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26 noviembre 2016 6 26 /11 /noviembre /2016 09:05

Lo han dicho tantas veces entre festejos y lamentos.

Más allá de todo el panegírico que seguirá a esta noticia y las celebraciones u homenajes en estos tiempos de infinitos soportes de comunicació, las reediciones de entrevistas y bibiliografías, las revelaciones postumas en busca de las rupias proimetidas, los chismes, los bulos de revistas, las series, filmes y hasta video juegos de computadoras, lo noticiable del deceso de Fidel, Guarapo, Fifo, Esteban, el Caballo, “Bola de churre”, ese villano para unos y héroe para otros, es que al fin le llegó la hora que con tanto ahínco, dedicación  y escaso decoro evitaba a toda costa, no reparando en el dispendio de las cantidades de dinero que fuesen menester gastarse en cientos de guardaespaldas y medidas de seguridad o eminencias médicas extranjeras llevadas a la empobrecida isla desde campo capitalista, con tratamientos onerosos en tiempos en que el pueblo padecía toda índole de privaciones, con tal de no atravesar la línea roja y negra tras la cual, todo jesuita pecaminoso en su fuero más íntimo, vive convencido de que lo aguardará un severo correctivo a las lindezas de su paso por  la vida. 

La naturaleza irrumpió con su maza destructora de encantos cuando ya muchos creían estar frente a la encarnación de la eternidad, aunque cabe decir que Guarapo el temido, el odiado, el admirado, el seguido y el perseguidor ya se había ido tiempo atrás cabizbajo y rendido, aterrorizado e intuyendo que al final, entre sumas y restas, sin nada que lamentar ni nada que festejar, la Historia hará cualquier cosa menos absolverle.

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26 octubre 2016 3 26 /10 /octubre /2016 02:03

Día del cine en España, entrada dos noventa ......pero amigos, sólo un asiento quedaba para una sola peli de las seis que ofrecía el cartel, heme ahí entre publicidades, comentarios de atrás, delante, babor,  estribor y cientos de dedos escarbando y miles de muelas mascando palomitas de maíz al compás de una orquesta de sorbos de súper vasos de Pepsis a siete euros el combo.

¿Dos noventa? - Con gusto lo habría abonado diez veces a Belcebú a cambio de un acto de prestidigitación que me dejase a solas en la sala, rodeado de penumbra y misterio, sin rastro siquiera de la más esmirriada de aquellas palomitas pip pop.

Nunca aprendo, eso de quejarme siempre recibe el escarmiento de una  posterior instancia sensiblemente peor.

Cuando amainó el ruido de dientes, muelas, labios, pajitas, burbujeante agua azucarada y comentarios mermados, disecados de cualquier brizna de ingenio, entonces la película estaba ya adentrada en su condición de "clavo" antológico y cabalgaba rauda a la grupa de un rayo en dirección al más gélido de los aburrimientos; justo cuando la jauría "mascatoria" y "chupatoria" refrenó sus ánimos depredadores, el navío puso decididamente proa al abismo del tedio más acuciante.

Aquella película parecía haber sido pergeñada en el averno de lo inerte, casi me despojo de un llanto interior por el sacrilegio de quejarme de la algarabía vecinal.

Al pálido desamparo del tedio de entonces, bendito se mostraba el recuerdo de aquellos ruidos que la insensata e irresponsable blasfemia de mi brío irreflexivo había bautizado de insoportables.

¡Oh blasfemo, pagarás cara tu ignominia y purgarás tu sucia traición!

La cinta se adentraba en el sólido y sin embargo espeso cuerpo del plomo narrativo dejando sentir en el descenso a la penumbra, la inmensa pesadez del vacío, la insoportable carga de la ingravidez, sentí el paso de cada instante en cada punto de mi cuerpo, un armisticio entre el fluído y la sed, ora una costilla presionaba mi carne arrinconada por una sobreinhalación que abarrotaba de aire el pulmón, ora escuchaba el transcurso sibilino de cada segundo y lo oía regocijarse contra las paredes de la eternidad simulando revolverse sobre sí mismo y regresando a un punto desconocido más allá y acá de cada inacabable minuto que se fusionaba con el esperpento proyectado sobre la pantalla mega dolby sistema, de cuarenta y dos mil canales de diáfana mediocridad.

 La conquista del hastío era absoluta, tamaña languidez daba una precisa noción de la desesperación que produciría la eternidad, el paso apático del tiempo me llevó a sentir la mezcla de fragancias de cada microbio ascender por las vías nasales reconociendo o esquivando cada milímetro de mi interior.

Las escenas de la película salpicadas de disparates descendientes de la primera célula humana que se aterrorizó por la aparición de la inteligencia en aquel pionero primate, carecían de sentido, de concatenación, de hilo, de sinopsis, de discurso, de conducto, de agilidad, de gancho, de gracia, hasta que en mi fuero interno, eternidades antes de que acabase mi film barato, imploré y lloré a los dioses de cada panteón, y en particular a Tutatis y a Babalú, por el retorno del recreo bullicioso, el estruendo liberador de las palomitas, los añorados comentarios aleatorios y aquellas amorosas burbujas azucaradas.

