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El blog de martinguevara

Haza; Miller & Yo.

29 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba flash.

 
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Entrevista en RNE Exterior.

28 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

 

 

 

 

Entrevista concedida a radio nacional de España, al programa Europa abierta, una charla en la que me sentí muy cómodo, porque entre otras cosas hicieron preguntas sobre Europa, tema que me subyuga.

Debo aclarar dos cosas, una es que lo de la aristocracia obedece a la comparación con el resto de la población en deberes y derechos, admito que frente a los emonumentos de los Windsor estábamos en ligera desventaja.

Yla segunda, lo de que en América Latina, primero debese solucionar el tema de los alimentos y luego los derechos. puede parecer un desliz de la clásica formación que tuve. Así fué, un lapsus.  Justamente pienso que las libertades deben ir todas de la mano de cualquier beneficio, ya que el primero de estos es la libertad de decir: Sí o No. Y además no veo inconveniente en que así sea, a no ser que se persiga alguna otra cosa que ya nos huele a conocida.


http://www.rtve.es/alacarta/audios/programa/europa-abierta-martin-guevara-cuba-viviamos-como-aristocratas/1283118/

 

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Ciclón Pragmático.

24 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión

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La verdad es que me regurgita que los que enviaron a prisión y  le torcieron la vida a tanta gente en Cuba, por mucha menos traición a los  supuestos principios del marxismo leninismo que lo que hoy se tercia, sean los otrora verdugos, que como si hubiesen actuado de buena fé ys sin consecuencias,  dicen que hoy toca tragar con esto, por el bien de no sé que especie de abstracción del Socialismo para marxista, meta bolivariano y post martiano. Aquellos que juraban amenazantes, que morirían antes de ver caer el socialismo hoy menean el rabo frente a las reformas. Recuerdo que se acostumbraba  enviar al paredón a personas, por propuestas mucho menos atrevidas que esta  rotunda capitulación.

No me sorprende en absoluto. Si alguna vez tuve la oportunidad de cruzarme con algún comunista en mi vida, cosa que no  recuerdo con precisión  con toda seguridad no fué dentro de los contornos de la isla.

Tal vez estas palabras estén guíadas por un enrevesado sentido de la justicia, o por cierto resentimiento,  la verdad es que hoy conviene, por el bien de la humanidad que se le dé una oportunidad al pragmatismo, lo que ahora toca, es la mesura.

El actual indulto de presos del gobierno de Raúl Castro, y el de la era Carter con más de 3600 presos políticos removidos de sus celdas, desde donde hacían su aporte a la sociedad del hombre nuevo, es a lo que me refiero cuando digo que sólo con gobiernos de políticas dialogantes, de características reposadas, se logra desarmar la bravucona actitud de trinchera, tras la cual se avalan la mayoría de los desmanes de todos los gobiernos personalistas, autoritarios y dictatoriales, como el que nos ocupa. Y no a merced de estrictos bloqueos, de sitios a las economías, ni por supuesto, de acciones militares. Se consiguió mucho más con los gobiernos de Zapatero y González que con los de Aznar y el propio Franco que, en correspondencia, nunca criticó a Fidel.  Del mismo modo con Carter Clinton u Obama más que con llos conservadores de Estados Unidos.

Me atrevo a pensar que Raúl estaría haciendo mucho más en el sentido positivo y correcto, en el sentido patriota de no ser por las resistencias internas, y externas. Por los lobbies fidelistas y los de la más frontal oposición a todo lo que sugiera revolución. Sólo la edad y un cúmulo poco presentable de tropelías a lo largo de su vida, le impedirán a Raúl desarrollar todo ese potencial aprendido en las FAR, institución que contaba con el orgullo de poder decir, que cualquiera de sus coroneles podía ir durmiendo con la boca abierta y la cabeza echada hacia atrás en una guagua de circulación pública, y no pasaba nada, eran hasta queridos en el barrio, cosa que el MININT , ni el Comité central ni el Buró Político, pudieron siquiera sugerir jamás, por ninguno de ellos existió nunca simpatía popular alguna, sino temor. Excepto por las FAR.

 Parece una contradicción que elogie las FAR siendo pacifista convencido, pero la practica de la observación y el análisis me dejaron este conocimiento empírico del cual no me puedo substraer. Las FAR no robaban, mentían poco, y, lo máximo en lujo a lo que accedían a niveles populares, era una moto con side car, para lo cual había que ser coronel, o un mayor destacado.

No comían jamón a la vista del pueblo.

Y hoy por la razón que sea, conveniencia, clarividencia, rectificación o lo que se tercie, Raúl ve que el camino esta mucho más desviado que lo que cabría suponer, y lo que gustaría aceptar.

El ingrediente del que sí carece tanto el general, como toda esa cúpula demasiado mal acostumbrada es el de la tolerancia, el de la incorporación de todas las sensibilidades y percepciones sociopolíticas, al debate de como llevar el barco a buen puerto. 

