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17 abril 2012 2 17 /04 /abril /2012 02:41

 

 

 

Dos semanas antes de escuchar aquello de que se estaba dispuesto a dar la vida por Galtieri en las Malvinas,  cualquier soldado del Ejército argentino habría merecido por parte de todo militante de izquierdas un severo castigo ejemplar por formar parte de un gobierno que se había dedicado en los últimos años a asesinar, torturar y desaparecer a cuanto progresista de izquierdas se encontrase en el territorio nacional. Aluciné.

  Y me faltaba lo más grueso.

Ya que si bien era cierto que desde que la Unión Soviética había recompensado a la Junta Militar argentina por romper el embargo de grano que había impuesto Estados Unidos, y  el gobierno de Cuba comandado desde el PCUS no hizo la más mínima mención pública repudiando el genocidio que se fraguaba en Argentina a manos de un gobierno fascista, aún no habían caído tan bajo como la URSS  premiando como ellos a la Junta  Militar con la medalla de Lenin a, y a su vez recibiendo la insignia de San Martín en sus charreteras gracias al influjo del poderoso caballero, Don Dinero.

Hasta el dos de Abril de 1982.

Fecha a partir de la cual para la dirigencia cubana, el gobierno del General Leopoldo Fortunato Galtieri, pasó de ser un gobierno sobre el cual era mejor no pronunciarse ni condenar en organismos internacionales, a ser digno de brindarle las mejores tropas de los más aguerridos soldados revolucionarios internacionalistas cubanos, además de apoyo económico restándoselo al ya paupérrimo pueblo isleño, y sellando estas intenciones con sonados y sonoros abrazos de camaradería con el canciller Nicanor Costa Méndez, quien pocos  meses antes aseguraba en público que Argentina no era del Tercer Mundo ya que eran blancos, civilizados y libres del flagelo del marxismo.  

Pero ni siquiera esto explicaba el apoyo repentino de la izquierda argentina y latinoamericana en general al glorioso ejercito comandado por Galtieri.

En Buenos Aires, el 30 de Marzo, tres días antes de que el infame General  diese la orden de tomar las islas habitadas por los Kelpers y colonizadas desde hacía más de un siglo por los ingleses, los mismos a  quienes los patricios les cedieran todas las riquezas del país en la parte continental, había tenido lugar una huelga general  secundada por los trabajadores, con manifestaciones bravías poniendo el pecho ante los fusiles de quienes no dudaban en matar y torturar a todo el que se le opusiese, y tanto este avance del descontento popular como la escasa simpatía, con que contaba ya el régimen en Occidente una vez se concluyó la tarea de la limpieza ideológica, marcaban el camino hacia el retorno a la democracia. Estaba claro después de haber subido Galtieri al poder en lugar de Viola quien sí era partidario de una apertura gradual hacia el civismo, que no habría ningún retorno a los comicios, lo dijo el mismo beodo General en su famosa frase: “ Las urnas están bien guardadas donde están”.

Pero a pesar de la petulancia presentía que alguna de sus pesadillas podía estar por dar el salto a la vigilia, y decidió unificar a la mayor cantidad de personas posibles, apelando al  sentimiento más al alcance de la mano de los dictadores de todas las épocas: La amenaza extranjera.

Claro que en este caso no midió bien el enemigo que se buscó para la puesta en escena de su obra bufa. Si bien podía parecer  acertada la elección porque históricamente había habido episodios de derramamiento de sangre entre ambas naciones, lo cierto es que la desaconsejaban dos razones de peso.  Reino Unido poseía la Royal Navy una fuerza militar invicta, y si esto fuese poco, también porque pertenecía a la OTAN y a la Comunidad Europea una combinación de poderío económico y militar ciertamente a tener en cuenta.

A ambos mandatarios les resultó un nada despreciable instrumento para desviar la atención de sus pueblos. Thatcher precisaba maquillar su política de desmantelamiento del estado de bienestar británico y aplacar sus constantes enfrentamientos con la clase obrera, sobre todo con los mineros. Y Galtieri para unir a todas las gargantas al grito de : Viva Argentina, a cuatro años de que se obtuviese aquel grito en la Copa del Mundo de fútbol.

Los hechos demostraron que fue un error militar, y que del lado británico estaba dispuesto a entrar en combate incluso un príncipe, mientras que del lado argentino era de esperar que unos oficiales que aún conservaban las manos manchadas de sangre de jóvenes estudiantes arrojados al río luego de meses de torturas, no estuviesen del todo dispuestos a batirse el cobre de igual a igual con la Royal Navy. El resto es un capítulo de la Historia, que habla de donaciones hurtadas, de claudicaciones y arrugues, de abandonos a valerosos soldados rasos que no es grato aunque sí recomendable recordar.

Lo cierto es que aquellos trozos de rocas inhóspitos, habitados por un puñado de atrevidos que desafiaban los vientos constantes y la humedad extrema, no les había interesado a nadie excepto a aquellos  intrépidos habitantes, los Kelpers, en mi criterio los únicos con poder para decidir por quienes deberían ser gobernados.

Las islas pasaron a ser argentinas por el automático hecho de que todo lo que había pertenecido a España , tras la declaración de independencia pasaba a ser propiedad de Argentina, pero en aquellos islotes no tenía morada fija ningún ser humano, y casi ninguno viviente.  La historia Argentina con Inglaterra es curiosa, desde que se avistó la posibilidad de declarar la independencia se procuró por todos los medios que la corona británica reconociese al Río de la Plata, ya que ello impediría que fuese recuperada nuevamente por España o invadida por otra metrópolis europea, sin perder de vista que poseer un protector que encabezaba la revolución industrial y mandaba en el mundo de las finanzas podría significar cobrarse dos piezas con un solo proyectil.

Al cabo de un análisis desinteresado, podría ser considerado colonialismo cualquier nación que se hiciese con el control de aquellos dos islotes, ya que había que enviar allí colonos. Convencer a gente proveniente de otro sitio que no fuese del norte de las mojadas y grises islas británicas habría resultado una tarea casi tan mastodóntica como acostumbrarse luego a vivir en ellas. Fueron habitadas pues por colonos escoceses e ingleses que trabajaron durante generaciones la lana de las ovejas que allí se esquilaban y se enviaba a la metrópoli igual que se hacía con el grueso de la lana de Argentina continental en cantidades exponencialmente mayores, sin despertar el más mínimo prurito nacionalista de los gobernantes patrios.

Llegó a escribir Arturo Jauretche que las ovejas del sur argentino, eran las ovejas más panzonas del mundo, ya que casi toda la lana que se declaraba para exportar era del vientre, una lana que pagaba impuestos más bajos que la extraída del lomo. Y nada de esto molestó demasiado a los bien informados y recompensados encargados de la tan cacareada soberanía.

 Hoy hace treinta años de aquella absurda guerra. Hay quien todavía se enoja con los británicos que acorde a su espíritu bromista  dicen que los argentinos deberíamos estar agradecidos de la guerra de las Malvinas ya que aceleró el final de la dictadura. Coincido con lo del buen humor.

Pienso en que duda le podría caber a una persona si, aun sin ser un Kelper con lengua y antepasados ingleses, sino un descendiente de españoles como los primeros criollos, le propusiesen que eligiese libremente a que país preferiría  pertenecer, si la dictadura de Galtieri, con su sistema de salud, de garantías en derechos humanos, con su posición económica, o a la que era la segunda economía mundial, con el mejor sistema de salud de todos los tiempos, y unas garantías político sociales inéditas fuera de Gran Bretaña. 

Hoy existe otro panorama. Argentina procura estar a cargo de la administración de las islas por una cuestión estratégica y también por su importancia en recursos marinos. Solo si es presentado así podría entender su justa reclamación pacifica, prescindiendo esta vez de la utilización de las emociones en lugar de la frialdad de la razón.

En el continente existe un inglés que es dueño de un trozo de tierra que es unas once veces mayor que las Malvinas y las ganancias que le dejan son infinitamente superiores.  Pero expropiárselo no solo no es buen negocio porque no aglutinaría a nadie, los pondría en contra ya que muchos perderían sus trabajos, sino que además este inglés , como casi todos los que han esquilmado la Argentina, no tomaron la Patagonia con cañones, a través del mal gusto de la fuerza.

Sino que colonizaron aquellas enormes extensiones, con las ovejas más panzonas de todos los tiempos.

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11 abril 2012 3 11 /04 /abril /2012 02:09

En Tordesillas, un hombre se acercó a la estatua de la reina de Castilla, Juana la Loca, como llevado por un ánima en medio de la noche,  sin fuerzas en los pies para llegar más allá del monumento, frente a los muros de casa del Tratado, y al lado del Castillo donde la habían alojado por más de cuarenta años, acusada por su familia de estar demente. El  hombre se quedó mirando fijamente los ojos de la estatua de bronce, liberando prejuicios, permitiendo que apareciese lo que debía aparecer, habló con ella, le dijo que sería su fiel servidor, que sería un caballero y que desde luego no permitiría las vejaciones y los abusos que sobre ella habían cometido su padre, hijos y apoderados. Se sentó luego en un banco de hierro al costado de la estatua, y le reveló que ya nada significaba algo para él, había perdido el trabajo, la casa, el matrimonio había hecho aguas. Luego se levantó nuevamente para despedirse de la estatua como corresponde a un caballero y tomar el camino del río, y ahí de pie frente a ella, con la luz de un farol detrás de la Reina, ella bajó la vista y le dirigió una mirada firme y  tierna a la vez, alzó una ceja y luego la luz de la farola le ilumino la cara, él pudo ver su rostro plagado de la más eterna de las corduras el estigma del dolor y la traición. El hombre  sintió un escozor por todo el cuerpo, un cimbronazo recorrerle la espina dorsal, y se dirigió como era su destino a contemplar el río Duero desde el majestuoso puente medieval de la ciudad, pero ya no con la  idea de tintes trágicos que llevaba en un principio.

