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El blog de martinguevara

Dame dos

28 Abril 2023 , Escrito por martinguevara

Me gusta mucho ver a los y las youtubers cubanos de adentro y los de afuera que salieron hace poco, hay algo que me reconforta, pero no puedo dejar de detenerme en las ansias desmedidas de consumo que esa sociedad generó y acumuló durante generaciones, llegando a desarrollarse un Godzilla al cuadrado. Cuba como un ratificador más de lo que ocurrió en el campo socialista una vez que cayó, donde no quedó un solo comunista en todo aquello, lo único que todos querían era gastar compulsivamente, sin tiempo casi para disfrutar de lo comprado, y nunca, jamás, ni por error, gastar un cobre en arte o cultura.

Me quedé pensando en la intensidad con que vivíamos, el que más y el que menos, la vena cultural en la Cuba de años atrás. Muchos de los ensoñaciones del capitalismo que teníamos era para poder asistir a un recital de Iggy Pop, Queen,  Led Zeppelin o los Stones. Queríamos creer que podíamos escribir y vender miles de ejemplares, lo que se llama de verdad vivir del cuento. Y no era pura veleidad, no, íbamos a cuanta actividad lúdico cultural había, no importa si la finalidad era tomar ron y ligar, al final era cultura. Festivales de cine, de jazz, de la canción en Varadero, fuimos el público obligado de la novísima trova, escuchábamos rock en grupos semi clandestinos, en las casas y la sensación de batallón que da la compañía, nos hacía perder el miedo de subir el volumen por temor a la delatora del CDR, íbamos a las exposiciones de pintura iconoclasta muy naif, pero en aquel entonces también muy rompedoras. Y sobre todas las cosas, escuchábamos, escribíamos y vivíamos la poesía. Cuba es un país de poetas y de versos sueltos. Sólo en un entorno que adore la poesía puede haber un loco de la guagua, que paraba en plena avenida 23 para que los pasajeros imaginarios montasen:

"Caballero pá trá, apriétense ahí"

La poesía forma parte del cubanos como el baile aunque parezca menos evidente en las clases menos educadas en el arte. Todo es poesía, el andar, el modo de saludar, los chistes, el gracioso del cine, el rascabucheador, un clima que obliga al ademán exagerado, a la rima en el habla, una sociedad que expulsa la espontaneidad e invita a la doble moral, el libreto, la glosa, la retórica, el cuento, la maraña, majomía y el dominó, en el cual lo de menos es el juego, lo importante es la expresión corporal, el sketch, la ejecución del estruendo, el bonche y por supuesto, la curda. Pura poesía.

Cada cubano en un universo, el marxismo intentó aplicarse en una sociedad de gente que no soporta ser menos o igual que otro.

Tu metes un número, atrás vengo yo y la pongo el doble de dura, y después viene Felo y mete un jonrón.

Poesía como música, no podría decir cual nació primero, cual alimenta a cual, como el huevo y la gallina o por donde le entra el agua al coco. Tierra donde se mezclaron los refranes pueblerinos españoles, con las historias contadas de generación en generación africanas, ambas cantadas en noches de fiestas, y ambas bailadas y singadas.

Poesía en el aire, en la tertulia, en el calor, en la doble moral, en la desmesurada originalidad de la escasez en la bodega, en la lucha del aburrimiento marxista leninista con el brillo del carnaval, la libertad del lenguaje y los giros idiomáticos como la pronunciación aleatoria, caprichosa de cada consonante, lo diáfano y abierto de cada vocal.