Cuba cuenta con valiosísima situación de un país con el contador puesto a cero, nadie confía en más promesas de una sociedad de igualdad en las penurias, de igualdad en la censura y la restricción, ni en los cantos de sirena de un capitalismo tan decrépito que ahora quiere hacer responsables de sus excesos y abusos, a sus victimas.

Si lo que se persigue es el empecinamiento de que caiga Fidel & Cía., estas pequeñas hendijas de libertad son contraproducentes , ya que dan aire, pero si lo que se desea es el confort, el bienestar del pueblo de Cuba, entonces lo mejor será que lo negocien  caracteres como Obama y Raúl , y que se aleje de las manos de los  Bush y de los Fidel, aunque de éste último, solo haya habido uno, y esperemos que así continúe siendo.

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Bye Zapa. Hi Jaguar.

23 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

 

 

 

Bueno, se fue Zapatero de la Moncloa. Adiós a la forma de hacer política con talante.

Unos discutirán si en mayúsculas o no, pero nadie parece ya negar, que se fue el presidente menos beligerante, más cercano a los valores universales que propaga el europeísmo que haya habido por estos lares, y que habrá en lo que respecta a lo inmediato.

Una vez fuera de discusión su onda expansiva de buenos modales, fuera del peligro de modernización, de aggiornamiento que esta figura nos proponía, haciendo tracción paralela, casi obligando a mostrarse tan soez como se quiera ser o hacer méritos para lijar asperezas, sin  siquiera mostrar cierto rubor, hacen propias esas formas y nos imploran ahora seamos cuerdos, seamos sosegados.

Sus detractores, los de los últimos años, nos proponen hoy que seamos buenos aprendices de su legado y ayudemos en todo lo que podamos a este nuevo ejecutivo que comienza, que tiremos del carro todos juntos, con talante y sentido de unidad.

Nos lo piden sin excusarse por la actitud de que hicieron gala, de escasísima contribución en materia de apoyo al gobierno,  de trabajo, de suma de fuerzas para combatir la crisis, en fin, lo que vendría a ser de patriotismo, en lugar de patrioterismo.

Nos lo piden sin dar una sola noticia agradable a la población. A la misma que los votó en masa, castigando al gobierno nacional, culpable de la crisis a nivel internacional, una vez que esta ya tomando conciencia  de su craso error, comienza a divisar en el horizonte la caballería que está por atacar con los peores augurios posibles. A saber, que no solo no mejorará el paro si cambia de gobierno sino que empeorará, y substancialmente, durante tiempo prolongado. Y que degenerarán beneficios de la clase trabajadora, de esa clase de la que hasta unos pocos meses atrás, muchos renegaban, y ahora intentan apropiarse de su costado más humilde, para despertar la pena de quienes no mostraron el respeto.

 Nos piden hoy que seamos buenos, que por favor entendamos que no es tiempo para manifestaciones, para una oposición despiadada como la que ellos ofrecieron.  Nos invitan a la lealtad. Como si hubiese que explicarnos justamente a nosotros lo que eso significa, y como si fuesen ellos los indicados para hacerlo.

Ana Botella se queda como alcaldesa de Madrid. Un ejemplo en gastar dinero del erario público. Ni que hablar de Isabel Carrasco, en  la provincia de León, que cobra más dinero que el presidente de la Junta de su propio partido, por no hacer practicamente nada. O la Lola Cospedal, que no para de adicionarse cargos y salarios nada exiguos,  a la par que no deja de comunicar nuevas restricciones, despidos, ajustes.

En medio de todo esto nos llega la noticia de que Ana Mato ocupará la cartera de la salud, el buque insignia de los servicios sociales de un país.  Que se excusó del desliz de complicidad en apropiación indebida de dinero público con fines de lucro, cual esposa de aquellos pintorescos mafiosos, que aseguraban no tener ni idea de el enriquecimiento del marido, y que aún pensaban que el hombre empuñaba la azada en el surco siciliano, sin reparar demasiado en las joyas, casas y yates, que por ósmosis se iban incorporando a la vida cotidiana. 

Alguien que mientras el marido se enriquecía ilícitamente, y con él su familia, no apreciaba delito ni anomalía en tal actividad. Más allá de que la argucia sea eficaz frente a los tribunales, la pregunta es ¿ puede alguien así llevar el destino de los recortes en Salud?.

En este particular caso subyacen dos particularidades, de la cuales será menester que  la providencia nos mantenga a salvo de que terminen constituyendose en la línea ideológica de los próximos cuatro años. Una es la toleancia y connivencia con comportamientos delictivos de tal embergadura y sobre todo , de tan manifiesto mal gusto.

La segunda es aún más grave. En la excusa presentada y aceptada de que ella es sólo la mujer, y no tiene porque saber los manejos de los recursos del hogar, reside una de los mayores bastiones del machismo endémico, es la idea de la incapacidad de la mujer para manejar la economía hogareña.

Si bien por sí solo este matiz resulta impresentable en una sociedad moderna, más aún si la que lo esgrime tenía entonces a su vez una responsabilidad púbica, con acceso a erario, el añadido de que quien se manifiesta como una inútil para percibir tales movimientos de bienes en sus narices, como automoviles de lujo, viajes, matrículas de escolarización de sus propios vástagos en escuelas de lujo, sea ella misma, lo convierte en un cóctel más que explosivo para dirigir una de las carteras más importantes y determinantes del futuro social de un país.