 

Filigrana low cost
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21 octubre 2016 5 21 /10 /octubre /2016 12:47
La moringa y los muertos de Guarapo

Paul Estrade, un francés que se olvidó de tomar su medicación, propuso al líder de la Involución cubana, Guarapo Kastromasov ,para premio Nobel de la Paz y de Economía.

A mi me parece muy atinada la concesión de ambos premios, no olvidemos que Alfred Nobel fue un hombre que en su época contribuyó a que se matase gente en masa, trabajó en el desarrollo de armas de la máxima destrucción de la época como científico y se le atribuye el descubrimiento de la dinamita con fines bélicos, cuando vio que ese camino no llevaba a demasiado buena fama, se aprovisionó de picaresca sureña y se mostró arrepentido, y entonces repentinamente, un gran culpable de miles de muertos pasó a ser un angelito de la paz, casi calcado a Guarapo que después de una vida tomando decisiones a base de punta de pistola, de fusilamientos, de amenazas armadas, de toma del poder con la fuerza y permanencia de medio siglo de un trono apuntalado por las Fuerzas Armadas, la policía, la seguridad del Estado, las milicias y el Ministerio del Interior, tras comandar numerosas guerras de guerrillas y guerras convencionales en el Tercer Mundo que costaron incalculables vidas humanas, quiere presentarse como un tierno anciano productor de Moringa, feligrés jesuita y adorador los últimos Papas de Roma.

No con menos razón habría que concederle el premio de economía, a ver quien es el guapo que se atreve a no conceder al pícaro Guarapito el galardón de mejor negociante, estafador, timador, acumulador de riquezas ajenas que al cabo de su vida y del engaño “sociolista” deja a su descendencia, ubicada en posición óptima para continuar otro medio siglo la tarea del enriquecimiento familiar, toda vez que la de apropiación de los bienes ajenos ya es absolutamente imposible superarla.

Si hubiese intentado el éxito económico del pueblo cubano, entonces habría merecido un premio al desastre, pero precisamente procuró lo contrario. Y la verdad, lo hizo de maravillas.

Hay de todo en la viña del señor, a Robert Zimmerman le concedieron recientemente el premio Nobel de la Paz y ni siquiera ha respondido aún al teléfono, a Jorge Luis Borges no se lo concedieron siendo uno de los mejores escritores de todos los tiempos y con diferencia el más influyente de su época; en tanto, durante las cada vez más largas noches de pesadillas recurrentes, en que se hunde hasta la raíz de su propia Moringa bajo las cuales habitan los hinchados cadáveres putrefactos de sus victimas, con sus grandes ojos vidriosos sin vida, Fidel Guarapo Kastromasov busca la mirada compasiva del pícaro Alfred Nobel.

La moringa y los muertos de Guarapo
La moringa y los muertos de Guarapo
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19 octubre 2016 3 19 /10 /octubre /2016 22:50
La Dama del Perrito

La Dama del Perrito

Volví a leer "La dama del perrito" de Antón Chéjov y mientras iba deglutiendo cada uno de los cuatro capítulos de ese cuento antológico, acudían a mi memoria en ráfagas, nombres y obras cumbres rusas en todos los campos de las artes.

El más grande entre los grandes: Dostoievsky, luego Tolstoi, Gogol, Pushkin, Gorki, Sholojov, Maiakovsky, Nijinsky, Pletsiskaya, Rothko, Chagal, Kandinsky, Pollock, Semionov, Rashmaninov, Rimnsky- Korsakov, Stravinsky, Prokofiev, Tchaikovsky, Tarkovsky, Einsestein, Mijalkov, etc.

Lo mismo con Polonia, Hungría, incluso Chekia y Eslovaquia, que dieron artistas que están en la antología de la cultura Universal, Chopin, Bartok, Dvorack, Kafka, Hassa, y muchos más; también pensé en China y en cada país donde se puso en práctica el secuestro de la libertad y el confort del individuo, con el pretexto de la prioridad de la masa.

Bajo el uso del eufemismo "socialista" o "comunista" lo único que ha crecido es la mala hierba. No hay países más violentos, materialistas, menos solidarios, donde la Utopía tenga menor cabida que en esos territorios yermos de virtud poética. Ni un artista de talla internacional más, ni un líder espiritual más, casi ni un perro que vaya a acurrucarse junto a su amigo humano movido sólo por cariño.

Al ver el resultado del encefalograma plano que ha dejado en las nuevas generaciones el paso de tsunami "Involución de los Katromasov" por la isla de Cuba y que ha logrado imponerse también en la masa informe, filiforme, deforme de también nuevas generaciones de cubanos emigrados hooligans del "trumpismo", me pregunto cuanto tiempo volverá a pasar en la Perla del Caribe, para que se reanuden las secuencias de Villaverde, Vitier, Sindo, Gramatges, Moré, Joseíto, Pozo, Santamaría, Carpentier, Lam, Portocarrero, Lezama, Cabrera, Marinello, Ortíz, y un tan extenso etcétera.

El paso de ese sistema, a medias entre el deseo mesiánico de favorecer a las masas harapientas en detrimento de las masas emperifolladas, al pan negro y al gorgojo frente al caviar y a la trufa,  y el de atornillarse al poder eternamente a merced de tal "desintegrada" concesión, ha resultado tan sórdido y oscurantista en cada país donde se aplicó, acaso con la excepción de Mongolia, que cabe preguntarse si a la luz de las evidencias, no será mejor para promover el espíritu de lucha, solidaridad, y creatividad tanto individual como colectiva, que las sociedades sean gobernadas sólo administrativamente, alejadas de cualquier voluntarismo, corrección de la conducta ni declaraciones alguna de la más mínima intención de derroche de bondad altruista.