 

Por las calles de Madrid, Barcelona o cualquier ciudad española más o menos importante se puede apreciar un sensible cambio en los usos y costumbres marcados por los años del híper consumo.  

Años que no se vieron precedidos de un relajado tiempo de reflexión sobre la desmedida proporción de crecimiento con relación a la productividad, sino que como respuesta a centurias en que la población común y corriente no conoció otra inversión de las pinches ganancias que se obtuvieron en los diferentes momentos históricos en que España ostentó poder en la colonias que el enriquecimiento indecoroso de la aristocracia y el clero. El español pobre  había sido muy miserable y nunca contó con más ahorros que un montón de dichos del refranero popular, hermosas canciones llenas de sabiduría y gracia y un inmenso hastío y hartazgo del clero y del señorío.

Y poco más.

Por primera vez en los últimos cuarenta años, la población pasó de tener un renta  per cápita de cuatro mil a veinte y ocho mil dólares cuando dejó la presidencia Felipe González.  Luego subió seis mil dólares más hasta situarse en los treinta y cuatro mil entre las dos legislaturas de J maría Aznar y la primera de José Luis Rodríguez Zapatero, punto máxime al que llegó la renta per cápita española.

Era una gran fiesta, a los acostumbrados feriados nacionales, se le agregaron puentes, festejos de cada  pueblo de cada comarca, de cada comunidad, parecía nunca comenzar la jornada laboral,  con la excepción de la construcción, la bolsa y los bancos donde se fraguaba el milagro español. Las familias contaban tres automóviles en sus garages ( y en sus hipotecas), ya no eran pocas las que contaban con dos viviendas o más,  El español de a pie comenzó a codearse en los sitios de descanso estival con turistas alemanes y británicos, siempre con un área especial para los ibéricos no por su menor poder adquisitivo, sino por sus predilecciones acústicas a la hora de la diversión. Se fraguaba el ideario romano, la lujuria y el hedonismo al poder, cada ciudadano cual romano se convirtió en un sibarita de la buena mesa y los mejores caldos. Es cierto que el repentino acceso a tanto poder adquisitivo no había dado lugar a limar asperezas y educar a la plebe brindandole acceso real a la cultura y enseñarles que incluso la adquisición de bienes artísticos constituye un negocio, quedando relegados  más bien al clásico inversor en ladrillo y colesterol.

Se llenaron las calles de tiendas de chinos, no demasiado apegados a las virtudes del charme, barrios enteros fueron apropiados por diferentes nacionalidades de inmigrantes, quedando un mosaico cosmopolita que poco se diferenciaba de las grandes urbes donde todo transcurre, donde el progreso  no está de visita vacacional sino que tiene dirección fijada. Había incluso, una sensación mucho más alegre en el gasto que   el clásico deme dos argentino de las épocas de las vacas gordas, porque el español común no tenía tradición de manejo de un capital superior al que permite ir al almacén cada día a por enseres de primera necesidad, de repente se vio desbordado y su carácter festivo lo condujo al despilfarro, no obstante no haberse percibido simpatía hacia el foráneo sí que hubo solidaridad, muchos ganaron dinero, los grandes capitales del mundo más avezados en hallar gangas y exprimirles el máximo, en primera instancia, pero también los más pobres, los menos preparados tenían acceso a un crédito con el que podían hacer realidad un sueño oneroso, aunque de espíritu carente de grandes exigencias al mundo onírico. El que más y el que menos participó de ese baile vistoso con música estridente, con disfraces de brillos que refulgían. Nos lucramos.

Hoy , a un soplo en términos cronológicos, el panorama ha cambiado sensiblemente,  se han quedado en España solo los chinos que poseen grandes cadenas de tiendas o restaurantes, su actitud ahora es altiva, la sonrisa inicial de cara al púbico ha dejado paso a una mueca hosca, que viene a significar , si le gusta tómelo o si no déjelo. Ya no se ven rumanos por las calles, desde luego ya no hay casi polacos , búlgaros, eslovenos, eslovacos, que aunque en todos esos países los vectores indicadores del nivel de vida tarden en alcanzar los niveles que aún se pueden dar en España, sin embargo los que indican el crecimiento, el optimismo y las expectativas son infinitamente mayores.

Los rusos siguen viniendo a tropel pero ahora a comprar propiedades y productos de alto standing.

Para colmo la política se ha convertido en un nicho de personas sospechosas de todo menos de saber conducir los destinos de la Nación, de trabajar concienzudamente a favor del votante. El último presidente del país da la sensación de no existir,  por dos razones, una porque deja todo en manos de sus asesores que no tienen mucha idea tampoco de cómo desenvolverse para anunciar una tras otra, noticias pésimas para la población.  La segunda es porque cada decisión  parece venir precedida de un vacío total de ideas, de la academia del voluntarismo y la improvisación. El país está minado de vectores que lo identifican con naciones del mal llamado Tercer Mundo, ya que aquel concluyó una vez que naufragó el Segundo mundo; hay policías excediéndose en su celo contra estudiantes, muchos presos comunes por delitos menores , muchos exonerados por grandes delitos económicos, impunidad estructural para la corrupción, jueces depuestos e sus cargos por perseguir el fraude. A la espera de los recortes en dos pilares de la España social a saber: educación y salud.

La semana pasada se suicidó un ex preso disidente cubano de los que había sido liberado por una gestión del gobierno anterior, por negarse a atravesar la humillación de la indigencia y la mendicidad y es tal el abandono en el que se encuentra actualmente ese colectivo, luego de las promesas del actual ejecutivo de profundizar en su atención, que están desesperados. 

La última ley perdonando el noventa por ciento a los evasores de ingentes cantidades de dinero en impuestos, es mal percibida por la población, que sufre de condiciones leoninas para los contrayentes de  hipotecas que no pueden sufragar, con desalojo y permanencia de la deuda de por vida, caso en que se encuentran unas trescientas mil familias. Hasta Sarkozy , que no pasa por sospechoso de ser socialista, graba a los ricos sin que le tiemble el pulso en una Francia alejada de la Égalité.

No contentos con este estado de las cosas, la coqueta Barcelona y la atildada villa de Madrid se disputan públicamente sin pruritos la instalación de una ciudad émulo de Las vegas, concediendo la liquidación de todo ordenamiento legal al millonario que así lo exige para traer su panacea de ludopatía. Superando la imaginación de Berlanga  en la película Bienvenido Mister Marshall de un pueblito como el imaginario Villar del Río, para cristalizarse en la pelea pública e impúdica entre dos ciudades, las más desarrolladas del país.

La única buena notica es la reflexión acerca  de este gran fiasco de la patria rica, del café para todos, y de los Audis en la puerta, la gente ha abandonado el cinismo y la abulia  que los caracterizaba y empiezan a sentir que por sus venas corre sangre europea, que significa algo más que estar situado a un lado u otro del estrecho, del Mediterráneo, de los Pirineos o de los Urales. Constituir un ser cultivado y cívico.  

Siempre quedará la duda de si la lágrima de Juana la Loca, era por lo perdido o por lo encontrado en esta España, la misma de su hijo Carlos quien la condenó a morir cautiva y cuerda. Pero el hombre en lugar de entregarse al Duero, decidió vivir y luchar como un caballero, por todos los usurpados, desde la madre del Emperador , hasta el hijo del enigmático Inspector de hacienda.

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6 abril 2012 5 06 /04 /abril /2012 21:04

 

 

 

 

Cada vez que escucho decir que hay que tenerle desconfianza al negro, al humilde de América,  a los deportistas, a los nuevos ricos, o a Obama, incluso cada vez que oigo decir que hay que desconfiar de los negros delincuentes, desconfiar porque son holgazanes, demasiado dados a la juerga y a la bebida, al juego y a la ilegalidad, me pregunto si la gente que habla se ha detenido un instante a pensar en lo que está diciendo.

La totalidad de los inmigrantes africanos a tierras americanas se produjo por medio del uso de la más cruel de la fuerzas. En ningún caso emigraron por sus deseos ni por sus medios, y mucho menos para convertirse en casi el cien por cien de los casos en esclavos, escapando de esta suerte un reducido grupo en Centroamérica, que ha vivido todos estos siglos sin haber pasado por el látigo, ya que fueron tres galeones que se quedaron sin dueños y resultaron libertos. Los únicos casos entre los millones de africanos que fueron transportados en galeones a América para trabajar en el nuevo continente.

A saber, en honor a la verdad los primeros en atacar sus aldeas y matar a todo el que consideraban no apropiado para el trabajo duro, como bebés y ancianos, así como enfermos tullidos y heridos en la batalla, eran los habitantes de las aldeas vecinas, hipotéticamente sus propios hermanos, de la misma tierra la misma lengua y algunos de la misma  sangre. También en honor a la verdad, la diferencia de clases, incluso el esclavismo, existía también en África, y ciertas tribus entregaban los "no libres" a los blancos a cambio de algún tipo de paga. Luego se los llevaba maniatados a través de la selva hasta el puerto, donde primero los compraba un intermediario africano o europeo que ya se había establecido en la costa. A los que no servían , ya fuese porque llegaban muy extenuados, o porque los comerciantes los encontraban con imperfecciones insalvables, como las dentaduras deterioradas cosa que bajaba el precio porque en breve no podrían comer el duro alimento que se les arrojaba, las piernas dañadas, los brazos demasiado flojos, o que hubiesen enfermado tras la tragedia sufrida en los días de travesía hasta el puerto, se los tiraba al agua. Así, sin más.