Si la ya declarada impericia para detectar fugas escandalosas a nivel doméstico, no fuese óbice para inhabilitarla de cara a manejar un presupuesto mucho más presto a confusiones y equivocos que la economía de una familia, creo que su interpretación del lugar que debe ocupar la mujer en la sociedad frente al hombre, es tan poco moderna y sofisticada incluso para un partido como el PP, que me pregunto, ¿hasta que punto está dispuesta la ciudadanía a retroceder en logros sociales, bajo el pretexto del retroceso económico?.

Lo que sí constituye un hecho, aparte de todos los logros sociales obtenidos durante estos años pasados, es el contagio más que conveniente que ha significado en la población, y hasta en la cúpula política de la oposición, esa pausa, ese tempo relajado, dialogante, hasta curativo, impreso por el carácter de Zapatero, que al principio daba lugar a la chanza, pero que al cabo de unos años de práctica,  hasta lo han hecho suyo en las reclamaciones, aquellos rabiosos defensores de la pica en el lomo del toro,  los adalides incluso, de la propagación del SIDA por la exclusión del profiláctico.

Espero que esto ya no pueda ser eclipsado por una crisis económica, con su vértice y génesis en lo mas granado del mercado. Esta intrusa tan propicia, para quienes llevan años planeando ejecutar todos los recortes posibles a los gastos de la gente común.

Quizás junto a aplicar recortes mayores que lso que nadie aplicó jamás, subidas de impuestos que juraron hace un mes que no ejecutarían jamás, avales a la comunidad autónoma de Valencia, para que no quiebre,  comunidad donde han tenido lugar las más obsenas muestras de corrupción berlusconiana, gobernada por el PP desde hace tres legislaturas, tal vez unido a pedir el apoyo y el talante al partido perdedor de las elecciones , quienes no supieron brindarlo ni un solo día en casi ocho años de política en la oposición, nos sorprendan esta vez , con que no sólo aprendieron a dictar las órdenes con actitud calmada, sino que también tendrán la capacidad de escuchar, cuando les reclamemos en voz baja, acorde a lo aprendido, los mismos derechos que en  un otrora  muy cercano, se reclamaban a gritos y llamas en el horizonte.

 

 

 

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Luminosidad. II.

23 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

 

Soriana se tomó el tiempo necesario para contarle su historia.

Había viajado a Cuba por el trabajo de los padres, la madre, Svetlana, era una mujer liberal que encontró eco entre los cortejadores cubanos de Miramar y alrededores. En aquella isla nadie pasaba demasiado tiempo en su departamento, ni siquiera en el hotel Sierra Maestra.

Cuando regresó a Rusia se acabó todo lo que se daba, la familia era comunista a la manera en que se solía aceptar pertenecer a esa logia, más bien un rasgo identitario, de sentido natural de preservación de la especie. Lo cierto es que no sabían hacer otra cosa que ser obsecuentes del régimen; cuando todo acabó, los conocimientos de sus padres como técnicos no sirvieron de mucho en la nueva sociedad del tira y encoge hasta reventar las costuras.

El padre se dedicó a la bebida aún con mucho más ahínco que en Cuba con el ron y la vodka Limosnaya.  La madre lo dejó antes de constatar lo peor de la decrepitud, no aguantaba bien los puñetazos con las manos cerradas que le propinaba el marido en todo el cuerpo y se fue un día mientras el ruso vomitaba boca arriba en la cama. Su hermano fue preso a una cárcel soviética, por dedicarse a vender pantalones vaqueros comprados con dólares que adquiría a través de los turistas, con tal suerte que al poco de caer preso, se despenalizó esa actividad comercial, pero no con caracter retroactivo, y tanto él como otros presos debieron sentir el rigor de los jefes mafiosos con semejantes panolis lavando ropa interior y vistiendo tutú de bailarina cada vez que los capos lo pedían, mientras en la calle la gente ya podía comprar y vender.

Ella encontró ese panorama desolador y se fue a la casa de una amiga. De ahí se fue a vivir al interior de Rusia y conoció un hombre amable con el que se casó y tuvo una cría.

Le contó que regresó a Moscú pero no había espacio para una madre joven que venía de un fracaso matrimonial y laboral. Entonces partió a Alemania con lo puesto, trabajó duro y aprendió alemán. Se tatuó un guerrillero en el brazo y una mariposa en la espalda, y aunque no mucho después se arrepintió de aquella marca gráfica bajo su piel, decidió no quitarsela, como testimonio de una época. Una vez en Hamburgo, tuvo problemas serios a causa de los papeles , Europa  desmejoró mucho después del Euro-dijo.

