Génesis 3:16. II parte. Eva a Adán y al padre.
Tras el desfogue de exabruptos contra la actitud pasiva y la complicidad de buena parte de la población femenina respecto de la ley del aborto en España, frente a un asunto que a priori les debería competer más que a los hombres, admito que he hecho énfasis en este aspecto de manera sibilina, para a partir de ahí poder comenzar a separar la ficción de la realidad.
Este es el riesgo que conlleva centrarnos en los tópicos que nos proponen de manera subliminal los poderes fácticos no oficiales, a lo que el marxismo leninismo llamaba el "diversionismo ideológico" el cual fue tan manipulado en Cuba para cercenar derechos al individuo, que a mi generación su sola mención nos causó un rechazo irreparable, pero ello no obsta para que el concepto comprenda un amplia muestra de maneras de lobotomizar a una sociedad, distraerla de su objetivo una vez que esta encuentra la llave para el cambio en su firme determinación por llevarlo a cabo, cubriendo todo el espectro de antagonismos sociales existentes, evitando por todos los medios que sean detectados aquellos únicos, donde ciertamente está situada la cerradura correspondiente a dicha llave del cambio.
No es un asunto de mujeres contra hombres, de negros contra blancos, de castellanos contra catalanes, de proletarios contra profesionales, de capitalinos contra provincianos o de ciudadanos contra campesinos. Eso quieren que creamos y vienen lográndolo desde hace mucho tiempo, con una incalculable cuota de nuestro nada modesto aporte.
Aunque ciertamente nos haya dolido observar a las diputadas del Partido del Gobierno vitoreando esa ley de recortes de derechos fundamentales de las mujeres, oficiando de abanderadas y centinelas del machismo y la misoginia más abyecta.
Es un proyecto integral de sumisión, de explotación, de coerción de las personas. No existe un complot ni una conspiración previa al acuerdo tácito. Se da por descarte, quienes persiguen el dominio absoluto de las fuerzas de producción y de las voluntades ajenas, terminan confluyendo en el mismo punto sin necesidad de ponerse de acuerdo.
Cuando cada uno de nosotros ejercemos una autoridad desmedida en nuestro entorno doméstico, desde ordenarle ir a la cama a un hijo retozón, o despertar a uno remolón para que llegue a tiempo al colegio, o para efectuar la devolución de un producto en mal estado que no quiere ser aceptado por el vendedor por ejemplo, utilizamos medios similares, confluimos en nuestro comportamiento en la más o menos modesta escala que nos corresponda, con los amos del mundo que nos tienen a bien darnos consuetudinariamente por las postrimerías.
"_ Dios te oiga"_ diría mi amiga Gema poseedora de una incorregible lascivia.
La ley del aborto como todas las demás leyes que se vienen aplicando a fuerza de mayoría absoluta, se legisla tras haber lanzado “globos sonda” para observar la reacción de la población, y se instaura como si se tratase de un monolito, al constatar que el terreno está absolutamente fértil para el desfalco y la siega a juzgar por la respuesta recibida de parte de la población.
No es una ley de hombres contra mujeres, de hecho todas las mujeres votantes del PP y las esposas de los ministros y políticos favorables, la apoyan como apoyan la manutención estatal del misógino, machista y segregacionista adoctrinamiento de la religión católica a sus propios hijos e hijas en el colegio con cargo al erario público.
En cualquier caso la lucha contra estas aberraciones no debe ser tomada como una lucha de las mujeres contra los hombres sino contra la mitad de hombres y la otra mitad de mujeres.
Además de que en los matrimonios igualitarios son damnificados el hombre y la mujer por igual, el retroceso social es para todos, la bestialidad, el atraso, la escasísima altura de vuelo intelectual que nos propone esta línea de convivencia, es para toda la sociedad.
Ellos, se frotan las manos al ver que el ataque desde una equívoca pretendida mayoría femenina que aborrece la ley, se dirige contra una más artificiosa si cabe totalidad masculina que apoya dicho disparate.
