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El blog de martinguevara

No se sostiene.

24 Julio 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba flash.

 

 

Acaso lo que más me ha impresionado acerca de la muerte del disidente cubano Oswaldo Paya, no sea ni el enorme semillero de posibilidades de fantasear con que haya sido uno de esos accidentes  inducidos por la buenaventura infinita para algunos, ni tampoco la casualidad de que los fallecidos fuesen los dos molestos opositores  al  despotismo estructural.
Lo que más me ha llamado poderosamente la atención, es la portada del periódico Granma, que no hizo ni una sola mención al accidente y solo en su interior una pequeña esquela que ni siquiera le dedica el honor de colocar su nombre en el titulo ni hacer mención de su actividad.
Ni siquiera por tratarse de la persona que logró presentar las requeridas  firmas para promover el Proyecto Varela que se proponía abrir el debate sobre una transición democrática, rechazado por el  sempiterno gobierno, aportando el manido argumento de que era una estratagema de los Estados Unidos para derrocar a la dictadura del proletariado.
Esa falta absoluta de respeto, de reconocimiento caballeresco de un rival digno, que probó su valor frente a un rebaño de corderos serviles, cuando se trataba de la relación con el poder y de una manada de lobos feroces cuando se giraban hacia la población, es quizás el mayor llamado de adeptos a su causa por la indignación que despierta tal desaire, error en el que incurren una y otra vez los represores de toda latitud e ideología.   

Más allá de toda consideración, de cualquier diferencia de criterio con las ideas de Payá, lo que no debe ser pasado por alto es el enorme valor que un ser humano tenía que dedicarle al asunto en 2002, para plantar cara con semejante disparidad de fuerzas a un poder que había mostrado tolerancia cero con cualquier grado de oposición, por mínima que fuese. 
Lo que no pueden negarle ni sus más acérrimos opositores, ni sus críticos mas enconados es la perseverancia en los principios más humanistas, de un pacifismo proverbial, llevando esta conducta a niveles profundamente cristianos. Predicando con el ejemplo. No se lo puede acusar de ningún atentado por leve que fuese, ni siquiera en respuesta a los tantos padecidos por él y sus acólitos. Este aspecto distintivo es donde radicaban las excepcionales condiciones éticas de Payá, fue tanto el que lo convertió en un ser que generaba controversia entre los extremistas de toda índole, así como será el rasgo más dificil de suplir y donde será más sentida su pérdida.
Pienso que aparte de la consistencia que deba tener el producto que se intenta vender en política, resulta igualmente importante sino más en algunas ocasiones, la calidad humana del vendedor. Su forma de vivir, es la mejor manera de presentar la sociedad a la que invita a formar parte. Definitivamente, aun cuando se tratase de una ideología distante a las que apruebo y suelo adherir, estoy más dispuesto a creer en el buen desarrollo de una propuesta si parte de quienes son capaces de enfrentarse a la intolerancia, al inmovilismo o al miedo, mediante la persuasión, intentando convencer antes que vencer, poniendo en práctica una paciencia que sólo puede ser sostenida con importantes dosis de convicción y con nutrientes propios de la honestidad.
Obviar la muerte de un digno rival y en su lugar colocar una nota sobre un partido de beisbol que Cuba ganó a Puerto Rico en Haarlem, los resultados de un enésimo pleno del Partido Comunista, y algún anacronismo engañoso más por el estilo, no habla de la calidad del despreciado, sino de la del ofensor.

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Como anillo al dedo.

17 Julio 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

 

 

 

En una de sus escasas apariciones públicas para enumerar una serie de medidas de escaso brillo y voluptuosidad, Rajoy nos dijo que lo único que debíamos preguntarnos, es si dichas medidas serían de alguna utilidad, y se atrevió a aventurar lo que pensaba al respecto, tan reservado y modoso generalmente, nos sorprendió con un sí, tan falto de energía y claridad como todo lo que nos viene contando desde el hundimiento del barco Prestige hasta nuestros días. 

Sin embargo pienso,  que podríamos adicionar alguna que otra pregunta más.

