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El blog de martinguevara

Angel Carromero, rehén VIP

31 Diciembre 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

 

 

Hubo un estruendo , un silencio y la convicción de haber entrado de cuerpo entero en alguna de sus peores pesadillas, en una auténtica tragedia.

No alcanzaba a saber bien en que lugar estaba cuando ya le habían comunicado que de sus compañeros de viaje, los dos cubanos habían muerto y el sueco ya había abandonado la isla rumbo a su país. Le dijeron que la cosa no pintaba demasiado bien para él.

En ese lapsus se movilizaron procesadores y generadores de opinión decantados con mayor o menor claridad hacia un lado u otro de los fervores que supieron despertar el medio siglo de hegemonía gubernamental en la isla de Cuba. Más bien furibundos hooligans de las insignias de una y otra orilla presentando pasión más que razón, toda vez que no queda ni rastro de las posiciones ideológicas asistidas por la pizca de seriedad con que solían apuntalar sus respectivos discursos, los enemigos dialécticos de antaño.

Se movilizaron junto a la información todo tipo de versiones, sostenidas por la sospecha, basadas en conjeturas, se abrió un frente que sin embargo no llegó a fraguar en intensidad ni en dureza, como otrora lo hicieran las diferentes batallas de opinión sostenidas entre la dictadura cubana y el resto del mundo, un tanto por el visible desinterés en la riña como táctica, por parte del ejecutivo de Raúl Castro a diferencia de su hermano Fidel, y por otra parte por las delicadas negociaciones que esperaban para ser atendidas, con el fin del retorno del mitad temerario y mitad infausto dirigente de las Nuevas Generaciones del PP, partido que actualmente preside con mayoría absoluta el gobierno del Reino de España.

Ángel Carromero se había dirigido a Cuba, para reunirse presuntamente y llevarles fondos de manera clandestina a dos de los más exquisitos disidentes que cualquier político extremista puede desear como oponente, para la organización a que pertenecían, con la fatalidad de que ambos murieron en un mal llamado “accidente” que transcurrió con él al volante.  Tanto si se atiende a la versión que sostiene la familia de Payá, según la cual fueron embestidos por detrás hasta salirse de la carretera y colisionar con el árbol fatídico, o si se cree la versión oficial, que asegura que Carromero no pudo controlar el vehículo por la velocidad y el estado de la carretera, la denominación del hecho como accidente es errónea, en el primer caso se desprende por lo evidente y en el segundo porque el ciudadano Ángel Carromero tenía retirados los doce puntos del carnet de conducir en España por diferentes infracciones y temeridades al volante, solo que aun no se había procedido a la retirada física del carnet. Si se conduce un vehículo en esas circunstancias, la tragedia es fruto de la     consecuencia, no del azar.

La perspectiva de cuatro años de prisión pendió sobre su ser. Según desde el ángulo desde el que se lo mire era terrible o una bendición. Para cualquier cubano eso sería como un sueño, solo el participar de alguna manera en la financiación de la disidencia, comportaría una cantidad ingente de años de condena, y si encima se era responsabilizado de la muerte de dos personas, cuatro años tendrían sabor a manjar. Pero desde el punto de vista del dirigente político en carrera hacia las fases superiores del Partido, cuatro interminables años en las cárceles cubanas, así fuese en la sensiblemente mejor prisión para extranjeros, sería la concreción de una de esas pesadillas de ubicación no demasiado nítida entre la remembranza y la premonición.

Al cabo de una serie de negociaciones llevadas a cabo con la prudencia y el escepticismo político necesarios para arribar al éxito, el dirigente a medio camino entre el héroe y el villano fue trasladado a España, para ser ingresado en la también nada ordinaria prisión de Perogordo, en Segovia, donde suelen pernoctar los reos VIP del panteón ibérico, sus ineludibles veladas a la sombra de la justicia.

Alrededor de dos mil cuatrocientos españoles están detenidos actualmente fuera de España en prisiones de todo el mundo, el 83% por delitos contra la salud pública, en su mayoría casos de pequeños tráficos de estupefacientes sin intervención de hechos de sangre. Es de recibo preguntarse si no habrá tenido algo que ver su filiación y cargo político en la prontísima puesta en marcha del convenio bilateral de sentencias penales firmado entre el país europeo y el caribeño y no sería descabellado asimismo, solicitar una explicación de con que fondos se atendió a este nebuloso caso especifico.

