito, que aquella admirada actriz de mucho antes de la revolución por los viejos, aun siguiese en el "puche" dirigiendo programas, y huelga decir que la variedad de morfi en la mesa visto desde La Habana competía con ventaja en interés respecto de los temas y comensales. Había un recorte en especial que me sometió a una reflexión frente a las contradicciones de esas que suponen el crecimiento. Mirtha había invitado a una serie de actores o periodistas que festejaban el campeonato del Mundo obtenido frente a Holanda, y hacían hincapié en que de esa forma los medios del mundo podrían ver que toda la mala prensa que había en Europa sobre los derechos humanos en Argentina, eran una burda mentira, que además de campeones éramos "derechos y humanos".

Por aquel entonces entre las dirigencias de los partidos y organizaciones exiliados, los presos y otros pocos valientes que quedaban aun sueltos y con vida en el país, acunando sueños infructuosos de resistencia, se dirimió el tema de si apoyar el Mundial del '78 o hacerle boicot desde el exterior. Los Montoneros optaban por apoyarlo argumentando que así podrían ver los periodistas y futbolistas la realidad gris existente, el PRT y su brazo armado ERP defendían que apoyar el Mundial en cierto modo era hacerle propaganda a Videla y a su proyecto, había que denunciar la dictadura y por principios todo lo que organizase, el PC, más frío que tibio desde que la URSS los obligó a una buena relación con Videla a merced de la compra del trigo argentino a la Junta, hacía equilibrismo entre ambas posiciones porque bajo ningún concepto querían quedar identificados con uno u otro "ultra" como les llamaban a los guerrilleros (el PC tenía un cantito que rezaba "la ultra, la CIA, la misma porquería"). Y claro este debate aun cuando mi opinión no importaba a nadie más que a mi, me era totalmente pertinente, porque mi padre a quien rendía un sentimiento impreciso entre la añoranza, el respeto y la bronca, estaba preso por ser hermano del Che, pero también por militar en el PRT y aunque en aquellas largas cartas que conseguían salvar la censura y el pésimo servicio de correos sociolista no podíamos comentar nada al respecto, imaginaba su posición, y por el otro lado estaba mi madre que había comenzado a simpatizar con los Montoneros, un poco por zafar de la nostalgia enfermiza del exilio, enocntrarse con semejantes, reverdecer su humor porteño, y otro poco para poder respirar sacando la cabeza del asfixiante compartimento estanco de tanto Guevara, guevarismo y guevariano de última hora, que nos rodeaba en la isla. Y por otro lado estaba mi propia conciencia ¿gritar los goles de la Selección al unísono con los alaridos de dolor de los secuestrados antes de ser ejecutados o arrojados al Río de La Plata? ¿otorgarle a los asesinos el gentilicio "argentino" conquistado a lo largo de tanto tiempo de diferentes luchas, regalarles los colores de la bandera de Belgrano, en la camiseta del deporte más popular, más inherente a ese sector meta por los que se suponía se estaba queriendo hacer aquella revolución?

En fin, un rollo. No fui más allá de ver una y otra vez el video de la final estrenando una pizca de espíritu autocrítico, porque en verdad, aunque de vez en cuando fuese a aquella oficina en la casona del paquete barrio Miramar, yo cada día estaba más aplatanado, y aparte de esos vídeos y el cuchillo kriss con la inscripción en honor a la amistad Arafat-Montoneros, pocas cosas me importaban más que lo que le interesaba a cualquier adolescente habanero.

Pasaron los años, las traiciones de Guarapo abrazando al enviado de Galtieri, callando los crímenes de la Junta Militar, manteniendo una posición equidistante entre lo que le ordenaba Brezhnev desde el PCUS y las reminiscencias que le traían los efluvios ya en declive de esos facinerosos revolucionarios bellamente exiliados, junto por supuesto a los millones de verdes que habían tenido a bien depositar en cuentas cubiches. Ya se sabe, cada mano lava a la otra y entre las dos lavan la cara. Y una vez regresado a mi Buenos Aires querido, vi que seguía en la TV a la inacabable Legrand y me pregunté entre los juicios a los genocidas, los trapos que salían al aire, porque no se hacía énfasis en los bufones de palacio con que contó aquel breve pero intenso período de horror y muerte del firulete en la milonga.