Mi lema para los políticos sigue siendo el mismo que cuando era adolescente:

"Si de verdad has venido con el propósito de hacer algo bien hecho, esfuérzate por conseguir que nunca escuchemos hablar de ti"

La dama proletaria y el perrito chino
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12 octubre 2016 3 12 /10 /octubre /2016 21:38

12 de Octubre.

Igual de manipuladores y en el mejor de los casos de ignorantes, son los desaprensivos e intencionadamente mal informados que desconocen las penurias que ocasionan las invasiones, conquistas, rapiñas movilizadas por sobredosis de avaricia colectiva, y que justifican el expolio que significa cualquier ocupación de un territorio por una fuerza marcial extranjera, personalizado hoy 12 de Octubre, en la llegada de Colón a América, como muestra minúscula de lo que ha sido la expansión territorial del hombre y el desplazamiento del más débil en toda la historia de la humanidad, así como aquellos de victimismo deliberado que persiguen dar compasión y causar sentimiento de culpa para obtener prebendas y compensaciones por unos pretendidos daños jamás sufridos,

Acaso sólo los primeros pobladores de Etiopía que la ciencia ubica como los posibles primeros habitantes de la Tierra, y que las escrituras también con sus grandes orejas y pies como los primeros seres que se encontró Caín, hayan sido los únicos que no tuvieron que moverse mucho más allá de los alrededores para conquistar territorios arrancando cabezas, ensartando corazones, fecundando lugareñas, e imponiendo sus costumbres, creencias, idiomas, indumentaria, drogas y rituales. Por lo demás no se escapa ni una etnia sobre la faz de la Tierra.

12 de Octubre, nos haríamos un favor homenajeando el canal que nos une en tradiciones, en una lengua en común, cultura, costumbres compartidas, la literatura y la poesía en el rítmico y poliédrico castellano, inclinaciones culinarias, interpretación del espacio lúdico del derecho al placer y la herencia de la siesta.

No la legitimación del abuso que cometió aquella ínfima parte de la población europea sobre una nada inocente población americana también conquistadora y marcial, ni la oportunidad de los actuales habitantes americanos de hacer caja con el anacrónico disparate de presentarse como víctimas del holocausto.

Además por favor, un poco de cultura, Cristófolo Columbus fue un hombre alucinante, un aventurero total lleno de ilusiones y carente por completo de la crueldad propia de los hermanos Pinzón, de Moctezuma, de César, Caligula, Pizarro o Guarapo.

 

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3 octubre 2016 1 03 /10 /octubre /2016 12:26
Colombia no votó NO a la Paz

Colombia no votó que NO a la Paz.

Siempre que la paz es mancillada por cualquier razón significa una

derrota humanitaria, universal.

Pero en este caso del pueblo de Colombia hay varios factores que han hecho que la gente no quiera ser manipulada, los que más sufrieron la guerra votaron que se acabe de una vez, lógicamente, como sea; pero aquellos que pudieron tomarse un respiro y pensar, en esta ocasión pensaron.

Es un pueblo que está cansado de guerra, de muertos, de torturas, de desapariciones, de terror del más intenso; pero también está harta de la utilización de los intereses foráneos de unos y de otros, en este caso de Raúl Kastromasov para limpiar su figura de cara a los cambios que quiere hacer sin que nadie se entere, sin que haya hemerotecas, libros de Historia, memoria de todos y cada uno de los damnificados por su afán desmedido de dominio militar, por su larga trayectoria marcial y belicista, si hasta va a firmar los acuerdos con guayabera todo un General de Ejército, que como buen general de ejército moderno no tiene ni una sola hazaña en su haber que recuerde combatiente alguno.

Colombia no dijo NO a la Paz. Dijo no a la canonización de Tomachenko y a la postre de Raúl.

Colombia dijo NO a la utilización subrepticia de sus problemas más acuciantes y dolorosos para soliviantar la imagen de más de un anti pacifista de toda la vida, de personas violentas, que a sus espaldas llevan una hilera deambularte de fantasmas víctimas jamás aún honrados.

Colombia dijo NO a la legitimación de Timochenko de manera automática a la politica y supo vislumbrar algo más determinante todavía, al olor a intromisión inmediata de los mismos pícaros Kastromasov, que en las mismas tierras y hace décadas, disfrazados de internacionalistas introdujeron la desidia en toda América y África contribuyendo a profundizar la orgía de sangre que ya padecían sus pueblos, con Lenin y el Che como estandarte.

 Luego disfrazados de adalides del Tercer Mundo se camuflaron entre las tendencias demagogas de escasísimo vuelo intelectual que minaron América, con Cristo y Bolívar como bandera.

 Y ahora al ver desenmascarados la mayoría de esos cantadores de sonatas a la luz de la luna, buscan el resquicio para introducirse como ecologistas, amantes de la paz y la concordia, al parecer con Gandhi y Lennon como símbolo, en tanto, como es habitual, puedan contribuir con denuedo a vaciar las arcas del hermano pueblo de Colombia y dejar su producto bruto interno en niveles venezolanos.

