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El blog de martinguevara

El trabajo os hará libres

18 Enero 2018 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

Ojo.

Ayer un aficionado a la violencia y al odio más que al deporte de balompié, asestó tres puñaladas a un asistente a un partido de fútbol en el metro de la zona de San Blas, en Madrid, el mismo "navajita plateá" que había apuñalado a un aficionado de la Real Sociedad unos cuantos años atrás. Es de ideología nazi y así lo expresa con total libertad junto a sus correligionarios, siendo que según nuestras leyes, constituye apología del terrorismo y delito de odio.

Ha dos meses atrás se dictó sentencia contra los fascistas que irrumpieron con violencia en un acto en la Librería Blanquerna de Madrid, golpeando, empujando, impidiendo celebrar el acto y declamando consignas de odio explícito, fueron sentenciados a prisión, pero en el mismo juicio se decretó que no entraran en la cárcel, me recordó la película "Mississippi en llamas", la escena que el juez confederado sentenció a los asesinos de un afroamericano, pero a renglón seguido dejó sin efecto la sentencia.

Un nutrido grupo de WhatsApp expresaron sus deseos de exterminar a "negros" "moros" "maricones" "progresistas"  a lo largo de diez años con total impunidad, e incluso llegaron a decir abiertamente que tenían que matar a la alcaldesa de Madrid y al líder de un partido político legal en España. De por sí daría terror cualquier grupo con esas declaraciones de principios, pero más aun tratándose de policías municipales, los cuales recorrían las calles de Madrid de noche y madrugada, según sus propias palabras, limpiándolas de basura. Alguno, tras una preocupante vacilación, fue apartado del cargo, del arma y de las calles. Ninguno está preso. 

En la calle continúa pavoneándose el Sheriff de Coslada que pasó entre rejas sólo un año a espera de juicio, tras cometer todo el abanico de delitos que figuran en el código penal, con el agravante de que era comisario de Policía. Parece que Junqueras es mucho más peligroso.

El Estado salió en defensa de "Billy el Niño"  un torturador confeso, de ideología fascista y criminal abyecto,  negando su extradición que la Justicia argentina reclamaba por medio de la jueza Cervini de Cubría, por crímenes de lesa humanidad que no expiran en el ámbito internacional, ni por supuesto  en la más elemental interpretación de la ciega Lustitia. Uno esperaría que hubiesen negado la extradición para juzgarlo en suelo español; pues no, fue para dejarlo disfrutar de su, al parecer, merecido descanso.

El Estado continúa otorgando subvenciones de la Fundación Francisco Franco, se continúan destinando finanzas a monumentos al terrorismo de Estado como el Valle de los Caídos, un canto al sometimiento de los vencidos y al exterminio en masa, y se continúa obstaculizando todo esfuerzo por recuperar los cuerpos de los asesinados y desaparecidos en la ominosa era del franquismo.

Hace quince días estuve con mi hijo en el campo de concentración de Dachau, en los alrededores de Münich, uno de los primeros campos  nazis, al principio cuando estuvo regentado por las SA era para comunistas, socialistas, homosexuales, gitanos y díscolos en general. Pasó a estar bajo el poder de las SS y de a poco fueron nutriéndolo de judíos y demócratas de varias nacionalidades hasta armar una orgía de dolor y muerte para concluir en el límite del horror.

Al investigar en algunos ensayos, mellado la atención que el nivel de tolerancia con los crímenes de la derecha que dieron pie a las políticas que comenzaron en 1933 en Alemania, era notablemente inferior al que hoy disfrutan los nostálgicos del fascismo de corte español, que no llegó a eliminar a seis millones de judíos y veinte millones de rusos en una guerra porque no fue necesario, pero mató salvajemente a todo aquel que podía significar algo de progresismo, torturó y liquidó los derechos de la mujer, de los trabajadores, de las clases medias, de la democracia, de expresión, culturales, en definitiva, políticas de vanguardia conseguidas con mucho sacrificio en España.

Un fascismo que no habría titubeado en matar el doble que el alemán si hubiese sido necesario, porque mató lo necesario y un plus, y que encima gozó del privilegio de ser vencedor durante cuatro décadas dejando el terror impregnado en el ADN de la población, incluso tras cuarenta años de su aparente adiós.

Lion Feuchtwanger, vaticinó escribiendo como poseído por el futuro inmediato sobre la Alemania que estaba por venir, y ponía en boca de uno de sus personajes principales en la obra "Los hermanos Oppermann", el descrédito a quienes temían que en su país, el de Beethoven, Goethe o Bach, los bárbaros de ls SS pudiesen ir más allá de algunos tumultos y asesinatos puntuales, era precisamente el hermano que no se exilió y terminó muriendo en el campo de concentración.

Ojo.