Tiempo después, acostumbrado al desarraigo que siembra el exilio en los niños que nunca llegan a asumir como suya ni a entender del todo la causa de su diáspora, volví a emigrar una y otra vez a distintos lugares, y hoy, dejando que descansen las rueditas de mis patines, cuando puedo ver el pasado que nunca me ocurrió a través de la pantalla de una computadora en modo de archivos audiovisuales en distintos soportes o notas periodísticas de aquellos años, aparece cada domingo propuesto para mi perfil de consumidor, como una vieja roncha o esguince que reaparece una y otra vez, el banquete televisado de la actriz amada por los viejos cubanos de antaño, los teléfonos blancos, que atestigua como pocos un siglo de la frivolidad artística y social, cambalache del XX y el XXI en un país tan ecléctico, movido e inestable como de un sólido sentido identitario, absolutamente encantado de conocerse.

Este domingo, el famoso "streaming" audiovisual de las redes, me trajo a la misma Mirtha que junto a Nini Marshall, Libertad Lamarque y otros acudió al llamado de Perón para solidarizarse con el terremoto de 1944, hoy derramando serpentinas de gratitud ante su última "esperanza blanca" para erradicar los remanentes de aquel apuesto general que tuvo la osadía de elegir a Eva, a la manzana y a la serpiente.

Pero aun expirando su rechazo al peronismo y en franca gratitud a todo aporte a su erradicación, el el programa de ayer hizo gala de una declaración que tuvo lugar años atrás, cuando frente a una acusación de la ex presidente Cristina Fernández, expresó "tengo muchos defectos, pero no ese, no soy una mala persona", cuando frente a la declaración de la actual canciller Mondino "es absurdo darle plata a los jubilados porque se van a morir", un tanto impelida a mostrar cierta distancia con tan innecesaria muestra de crueldad, con sus 97 abriles a cuesta, acotó:

"Yo pienso vivir muchos años más"

 

 

 

Cambalache

Cambalache

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28 febrero 2024 3 28 /02 /febrero /2024 22:56

El lenguaje no incluye ni excluye a nadie, puede discriminar, marginar, estigmatizar, ofender, elogiar, remarcar, ensalzar, enaltecer; pero no incluye ni excluye.

Lo que incluye o excluye son políticas de tolerancia, amplitud mental, desarrollo de la empatía, asentar una economía firme, y sobre todo y más que nada la cultura, y me temo que debo advertirles que la cultura aun cuando no cuesta transpiración o el riesgo de vida (a veces) sí que requiere esfuerzos.

Hay que leer, aprender, entender, reñirse con el confort anodino, con la comida de microwave, con la zanahoria holandesa coloreada de anaranjado.

El lenguaje inclusivo es una de las aberraciones más ridículas que he visto practicar y en la cual vi profundizar a sociedades enteras pretendidamente serias. De modo tal que “muchaches” incluye a "diversidades antes no habitadas" y disparates por el estilo, une muchache es un gay o una lesbiana, trans masculino o femenino, un o una crossdreser, un o una bisexual. ¿Entonces en qué quedamos, el uso de la “E” no excluye mucho más que incluye? ¿No denomina a “todes” los que no son heteros ellas o heteros ellos? ¿Le da lo mismo a una mujer bisexual que se le denomine como a un travesti masculine?

Por otro lado el laberinto absurdo en que convierte algo tan exquisito y complejo como es una lengua, cuando además de la e, se agregan símbolos de la era informática, como la arroba para señalar algo unisex, habrá que arrojar toda la literatura a la basura y a reescribir todos los grandes libros, cosa que entiendo, estuvo a punto de suceder con Le Petit Prince, que se contempló la posibilidad de traducirlo al argot inclusivo mezclado con idioma castellano, sujeto a quién sabe qué pautas, ortográficas, sintácticas y ortotipográficas.

¿Al usar la e para un gay o una lesbiana, no se los exluye de los artículos, la y el?

¿Por qué una persona tiene que estar definida en exclusiva por su elección del objeto sexual, o la identificación con uno u otro género si es precisamente ese estigma el que se intenta combatir?

Luego ¿por qué no incluir los sustantivos? ¿por qué la silla es la, y no "el sillo" o "le sille"? igualmente el martillo podría ser ser "la martilla" o "le martille". La silla nos remite al descanso, al hogar ¿no se está cosificando la feminidad bajo un cliché, del mismo modo que al martillo por su dureza, potencia, capacidad de transformación del medio ambiente, se le supone la testosterona suficiente para serle adjudicado el artículo pertinente a la virilidad? ¿Por qué una sala grande debe denominarse un salón? una señora grande no pasa a ser un señor, sigue siendo señora, en todo caso una señorona.

