¿Washington DC o Melbourne?
En el siglo XX y parte del XXI de alguna manera todos quisimos ser norteamericanos, consciente o inconscientemente, tomamos coca cola, comimos hamburguesas, sandwiches, perritos calientes, popcorn, ketchup, jugábamos a cowboys e indios del norte teniendo nuestros propios aborígenes y nuestros europeos y criollos colonizadores, masticábamos chicles, leíamos Batman, Tarzán, Superman, veíamos a los Tres chiflados, al gordo y el flaco, al gato Félix, Betty Boop, Huckleberry Hound, Popeye, el Pato Donald o Mickey Mouse. Por eso escuchábamos rock, blues, jazz, nos vestimos con jeans, camisas sueltas, el pelo al aire, caminamos con desenfado, y escupimos , tomamos whisky y hemos fumado como Phillp Marlowe o cualquier otro detective de la novela negra norteamericana.
Todos los hombres que hoy son viejos quisieron tener el bar de Casablanca con un pianista como Sam.
Pero por primera vez en la vida, y probablemente en la historia, veo que hay gente que siente un genuino alivio de no ser norteamericano y de no vivir en EEUU y muchos estadounidenses conocidos, de los que han construido la democracia de ese país, desde las reivindicaciones de los hippies, los beatniks, los derechos civiles, por primera vez sienten que peligra la médula espinal del sistema compuesta de democracia, libertad e igualdad de oportunidades, y en lugar de mirar esperanzados a Washington DC, vuelven la cabeza hacia Melbourne, Australia, donde siete años después, como para reforzar la ilusión de la continuidad cuando más necesaria parece a nivel planetario, el domingo se disputará un nuevo, un otro, un eterno:
Roger Federer – Rafa Nadal.
Desierto de añil
Las curiosidades que a mi criterio mejor explican y revelan el espíritu humano son esas paradojas que ponen de relieve la expresión emergente y vertiginosa de un deseo oculto durante demasiado tiempo, pujante, deseoso de llevar la contraria y explotar en la cara de toda la representación histriónica de roles, papeles, personajes y sinopsis construidos a su alrededor como pantalla, elevados hacia el mas alto de los vacíos, donde la frustración y la perturbación de vivir una vida ajena sedimentan y pulen en el simulador toda una suerte de sentimientos ruines, viles, abyectos. Y la onomatopeya atonal que se puede leer en sus pupilas esquivas, sedientas de cascadas y desiertas de añil.
La amenaza que nos robará más aliento, no está apostada en la oscuridad aguardando nuestro paso por un tenebroso barrio deshabitado, está cómodamente alojada bajo las capas más protectoras de nuestro generoso caparazón.
Changes
Bueno.
Se acabó un período, el pueblo de su país habló, eligió como nuevo presidente a Trump y este ya asumió.
Cualquier otra cosa es nostalgia.
Acaso no sea motivo para la algarabía pero tampoco para la depresión ni el desánimo. Siempre que entendamos el juego democrático como una secuencia de experimentos comandados por la alternancia de las diferentes sensibilidades más generalizadas en los grupos poblacionales, con el fin de progresar y de agotar ciclos.
Hasta el más fantástico de los ciclos imaginables llega a su fin.
Bien usado un revés en los comicios, es una oportunidad para reforzar las convicciones del bando depuesto. Es una invitación a despertar para acompañar, proteger e invitar a que sigan profundizándose en los logros cívicos y pacifistas. Mientras los tecnócratas y empresarios intentan reactivar el tejido empresarial y los aspectos pragmáticos en que muestran su cara más eficiente. y aprovechar para encontrar nuevos caminos para contagiarles los deseos y la conveniencia de un mundo libre en progreso, en concordia, y en paz.
En Estados Unidos el presidente no puede hacer lo que le da la gana, tiene un control muy cercano estricto y bastante eficaz. Aunque sí se pueda decir que es el hombre con mayor cuota de poder del mundo en cuanto a peligro, porque dispone del mayor arsenal nuclear a su orden. Pero ni siquiera eso puede ejecutar sin consultar en un día de irrefrenable rabia o jolgorio.
Por otra parte Donald Trump es un ser menos imprevisible que lo que intenta aparentar, pero mucho más de lo que se espera del presidente más poderoso de Occidente. Dadas su escasa cultura política y general, y bajos estándares de inteligencia emocional en contraste con una gran capacidad intuitiva, una personalidad fuerte y carismática en las cortas distancias.
Es el tipo de persona cuyo discurso puede ser deplorable, sus chistes inaceptables, pero en las distancias cortas genera un ambiente gregario y de confianza sin dejar ni un instante de poner en claro quien manda. Genera el tipo de lealtad personal propia de sectas y logias.
