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El blog de martinguevara

La lenguaja, el lenguajo, le lenguaje.

28 Febrero 2024 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

El lenguaje no incluye ni excluye a nadie, puede discriminar, marginar, estigmatizar, ofender, elogiar, remarcar, ensalzar, enaltecer; pero no incluye ni excluye.

Lo que incluye o excluye son políticas de tolerancia, amplitud mental, desarrollo de la empatía, asentar una economía firme, y sobre todo y más que nada la cultura, y me temo que debo advertirles que la cultura aun cuando no cuesta transpiración o el riesgo de vida (a veces) sí que requiere esfuerzos.

Hay que leer, aprender, entender, reñirse con el confort anodino, con la comida de microwave, con la zanahoria holandesa coloreada de anaranjado.

El lenguaje inclusivo es una de las aberraciones más ridículas que he visto practicar y en la cual vi profundizar a sociedades enteras pretendidamente serias. De modo tal que “muchaches” incluye a "diversidades antes no habitadas" y disparates por el estilo, une muchache es un gay o una lesbiana, trans masculino o femenino, un o una crossdreser, un o una bisexual. ¿Entonces en qué quedamos, el uso de la “E” no excluye mucho más que incluye? ¿No denomina a “todes” los que no son heteros ellas o heteros ellos? ¿Le da lo mismo a una mujer bisexual que se le denomine como a un travesti masculine?

Por otro lado el laberinto absurdo en que convierte algo tan exquisito y complejo como es una lengua, cuando además de la e, se agregan símbolos de la era informática, como la arroba para señalar algo unisex, habrá que arrojar toda la literatura a la basura y a reescribir todos los grandes libros, cosa que entiendo, estuvo a punto de suceder con Le Petit Prince, que se contempló la posibilidad de traducirlo al argot inclusivo mezclado con idioma castellano, sujeto a quién sabe qué pautas, ortográficas, sintácticas y ortotipográficas.

¿Al usar la e para un gay o una lesbiana, no se los exluye de los artículos, la y el?

¿Por qué una persona tiene que estar definida en exclusiva por su elección del objeto sexual, o la identificación con uno u otro género si es precisamente ese estigma el que se intenta combatir?

Luego ¿por qué no incluir los sustantivos? ¿por qué la silla es la, y no "el sillo" o "le sille"? igualmente el martillo podría ser ser "la martilla" o "le martille". La silla nos remite al descanso, al hogar ¿no se está cosificando la feminidad bajo un cliché, del mismo modo que al martillo por su dureza, potencia, capacidad de transformación del medio ambiente, se le supone la testosterona suficiente para serle adjudicado el artículo pertinente a la virilidad? ¿Por qué una sala grande debe denominarse un salón? una señora grande no pasa a ser un señor, sigue siendo señora, en todo caso una señorona.

¿Por qué el gallo no es una galla, o une galle, y la gallina un gallino o une galline, el caballo una caballa (no marina) y la yegua un yeguo,  es que a estos les negamos el derecho a identificarse con el género que más les plazca?

Cuestionemos todo, la nube y el cielo, pueden ser le nube (que ya se escribe con e) la nuba y la ciela o le ciele (de paso nos aproxima al charme francés: le ciel).

Al cabo  ¿por qué se debe decir "la presidenta" si la e de residente, reincidente o presidente no refiere a género alguno? ¿acaso se dice el presidento, el residento o el reincidento?

¿La e de estos supuestos no era ya inclusiva?

Es lo único con sentido común que les he visto hacer a este gobierno ¿A quién se le ocurre que esa demencia se enseñe en la escuela, con qué reglas, bajo qué tradición de uso, y sobre todo en los contratos, las profesiones, los textos universitarios, las novelas clásicas, cómo se haría para traducir esos dislates, cómo se podría convenir en la detección de erratas? Por supuesto que ni este idioma, ni el lunfardo, ni la jerigonza, ni ninguna forma de comunicación más o menos creativa de grupos identitarios, etarios y de clases social, se puede prohibir ni estigmatizar en el ámbito de la vida privada. Eso sí de mejorar la vida de la gente ni de aportar una sola idea en pos de la cultura nada de nada, pero por lo menos que la salven de ese laberinto de disparates que la complican aun más.

El lenguaje inclusivo no es ideológico, ideológico es “El manifiesto comunista”, “Materialismo y empirocriticismo” “Mi lucha” , pero ese meta lenguaje, ese argot, ese dialecto es una expresión identitaria, como todo lunfardo. Intentar imponerlo fuera de su tribu urbana es un desatino que carece de todo propósito.