¿Por qué el gallo no es una galla, o une galle, y la gallina un gallino o une galline, el caballo una caballa (no marina) y la yegua un yeguo,  es que a estos les negamos el derecho a identificarse con el género que más les plazca?

Cuestionemos todo, la nube y el cielo, pueden ser le nube (que ya se escribe con e) la nuba y la ciela o le ciele (de paso nos aproxima al charme francés: le ciel).

Al cabo  ¿por qué se debe decir "la presidenta" si la e de residente, reincidente o presidente no refiere a género alguno? ¿acaso se dice el presidento, el residento o el reincidento?

¿La e de estos supuestos no era ya inclusiva?

Es lo único con sentido común que les he visto hacer a este gobierno ¿A quién se le ocurre que esa demencia se enseñe en la escuela, con qué reglas, bajo qué tradición de uso, y sobre todo en los contratos, las profesiones, los textos universitarios, las novelas clásicas, cómo se haría para traducir esos dislates, cómo se podría convenir en la detección de erratas? Por supuesto que ni este idioma, ni el lunfardo, ni la jerigonza, ni ninguna forma de comunicación más o menos creativa de grupos identitarios, etarios y de clases social, se puede prohibir ni estigmatizar en el ámbito de la vida privada. Eso sí de mejorar la vida de la gente ni de aportar una sola idea en pos de la cultura nada de nada, pero por lo menos que la salven de ese laberinto de disparates que la complican aun más.

El lenguaje inclusivo no es ideológico, ideológico es “El manifiesto comunista”, “Materialismo y empirocriticismo” “Mi lucha” , pero ese meta lenguaje, ese argot, ese dialecto es una expresión identitaria, como todo lunfardo. Intentar imponerlo fuera de su tribu urbana es un desatino que carece de todo propósito.

Incluir a la gente es tratarla bien, ni la “E” ni nada de lo que hasta ahora ha pergeñado este gobierno, contribuye a tal fin.

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La lenguaja, el lenguajo, le lenguaje.
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16 febrero 2024 5 16 /02 /febrero /2024 23:06

El arte es como una flor que sale en cualquier climatología, en cualquier relieve, en cualquier latitud y terreno, puede salir en el desierto como en la selva, en un jardín inglés como en la tundra rusa, en la Patagonia como en Australia central.

Desde la más remota antigüedad los artistas contaron con el favor del mecenazgo, Michelangelo, Leonardo, Velázquez, Goya, Rembrandt, el Caravaggio, Monet, Vermeer, Van Gogh por Theo, Bach, Mozart, Haendel, Beethoven, Chopin, por solo mencionar a los más grandes. Y siempre la nobleza sufragó los gastos y necesidades de bardos, bufones y juglares para divertir a la corte.

Es que de no haber sido así, todos los artistas tendrían que haber sido los hijos de los reyes, los duques, los condes y marqueses, y tendríamos una ristra de lienzos y partiruras pintados y compuestos por esos incapaces de la más simple creación artistica, que nadie, ni siquiera en el funeral de su mascota, se le ocurriría reproducir. Salvando honrosas excepciones como el sueco Prince Eugen que fue un gran pintor, no hay demasiados ejemplares conocidos. No necesariamente la pulsión artística se encuentra abonada por inconvenientes de integración al medie, en espíritus sensibles e inquietos, pero sí muy a menudo y en mayor cantidad de lo que suele admitirse.

Más hacia nuestros días Andy Warhol empezó diseñando discos en RCA gracias a una ayuda de la compañía, Robert Rauschenberg y Richard Serra fueron ayudados financieramente para trabajar con la enorme cantidad de metal que precisaban para sus instalaciones, Serrat cantó en el obelisco porteño gratis para la gente, los Rolling Stones en La Habana y en Copacabana en Río de Janeiro, para medio millón y un millón de personas respectivamente, también gratis para el público, pero ellos cobraron logicamente, Giacometti exponía en plazas del cantón italiano pero le pagaban, Vigeland llenó las calles de Oslo de sus esculturas, a cambio de vil metal. ¡gracias a Tutatis y a todas las deidades!.