Las bahías de los puertos esclavistas en África casi siempre montados por holandeses y portugueses, pero también por españoles ingleses y franceses, donde llegaban los galeones negreros con un gran espacio en sus bodegas para alojar estos seres considerados  mercancía, eran verdaderas fondas de alimentos para tiburones y barracudas a merced de los infelices que se arrojaba por descartes de los esclavistas.

En esos galeones iban hacinados encadenados, y tenían que hacer sus necesidades encima, de tal modo que eran frecuentes las plagas, o las enfermedades y sus contagios. Antes de llegar a puerto americano eran arrojados nuevamente al mar todos aquellos que no servían para ser presentados siquiera ante los compradores. Como en toda actividad, y más en esta donde se puede sopesar el calado moral que hay que tener para realizarla había picaresca, estafadores de la más extrema baja calaña, estos no tiraban a todos los esclavos que estaban en malas condiciones,  si podían maquillar a los que estaban menos mal y lograban ser al menos vendidos si se los aseaba y alimentaba un poco, porque no era cuestión de ser cruel pero tonto, por cada esclavo que se tiraba por la borda se perdía un dinero, si luego el terrateniente se daba cuenta que le habían dado gato por liebre y tenía que ser este quien se deshiciese de él, siempre se podría solucionar más adelante con una oferta atractiva de dos por uno en el próximo viaje.

Una vez en el puerto americano, desde lo que hoy es Estados Unidos hasta el Río de la Plata, se los miraba uno a uno y al que no gustaba, una vez más le esperaba el agua. Tal era así que se llegaron a crear verdaderas colonias de modo artificial de tiburones y demás carroñeros acuáticos, en el Golfo de México y ciertas zonas de Australia y San Salvador de Bahía. Eran creadas por la mano humana, por cerebros y almas que eran capaces de contener toda esa cantidad de crueldad sin el más mínimo prurito. Baste leer los escritos sobre la trata que llegaron a nuestros días, para quedar atormentado, perturbado por el modo de referirse a esas personas, se les llamaba "cargamento".

Y a esa cantidad que era cargada en las caravanas que los llevaban hasta los campos de trabajo, aún les quedaba pasar el tamiz natural de la fuerza para soportar ese rigor, semejante suplicio en que se les convertía la vida en tan breve espacio de tiempo,  desde que habían estado jugando alegremente con los suyos, o cazando algún mono para amenizar la tarde con un festín y llegaron sus vecinos con los machetes a desatar la pesadilla. Se calcula que duraban ocho años de duro trabajo y torturas en cautiverio.

Los porcentajes de sobrevivientes  consensuados eran más o menos así, de la tribu en que se los apresaba quedaba el treinta por ciento vivo, de los que llegaba puerto eran comprados solo la mitad, algunos, los más sanos se quedaban de esclavos haciendo labores en el puerto y los otros al agua. De los que se cargaban en los galeones solo el diez por ciento era comprado en América y finalmente usado para el trabajo, el noventa por ciento restante o morían en el trayecto, o eran descartados en el puerto mismo o una vez comprados enfermaban y no se acostumbraban al espanto de la nueva vida, y o bien enfermaban y morían naturalmente o eran arrojados a los perros cazadores de cimarrones en los palenques para cebarlos con carne de africano y que siempre estuviesen prestos a atacar a los esclavos. He tenido la oportunidad de escuchar la desfachatez de llamarles a estos canes, perros asesinos, sin hacer mención de sus amos.

Sé que al aproximarme a un tataranieto de un esclavo no estoy en presencia de este. Ni yo por haber tenido antepasados terratenientes que tuvieron esclavos en sus plantaciones y minas, soy culpable en lo más mínimo del horror ocurrido. Pero también sé que si a uno de los dos le toca acercarse con cuidado, pidiendo casi permiso para ser aceptado y comprendiendo la desconfianza inicial, ese soy yo. Sé que si a uno de los dos les toca sentir un temor impreso en su ADN, un terror que proviene de las historias no escritas como los cantos rituales que supieron mantener de sus antepasados, ese es él.

Por eso cada vez que escucho decir con esa tranquilidad como si nada, a lo largo de toda mi vida en todos los países: -cuidado con estos negros que si no la hacen a la entrada la hacen a la salida- sé que estoy en presencia de las reminiscencias de crueldad que nos legó el amo de aquellos perros, o quizás la más profunda de las culpas. Tal vez se pueda entender luego de un sesudo esfuerzo, que no abundan los motivos para que los descendientes, confíen a pecho abierto en los valores que les propone una sociedad impuesta por los mismos que sojuzgaron a sus antepasados. 

Los hacedores de la Revolución en Cuba, que entre sus arengas más proselitistas enarbolaban la liberación de los prejuicios raciales, han vuelto a sumir a la población afrocubana en la humillación de los peores trabajos, las peores opciones sociales. El lenguaje de las altas esferas del poder en Cuba para referirse a los afrocubanos, es excecrable.

Si somos capaces de conmovernos hasta la parálisis con el Holocausto una vez que visitamos un campo de concentración, o pensamos en ello, debemos recordar que ese trance atroz duró cinco años, mientras  hay países donde el período de absoluta carnicería humana para satisfacer los más bajos instintos humanos, que significó la trata de esclavos negros traficados desde África, duró tres siglos y medio, trescientos cincuenta años. Es dificil concebir tanto dolor.

Sería menester que se desista de incluir en las carteras de chistes los racistas, que cuando se relacione negro con fatalidad, con pésimo, se piense antes en quien es el propietario de esa voz que se apropia de nuestro interior. Porque hay muchas más razones para que los descendientes de aquellos hombres de carne dolor, desconfíen de nosotros o de todo lo que les huela a esclavista, que viceversa.

Una de las cosas más reconfortantes que vi es el museo de la esclavitud en Liverpool, ciudad puntera del comercio bestial de personas de África. Es tan contribuyente a la salud como los recordatorios de Auschwitz o Mauthausen, sus ciudadanos de esta forma manifiestan que no están del todo de acuerdo con la manera en que les llegó el desarrollo. Y estando presente en esa autocrítica sentí cierto alivio aún perteneciendo al género humano.

A mi hijo, le enseño esto porque estoy convencido que así como incluso los hermanos Oppermann, Judíos bien integrados en la burguesía  berlinesa, creían imposible que el país de Goethe, de Beethoven y Hegel pudiese caer sumido en la  atrocidad más primitiva, hoy pensamos que estamos a salvo de aquellas bestias, y es mejor que nunca sepamos lo cerca que podemos llegar a estar de ese virus humano que se encarga de la autofagia y de la negación de sus propios logros.

Los bailarines, los obreros, los deportistas, incluso los delincuentes podrán gustar o no por muchas cosas, pero bajo ningún concepto aceptemos como uno de los motivos el pigmento de sus pieles ni el pedigrí de sus progenitores.

 

 

Galeones holandeses.
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30 marzo 2012 5 30 /03 /marzo /2012 14:27

 

 

 

Petar salió por la puerta delantera  de la tienda con una bolsa en cada mano.  Chucho lo esperaba en la acera de enfrente y comenzaron a caminar en la misma dirección con la avenida mediante. El búlgaro cruzó la calle y pasó frente al museo Napoleónico y en la facultad de Filosofía Chucho lo estaba esperando bajo la sombra de un framboyán, le preguntó si había podido comprar todo, Petar asintió y le dio las bolsas, Chucho miró hacia los lados y luego metió  la mano en el bolsillo , antes de que la extrajese salieron de detrás de los arbustos dos hombres vestidos de civil que se abalanzaron de inmediato sobre él y lo redujeron, mientras que al búlgaro le pidieron con modales más atenuados que permaneciese en el mismo sitio.

Súbitamente llegaron dos hombres más, uniformados de policías, y después de intercambiar algunas directrices procedieron a  llevarse a los dos muchachos y a las dos bolsas de compras a la comisaría de Zapata y C.

A las dos horas salió por la escalera de la puerta principal  hacia la calle, el ciudadano búlgaro que vivía en La Habana porque el padre estaba destinado como técnico extranjero en la isla. Chucho no salió.

 Al menos no a la calle. A los seis días fue expelido rumbo a la prisión del combinado del Este, donde esperó juicio  durante seis meses por posesión ilegal  de divisas. Al final pasó cuatro años preso, se le sumó a la posesión de divisas, el comercio ilegal de ropa.

Cuando llevaba dos años de escarnios, soportando una vida que no estaba hecha para su delicadeza, regida por verdaderos delincuentes que no dudaban en clavar todos y cada uno de sus objetos puntiagudos en lo que se terciase, el gobierno del Partido anunció que entraba en vigor la nueva ley que despenalizaba la posesión de divisas para los cubanos. E incluso se les permitiría entrar a comprar en las tiendas para turistas , las que de hecho vivían de las compras ilegales ya que los turistas solían arribar a Cuba con su cupo de blue jeans cubiertos, eran poco frecuentes los que visitaban la isla para retornar a sus países con suvenires como  ventiladores, tocadiscos, camisetas de brillo o chancletas color fucsia refulgente en cantidades generosas.

A Chucho ni le avisaron los guardias mientras lavaba los calzoncillos de uno de los guapos de la galera en que estaba, ni cuando acudió esa tarde a la enfermería a curar el agujero que le habían ocasionado en su nalga derecha  con una chaveta por no dejarse abusar los primeros días por un grupo de violadores.

Se enteró por los rumores.