Incluir a la gente es tratarla bien, ni la “E” ni nada de lo que hasta ahora ha pergeñado este gobierno, contribuye a tal fin.

Principio del formulario

 

Final

 

 

 

La lenguaja, el lenguajo, le lenguaje.
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Mecenas

16 Febrero 2024 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Argentina frizzante, #Opinion crítica., #Relax

El arte es como una flor que sale en cualquier climatología, en cualquier relieve, en cualquier latitud y terreno, puede salir en el desierto como en la selva, en un jardín inglés como en la tundra rusa, en la Patagonia como en Australia central.

Desde la más remota antigüedad los artistas contaron con el favor del mecenazgo, Michelangelo, Leonardo, Velázquez, Goya, Rembrandt, el Caravaggio, Monet, Vermeer, Van Gogh por Theo, Bach, Mozart, Haendel, Beethoven, Chopin, por solo mencionar a los más grandes. Y siempre la nobleza sufragó los gastos y necesidades de bardos, bufones y juglares para divertir a la corte.

Es que de no haber sido así, todos los artistas tendrían que haber sido los hijos de los reyes, los duques, los condes y marqueses, y tendríamos una ristra de lienzos y partiruras pintados y compuestos por esos incapaces de la más simple creación artistica, que nadie, ni siquiera en el funeral de su mascota, se le ocurriría reproducir. Salvando honrosas excepciones como el sueco Prince Eugen que fue un gran pintor, no hay demasiados ejemplares conocidos. No necesariamente la pulsión artística se encuentra abonada por inconvenientes de integración al medie, en espíritus sensibles e inquietos, pero sí muy a menudo y en mayor cantidad de lo que suele admitirse.

Más hacia nuestros días Andy Warhol empezó diseñando discos en RCA gracias a una ayuda de la compañía, Robert Rauschenberg y Richard Serra fueron ayudados financieramente para trabajar con la enorme cantidad de metal que precisaban para sus instalaciones, Serrat cantó en el obelisco porteño gratis para la gente, los Rolling Stones en La Habana y en Copacabana en Río de Janeiro, para medio millón y un millón de personas respectivamente, también gratis para el público, pero ellos cobraron logicamente, Giacometti exponía en plazas del cantón italiano pero le pagaban, Vigeland llenó las calles de Oslo de sus esculturas, a cambio de vil metal. ¡gracias a Tutatis y a todas las deidades!.

De los Medici a los Rothschild el mecenazgo siempre fue restribuído con creces. Y ojo con la versión de que en esa época se financiaba a los artistas con medios privados "con la suya", porque nunca fue más de los trabajadores, siervos de la gleba o esclavos, o sea "la de todos" que en esa época, hoy los estados recaudan de todas las clases sociales, de los sectores productivos, especuladores, rentistas y de gran patrimonio.

Los únicos que siempre estuvieron medio embromados fueron los escritores, ese trabajo tan solitario y duro, por eso escribían en Argentina Borges, Bioy Casares, Benito Lynch, Mujica Lainez, Victoria Ocampo, etc. y a los demás les costaba una ovoide postura de gallina y la mitad de la otra.

El arte surge de cualquier simiente y cualquier país que acune un elemental sentimiento de amor por la cultura tiene como deber regarlo, cuidarlo, protegerlo y después disfrutarlo por el resto de la eternidad.

PD: A todo esto, también soy de la opinión, que llegar a ser presidente de una nación gracias a los consejos telepáticos de un perro fallecido años atrás, requiere de un enorme caudal, aunque no artistico sí creativo, tanto del can emisor como del ser receptor, que merece como pocos bienes comunes, ser materializado y perpetuado su resguardo sin escatimar un solo centavo de fondos estatales.