Un conocido de su madre, le presentó a un amigo que estaba buscando gente para trabajar en España, en la costa del Sol, necesitaban personas que hablaran ruso, a propósito de la vasta clientela que había comenzado a fluir en los últimos años en la costa española de nuevos ricos del Cáucaso, algunos exageradamente ricos y otros en vías de desarrollo. Le habían prometido que trabajaría en relaciones públicas de una importante cadena hotelera, al principio en la recepción y luego si demostraba tener madera, se iría abriendo camino en un ambiente de mucha pasta. No le escondieron que quizás el camino se hacía más rápido si estaba dispuesta a algún que otro intercanbio de secreciones. Cosa que ella, como era natural, ya sabía bien.

El único inconveniente, le dijeron, era su niña, no podía llevarla consigo. Por lo que hizo un viaje a ver a su madre y le pidió encarecidamente que cuidara de la nena, que ella le iba a mandar el dinero necesario para toda su manutención, e incluso un plus. La madre aceptó recalcándole que ese dinero sería indispensable para que no tuviese que entregarla a los de asuntos sociales.

Natasha, que resultó ser su verdadero nombre, sonrió, y dijo:

-No hay problemas babushenka, tendrás tu dinero.

 

Llegó a Málaga para trabajar como prostituta en un barco, y desde que llegó recibió una paliza, tan inesperada como fuerte, para que le quedase meridianamente claro que aquello no iba en broma, el encargado le aseguró que ahora les debía mucho dinero a la organización y que ella era libre de pagarlo e irse, pero que si se le ocurría escapar sin pagar buscarían a su madre y a su nena y harían borshe a ambas.

Se acostumbró a vivr como pudo, como se hace cuando acaece una desgracia, sumada a una y mil traiciones, a un pasado escaso en alicientes, se acostumbró del mejor modo que pudo a sobrevivir. Llevaba dos años ejerciendo la prostitución en diferentes lugares de España, había bajado su categoría de puta de semilujo a puta de burdel decente, por culpa de su carácter, su mal humor y el inexorable paso de papá tiempo.

Una vez intentó escapar y dieron con la madre diciéndole que si se ponía en contacto con ella le dijese que esperarían  dos semanas a que regresara , antes de mandarla al fondo del río Volga.

Durante ese tiempo Natacha no pudo enviar el dinero que había prometido, y la madre debió procurarle a la nena, otra vivienda y familia, pero pensó en algo mucho más humano y mejor para la criatura que los organismos estatales de acogida de niños pobres de la Rusia post socialista,  la cedió a una familia que deseaba con toda el alma tener una nena, y agradeció que fuese una niña que hablaba el alemán como el ruso, que tocaba piano y sabía hacer las camas. Tampoco pasaron por alto la belleza de la tierna y flamante hija. Aunque la nena no corría riesgo, a priori, sabía que si torturaban a la madre les diría donde estaba su hija. Y aunque no sentía demasiada gratitud por su vieja, tampoco era cuestión de cargar con aquel peso. Así que decidió entregarse a sus captores.

La enviaron a Valladolid para que escarmentase, aunque con la promesa de que si en un año lo hacía bien regresaría a los buenos destinos soleados del paraíso español.

 

-Esta es brevemente la historia de mi vida- le dijo Natasha a Combi, quien hasta ese momento había  respirado casi sin molestar a sus propios labios, entonces se permitió un suspiro, que más parecía la exhalación de un alivio que la de una pena solidaria.

En ese instante llamaron a la puerta y ella regresó diciendole que el tiempo había expirado.

Combi no salía de su asombro, Svetlana Natasha o como se llamase, le pidió perdón por no haber podido hacer un servicio corractamente y le rogó que no se quejase por ello, Combi la miró como pudo, hasta que quedaron sus ojos frente a los de ella, la tomó por los hombros con firmeza,  en su pecho se apretaron dos tipos de congojas, uno por aquella criatura y otro por sí mismo.

Pagaré otra hora, no te preocupes.

Ambos bajaron al hall de entrada y volvieron a subir al cuarto. Dentro de cada habitación la gente bajaba y subía las caderas. Bajaban y subían sus respectivas miserias. Parecía no haber sitio más alejado del amor, de la caricia, que aquella colmena de abejas lastimadas.

Combi tomó sus datos, y no se atrevió a dejarle su número de telefono por elemental cuidado a su matrimonio, a su trabajo, y a aquella mafia. Y un poco cuidandose de si mismo, de lo que podría ocurrírsele. Natasha terminó de apuntar los datos y le dijo que se relajara que lo trataría bien, estaba todo pago. Combi, le hizo un gesto con la mano, ni una grúa hubiese conseguido levantarle el exiguo colgajo en esas circunstancias.

Bajó las escaleras con ella de la mano. Cuando llegaron al rellano la miró y vio a través de sus inmensos ojos, en la oquedad de una mirada que contenía todos los rincones malolientes de los peores puertos de Europa, la evanescencia de lo que alguna vez pudo ser una súplica de auxilio. Pero se dió cuenta, que la mirada de Natasha había cambiado diametralmente en pocos segundos, se había alejado hacia el infinito, le dijo adiós, con cierta prisa por ir a por otro cliente; estaba otra vez en su combate.

Combi salió de allí decidido a ir hasta el final de las cosas.

