" />
Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de martinguevara

Solidaridad selectiva

27 Febrero 2019 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

De repente, los manipuladores de un populismo ahora se acuerdan del hambre en Haití, de la tortura, el esclavismo y el machismo en Arabia Saudita, de la represión en China, de todos los horrores en Corea del Norte donde mueren torturados de a cientos los opositores (ojo, opositor en Corea se considera no detenerse ante la estatua de Kim Il Sun o fotografiarlo de espaldas, o el más leve chiste sobre cualquier dirigente) de hambre, de suicidio, de locura.

Hoy se acuerdan de muchos países y de millones de seres humanos con una vida sensiblemente peor o igual que en Venezuela, a los cuales habitualmente nadie presta atención, ya sea porque los emperadores globales los tienen bajo su sayo, no son díscolos, o porque precisamente son demasiado díscolos y además poderosos como China y Corea, que no caben aspavientos de guapería ni mucho menos amenazas.

Ello comporta doble hipocresía, una es que los de un lado se acuerden de ese sufrimiento sólo para oponer el contraste con la exagerada sobreexposición actual del tema venezolano, y la otra e igualmente triste, es la hipocresía de los populistas del otro extremo, que desean hacer ver que el único problema de este mundo radica en Caracas y una vez resuelto, todos los niños del mundo comerán dulces y compotas, todos tendrán trabajo, casas, no habrá más presos pollitos, torturados, asesinados, exiliados ni sed de justicia sin saciar.

Ambas manipulaciones son deplorables, usan la desgracia de gente que no les importa en lo más mínimo, como arma arromadiza contra el barniz político o ideológico opuesto, nadie se indignó ni se conmovió hasta el llanto desconsolado como ocurre hoy, con el hambre de los venezolanos pobres, mendigos, paupérrimos, antes de Chávez, ni lo harán cuando caiga Maduro, del mismo modos que tampoco a nadie le importaba un pepino el extremo sufrimiento de lo haitianos hambrientos, de las mujeres y periodistas árabes lapidadas y descuartizados, de los chinos y coreanos torturados hasta la muerte por desear una democracia, antes de que hubiese estallado la situación límite en Venezuela. Porque si los trae sin cuidado la pobreza o la miseria del país, y lo que les inquieta es el signo politico del gobierno, es mucho más digno plantear los verdaderos motivos abiertamente, porque usar las tragedias humanas para sus bajos fines, además de indecoroso éticamente, tiene las patas muy cortas.

Ambos manipuladores son la misma cosa, más de lo mismo para que el mundo no cambie ni un ápice. A quienes les preocupan los desfavorecidos de la Tierra, les interesan al margen del  cariz ideológico del gobierno de turno.

Las soluciones se hallan en la concordia, en la cultura, en la paz, el amor, en el gozo, el placer de vivir y la compasión hacia los demás y hacia uno mismo, todos y cada uno de los días de nuestras vidas.

Todo lo demás es prescindible, y una buena parte es tóxico.

Haití y Venezuela. Ambas importan.

Haití y Venezuela. Ambas importan.

Leer más

Lionel E.T.