Los Colombianos saben lo que es sufrir más que cualquiera que pueda hacer un análisis apresurado de su decisión mayoritaria. Han demostrado que prefieren que por la propia calidad de la Paz que precisan para progresar, el camino hacia esta no puede estar pavimentado por los señores de la guerra.

 

Colombia no votó NO a la Paz
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29 septiembre 2016 4 29 /09 /septiembre /2016 14:24

El PSOE, un partido de casi un siglo y medio que ha sido parte y protagonista de todos los cambios, y todas y cada una de las leyes progresistas y de vanguardia que se han aplicado en territorio español, está en crisis. Es una oportunidad inmejorable para cambiar todo, incorporar nuevas ópticas y soltar lastre y dióxido de carbono.

Pero claro, cada uno piensa que el dióxido y el lastre es el otro, de ahí lo triste en el corto plazo de estas lizas cainitas. Veremos qué idea termina imponiéndose, si la continuista de las líneas rojas, o una serie de prismas que están observando el panorama social español desde la cercanía y con los oculares lustrados.

Pedro Sánchez debe asumir el hecho contundente de perder seis veces seguidas de manera estrepitosa, aunque ese hecho debería afrontarlo todo el PSOE y muy en especial muchos del bando crítico que no sólo han perdido también estrepitosamente sino que doblan a Sánchez en años metiendo la pata.

Más allá de esa responsabilidad del actual secretario general, hay que evaluar que PSOE queremos sus votantes.

En el 2004 cuando ganó JLR Zapatero no sabíamos como sería, prometía quitar las tropas de Irak, algo que se antojaba un órdago difícil de cumplir, toda vez que ni países como Francia o Dinamarca de mucha más tradición soberana y pacifista se atrevían a semejante afrenta a GW Bush. Esa vez yo no voté al PSOE por lo que sabía de Zapatero, lo voté para detener el oprobio y peligro que estaba significando para España la presidencia de JM "Ansar" empecinado en una guerra atroz y su equipo del cual gran parte hoy está siendo procesado por grandes delitos de corrupción. Así fue conmigo y con cada madrileño amigo y conocido del barrio.

Hoy no sabemos que puede hacer Pedro Sánchez pero sabemos que dice a otro gobierno de oprobio, muchos de los que hoy nos compadecemos de él por los ataques poco decorosos de que está siendo objeto, preferíamos mucho antes en las primarias a Chacón o a Madina, a quienes sin embargo hoy les dedicamos una mueca de desaprobación. Incluso Pedro a muchos nos parecía vacío, perfecto para tiempos de bonanza, un tipo de buena presencia, de sonrisa rápida, ágil y enérgico, pero sin mucha materia trascendente.

Sin embargo en estos meses fuimos asistiendo con no poca sorpresa al temple de su carácter en el debate frente a las canalladas del actual gobierno, la manera de llamar a las cosas por su nombre sin tapujos, cuando mirando a la cara de Rajoy le dijo, usted no es decente para dirigir un país.

A su manera soportó el chaparrón de los resultados y el paso por la izquierda de Podemos, que frenó en seco gracias a Pedro Sánchez, no olvidemos lo que ahora todos los medios y los barones del PSOE están olvidando, que la caída en libre del aprecio popular al partido fue en el corto período de tiempo e inanición y connivencia con el PP de Rubalcaba.

Luego le tocó soportar con altivez y sin despeinarse la amenaza nada baladí de Podemos, cuando mientras estaba él reunido con el Jefe de Estado para exponer las estrategias de formación de gobierno, el secretario general de la formación morada hizo un sagaz juego de muñeca, diciendo que apoyaría al PSOE si los socialistas aceptaban una serie de condiciones y de puestos en un hipotético gobierno en que exigía la vicepresidencia y carteras ministeriales muy alejadas de la protección social, que a priori cabría esperar fuesen el objetivo de una organización que basa en el discurso de la protección al humilde sus esperanzas de gobierno.

Sánchez de a poco fue mostrando que cualquier cosa de la que escasease en imaginación la podría suplir con su cuota de determinación.

Es el único dirigente que no cambió sus valoraciones de los demás partidos. Los demás, desde el PP, Ciudadanos a Podemos en diez meses han oscilado repetidas veces por todo el arco de insultos y zalamerías sin el más mínimo rubor.

Sánchez con sus mil y un defecto algo tenía y tiene claro. El PSOE es un partido constitucionalista, español, con vocación de poder, pero claramente la alternativa a la derecha oxidada, poco moderna y en exceso corrompida del panorama nacional. De entrada dijo no a Rajoy, y continúa en esa vía.

Todos los demás han dicho "sí" en algún momento de estos diez meses, los nacionalistas en la mesa del Congreso, Ciudadanos en la última votación, Podemos dio lo que en realidad es el apoyo crucial y más substancioso que ha tenido el PP en este ínterin histórico en que nos encontramos, ya que fue decisivo para que no haya un gobierno de cambio con los resultados de la primera votación y votó junto al PP en contra de Pedro Sánchez y el PSOE.

Podemos partía de dos premisas, una que casi nunca se cumple para los pueblos aunque sí para aquellos que los enfilan a sus intereses tras la melodía de Hammelin: "que vuelva a ganar el PP así cuanto más se extremen los antagonismos, cuanto peor esté el pueblo, será mejor será mejor para nosotros" ; y la segunda, que se tragaron los resultados de las encuestas que creyeron que podrían sobrepasar por la izquierda al PSOE.