Igual ocurre cuando ven que los grupos concientizados y bien intencionados focalizan su lucha contra la explotación en una cuestión racial, y se pasan unos cuantos siglos de sangre sudor y lágrimas, para terminar descubriendo que no son buenas o malas las personas por su color de piel, ni por sus sexo u orientación sexual, ni por nivel cultural, ni siquiera por su procedencia social, sino única y exclusivamente por el cariz y la categoría de sus propios actos.
El proyecto de primero gastar, luego mentir, a continuación adormecer y al final aplastar a la población, no es llevado a cabo por una raza contra otra, ni por un género contra otro. Mientras sigamos gastando balas de cañón en matar mosquitos, la única opción real que tendremos de ver desvanecerse sus políticas anacrónicas, será que terminen ahogándose de tantas carcajadas que les cause nuestra infinita estupidez.
Pero al margen de esta reflexión, también ya va siendo hora de que de una manera natural poero categórica, Eva le plantee a Adán que si éste continúa empecinado de dominar a alguien acorde a los lineamientos del padre, que ambos vayan pensando en adoptar o comprarse un perrito. Que bien nos vendría a todos.
Génesis 3:16 Dios a Eva
La ley del aborto empujada a capón por el actual Ejecutivo, criminaliza a la mujer en casi todos los supuestos de aborto, excepto en el de peligro de la madre y en el de violación mediando pruebas que acrediten.
Lo cual nos dice que la ley no procura en absoluto defender la vida del infante ya que el feto abortado o "asesinado" en caso de provenir de una violación, es idéntico a uno concebido en una relación consensuada, ¿castiga entonces el coito consentido, penalizando el retozo y premiando con un excepcional permiso al infanticidio únicamente a las mujeres que hayan sido fecundadas a través del espanto, el horror y la violencia?
Medievo, retornan perlitas de alta concentración machista, de odio al placer, del tipo:
" A un gustazo un trancazo"
"¿Te revolcaste bien? ahora hazte cargo de las consecuencias"
La conclusión es que la mujer, como ya lo expresa la Biblia es de carácter débil, no se puede dejar algo tan delicado en la esfera de su voluntad, ya que es altamente sospechosa de provocar la tentación a la lujuria y la lascivia.
Parece como si dijésemos:
Proletarios del Mundo: no os unáis, odiaos unos a los otros.
Mujeres del mundo: Traicionad las luchas feministas que os precedieron.
Obsecuentes de Cuba: escupid y golpead a vuestros vecinos que luchan por vuestra propia libertad futura.
Pueblo de España: reclamad toros, recortes en vuestra salud, en la educación de vuestros hijos, en las libertades de expresión, en el derecho al trabajo, a la vivienda, a la dignidad.
Borregos de España: continuad cavando vuestra tumba.
Ver a mujeres criadas en la democracia donde se supone libertad de elección, avalando las versiones más misóginas y machistas de la especie como las de las religiones monoteístas, cosas como que la mujer es sólo una costilla del hombre, o que es impura, o que es débil frente a la tentación y por ello deben estar al mando de todo lo importante los hombres, se me antoja algo tan contranatura como si viese a afroamericanos del KKK o a zulúes del Apartheid.
Tal la sentencia del Génesis 3:16 (Dios a Eva)
"Dijo asimismo a la mujer: Multiplicaré tus trabajos y miserias en tus preñeces; con dolor parirás los hijos, y estarás bajo la potestad o mando de tu marido, y él te dominará."
Me resulta absolutamente imposible de digerir, por otorgarme una posibilidad de comprensión acepto la explicación de que luego de tantos siglos de sometimiento a muchas les quedase una especie de Síndrome de Estocolmo, que les impide aún en condiciones de libertad de elección escoger ser libres y honorables.