Nada más lejos de mi que juzgarlos, también yo pasé un tiempo más que prudente devorando cuanta porción de fibra animal tenía la desdicha de caer en una plancha, parrilla, sartén o cacerola, solo que nadie nos filmaba. Y de paso me llevó a una reflexión sobre si metier de youtuber e incfluencer puede ser considerado cultura. A un practicante del deporte fútbol, acrónimo de football, se le llama futbolista, no así hoy a un youtuber, que sería yutuberista, o con el anglicismo influencer en lugar de influenciador. Pienso que a pesar de la marcada desidia por temas artisticos en general, no obstante, su actividad debe ser considerada cultura. Representan y reflejan con fidelidad los intereses y la sensibilidad general de una generación, que por otro lado, ha mejorado en mucho los valores del individuo en las cosas más usuales, sencillas y directas de la vida cotidiana, y que, como resultado de un "teque" inagotable, viven tan alejados de toda muela colectivista, como de toda fascinación por el arte en términos convencionales. Su concepto del saber no pasa por el barniz cultural, ellos realmente y de manera muy concreta, saben lo que necesitan para conectar con su público meta. Que también soy yo.

Por eso hoy ver a estos muchachos y muchachas que añoraban salir para comprar baratijas y atiborrarse de condumio, me hace sentir identificado porque todos lo quisimos, pero constatar que solo sea para eso, me ubi9ca a una distancia identitaria comparable a que me encuentro de un Yanomani o un Inuit.

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Sierra Maestra Be bop

25 Abril 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash., #Relax

Me gusta este recuerdo.

Tenía dos casetes de música jazz, de noventa minutos cada uno. Uno era de Louis Armstrong y el otro de Glenn Miller, me encantaba el swing y el sonido New Orleans, así que cuando me metía unos buches de ron en mi casa de 1ª y 16 y me iba caminando al Sierra Maestra, a darme un baño, comer una hamburguesa, tomar un laguer y ver a amigos y materiales, muchas veces iba tarareando The bucket's got a hole in it o Chattanooga Choo Choo, sabroso por avenida primera, medio en pedo , el sol en la cara, la camisa abierta, el blue jean empercudido y las botas calientes, nada de short y chancletas como se usa hoy; a la playa había que ir como a la fiesta, después habría tiempo de cambiarse.

A veces paraba un ratito en 12 para mirar las jevitas ricas que se arriesgaban a alimentar las fantasías de los rascabucheadores que más de una vez cobraron gruesos tranqueos por pajuzos. Había una niña que me tenía loco, lo que se dice arrebatado, en aquel tiempo no se usaba tanga en Cuba, ella era la precursora, pero eso no sería nada sin su clase de culo y Papa John's, que aunque no tuve el gusto de conocerlo personalmente, se podía intuir sin mucha dificultad donde se hendía la prenda premonitoria. Cada vez que esa chiquita se bañaba seguro habría un mira hueco alrededor, más o menos camuflado. Después pasaba el Karl Marx fijándome siempre de reojo, desde el inconsciente, si alguna vez se les volvía a ocurrir ocultar a toda la población un festival de rockeros y estrellas del pop internacional como aquel que me perdí a finales de los setenta. Pero nada, alguna vez los Son 14, o los Van Van, en tiempos en que los pepillos no escuchábamos música de guapos, un par de años más tarde todo se mezcló y hasta Mayenye comió ajonjolí.

Más adelante el Cristino, donde solo iban familiares de pinchos como podía ser yo pero sin ser mi caso, y chivatones de los de verdad. Donde años más tarde una prima de la planta de mi pie cuando lleva una semana sin agua y jabón, negó la entrada a mi hijo que vivía en 5ª y 10 pero no era hijo de revolucionarios, a un cumpleaños de su hija, que pobrecita no era culpable de las consecuencias de una bola de cebo tan amorfa. Y unos pasos más allá, el drive way del Sierra Maestra, con su vigilante en la entrada, su tienda de productos especiales para técnicos extranjeros donde compraba mi madre, los cartones de cigarrillos Populares, la jamonada, el queso, el ron Legendario, el laguer cubano sin etiqueta, el Polar, el Hatuey y el Pilsen Urquell. también el vino búlgaro Cabernet. Y mucha más comida, tabaco y curda que la que había en la bodega.