Entró a comer a un restaurante buffet vegetariano, de una cadena local, se dió un atracón. Se metió al cine que había en el centro comercial, daban una de la mafia rusa con Viggo Mortensen, pero la evitó atracandose de palomitas de maíz y refresco de cola en una sala donde estrenaban una de amor. De a poco se fué diciendo que no había demasiado que pudiese hacer que no fuese encontrar la manera de denunciarlo.

Al cabo de un par de años, le avisaron que la publicación de su libro era inminente, que debía irse preparando para entrevistas y conferencias. Se tomó  unas vacaciones con su familia en Amsterdam. Cada tarde después de pasar un rato en los cofee shops, paseaban un rato por el barrio rojo, y se divertían con la manera en que los japoneses observaban atentamente a las chicas a través de las vidrieras, agachándose sin ningún pudor para observarles la entrepierna.

Combi pensó que quizás Natasha ya podría estar bien, que hasta los peores momentos pasan, y que en todo caso ella era una mujer muy fuerte. Mucho más que él, que al fin y al cabo no era culpable de nada.

-¿Ni responsable? se preguntó.

Pero a Natasha le habían agujereado el alma con semen frío, le frieron el cerebro, comieron su corazón y arrojaron su cáscara a los pies de una tarde castellana. No le quedaba jugo, solo hiel, acaso le había dado una de sus últimas tardes de familiaridad, cosa que lo había marcado tanto a Combi que de un tirón escribió un trabajo de fición sobre la problemática de la trata de blancas. Se dijo a si mismo que cuando juró llegar hasta lo último de aquel asunto, no se refería a algo diferente de aquello, aunque naturalmente, aquella postrera interpretación no conseguía tranquilizarlo del todo.

Ya estaba a punto de publicar sus reflexiones sobre esta forma de esclavismo moderno en el corazón del Primer Mundo, con la aquiescencia de todos los géneros, estratos sociales e instancias legales, con toda la moral, la ética, y la justicia en conocimeinto de ello, tolerándolo y hasta promoviéndolo 

En su trabajo explicaba los traumas de aquella vida y sus posibles desenlaces. Pequeños toques en la puerta de su cordura con los nudillos de la suerte. A través de su trabajo literario, Combi estaba a punto de presentarse como un hacedor de justicia, como un ser con sensibilidad social, estaba a punto de creérselo.

 

Y a punto de cobrar por ello.

 

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Luminosidad. I.

22 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

 

 

Habiendo terminado su trabajo temprano en la provincia de Valladolid, Combi decidió quedarse en un hotel en Tordesillas, ciudad del toro, de su iconografía, y de la resistencia tradicionalista de la inquisición española que rodea a lo más retrógrado del toreo, y que se representa en el espectáculo del sufrimiento, argumentando el valor plástico del arte de la tortura, las cualidades estéticas de las poses y el valor del hombre frente a la bestia, que curiosamente, no dejan de ser ciertas del todo.

También la ciudad del tratado que dividió el mundo en dos, una mitad para Portugal y la otra para España.

 Acostumbraba a dormir en un hotel  que tiene todas las comodidades que se pueden pedir para descansar bien de una jornada de trabajo en la carretera. Prefiería los hoteles alejados de los centros urbanos para aparcar mejor y no entretenerse en las aventuras que brindan las ciudades.

   Cerca de Tordesillas está el puticlub mayor de Castilla y decidió darse una vuelta por allí. Se dijo a si mismo que sólo para ver de que se trataba, ver las chicas, juntar un poco de calentura, relevar la testosterona ralentizada. Se le ocurrió el truco de entrar hasta la barra y una vez allí, cuando se acerca el barman preguntarle hasta que hora abre el lugar y luego marcharse, de ese modo poder pispear tetitas y piernas, sin usar la nariz. Actividad pajeropinta.

 Una vez dentro se percató de que el sitio era mayor de lo que imaginaba, dos gorilas flanqueaban la puerta, los saludó con una media sonrisa entre cómplice y tímida y solo recibió como respuesta un leve movimiento de cabeza y una mirada que lo auscultó de arriba a abajo.

"Puedo reconocer a un policía, a un soldado o a un chivato, allí donde se produzca la mirada sin importar si proviene de unos rasgadísimos ojos orientales que casi no permitan acceder al brillo de la pupila, o de unos ojos endurecidos, del este de Europa, por ejemplo rumanos como apostaría que son en este caso", pensó Combi.

  A los portones de entrada le seguía un hall amplio, donde dos máquinas expendedoras de dinero, una de cigarros, y otra de condones esperan el sino d ellas monedas, detrás había una recepción donde una mujer gruesa, que no aparentaba ser la estrella del lugar, miraba sin embargo con una sonrisa mucho más acogedora que la de los dos grandullones de la entrada. Se escuchaba la música proveniente del salón contiguo, apabullado de luces rosadas y violetas, que ahorraban todo trabajo a la sugerencia, sin embargo pensó que daba gusto oler el aroma de esos sprays dulzones, como perfumes búlgaros. Entró.