De los Medici a los Rothschild el mecenazgo siempre fue restribuído con creces. Y ojo con la versión de que en esa época se financiaba a los artistas con medios privados "con la suya", porque nunca fue más de los trabajadores, siervos de la gleba o esclavos, o sea "la de todos" que en esa época, hoy los estados recaudan de todas las clases sociales, de los sectores productivos, especuladores, rentistas y de gran patrimonio.

Los únicos que siempre estuvieron medio embromados fueron los escritores, ese trabajo tan solitario y duro, por eso escribían en Argentina Borges, Bioy Casares, Benito Lynch, Mujica Lainez, Victoria Ocampo, etc. y a los demás les costaba una ovoide postura de gallina y la mitad de la otra.

El arte surge de cualquier simiente y cualquier país que acune un elemental sentimiento de amor por la cultura tiene como deber regarlo, cuidarlo, protegerlo y después disfrutarlo por el resto de la eternidad.

PD: A todo esto, también soy de la opinión, que llegar a ser presidente de una nación gracias a los consejos telepáticos de un perro fallecido años atrás, requiere de un enorme caudal, aunque no artistico sí creativo, tanto del can emisor como del ser receptor, que merece como pocos bienes comunes, ser materializado y perpetuado su resguardo sin escatimar un solo centavo de fondos estatales.

Mecenas
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13 febrero 2024 2 13 /02 /febrero /2024 00:43