Al revés de Al Gore, del cual gustaba su discurso pero su cercanía física sumía a la audiencia en la más profunda siesta.
Habrá que ver. Los norteamericanos progresistas tendrán trabajo de ahora en más, estarán alertas Pero siempre observando si se cumplen las peores promesas para activarse como sólo ellos, los estadounidenses, saben hacerlo. Y tarea similar tendremos el resto del mundo cercano al ideario democrático y al espíritu de libertad que ha simbolizado, ora sí y ora no, Estados Unidos en diferentes períodos de su Historia. Precisamente porque la ola se forma allá y luego recorre todo el planeta, contagiando la reacción mimética o la contraria.
Y si resulta que el temperamental Trump termina colocando más acciones en el lado positivo de la balanza que en el lado por muchos temido, pues estaré feliz de suspirar de alivio, felicitarlo y desearle nuevos éxitos.
Aunque incluso su propio equipo, tras la pasada campaña electoral, debe entender que las dudas alrededor del orbe hoy son más que razonables.
Empieza una nueva era, los jugadores justos conocemos y aceptamos las reglas del juego antes de entrar en calor, así que ahora sólo queda felicitar a los ganadores, participar para que lo hagan lo mejor posible y si no tomar parte para cambiarlo.
Y a Trump ya le llegó la hora de callar y empezar a gobernar , de ahora en más la pelota está de su lado y según encare sus metas, interpretará como un aliento positivo o como una crítica mordaz, cuando a su paso escuche el grito de:
Run run Donald Gump!
Lateralidad cruzada de la disidencia cubana
Los disidentes, opositores activistas politicos contra el sistema socialista de partido único y de dictadura del proletariado que se estableció en Cuba hace más de medio siglo, naturalmente desean una sociedad diferente, a veces lo opuesto diametralmente en ocasiones algo que sólo difiera en aspectos, en fin el espectro es grande y todos deberían tener derecho a fundar, alinearse o simpatizar con su propio partido en una sociedad libre, y no sentirse conminados a pensar y actuar de manera monolitica como se les reclama desde la critica "libre", pero contaminada cuando no instrumentalizada por la Seguridad del Estado cubano.
Habida cuenta de esto ¿por qué debería avergonzarse un activista contra el comunismo si le dicen que recibe sostén, financiación, ayuda o subvenciones del exterior o del interior o de donde sea que fuere?
En primera, cada opción política debería ser atendida por el Estado en forma idéntica atendiendo a las proporciones, un partido votado por cinco millones de votantes debe tener una cuota acorde a su tamaño proporcional a uno votado por un millón. En Cuba no sólo no se cumple sino que el PCC recibe el dinero entero del Estado al ser el partido único, de un Estado que recibe miles de millones en subvenciones, prebendas, ayudas, financiación desde el año 1960 de economías extranjeras. ¿Por qué debería la oposición, además de ser encarcelada, prohibida, perseguida, estar condenada a contrarrestar la propaganda y los recursos del aparato estatal con la más absoluta de las austeridades?
¿Viven del aire los generales, los coroneles, los tenientes los mayores del MININT, por su desempeño ideológico los dirigentes del PCC, el Comité Central, el Buró Político, el Consejo de estado, la Policía nacional, no cobran los militares?
Cobran en sueldos, en especies, en automóviles, en facilidades para casas en un país con problemas de vivienda acuciantes, y sobre todo en una cuota de poder implacable.
Y en segunda, precisamente la oposición al sistema de reparto equitativo puede y debe permitirse recoger en su identidad, la aceptación del significado y significante del dinero, del progreso económico, de la igualdad de oportunidades sí, pero admitiendo que luego hay diferencias de necesidades y de talentos y de deseos de crecimiento, de aportes desde el emprendimiento privado, y no debe avergonzarse cuando desde los diferentes sucedáneos de la Seguridad del estado se repita como un mantra, que no tienen autoridad moral para expresarse porque los sotienen economicamente.
Como si en Cuba se pudiese mantener por su cuenta una organización disidente, como si el Estado les proporcionase los mismos fondos que al PCC o lo que es más imperativo, como si los mismos opositores hubiesen sido tan instrumentalizados durante tantos años desde que eran pioneros en la escuela, que de alguna manera terminó penetrándoles la culpa de desear el confort, la calidad de vida, el desarrollo, el despliegue de potencial y energía individual por su correspondiente retribución y debiesen ocultarlo, avergonzarse de ello, de alguna manera les han inculcado el deber de sentirse como o la culpa de no sentirse como si fuesen militantes revolucionarios abocados alcanzar el comunismo en un país capitalista.