Nada de lo que tenemos es perpetuo ni es seguro, pero mucho menos lo será si no tomamos parte en su cuidado.

"El trabajo os hará libres" Letrero en la entrada del campo de la muerte de Dachau

"El trabajo os hará libres" Letrero en la entrada del campo de la muerte de Dachau

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Mayte bajo el framboyán

16 Enero 2018 , Escrito por martinguevara

Mayte se ahorcó, colgándose de un framboyán, algunos años después de dejar aquel puesto de dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas en la secundaria, en el cual se desempeñaba a la manera de un Torquemada del estalinismo, señalando, delatando y destruyendo la vida de compañeros de aula, marcada por la urgencia del ascenso en aquel crimen generalizado. O bien por el miedo a ser tomada por alguien con desafección al sistema. O quizás sólo tuviese pavor a que se hiciese público su latente lesbianismo. Mayte sólo abandonó el cargo de delatora habitual cuando encarcelaron a Benjamín por la venta de unos pantalones vaqueros, de los que ella misma había comprado unos para regalarle a Amalia, la niña de sus ojos inyectados en remolacha. Sin embargo, cuando en prisión apuñalaron a Benja, y se empezó a hacer público su amor por una mujer, Mayte quedó tocada y al poco se hundió, colocando un banquito al pie de la rama más fuerte del árbol florido, para quedar suspendida como en el vuelo de un cernícalo o de un colibrí, detenida en un único punto del aire. Para siempre.

Pedrín no paró de comprar periódicos para revenderlos al grito de ¡Rebelde!, ¡Rebelde!, unos años después de haber participado en varios pelotones de fusilamiento, cosa de la cual, según me confesó entonces, no estaba del todo avergonzado, ya que ningún soldado sabía si llevaba la bala definitiva en su fusil.

Pedrín no se ahorcó, gracias a que no estaba seguro de si había liquidado a alguna de aquellas personas, pero también , a merced de la misma razón, se vio invitado a abandonar la cordura.

Nilda, el chivatón de cuarto, Cuca y su marido, tan perfectos y chismosos ellos, igualmente enloquecieron o se dedicaron a recoger colillas de tabaco por el Vedado o, como Fefa, la del núcleo del Partido, terminaron haciendo felaciones en los chupa chupa de la rotonda de Alamar, casi sin dientes y con una halitosis que armonizaba con su labor. Los que se salvaron de terminar en el infierno terrenal dentro de la isla compraron su salvación con el desgarro del destierro y mantienen pulcra discreción acerca de sus anteriores prácticas.

Pero los que ahora están empezando a salir de sus madrigueras, los que hoy harían lo imposible por borrar todo vestigio de nexo con el poder absoluto, toda pista que los relacionase con medio siglo de obsecuencia incondicional, de prácticas vejatorias para con sus víctimas, éstos no son venidos de las asustadas viviendas pobres, de las aulas de construcción Girón de las escuelas al campo, ni tan siquiera de las aulas vocacionales de la ciudad-escuela Lenin.

Son los distribuidores del pan. Los que administraban el hierro y el miedo. Los que estudiaron en escuelas militares para familiares de dirigentes, los que hicieron carrera en el MININT (Ministerio del Interior), los que dirigieron a Mayte a Pedrín y a Nilda, como instrumentos del odio entre todos los ciudadanos, odio que permanecerá por mucho más tiempo como sedimento, de consecuencias lapidarias, que el ya impresentable y obsceno medio siglo en que violentaron a diestra y siniestra todo material sensible de ser humillado.

"Framboyán con línea" Óleo de Richard Somonte

"Framboyán con línea" Óleo de Richard Somonte

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Belle de Jour vs. Kill Bill

15 Enero 2018 , Escrito por martinguevara

A raíz de la pública diferencia mantenida entre las norteamericanas que denuncian lo que para ellas son abusos o acosos, y la posición de las más libertinas y trotadas francesas, que consideran tales denuncias una muestra más del puritanismo de origen cuáquero en EEUU, quería aportar algún apunte.

En esta contienda concurren dos realidades muy diferentes, famosas por opuestas precisamente en ese rubro. Dos grupos de expresión que llevan toda la razón en sus proclamas, y que no se anulan ni se superponen por la sencilla razón de que pertenecen a dos realidades tan diferentes que casi configuran dos dimensiones irreconciliables, intangibles. Refrendan posiciones  la cultura que cobijó el desborde de testosterona de Strauss-Kahn frente a la que condenó sus formas de expresión.