Aquello era un abuso que avergonzaba, y por eso en vez de manifestarme mediante la abstención, llevaba amigos y novias a casa a comer todos los días, de esa forma pagaba la culpa de ser participe de ese engaño de la sociedad de la igualdad. Tenía un carnet de técnico extranjero, casi nunca me lo pedían a la entrada del Sierra, pero lo llevaba encima por si había un guardia nuevo, o uno "imperfecto", que de haberlos, haylos.

A la entrada, iluminado con el sol que entraba por los dos flancos, desde el mar y desde el cielo abierto de esa pequeña ensenada que hacía la costa de La Habana en ese punto, el mármol del suelo brillaba y el perfume del salitre empujaba a la cafetería de la entrada, para tomar una Pilsen fría. A esa altura generalmente ya me había encontrado con un amigo, una jevita, un primo, o cualquiera para meter una muela, la que se terciase, la que el estado de ánimo y el humor sugiriesen. Pero nada de política, en Cuba no se hablaba nada de eso, al revés de lo que la gente de afuera de la isla piensa, esa omni y multi presencia de la jerga política, ideológica, adoctrinada y alienante, causaba el efecto opuesto, en cuanto el cubano se despegaba de la muela oficial, del poema obligado, hablaba de todo menos de política.

A veces estaba Fernando, a veces el dominicano loco, a veces Niurka, a veces Natalia bailarina de ballet acuático, a veces Renata, a veces el otro Fernando, el colombiano loco que sacó la cara por mi años atrás en la beca cuando me tenían loco a botazos voladores nocturnos llenos de meado, a veces a Robertón, que era un hacha para todos los deportes, apenas había empezado a jugar voleibol en la canchita de atrás de la piscina y ya era el mejor, igual que al wind surf. No teníamos tablas como las que había en el capitalismo, pero teníamos alguna tabla cicatrizada y su botavara resistente a la obsolescencia, lo cual era un lujo. Pero el que con más frecuencia encontraba antes de entrar, o íbamos desde mi casa porque era cubano y tenía que entrar con un ruso o sucedáneo, era mi amigo desde que llegué a Cuba diez atrás de aquello, Evelio, que era “esponja” como yo pero el doble.

Esa vez lo encontré ya adentro, tomando una cerveza en el muro que daba al mar.

-Que volá yenika, me entró Fernan.

-Qué volaíta brother, hoy traje eso.

Yo también tenía la botella fría en la mano, le dije que fusemos atrás. Tras bañarnos en la piscina grande, en el mar nadando hasta los yakis que habían situado para que las marejadas no arruinasen las fachadas. Una vez me singué a una titi en un yaki, cubanismo que proviene del término “jaks”, con el sol lamiéndome la espalda, y ella de frente al cielo y a la orilla de enfrente a noventa millas, uno de los palos más ricos que se pueden echar en Miramar, porque la estructura del yaki permite acomodarse para mamar bollo, luego subir para ser succionado en el rabo, e invita a distintas posiciones para la singuetta.