24 Febrero 2019 , Escrito por martinguevara

Desde hace unos doce años, dirigentes, entrenadores, jugadores y sobre todo simpatizantes del real Madrid vienen sufriendo a un extraterrestre, que cada año juega mejor y cada vez que ve una camiseta blanca se activa aún más.
Pero hay un momento de inflexión en todo madridista, de extremos casí inigualables en ningún otro terreno:
Las Copa de América y los Mundiales de Fútbol.
A lo largo de estos doce años han rezado por todos los santos que Argentina de ser posible no pasase de la primera fase de ninguna de las dos. Al ir superando instancias en dos Copas de América y un Mundial gracias al ET, los afciionados del RM se enfermaban progresivamente, sólo veían los partidos hasta que se suponía que Argentina no perdería, ahí abandonaban para combatir la depresión con un whisky de veinte metros de largo.
En cada fase el sufrimiento era mayor, en la Copa del Mundo vi madridistas sosteniendo un talismán para que Argentina perdiese en octavos de final. Los cuartos de final eran padecidos como clavos en las rodillas, las semifinales como dagas en las costillas, y cuando el marciano llevó a Argentina a tres finales, más de uno debió ser atendido en el cuerpo de guardia con clavos, dagas y alambres de púas en los ovoides.
En las finales se daba el punto de máxima tensión cadíaca para los madridistas, la gran mayoría no las podía ver, cada vez que el ET tomaba el balón debían ir corriendo al baño. No habia papel higienico que alcanzase, los anfitriones llegaron a pedir que los invitados prescindiesen de llevar a la cita cervezas en viurtud de paquetes de papel sanitario.
Las tres finales terminaron empatadas en lo que dura un partido de ese deporte desde que se inventó, noventa minutos, de hecho sus inventores ingleses no alargan el partido, ya que entienden que ese ya es otro deporte sino que vuelven a jugar las finales de su Copa nacional en caso de haber empate.
A esas alturas esperando el tiempo extra, los madridistas eran abordados por el sentimiento más contradictorio, de perfil, nunca de frente al televisor esperaban que en cualquier instante aconteciese el momento más terrible o el más feliz de sus vidas.
Pasados ciento y pico de miunutos en el caso del Mundial más que gritar el gol de Goetze, lo lloraron, lo mearon, lo moquearon, lo babearon, alguno incluso lo eyaculó, nunca, ni siquiera en la séptima copa de Europa robada en fuera de juego de Mijatovic llegaron a sentir algo tan intenso, una alegría que subía desde el abismo en que se había depositado su ya acstumbrado miedo a una paliza de escándalo, dadas las experiencias en el Bernabeu hasta la coronilla del placer por no perder el último clavo ardiendo al que se podían agarrar como al asta de la última vela. Así pasaron del casi ictus cuando Neuer le cometió penalty no pitado a Higuaín a pase del ET, a dejar que sus órbitas oculares desprendiesen rayos de luces multicolores de tonaldiades no vistas con anterioridad en la Tierra cuando el árbitro silbó el pitido final minutos después del golazo germano, al igual que en las otras dos finales americanas resueltas a penalties.
En doce años la mayor alegría de cada madridsta ha sido reverdecer y explotar en un volcán de gozo tras pasar un mes eterno sufriendo crecientes estertores, en los cuales llegaban a desear que el fin se apresurase, no pudiendo soportar la espera de la daga que los dejase sin la última excusa para inclinarse ante el Extraterrestre.
Ayer cuando se enfrentaron el Sevilla y el Barça, el madridismo pasaba ora de la doble satisfacción de ver caer al extraorbitario y de recortar distancia para poder soñar con la pelea de la máxima competición local, a la desazón, el desconcierto, el escudriñamiento del lado más vil, tenebroso y abyecto del alma, hasta que rendido, medio madridismo abandonando el gesto adusto para dejar sitio a la resignación, dijo:

-Basta de engaños, ni siquiera el mejor equipo al completo de este planeta puede compararse con el alienígena bajito que ha portado a otra dimensión la belleza plástica del deporte considerado "la cosa más importante entre las cosas que carecen de importancia".

Lionel E.T.
Leer más

Carta Magna amordazada

22 Febrero 2019 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión

Bruno Rodríguez, canciller cubano, dije que el próximo Domingo en Cuba "se votará por la nueva Constitución que garantiza, protege y defiende el futuro de la Cuba revolucionaria y socialista y la felicidad de los cubanos”-

¿La felicidad de los cubanos?

¿Dónde nacieron los millones de exiliados, de desterrados, de apestados que a lo largo de estos sesenta años han sido sometidos y expulsados del país, de sus carreras, de sus vidas, de sus dignidades?