Ciudadanos nunca escondió para que está, y nunca escatimó la verdad de sus planes.

Muchos, paradójica e irresponsablemente, se alegran hoy porque el partido que más ha vertebrado España, el que ha dotado el cien por ciento de las leyes modernizadoras de la sociedad, también de progreso de las clases medias, está eh horas difíciles. Amén de ser poco responsable facilitar la fagocitación del PSOE por agrupaciones motivadas por posiciones pasionales, sin ningún proyecto de país que dure más que una campaña electoral, o por el Partido de la corrupción y de la destrucción de los derechos obtenidos por la población trabajadora, es un error pensar que quitar a Pedro Sánchez automáticamente dará como resultado un gobierno del Partido Popular con la aceptación y el beneplácito de militantes y votantes del Partido de más solera e historia de conquistas progresistas en España.

Una vez que se facture con éxito la maniobra de destituir a Sánchez, el próximo secretario general no podrá echarse en manos de Mariano Rajoy en los meses más acuciantes, henchidos de juicios por delitos graves a un gran número de representantes de la cúpula del PP, y deberá o bien observar de cerca y escuchar a quienes depositaron su confianza en poner fin a un gobierno enemigo del progreso de las clases medias y bajas, o atenerse a una estampida general, hacia lo que de una u otra forma, ya sea emperifollado en la indumentaria de la depresión y el descreimiento, o en la del viaje hacia posiciones demagogas y extremas, será una experiencia de autofagia rodando por esa ladera tan vertiginosa y a veces enigmática del abismo que precede al caos.

O una oportunidad para re fundar el progresismo.

 
Oportunidad para cambio

 

 

 

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28 septiembre 2016 3 28 /09 /septiembre /2016 13:10
¿Ave Fénix, Pegasus o Caballo de Troya?

Mediante un acto magistral de prestidigitación, Raúl Castro nos sorprende con una nueva faceta, y se nos presenta como adalid y paladín de la paz en Colombia.

 Raúl, actual presidente de Cuba y General de Ejército durante décadas mató más gente que "Matasiete" de la célebre Comedia Silente, bajo su mandato alentó, participó y orquestó una importante cantidad de conflictos armados en América Latina, que dejaron un tendal de dolor en el continente expresado en muertos, presos, desaparecidos, exiliados de todo signo político y sensibilidad ideológica, y que dirigió guerras tremendamente sanguinarias en gran parte del Tercer Mundo y en particular en África. Fue el comandante de las guerras de Mozambique, Etiopía y Angola en dos ocasiones, desde su despacho con la excusa del Internacionalismo Proletario para esconder otras aviesas intenciones menos honrosas, como obtener beneficio del marfil del diamante, incrementar el profesionalismo y el poder de las Fuerzas Armadas.

Todo por orden de su “hermanísimo” quien aspiraba a convertirse en una especie de Mariscal del Tercer Mundo toda vez que aquella ficción de que la pesadilla de la URSS duraría eternamente en su camino del socialismo hacia el comunismo se cumpliese, y mantuviese su incondicional apoyo logístico y estratégico a los hermanos Kastromasov en tales lides.

La característica más asombrosa de estos sátrapas, va más allá del nivel de represión, de mentira, de secuestro de la libertad y la verdad por generaciones, aún admitiendo que son estas descollantes y saldrían airosas en cualquier concurso de vilezas, ni siquiera su voluntad determinada de destruir los valores de una sociedad, las normas de convivencia, la concordia, la prosperidad, aún reconociendo que en ello son campeones galácticos.

Va mucho más allá.

Lo más asombroso de estos adalides, paladines y estandartes pero no de la paz sino del poder a cualquier costa, es la carencia del más mínimo rastro de decoro, de pudor, de vergüenza con que han ido y van atravesando sus cómodas vidas mientras dejan un tendal de sufrimiento en las ajenas. Pero más que ello si cabe, el objeto de estudio de este establishment, será sin duda el arte de lograr que el mundo civilizado, progresista, defensor de derechos del hombre; lejos de condenarlos, los tolere y les permita cualquier desmán o despropósito, sin el más mínimo ejercicio de enmienda, de arrepentimiento, de penitencia tras tantos casos tipificados y consensuados como “crímenes de lesa humanidad”.

La familia real cubana Castro, pasó de ser latifundista a ser jesuita, a ser pro democracia norteamericana, a ser comunistas marxistas leninistas estalinistas cuando colaboraron con el asesino de Trotsky, represores de toda libertad individual, a ser vanguardia de la guerrilla internacional, a ser colaboradores con la dictadura argentina de Videla y de Galtieri, a ser partidario de incentivar la inversión de la gran empresa capitalista internacional en Cuba excepto cubanos, a ser nuevamente jesuita cuando cayó la URSS, a ser más papista, a ser revisionistas del Marxismo Leninismo al enaltecer a Chávez, un alto militar de carrera reconvertido en reformista, con discurso vacío y demagogo que en mi época el PCC lo habría condenado de “reformismo populista y diversionismo ideológico”, muy alejado de cualquier doctrina o filosofía comunistas básicas, a ser pro dólares fáciles suplantando a los  rublos rusos o el petróleo venezolano, en el nombre de los EEUU.