Y cuando cayó el sol le dije a Evelio- vamos a jamar algo- nos pusimos en la cola de la cafetería de la piscina, y de repente se me coló una rusa, el Sierra Maestra era más que nada hogar de rusos, que escudaban sus acciones en la isla bajo la denominación de técnicos extranjeros, pero eran militares, maestros de técnicas policiales, algún ingeniero, y mucho chivatón de su compañero que a su vez era vigilante de otro. Porque los que más hacían negocios en mercado negro entonces eran los rusos, compraban lo que no iban a consumir de la tienda de privilegios, y lo revendían en la poca población con que se dignaban a hablar. Había también polacos, húngaros, rumanos, búlgaros, ninguno de estos soportaba a los rusos, y eso que eran todos de partidos comunistas de sus países, si no salía nadie. Yo tuve amigos rusos, alguna noviecita también, aunque la rusa de esa época no se parecía en nada a la que anda ufana llena de rublos hoy por Marbella, esbeltas, “producidísimas”, lacadas, plastificadas, pero lindas. No, aquellas eran como salidas de una dacha, el traje de baño partía hacia abajo casi desde el sobaco, que dicho sea de paso, cada uno de aquellos sobacos sí que eran un arma letal mil veces más poderoso que todo el arsenal estadounidense, se bañaban en la piscina nadando en estilo pecho sin meter la cabeza en el agua, usaban gorros de pelo, y en la parte que hacían pie, siempre había algunas parejas de rusos jugando ajedrez con un tablero flotante, y miraban con ojos de oso con rabia a los niños que salpicaban o saltaban desde el borde en vez de hacerlo en la parte profunda y desde el trampolín. Los demás "técnicos" no se sentían cómodos con los rusos porque estos se creían superiores, bueno, no es que se creyesen, estaban situados en instancias superiores, y a los cubanos, que eran los encargados de construirles el edificio Mazinger, la embajada fortaleza más hostil con la estética de la Historia, ni siquiera les hablaban. Salvedad hecha por las numerosas parejas ruso-cubanas que vivían de manera normal en la isla, generalmente compuestas en la URSS durante un período de trabajo o estudio del cubano/a en la patria superior.

Toqué el hombro de la rusa, y le dije que se me había colado, yo también era "técnico" .

-Mucho poco tiempo Cuba, no habla española- me dijo la muy singá.

Cuando cogía aire para decirle no recuerdo que barbaridad, Evelio me hizo señas de que la dejase por imposible, ¡él! justo él que cada día si querías ver una bronca a la salida del colegio Orlando Pantoja, a las 4 y 20 en la sinagoga lo tenías en el ring. Pero tenía razón, la rusa se empacó, se cuadró como una gendarme y no estaba dispuesta a deponer su derecho a arrebatar a los cubanos, a los aplatanados, o al resto del mundo incluso, su puesto para el helado. Cuando le tocó, la rusa dijo en español acentuado con el tono especiado de la taiga:

-Compañera, bocadita di qiueso-

Y entonces le dije: Tú sí que sabes hablar español y colarte como un cubano-

Cogimos un bocadito cada uno, y ya cayendo el sol, le dije a mi amigo, hoy nada de materiales ni socios, que traigo el Jazz. Se le llamaba ñaña, “efori”, veneno, eran unas hojitas de marihuana seca envueltas en papel de estraza, lo que en aquella Habana de inicio de los ochenta era un porro, al coste de una “monja”, cinco pesos, de los pesos que valían, que traían a Maceo altivo, orgulloso, casi como un ruso en el Sierra Maestra, no como hoy que el pobre está en los billetes alicaído, tumbado, sin machete ni cohete. Fumamos el porro y Evelio me decía -brother no me hace ná- y cada vez que lo repetía demoraba más en terminar la frase, hasta que empezó a reírse, y yo me empecé a deshollejarme a carcajadas. La cantidad era escasa pero era del Escambray, una calidad superior.

En esa época y aún hoy, fumar yerba era un delito muy penado por la ley, por eso me refería a quemar una ñaña, como : " tocar Jazz"; así que para honrar el mote apelativo nos pusimos a cantar los temas de jazz de Armstrong y Miller, a dos voces, dos trompetas, dos baterías, en el fondo de las piscinas del Sierra, frente a las cabañitas, a los yakis, al sol del mar naciente cayendo sobre nuestra nota de ron, laguer y jazz.

No dejamos de reírnos hasta que nos despedimos en la parada de la guagua recordando la recién aprendida frase que marca la superioridad racial de los Urales:

"Compañera, bocadita di quieso"

 

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Macron agent du diable

20 Abril 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta, #Opinion crítica.

Nací en el seno de una familia admiradora y portavoz de la revolución francesa, de la rendición de cuentas en la plaza de la Concorde en 1793, y de la Comuna de París, por extensión también un poco de afrancesamiento barato, de colonización voluntaria, en literatura, estética, y las chispas casi apagadass de buen gusto que llegaban al remoto sur.