Pues no.
¿Genética súbdita o vasallos del terror?
Hace trece años de la catástrofe del vuelo 4230 del Yakolev 42 que se estrelló en Turquía cerca del aeropuerto de Trebisonda el 26 de mayo de 2003 con 75 personas a bordo, con 62 militares españoles, doce tripulantes ucranianos y un ciudadano bielorruso, hace trece años que debían haber entrado todos los responsables de semejante masacre en la cárcel, y sus representantes políticos despedidos de por vida de la vida pública un ejercicio de verdadera contrición.
Muy por el contrario todos los responsables de la cadena de despropósitos continúan en libertad y gozando de ascensos, de cargos de magnitud y de remuneración exclusiva. De los tres militares condenados uno falleció antes de entrar a la cárcel y los otros dos fueron indultados por el gobierno de entonces. El Ministro Federico Trillo, quien se burló en reiteradas ocasiones de los periodistas, del dolor de los familiares de las víctimas, de las asociaciones de familiares del Yak 42, que en una ocasión su sensación de impunidad lo llevó incluso a arrojarle una moneda delante de las cámaras a una periodista que le preguntó en una rueda de prensa por el tema, siendo el responsable máximo a nivel político, se lo premió con el puesto de embajador nada menos que en el Reino Unido.
Hoy una sentencia del Consejo de Estado responsabiliza al Ministerio de Defensa dirigido por el premiado embajador de aquella masacre sobre la cual no ha habido ni un solo responsable con punitiva alguna, y el actual presidente da carpetazo al tema, diciendo que es un asunto de hace mucho tiempo y que ya está olvidado.
Tras trece años de práctica concienzuda, ex profeso, de dolosa instrumentación de la "injusticia", al dar la espalda alevosamente a todo lo relacionado con el tema y salvar a todos los culpables, se atreve a decir semejante declaración.
Aplausos a Pablo Iglesias por haber votado con el PP en la primera ronda, y a Susana Díaz por haber destronado a Sánchez y haber regalado en la segunda ocasión la presidencia a estos sujetos
Después de todo lo que mintió el presidente, de todo lo que malversaron, corrompieron, legislaron en detrimento de los "españoles" (ese ente impreciso que ellos tanto reivindican) las simpatías de la mayoría de la población los sigue beneficiando.
Algunos sondeos pronostican doce años más de Partido Popular.
Quienes lo intentan explicar hacen hincapié en que la oposición está dividida, en que el contexto internacional ha beneficiado en marketing al gobierno, en el temor a ciertos elementos populistas de la oposición y que si H o si B, pero la verdad es que vuelven a ganar y con una mayoría clara e impresentable en una sociedad medianamente civilizada, y esto ocurre una y otra vez, en uno y otrao ayuntamiento, en León ocurrió un asesinato de corte magnicida en el cual están reunidos todas las putrefacciones posibles no ya en un partido político sino en el ser humano, y así y todo volvieron a votar al “Amo”; y es que la ejercitación sin complejos, descarnada y abierta de esa actitud precapitalista de corte feudal, señorial, clasista, explotadora, rondando lo delictivo, anacrónica con respecto de Europa, por una razón u otra, tarea que dejamos a sociólogos y antropólogos, entronca a la perfección con la idiosincrasia más arraigada y característica de la mayoría del vulgo hispano, teniendo en cuenta que el territorio nacional no es monolítico en absoluto, pero en una gran mayoría la población se siente encontrada consigo mismo, con su tradición, si los dirige un señor que sepa disimular bien, es mucho más importante "parecer" honrado que serlo.
El trabajo para aggiornar a la población, y meterla no ya en el siglo XXI sino en el XX, es profiláctico, preventivo,didáctico, por ende lento y prolongado.
Se conseguirán avances sólo si se interioriza y se entiende de una vez por todas que, haga lo que haga una moderna oposición ya sea de derechas o de izquierdas o de centro, esos millones de votantes elegirán al representante de los Señores feudales, aunque sigan desfalcando las arcas del Estado, mintiendo cada minuto, eludan la Justicia, e incluso aunque violasen niños, robasen el pan de los ancianos y la leche de los bebés.
Igual de importante es que sepamos que no lo votan "tapándose la nariz" como mal menor, sino que precisamente los eligen porque muestran ese poder que deja clara la posición de las fichas en el tablero social, los reverencian con su voto justamente porque enseñan la guadaña y dejan claro que ellos siguen siendo los verdugos y los destinatarios de los diezmos.
