Orgullo cubiche
El cubano tiene una identidad cultural tan fuerte que parece europea o asiática, de más de 500 años.
Conozco varios hijos de cubanos que nacieron en países de habla no hispana y no sólo hablan muy bien el español, sino que lo hacen con tono cubano, y dicen "veddá", lo cual me alucina y llena de orgullo.
El resto de descendientes de inmigrantes latinoamericanos en su segunda generación ya portan nombres en inglés o la lengua de destino y si chapurrean un poco el castellano es con sumo desdén, el mismo que vieron en su hogar hacia sus propias raíces. En cambio el cubano, no.
El cubano vive orgulloso de sí, de su música, de ser tan buenos bailarines, de su gracia, de Carpentier, de "el Pandeado", de Celia Cruz y Tata Güines, de Leo Brouwer y el maestro Lecuona, de sus chistes no siempre de salón, de su bulla identitaria tanto para discutir una jugada de beisbol, un hecho cotidiano, un buen o mal movimiento en el dominó como "pegarse" botar el doble nueve, o quitarse el doble "tres mil y más murieron" manteniendo la data, o el uso de la hipérbole para cualquier asunto referido a su hombría, virilidad, certeza en cualquier tema "te lo digo yo que soy de aquí" "deja el tango y canta bolero" "rema que aquí no pican".
Esa intensa personalidad y carácter bien puede deberse a la belleza de la isla que siempre quiso ser seducida por los mandamases de turno a lo largo de la Historia, España, EEUU, URSS, de ahí también un rasgo de no demasiada enjundia, esa marcada veta jinetera, o ya sea por la confluencia de las razas, de las zonas de España y de África que la poblaron una vez exterminados casi todos los habitantes autóctonos excepto unos pocos descendientes en Baracoa, la mezcla de la gracia flamenca con la yoruba y la seriedad y asturiana. y sea por el calor, los mangos, el ron, la mulata, el aguacate, el puerco y no la jutía, ya sea porque son fajadores avezados, el cubano mete una galleta y se enreda más rápido que un telegrama, por la poesía, el ajedrez, el mar, sí, ese mar tiene que guardar alguna relación con la excepcionalidad de varias de las cualidades cubiches.
Son altaneros, les da igual hablar de cualquier forma, como los andaluces que no sienten complejo de decir Grabiel en vez de Gabriel, sabedores de que su importancia, su identidad estriba en asuntos de mayor enjundia que los meros aspectos fomales. Y acaso por ello mismo, no necesitan, como otras comunidades, protegerse de sus propia carencia de autoestima creando guetos, cuando se los ve juntos, es porque sienten que nadie disfruta de una fiesta, de una tarde de ron, de risas, de baile, de canto, incluso de cuchi cuchi mandarina, como el cubano lo curte casi de modo natural. Pero en los trabajos, en los barrios, en las amistades, se integran como uno más. El caso de Miami es el opuesto al gueto, no se atrincheraron para protegerse del poder, sino que se convirtieron en poder, levantaron aquella ciudad, la dotaron de personalidad, gracia, charme, café colada, jugo de mango, sandwich cubano y pizza varadero, son sus alcaldes, sus policías, sus políticos, llegan hasta Washington y, también desde allí reciben una atención especial, acorde a su peso.
En Europa no se ve un cubano tirado, todos salen adelante con dignidad, no se dejan avasallar por ningún jefe, sus homologos latinoamericanos o africanos se asombran de la determinación que los lleva, no sólo a decirle a un jerarca "cuidaíto compay gallo, cuidaíto" sino que van más allá y dicen, "aquí estoy yo, y hay que respetarme porque soy cubano"....o a veces "por la cabeza de mi....". Habiendo recogido, aunque sólo de manera figurda en su educación, una gran cantidad de principios de igualdad, y en la experiencia empírica, de no creer en ninguna muela, sólo en la capacidad de "resolver" como sea.