Mecenas
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El enamorado

13 Febrero 2024 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta, #Relax

Wydma era especial, todo lo hacía con sentido, no necesariamente para obtener algo pero sí habiendo sopesado pros y contras, y para ella empezar en una ciudad tan distinta en todo a su idiosincrasia, suponía una presión extra que de alguna manera debía liberar. Milenko era una perfecta vía de descarga, un tipo alegre, amable, culto, estaba bueno quizás con el culo un poco flácido pero tenía buen rabo, ella solo tuvo que dar unos retoques en las costumbres higiénicas y la sugerencia de cierta variedad posicional en el catre y culinaria en la mesa, por lo demás estaba perfecto, contaba con refugio hasta que pudiese independizarse. Ella le propuso pagarle la habitación que ocupaba, pero Milenko al inicio se negó, solo le puso la condición de compartir gastos de comida y el dispendio por tácito acuerdo, tampoco demasiado seguido, de esa energía hierática acumulada en la semana. Wydma era rubia, tenía el pelo lacio, ojos verdosos, piel pálida, pero sus curvas, el culo, las tetas, los muslos y sobre todo la gracia al andar eran marca registrada de allende los mares hasta el trópico, Milenko se preguntaba como hacía ella para no cansarse de caminar y hablar gesticulando como si estuviese bailando, a veces se le paraba el cohete solo de mirarla, “uf es explosiva, blanca y mulata, dos en una, y las dos son unas bombas”, pero no la molestaba más que esa emergente vez a la semana en que todo parecía confabularse para sintetizarse en un abrazo ¿qué importancia tenía si con génesis en el deseo lascivo o en la procura de un calor protector? Al final era un imperioso anhelo de ambos, el placer y la caución entreverados sin mezclarse intercambiando virtudes, tras el vidrio climatizado de una ventana amplia, empañado por dentro, congelado por fuera.
Ella no estaba enamorada de él, pero la pasaba bien, le encantaba calentarlo y después fornicar con desenfreno. Milenko ya le había dicho que le gustaban las braguitas blancas, de algodón, podían presentar algunos estampaditos tenues que no irrumpiesen en los dominios de la claridad impoluta descolocándola, en todo caso que la potenciasen, le encantaba la vista de la vulva desde atrás apresada por la braga, las piernas que aparecían desde los pliegues que formaban los glúteos y la hendidura de los labios vaginales, y cuando apretaba levemente con sus manos las nalgas cubiertas por esa tela ajustada, suave al tacto, se producía un contacto directo entre la yema de los dedos y la zona del cerebro encargada de enviar de inmediato la señal de zafarrancho al nabo. Una tarde Wydma fue a comprar un nuevo juego de bragas del tipo que tanto a ella como a Milenko le gustaban, en la tienda le atendió una empleada que hablaba español, así que se entretuvo charlando un poco más de lo que el decoro y las buenas formas sugieren, la muchacha era uruguaya, había vivido casi la mitad de su vida en Buenos Aires y ya iba por la otra mitad entre Estocolmo y Gotemburgo. Estaba probando desde hacía pocos meses vivir en Copenhague, pero su intención era mudarse a una ciudad pequeña del interior o a una pequeña isla debajo de Odense, Aero, que se escribía con la e pegada a la a y con un palito cruzado en la o, en el que había pasado tres días en verano. Wydma le dijo que esa era exactamente su misma intención. En realidad no lo tenía definido del todo pero encontrarse a alguien que pareciese tan cercana, tan ella misma y que tuviese esa decisión tomada cuando había cubierto buena parte de la geografía escandinava viviendo, terminó de ponerle la guinda a su deseo hasta ese entonces algo difuso.
Al poco tiempo de conocerse, las latinas en Escandinavia se hicieron tan colegas, que Wydma le dijo a Milenko que prefería ir a compartir un departamento con Norma, su nueva amiga, a la que una semana atrás él había conocido en una cena preparada para tal fin y se habían caído muy bien, aunque Milenko ya había avistado que Norma quería ventilarle la amante, no sabía bien si era algo romántico, sexual o simplemente el placer de tumbarle la novia a un marmóreo ejemplar eslavo. El departamento de Norma estaba en la calle Lille Strandstraede perpendicular y a veinte metros de la muy concurrida Nyhavn, donde estaba el bar cafetería donde había trabajado y casi muerto cuando llegó a la ciudad y donde nunca pudo trancar su candado.
Siguieron siendo amantes pero ya viviendo en distintos lugares, a Milenko en parte le venía muy mal porque de repente se le doblaron los gastos cotidianos y de servicios, pero también en su fuero interno sintió un enorme alivio porque más allá del enigma que ejercía sobre él la mujer de procedencia mediterránea, también necesitaba como agua de mayo esos largos silencios de su entrañable idiosincrasia.
Aún así, se tomaron dos días para despedirse, en el último paseo, la tomó en sus brazos en medio de la plaza donde desde hacía siglos se juntaba la gente de aquella pequeña ciudad a intercambiar sus productos, los de la tierra por otros de la talabartería, los de la herrería por los de la carpintería, donde desde que se colocó la primera piedra de la ciudad las voces de los transeúntes se confundían con el rechinar de una rueda de carro, el armado de una tienda provisional, las campanas de la catedral, la algarabía del beodo más tempranero o las plegarias al nuevo amanecer del más trasnochador, donde habían discurrido todo el espectro de miradas, aquellas que presagiaron un duelo a muerte o las que citaban para una huida a medianoche hacia las inmediaciones de otra muralla, de otra plaza, de otras miradas y bullicios, ella entornó los ojos pasó sus brazos por detrás de la nuca de él y se besaron como en aquellos primeros besos apasionados de la adolescencia, él sintió la paz y el sosiego de la madurez, un deseo que era una bola incandescente dando energía a un motor acostumbrado a largas distancias, motor de mil y una travesías que sin embargo había estado en reposo más tiempo del que le habría gustado admitir. De repente se encendió una luz tan destellante que obnubiló incluso las más firmes certezas, las más arraigadas convicciones, haciendo tambalear todo el constructo en que descansaba la estabilidad emocional y la sensación de control sobre el tiempo y el espacio.
Una placer anacrónico, un tipo de deleite que ya parecía no pertenecerles, no formar parte de los regalos atados con moño que descansarían al pie del arbolito para ser abiertos en la mañana entre el café, la luz y una cascada de ansiedad, mezclado con el temor a que la liviandad volátil sometida al nuevo espacio, sin los cerrojos familiares, las paredes recias, el suelo firme, terminase por difuminar toda la senda fundiéndola en un prado verdecido que disuelve los asideros donde las dudas quedan distantes, despejadas, parapetadas tras una zanja insalvable. La experiencia del vuelo, la ingravidez con su maravilloso techo cubierto de estrellas a la vez que el desconcierto de la intemperie.