 En cuanto abrió la puerta se amplificó en sus oídos la música. Y lo que más le sorprendió resultaron ser las chicas. Eran casi todas muy jóvenes, esbeltas, con cuerpos  fantásticos, caras atractivas, había algunas ya no tan jóvenes pero igualmente bellas. Estaban vestidas con paños reducidos que permitían apreciar las bondades de sus naturalezas. Algunas iban con tangas que dejaban atisbar el trasero y el pubis.

Las chicas paseaban de un lado a otro mirándose entre sí, a él, o a los pocos pasmados que se detenían ante tanto estrógeno dormido, una de ellas se detuvo a preguntarle su nombre y si quería tomar algo, Combi siguió moviendose en varias direcciones antes de dirigirse a la barra a hacer su numerito para tener la excusa de salir.  El club era espacioso y contaba con varios salones. Experimentó súbitamente una tremenda erección cuando una joven se le aproximó tanto que aplastó las tetas en su pecho y cruzó su pierna por entre las de él preguntándole si deseaba subir a una habitación con ella.

El camarero lo miró fijamente.

Combi se sintió increpado y le dijo que estaba buscando a una chica especifica que no veía por allí, entonces  salió del recinto nuevamente al hall de entrada, estaba excitado y no sabía bien que hacer. Lo que menos tenía eran ganas de marcharse de allí sin echarse un revolcón primero con cualquiera de las que había visto, todas le gustaban, todas le parecían lindas, estaba asombrado de su escasísimo sentido de selección. Esperaba encontrarse con el tipo de mujer que imaginaba había esos lugares. Pero aquello rompía sus antiguos esquemas. y hacía tambalear su moralina de entrecasa y sus convicciones de pacotilla. " Soy un hombre de familia", solía decir cuando, de vez en vez a la salida de alguna reunión,  los compañeros de trabajo, algo más aligerados de prejuicios que él, se proponían a salir en busca de algun buen rato convenientemente abonado.

Entonces se dirigió hacia la entrada y les preguntó a los muchachos hasta que hora estaba aquello abierto, -hasta las cuatro de la mañana, le dijo uno de los dos, con toda la amabilidad que cabía esperar de ellos.

Subió al coche y salió con la intención de regresar al hotel, pero a los dos kilómetros, en vista de que el empalme no solo no se le había atenuado, sino que se intensificaba a merced de los juegos de la imaginación, pegó la vuelta, volvió a saludar a los dos gorilas, aunque en esa ocasión con menor despliegue de simpatía, quizás con el fin de resultarles más familiar. Como si a los tipos duros se los pudiese engrupir tan facilmente.

Subió a a una habitación con una doncella, de pelo liso castaño hasta la cintura, que hablaba español con una voz de acento indefinidamente eslavo. El pantalón le  crecía dos tallas más por el lado de la bragueta. Nunca se la había visto de ese tamaño, deseaba inmortalizar el momento, que algún acontecimiento mágico, le permitiese conservar ese perfil combado, en en esos poco llamativos bultos que formaban los pliegues habituales de sus blue jeans. Aunque en realidad estaba más entretenido mirando la belleza con que estaría trincando tan solo un ratito más tarde, unos metros más arriba y un abismo más abajo. Ya le había soltado  cuarenta euros que costaba su servicio  y ella se los había entregado a la de la recepción.

Combi, que no veía unas piernas así ni en la playa, ya que veraneaba en la zona de las familias, no podía creer que por solo esa suma de dinero estuviese a punto de comerse aquel conejito.

La habitación estaba a tono con todo lo demás. Primero le preguntó a la chica por su nombre y luego por su procedencia, de repente se vió adquiriendo una molesta y no tan deseada familiaridad, preguntandole si extrañaba su tierra.

La chica tenía un tatuaje en la espalda, un tanto revelador de que por más modosa que se mostrase, era lo que se dice coloquialmente, un tirito al aire. Le apretó las nalgas y se dieron un beso de lengua. Eso le hizo derramar unas gotas de semen.

Se llamaba Soriana, como si fuese de la provincia donde el poeta Machado gastó gran parte de su genio. Pero no era de allí, había hecho un largo viaje hasta esa carretera infernal.

Cuando le dijo que era rusa, Combi le preguntó: ¿ cag tiviá sabú? Palabras que había aprendido en Cuba. Ella pareció soprendida y le preguntó por qué sabía ruso, él le dijo que sabía unas pocas palabras porque las había aprendido en la isla caribeña. Ella por primera vez, se quedó mirandolo en serio a Combi, no al cliente, estuvo así un rato en sillencio, con las piernas cruzadas.

-Viví allí cuando niña, le confesó, echando un brazo hacia atrás y apoyándose en la almohada, tomando posición para una conversación más larga de lo previsto. Se había criado en La Habana, en el edificio Sierra Maestra de Miramar donde vivían las personas de los países socialistas de Europa, destinados a Cuba para trabajar como técnicos extranjeros,  de aquella época conservaba ese castellano impecable. El caso fue que la conversación dejó el derrotero profesional y comenzó a centrarse en sus vidas. Le contó que provenía de un pequeño pueblo que estaba maldito.