Y en la última metamorfosis, reconvertidos nada menos que en pacifistas, con lo cual tras cincuenta y siete años de persistencia en el error de menospreciarlos, es hora de reconocerles que son más vivos que el hambre, y que tras medio siglo nos percatamos de que, en efecto son consecuentes y coherentes marxistas, pero no del atormentado Karl sino del disparatado Groucho cuando decía aquello de:

 
"Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros"
 
 
 
¿Ave Fénix, Pegasus o Caballo de Troya?
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20 septiembre 2016 2 20 /09 /septiembre /2016 17:17

Dislexia vertical

Me quedé ciertamente impresionado con lo que le ocurrió al hermano de una amiga estando de visita en su casa, es un tanto hipocondríaco y toma unos cuantos medicamentos por prescripción médica permanente, y otros circunstanciales cada vez que se convence de que esa sorpresiva molestia repentina, es el presagio de un final inexorable.

Resulta que le recetaron unos supositorios para destrabar la retaguardia y los confundió con la cápsula matutina que toma para el asma, de modo que la cápsula la introdujo en el innombrable y el supositorio lo envió garganta abajo con un vaso de agua junto a las otras pastillas.

Al cabo de dos horas no podía parar de devolver el desayuno, las pastillas, la cena y lo que había comido durante la semana, y por los bajos, le sobrevino una secuencia de novedosos suspiros y soplidos harto refrescantes, no obstante la innegable naturaleza extravagante de tal hiperventilación.

Su hermana, solícita pero firme como pañuelo de estatua, lo invitó a pernoctar en el garaje por el espacio de tiempo que persistiesen los efectos de tal disléxico desliz.

Moscardó

Ayer introduje el dedo índice en la nariz y ya de entrada, el espacio que existe entre la uña y la piel, esa muesca, esa pequeña hendidura, albergó el contorno de una de esas pequeñas costras, que recién empezaba a formarse, a juzgar por su tacto entre calcáreo y esponjoso, entre rugoso y crocante. El dedo le transmitió al cerebro la sensación de la cercanía de uno de los placeres más plenos a la vez que más flagelados y ocultos: el trayecto de nuestra para-entraña viscosa hacia el exterior del naso, con el fin de atizarle una mordida suave, catapultarla una vez redondeada o bien adherirla en alguna umbría concavidad.

 La amenaza de la asfixia por aplastamiento lento, hasta que desprende el tacto y para algunos el sabor, que colma de gozo el acto, que revienta la base de todos los sentidos en la más auténtica soledad, que ya extasiados, rendidos, perdidos de gusto, se toman un receso de la vigilia; la razón se permite un lapsus en forma de siesta.

Y sí, llegué al borde de esa costra divina, estaba dentro del automóvil detenido en un semáforo en rojo, miré hacia un lado y hacia otro y al sentirme en intimidad, comencé a desprenderla de las paredes de la napia con la delectación de Camille Claudel sobre sus obras de mármol, y cuando esperaba poder llevarme el trofeo fuera de aquella oquedad, noté que no era posible, que la mucosidad en todo su volumen se resistía a abandonar la seguridad del hogar, su sitio de confort, y que sólo rompiendo el encanto y tirando con brusquedad, casi salvajemente de su humanidad apegada al interior de mi ser, conseguiría desprenderlo, desarraigarlo de su raíz, de su identidad y sus afectos, entonces acudieron a mi memoria las imágenes de las veces, muchas, decenas, cientos, miles de "moquicidios" perpetrados en parques, caminatas o pupitres, en la más absoluta impunidad y desprecio por la vida. Sentimientos tan cercanos como ajenos.

El semáforo cambió de luz, puse primera y me inundaron los recuerdos de los primeros años de exilio, el cambio de aires, de lenguaje, de escuela, de casa y hasta de familia, pensé en las veces que mandamos a un parque en vuelo elíptico a la gentil criatura nasal, tras haber sido amasada y redondeada, o a la base del pupitre a compartir suerte y desgracia con suelas y chicles escolares, e incluso cuando su destino es el esófago donde las humedades espesas son bienvenidas, reparé en la pena, el drama del desarraigo y la eterna búsqueda de un lugar en su nuevo mundo, hermanado con aquel niño desorientado.

Acaso por ello la crueldad parezca menos mezquina.

Ya no más dedos furtivos, ni siquiera aquellos pañuelos acartonados de cuando era chico, no más esos fuertes y secos soplidos liberadores henchidos de insensibilidad y egoísmo hedonista. Al fin, aunque llegado de otro modo al previsto, se hizo carne en mi el mensaje que mi abuela Elena repetía con insistencia: "Martín ¡la nariz!"

Prendase la luz que se encienda en el semáforo que sea y haya el resfrío que se tercie acumulado en mi naso, manifiesto que: la piedad también nos hará libres ¡Larga vida al Moscardó!

(Más perdió Joachim Löw)

Escatológica Lechuga Be bop

Días atrás un amigo del barrio de mi hijo menor, le obsequió, procedente de un huerto barrial,  una lechuga a medio crecer. Se la dio con las raíces al aire, fláccida, condenada a perder todo su verdor en unas pocas horas.

