" />
Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de martinguevara

Regurgitando balones

31 Diciembre 2021 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta, #Opinion crítica.

Estoy empezando a regurgitar las resonancias del fútbol. Que París, la ciudad más maravillosa del orbe y la historia, el mayor concentrado de cultura, encienda la Tour Eiffel en honor a Messi que es un buen pibe, pero no sabe ni hablar (se entendería que encendiesen el mayor estadio, pero ¿la Torre Eiffel por alguien que no brille más que Víctor Hugo?) se le da un Balón de oro a un delincuente sentenciado por varias causas, desde violaciones de tráfico hasta secuestro de personas, se encubre a un violador que pagó a su victima para silenciar un delito por el que hoy un ser no futbolista de elite ni cura, dejaría de ver para siempre la luz del sol, se les perdona las evasiones de impuestos y se les rie la gracia a los más ricos (los menos adinerados, indefectiblemente, llevan su culo a dormir entre rejas)

Está empezando a dar arcadas que le den un Mundial, los esponsoreos de camisetas de los grandes equipos, Súper Copas Europeas, a dictaduras del oro, medievales, opresoras, hipermisóginas, homofobas, que asesina periodistas honestos y deja morir miles de obreros-esclavos en la construcción de sus estadios.

Ya está comenzando a ser irresistible la peste al ver que se honra, llora, respeta, fuera del ámbito donde sus habilidades deportivas concurrían a hacer las delicias del espectador, a un abusador de niñas a la sombra de su protector el abusador en Jefe, y de otro ser vil, ruin, que negó toda la vida una brizna de amor a su hija, le negó el apellido, la palabra, la sonrisa, una caricia cuando niña, cuando adolescente cuando moribunda, hasta el último día, llegó a negarle una mísera llamada de teléfono en su lecho de muerte.

Duele ver que ni la FIFA, ni la UEFA, ni ningún futbolista magnate alzó su voz para detener el curso de la pena de muerte al valiente colega iraní que apoyó el derecho de las mujeres a quitarse el velo.

¿Cuál es el mensaje?

El que está asentándose para las generaciones actuales y futuras es que aquel que tenga la habilidad de controlar una pelota tendrá bula papal, universal y vitalicia para cometer cualquier crímen, delito, bajeza de la especie humana.

¿Qué niño con dos dedos de frente elegirá ser un prestigioso catedrático, si siendo el más burro del aula puede ser el rey del mundo, de la fama, de las mansiones sin libros, del mal y del Champ de Mars?

 

Regurgitando balones
Leer más

Deseo etéreo

27 Diciembre 2021 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Que maravilla, hoy en medio de un día nuboso con llovizna, de repente vi una garza de cuello largo atravesando el aire como una saeta, iba detrás de un grajo o una alondra, no se podía distinguir bien, hasta que dando vueltas en ochos y sacacorchos se me aproximaron lo suficiente como para distinguirlos bien, no eran pájaros, era un falo extenso persiguiendo a una vulva bembona y pendejuda, una maravilla de la naturaleza, una morronga y un papayón voladores, libres, desatados de esos cuerpos que los usan para su satisfacción, casi sin tenerlos en cuenta, casi sin cuidarlos, casi sin respeto alguno, esos cuerpos y mentes que los usan mientras están erectos y húmedos y después los olvidan tras calzoncillos más o menos lavados, más o menos chulos y bragas y almohadillas intimas que más que protegerlos los esconden, los erradican de la vida cotidiana y pública, incluso se les escatima el honor de su mención, se les llama mala palabra, solo se los menciona cuando se los utiliza para el gozo de los mezquinos desaprensivos o para insultarse previo a bofetones, a estrellones, a jurarse odio eterno ¡pinga, cojones, el bollo de tu madre"

Verlos de cara a la luz matinal revolotear plenos en vitalidad, ver al glande buscando a su propia velocidad a la recatada pero deseosa y babeante vulva, sometidos únicamente a los caprichos de sus ritmos me dio un soplo fresco de optimismo. Me miré la bragueta y dije, -sal, vuela como tu primo- y ´él, tras las rígidas costuras del blue jean y bajo la sombra del boxer negro que a esas horas de la tarde, exigía detener la transgresión de las buenas costumbres higiénicas, y como de costumbre en su comunicación interna en un lenguaje poco verborrágico pero certero, me guiñó su único ojo, y me dijo:

"Campeón, ¿y a quien persigo? una golondrina no hace verano"

 

Deseo etéreo
Leer más

Navidades caprinas

24 Diciembre 2021 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Antes de que la clínica CENSAM fuese un reducto de ricos que pudiesen pagarse un tratamiento, cuando sólo era de privilegiados del establishment, estuve allí internado para tratar la afición por la curda, mucho antes que Maradona fuese a tomar kilos de merca y a garcharse niñas, cortesía de palacio.