¿ Son realmente tan malos gestores que no han dado ni una sola vez, no digo ya en el centro de la diana, sino en alguna parte del blanco?. Sinceramente, y créaseme no es por un repentino afán de elogiarlos, no me resulta fácil creermelo. Al César lo que es del César.

Pueden no gustarme nada sus pintas, sus ademanes, los colores de sus camisas y corbatas, y puede que nunca vaya a sacar turno para la barbería donde se acicalan y consiguen esos peinados ondulados con pitipa incluido. Pero debo reconocer que fueron  matrículas de honor en sus Universidades,  que escasísimas cosas en el mundo les gusta más que la "pastuqui", como algún tristemente famoso representante  de sus filas le llamaba eufemísticamente al dinero, y es muy difícil de suponer que cualquiera de nosotros tenga más idea de economía que ellos. Podría ser una pretensión muy peligrosa, porque nos conduciría  a que encima después de todo este desaguisado, les terminásemos perdonando, porque los pobrecitos no tenían ni idea.

Y si fuese desconfiado pensaría que nada más lejos que eso. Si no me tuviese por un ser inocente, podría llegar a creer que aquí de improvisación y de tientos no ha habido nada. Eso se lo podríamos dejar a  la segunda legislatura de Zapatero, en la cual se notaba que el hombre llegó un momento en que no sabía ni por donde pisaba.

Si en lugar de ser como soy fuese de otra manera acaso pensaría que estos están caminando por una cornisa que hace años anhelaban pisar con todas sus fuerzas, y que nos están llevando con ellos en ese peligroso paseo, con la diferencia de que ellos van muñidos de los mejores arneses del mercado y el resto caminando con las alpargatas  gastadas.

Otra pregunta que me asalta cada vez que los escucho hablando de la herencia recibida del anterior gobierno es: ¿ habría ganado unas elecciones el candidato más soso y perdedor de la  Historia política española de no ser precisamente a merced de esa “herencia”?

 Mariano Rajoy fue puesto a dedo por el entonces presidente de España y del Partido Popular, solo para que hiciese el trabajo ejecutivo, desempeño en lo cual puede resultar correcto, ya que Aznar optaría por no volver a ser presidente, lo cual no significa que desistiese de dirigir al país entre bambalinas, de hecho continuó dirigiendo su partido durante toda la primera legislatura de Zapatero cuando le tocó a Rajoy permanecer en un segundísimo plano a pesar de ser el secretario general. Hasta que en un arrebato sorprendentemente se llenó de valor y de sentido de liderazgo y de manera magistral se quitó de encima los lugartenientes que llevaba a toda hora escoltándolo a presión y marcándole la agenda y la política al detalle, a saber Zaplana y Acebes, dos pesos pesados del aznarismo y la aznaridad, parafraseando al entrañable y extrañado Vázquez Montalbán. Siendo únicamente a partir de ahí cuando nuestro actual presidente mostró ciertas señales de estar vivo y al mando de su Partido.

Aunque todo hace pensar que de haber continuado el constante orgasmo que según el ministro Zerolo le producían a él como a tantos de nosotros, las políticas y logros del ejecutivo de Zapatero, Rajoy no habría podido ni siquiera disputarle una carrera a un cojo, pero se presentó la mayor crisis mundial desde el 1929, todavía no se sabe ya que no ha concluido si mayor aún que aquella, y  con epicentro precisamente en los activos tóxicos bancarios y en la burbuja del ladrillo, materias ambas en las que España podía presumir de ser un acreditado campeón. Además fueron palabras del mismísimo Rajoy cuando tuvo lugar el traspaso de mandos, que nunca se había dado una entrega tan pulcra y detallada de todo tipo de datos y documentos.

Rajoy no es un personaje pensado ni formado para dirigir, precisamente las características que lo hacen óptimo como peón, lo inhabilitan para tomar decisiones trascendentes con un resultado mínimamente aceptable. No está pensado para ganar, ni siquiera para disputar algo, está concebido como una pieza de gran capacidad de resistencia dentro de un engranaje  de tracción, lo más alejado posible del motor.

No es más ni menos  que un elemento útil en manos de ideólogos con un plan perfectamente determinado, y me temo que ese está siendo el caso de estos días.