Sólo después de ello se podrá educar al votante en el espíritu de una democracia consistente, post capitalista, participativa, donde el ciudadano a la hora de depositar su voto acuda con espíritu de contribuyente en lugar de alma de súbdito.
Lo mismo que pasaría en Cuba si se pusiesen urnas sin un respectivo período de re valorización del individuo como protagonista social, la gente votaría en masa a Guarapo incluso ya muerto, a Raúl o a cualquiera de los que los han adocenado y amansado a la población a palos y buchitos de agua.
Pero a la postre, acaso no sea cierto eso de que cada pueblo tenga el gobierno que merece, porque esa masa ingente deliberadamente acéfala, aún cuando cumpla los requisitos etimológicos para ser llamada "pueblo" su identificación como plebeyos y vasalllos, los exime de todo nexo, de toda responsabilidad con la aserción más contemporánea de ese término, con la otra parte de habitantes de España minoritaria en número pero infinitamente mayor en calidad ciudadana y cívica, a la que también se la puede denominar país, sociedad cívica, constructores de presente sin anclaje y donde reside la esperanza de acomodar cronológicamente de una vez por todas el reloj de España con el resto de Europa.
Votante: aparta de mi a ese Victimismo populista
Una y otra vez el ser humano tropieza con la misma piedra.
Guarapo ascendió en Cuba con la excusa de la lucha contra un Batista dictador y la resistencia la ejerció contando con el regalo del Bloqueo y de la amenaza de agresión exterior, alimentando el temor de la población; en Rusia Lenin y Stalin triunfaron contra un Zar totalmente sanguinario, así como en China gracias a un Imperio ajeno a las necesidades del pueblo, y luego sostenidos de manera férrea por el fantasma del imperialismo, de la lucha ideológica, de la crueldad del capitalismo liquidaron a millones de personas sin la ayuda de ninguna potencia extranjera; en Venezuela Chávez subió en medio del dominio de una clase política que respondía con demasiada exclusividad a las elites oligárquicas olvidando más de lo que el buen gusto e incluso el sentido común en en su propio favor, sugieren, y luego mantenido en torno a la unión frente a un hipotético enemigo Imperialista que jamás atacó, pero que en la figura de George Bush, aumentada con la lupa bolivariana, daba la impresión de que en cualquier momento podría agredir.
Con Obama se restó tensión a todo este panorama, Cuba empezó a dejar de tener excusas para abrirse al mundo, y su gobierno continuó reprimiendo pero con un gran desgaste de imagen, dada la cada vez mayor información puntual de cada detención arbitraria.
Antes de morir, Guarapo se opuso frontalmente a la simpatía contagiosa del presidente norteamericano en suelo cubano, aunque no obtuvo la respuesta esperada y acostumbrada, una agresión de la Administración norteamericana así tener suficientes motivos para regresar a la situación victimista que tantas ganancias le granjeó en más de medio siglo.
Otro tanto comenzó a ocurrir en Venezuela, el talante firme pero no agresivo de la administración Obama para dirigirse al gobierno de Maduro fue deteriorando gradualmente la unión de la masa en torno a consignas patrioteras y victimistas de trinchera frente a la amenaza del "diablo perfumado de azufre" que bautizase Chávez, y de a poco fueron viendo que la escasez absoluta quizás no fuese culpa de los EEUU, que la represión liderada por la policía y el ejército bolivariano tampoco, ni los asesinatos ni los encarcelamientos arbitrarios.
Gradualmente la sociedad civil empezó a ofrecer una oposición al totalitarismo de Maduro como nunca se había visto en Latinoamérica contra gobiernos populistas que esgrimen el anti imperialismo como distintivo para hacer exactamente lo mismo que las clases adineradas depuestas.
No estaría de más recordarles otra vez a aquellos que opinan conveniente que un presidente de EEUU ejerza presión extrema, agresividad manifiesta, hostilidad permanente contra los gobiernos populistas de América Latina y sobre el ya extenuado pueblo de Cuba, que precisamente de esas aguas vienen estos lodos.
Más veces de las que creemos estos sonados antagonismos no pasan de una histriónica mímica ya que a la par de las soflamas públicas, en la trastienda se suelen hacer pinches negocios entre los poderosos contrincantes, pero de este tipo de algarabía estadounidense, de puesta en escena de hostilidad destinada más al electorado propio, viven los sinvergüenzas carismáticos de nuestra América que llevan tras de sí a los pueblos abducidos hacia el borde del abismo, o hasta más allá de la orilla, como ahogó el flautista de Hammelin a sus ratones encantados.