Él llegó a casa la puso en una maceta, le colocó buena tierra, la regó, lo felicité diciéndole que al menos le estaba dando una muerte digna. Al día siguiente la lechuga continuaba verde y al parecer , viva.  A los tres días, la propia planta se había encargado de descartar las hojas que no podría volver a  levantar, y en su lugar empinaba otros jóvenes brotes hacia el sol, dándonos una lección acerca del poder de la clorofila y la fotosíntesis, o sobre la confianza y la convicción en el cariño y el cuidado, que los adultos hemos ido dejando en el mismo baúl de recuerdos olvidados, en cuyo fondo quizás encontremos al osito Cocó, o al diente de leche por el que ya recibimos la correspondiente indemnización.

La lechuga fue creciendo de tal manera, que en un momento y como visible causa de su agradecimiento por la actitud de mi hijo, comenzó a cantar canciones que contenían la palabra "amigo". De este modo hizo un recorrido por un catálogo de temas populares famosos y otros quizás no tanto para seres del mundo animal. Entre las conocidas cantó: Quiero tener un millón de amigos, de Roberto Carlos; With a Little help from my friends, de los Beatles, cosa que entusiasmó mucho a mi hijo  que es un fan declarado del cuarteto de Liverpool.

También cantó : ."..barquito de papel mi amigo fiel/  llévame a navegar por el ancho mar/ quiero conocer a niños de aquí y de allá...",  melodía que yo no escuchaba desde que había vivido en Cuba, y me dejó impresionado con su cultura general.

Mi hijo me dijo: - Papá tengo que hacer algo más por esta lechuga. Si dice que quiere ir al mar la llevaré al mar. Es encantadora.

Y así fue que lo llevé junto a su amigo del barrio a que le diesen un paseo en el yate del príncipe Guillermo antes de que se casase, por el mar Mediterráneo. El mayordomo del príncipe, tan  inglés, respondió a mi pedido  con un afirmativo: Of course. Y con el torso firme, se llevó a los chicos y su querida hortaliza a un paseo que duraría medio día.

Cuando estaban en una zona profunda mi hijo sacó la lechuga por la borda para enseñarle la transparencia del agua, y un súbito golpe de timón a causa de una ola de babor, hizo que perdiese el equilibrio y la lechuga se cayera por la borda, lanzando primero gritos de auxilio, y luego improperios, acusando a mi hijo y a su amigo de traidores, de haberla alimentado para luego  permitir que se ahogase en aquella inmensidad, en aquel desierto de  verduras. A mi hijo y a su amigo se les aguaron los ojos, pero intuían que arrojarse al agua habría sido una temeridad.

Una vez que la lechuga llegó al fondo del mar, pensó que no estaba todo acabado al ver las algas, se hizo a la idea de vivir como una de ellas, y hasta le causó emoción el hecho de pensar que sería mecida por las olas y acariciada por los pececillos de colores. Le entristeció el hecho de no poder cantar bajo el agua - Pero no se puede tener todo- se dijo a si misma y de alguna manera se sintió reconfortada.

Después de andar por varias profundidades encontró el Octoposus garden, del que hablaba Ringo Starr en sus canciones, y que la lechuga, de amplísimas nociones musicales, conocía tan bien. Le pidió permiso al pulpo para establecerse, y después de enternecerlo con su historia, no solo logró que el pulpo la aceptase sino que le concediese un privilegiado lugar, cerca de Bob esponja y compañía.

Mi hijo y su amigo decidieron lanzarse al agua tras evaluar los riesgos y los esfuerzos que habían realizado para ser tenidos en cuenta como niños adorables. Al príncipe Guillermo de Inglaterra le faltaban aún unos días para casarse, pero el mayordomo Perkins debía estar listo, y fue tan tajante como delicado en sus expresiones, les dijo:    

 - Chicos, puntualidad británica, por favor, si no están aquí mañana en la mañana me veré obligado a zarpar sin vuestra presencia- Y se lanzaron al agua con aqualungs para tres días.

No hizo falta agotar la paciencia del buen sirviente real, ya que a la caída del sol  los dos niños encontraron el Octoposus garden, y como mi hijo es un fan irredento de los Beatles, le agarró la botella de aire comprimido a su amigo y le hizo señas para detenerse allí unos instantes. Una vez que entraron y hablaron con el pez administrador, un pez con una nariz puntiaguda como el baterista de la banda, y una vez que se sacaron unas fotos, los dos niños vieron al mismo tiempo, detrás de Bob el esponja, a una lechuga idéntica a la que andaban buscando, pero pensaron que no sería aquella, ya que en el jardín del pulpo solo debía haber algas.

Pidieron permiso para restaurar fuerzas comiendo un poco de la lechuga, y cada uno se zampó una mitad.

Mientras tanto, la lechuga gritaba e imploraba por su vida, por su integridad, cantaba con cierto desespero las mismas canciones que había entonado en mi pequeño jardín trasero, pero ya atravesando el esófago de esos dos malditos traidores, sin demasiadas esperanzas de ser escuchada ni oída.

 Una vez en casa, el pichón  aún seguía sintiendo cierta tristeza. Pero había algo que estos chicos y yo aún desconocíamos.