En la cálida perla del Caribe, los presos juzgados y condenados por delitos de mucha menor enjundia que los cargados sobre la espalda de Ángel Carromero, tanto los considerados presos políticos como los presos comunes por causas que solo en Cuba se penalizan con ingreso a prisión, conforman una abultada cantidad, aunque ciertamente imprecisa por la carencia de un portavoz único y fiable,  y en ese caso también corresponde preguntarse que negoció el estado de Cuba para que se diese carpetazo sobre el fallecimiento de dos militantes políticos, de dos ciudadanos cubanos, de manera tan ambigua y poco clara, y aunque solo fuese por respeto a todos esos presos que permanecerán hasta más allá del agotamiento de las reminiscencias y presagios de la más persistente de sus antiguas pesadillas,  invitar a que aclaren cuales fueron los privilegios y las prebendas aplicadas en este turbio caso, rodeado de velos y candados echados desde las correspondientes orillas de los antiguos contendientes. 

 

 

 

 

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Siamés

26 Diciembre 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Por más buena persona que intentes ser, por más solidario y entregado, no te hagas ilusiones, eres totalmente prescindible. Todo lo que no sea la desnuda soledad con que nacimos es una ficción que incluso puede ser muy bienvenida para recrear fantasías que apuntalen las flaquezas del ego. 

 


Per estarás solo contigo mismo, y eso será en el mejor de los casos, siempre que no olvides del todo brindarte algún homenaje de vez en vez, regalarte un guiño y no perderte en el magma de la insignificancia, en el calmante universo de la impersonalidad desde el cual no hay vía de retorno. Si entiendes eso amarás en la justa medida a tu propia persona en relación con los demás.

 

 

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Bife de lomo en aceite inglés

24 Diciembre 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

 

 

¿ Por qué me consigue poner más redondito y atómico, una mujer saliendo a atender la puerta en ropa interior, que ella misma paseando en verano con un bikini, incluso de menor talla?
Hace tres días me pesqué una descomposición de estómago tremenda, un dolor de barriga agudo en el costado y la sensación física de haber sido sorprendido por Mike Tyson minutos después de insultar a su abuela, abundaron pastillas, tés, corridas al toilette, súbitamente las heces se me disparaban en cualquier dirección, con la suerte de que las tazas de water fueron ideadas para contener cualquier "shot" que no sea hacia arriba. 
Pensé que se trataba de cieguitos. 
O que podía ser una indigestión por unos ravioles de gorgonzola made in Alcorcón, con mantequilla derretida y queso Zanetti de meses de almacenaje. O tal vez unos bocadillos modestos que los asturianos llaman "pinchos" y que estando allí destinado por trabajo, tuve a bien ordenar dos, de lomo y de pollo rebozados en aceite de más de una fritura. El famoso aceite ingles de los mil demonios usado para las fish and chips, importado en exclusiva para mi pincho de materia cárnica rebozada.
Tras tres días así arribé a la conclusión de que debe ser más bien virus, una gastroenteritis be bop más que oportuna. Pero si la providencia quería expresarse, hacerse oir, irrumpir en modo de ser atendida con certeza, lo logró, ahora le pedía por favor que se manifestase, que se explicase, que me pusiese al tanto del significado de esta terrible diáspora de interioridades en la víspera de la Nochebuena.
Mi mujer y mi pichón se mostraron dispuestos a deshacer el atractivo plan de viajar trescientos cincuenta kilómetros a Madrid, para intercambiar unas voces en el más genuino estilo ibérico en el fragor familiar, en el seno del amor filial. Claro, algo cambiaba, no manejaría yo. Les dije por supuesto que ni se les ocurriese, que yo me sentía con fuerzas para seguir yendo de la cama y el living al inodoro como un poseso. 
¡ Ay si te hubiese tocado en Estados Unidos donde no conocen las bondades del bidet!
Casi los tengo que empujar para que subiesen al corcel metálico tuneado por las maniobras de parking de mi amada esposa, ella quería ver a sus hermanas y mi hijo a sus primos, les dije que sabía el camino al Hospital si lo precisase y les pedí solo que me acompañasen al pueblo a comprar un trozo de bife de lomo, solomillo de buey en una súper carnicería, una manteca más delicada que el canto de un cisne por si las dudas se pasaba el estruendo en mis tripas. Luego salté al pequeño mercado de enfrente y trabé un paquete de un arroz de buena calidad y un frasco de espárragos terminando por ser más realista y previsor que iluso. 
El bife era por aquella máxima de: seamos realistas, pidamos lo imposible.
El coche salió de enfrente de la verja de casa entre despedias y promesas de te llamo y te quiero. Una vez perdidos en el horizonte de las casitas me apresté a esperar que mi molestia se aliviara al sentirme solo, sin ceremoniales , sin obligaciones sociales. Pero los huracanados retorcijones y los galopes continuaron a la orden, prolijos, puntuales, inmaculadamente educados.
Leí, vi dos pelis, puse posts en las redes sociales, hasta dormí un poquito. Y debo admitir que antes de las doce me abordó una especie de pálida, disimulada, embarullada, pero auténtica desesperación por escuchar la llamada de mi tropa que no tuvo lugar hasta pasada la medianoche.
Curiosamente me pasó como frente la chica del bikini y sus prendas interiores, no siendo yo practicante de otra religión ni creyente en otra reparación que no sea la siesta, no involucrandome habitualmente en convencionalismos atávicos, no por profundas convicciones sino por haraganería frente los ritos, no alcanzo por ende a entender la diferencia entre un día como hoy, ni de cualquier otro onomástico o efeméride con el día más plebeyo del calendario. Pero admito que la sentí.
¿ Habrá sido porque se me chamuscó ligeramente el solomillo de buey?