El amor en Nyhavn

El amor en Nyhavn

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Tema complejo

5 Febrero 2024 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica., #Relax

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, cantó victoria con el 30% de los votos escrutados. No se sabe aun si con el 85% más o menos, pero todo indica que fue récord universal en mayoría absoluta. Aplastante.

Cierto es que en el exterior y a un grupo de ciudadanos salvadoreños les preocupa el cercenamiento de ciertas garantías democráticas, la comisión de crímenes en la represión y su impunidad, pero un pueblo que vivía sin poder pisar la calle, donde las pandillas de las maras dominaban cada rincón de la sociedad, a las órdenes de intereses corruptos muy superiores y donde el crimen se medía en 100 muertos cada 100.000 habitantes, quien alcanzase reducirlo hasta la cifra de 2 muertos cada 100.000 habitantes y dejase al país libre de pandillas, de mareros y de sus superiores, sería casi considerado inamovible por todas las capas sociales del pueblo. En El Salvador y donde quiera que algo semejante tuviese lugar.

El fenómeno populista Bukele  escapa al clásico paradigma de izquierda antiimperialista y derecha cipaya servil, por ejemplo en una rueda de prensa respondió a un periodista del periódico El País de España, que lo interpelaba por la cuestión de la reelección, como deberían responder todos los presidentes latinoamericano a cualquier impertinencia o bravuconería, en este caso en particular, de un vasallo a una corona: "Amamos a EEUU, Europa, España, queremos ser amigos, socios, pero jamás lacayos, no nos metemos con la monarquía hereditaria de su país y no permitimos que se metan con nuestra manera de decidir nuestro futuro, aquí elige el pueblo"

Preocupa como está tomando este fenómeno el resto de países de Latinoamérica, sumergidos también en una violencia criminal, muy distantes aun de las cifras vigentes hasta hace poco en El Salvador, pero en franco crecimiento, donde se hace difícil la vida cotidiana y la población empieza a ser permeable al debate de elegir entre derechos y garantías civiles o seguridad ciudadana.

A simple ojo de buen cubero, se puede ver a la ultraderecha “fascistoide” de cada nación aprovechar esta volada para justificar en sus límites geográficos la supresión de derechos y la misma represión que fue necesaria en El Salvador, y por otro lado vemos condenar duramente los métodos para la limpieza de tan voluminoso nivel de crimen, a sujetos con conciencia social progresista provenientes de clases medias, criados en ámbitos con tasas de delitos irrisorias, que en toda su vida no pisaron un barrio de alta criminalidad, más allá del tiempo que les llevase hacerse con su bolsita de hojitas, sus gramos de polvitos, o el que les ocupase hacer los trabajos comunitarios de solidaridad durante las horas de sol.

En esto como en todo no es una sencillo encontrar un equilibrio, situarnos en la zona más razonable donde quede suficiente margen y sangría para la maniobra, la escucha y la concordia. El tema es complejo.

 

Tema complejo
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Tema complejo
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