Venezuela, lo irreal ordinario
Ya no queda ni una hebra de realismo mágico.
Aun ubicándonos en una línea neutral, lo único que se puede observar tras dos días de las elecciones venezolanas, es que las actas de los resultados aun no han sido publicadas, la irregularidad es palmaria. Por otro lado son los comicios más auditados del orbe, pero nadie puede controlar los sistemas informáticos desde afuera.
En la acera opuesta, la inhabilitación de María Corina Machado por omitir en la declaración de patrimonio el pago de bonos de alimentación, es concreta, aunque también tendenciosa, ya que ese "descuido" tan poco decoroso, que sí entenderíamos como grave en Suecia o Islandia, en Venezuela al lado de la corrupción desmesurada de dirigentes y empresarios (de toda la vida no solo de la era chavista) queda como un chiste de mal gusto, un dato excéntrico, una curiosidad anecdótica.
El popurrí resultado de la mezcla de tantos vectores de decadencia social, económica, cultural, refleja una sociedad donde la fe en la posibilidad de una mejoría nacional, ha sido sustituída por la única vía generadora de cierta esperanza: la emigración.
El oficialismo en Venezuela pone de relieve tanto sus propios vicios y falencias, como las de sus más acérrimos contrincantes y esto complica en demasía la entrada de un rayo de luz que aclare el tablero lo suficiente para poder apreciar la realidad. O una percepción menos interesada y psicodélica de la misma.
Putrefactio
¿De qué se asombran ahora periodistas, empresarios, políticos allegados, artistas, votantes propios y ajenos en Argentina, sobre la clase magistral de hipocresía impartida por Alberto Fernández?
¿No era hipocresía mostrarse como de izquierdas el matrimonio Néstor y Cristina, tras hacerse millonarios en el sur argentino con una ley de Martínez de Hoz en la dictadura de Videla sobre desahucios, mientras a los militantes compañeros suyos de la JP los torturaban y tiraban al Río de la Plata? Solo me refiero a sus afirmaciones reconociendo un muy abultado patrimonio gracias a ser “Abogados exitosos” en tiempos de horror, contrario a toda sensibilidad de izquierda; en ningún caso hago eco de las acusaciones de delitos sobre las cuales aún trabaja la Justicia.
¿No era hipocresía mostrarse como adalides de la recuperación de YPF, cuando fueron abanderados precisamente en la venta de YPF a Repsol durante el gobierno de Carlos Saúl "Méndez"? y agrego: con la famosa frase de Néstor Kirchner documentada en YouTube: "¿qué soberanía? soberanía van a ser los puestos de trabajo que va a dar Repsol y que van a repoblar Santa Cruz"
¿No era hipocresía de Victoria Donda, a quien puso al frente del INADI el mismo Alberto Fernández a quien hoy desconoce, sumarse al proyecto kirchnerista, después de haber afirmado también en una declaración documentada en la aplicación audiovisual YouTube: "es imposible ser kirchnerista sin ser corrupto"? Y más tarde el triste episodio de corrupción, clasismo y racismo con la mucama de nacionalidad boliviana.
¿Acaso no era la madre de las hipocresías que Alberto Fernández, el mayor acicate dentro del peronismo contra la corrupción de Cristina Fernández, y un firme defensor de que la muerte del fiscal Nisman fue un asesinato y no un suicidio, hubiese aceptado la propuesta/orden de Cristina de ser su delfin en una fórmula presidencial?
¿Por qué se hacen ahora los sorprendidos todos los que conocían al dedillo la corrupción de fiestas, festejos en pandemia, uso de prostitución en la Casa Rosada y Olivos, todo pagado con dinero público y favores estatales, si fueron cómplices por activa y por pasiva?
¿Por qué se hacen los sorprendidos frente a la violencia de Alberto, si existe y es pública la filmación de una golpiza, que propinó en un restaurante a un anciano incluso estando indefenso en el suelo? junto precisamente a Fabiola Yañez quien no finiquitó la relación de inmediato como habría hecho cualquier persona civilizada.
Fabiola, quien aún hoy se adjudica emolumentos impertinentes, para sufragar los onerosos gastos innecesarios producto de morar en uno de los barrios más exclusivos de Europa, es víctima de violencia de género, pero de todo lo demás, un extenso "demás", es victimaria y como tal debería ser juzgada.
¿O la intención es perpetuar la hipocresía?
El entorno del presidente argentino, sin interrupción estuvo robándole una ingente cantidad de recursos al erario público, satisfaciendo placeres, jodas, viajes, fiestas, caprichos. Primero, como Luis VI, que pase por caja Alberto, a pagar por violencia de género y más tarde, igual que María Antonieta, que garpe también Fabiola.
Si las elecciones las hubiese ganado el candidato peronista Sergio Massa, nada de esto habría salido a la luz, como estaba previsto, Fabiola habría cobrado sus cuentas en forma de vida holgada en Madrid, Cristina seguiría desentrañando su entramado judicial y Alberto habría continuado vistiendo pantalones con bolsillos abultados de cebo para gatos. Ojo: se recomiendo ascender solo hasta el límite con la altura que marea, porque el vértigo del descenso es terrible.