Entonces esperó feliz a su abogado con el cual tenía visita en breve, para preguntarle cuando saldría de aquel agujero al que había entrado solo por querer vender unos camisetas y unos vaqueros  entre los vecinos para ganarse unos pesos y de paso mantener contento al vecindario, pero casi le da el mismo  soponcio que le dio el caluroso día en que el Juez dicto la sentencia de cuatro años de prisión, el abogado le dijo que la ley no era con carácter retroactivo, le comunicó que debía cumplir los años que le quedaban. 

Esa noche Chucho se hizo un tajo en su muñeca perpendicular en sentido de las venas, lo que le impidió morir,  a partir de entonces debería ir a curarse otro agujero más a la enfermería, pero la oquedad  que le infligieron en su vida no había enfermero, médico ni brujo que lograse alivianarlo.

Al ver como se desdice de la teoría de la evolución, del comunismo científico, del ostracismo a los religiosos practicantes y a los que no fuesen estrictamente marxistas, al mismo dictador que sostenía aquella ley caprichosa por la cual fueron presos muchos cubanos que querían lucir un pantalón diferente de la estética soviética o china, el que de la noche a la mañana cambió su propia ley , despenalizando y beatificando los dólares para sus amigos dirigentes, no solo sin indemnizar a los damnificados como Chucho sino sin liberarlos con indultos o amnistías y ni siquiera hacer un mea culpa admitiendo la extrema crueldad de aquella disposición caprichosa, además de ocasionarme arcadas por lo inasimilable e inasumible de su actitud en materia de vergüenza y decoro,  reclamo que ese ser dé cuentas públicamente, ya no solo por el dolor causado sino por la evidencia de que estos caprichos eran producto de una falta total de escrúpulos para mantenerse en el poder, prueba de que en dicha crueldad no concurría ni siquiera la convicción del malvado en el mal, sino la del oportunista en la ocasión.

Al no ser feligrés, desconozco que pretende la iglesia Católica poseedora de un hegemónico poder milenario al simpatizar con un régimen que ostenta un poder sensiblemente  menor y  en decadencia, pero que paradójicamente aún despierta simpatías entre los desposeídos por una suerte de perverso proselitismo.

Pero pienso que de una vez y por todas debemos manifestarnos sin ambages,  sin dobleces , sin discursos por duplicado, sin medias tintas, y decir que una dictadura es una aberración aunque se disfrace de angelical, de solidaria, de paternalista.

No se la defiende, no se la apaña, no se la justifica, solo cabe condenarla o ser su cómplice. 

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28 marzo 2012 3 28 /03 /marzo /2012 23:11

 

 

 

 Dos amigos que aún no se conocían y no obstante se querían, se encuentran bajo la copa de una Palma Real.

_Tenía que haberte conocido antes, que cachondo eres. Y dime un poco, el machismo como lo llevan ustedes?.

_ Nada, igual que tú decimos que todas las personas somos iguales , pero aquí solo mandan hombres, perdón, un hombre: Yo.

_ Qué bueno , igual que yo. Y que bien se lo han montado ustedes durante dos mil años para no dejar escapar ni un gramo de oro, ni un ápice de poder, ¿no?, está bueno eso de llamarnos adalides de la paz después de haber sembrado tanta destrucción. Siempre hay idiotas dispuestos a creernos ,¿no es cierto?.

_ Claro, tú si que eres un bromista. Adalides de la paz, eso está bueno, y lo mejor es cuando decimos que somos los abanderados de los pobres, ( Risas)

_ ( Risas profusas)

_Eso de los pobres nosotros lo venimos diciendo desde hace milenios y yo no sé si recuerdo haber visto uno cuando pequeño.

_ Igual que yo , el hijo de alguna criada, bueno, no nos pasemos, todos esos gandules que se apelotonan para vernos cada vez que salimos a decir lo primero que se nos ocurre, esos son pobres, la verdad es que muy pobres.

_ Tienes razón. Que cachondo eres, toda la vida quise ser como tú.

_ Anda, que tipo tan original! Y yo como ustedes.  Es verdad que yo empecé antes que tú, pero mi estirpe recién se instala conmigo, en cambio ustedes llevan todo el tiempo que quieran, como me gustaría que dentro de dos mil años mis partidarios se elijiesen entre ellos, todos vestidos como yo, de verde y con barba. O con chándal.

_ Ahora no estás de verde ni de chándal.

_ Es que ahora estoy de católico, tú sabes yo soy marxista de Groucho Marx, mi dicho es: ¡ Estos son mis principios; y si no le parecen bien no se preocupe, tengo otros!.  

( Estridentes carcajadas de ambos)

_ Es verdad que tienes esa costumbre de cambiar a cada rato de vereda, que si ortodoxo, que si martiano, que si peronista, que si demócrata, que si marxista, que si guerrillero, que si dictador estalinista, que si religioso, que si guevarista, que si maoísta, que si europeísta, que si Juan Pablista, que si ecologista, que si internacionalista intervencionista militar primero y luego que si pacifista, que si chavista y ahora papista otra vez, ¿ cómo  es posible? ¡ has sido más cosas que Dios!, y es verdad que aunque parezca que cambias mucho no cambias nada, siempre el mismo  bribón ahí atornillado al sillón, ¿es para distraer?, es una táctica brillante, ¿ me la podrías enseñar?. Aunque yo no la podría usar yo tengo que ser siempre igual, prohibir los preservativos , sin importar que mueran millones de SIDA, negar el aborto y condenar a las niñas abusadas, ocultar la pedofilia de los colegas, pero eso sí:  condenar la homosexualidad. Aunque tú con lo de la homosexualidad me ganaste, hiciste campos de concentración para ellos, las UMAP que personaje! ¡Teníamos que habernos conocido antes!.

_ Pero ¿ alguna vez te has creído algo de lo que has dicho?

_ No hombre, no. Vamos a ver, un cura y un revolucionario comunista tal vez si que tengan diferencias, pero ¿ tú yo ?, por favor amigo, nosotros somos la misma cosa, somos los que coordinamos, los que cortamos el pastel.

_ Bueno, la verdad es que de ti debía haber aprendido como es eso de ser siempre igual y conservar el poder, de no cambiar de cuento, de hadas ni de príncipes, no sabes la cantidad de amenazas que me tengo que inventar a cada rato para tener a la gilada belicosa.

_ Bueno, no es mérito mío es una larga tradición, en cambio tu medio siglo, renuente a abandonar la vida, en eso somos iguales, tú todo el tiempo hablando del valor en la lucha de Patria O Muerte, de la batalla, y al final usas quinientas personas como guardaespaldas, y te haces traer hasta una eminencia de España para no morir. Como nos gusta la vida, no hay nada como estar en el sillón ¿no?.  Y yo igual, todo el día hablando del más allá pero no me quiero ir de esta ni loco, se está demasiado a gustito aquí, no sabes como, y donde vivo, es una auténtica delicia. Tu casa será grande pero la mía, llena de arte de todos los maestros, enorme, valorada en más del dinero que existe hoy, con lo que tengo yo comerían veinte planetas como este, todo el mundo durante la eternidad. Ay amigo, lo único que  a veces me da un poquito de cosa es que si Jesús existiese, por más misericordioso que fuese nos colgaba del árbol más alto. Pero al menos me queda el consuelo de que los gustos que nos damos son de record Guiness.

_ No te hagas ilusiones, es verdad que tu casa vale más que la mía,  puede que yo no tenga un Miguel Angel pintado en el techo, pero mi casa es más grande, y tengo más sirvientes, toda esta isla es mía y sus habitante son mis peones  torres y alfiles y mi hermano es la Dama; a los caballos me los cargué a todos, es que ¿ sabes? se mueven en el tablero de manera muy peligrosa!

_ Cuanta razón tienes, nosotros  a cada rato hacemos lo mismo, hasta en el papado lo hemos tenido que hacer, con eso te lo digo todo!.Bueno, venga ese abrazo caribeño, tú, tú, tú sí que eres bueno.

_Nada, viejo lobo de mar como tú no hay nadie, y de gustitos picantes mejor ni hablamos, es que somos la Hostia!

_ Para la próxima nos contamos nuestras historias de milicianas y monaguillos.

 

_ Ojalá mi querido, la verdad es que te admiro mucho , pero ya sabes, cada vez me dura menos la convicción del momento, el año que viene vaya a saber en que andaré, con reyes, con marajás, con Gurúes o quizás si se tercia, hasta con Dioses.

_ ¡ Hereje!

_ ¡ Blasfemo!

_¡ Ese abrazo!

Y se fundieron el uno con el otro como una unidad, para siempre jamás.

 Palabra de honor de viejos escorpiones.

 

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27 marzo 2012 2 27 /03 /marzo /2012 15:44

 

 

 

 

El Che no era español-

Existen múltiples razones por las cuales resulta curioso que este personaje no tenga mayor relevancia en la izquierda de este país.

El Che era de descendencia española entre otras y sin embargo no se reclama autoría por parte de los españoles, siendo que tienen una de las polarizaciones ideológicas más enconadas  en la vida política europea. La izquierda y la derecha tienen muy marcados rasgos identitarios en sus figuras fetiches, en sus pasiones e idolatrías.

Por ello resulta extraño que en España la figura del Che no revista mayor importancia, no esté rodeada de polémica, de partidarios y detractores. 

Durante los años en que se desarrollaron las diferentes guerrillas  guevaristas y crecía la fama del Che alrededor del mundo, así como cuando tuvo lugar su captura y muerte, y los años que le siguieron con el desarrollo de la mística revolucionaria unida a su imagen, España permanecía gobernada por una de las dictaduras más anticomunistas que ha habido en la Tierra, donde se liquidó todo lo que tuviese una extracción ideológica cercana al marxismo, a través de la privación de la vida, de la libertad o del destierro. 

