16 Noviembre 2019
, Escrito por martinguevara
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#Argentina frizzante
Hablemos claro
A los argentinos de izquierda y de derecha, los bolivianos les importan mucho menos que un pepino.
Y hablamos de un pepino duro, sin pulpa, de fuera de temporada.
En Argentina vive alrededor de un millón de bolivianos, toda la vida condenados a vender limones, a fabricar ladrillos y a los sumo a tener una pequeña verdulería, eso sí, viviendo todos en Villas miseria o barrios muy deprimidos, porque ningún porteño, ni de ninguna ciudad o pueblo argentino, de izquierda o de derechas les alquila un departamento en la parte cool de la ciudad.
Para personal de limpieza sí los usan todos los gobiernos sin distinción de barniz ideológico.
Por ende, si escuchan o leen a un argentino que hoy defiende como si fuese la vida que la actual situación de Bolivia obedece a un golpe de Estado y, lo encuentran súbitamente preocupado por los indígenas, no vayan a creer que les importa un pepino de la calidad que ya comenté, ni siquiera un rábano en las peores condiciones, lo que están defendiendo subrepticiamente es su lado de la grieta, el kirchnerismo. Lo cual es evidente, ya que si fuesen a sentir auténtica pena desde antes de ayer, ya podrían haberla experimentado alguna vez, por los cientos de miles de indígenas bolivianos que mal viven en Argentina desde hace décadas, o por nuestros jujeños, salteños, tucumanos discriminados en l tierra de sus ancestros por descendientes de europeos, de derecha y de izquierda.
Del mismo modo, si escuchan a otro argentino indignado por el escaso apego de Morales a cumplir los términos de su propia Carta Magna, ni por asomo se vayan a imaginar que se trata de un impoluto demócrata, para nada, votaría mil veces al mayor ladrón del orbe con tal de que no fuese kirchnerista, como acaba de quedar patente tras cuatro años de expolio de las riquezas nacionales.
De hecho ni un sólo gobierno, radical, peronista, militar, ha tenido en sus ministerios algún representante colla argentino, el desprecio de parte de todas las sensibilidades ideológicas y partidos políticos a los pueblos originarios, ha sido legendario desde la propia Independencia en el siglo XIX.
En la Argentina de hoy, todo, absolutamente todo, el precio de las facturas, el color de la pintura verde o celeste, el elogio a un artista, periodista o de una carretera recién inaugurada, pasa exclusivamente por la identificación con uno de los dos lados de la grieta.
¿Y los del medio?
Los del medio como siempre están laburando, manteniendo al país para que los demás puedan pulírselo en las polémicas más estériles para unos y lucrativas para otros.
Entre esos del medio está el millón de bolivianos cuyas vidas, excepto cuando son óptimos para usarlos como arma arrojadiza, a nadie le importó nunca un rábano, ni un pepino de los duros.
Un millón de bolivianos en Argentina, las personas más discriminadas históricamente.