Es curioso, lo primero que pensé desde antes de este manifiesto de damas mucho más cercanas a mi ideario cultural, de reivindicaciones vanguardistas, del más amplio espectro de libertad individual, pero sobre todo del derecho a la exploración sin límites del erotismo personal, del interés por el hedonismo, de la incursión de la levedad del ser y de la catarsis lúdica en el peso de la vida cotidiana, fue ¿qué pensarán mis conocidas franchutes sobre esta exposición pública, ora en modo de denuncia ora de diatriba, de la vieja y paradigmática diferencia característica entre lo que son dos ejemplos de democracia y de progreso en el mundo, los franceses y los norteamericanos, centrados precisamente en el recato y la virtud forjada por los luteranos y calvinistas del tipo del Cuáquero Penn y su esposa Silvania versus la apología del retozo, del placer y la iconoclasia gala post Victor Hugo y descendiente de aquellos perversos católicos vencedores sobre los coherentes puritanos Cátaros?

Primero ausculté la temperatura preguntando a dos amigas francesas cuyo feminismo no sólo está fuera de duda sino que casi está fuera de sus agendas por el ambiente que a lo largo de los años han creado a su alrededor, gracias más a sus predecesoras que a ellas, y aunque ratificaron su rechazo a todo abuso de poder machista, también como esperaba, usaron un tono algo sobrado y ciertamente sarcástico con las norteamericanas.

Poco después salió el manifiesto de las cien.
Pero claro, las realidades de la sociedad francesa, parisina sobre todo, la crianza de los niños, de los derechos que les asisten desde la cuna a la más insignificante queja, reclamo, ora de espaldas al analista en el diván ora de cara al poder en la Bastilla, no son ni remotamente los resortes y mecanismos de respuesta con que fue dotada la muchacha de Wisconsin frente a la grosería limítrofe de los muchachos criados en Wichita, y sobre todo a la mirada culposa de toda esa sociedad rebosante de parafilias, a quien ejerce una queja por algo inferior a un balazo en la pelvis; aunque en los últimos años hayan proliferado como chinos en la era Ming, los “Suits” o querellas, frente al más mínimo desacuerdo y precisamente por ello, incluyen letrados porque carecen de rudimentos e instrucción de uso 
para resolver los entuertos de carácter doméstico y cotidiano.

A ambos grupos les asiste su porción de razón, y en ambos casos son voces autorizadas las que se expresan con mayor o menor decoro.

Acaso lo que le haya sobrado al manifiesto de “Belle de Jour” y compañía es la falta de empatía y la comprensión de que para que la sociedad norteamericana viva con misma naturalidad y sobre todo igualdad, el disfrute de su sexualidad y de los límites difuminados del derecho y la libertad individual  que la sociedad francesa, no desde la catarata de la líbido reprimida sino desde el conocimiento a merced de la exploración y construcción del deseo, habría que hacer un viaje a un pasado muy remoto para incluir varias modificaciones o bien a un futuro demasiado distante; o lo que es más posible, probable y solidario: que aquellos que pensemos que de alguna manera, la justicia, el bien, la equidad nos hará además de más libres, también más felices a todos, seamos solidarios con quienes aún están derribando muros que tal vez en nuestras vidas ya fueron derribados por los que nos precedieron. Y que con toda seguridad habrían brindado mayor apoyo moral a “Kill Bill” y sus hermanas.

Catherine Deneuve en Belle de Jour y Uma Thurman en Kill Bill
Catherine Deneuve en Belle de Jour y Uma Thurman en Kill Bill