Wydma era especial, todo lo hacía con sentido, no necesariamente para obtener algo pero sí habiendo sopesado pros y contras, y para ella empezar en una ciudad tan distinta en todo a su idiosincrasia, suponía una presión extra que de alguna manera debía liberar. Milenko era una perfecta vía de descarga, un tipo alegre, amable, culto, estaba bueno quizás con el culo un poco flácido pero tenía buen rabo, ella solo tuvo que dar unos retoques en las costumbres higiénicas y la sugerencia de cierta variedad posicional en el catre y culinaria en la mesa, por lo demás estaba perfecto, contaba con refugio hasta que pudiese independizarse. Ella le propuso pagarle la habitación que ocupaba, pero Milenko al inicio se negó, solo le puso la condición de compartir gastos de comida y el dispendio por tácito acuerdo, tampoco demasiado seguido, de esa energía hierática acumulada en la semana. Wydma era rubia, tenía el pelo lacio, ojos verdosos, piel pálida, pero sus curvas, el culo, las tetas, los muslos y sobre todo la gracia al andar eran marca registrada de allende los mares hasta el trópico, Milenko se preguntaba como hacía ella para no cansarse de caminar y hablar gesticulando como si estuviese bailando, a veces se le paraba el cohete solo de mirarla, “uf es explosiva, blanca y mulata, dos en una, y las dos son unas bombas”, pero no la molestaba más que esa emergente vez a la semana en que todo parecía confabularse para sintetizarse en un abrazo ¿qué importancia tenía si con génesis en el deseo lascivo o en la procura de un calor protector? Al final era un imperioso anhelo de ambos, el placer y la caución entreverados sin mezclarse intercambiando virtudes, tras el vidrio climatizado de una ventana amplia, empañado por dentro, congelado por fuera.
Ella no estaba enamorada de él, pero la pasaba bien, le encantaba calentarlo y después fornicar con desenfreno. Milenko ya le había dicho que le gustaban las braguitas blancas, de algodón, podían presentar algunos estampaditos tenues que no irrumpiesen en los dominios de la claridad impoluta descolocándola, en todo caso que la potenciasen, le encantaba la vista de la vulva desde atrás apresada por la braga, las piernas que aparecían desde los pliegues que formaban los glúteos y la hendidura de los labios vaginales, y cuando apretaba levemente con sus manos las nalgas cubiertas por esa tela ajustada, suave al tacto, se producía un contacto directo entre la yema de los dedos y la zona del cerebro encargada de enviar de inmediato la señal de zafarrancho al nabo. Una tarde Wydma fue a comprar un nuevo juego de bragas del tipo que tanto a ella como a Milenko le gustaban, en la tienda le atendió una empleada que hablaba español, así que se entretuvo charlando un poco más de lo que el decoro y las buenas formas sugieren, la muchacha era uruguaya, había vivido casi la mitad de su vida en Buenos Aires y ya iba por la otra mitad entre Estocolmo y Gotemburgo. Estaba probando desde hacía pocos meses vivir en Copenhague, pero su intención era mudarse a una ciudad pequeña del interior o a una pequeña isla debajo de Odense, Aero, que se escribía con la e pegada a la a y con un palito cruzado en la o, en el que había pasado tres días en verano. Wydma le dijo que esa era exactamente su misma intención. En realidad no lo tenía definido del todo pero encontrarse a alguien que pareciese tan cercana, tan ella misma y que tuviese esa decisión tomada cuando había cubierto buena parte de la geografía escandinava viviendo, terminó de ponerle la guinda a su deseo hasta ese entonces algo difuso.
Al poco tiempo de conocerse, las latinas en Escandinavia se hicieron tan colegas, que Wydma le dijo a Milenko que prefería ir a compartir un departamento con Norma, su nueva amiga, a la que una semana atrás él había conocido en una cena preparada para tal fin y se habían caído muy bien, aunque Milenko ya había avistado que Norma quería ventilarle la amante, no sabía bien si era algo romántico, sexual o simplemente el placer de tumbarle la novia a un marmóreo ejemplar eslavo. El departamento de Norma estaba en la calle Lille Strandstraede perpendicular y a veinte metros de la muy concurrida Nyhavn, donde estaba el bar cafetería donde había trabajado y casi muerto cuando llegó a la ciudad y donde nunca pudo trancar su candado.
Siguieron siendo amantes pero ya viviendo en distintos lugares, a Milenko en parte le venía muy mal porque de repente se le doblaron los gastos cotidianos y de servicios, pero también en su fuero interno sintió un enorme alivio porque más allá del enigma que ejercía sobre él la mujer de procedencia mediterránea, también necesitaba como agua de mayo esos largos silencios de su entrañable idiosincrasia.
Aún así, se tomaron dos días para despedirse, en el último paseo, la tomó en sus brazos en medio de la plaza donde desde hacía siglos se juntaba la gente de aquella pequeña ciudad a intercambiar sus productos, los de la tierra por otros de la talabartería, los de la herrería por los de la carpintería, donde desde que se colocó la primera piedra de la ciudad las voces de los transeúntes se confundían con el rechinar de una rueda de carro, el armado de una tienda provisional, las campanas de la catedral, la algarabía del beodo más tempranero o las plegarias al nuevo amanecer del más trasnochador, donde habían discurrido todo el espectro de miradas, aquellas que presagiaron un duelo a muerte o las que citaban para una huida a medianoche hacia las inmediaciones de otra muralla, de otra plaza, de otras miradas y bullicios, ella entornó los ojos pasó sus brazos por detrás de la nuca de él y se besaron como en aquellos primeros besos apasionados de la adolescencia, él sintió la paz y el sosiego de la madurez, un deseo que era una bola incandescente dando energía a un motor acostumbrado a largas distancias, motor de mil y una travesías que sin embargo había estado en reposo más tiempo del que le habría gustado admitir. De repente se encendió una luz tan destellante que obnubiló incluso las más firmes certezas, las más arraigadas convicciones, haciendo tambalear todo el constructo en que descansaba la estabilidad emocional y la sensación de control sobre el tiempo y el espacio.
Una placer anacrónico, un tipo de deleite que ya parecía no pertenecerles, no formar parte de los regalos atados con moño que descansarían al pie del arbolito para ser abiertos en la mañana entre el café, la luz y una cascada de ansiedad, mezclado con el temor a que la liviandad volátil sometida al nuevo espacio, sin los cerrojos familiares, las paredes recias, el suelo firme, terminase por difuminar toda la senda fundiéndola en un prado verdecido que disuelve los asideros donde las dudas quedan distantes, despejadas, parapetadas tras una zanja insalvable. La experiencia del vuelo, la ingravidez con su maravilloso techo cubierto de estrellas a la vez que el desconcierto de la intemperie.

El amor en Nyhavn

El amor en Nyhavn

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5 febrero 2024 1 05 /02 /febrero /2024 12:56

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, cantó victoria con el 30% de los votos escrutados. No se sabe aun si con el 85% más o menos, pero todo indica que fue récord universal en mayoría absoluta. Aplastante.

Cierto es que en el exterior y a un grupo de ciudadanos salvadoreños les preocupa el cercenamiento de ciertas garantías democráticas, la comisión de crímenes en la represión y su impunidad, pero un pueblo que vivía sin poder pisar la calle, donde las pandillas de las maras dominaban cada rincón de la sociedad, a las órdenes de intereses corruptos muy superiores y donde el crimen se medía en 100 muertos cada 100.000 habitantes, quien alcanzase reducirlo hasta la cifra de 2 muertos cada 100.000 habitantes y dejase al país libre de pandillas, de mareros y de sus superiores, sería casi considerado inamovible por todas las capas sociales del pueblo. En El Salvador y donde quiera que algo semejante tuviese lugar.