Si bien al principio de la emigración, se muestran torpes en el desenvolvimiento de sus dotes competitivas, por su falta de experiencia en el trabajo, en el verdadero trabajo, y en el desarrollo de sus más intimas aptitudes desconocidas bajo aquel magma de simulación de corrección auspiciado por la doble moral, en el cual cualquier examen escolar se aprobaba si se sabía intercalar con cierta gracia las palabras "en el capitalismo: hambre, miseria y explotación"; incluso hubo quien aprobó Física o matemáticas con la correcta disposición de estos vocablos. Pero una vez tomada la velocidad no hay quien los pare.
Y aunque yo haya estado estos años criticando a los cubanos trumpistas de Miami, quiero dejar mi homenaje a semejante atrevimiento, a semejante herejía de defender con mayor vehemencia que muchos nacionales a cuales debería ser más pertinente esa posición, sin perder nunca la cubanía, es más, con la cubanía como sello y estandarte, la bulla, los carteles con errores ortográficos, la expresividad contagiosa, que llegaron a ser incluso determinantes en aspectos regionales de la contienda.
No sé como explicar la enorme suerte que tuve, aunque me haya costado lo suyo, de ser nacido precisamente en el otro país latinoamericano bien pagado de sí mismo, haber crecido en aquella explosión caribeña de colores, olores, contacto, y orgullo, y hoy vivir en la madre de esos dos proyectos allende los mares, que si bien se independizaron, llevan lo mejor del espíritu ibérico, de un orgullo hispano ya perdido en el tiempo, también in situ, pero del cual todos, incluso los españoles somos también descendientes.
Tronal Gump y Guarapo, separados al nacer
Él ridículo, la pataleta y el berrinche de Tronal Gump está llegando a ser un esperpento, representado sin metáforas ayer en el cuantioso y repugnante sudor que corría por las mejillas del abogado Giulliani, hasta el cuello de su camisa cargado del tinte barato que, en este caso sí como metáfora, en vez de conseguir teñir la realidad con sus mentiras, consiguió manchar la esencia del civismo.
Nos están regalando mañanas impagables, divertidas a más no poder, risas en familia, memes a millones, pero lo importante es que está dañando seriamente la credibilidad en las instituciones del país que fundó la democracia.
Y el daño máximo no es tanto debido a las acusaciones del infame perdedor, como a la alarmante constancia empírica de que un absoluto desequilibrado mental, pudo ocupar durante cuatro años el sillón en el centro del despacho más cotizado de todo occidente, y que bajo ningún concepto quiere abandonar.
Da yuyu.
Ya no hablamos de Reagan el cowboy ni de Bush el tira bombas cuyos coeficientes intelectuales y acervos culturales podían generar cierta mofa e inquietud, sino que estamos frente a un fenómeno de inmenso desequilibrio permanente, con ínfulas de emperador vitalicio, como él mismo declaró que le habría gustado ser, un desmán que desde que asumió la presidencia ha ido destituyendo de sus cargos a todo aquel que lo contradecía en lo más minimo, que fueron in crescendo de manera exponencial con la entrada del Covid 19 en el panorama cotididano, ese al cual primero menospreció, luego ocultó, más tarde recomendó la aplicación de lejía, inyecciones de aire, venenos de rata, y cuanto disparate de dibujitos animados pueda ocurrirsenos en un velada de chistes con amigos.
Una persona que jamás reparó en inventarse seis bancarrotas, con lo cual usufructuó más dinero del "contribuyente" que todos los homeless de Skid Row juntos, obviando la vergüenza natural de un gran empresario, sobre todo en EEUU donde ser ganadoor o perdedor es algo que marca hasta el sepulcro, y encima después unió su discurso al del Tea Party en contra de cualquier atención atención del Estado a los más necesitados, incluso a los enfermos de esta terrible pandemia.
Todo ello sin el más minimo rubor.