Cada una de las medidas que está presentando como necesarias para salir de la crisis, en beneficio de un aumento de poder de la gran patronal y el mundo financiero, están en los genes de cualquier partido de derechas del mundo , más aún en los españoles que  mantienen su tradicional perfil ultra conservador, siendo de dificil planteo ya que la democracia, que jugó su papel improtante en favor de los dueños de los medios de producción en un principio, ha tornado un arma de doble filo, y suele desaconsejar el proselitismo antipopular, pero esta vez el panorama estaba mejor que soñado.

Vienen deseando introducir aunque fuese un diezmo de estas leyes, como gran objetivo ideológico, desde que cayeron los países mal llamados socialistas de la Europa cenicienta, y con ello comenzaban a holgar los onerosos derechos concedidos a los eslabones más débiles de la sociedad, para que no les picase demasiado la curiosidad de cómo sería instaurar la cacareada sociedad  donde mandasen los temibles canónes del proletariado, siguiendo el espantoso ejemplo de allende los muros del Este de Berlín hacia las heladas estepas rusas.

 En resumidas cuentas, sin no fuese por este mar de candidez podría inclinarme a creer no solo que las fuerzas que tan decididamente están llevándonos hacia un panorama desolador, continuando en la senda  de los recortes sin importar las contraindicaciones del mercado un día tras otro, no se están equivocando ni siquiera atendiendo a las consecuencias negativas en la bolsa, la prima de riesgo, y los índices macro del mercado,  no solo a creer que no lamentan en absoluto la inutilidad de dichas medidas para modificar los vectores de la crisis, sino que podría pensar además, que la actual situación de pánico al abismo que existe en las clases medias y bajas en los países desarrollados; aún en el caso que creyese que no está generada y patrocinada con el objetivo de poder instalar el panorama social al que tanto anhelaban retornar, en ese caso probablemente pensaría que nadie en su sano juicio se atrevería a  negar  que  les ha caído como lluvia de verano.

Como anillo a la falange.

 

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De Londres al Olimpo.

15 Julio 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Opinion crítica.

 

 

 

El estadio entero contuvo la respiración.

Solo unos minutos antes quedaban tres contendientes dirimiendo cuál de ellos se llevaría la presea de oro en el cuello una vez terminada la jornada, pero para ello debían brindar el último esfuerzo, el mayor, el que linda con los límites de lo conocido y lo concebido. Uno de los tres quedó descalificado luego de los reglamentarios tres intentos sin lograr sobrepasar el listón. Quedaban solo dos y uno de ellos había logrado en su tercer salto superar la marca del día y establecer un nuevo récord olímpico, le quedaba el último chance al otro saltador para seguir compitiendo por el oro, o ya estaría todo dicho.

El atleta cubano despegó los pies del suelo en el momento preciso, después de una carrerilla perfectamente ejecutada, se elevó como si contase con una glándula de propulsión que el resto de los humanos desconoce, pasaron sus hombros primero , luego la espalda, el atleta comenzó a arquearse sobre el listón sin rozarlo , pasó entonces su cintura, y entonces cuando el estadio completo sentía esa mezcla de satisfacción por ver un duelo digno de respeto con los nervios de estirar el sufrimiento del representante patrio, el saltador británico, en el preciso instante en que los pocos cubanos que había en el estadio comenzaban a prepararse para exclamar su satisfacción, cuando el saltador había comenzado su triunfal descenso, acarició  levemente con la pantorrilla la barra, pero lo suficiente como para que la misma luego de un dubitativo temblor cayese inmediatamente después que el desportista cubano sobre la colchoneta amortiguadora. Gran Bretaña se alzaba merecidamente con una medalla que llevaba años codiciando,  simplemente esperando que un atleta se atreviese a disputarla. Ambos atletas se fundieron en un apretón de manos se dijeron unas palabras que solo ellos escucharon y en su expresión primaba la comprensión mutua.