Entre los escoltas de Guarapo, ex combatientes de la Sierra, un prominente guitarrista y músico cubano, y diferentes familiares de pinchos curdábamos más alli adentro que afuera a veces, ya que el que no se templaba a una enfermera que nos traía alcohol para fabricar alcohoelite, se robaba el bote de la clínica e iba remando río abajo hasta Jaimanita a comprar ron Legendario o Bocoy en el timbirichi de al lado del río.

Pero de eso no trata este relato. Este cuento recuerda al guajiro que fue rebelde en la Sierra Maestra y estaba allí por curda, como casi todos los internos menos un jefe de escoltas que estaba por cornudo. En una Navidad que pasamos adentro, porque no era fin de semana cuando nos daban asueto, en tiempos en que todavía era una fiesta prohibida, nos contó como él y sus amigos (siempre hay que meter a algunos amigos en las historias engorrosas para compartir posibles condenas) en las navidades de antes del año cincuenta y nueve,  cuando eran muchachos, se iban a comprar unos tabacos y ron y se montaban la fiesta antes de la hora de compartir con la familia. Contó como un día, un guajiro mayor les contó como templarse una chiva, les dijo que debían amarrarle las patas delanteras y ponerla de cara a una cerca para que el pobre bicho no intentase huir, entonces se la montaba por detrás cada uno con mayor o menor consideración por el placer de la chiva, eso ya dependía de la pedad de cada cual.

Y entonces se entusiasmó con el relato y dijo que a partir de ahí tuvo muchas amantes caprinas. Ahí saltó otro que también fue guajiro en sus primeros años de vida y aportó el método para la yegua, una banqueta, unas sogas, aunque dijo que la yegua patea, otro habló de la vaca y alguno hasta bromeó con la gallina. Aquello parecía un zoológico de locos y borrachos; pero era un reservorio de zoofilicos. Hasta el jefe de escoltas se había beneficiado a una de aquellas bestias domesticadas, bastante antes de ser conocido por tarrudo.

Nadie en su sano juicio hoy comentaría tales andanzas, por sostener la mirada en el misterio de un escote se puede enfrentar un juicio por violación interdimensonal, así que ante tales confesiones, un ejército animalista solo con soplar daría candela a la hoguera más congelada.

Pero vale, venga, prendan el fósforo que yo pongo la paja. Infructuosamente, en un albergue de la escuela al campo intenté secundar a aquellos guajiros con una inocente pero no tan dócil chiva: nada, no había forma ni de que la chiva se quedase quieta ni que se me pusiese tiesa. Lo mismo me pasó con las matas de plátanos, nunca conseguí singarme una y es verdad que su interior, era tierno y tibio como debía ser el bollo de la chiva. El tema es que regresaba a mi albergue después de haber visitado a mi noviecita en otro albergue a unos pocos kilómetros y haber estado apretando y manoseando arriba y abajo, desde la caída del sol hasta el momento de regreso antes de las diez de la noche, hora en que había que estar en la litera, caminando rápido y torcido a razón del chichón inguilinal a través del campo de plátanos. Lo mejor ya está inventado, como en la era griega, romana y azteca, la solución para bajar el chichón era la clásica ancestral de las cinco falanges y el movimiento biela -manivela, que ni chivas ni bananos streapers podían exhortar.

Hoy es nochebuena y recordé a aquel guajiro suelto, desenfadado, seguro, en el loquero de los curdas privilegiados, largando aquellos cuentos de una juventud bastante más perturbada que la del rock. En España lo más parecido a las chivas son las carneros, pero hay que ir a buscarlas a los riscos montañosos y un polvo ahí no es negocio. Sin embargo hay ovejas, lanudas, mullidas, y pensé en la cantidad de lunas de miel que se estarían produciendo un día como hoy entre pastores y pastoreadas, en las frías estepas por donde otrora galopó el Cid Campeador.

Felices navidades para los amantes caprinos de los campos cubanos y las ovinas de las llanuras ibéricas y también para los curdas, locos y adictos de CENSAM y de todas las clínicas donde los internos se reúnan, antes de la caída del sol, a contar sus batallitas inconfesables.

Navidades caprinas
Leer más

Navidad de boina, cañas y barro

21 Diciembre 2021 , Escrito por martinguevara

Conozco a España por mi lengua, la herencia y la cultura.

Por otro lado por familia, mi abuela materna era de un pueblo muy pequeño de la provincia de Burgos entre el paradisíaco triángulo geográfico e histórico que forman Lerma, Santo Domingo de Silos y Covarrubias, llamado Quintanilla del Coco, al cual los naturales definen más como aldea que como pueblo.