El súmmum de la expresión de la superioridad nacional o étnica, es decir que un sistema socio económico, es capaz de garantizar la felicidad a todos los nacidos en determinado espacio geográfico. En este caso el socialismo, así como en Alemania fue el nacionalsocialismo o en Afganistán el Islam.

Es curioso como la extrema izquierda populista Latinoamericana usa los mismos mecanismos que la extrema derecha populista europea actual e histórica.

O viceversa.

Lo primero que estudia esta gente, a partir de la "Involución" cubana, es como conseguir que todo un país se identifique con un significado y significante inexacto, volátil, incendiario, en definitiva: manipulado, de la palabra "Pueblo", una vez que logran que la gente se sienta un rebaño, o sea: un pueblo, señalan al enemigo que es todo aquel que no quiere formar parte de esa masa informe. Les colocan un apodo degradante, ya sea "gusanos" "ratas" "cucarachas" o "rojos", como hicieron los nazis con los judíos, los Hutus con los Tutsis y Hutus moderados, los fascistas de Franco con los demócratas españoles y el gobierno cubano con todos los "desafectos". Tras deshumanizarlos los humillan, los ejecutan, los encarcelan, los exilian; los limpian y el "Pueblo" no sólo no se opone, sino que participa de la limpieza ideológica, de la estigmatización del diferente, aplaudiendo o denunciando, porque ya no son personas, ni siquiera enemigos, sólo son plagas.

Si no cuentan con derecho a la vida, mucho menos a opinar, a pensar, a votar.

El próximo domingo en Cuba, es un deber ciudadano, como individuo cubano no sometido a las distorsiones semánticas del término "pueblo", ni socialista, ni acérrimo militante del "trumpismo" , ni ningún otra posición, filosofía, cultura o barniz ideológico que se le quiera adjudicar o suponer, ir a votar con su propia conciencia, estudiando a fondo desde su perspectiva como ser humano de este mundo, de este momento histórico, si aprueba o no, una Carta Magna compuesta, discutida y aggiornada por los mismos que definieron la de 1976, que recurren a la treta de impedir votar a los millones de cubanos residentes en el exterior, que se fueron forzosamente por razones políticas y en alguna medida económicas, que criminaliza el pensamiento critico, la expresión cultural libre a través de caprichosas aplicaciones de decretos, como el 349 aprobado en abril del pasado año 2018, que limita y reprime, en espacios estatales y no estatales el alcance y cariz del mensaje de la obra artística.

Mi vida, cultura, personalidad y noción de nacionalidad, la componen tres países de un triángulo identitario perfectamente equilátero: Argentina, Cuba y España.

En Cuba, mi segunda patria, votaría No.

No a todos y cada atropello que se han cometido en estos sesenta años con cada cubano que no ha formado parte, por decisión propia o ajena de la masa adoctrinada. No a todos y cada uno de los atropellos que se continuarán cometiendo sobre todo cubano con un punto de vista discordante, diferente, antagónico, opuesto al del partido único que seguirá rigiendo los destinos de los cada vez menos decididos a dejarse incluir en el pelotón de "Pueblo".

Y de inmediato empezaría a votar Sí.

Sí porque  no queremos seguir identificarnso en torno a un antagonismo, sino construirmos alrededor de un proyecto común. Sí a un cambio integral que incluya absolutamente a todos, donde ningún cubano vuelva a sentir jamás en la comisura de sus labios la tirantez de una mordaza, ni un par de esposas en su capacidad creativa y crítica.

Carta Magna amordazada
Leer más

El último café

16 Febrero 2019 , Escrito por martinguevara

Hoy falleció Bruno Ganz, se me ocurrió despedirlo con un "hasta la vista" en alemán y me quedé pensando si en aquel más allá, en esa otra dimensión, como sea que resulte ser, habrá manera de mantener algunas buenas costumbres de esta existencia tan exigente como bella.