No existió la posibilidad mediática de desarrollar una simpatía hacia la figura del Che una vez muerto, como en el resto de Europa occidental tanto por los comunistas clásicos como por los eurocomunistas críticos de la URSS, que encontraban en él un ejemplo de cómo se marginaba del poder a quien manifestase las diferencias con el imperio del Bien Proletario.  Ni la antipatía de los sectores de izquierda que rechazaban de plano la utilización de la violencia. No existía la libertad de prensa y de publicación para extenderse en la adoración pública o el rechazo de la encarnación del hombre nuevo.

Pero considero que aún concurría una razón de mayor peso para explicar el escaso entusiasmo en la adopción del Che como ídolo de la izquierda.

España, que desgraciadamente es un país que conoció varios momentos históricos en que se impuso la injusticia a través de la brutalidad, había entrado a su mayor período de oscurantismo en la Historia moderna,  a través de una guerra fratricida que la llevó a lamentar la friolera de más de medio millón de vidas perdidas, tras la suma de los muertos por combates y la represión posterior a los vencidos. Esta circunstancia sumada a que los vencedores gobernaron con mano recia los restantes casi cuarenta años de dictadura, dejó una resaca en el subconsciente colectivo por la cual toda manifestación de la violencia  fue y es  enérgicamente rechazada en los años posteriores a la muerte del dictador y en el retorno de la vida constitucional.

Ni siquiera el Partido Comunista suele llevar entre sus banderas la famosa cara sombreada del Che en las manifestaciones. Incluso son contados los más nostálgicos, que hoy realzan los bustos de Marx  Lenin o La pasionaria.

El retorno a la paz en España era mucho más importante que la instauración de cualquiera de los eufemismos para denominar a un  tipo de gobierno, y el arribo a la vida democrática era mucho más importante para el Partido Obrero Socialista Español, e incluso para ciertos sectores de la izquierda más radical, que una dictadura del proletariado, que una sociedad de fuertes antagonismos.

El mayo del ’68 francés se ajustaba más a los intereses de la izquierda española que el Patria o muerte venceremos de la guerrilla guevarista. 

El deseo de poder vivir como ciudadanos franceses o suecos ocupaba más espacio en el imaginario de los dirigentes progresistas españoles que retornar a discusiones ideológicas que habían ocasionado un poso amargo de separación, odio y dolor.

Los encargados de introducir al país en la modernidad europea no ondeaban efigies del Che Lenin ni Mao. Ni siquiera de Trotsky Gramsci o Bakunin, sino que pretendieron la conquista del poder a través del  simbolo de la rosa, de su persuasión y de las evocaciones hedonistas que su color y simbología sugieren.

De ese modo en el país más atrasado de Europa occidental se daba la izquierda más desarrollada, más avanzada, alejada de todo deseo de  derramamiento de sangre, quizás la más militante contra los extremismos, empezando por condenar los de la propias filas trasnochadas.

Se puede asegurar que la fuerza llamada socialista en España modernizó el país depositandolo en una economía pujante en Europa, de tipo capitalista con importantes contrapesos de beneficios sociales. En cuanto a lo económico la izquierda se situó en favorecer el desarrollo capitalista con intervención del Estado, pero en España la derecha no hacía lo contrario, la intervención estatal en la época del franquismo era casi hegemonica. Y en lo social, la izquierda socialista ha sido la fuerza que estableció un claro limite con las relaciones de producción de tipo feudales que persistían en el país impulsandolo no hacia una economía  planificada quinquenalmente donde los medios de producción perteneciesen al estado, sino intentando alcanzar el desarrollo capitalista que se disfrutaba en el área. 

Si despojamos la realidad de discursos y teorías, y analizamos únicamente los hechos ,  fue la izquierda paradójicamente quien más  hizo por situar a España en un lugar destacado de las economías de mercado, entre otras cosas, entrando  durante uno de sus gobiernos en la CEE.

En  todos sus actos reflejos, sus poses y actitudes, encuentro más emparentados entre sí a la izquierda española, con los sectores disidentes de los países del telón de acero, los que poco después de  España comenzaron a hacer su andadura hacia la democracia desde dictaduras del proletariado, los veo más emparentados con las victimas de la  represión en Cuba,  defensores de los derechos elementales de la minorías y el individuo, más del lado de todo elemento crítico, no bienvenido por los populismos, por los amantes de las socorridas consignas de trinchera.  Mientras que a la derecha hispana, en su mayoría muy enclavada en sus orígenes intolerantes, pre modernos,  absolutistas, se la nota muy emparentada con las actitudes autoritarias   que en la actualidad generalmente son propiedad del populismo y de los usurpadores de los verdaderos intereses de los pueblos.

Aún cuando son  irreconciliables en la vida política, izquierda y derecha en España se mezclan en la convivencia de la cotidianeidad, se funden en una realidad que los precisa más que nunca entrelazados, distantes de consignas extremas, de cantos de sirenas, y de himnos incendiarios.

Mientras la rosa del progresismo autóctono ve desde la distancia,  la cola en la que todavía aguarda la imagen del Che para entrar al fetichismo ibérico como elemento contestatario, detrás del Valle de los Caídos, que  aún  se resiste anacronicamente a su demolición.

 

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24 marzo 2012 6 24 /03 /marzo /2012 02:20

 

 

 

Me entristece ver a la gente de La Habana entregada al aterrizaje del Papa.

Concurren varios aspectos que contribuyen en que no me siente del todo bien esta devoción.

La cantidad de vejaciones, de imposiciones, que tuvo que soportar la gente de parte del mesianismo revolucionario fue enorme, a cambio de solo algunas migajas, escasas, entre las que se encontraban dos hechos, que felizmente los alejaban de la parte más nefasta de la Iglesia Católica, una educación basada en la teoría de la Evolución, que frente a la de la Creación dejaba como beneficio inmediato el cuestionamiento a todo poder absoluto, a toda inmovilismo teórico y dogma; y la conversión en obsoletas de las costumbres atávicas y asfixiantes que desde tiempos inmemorables padecía la población  raíz del adocenamiento a que era sometida por los cánones de dicha Fe, como los temores al placer , al conocimiento del cuerpo y del erotismo. Y evitando que la milenaria institución medie en terrenos cívicos y de Salud Publica como son el divorcio y el aborto.

Lamentando sin embargo la pérdida de  lo más valioso de esa religión, su carácter humanitario, la educación en valores que descansan sobre la existencia del prójimo, y en el beneficio de la comunidad, así como la inmensa sabiduría en lides cotidianas y la gran cultura general que constituye su acervo y su tesoro más preciado, infinitamente más que las joyas del Vaticano y de las diferentes  coronas.

Algo más importante si se quiere, es que el verdadero sentimiento religioso había aflorado en medio de la represión del mismo modo que cuando los esclavos tenían prohibida la adoración a las deidades del panteón Yoruba de donde muchos de ellos provenían.

Y se fue dando en la población una especie de sincretismo, la gente nunca dejó de creer íntimamente, pero ya estaban diluidas las costumbres rituales en actitudes y actos reflejos apartados, inconexos con otros, sumamente originales al no poder refrendarse en los demás.

Esto que en un principio podía constituir una rémora, pasó a conformar una bendición ya que permitió el retorno del verdadero sentimiento religioso sin la participación, ni del Estado, ni de la Iglesia, ni de directriz alguna, que deja en situación de pureza a las tímidas, inocentes y primarias manifestaciones religiosas del pueblo lego en esta materia. Como podía ser mi generación sin educación religiosa alguna, con una fuerte predisposición contra la teoría de que la Idea dio lugar a la Materia, pero que no por ello carecía de todo sentimiento de trascendencia, de continuidad de la existencia, de misticismo.

En lo más intimo lamento la pérdida de dos extremos,  que con esta institucionalización y normalización del sentimiento religioso, se extravíe lo más granado en instrucción, en invitación al cuestionamiento y estudio constante de la naturaleza, y por el otro extremo que se desvanezca el uso de los rudimentos , de las utensilios primitivos espirituales, intuitivos, muy personales e intransferibles, para canalizar el sentimiento religioso en detrimento del antiguo, pero novedoso para ellos, instrumento dogmático y de consumo de masas.

También podría haber una tercera y es que lamento que ya se esté instrumentando la religiosidad para canalizar los descontentos, cuando son sentimientos que deberían andar por carriles diferentes, por salud para ambas.

Es como si en el polo opuesto al materialismo que proponía el marxismo, tuviese lugar el nido nuevamente, para la génesis de las más antiguas inquietudes, jamás respondidas por ciencia alguna, preguntas intimas del orden privado cuyo capital es la inquietud en sí, no la respuesta.

Lamento que cuando las futuras generaciones estén perdidas en sus dudas, en sus diversos mundos de fracasos y desaciertos, encuentren apoyo únicamente en elementos fetiche pactados, en convenciones tan generales que no alcancen a llegar a lo más profundo de su interrogante,  de la duda, del dilema, de la angustia que preside la búsqueda del más allá. O del más acá.

Yo, que creía sostenerme en un sistema filosófico materialista que a la postre no deja de ser idéntico al sistema filosófico idealista en rigidez y orden, me sorprendo echando de menos la posibilidad de la verdadera espiritualidad, de la auténtica llegada a la antesala del conocimiento de donde venimos y hacia donde vamos, a través de la conexión más intima con el espíritu que nos acompaña desde los principios de los tiempos, y que ya nos está acompañando en lo que será el mañana. Habida cuenta de que todo transcurre aquí y ahora, y que por ende todos los tiempos están presentes a la vez.