Comenzaron las banderas inglesas blancas con el león en rojo a ondear, y las banderas británicas con las franjas azules rojas y blancas cruzadas a flamear al son del entusiasmo de la gente. Y ni una sola alma en todo el planeta se le ocurrió relacionar a esas banderas, con aquellas idénticas en apariencia que lideraron tristes episodios marciales de conquistas, de rapiña, de confrontación bélica.  Sencillamente porque la bandera no era la misma, porque los ingleses que la ondeaban no eran los mismos, porque el acontecimiento que festejaban no se parecía en nada a aquellos.

En estos días en que se aproxima el comienzo de las olimpíadas en Londres, sin duda uno  de los escenarios más bellos y una de las culturas a la que el deporte universal le debe más, se están sin embargo empleando con cierto exceso en el celo para prevenir y proteger a la población de posibles ataques terroristas, aún cuando puedo convenir que toda protección contra la sinrazón de la violencia es bienvenida, lo cierto es que ciertas prohibiciones son un tanto caprichosas y rayanas en lo ridículo.

No se permitirá entrar en ninguno de los predios deportivos con prendas que contengan alusiones políticas o que puedan herir alguna sensibilidad, tales como las camisetas que lleven la imagen del Che.

Es cierto que yo siempre he mantenido que les diría a cada muchacho que lleva en su camiseta estampada el famoso retrato  del Che Guevara, que tuviese en cuenta que ese que se pone era un militante anti sistema pero con algunas significativas diferencias con los jóvenes hedonistas de estos días. Era igualmente un intelectual teórico del marxismo, que un soldado de la Revolución, con otros usos y costumbres mucho más extremistas y drásticos que los usados por los anárquicos y ocurrentes anti sistemas de hoy.

Pero en ningún caso consideraría peligroso para el correcto desarrollo de las olimpíadas, colocarse una camiseta con la imagen de mi tío, más bien al contrario,  si alguna manera de neutralizar su mensaje de oposición frontal a toda la sociedad de consumo existe,  es precisamente convirtiéndolo en una mercancía de dicha sociedad.  

En este sentido reconozco una contradicción , por un lado me gustaría que aquellas personas en sintonía con los ideales del Che los cuales no comparto aunque respeto su manera purista de creer en ellos, acudiesen a sus escritos y a su esencia más que a la imagen creada con el paso del tiempo de ídolo pop; y por el otro lado me alegra que lo conviertan en un ícono de jóvenes que persiguen diferentes libertades,  haciéndole honor a ese rasgo suyo y liberandolo del peso de otros aspectos.

Pero en cualquier caso creo que las personas que llevan por las calles, a sus trabajos, a los conciertos o a los estadios las difundidas camisetas con la imagen de Ernesto, no hacen más apología a la violencia que quien en su camiseta ostenta el escudo de una bandera bajo la cual se hubiesen cometido algunas de las barbaridades del amplio surtido que la Historia provee. Hasta las frases de los himnos que hacen mención a morir por una causa, podrían ser tomadas como apologéticas de la violencia.

Más bien creo que los terroristas con su accionar buscan justamente destruir o contaminar la sociedad caracterizada por su amplio abanico de libertades individuales y su profundo respeto por las elecciones personales.  

Prohibir vestir una prenda, parecería estar más próximo a considerarse un éxito talibán que un logro democrático.

De todos modos, más allá de lo que hayan simbolizado en el pasado las  banderas y lo himnos que toquen en las entregas de medallas, más allá de la obligación del deportista cubano de ofrendar públicamente su medalla al Comandante, y de la más que considerable recomendación de que el inglés agradezca con reverencias al representante de la casa de Windsor que lo salude, el verdadero  espíritu de los Juegos no está ni en los poderosos que organizan el evento, ni en el Che, ni en Ricardo Corazón de León, sino en el choque de manos y las palabras que se dijeron los saltadores al concluir el certamen y que solo ellos escucharon.

De otro modo, aunque no lograsen hacer explotar sus bombas, habría ganado el más temible de los terrorismos, el de la instrumentalización del odio entre los hombres.

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Sequía.

15 Julio 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta

 

 

 

Pareciera ser que estuviésemos  asistiendo al retorno de España a la dictadura, al cabo de un corto pero intenso paseo nostálgico por una especie de tecnocracia similar a la que dio lugar al desarrollismo de la última época de Franco.