Catherine Deneuve en Belle de Jour y Uma Thurman en Kill Bill

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La bota sobre el estrógeno

12 Enero 2018 , Escrito por martinguevara

¿Por qué me irrita la muerte, de Laura Pollán, cofundadora y cabeza visible de las Damas de Blanco, en el hospital Calixto García de La Habana?.
¿ Y por qué razón me siento tan presto a opinar sobre el asunto cuando en mi vida cotidiana me muestro muy desconfiado de todo lo que provenga de la política?.
 Intelectuales involucradas como Yoani Sánchez, o luchadoras como la maestra Pollán, me causan una gran admiración, conozco lo impenetrable del sistema al que osaron oponerse y que de a poco va humillando su testa pero que dará muchas coces y cornadas antes de sucumbir.
Si ordenas levantar el pie que pisa al último oprimido, debajo encontrarás a una mujer.
No me sorprende que ambas sean mujeres.  
Algunos, incluso de entre las diferentes organizaciones de madres, abuelas, esposas de represaliados en el mundo, explican que una ventaja del machismo es que a la mujer la respetan más en el momento de decidir si ejercer  la violencia sobre ellas, que a un hombre. Tal vez incluso alguno llegue a creer a pies puntillas esa explicación.
Tonterías, las mínimas. Hay un modo de valor femenino, uterino, diferente al del hombre, la mujer es mucho más dura y valiente, porque es más optimista, casi por antonomasia, su realismo místico no tiene nada que ver con el escapismo de que son acusadas en las conversaciones domésticas;  más bien parecen sintonizadas con una realidad imperceptible para la mayoría de los varones, para la masculinidad, que está en el más allá, en el futuro, gracias a ese mundo de sabiduría innata que les dota el estar preparadas para la procreación. 
El valor del hombre está siempre más relacionado con la perspectiva de la muerte, con el fracaso de la contienda que con las verdaderas posibilidades de éxito. 
Es frecuente escuchar decir acerca de las mujeres que no se sabe donde llevan la cabeza; pero amigos,  acaban de descubrir donde: la tienen justo sobre los hombros. A nosotros, el solo hecho pensar en esa posibilidad, nos aterra y enloquece. Pareciera ser que lanzarse emitiendo un alarido, a incrustarse contra la hoja de una bayoneta, conformase un acto de valor superior a detenerse y decir:  por aquí no señores, es mejor abandonar el plan, demos la vuelta.
La calma y el valor que se precisan para ser arrojado sin llegar a ser temerario, es enorme.
 Y si bien es cierto que  golpear una mujer públicamente resulta más difícil de explicar por los represores que atizar a un portador de testosterona,  en cualquier plaza, también los es que la impertinencia, el ninguneo, y la falta de respeto a que se ven sometidas a diario las mujeres que demuestran mayor valor o inteligencia que el común de los hombres,  es muy aguda.
Bajo sus faldas, implorando el amor de sus úteros, el calor de sus vulvas,  y el perdón a la cobardía.
  Como expresara Yoani, una de las facetas más importantes, de las mayores pérdidas con la muerte de esta mujer luchadora, es su tesón frente a una sociedad conducida por los caprichos de los pelos en el pecho, desde hace siglos, con un histriónico desprecio misógino a cualquier cualidad femenina.
El machismo exacerbado es el amor perverso del hombre a la hombría, el miedo a la feminidad ajena y el terror a la expresión de la propia ¡Yo la tengo más grande! es una expresión de deseo parece representar  un deseo oculto, aunque no demasiado bien disimulado, propio de las congregaciones recontra hombrunamente machistas. Esas que en el fondo temen a Yoani y a Pollán, más que por sus proclamas, por ese valor femenino, meditado, ese arrojo que nunca es usado en vano, y que cuando se presenta, irremediablemente anuncia como las golondrinas, un cambio de estación.
 
 
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Mercaderes del aire

4 Enero 2018 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba flash.

Llegué al aeropuerto de Barajas y cuando iba a salir al exterior pasé por delante de los mostradores de facturación de Iberia para La Habana.

Hay cosas que no cambian, el Sol sale cada mañana, los huevos tienen yema y los residentes cubanos que regresan a la isla llevan su maleta oronda, rebosante, henchida, imposible de cerrar, junto a una de mano, el bolso, y un par de bultos más repletos de pacotilla.

Habida cuenta que en el acto de cargar con semejante cantidad de suministros a lo largo de los casi sesenta años que dura el estrambótico experimento social en Cuba, se reconoce la incapacidad del gobierno para proveer los más elementales artículos a la población, me pregunto:

¿Cuando esa creciente masa viajera que abarrota las bodegas de los aeroplanos, cambiará el chip y empezarán a pensar que nadie debería volar tantas millas, pasando todo el tipo de obstáculos para lograrlo, y regresar a una tortuosa sesión de revisiones y mordidas en la aduana de su propio país, para poder contar con elementos básicos? Y que esta reflexión conduzca de una vez por todas a tomar una posición critica, aunque tan concientización hubiese que agradecérsela al consumismo.

Me refiero a los viajeros que viven en Cuba, a los que desde siempre han podido viajar, generalmente privilegiados por un puesto ministerial, gubernamental, artístico o por ser familiar de algún dirigente, y a los que desde la semi abolición de la prohibición de salir del país, se pueden pagar un pasaje. No me refiero a los que se fueron y que alguna vez regresan a ver a sus parientes.

Aunque tampoco simpatizo en absoluto con esos ejércitos de pasajeros cargados de bultos donde sea que residan, por la agresión que representa al más elemental y básico buen gusto y porque si tuvieron que abandonar su país porque no se podía progresar, opinar, discrepar, el responsable no es el medio ambiente ni los fenómenos naturales, sino el gobierno.

Esa capacidad asombrosa y destacada del cubano de soportar todo, que como decíamos en broma allá, lo convierte junto a las "blattodeas" cucarachoides, en los únicos seres vivos que podrían sobrevivir a una guerra nuclear, si embargo lo invita a esquivar la conveniencia de luchar para participar en las decisiones trascendentales y pertinentes de su propio país, de su propia Historia, finalmente, de su propia vida.

Un reporte del G2 a los superiores podría lucir así:

"Sin problemas, viento en popa, el rebaño sigue “resolviendo”, tras la zanahoria, la salvación personal y su caja de laguer.  Vamos por buen camino"

Mercaderes del aire
Mercaderes del aire
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