 

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Empty Christmas

18 Diciembre 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

 

 

En estos días que se acerca el tradicional derroche de gastos en dulces, carnes, juguetes, perfumes, estos días de felicidad para los grandes almacenes, las grandes superficies, son propicios sin embargo para acercarnos aunque sea un poco a la médula espinal de nuestros problemas estructurales, de nuestras pifias ancestrales.

Soy de esos ilusos que considera que estamos diseñados y preparados para el amor por encima de todo lo demás; a sabiendas de que suena cursi, algo amanerado, un poco flojo de esfínter, con toques floridos y almibarados; pero esa imagen no es más que la que han querido hacernos ver desde el amplio y confortable habitáculo desde el que se mueven los hilos, ese es el diversionismo ideológico en su forma más pura, la distracción de nuestros genuinos intereses como seres destinados a compartir el hábitat, de nuestra condición de animales gregarios. 
El camino que finalmente nos llevará en andas hacia la mejor calidad de vida y el que no quieren que veamos, se andará con nuestra determinación a ser partes integrantes de un paisaje común, a entregarnos antes que a desconfiar, a sonreír antes que a fruncir el ceño, a considerar la proximidad del otro una bendición en lugar de un riesgo. Y con el esfuerzo que requiere el hecho de entender de una vez por todas que esta masa que habitamos el mundo, los cuales respiramos con idénticos recipientes el mismo aire y los cuales procesamos de igual manera unos que otros el alimento y la energía, solamente si logramos que todos lo podamos hacer con un mínimo de satisfacción, será entonces que también en el mismo acto, estaremos atendiendo en todas sus solicitudes y exigencias de ese yo, de ese individuo de rasgos únicos e intransferibles que somos en toda nuestra plenitud de igual modo que conformamos el ser social. 
No hay posibilidad de libertad y emancipación conviviendo con el temor, el odio o la desconfianza al otro.
Recuerdo que el primer "otro" que encontré con quien tuve que lidiar asuntos de cierta entidad, tenía habitación en mi propio ser.

Y luego a renglón seguido existe la segunda inyección de inmunidad al buen rollo, de exacerbación de la diferencia, que es la que nos aplican una vez que constatan que tenemos claro que de este modo no va el asunto.  Es entonces cunado nos inyectan el virus del revolucionario, del rebelde, del luchador, del antagonista, llevándonos a pensar que todo nuestro proyecto está sujeto a  ganar una o varias batallas, a erradicar al enemigo, los sempiternos  "malos" y de este modo nos llevan secuestrando desde eras perdidas en la lejanía, el paupérrimo pero importantísimo tiempo con que cada vida humana cuenta para transformar algo desde la raíz.

 Nada que no sea el interés no demasiado transparente de los habitantes del confortable ambiente desde el cual se manejan los hilos, pasa por el antagonismo, nada que realmente valga la pena pasa por suprimir o erradicar a los infectados por el virus de la primera, ni de la segunda inyección.

Aún cuando no tengo siquiera la más pálida idea de cómo proceder para mejorar las espinosas relaciones, las  enconadas disputas personales que nos acaecen, no me cabe duda que en el comienzo de la solución está presente el acto de mostrar el alma, de conceder amor y pocos rituales más.

 

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