También a merced de la inutilidad de los comicios expresada en una gran estafa, por  la elección de un plan prometido y no aplicado, acaso lo más semejante a un golpe de Estado sin la participación de las fuerzas armadas.

Desde el tiempo de la conquista romana el territorio que hoy ocupa España, fue testigo de contiendas épicas de rebeldía, de expresión del deseo de emancipación pero, desde los hechos de Numantia, pasando por el desprecio de las cortes  castellanas a emular la sofisticación francesa en la educación, hasta la caída de la Segunda Republica, siempre terminó venciendo la alternativa más reaccionaria posible, sedimentando una identidad de rasgos rudos, desconfiados de la novedad, favoreciendo una interpretación de lo tradicional más acorde a  las capitulaciones frente a lo convencional, que con su también  genuino e identitario carácter ácrata e irredento. Pareciera ser que por más esfuerzo que realice, siempre termina España más identificada con el terror impuesto a lo largo de los siglos por la beligerancia típica de las religiones de fronteras, que con su lado irreverente,  más inherente si se quiere a la idiosincrasia del individuo español que cualquier otra característica.

Presiento el espíritu de la dictadura en la falta de respeto al Demos, con la aplicación de un cinismo pantagruélico tras haber solicitado el voto prometiendo exactamente lo inverso, sin demasiado esfuerzo en el engaño, cierto es,  luego de haber pasado el último año conspirando  contra el anterior gobierno, entre  las bambalinas correspondientes al escenario de acoso y derribo de la maquinaria de los capitales.

Presiento la tiranía en la insensibilidad extrema de los diputados y representantes del gobierno en el Congreso, cuando festivos desde sus bancadas,  aplaudían los recortes más duros de la democracia española  sobre los menos favorecidos, anunciados por el escurridizo presidente Rajoy a principios de julio de 2012, momento en que la diputada Andrea Fabra, hija del presidente de la Diputación Castellón  ganador de cuatro loterías consecutivas y exitoso incrementador de su patrimonio durante el período de funciones en envidiables  porcentajes exponenciales, cuando gritaba desde su silla sin ruborizarse al hilo del anuncio de un drástico recorte de las prestaciones a los desempleados: _ ¡ Que se jodan!-.   O bien cuando durante el mismo instante la  vicepresidenta Sáenz de Santamaría sonreía y aplaudía enérgicamente cada medida, en claro contraste con la también conservadora ministra italiana Elsa Fornero quien en circunstancias similares, tras mencionar la palabra “sacrificio”, no pudo continuar su discurso de recortes a los pensionistas,  impelida por la vergüenza y una pizca de honrosa tristeza.

El actual ejecutivo intentó  esconder que en realidad la única parte que les gustó del ejercicio de gobierno anterior, fue la de los recortes que tuvieron comienzo en 2010, un aperitivo light de lo que estaba por venir, y que supuestamente fueron lo que les costó el puesto a los Socialistas en virtud de los Populares, ya que las razones por las que nunca perdonaron a Zapatero, distaban mucho de relacionarse con la crisis.

Zapatero se caracterizó por poner en marcha políticas que beneficiaban a minorías, la mayoría de ellas repudiadas históricamente tanto por las derechas como por las izquierdas, consideradas escoria en todos los sistemas sociales. No le perdonaron el haber sacado a España de la inexplicable guerra de Irak, comenzando un efecto de contagio que llevó a mayoría de las Naciones a darse de baja en tan bochornoso proyecto, no le perdonaron sobre todo  que diese valor a la utilización del tan cacareado “ talante” , del que en efecto hizo gala, y con el cual neutralizó gran parte de las injusticias endémicas que se habían hecho ya parte de la sociedad y que sin embargo clamaban por medidas de alivio, desde los derechos a las parejas del mismo sexo hasta las ayudas a los inválidos y el reconocimiento a los represaliados pasando por una larga lista de excluidos. España es el segundo país del mundo con más fosas comunes después de Cambodia, solo que allí ya se avergonzaron institucionalmente de ellas y construyeron museos del Nunca más con los huesos encontrados de los asesinados, España aún espera su turno y Zapatero pretendía darselo.Tampoco le perdonaron que prescindiendo del tradicional discurso agresivo y marcial consiguiese anular las acciones militares de ETA, reduciéndolas por vez primera a siete muertos en ocho años, y ubicando al terrorismo en un destacado 14º puesto, luego de permanecer por más de treinta años en el primer lugar de preocupación ciudadana. Lo más retrógrado de la sociedad española no le perdonó a Zapatero ese aggiornamiento, ni el distanciamiento con la intolerancia, con el autoritarismo, y con ello el verdadero riesgo de enterrar de una vez por todas los reflejos franquistas y estalinistas. No le perdonó que mostrase un modo de vivir sin confrontaciones enconadas.