Pensé en si habrá lugar para café, uno, el de la mañana si no me quieren holgazán, y uno más, en el camino, en una parada que sólo, única y exclusivamente se explica por el café. La mejor parada de café en toda mi vida es en el South West, con mi amigo Evelio a tomar una colada y dar un poco de cháchara con quien apareciese. Ese piringundin, ese timbirichi, ese chiringuito embajador del cielo en la Tierra ¿Tendrá su sede o al menos otra sucursal en el Cielo de los demasiado terráqueos?

Y al pensar en Bruno Ganz, deseé que haya la posibilidad de continuar disfrutando a las almas que en este barrizal dieron algo de brillo, nos salpicaron con agua límpida, juglares, bardos, bufones, escritores, actores, músicos, directores, pintores, fotógrafos, pero también al vecino de la esquina que siempre tenía un chiste, un saludo energizante, al amigo que regaba de gracia las reuniones, a la chica que nunca abandonó esa tremenda responsabilidad de estar siempre atractiva para motivar los días del viandante, del paseante piropero y del tímido, a los caballeros que siempre fueron atentos con todas las damas, de todas las edades, que siempre, en cualquier circunstancia hicieron esa pausa para tener un detalle que las hiciese sentir únicas.

¿Se nos dará una oportunidad de ir a devolverles aunque sea el coscorrón de la punta del pan a esos seres que nos dieron tantas barras recién horneadas de amor? ¿Podremos volver a pisar la arena descalzos? ¿Nadar? ¿Ver caer la lluvia desde la ventana o la nieve sobre nuestras cabezotas duras?

Dormir y soñar ¿Podremos volver a despertar?

Café en el Cielo

Café en el Cielo

Leer más

Gloucester Road

9 Febrero 2019 , Escrito por martinguevara

La primera vez que fui a Londres, fui desde Viena.

Llegué con una amiga al aeropuerto de Heathrow, era la primera vez que veía un subterráneo, un "tube" como le llaman los londinenses que llegaba directo desde una terminal aérea al centro de la ciudad.

No llevábamos reservada habitación de hotel, así que compré una revista Time Out, que en aquel entonces informaba sobre la agenda underground y apartamentos no convencionales así como hoteles divertidos. Al final no recuerdo como, llamé por teléfono a un hotel que estaba en la parada Gloucester Road y reservé una room, practicando por primera vez mi rústico inglés en un país de habla inglesa, ya que antes el uso que le había dado era como Esperanto, una moneda de cambio, que es en lo que finalmente se convirtió el idioma inglés.

El hotel por fuera era un edificio blanco de tipo Kensington, por dentro era coqueto hasta en los miimos detalles, maderas de olores nobles, los colores de escaleras, paredes, mobiliario y suelos eran de la gama del marrón, el beige y el bordeaux. La habitación blanca y beige, recogidita pero de gran clase. Entré al baño, suelo inspeccionar los baños de los hoteles antes incluso que probar la cama o mirar por las ventanas, era precioso el defecto del no bidet, lo compensaban una suerte de jaboncitos de olores y colores pasteles, luego probé la cama, y más tarde abrí la ventana.

Detrás había un campo verde, de un verde que colonizaba la vista, embriagaba los sentidos, con hombres jugando cricket vestidos de impecable blanco y mujeres esperándolos tomando lo que con toda probabilidad sería buen té de alguna colonia asiática.

Esa imagen verde con gente de blanco a través de un ventanal alto y amplio resguardado por dos juegos de cortinas, una blanca ligera y otra roja vino aterciopelada, en mi hotel de emergencia de Gloucester Road, del cual no recuerdo el nombre, era tal como había leído, como conocía en mi imaginación a Inglaterra y como había querido encontrarla.

Y desde aquel momento ese es el impacto que deseo al conocer a cualquier persona, cualquier sitio o paisaje nuevo, cualquier idea o proyecto a estrenar y esos momentos que van de lo bueno, a lo inolvidable.

Así son. Todos cerca de Gloucester Road.

 

Gloucester cricket
Gloucester cricket

Gloucester cricket

Leer más