Si bien Combi, en parte lamentaba haberse alejado del subidón inicial, y empezó a temer que toda evidencia de la lujuria que iría a experimentar esa tarde, se reduciría a una poco novedosa mancha fría en su ropa interior, es cierto que también entraba en un territorio en cual sentía mayor comodidad, además de que en cierta forma le autorizaba a estar allí.

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Gooool!

19 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

 

 

Una conversación reciente me remitió a una antigua aunque no archivada alergia, a una suerte de mecanismo, que siempre ha conseguido disparar la caridad de las almas culposas, de las mesiánicas, de las aventureras, de las reflexivas y de las solidarias.

La conversación giraba en torno a la presunta cualidad de las personas pobres, que aún llegando a lo más alto en la pirámide social, entendida por fama alienante y sólidas sumas de dinero, se mantienen fieles a sus orígenes retornando de vez en vez,  micrófonos y cámaras mediante, a sus raíces a través de alguna pantomima más o menos efectista.

El mecanismo al que adeudo importante cuota de alergia es la pasión por la pobreza, la miseria o los miserables. La mutación hacia un ser cuya principal arteria resulta ser el hallazgo de la desgracia en el prójimo, para encontrar sentido en la propia vida, para acallar las carencias propias, a la mayor brevedad, simplificando y resumiendo todo lo posible. Y de modo especial a la utilización de estas almas,  de sus carencias, de sus lamentables apariencias, de sus vidas, habitadas de los mismos sentimientos que otro ser social, entre las cuales cabalga el bien y el mal con la misma intensidad en el galope que en cualquier otro medio.

Crecí entre personas que hicieron de la idealización de la residencia de la bondad  en la condición de la carencia material, un modo de vida, un medio y una meta en sí.

Me resulta tan fantasiosa la procura de una veta idílica del pobre, de la beatificación de la miseria, como la culpabilización inquitante y perturbadora de la misma, por quienes encuentran allí un chivo expiatorio perfecto para sus intereses.

Guardo una distancia  prudente con los estereotipos, y huyo de los de este orden,  como de la poesía renacentista.

Escuché decir una ocasión que cierto deportista de éxito económico, era un ídolo porque no había perdido su nexo con el barrio que lo vio nacer.

A saber, el tipo de población emergente armada por inmigrantes  o desahuciados no bien recibidos en las grandes urbes, barrios satélites de los basurales, focos de la escoria que arroja incluso la clase trabajadora.  Nichos fabricantes de desarraigados, de seres excluidos, profundamente discriminados, donde se obra una gran porción de resentimientos sociales.  De sitios que solo suscitarían la alegría de cualquier ser equilibrado, con la noticia de su extinción y el arribo de sus habitantes a una calidad de vida mejores. 

Me asombró escuchar a alguien de probada formación,  creer que al citado deportista, le honraba rememorar, añorar y reivindicar el modo de vida de semejante sitio. Sin renegar, dicho sea, de los flamantes  lujos propios de millonarios de plastilina, coca & Ferraris.

Las villas miserias, poblaciones callampas, favelas, solares, chabolas, guettos, o cualquier otra denominación semántica para indicar a esos dormideros forzozos, constituyen residencias de emergencia,  temporales, concebidos para ser abandonados a la más mínima posibilidad,  marcados a fuego con sus nombres despectivos, plastica y estéticamente emparentados con las representaciones del pecado de El Bosco.  Sitios  así nos indican justamente, que todavía queda mucho por hacer para sacar  nuestros traseros de dos especies de pozos , de dos tipos de oquedades, una a la que nos somete el abuso de una sociedad deshumanizada, y la otra, el agujero cultural de donde resulta más difícil rescatarnos.

Durante un tiempo deambulé por albergues para necesitados, pernocté en residencias de personas de ánimo destruído, de ropa sin bolsillos,  dormí en algunas calles y en muchos caminos, en las horas más bajas de mi vida, compartí albergue con seres a los que solo les quedaba un aire de cuando fueron gente. Y una mirada sin brillo.  Aquello comenzó como un coqueteo con los intocables de occidente, los mendigos, y con mis propias ánimas, y terminé quedando atrapado por más tiempo del que me hubiese gustado permanecer. Pero esa es otra historia.

Sin embargo fue una escuela de fuego. Aquello que me enseñó permanece marcado. 

Y no vi a muchos romanticos por esos lugares.

Por ello siento simpatía por la persona que habiendo conseguido superar ese modo de vida, utiliza la oportunidad para  llenar su cotidianeidad de formas amables,  adquirir sofisticaciòn y conocimientos, que sumados a los profundos valores de lealtad y coraje, que con mayor frecuencia en su origen se encuentran, suelen formar una personalidad de rasgos únicos, incomparable. Mucho más que por quien defiende a ultranza la permanencia en la procacidad, incluso en la holgadez de  la vida suntuosa, y además piensa que ello amerita.

Me remito las palabras de una amiga, que suele apuntar:

_ Somos de izquierdas, siempre  cuando sea para repartir las oportunidades de acceso a la belleza , no para  elevar de categoría el espanto, ni cantar odas a los basurales.

O cito a Marguerite Durás: "Cuando se tiene cierta moral de combate, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso".