Lejos de ver la afluencia colectiva y de masas a esta nueva forma de Fe como una contrapartida, un contrapeso a la uniformidad, a la disgregación del individuo que plantea la dictadura del proletariado, lo veo como su continuación, su hermano gemelo igual de absolutista. Otro plato en la misma cena.

O quizás todo sea más práctico, cuando para conectarse con el más allá se precisen solo unos minutos frente a una imagen, con unas  pocas palabras ya establecidas y una o dos persignaciones; en lugar de perder el tiempo inapreciable en hallar el correcto camino en el campo, las botellas exactas, y el tono preciso en sus cuerdas vocales, cuando ora vencidos ora vencedores, le dedicamos con inocencia y perplejidad  nuestros cantos reciclados a Babalú Ayé.

 

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23 marzo 2012 5 23 /03 /marzo /2012 02:02

 

 

 

En Tordesillas, un hombre se acercó a la estatua de la reina de Castilla, Juana la Loca, como llevado por un ánima en medio de la noche, sin fuerzas en los pies para llegar más allá del monumento frente a los muros de casa del Tratado y al lado del sitio en que estuvo el Castillo donde la habían alojado por más de cuarenta años, acusada de demente por su familia para usurparle el poder. El hombre se quedó mirando fijamente los ojos de la estatua de bronce, soltando los prejuicios, dejando que apareciese lo que debiera aparecer, habló con ella, le dijo que era su fiel servidor, que él sería un caballero que no permitiría las vejaciones y los abusos que sobre ella cometieron su padre, hijos y apoderados, le dijo que sería un honor para él luchar por ella. Se sentó luego en un banco de hierro al costado de la estatua, y le reveló que ya nada significaba algo para él, se levantó nuevamente para despedirse de la estatua como corresponde a un caballero y tomar el camino del río, entonces ahí de pie frente a la estatua bañada desde atrás por la luz de un farol, ella bajó la vista y le dirigió una mirada firme y tierna a la vez, alzó una ceja y luego la luz de otra farola le ilumino la cara, el hombre pudo ver el rostro de la reina plagado de la más eterna de las corduras, de las marcas del dolor y la traición. Desde ese momento en que sintió un escozor por todo el cuerpo, un cimbronazo recorrerle la espina dorsal, se dirigió a mirar el río Duero desde el majestuoso puente medieval de la ciudad, pero ya no con la idea de tintes trágicos que llevaba en un principio.

Como si quisiese buscar a mi Juana, cada día bebía con mayor profusión, y lo notaba en la rapidez con que me hacía efecto y la dificultad de levantarme al día siguiente, pero había algo más. La borrachera se empezaba a componer del lamento fracasado, de un maremoto de gritos, cantos, bailes y escenificaciones que se convertían en piruetas peligrosas, a las que cada noche acudía mayor cantidad de tiempo y en la que me perdía cada vez más hacia su interior, una vez que empezaba a beber era como una carrera vertiginosa hasta alcanzar la narcosis, la semiinconsciencia.

La gente a mi alrededor tomaba la droga líquida como un medio para ligar, para desinhibirse o para soltar otras ataduras de sus diferentes timideces, yo diría que me ocurría eso pero profundamente, como si necesitase llamar a un monstruo que habitaba más allá de la timidez, en una caverna que solo se podía comunicar con la luz de la superficie de la vida ordinaria, de la normalidad, a través de una cascada de bebidas espirituosas continua, y eso le permitiese trepar a través de ella como si fuese una liana hasta la superficie y liberar su exhalación hecha aliento, su terror, su llanto agudo y a la vez sórdido, ancho y gris, eterno y seco, como un manotazo de una inmensa mano sobre una mesa.

La bebida me ataba a su barca cada día, como si hubiese jurado lealtad a un laberinto con una sola salida.

Bebía para recobrar la vida, para encontrar algo que la justificase, para encontrar en medio de una multitud de simulaciones, de gestos aprendidos, de rictus incorporados, a mi verdadera ánima, no al encuentro del grito sino al verdadero silencio de mi existencia, a la desnudez y la ternura de la mirada de mi particular reina Juana.

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21 marzo 2012 3 21 /03 /marzo /2012 20:13

 

 

 

Entrevista concedida al periodista y escritor Alvaro Alba.

 

Álvaro Alba (Cuba, 1963) vivió en la URSS, luego en Ucrania y Rusia, y ahora en Estados Unidos. Llegó a Odessa en 1982 donde consiguió el Master en Historia. A tenor con la “perestroika”, fue uno de los organizadores del grupo de jóvenes cubanos que se pronunciaron contra Fidel Castro en Moscú. Escribió para la prensa independiente de Ucrania y fue asistente en la corresponsalía del madrileño diario ABC en Moscú.


¿ Ser un familiar del Ché, ¿Cómo ha repercutido en tus opciones de vida, tanto políticas, morales, éticas, religiosas, etc? ¿En ser o vivir de determinada manera?

Hasta los diez años, momento en que nos trasladamos con mis padres y hermanos a La Habana desde Buenos Aires, yo no tenía ni idea de que era sobrino de tal personaje. Conocía a mis tres tíos y sabía que tenía uno que había fallecido. Al llegar a La Habana, nos esperaron con pompas y honores, nos llevaron al Hotel Habana Libre a vivir, con todo a nuestra disposición, y entonces me enteré que tenía un tío que había sido como los héroes de comics y personajes de Emilio Salgari que me gustaban y allí surgió la primera contradicción, desde el primer día. Me dijeron que mi tío, el Che, había hecho una Revolución y muerto intentando hacer otras para que todos los niños del mundo fuesen iguales, y justamente ese mismo hecho en ese mismo día me convertía en un ciudadano VIP, diferente a los otros niños.

A partir de los diez años y hasta que me aislé absolutamente de todo foco donde el Che tuviese alguna relevancia, y viví sin que nadie supiese que era su sobrino, toda la vida tuvo influencia sobre mi persona, incluso cuando lo ocultaba y llevaba la vida normal que llevo ahora, porque en cierto modo es un estigma, que es positivo y también puede no serlo tanto.

El sedimento que dejó e mi vida, es una voz que dice dos cosas, “haz lo que creas que debes hacer cueste lo que cueste” y la otra es “donde quiera que veas una injusticia sé capaz de conmoverte con ella”. Donde quiera y a manos de quien quiera que la haga. Luego un tercer aspecto, que puso su vida en lo que pensaba, se involucró sin medias tintas.

En las opciones de vida que me marcó fueron las opuestas, cuando adolescente en ser un antihéroe, un antisocial, o como el término marxista indicaba un lumpen, que era un desclasado social, en este caso no proveniente del proletariado sino de la pequeña burguesía.

Puedo coincidir en cierta arista de él con el aprecio por el  hombre  solitario, por el errante, de no demasiada buena fortuna, el perdedor con dignidad que se transforma en el ganador a la postre, pero se puede decir que ya era mi tendencia, ya que mi padre es un hombre de valores muy claros y diáfanos, que en el corto tiempo que vivimos juntos alcanzó a dejarme un poso de mensajes en el sentido en que lo importantes ser una buena persona, que al final del camino eso sea lo que quede. Aunque es muy probable que mi padre o bien haya rescatado algunos de esos valores de su hermano mayor, o de la misma fuente que él los había mamado. Otra cosa es por los derroteros que luego la vida los condujo como personas, pero aquel era el mensaje en el seno del hogar.

Por el contrario, yo nunca fui revolucionario, ni creí en tal solución para nada. Por no verlo como nada productivo y también por carecer de madera para ello, como todos los familiares de Ernesto, excepto mi padre y mi tía, parece que él absorbió todo lo que se precisaba en materia de valor y coherencia. No me atrae la política de masas en ninguna de sus vertientes, ni el mesianismo de ninguna de las formas que se presente, pero mucho menos aún obteniéndolo mediante la violencia, ese es el sino y la cruzada de mi mensaje. El daño solo acarrea dolor.

 

¿Has tenido una vida privilegiada en algún sentido por tu conexión con Guevara?

En parte está respondido en la primera pregunta. Y extendiéndome un poco más, puedo decir que sí, en parte, y no parte.  

Mi familia sufrió el exilio de la Argentina por los gobiernos de extremismo de derechas, donde la persecución era al militante socialista, o al que tuviese ideales en ese sentido, no precisaba ni ser revolucionario al uso, con ser un estudiante progresista emancipado, podía ser desparecido. Durante el tiempo en que esto tuvo lugar en todo el cono Sur de América Latina, allí mi parentesco no representaba una ventaja frente a los demás.

Pero en nuestra estancia en Cuba, era todo lo contrario, vivíamos por encima en todos los  vectores en que se analice a la población en general.

Sobre esto, el peso del mito sobre un joven inquieto, y las más disparatadas anécdotas de La Habana en los ochenta, estoy escribiendo un libro en colaboración con Adrianne Miller, una persona que debió abandonar Cuba de adolescente, con la diáspora conocida como los Pedro Pan, y que entre ellos y yo encontramos un punto de confluencia en ideas, sensaciones, percepciones, aún cuando provenimos de los extremos opuestos por nuestra historia familiar. En el libro que saldrá en los próximos meses, amplio generosamente el espíritu de la respuesta a esta pregunta.

¿Cuál es el recuerdo personal que más acude a tu mente en relación con el Che?

Cuando yo nací el Che ya era ministro de Industria, y solo visitó la Argentina durante unas cuantas horas para entrevistarse con el presidente Frondizi, cuando yo era un bebé, por ende yo no lo conocí. Pero en relación a él, sin lugar a dudas el recuerdo que más me queda es la frase pioneril matutina: “ Pioneros por el comunismo; Seremos como el Che!” Por la carga abstracta que para un niño esto tenía agravado por el parentesco. Con relación a una percepción de lo que pudo ser mi tío, el carácter valiente dispuesto y siempre presto a leer y viajar de mi tía, su hermana inmediata, y la lealtad de mi padre a su persona son lo más cercano que tengo. Y aunque ambas sean intangibles están grabadas en mí ser a fuego, para lo bueno y lo malo.