Un miembro de esta familia profundizó ambas tradiciones adecuándolas a su tiempo, la revolucionaria y la estética y literaria creando en su persona al héroe y anti héroe romántico de nuestro tiempo. Y por supuesto atomizó todas las raíces y ramas de la familia. Y aunque unos componentes abrazan unos aspectos del ínclito tío (los que quedan en Cuba, desde luego, son los mayores renegados y reticentes de su carácter comunista y austero) y otros simpatizan con otros rasgos, lo cierto es que se mantuvo viva la empatía con la conducta colectiva francesa en momentos de agresión de los poderosos al pueblo.

Yo he pretendido perpetuar ese respeto y honra en mi entorno y descendencia. Una y otra vez ese pueblo de buen gusto, amante de lo más excelso del hedonismo, de la contemplación y el arte en todas sus formas, cultores de la imagen, del aspecto, de los colores y los aromas, también de la dignidad, el honor y el heroísmo. Estos días nos siguen dando lecciones de valor, de empoderamiento, de participación en los destinos de la Historia.

Mis respetos a todos esos franceses y francesas, que calzadas con Chatelles Paris y aromatizados con Elixir de Dior o sudados y en alpargatas, han salido a la calle en estos, como en todos los tiempos, a luchar para defender sus derechos de manera rotunda e impostergable. Y que Alain Robert no deje de escalar edificios.

 

Rendición de cuentas en la Place de la Concorde
Rendición de cuentas en la Place de la Concorde

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Herencia

9 Abril 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta, #Relax

No se te ocurra tomarte demasiado en serio a cualquier español contemporáneo que te hable de crisis. Es decir, no como si te lo comunicase un finés o un coreano.

Navidad, año nuevo y reyes magos se convierten en un mes entero incurriendo en gastos ingentes. Comidas, borracheras, compras, miles de millones de euros a lo largo de toda la península y sus ínsulas. Después vienen esos mega puentes en que todos huyen despavoridos de la gran urbe, y en Semana Santa es una cosa de locos, no hay una sola plaza de hotel ni una reserva de restaurante por cubrir en las principales ciudades y menos aún en las aledañas, Ni hablemos de verano. Y es que el español no sale a comer un platito, si puede se come un carnero o un cerdo entero, beben caldos suntuosos de Rioja o Ribera del Duero, el almuerzo y la cena con su debida sobremesa, puede durar horas de risas, voces y bebidas espirituosas. Carpe diem.

Ni se te ocurra entender la palabra crisis recurriendo a su significado original, tienes que entender el término en su variante ibérica, un significante que viene a advertir que tras derrochar enormes cantidades de guano en lastrarse langostas, centollos, percebes, jamones de bellota, vinos exquisitos, sobremesas boreales, garitos, pubs, bares de copas, buenos hoteles, regalos, queda poco resto para pasar los dos o tres escasos meses en que no hay una fecha señalada para tirar la casa por la ventana. Así es desde siempre, pero es probable que se haya acentuado tras la pandemia del covid 19.

Los españoles no paran de gastar, salir a caminar por el campo es una actividad sumamente residual, de vascos, navarros, o paradójicamente, de clases acomodadas, a no ser esas muchedumbres dominicales que te encuentras si tienes la mala fortuna de elegir una senda corta al costado de un pueblo famoso por sus fondas, tabernas, casas de comidas de cocidos, corderitos lechales o paellas. En España salir es morfarse o beberse todo cada día. Incluso los obreros comen menú de dos platos, postre, pan vino y gaseosa, no un sanguchito sentado en una banco de plaza como almuerzan los oficinistas de allende las fronteras.

-Hombre ya ves, por eso estamos como estamos de jodidos.