Y por último conozco mucho a España por recorrerla, en coche, en tren, en autobús y a pie. pero esta forma de conocerla que a priori podría parecer la más indicada para tener la opinión más acertada, no es más acertada que las otras excepto en el rasgo de la topografía, los olores, sabores, colores, de la naturaleza.

Y es que siempre que llega la época de fin de año, y cada vez más me asombra la superficialidad de la gente frente a la interpretación de los festejos de las tres fechas indicadas, la navidad, el año nuevo y los reyes magos. Que en el lenguaje interesado por los descendientes de aquellos mercaderes del año cero, tan vapuleados por Jesús, se convierten en "las navidades" que cada año toman más días paganos, ya incluso meses. este año vi un arbolito de navidad en un supermercado con sus adornos y luces, puesto los primeros días del mes de noviembre.

Y en estas fiestas recuperé en mi recuerdo todo lo leído sobre la significación de la navidad, sobre con que comidas lo festejaba el vulgo, por las historias de mi abuela y sus hermanos sobre lo que comían durante todo el año, aún cuando su padre criaba animales y vendía su carne en los mercadillos de las tres ciudades-pueblos de alrededor de Quintanilla del Coco.

Se festejaba navidad como el nacimiento del ser icónico más austero de la cultura occidental, que pudo ser rey de los judíos y murió ejecutado pesando la mitad de su peso habitual, sin nada más que un paño en su cintura (para los puritanos eclesiásticos, lo más probable es que fuese totalmente desnudo) a manos del poder romano, como castigo por sus mensajes subversivos contra la opresión y la explotación. Se tenía en cuenta esta austeridad en las comidas, y se celebraba comiendo lo que habrían podido comer María y José en aquel Belén de pocas sobras. Mi abuela, que durante el año entero comía sopas de ajo, de cebolla, lentejas, con alguna pata de gallina con suerte o grasa de cerdo o cordero con mucha dicha, ese día chocaba con la fibra, probaba la sustancia de la carne de los animales que solían darles calor durante los duros inviernos, viviendo y transpirando en la planta baja.

También en fin de año, durante el día, los niños retozaban en la nieve, los mayores preparaban la cena, y de noche comían y los mayores tomaban vino. mientras los niños agua; la naranja no se conocía en esas aldeas heladas. Los reyes magos era un día únicamente para los niños, jamás una persona mayor se tomó un asueto para festejar esa fiesta de infantes, ya dos días sin producir habían sido casi un exceso para las arcas familiares.

Eso por la parte de los mantras familiares, historias que han ido contadas de una generación a otra, y de parte de mis lecturas, los festines fueron aún mucho más austeros, dependiendo de la zona en que tuviesen lugar. En la parte sur de España la influencia del uso de especias y el acceso a cítricos, vegetales y legumbres variadas, así como peces daba una mayor variedad a la mesa navideña que los pueblos de tierra adentro, e la meseta o la montaña. Pero en general era considerado de buen gusto celebrar la llegada del niño Jesús sin alardes que desbordasen el recipiente espiritual del cristianismo.

Mi experiencia empírica ha sido, y de hecho está siendo diametralmente opuesta a esta austeridad sugerida por la figura y el ejemplo de Jesús y la condena de la propia doctrina católica a la "gula" como uno de los siete pecados capitales.

No sólo en cuanto la aberrante cantidad de comida, tanto mejor cuanto más cara e innecesaria, que se pone encima de las mesas, de modo tal que aquellos quienes entre sus apetencias naturales encuentre en la cima al salchichón, el jamón de baja calidad, el chorizo o arroz a la murciana, terminan endeudando el mes de enero, para poner sobre el mantel pescados como el besugo, mariscos inaccesibles como las nécoras, o centollos y trufas, haciendo un trasvase a los grandes almacenes desde sus bolsillos, de los que el resto del año lloran su oquedad al gobierno, mientras los mendigos siguen en los mismos cordones de las aceras, esperando que algo del mensaje de aquel valeroso Jesús, llegue al espíritu de esas fiestas del derroche más anticristiano y diabólico que pudiese imaginar el mejor servidor de Lucifer.

Quizás este dispendio desmedido de los ahorros acumulados esté estrechamente relacionado con las vicisitudes pasadas en más momentos históricos que los que gustaría admitir, toda vez que España llegó a ser dueña de casi todo lo que se entendía como el mundo, pero las riquezas rapiñadas se atascaron en aristocracia y clero. Mientras sea respuesta a este recuerdo impreso en el ADN podría entenderse como emergente, aunque excesivo.