Los mercados tampoco. Ellos saben hacer muchas cosas entre las que no se encuentra perdonar, y no quisieron excusarlo de su titubeo, su tibieza frente al tsunami financiero.

Ahí estaba el Partido Popular esperando su turno, cometiendo el error de llenar de promesas de retorno al milagro español  al electorado, de las cuales no solo no cumplieron ni una sino que hicieron lo diametralmente opuesto, cuando  solo les bastaba con el silencio para llevarse el gato al agua.  Por otra parte ya había intentado instaurar una similar reforma laboral en una situación de bonanza económica a principios de la década del 2000, el entonces presidente Aznar teniendo que aplazarla a merced del éxito de la mayor huelga general de la democracia española.

Aguardaron su turno para poder aplicar estas recetas, y la espera les ha recompensado con el aliciente de hacerlo con mayoría absoluta, con un pueblo asustado, deseoso de retornar a las vacas gordas aún a sabiendas que de esos lodos vienen estos barros

Las clases medias y bajas consideraron que la gran patronal acudiría a su rescate en una situación tan delicada cuando parece ser precisamente lo contrario, a los tecnócratas que hacen experimentos peligrosos con el capital de la gente se les puede, y a veces se les debe conceder el poder cuando existe una situación de abundancia, para que experimenten y encuentren nuevos filones, pero es muy riesgoso hacerlo cuando se está al borde del abismo.

Tengo la sensación de un retorno de España al gobierno de los dictados, no al modo de las tiranías tradicionales patentadas en el siglo XX, del capital o del proletariado,  sino una dictadura menos evidente, no militar aunque sin desprecio por el uso de la fuerza desmedida para amedrentar a la población descontenta,  una dictadura no del tercer mundo, aunque enfocada a dejar una clase media diezmada, y una clase trabajadora sin sindicatos, carentes de los derechos adquiridos por sus propias luchas.

Una dictadura de los mercados pero sin permitir demasiadas florituras en los bolsillos de los contribuyentes.

 

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Penis growth.

7 Julio 2012 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Argentina frizzante

 

 

Al enterarme que habían condenado al ex dictador Jorge Videla por un ramillete de los más execrables crímenes que se puedan tener idea, como casi todos los que involucran a criaturas, sentí una extraña sensación, no salté de alegría, no puse una botella de frizzante en la nevera, y aunque no estaba frente a un espejo me atrevo a aventurar que ni siquiera sonreí. No me muestro demasiado entusiasta de disfrutar con el daño en niinguna circunstancia que se presente, ni tratándose de esta justa punitiva.
En su lugar me embargó un alivio restaurador, sobre todo esta condena por crímenes cometidos sobre los niños,  recién entonces me di cuenta de manera integral que en efecto el exilio que pasó por encima de mi cabeza fue difícil, como muchas veces escuché decir y me negué a aceptar, quizás con el afán de  reservarme el derecho a un recóndito y genuino pataleo, el día que lo quisiese representar en el modo que mejor me pareciese.  Y me di cuenta  de que aunque no las vivíamos en primera persona como los niños robados de los desaparecidos, a los niños del exilio también se nos hacía participes de no pocas noticias monstruosas, acontecimientos no elaborados para mentes en la búsqueda del atractivo de hacerse adulto y abandonar el nido de la infancia, podíamos escuchar tantas historias de muertos y adoloridos de las charlas entre los mayores, o las leíamos de sus pasquines abandonados en la esquina de un escritorio de hotel, o simplemente nos la comunicaban ellos mismos, que habitualmente las introducíamos en nuestras conversaciones compitiendo con alardes  y bravuconadas  de hasta donde sería capaz cada uno de aguantar la picana y las diversas modalidades de tormentos sin denunciar a los compañeros. -Sin cantar- decíamos.
 Siempre supe que llegada la ocasión, después del primer sopapo, a mi deberían darme unos cuantos más para callarme. Y cuando lo contaba me decían que no podría ser un gran revolucionario, luego el tiempo se encargó de darles toda la razón.
Habitualmente nos implicábamos en estos temas y podíamos pasar horas comparándonos con gente que acababa de morir de manera indescriptible.