-Sí, esto ya no se aguanta más. Venga te invito un café ¿pá’ dónde vas ahora?

-Tengo la mujer y los niños esperando que nos vamos a comer un cocido a lo de Manolo.

-Vale, te veo por la tarde en lo de Paco para el partido y unas cañitas. La vida son dos días.

Tras la pérdida de las colonias, e incluso con ellas, los españoles pasaron acuciantes necesidades, en ocasiones incluso hambre de llegar a morir por no comer, no un simple apetito, quedó en el ADN como un recuerdo impreso, de ahí que se gaste mucho más en lo que será descartado en un máximo de dos días por vía rectal, y en borracheras interminables por vía renal, que en por ejemplo, arte. Claro que todo esto tiene sus excepciones y variaciones marcadas por la educación y la clase social.

España vive en la calle, come, bebe, ríe, grita, y aunque tanta historia de inquisición y represión religiosa se metió en la cama provocando que acaso se amarizase menos de lo que sería coherente con las demás estridencias, el español goza y se gasta todo en disfrutar de manera estruendosa, brillante y llamativa como su clima.

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fiestas

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Las llaves

7 Abril 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Están jugando el WTA en Charleston, hace unos meses Adrianne me invitó a conocer Carolina del Sur. Me encantó, no es lo más cool de EEUU, no es turístico internacional, pero es precioso, la comida es muy rica, el clima no me da asma, me gustaron sus pueblos y ciudades, Columbia, Charlotte, Fort Mill, Rock Hill, su gente que me trató con gran amabilidad y hasta me dejaron aparcar gratis en las iglesias, imagino que por ser turista o sugerirlo educadamente. Tiene historia para dar y guardar. Además un detalle, su equipo de football los Gamecoks, no ganan mucho, casi nunca, pero son queridos y respetados, me gustó esa lealtad, y el South Carolina de básquet femenino, por segundo año ganó el NCAA, haciendo historia.

Aprendí unos juegos de cartas, que me enseñó Ken, dejándome ganar la primera mano para cogerme después entusiasmado y darme una paliza olímpica,

Pasé unos días preciosos y Carolina del Sur se quedó en mi corazón.

Pero no comí pizza como la de Güerrín. Solo los que han caminado por la avenida Corrientes alguna o varias veces comieron pizza como esa, y la de las Cuartetas y la de los Inmortales. Los que no caminaron por Corrientes no saben lo que es la mejor pizza ni las librerías más encantadoras, embrujadas de letras en el aire de libreros que no te mandan a la sección amarilla en la W para encontrar un Wittgenstein. Y el teatro San Martín con todas sus plantas, sus obras en cartel, sus ciclos de cine donde una vez muy pocos vieron las catorce horas de Berlin Alexanderplatz, de Fassbinder, y una sala de exposiciones de la mejor fotografía de la historia, cálida en invierno, fresca en verano para un alto en el camino a la nada. Mucho tiempo atrás, en el fondo de una librería que estaba en la segunda planta, un bebé intenta no dormirse en su cochecito, para escuchar a Mario, a Marcos, al conde húngaro que roba discos, a Juan y María. O al Rojas donde se exponen las mejores intenciones, a Liberarte, a Ghandi de Elbio Vitale o en el bajo el Goethe Institut con sus ciclos de foto, pintura y cine, donde el cien por ciento de los aprendices conocieron a Werner Nekes, el maestro del cine minimalista, presentado por Annemarie Heinrich, un lujo germano peronista.

Buenos Aires.

¿Por qué Estocolmo si no hay pizza ni perfect smashed burger?

Porque Albert Nobel antes de dedicarse a las explosiones y a arrepentirse de la mecha corta, inició decenas de emprendimientos, y varios los llevó a cabo en un edificio de ladrillo a la vista al lado de un lago ¿qué no está al lado o bajo un lago en Estocolmo? porque hay una isla de museos, sí, el nórdico, el histórico, pero el mejor es el de un príncipe artista, Eugenio de Suecia, el príncipe pintor. Al lado del museo hay un grupo de patos que observan fijamente a un punto, un café con tartas y una piedra bajo la cual descansa la llave de la insidia.