El fenómeno populista Bukele  escapa al clásico paradigma de izquierda antiimperialista y derecha cipaya servil, por ejemplo en una rueda de prensa respondió a un periodista del periódico El País de España, que lo interpelaba por la cuestión de la reelección, como deberían responder todos los presidentes latinoamericano a cualquier impertinencia o bravuconería, en este caso en particular, de un vasallo a una corona: "Amamos a EEUU, Europa, España, queremos ser amigos, socios, pero jamás lacayos, no nos metemos con la monarquía hereditaria de su país y no permitimos que se metan con nuestra manera de decidir nuestro futuro, aquí elige el pueblo"

Preocupa como está tomando este fenómeno el resto de países de Latinoamérica, sumergidos también en una violencia criminal, muy distantes aun de las cifras vigentes hasta hace poco en El Salvador, pero en franco crecimiento, donde se hace difícil la vida cotidiana y la población empieza a ser permeable al debate de elegir entre derechos y garantías civiles o seguridad ciudadana.

A simple ojo de buen cubero, se puede ver a la ultraderecha “fascistoide” de cada nación aprovechar esta volada para justificar en sus límites geográficos la supresión de derechos y la misma represión que fue necesaria en El Salvador, y por otro lado vemos condenar duramente los métodos para la limpieza de tan voluminoso nivel de crimen, a sujetos con conciencia social progresista provenientes de clases medias, criados en ámbitos con tasas de delitos irrisorias, que en toda su vida no pisaron un barrio de alta criminalidad, más allá del tiempo que les llevase hacerse con su bolsita de hojitas, sus gramos de polvitos, o el que les ocupase hacer los trabajos comunitarios de solidaridad durante las horas de sol.

En esto como en todo no es una sencillo encontrar un equilibrio, situarnos en la zona más razonable donde quede suficiente margen y sangría para la maniobra, la escucha y la concordia. El tema es complejo.

 

Tema complejo
Tema complejo
Tema complejo
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25 enero 2024 4 25 /01 /enero /2024 13:23

Un mes cualquiera de un año al azar en la mitad del siglo XXI, todos los hombres y mujeres se enmarcan en la comunidad LGTBIQH(LL)JE(CH)RÑZ+.

Se eleiminaron todas las imágenes, filmadas, pintadas, fotografiadas de la más mínima interacción táctil entre hombres y mujeres. Ningún pibe de esta época de calor infernal se atreve ni en vivo ni de forma virtual, a observar la tersura de un pecho femenino, a observar la curva perfecta de una nalga, insinuar el más mínimo deseo carnal con le género prohibido, amén de cualquier evidencia o invitación, porque en el pasado inmediato, en cualquier momento la partenaire, incluso en medio del acto podía cambiar de humor y buscarle la perdición con prisión perpetua y el trasvase total de la cuenta corriente. Así como en el pasado se enseñaba matemáticas y que la muñeca y el color rosa eran para la nena y el camioncito y el celeste para el nene, el núcleo familiar compuesto por progenitores del mismo sexo, les graba con fuego en el hipotálamo desde la más tierna edad, que esa línea no se debe cruzar bajo ningún concepto.

Las damas de buenas intenciones andan como locas arrebatadas ora desnudas, ora emperifolladas con la más sugerente lencería por las calles en procura de la aparición de algun intrépido Lancelot, hasta la coronilla de sus siete consoladores súper electrónicos de ultra conexión sensorial y los cunnilingus de sus amantes féminas, pidiendo, implorando, reclamando, exigiendo a gritos al dios devorador de las oscuras cavernas del deseo:

¡Quiero cabilla!

Y las demiselas de turbias conciencias ya no tienen a quien ensartar, porque si por casualidad, algún corajudo cabrón se atreviese a exponerse a esa prisión perpetua y la expropiación de todos sus bienes con toda probabilidad sería uno de los desgraciados despojos de la sociedad, una aberración de la naturaleza del desarrollo social, a quien la litera y las dos comidas al día entre rejas les sabrían a un viaje entre las nubes de Tutatis, en la punta de la lanza de Changó, una extensión de aquel maligno y sabroso placer proscrito. Casi extinto.