Si responde a la asfixiante opresión de una historia católica de fronteras, que es donde la religión se apertrecha de más fetiches y tradiciones, si es una sacudida de tanta culpa religiosa por el placer, lo apruebo a medias, ya que el sumún de la iconoclasia no es dar rienda suelta unicamente a la gula, comer hasta la saciedad es el sucedáneo más inmediato de follar hasta la extenuación, de soltar toda la líbido acumulada, reprimida o destinada a otras labores y encausarla en una catarata de lascivia que compense siglos de represión del hedonismo en el vulgo. Grecia lo sugirió y Roma certificó que el clímax del placer, de la herejía, se materializaba entregándose al mismo tiempo y en el mismo espacio a tragar banquetes, tener sexo y colmarse de vino sin levantarse del diván.

Lo lamentable y tóxico es cuando este desborde de gula impersonal, de competencia con el vecino por ver quien gasta más, de entrega de la paupérrima cantidad salvada durante el año de las garras de los chupópteros, a ellos mismos al final; es en oposición a la otrora identitaria tradición ibérica de austeridad, que se reflejaba en una vida honesta, en códigos éticos que a la luz der hoy resultan conmovedores, en la mejor época de la poesía universal, en boinas, cañas y barro, que dejaron para la eternidad la esencia del alma noble, del valor de la rebeldía, la audacia y la lealtad, que en nuestros días brilla por su ausencia.

 

Navidad de boina, cañas y barro
Leer más

El valle de los simuladores

17 Diciembre 2021 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash.

Cuando en 1987 Fidel le dio tanta importancia y privilegios a Maradona, me sorprendió, porque en Cuba había enormes deportistas, algunos habían sido tres veces campeones olimpicos y tres veces mundiales, y sin embargo si se les descubría un sólo dólar, no los millones que cobraba Diego, les quitaban todas las medallas, todos los récords, los borraban de los libros de deportes y según el caso hasta podía ir preso. Ni que decir si se le encontraba un porro de marihuana, no quisiera pensar en la cantidad de efectivos en su paredón de fusilamiento si lo descubrían con un kilogramo de cocaína suministrado por la Camorra más ultraderechista, o por los narcos argentinos.

Nunca entendí esa seducción que ejercía sobre él todo lo que no fuese cubano, como con el periodismo, no dio ni una sola entrevista que valga la pena a un cronista nacional que no fuesen esos zurullos vergonzosos en que Randy con la sonrisa congelada, se quedaba de pie sempiternamente esperando a que Maraña dejase de balbucear y le concediese permiso para sentarse. Todos fueron a los Lisa Howard, Barbra Walters, Maria Shriver, Gianni Mina, Frei Beto, Tad Szulc, Oliver Stone. Sentía pasión porque los extranjeros lo admirasen, y el clímax lo embargaba si eran estadounidenses.

Pero lo de Maradona no lo entendí durante mucho tiempo, ese amor, esa pasión, esa sumisión; hasta que me di cuenta de que distaba mucho de ser por su admiración al fútbol, al que en Cuba se llamaba balompié y no lo había jugado nadie fuera del estadio de la cervecería Cristal, después llamado Pedro Marrero, donde quienes lo jugaron, cuando terminaban tenían que ir al cercano hospital ortopédico Fructuoso Rodríguez, para enyesarse los tobillos y curar las fracturas producidas por las patadas que se propinaban veintidós jugadores en molote.

Me di cuenta que como a Trudeau, a Errol Flynn, a cada revolucionario de América latina, a Perón, a Brezhnev, a Allende, a los afroamericanos de Harlem, a sus comandantes, sus amigos, hermanos, padres y santos, a todos, sin excepción los usaba y los tiraba cuando no les servían más. Como hizo con Camilo, con el Che, con De la Guardia, con Ochoa, con Haideé Santamaría, con el propio Teofilo Stevenson, con Savon o con Alberto Juantorena.

Pero aún así no entendía por qué Maradona. Hubiese sido más comprensible que le diese esa cancha a un beisbolero de las grandes Ligas norteamericanas que fuese progresista, un negro, un latino, un basquetbolista de la NBA ¡cuantos no habrían suspirado por el amor de Guarapo!

¿Por qué Maradona? Con el tiempo me di cuenta de que además de usarse mutuamente de cara al mundo para sus intereses, eran iguales, idénticos salvando el abismo cultural que los separaba, al futbolista solo una cosa le gustaba más que la atención de todo el auditórium, una montaña de billetes de moneda estadounidense, y a Guarapo el poder absoluto. Ningún dinero compra lo que Fidel poseía en Cuba bajo el ala de su poder.

Esa mezcla de amor y temor, uno necesitaba la cancha llena y el otro la plaza abarrotada, coreando sus nombres como un chute de alaridos en las arterias, y en las venas del rabo siempre temeroso de fallar un día en público, sin secretos, sin escondites.

En el valle de las simulaciones.

 

El valle de los simuladores
Leer más