Estocolmo por Gamla Stam y todo lo que reúne, pero sobre todas las cosas el Parlamento donde el asiento de Olof Palme ya no refulge, los tonos pasteles colonizaron el sedimento del polvo sobre la madera, no obstante vibra entre las vetas y se extiende por toda Escandinavia. Estocolmo por el metro, las miradas, el roce, Millesgarden, los ciervos y el lago de los patos.

 

Prins Eugens Waldemarsudde

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Un nudo se hace con los extremos

7 Abril 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash., #Opinion crítica.

Hasta hace no mucho estábamos todos en contra de la represión del sistema opresivo al que se había llegado en Cuba, so pretexto de una revolución que llevase justicia social, bienestar, desarrollo y dignidad al pueblo, tras tomar el atajo que condujo a todo lo contrario.

Un Guarapo que se atornilló al poder segando todo desarrollo de creatividad en los terrenos de la economía, la política, el arte, la vida cotidiana, y viviendo cada vez más alejado de la realidad de su pueblo.

Una enorme masa de emigrados de diferentes épocas, y por diversas razones, compartíamos el mismo común denominador, No a la dictadura, No a Guarapo, No a la mentira y la represión, Sí a la Libertad, Sí al progreso, Sí a la creatividad, la ambición o la holgazanería, Sí a la movilidad territorial y social.

Éramos como hermanos de una causa, de un sentimiento común. Pero nada dura para siempre.

De repente ganó terreno una corriente extremista en todo el mundo haciendo pie ancho en los Estados Unidos, que comenzó a arrojar luz sobre los rincones umbríos, empezó a abrir compartimentos hasta entonces estancos, casi olvidados, vimos que aquello que alumbraba no contaba con el mejor de los aspectos. Y del común denominador cada vez fue quedando menos hasta solo permanecer el No a Guarapo. En todo lo demás empezamos a tener discrepancias, pero analicemos incluso ese solitario acuerdo tácito contra "Maraña".

Yo no quiero la dictadura, pero quiero a los hermanos mejicanos y guatemaltecos, ustedes los odian y les gritan "no los queremos, no los necesitamos" como gritaban sus avatares a los emigrantes del Mariel en 1980, No quiero a Guarapo porque quiero libertad, democracia, cromatismo, variedad, concordia, convivencia y progreso,ustedes no quieren concordia, odian al diferente, odian al discordante, le llaman comunista a quien tiene otra sensibilidad ideológica, filosófica, política, como antes sus avatares le llamaban gusano al disidente, dicen que la salud debe ser pagada, no universal como la educación porque eso lo relacionan con el comunismo sin saber que existe Europa, continenete donde se inventó el capitalismo y donde la salud es de la más alta calidad y de acceso universal; son racistas, incluso siendo mestizos, son clasistas acérrimo, incluso trabajando 12 horas diarias. No a Guarapo porque odio las armas, el militarismo, así se disfrace de miliciano, guerrillero o marine, amo la paz, pero ustedes aman las guerras de la 82 división aerotransportada y abrazan las armas automáticas, mientras más masacres se producen más defienden la venta libre de ametralladoras. No queríamos a Guarapo por el partido y el pensamiento único, y ahora ustedes claman por una idea monolítica y apoyan un golpe de estado en la propia casa histórica de la democracia universal, el Capitolio.

Empezamos a ver que hay acaso las mismas diferencias insalvables entre los de ese común denominador que con los de fuera de la ecuación.

Claro, tras todo esto me gustaría saber ¿qué era lo que no les gustaba de Guarapo a estos herederos del pensamiento único?

 

Un nudo se hace con los extremos
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