Hay una tercera que cuando era un joven díscolo y desaliñado me repetían desde todos los sectores: “Si tu tío, volviese a nacer y te viese lo mal estudiante que eres ( por ejemplo) se volvería a morir.” Y curiosamente es eso lo que pienso que le pasaría si reviviese y viese en lo que sus compinches se han convertido.  

¿Donde quiera que viajas alrededor del mundo encuentras a alguien con una camiseta del Che. ¿Piensas que el mundo realmente conoce al Che o conocen al Che de Fidel Castro?

En efecto, aprendí con los años a sustraerme de que ese hombre del cual es la foto más reproducida del mundo, es el hermano de mi padre, por simple salud mental. Creo que con conocen lo que era, lo que hacía ni lo que significaba, cada uno le otorga una simbología acorde con los objetivos que persigue en ese momento, un joven anarquista de Cristiania en Copenague me dijo que él pedía marihuana libre y por eso usaba al Che, porque representaba el antisistema. Yo  desde luego no me consideré en lo absoluto en el derecho de sugerirle otra camiseta ya que mi tío, ni nadie de mi familia concilia bien con ese reclamo, más bien todo lo contrario. Y como esta anécdota hay cientos, pero al Che se lo suele encontrar en el mismo lugar que a Lennon y a Bob Marley. A Fidel no.

Son dos personas absolutamente distintas, y no lo digo como dicen los defensores de Fidel, porque él esté vivo y Ernesto haya muerto, aunque ese no sea un detalle menor. Sino porque uno era marxista leninista y el otro marxista Groucho Marx, por aquella famosa frase: “Tengo estos principios; y si no le vienen bien no se preocupe tengo otros”. 

¿Le llamaron “El Guerrillero Heroico” y hasta escribió un manual para la guerrilla ¿Por qué fracasó el Ché en sus experiencias guerrilleras fuera de Cuba?

Una novia suya , comentaba que Ernesto no hacía nada bien, y sin embargo era genial, estando cerca suyo se sentía estar frente a una personalidad muy fuerte; pero ello no solo no garantizaba el éxito, sino, y esto es cosecha propia, que formaba parte del atractivo espíritu del ser trágico, del hombre que temerario que conduce hacia el fracaso irremediablemente , pero que como dije antes, ese fracaso lo conduce a una victoria a largo plazo, póstuma, aún cuando no hubiese sido famoso, no me refiero a la celebridad, sino al enigma que ejercen las personalidades que teniendo todo a favor para conformarse con algo, siempre buscan lo imposible, van hacia más allá del límite, tras el cual irremediablemente encuentran el vacío.

Esto es a mi juicio, y es lo que a mi resulta atractivo de mi tío. 

¿Desde tu punto de vista, ¿Crees que si el Che viviera en el mundo de hoy, haría lo mismo?

No puedo considerar estos futuribles. Lo que sí creo es que pondría el cuerpo en lo que dice, si dice ser un revolucionario estaría en las selvas, en las trifulcas, en los sitios de problemas, no en los manjares y festines. Y si estuviese en ellos diría que quiere comer langosta y beber champán. Porque así hizo siempre. 

¿Qué tanto te ha tocado el mito del Guerrillero Heroico?

Ha sido muy difícil cuando era adolescente varón, en una familia y en una sociedad ciertamente con características si bien no machistas en lo referente al sojuzgamiento de la mujer, sí en lo tocante a las virtudes cultivables de la hombría. Una persona con tanto fracaso como dices en la praxis, pero tanto éxito en el imaginario de la virilidad, es muy difícil de emular, aunque esa lucha se da con el padre, mi padre ya lo era en sí, porque es lo que se conoce como un tipo duro, pero el alcance de la sombra del mito del Che me alcanzó de lleno, y salir de este me costó lo mío. Por supuesto que no puedo culpar al Che, ni a nadie, de los problemas de los tropiezos ni las flaquezas de mi  vida, como la de cualquiera, pero si cabía se hacía más difícil, cuando me autocomparaba, aunque fuese de manera inconsciente  con mi tío. 

 ¿Otros parientes de Ernesto como la viuda Aleida, sus hijos Hilda, Camilo o sobrinos como Canek Sánchez Guevara, han publicado libros, ofrecen conferencias, participan en foros etc. ¿Cómo convives con este “constante volver” a la figura del Che? 

Por circunstancias que cuento en el Memoir, yo me fui de la sombra de mi tío, y logré que todo mi entorno sea libre de la contaminación Guevara. Mis amigos, en mi trabajo, mis vecinos, ni mis parejas, hasta mi esposa no sabía en un principio que era familia de Ernesto, llegar a tener todo por mí mismo, aprecios y rechazos por mi persona y nada más, y ganarme la vida fuera de los ámbitos de la izquierda, de Cuba, de los partidos afines al Che,  no solo me hizo muy bien, sino que me salvó.

Yo no hablo de mis parientes, en todo caso nunca negativamente, cualquier entuerto lo dejo para el consumo y ripio interno, y no me importa si previamente alguno habló mal de mí, creo que hay que marcar la diferencia, no se corrige el canibalismo comiéndose a los  caníbales.

Creo que ha sido suficientemente duro tener que aguantar esa losa para los sobrinos como yo, así que imagino que para hijos es muy duro.  Yo los quiero mucho en su medida a unos más que a otros, claro, pero no tengo nada ni contra los peores hombres de la humanidad, imagínate como lo iría a tener con ellos, con independencia de si es correspondida la actitud. Que hagan lo que quieran, que vendan lo que quieran, tienen derecho. Lo único que les recomendaría a ellos y a todos, es coherencia en la vida, nada más. No creo que alguien esté capacitado para decirle a otro lo que debe hacer de su vida, ni se me ocurriría aceptar que alguien me diga ni lo hago yo. 

  

 ¿Qué relación de convivencia te une con el resto de la familia Guevara? 

Siempre fui un elemento discordante, polémico, por diferentes razones en distintas épocas, nunca participé de la normalidad total, en una familia que por otro lado, nada tiene de normal. Pero debo decir que es una familia divina, aún cuando en muchos momentos pensaban muy distinto de mí y públicamente cando en su mayoría me dieron la espalda, en privado siempre me dieron afecto, hay personas como mi tía que considero portadora de las enormes virtudes del siglo XX, una gran persona con mucha valentía para vivir la vida como ella decide, para ayudar a los demás en circunstancias de mucho peligro. La vida me ha enseñado que las mujeres son mucho más duras cuando lo son y virtuosas que el más virtuoso de los hombres al contrario que lo que el machismo suele sugerir. Así como lo veía a mi abuelo un gran hombre. Es una familia que ha pasado por muchas cosas muy duras a partir de la fama de Ernesto, antes eran una familia muy acomodada, pero la diáspora tuvo lugar y nunca paró del todo, una vez que se desata nada regresa a su sitio.  Todos, los que más y los que menos hemos perdido y ganado algo extra en esta aventura. Pero unos más que otros.

¿Cuáles crees que son los aportes positivos y negativos de Guevara a la sociedad?

Es muy pretencioso de mi parte decir taxativamente algo así, como una categoría. Pero creo que el ejemplo de la coherencia con lo que se piensa sería para mí lo bueno, y el despropósito del mesianismo, de pensar que a través de la voluntad se consigue transformar la realidad, sería lo que yo percibo como erróneo. Sin entrar en el terreno de los actos, ni los altruistas ni los reprobables ni los censurables.

Ernesto Guevara es una personalidad apasionadamente amada y odiada por unos y otros. ¿En este sentido quiénes están más cerca de la verdad? 

Todo en la vida es una moneda de dos caras, según lo que les haya tocado a cada uno. Un mismo cuchillo a una persona le sirvió para cortar unas verduras, y a otra para cortarse un dedo, luego cada uno habla del cuchillo con diferentes muestras de apego.

¿Te consta que Guevara se graduó como médico o es parte de la leyenda?  

 Me consta que no llegó a ejercer como médico en un consultorio por sus actividades de todos conocidas, pero también curó a más gente que muchos médicos. Y sí te puedo decir que a contracorriente eligió la carrera, era médico de vocación. De lo demás no tengo noticia.

¿Cuál ha sido el juicio más errado para calificar a Ernesto? 

 

 El hombre nuevo.

 

Era un hombre de valores antiquísimo, de los valores del aventurero y el guerrero de todas las obras clásicas, con toques muy de la época por supuesto.

 

La intención que permanecía en Cuba alentada por Fidel de que todos fuesen como el Che, y te invitaban por ello a ser ciegamente obediente a toda jerarquía sin analizar ni debatir, cuando hizo lo contrario en todo a lo que se suponía que debía hacer, incluso en lo referente a como la URSS pretendía que se comportase. Pero también debo decir que pienso que desde la izquierda querer presentarlo como el ejemplo de hombre nuevo es un error porque el modo de sociedades autómatas en que aquellos grandes modificadores del mundo queríamos que viviésemos, solo con motivaciones morales, no materiales, con todo controlado, con todo hecho está demostrado que es absolutamente inhumano;  no me refiero al carácter cruel, sino a que es antinatural en el hombre, sencillamente no es viable, carece del más mínimo atractivo.