 

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Gente.

19 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

 

 

 

Días atrás un desaprensivo hundió la parte trasera de mi "Buga" tras colisionar en la autopista de Barcelona a Madrid. Ese pequeño daño provocó que el maletero no pudiese cerrarse, y en consecuencia tampoco las cuatro puertas, a merced del sistema centralizado moderno que, o cierra todo o nada. 
Dejé el automóvil dos días en el garaje del hotel, y me moví en taxis y metros subterráneos, que en Madrid es un medio mucho más cómodo que el vehículo particular. Luego regresé a León, con el bólido dando bocados a lo loco en la carretera cada vez que se encontraba un bache.
Tuve una experiencia casi religiosa. La gente, en un número que no me atrevo a aventurar, ya que correría el riesgo de parecer exagerado, me fue escoltando por la ciudad, hasta que tomé la carretera, con bocinazos, señas de luces, aspavientos con los brazos para indicarme que llevaba la bragueta abierta, y tenía el blues de los dientes metálicos.
Pensé que al fin y al cabo la gente no es tan insolidaria como aparenta, no están tan ensimismados en sus asuntos como parece, algunos incluso disminuyeron la velocidad. 
¿O sería más bien debido a ese placer oculto que da ser el primero en dar una noticia?. 

Poco importa.
Pensé que si todos hiciésemos lo mismo con la enorme cantidad de almas de maleteros rotos, de corazones de cofres partidos, de suertes defectuosas y vidas sangrantes, y nos pudiésemos detener, aunque solo fuese a alertarlos de su situación, a lo mejor conseguiríamos darnos entre todos ese abrigo intimo, ese sentimiento mullido de creerse bien acompañado. De engañar a la soledad por unos instantes.

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Besos fríos.

14 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

 

 

Una persona me abordó con una acotación a una opinión vertida por mi sobre la conveniencia de pedir y conceder perdón.  Me interpeló educadamente. Me dijo que el perdón condicionado no es tal.

Veo las cosas de manera similar.  Creo que nadie debe arrodillarse, pero en el acto de la amnistía, si alguien se inclina debe ser quien la solicita no quien la concede.

 

Pienso que el perdón inducido, por coacción, no es viable. Es un gazapo semántico, como "monarquía" "democrática", no procede, no hay caso. Eso sería cualquier cosa menos perdón.


Creo que puede redimir a quien lo solicita y a quien lo otorga. Pero  también considero que llegada a causar ciertas atrocidades, es necesario un ejercicio más creible de redención, de arrepentimiento, que la mera solicitud verbal del mismo.


Pero también, una vez dic ho esto, lo que me distancia del discurso que avala el castigo, son las ansias demasiado evidentes por aplicarlo; creo que en la prisa por enmendar el daño a través del suplicio, concurre y subyace una perversidad de matices tan severos como el delito o falta que se castiga.


En el discurso justiciero, advierto una premura exagerada, que pareciera perseguir la exclusión del arrepentimiento, por falta de tiempo o lugar. 
 

  Y aunque estoy de acuerdo que no es lde identica aplicación a nivel individual que de masas, cada día estoy más convencido que la búsqueda al menos de caminos en el orden de la ternura, engrandece a un alma y una nación,  ya que es un terreno en que el presunto Bien, tiene algo más que aportarle a los supuestos pecadores,  que combatirlos con sus propias armas.

Si el deseo de que nos rodee la mayor cantidad de felicidad y amabilidad posible, no resulta suficiente, se puede echar mano al aspecto práctico del asunto, considerando el inmenso esfuerzo economico que esto puede ahorrar en un futuro. La espiral de venganzas en que la humanidad ha vivido a lo largo de su Historia, es el gasto más oneroso de que se tenga notica. 


Prefiero una y mil veces la salud que la cura, que el escarnio y que el expío. Esa es un poco la línea en que veo las cosas, aunque no de modo categorico ni excluyente. Es más bien un halo, un residuo, el sedimento que me dejó la observación de esa práctica y sus resultados en la vida cotidiana.


Tengo la esperanza de que mi opinión pueda aportar algo en este sentido, conque sea una pizca, habré conseguido mucho más que con un montón de odio.


Por lo pronto al aplicarlas domésticamente me dan más satisfacciones que penas.


¿De qué si no de esto, puede tratarse todo al fin y al cabo?.

 

 

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Cuentas de lata.

14 Diciembre 2011 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

Debo decir en honor a la verdad, que si bien la poesía alemana me encanta, que pocas expresiones me parecen tan bellas como "Ich liebe dich", que la filosofía encontró allí un hogar prolifico, y que si bien hoy por hoy ese país es un ejemplo en el cumplimiento de las normas más civilizadas y humanitarias; sí que puedo imaginarlos emprendiendo la Solución final. Hay algo en lo simétrico, en la obsesión por los angulos rectos, que es más pétreo que el calvinismo, más austero y puntual que el luteranismo, que es tan sabedor de su nulo  glamour estético como de su atractivo de gelidez prusiana. Reconozco que Alemania puede resultar muy inquietante, y que aún cuando no pase nada, está todo latente.
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