La masculinidad tóxica quedó totalmente extingiuida y quedó suplantada por una masculinidad asintomática de impulsos guíados por la testosterona, aunque en la década del 30 al ver que no quedaba ni un solo varón dispuesto a ser albañil, minero, pescador de alta mar, rescatista, deshollinador, limpiador de cloacas colocador de alquitrán en la carretera, etc., con el fin de no desatender el mantenimiento y la construcción de todo lo necesario para vivir, se recuperó un homos brutus que rasca sus testículos, cuenta chistes de alto contenido sexual,  escupe al costado. Se consiguió apaciguar sus instintos primitivos con unes "muñeques" con forma femenina, dispuestos en los albergues construídos para su descanso en los barrios destinados a su residencia en forma de compartimientos estancos. El control es casi absoluto a persar de que no se han podido evitar del todo episodios de piropos y otras aberrraciones criminales del estilo, que la oportuna censura en la difusión consigue neutralizar, que inevitablemente dado el contacto se producen al enviar estos especímenes a rescatar mujeres extraviadas en el mar, la montaña, el desierto o simplemente a reparar tuberías del hogar en los barrios asépticos de la gente normal.

Pero como el tiempo es una espiral que mezcla el sentido lineal y el circular en forma de resorte, los nostálgicos a partir de la literatura y el cine del pasado albergamos el anhelo de que un día,  en una estación distinta, bajo otro clima tecnológico, vuelva a ser ayer, y regrese el deseo colectivo de despeinarse, de relajar las reglas y la vida fluya donde imperó la prohibición y el terror, y Eros, a través de sus fluidos, la sangre, el sudor, las lágrimas y los líquidos seminales y genitales, en ese ínterin del rebote del teimpo como categoría menos tangible de la filosofía, derrote una vez más a Tanatos.

Soñar, aun hoy, es libre y gratuito.

 

Eros versus Tanatos
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20 enero 2024 6 20 /01 /enero /2024 22:38

Naaaa, no me vengan con cuentos, a estos del Partido Popular la esencia de los Estados Unidos en verdad les gusta menos que vivir en Usera.

Acaso se hayan criado en la Guerra Fría y bajo un trazo más grueso que los "espárragos cojonudos" hayan simpatizado con ciertas alharacas antisovieticas y esos bojeos exploratorios de la Armada de los EEUU alrededor del orbe, pero poco más, nada de cultura democrática e igualdad ante la ley.

El republicanismo a ultranza de los estadounidenses que no entienden como se puede mantener una familia de vagos solo por ser hijos de otros aun más holgazanes, ese empoderamiento del individuo y el deber de asumir todas sus responsabilidades, dado lo cual un hijo de Rockefeller puede terminar en Skid road siendo un homeless si no cuida bien sus emolumentos, al PP le aterra solo de pensar en este tipo de modernidades capitalistas.

Antes de aceptar la inflexibilidad y severidad de la justicia norteamericana con los delitos fiscales de cualquier ciudadano cobrándole largos años de cárcel, irían gustosos a la peor de las guerras en primera línea, o en tal caso entonces sí, a duras penas, eligirían vivir en Usera. De ser posible al lado del metro por favor.

¿Un irlandés, un italiano, un hispanoamericano o un Obama en el poder  político? ¡Solavaya! ¡Vade retro hereje! Hombre, eso aquí equivaldría a gitanos, moros y sudacas.

Y por favor, por Tutatis, Babalú y Yahvé, que no se le vaya ocurrir a nadie importar la tradición periodística de llegar hasta el final de cualquier investigación cueste lo que cueste y caiga quien caiga, sigamos con nuestra tradición Mortadelofilemoniana de tomarnos nuestro tiempo entre cañas y tapas, para averiguar quién demonios será ese escurridizo M. Rajoy.

Enemigas a muerte de ese EEUU son las tres presidentas de la capital, en los últimos 20 años: Aguirre, Cifuentes y Ayuso. Cuidado, FBI, CIA, 82 División aerotransportada, con meterse con cualquiera de estas tres, que hasta ahora, han podido con todo y con todos.

¡Caramba, este es el Alcázar, y aquí manda quien tiene los cuartos, joder!

 

S. Pinaeus, De integritatis et corruptionis virginum...

S. Pinaeus, De integritatis et corruptionis virginum...

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