Una persona que acostumbra a rodearse de obsecuentes y dos esposas del este de Europa comunista necesitadas de papeles de residencia, que de entrada las situasen como parte de esa cohorte de aduladores que no pueden ni siquiera chistar una orden, me trae tanto a la memoria a otro con veleidades de emperador romano que se rodeó de lo más mediocre y se aseguró que cada uno de sus "chicharrones" estuviesen en situación de debilidad, incluídas en este caso también sus esposas. Que usó el miedo, el victimismo, manipuló las emociones nacidas en el aparato digestivo (o en el tracto rectal) para mantener en situación de permanente efervecencia y agresividad a sus hordas, a la defensiva de un mundo cruel y hostil y que maniobró a la sombra para eliminar, primero, igual que el otro, a todo disidente, luego a todo diferente y cuando ya eran todos de su cuerda imprecisa, empezó a eliminar a todo cerebro pensante, que brillase con luz propia y que en materia de ética en las ideas, y no de altas traiciones en la politiquería, fuese un cerebro infinitamente más preparado e interesado en destacar en estos campos, que su maquinaria maquiavélica. La característica que más los hermana es esa indiferencia total hacia las vicisitudes y las variadas formas de abandono en que someten a sus ejércitos de adocenados abducidos, cada uno e su contexto histórico y usando los intrumentos que la necesidad les requiere al margen de su legitimidad o decoro, con tal de mantener o conquistar cualquier nueva cuota de poder personal, por infima que esta sea.
Giuliani sudando tinta para defender el embuste y conseguir salvar a su Nerón, trajo el recuerdo del infame Juan Escalona cuando escupía bilis como fiscal de la causa que perseguía mediante toda suerte de engaños,presiones y crimen legitimado, sobre todo, desvincular del tráfico de drogas a su Calígula.
Salvando los momentos históricos, las nacionalidades, y los rudimentos con que persiguieron sus obsesiones, es tal la similitud entre estos siameses, de barba rala caribeña Guarapo y de pelo rubio ralo estadounidense Tronal Gump, incluso hasta en sus sirvientes genízaros, que he sentido recorrerme el cuerpo un latigazo de escalofrío, temiendo la inquietante posibilidad de ya esté entre nosotros la clonación cerebral.
Keep America Great...please!
Es curioso como se va disipando hasta la última brizna de vida inteligente en las filas trumpistas, una vez acabadas las reservas de decencia.
Que un presidente de los EEUU, pase días diciendo que en todos los colegios electorales es posible cometer fraude con la mayor facilidad, deja a ese proceso electoral a la altura de los venezolanos. En ningún otro país es posible introducir en cada colegio electoral votos inexistentes, o dessaparecer los emitidos.
Este servidor ha participado en varias jornadas electorales, alguna vez como apoderado de un partido, a veces como testigo de mesa. Hablo de un país que arribó a la democracia mucho más de un siglo después que EEUU. Hay personal de cada partido político en cada colegio electoral, veedores, policía, los votos por correos son custodiado por la policía, se abre al final y se cuentan por los responsables de mesa con los Apoderados de cada partido presentes, al final del conteo firman y se llevan una copia cada Apoderado, testigos, el presidente de la mesa, y se sellan y firman distintas copias oficiales.
Aún así nunca se estira más allá de las doce de la noche, es una locura que en la era de internet y la premura de las redes sociales, en el país que se supone más desarrollado dure varios días el conteo de votos, y que además, encima de ello, exista la posibilidad de una acusación de fraude.
¿Qué pasa? ¿Los votos los cuenta un chimpancé con un ábaco, un lápiz sin punta y un papel mojado? ¿No hay observadores? ¿De verdad es más turbio que en Venezuela?
Todas estas interrogantes está abriendo el claramente depuesto presidente estadounidense, con sus últimos raptos de egoísmo, de mezquindad absoluta, que lo llevan a no pensar en el Partido Republicano, ni en las familias estadounidenses, ni en la economía, ni en la salud, ni en el prestigio de los Estados Unidos.