 

También me gustaría apuntar que por lo general conviene guardar distancia con las versiones  oficiales de los acontecimientos que se suelen presentar para ser consumidos por la Historia de manera impoluta y conveniente. En la cabeza de mi tío probablemente anidasen inquietudes, fuerzas, impulsos que quizás no estuviesen todo lo cercanos a esas ideas altruistas, a las ideologías de ningún Partido, a veces más allá de la propia conciencia. Siempre sospecho mucho de las intenciones declaradas, y creo que en el inconsciente radica la mayor parte de la explicación real de las cosas. Con lo cual, no solo en el caso del Che, naturalmente, sino en casi todas las excusas o explicaciones oficiales que ofrecemos para justificar nuestros actos, pienso que se oculta, más allá de nuestras intenciones una razón casi siempre más estrechamente ligada a los amores primarios, a los deseos y frustraciones más íntimas, en definitiva más cercano al revoltijo de ruidos y sensaciones que se tienen en la boca del estómago, que al auxilio al niño hambriento de África.

En Cuba se cuenta una leyenda rosa sobre el Ché; en el exilio, a partir de testimonios, se ha compilado su contrapartida ¿Cuáles son sus conclusiones?

La de las dos caras de la moneda, que es en se sentido que estamos  haciendo la colaboración Adrianne y yo.

Y estamos dando nuestro testimonio a quien lo precise de la posibilidad de la tolerancia, del afecto, de la paz entre las partes, de que hacer un mundo mejor es posible, que hay que comenzarlo desde la base como las casas, que hay que escuchar al otro y saber que en algo tendrá la parte de razón que nos falta y con la que podríamos hacer un todo, que entender que el mundo es para todos, y los países son de todos sus habitantes. Mis conclusiones son que el día que entendamos que todos los cubanos tienen los mismos derechos en Cuba, y las personas en mundo,  construiremos sin lugar a dudas,  no sin esfuerzo y sacrificio de todas las partes, pero con una gran satisfacción, una Cuba y un mundo  donde no quepa la exclusión de ninguna idea, de ninguna anhelo siempre y cuando sea con respeto por el ser humano.

 

La entrevista fue publicada abrevida en algunos items.

 

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20 marzo 2012 2 20 /03 /marzo /2012 20:27

 

 

 

 

El surtidor se detuvo repentinamente y el empleado nos dijo que lo sentía pero que nuestro crédito no llegaba a más, habíamos alcanzado el límite que le estaba permitido al padre de mi amiga, entonces le propuse que si le echaba diez litros más le pagaba por encima con dos dólares. Trato cerrado. Fue a buscar un latón un embudo y una manguera y nos terminó de echar lo que habíamos acordado.

Manejé hasta su casa y la dejé con el Lada. Teníamos que devolverlo con algo de gasolina en el tanque si queríamos volver a usarlo otra vez.

Me despedí y fui a sentarme en la parada de la guagua que me llevaría a casa. Me sentía bien, había pasado una semana en Varadero soltando toda la adrenalina que me sobraba, el festival era lo de menos, aunque  había estado muy divertido, pero lo que me recargaba las pilas era el buceo y nadar en aquellas aguas turquesas de temperatura perfecta y luego salir a aquella arena a dejar que los bichos de la imaginación hiciesen su trabajo mientras me secaba al sol. La guagua demoraba  mucho, así que me dispuse a caminar unas seis cuadras donde se tomaban otras dos además de aquella, el problema era que llevaba el petate al hombro, no contenía mucha ropa pero sí un cinturón de plomos  y las patas de rana, que incomodaban un poco al andar.

En el camino encontré abierta la cafetería que me temía estuviese cerrada. No había casi nada como de costumbre, así que me pedí una línea de ron y me senté en la barra.  Dada la cercanía y el volumen de la misma no tuve otra alternativa que  escuchar la conversación de los parroquianos vecinos, pero en La Habana lo indiscreto era mostrarse discreto así que giré mi banqueta al grupo y sonreí. De a poco la sonrisa se me empezó a desdibujar.

Estaban comentando una noticia fresca, que más que una noticia era un trascendido a modo de rumorología como se comunicaba en La habana lo que olía a verdadero, que iba por fuera del Granma y el Juventud Rebelde, en otras palabras: todo, con excepción de la fecha y la meteorología. Incluso las noticias  ya publicadas rubricadas y aceptadas por la población como ciertas, se refrendaban en los discutideros y mentideros de la calle, con volumen de voz más o menos alto según el tenor de la información. Decían que iban a echar al cantante de salsa Oscar de León de la isla. Que las autoridades le habían recomendado no ponerse el tremendo crucifijo de oro en el cuello, en la actuación del festival de Varadero que esperaban fuese todo lo multitudinaria que de hecho fue, y se lo puso. Yo no daba crédito a lo que oía, habían ido grupos  de rock como los húngaros Lokomotiv LTG a tocar y yo los había visto en el teatro Karl Marx con crucifijos,  dicen que también lo llevaba Billy Joel, pero a ese concierto solo pudieron acudir militantes del Partido y de la juventud comunista, ni un solo elemento humano que se pudiese considerar auténtico público.

Y es verdad que no tenía en mente muchos más ejemplos de personas que pudiesen manifestar su religiosidad a través de las indulgencias , de los elementos fetiches de las mismas, pero creía recordar que todos me contaban que cuando bajaron de la Sierra Maestra muchos rebeldes lucían en sus pechos al aire sendos crucifijos, incluyendo al mismo Fidel.

Lo cierto es que  aunque yo no asistí a ese recital ya que no me apasionaba la música de Oscar de León, lo había visto a él en el lobby del  Hotel Internacional y sí que no pude dejar de mirar la cruz de oro que llevaba en el pescuezo, era verdaderamente llamativa  y de un gusto que lnvitaba a dudar si no habría sido ese el verdadero motivo de su expulsión. Pero les pregunté que como sabían que lo habían expulsado , les dije que yo venía de allí, y que aunque se hubiese acabado hacía tres días el festival , nadie comentaba nada en las calles ni en los bares sobre esa noticia. Me dijo uno de los tres que se lo había comentado un  periodista en la UPEC hacía un par de horas, que él había ido a buscar a su novia trabaja allí y escuchó el comentario.

Pasaron los días y supe que a Oscar de León no lo habían echado de Cuba, aunque quizás sí habían estado algo molestos con él, ya que lo  cierto fue que no lo dejaron volver otra vez, y la versión semi oficial, o sea la que no salió en los periódicos pero sí se podía repetir por la calle sin problemas, era que a su llegada a Miami lo presionaron sus sponsors para que hablase mal de Cuba y así lo hizo.  Yo me preguntaba como podía ser que si sabían que lo habían presionado lo culpasen de algo tan habitual como era hablar mal de lo que estaba mal. Aunque esto no validaba por sí la inmediata versión underground del trío noticioso, les otorgaba el beneficio de la duda.

A lo largo de los doce años que viví en la isla si bien no estaba perseguida penalmente la práctica de la religión o sus ritos, con  excepción de los testigos de Jehová y los Abacuá o el ñañiguismo que eran derivadas de las creencias africanas con deidades del panteón Yoruba, sí es verdad que a nadie que no tuviese ochenta años y por ende atesorase el deseo de alguna clase de futuro, se le ocurría colgarse una cruz , ni veinte veces más pequeña y de metales menos nobles que la del cantante de salsa. Las iglesias eran solo visitadas en las misas dominicales por ancianas o feligreses que  por alguna otra causa, ya estaban muy jugados y no temían una nueva mancha en el expediente.

No iba preso quien acudiese a un centro de culto, pero se debía olvidar de ascender el más mínimo escalón en su profesión, de salir del escueto salario de 98 pesos, por supuesto olvidarse de tener la posibilidad de viajar algún día, de tener acceso a un automóvil, a una moto , a un aire acondicionado, ni siquiera a cenas en restaurantes que se daban por los CDR o por los centros de trabajo. No debía albergar el más mínimo anhelo de que se lo tuviese en cuenta para los beneficios, y encima cada vez que había algún hecho que se consideraba atentado a la Revolución, y se precisaba un sospechoso desafecto del sistema, los agentes del MININT no dudaban en hacerle la visita de rigor, solo para tener una conversación informal.

En fin, hace mucho no vivo en la isla. Y me dicen que las cosas están cambiando, y algunas cambiaron hace muchos años, como cuando el anterior Papa polaco anticomunista visitó la isla recibido con pompas del Estado.

Dicen que esta visita Papal que se avecina unirá a todos los cubanos, pero que tendrá  como fin darle un tiempo más de vida al régimen, amigar poderes que nunca debieron estar enemistados, ya que nadie, puede estar medio siglo gobernando un país , excepto un Papa, un dictador o un rey. Me cuentan que Cuba ha cambiado que ahora se puede hablar, que el Obispo sale por la televisión y que se transmite en Miami.

 Mientras, otros amigos me cuentan que la gasolina sigue estando regulada  para cubanos, como todo en la vida cotidiana y si la quieren deben pagar por fuera algunas divisas, como antes, solo que ahora con Euros y con  bastante más que dos. Estos me cuentan que en esencia nada ha cambiado, que los desafectos son más pero  continúan yendo a prisión, que siguen los mismos en los mismos sillones, y que aunque hoy te permitan ser católico, incluso parece ser promovido el deseo institucional de que así sea,  me confirmaron que los religiosos aún son los que no viajan, los que no ascienden en el empleo, los que no mandan. En fin, que puedo seguir encontrando la información fiable en las caladeros de charlatanes y chismosos de la ciudad, más que en la prensa oficial,  y dicen que en el Granma  ya solo queda de noticia fiable el estado del tiempo.

  Porque escamotean hasta la fecha, no hay esfuerzo ya que las autoridades no estén dispuestas a hacer para detener la llegada del mañana.

 

 

 

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