A los dos días de ser engullida la lechuga regresó al agua, aunque esta vez mediante el W,C., se vio repentinamente liberada de un ámbito cerrado y oscuro que le estaba produciendo una aungustiante claustrofobia. Una vez en las cloacas, tuvo oportunidad de echar de menos las claras aguas del mediterráneo, incluso ese sobrecargado sabor a sal.  -Oh que espanto- se dijo- he perdido todo mi verdor-

La lechuga como los demás alimentos que vagaban por aquellas cañerías había mutado y su estado era compacto pero no rígido. Pensó que la única manera de recobrar algo de su identidad era encontrando a un semejante que procediese también de la huerta, para continuar viaje a lo desconocido con él. De modo que comenzó a preguntar a todo transeúnte en la cloaca,

_ Perdón, me puedes decir que eras tú antes?-

_ Yo era dos perritos calientes con mucho chucrut- le dijo el primero.

Y así se fue encontrando con compactos boñigos, conformados unos de pescados, otros de carnes variadas con sus guarniciones, otros por huevos fritos, hasta se encontró una ensalada, pero su decepción fue grande cunado supo que en ella había también zanahoria, todos aquellos carotenos juntos era algo que no podía soportar.

Hasta que, no sin aliento, pero con mucho menos fuelle, le preguntó a otro sorete por su procedencia y este le dijo que había sido una lechuga. Se alegraron tanto de haberse conocido que partieron juntos en ese frenético viaje hacia la desembocadura en algún vertedero. 

Por la noche en un merecido descanso, le contó nuestra desmejorada verdura a su nuevo compañero, que otrora fuera una recuperada lechuga, que había sido arrojada al mar, por dos niños de los cuales uno había sido su amigo antes de traicionarla y zampársela luego de darle caza vestido de buzo en el fondo del océano, el otro boñigo no pudo creer lo que oía, y exclamó:

- ¡Mi media naranja!. Yo soy la otra mitad, que quedé atrapada en el estómago del amigo de nuestro salvador asesino.

Entonces se dieron un abrazo tal que quedaron nuevamente fusionadas, lograron recuperar por una vez más la ilusión de la vida, y en esta ocasión se convirtieron en un temible sorete de dimensiones que infundían respeto a su entorno.

Al poco tiempo de andar con su nuevo aspecto, se dio cuenta que si bien frente a un espejo sus opciones de sentir vanidad sufrirían cierta merma, también era cierto que nadie desearía comerla, tocarla, ni molestarla en lo más mínimo.

Según Platón, todas las partes del universo se mantienen unidas por amor compasivo, se dijeron uno a otra y viceversa.

Pero una semilla de aquél enérgico vegetal volvió a echar raíces en la misma maceta en que mi hijo la colocó en un inicio; durante el invierno y a la intemperie crecieron nuevas hojas rozagantes.

No cesa en brindarnos sorpresas nuestra adorable lechuga Be Bop.

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16 septiembre 2016 5 16 /09 /septiembre /2016 22:34

Un año después de mi aparición en escena en la ciudad de las hojas y el otoño, se coló en las librerías un título que resultó ser un best seller de sociología, algo novedoso casi hasta en el terreno de la narrativa, mucho antes que Alain Touraine o Eco nos acostumbraran a sus súper ventas. Se convirtió en un hito, tanto por el autor, un verso suelto que no se deja atar a ningún poste, ni resbaladizo ni espinoso, como por el texto ágil, certero, intuitivo; el libro "Buenos Aires vida cotidiana y alienación" y Juan José Sebreli el firmante.

Cuando tuve que desprenderme de esa ciudad siendo niño, todo lo que se quedó aferrado a modo de garantía en la corteza cerebral, y que permanecería intacto hasta el fin de los días, era perenne, no susceptible de cambios por el paso del tiempo, con la excepción quizás de ese cambio climático, los otoños, estación en que nací, hace medio siglo eran más insistentes con el color, el viento, y las hojas de arce dobladas sobre el borde de la vereda como un reloj de Dalí. Pero casi todo lo demás permaneció intacto para la primera vez que regresé. Todo mi pecho era un enorme rejunte de deseos. Mi padre, mis primos, mis amigos de cuando niños y los olores, los sabores, los colores, volver a tierra abierta y no dentro de una maceta.

Cada vez que regreso, haya pasado quien haya pasado por la intendencia o el gobierno, yo encuentro mi propio Buenos Aires. En un lugar o en otro lo encuentro. Para mi, como sujeto en maceta, desterrado de la tierra de mis amores, de la única metrópoli posible, del campo argentino, de las playas del Atlántico, debo decir que lo que percibo en la ciudad de los techos dispares, de las baldosas sueltas, de los linyeras letrados nada tiene de vida cotidiana, y desde ya, todo allá puede ser enloquecedor, ensordecedor, irritante, encantador o frustrante, a contramano de cualquier alienación.

 Que placer pasar unos días perdido por sus calles, de un café a una librería, de una muestra a una de las buenas galerías, de una parrilla al centro de un corazón, de la cima de un adoquín al olor a boca de subte y a pebete de salame, de oir las bocinas de nueve de Julio o de Libertador a escuchar lo que habla la gente, y como lo habla, el histrionismo natural, el arte de los bueyes perdidos. un taxista, un kiosquero o el gallego del bar. Ver pasar el 60, el 12 y el 86 y participar en el derretido de una, dos, tres Vauquitas.

Y una justa inundación de asados y afecto entre amigos y parientes

 

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