Otro tema recurrente entre los niños exiliados de diferentes países que habitaban el hotel donde residíamos en La Habana, era decir por turnos que le haría cada uno a los dictadores que detentaban el poder en nuestros países de proveniencia, los que habían ganado la partida a nuestros padres. Cada uno hacía gala de su más fértil imaginación para adjudicar una muerte proporcional a las brutalidades que cada tirano había perpetrado- “los cortaría en tiritas con una Gillette y les echaría ácido en las heridas“–era la más popular e internacional, “lo metería en una jaula y dejaría que todas sus victimas diesen cuenta de él”- era otra de las recurrentes, los más expeditivos optaban por el fusilamiento, y aquellos más pacientes, que más horas pasaban destripando pajaritos y lagartijas, se inclinaban mayormente a despellejarlos vivos. Nos iba en ello nuestra valía , nuestra convicción en los ideales  más puramente revolucionarios se vería reflejado en la escenificación del tormento más adecuado para acabar con la vida de semejantes sabandijas.

Mi padre estaba preso, y el solo hecho de desearle a alguien la prisión me revolvía el estómago. Yo sentía el deseo de sublevarme  y proclamar que quería ponerlos en una prisión confortable, con atención médica y sicológica, justamente para que se reconociese la diferencia entre la bestialidad y la justicia, entre ellos y nosotros, pero no me atrevía, terminaba sucumbiendo a la carrera de truculencias.  Y para no gustarme era asombrosa la regularidad conque asistía a esas charlas y me esmeraba en mi simulación. Quizás estuviese despellejando a alguien mucho más tangible que a Videla.

Aquellas conversaciones y bravuconadas, definitivamente no eran lo que mejor nos explicaba a ninguno de esos niños ateridos de terror y confusión por la sangre, las pérdidas y las mentiras entre las que vivíamos , pero aquel era el rol del hijo del guerrero.

También teníamos otras charlas y otros amigos sin traumas e infinidad de distintas diversiones. Detesto que nos aprecien como los que buscan tener el copyright del padecimiento, puede parecer que estemos en todo momento preparados para recibir una subvención. Pero el paisaje al asomarnos por la tapia a la vida de adulto, fue indefectiblemente marcado por las desventuras de nuestros mayores y las atrocidades cometidas por sus captores. 

Represores de toda calaña, nacionalidad e ideología.

 
Tendrán tiempo para reflexionar en sus celdas,  de pensar y de conversar, e incluso dado que se dice que los ancianos se convierten en niños, podrán hablar entre ellos en el patio o en el comedor,  de cuanto hubiesen aguantado sin denunciarse los unos a los otros si les hubiesen aplicado la picana que ellos solían administrar.  

Con absoluta sinceridad declaro que deseo, por el bien de sus almas y de las nuestras,  que aprovechen este tiempo para irse de la vida habiendo comprendido aunque sea en parte,  el daño que ocasionaron y habiendo esclarecido todo lo ocurrido y el destino de los niños que faltan por encontrar, así como el de los cuerpos de sus padres; ya que, no puedo imaginar éxito mayor que si alguno de ellos antes de morir, experimentase el verdadero arrepentimiento, ni mayor reto para quienes nos suponemos en un peldaño moral superior, que comprobarlo viendonos en la tesitura de poder otorgarles el perdón.
Por España hubo emoción entre la gente sensible al conocer esa sentencia. Acompañada de una pizca de sana envidia.

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