Un detalle puede ser revelador, a Biden lo felicitaron Reino Unido y Francia, fundadores del capitalismo y de la burguesía respectivamente y actuales exponentes de los mismos, es más, Reino Unido está gobernado por la línea ideológica instalada por el mismo gurú Steve Bannon, mientras que los más férreos aliados de Trump en no reconocer su derrota, son China, Rusia y el México de AMLO, tres exponentes universales del menos marcado sentimiento pro-estadounidense. ¿Paradoja o consecuencia?
Hoy se abre una brecha entre los republicanos, en la que le recuerdan al magnate ególatra, su segunda frase proselitista: "Keep America Great"... please!
No en vano la frase más recordada cada noche electoral es la legendaria del estratega demócrata Dick Tuck:
“El pueblo ha hablado... los muy cabrones”.
Escotes
Consejito: cuando enfrentes uno de esos escotes que te ofrecen una generosa espita hacia el corazón de la fruta, hazlo sin remilgo, descarga tu pupila, inyecta la mirada en esas redondeces mágicas, enjuaga cada recoveco de tu nostalgia de mamón, de tus deseos de corderito lechal, haz la mímica de rodear con los dedos la esponjosidad de esa globalización eterna y barnízate de luz universal, porque amigo, no lo dudes, ella, la cajera, la doctora, la enfermera, la vecina, la panadera, la del bar, la compañera de trabajo o estudio, la amiga, la enemiga, la interlocutora casual, sabe muy bien lo que estás mirando y si por un instante hubiese sentido cierta incomodidad te lo habría hecho saber con el más ligero de los movimientos y habrías tenido que tragar en seco, rascarte la cabeza, fruncir el upite o recordar la comida del perro; pero si por el contrario el tajo que baja desde la garganta en dirección al ombligo cada se va enseñoreando con el paso de la charla, si ves que adquiere vida propia, que baila para ti, que recita esos versos que no consiguen camuflar su estrofa lujuriosa, si percibes el andar de esos ya no tan resguardados melocotones hacia su maduración, entonces, amigo, sigue mirando, que el jugo que los inundan, que puja por rebosar, se está exprimiendo exclusivamente para la sed de la vida.
Eso sí, si no reconoces una nítida sugerencia a abordar la nave que viaja entre las distintas dimensiones, reconoce el limite, y agradeciendo con la mayor gentileza el regalo para los sentidos, sigue con tu día ufano y motivado, ni un Vermeer en tu salón te habría animado igual.
Bichos de Bannon
Unos amigos de aquí, y otros de allá, inquieren mi marcado interés en la política de EEUU en estos últimos cuatro años y sobre todo atendiendo a los resultados de las recientes elecciones.
Desde que Steve Bannon fabricó el fenómeno "Trump" como exponente universal de populismo de derecha de nuestra era, han proliferado, liderados por el propio Bannon similares fenómenos en la vieja Europa.
En España Vox, en Italia la Liga del Norte, en Francia Marine Le Pen, en Reino Unido Farage y su pichón Boris Johnson, en Hungría Orbán, inundan de inmundicia todo el panorama de las respectivas políticas nacionales con exabruptos, mentiras permanentes, globos sondas, racismo, xenofobia, clasismo, nacionalismo.
La preocupación en Europa es evidente, en este continente de convivencia pacifica, cuando abordan un conflicto no lo comienzan por menos de cientos de miles, incluso millones de muertos. Si en EEUU la percepción de la vida cotidiana se ha resentido notablemente desde la incursión de Trump, en el continente de las mayores guerras de la humanidad, la diferencia, representada en pulsión de odio y hostilidad subrepticia, se palpa cada día, en cada barrio, y que por sus antecedentes históricos, hay que evitar a toda costa que lleguen a conocer el estruendo de la acción