Al ver en la bancada del Partido Popular a las mujeres políticas de esta formación no solamente no rebelándose contra la anacrónica y fundamentalista ley del aborto aprobada el día de hoy, sino aplaudiendo animadamente tal despropósito humillante para cualquier mujer con cierta dignidad del siglo XXI, y al comparar ese reflejo al de la gente de clase media y de la clase trabajadora regalando su voto a lo peor de la historia de la derecha en democracia para que les dilapiden todos y cada uno de sus logros, me pregunto si tiene algún sentido intentar gastar el tiempo en pensar en los demás, si no estaremos siendo un poco intrusos e impertinentes al intentar iluminar caminos que nadie desea andar, y sobre todo me pregunto si no estamos siendo demasiado imbéciles al no preocuparnos de pasarla bien entre los que podamos y deseemos hacerlo, y dejar atrás a esa masa informe que siempre anhelará vidrios de colores, bochinche, pan mojado en salsa grasienta y mucho; muchísimo circo.
Happy New Minute
Muchachos y muchachas ( o mejor será que diga muchachas/os acorde a los tiempos de sensibilidad sexista a flor de piel que corren por estos lares a raíz de leyes antiabortistas y otros decretos medievales) como cada año hago, no sin incurrir en una contradicción tirando de la misma cronología de la cual reniego, también en éste año despotricaré contra la rarísima costumbre de considerar un logro, un mérito o una consecución digna del mayor de los festejos, el simple fenómeno de la física y la astronomía completamente ajeno a cualquier ser vivo, de festejar que un planeta, en este caso el nuestro, haya concluido un giro más de los infinitos que viene protagonizando desde la eternidad, alrededor de un astro, en este caso nuestro bastante aquilatado "Sol".
El mayor de los gastos anuales a nivel institucional y familiar lo hacemos para festejar algo que ocurre más allá de la voluntad y de la intervención de la especie humana. ¿Les irá bien a algunos con eso?
El movimiento de traslación. Es como si nuestros glóbulos rojos festejasen cada vez que el corazón emite un latido, en los casos de arritmias podrían tomárselo como los hombres se suelen tomar los años bisiestos. Pero aún en ese caso la analogía carece de fuerza, ya que para mis glóbulos rojos el hecho de que el corazón siga latiendo encierra un particular nexo con su propia longevidad. En cambio a nosotros ¿ qué más nos da? la Tierra tiene planeado seguir girando por una larga temporada.
La fiesta por la lluvia o por la nieve que también son ajenas al hombre en cuanto a su génesis pero no en cuanto a su provecho , las puedo entender sin mayores cavilaciones, ya que de ellas depende aún en algunos sitios la hambruna y la muerte o la abundancia y la vida.
¿Pero que la Tierra cumpla con su rutinario paseo alrededor del Sol? Bueno, aunque no en sentido literal en todo caso acepto la filosofía de aquel cojo de mi edificio que todas las tardes decía:
_¿Llueve? , buena ocasión para descorchar la botella de ron y jugar un partido de dominó.
- ¿Escampa y sale el sol? ¡Hora de tomar ron y jugar al dominó!
En fin:
FELICES FIESTAS A TODOS!!!
Que haya buenos fines de años, principios de años, continuaciones de años, mediaciones de años y de días meses, horas y minutos, los segundos mejor no porque nos podríamos quedar cortos de tiempo. Acorde a la filosofía de mi vecino cojo la pregunta es ¿por qué esperar tanto como un año para festejar? A partir de ahora a festejar todo!
Nada como un buen minuto.
Que haya paz, fuerza, salud y tranquilidad.
Y ¡¡¡¡Felices Minutos Nuevos!!!!
Mandela
Fue el rock, el pop y las hordas del beat quienes dieron el do de pecho sacando del anonimato o de la sospecha al activista anti Apartheid Nelson Mandela, suplantando a toda esa mezcla masiva de voluntades, inocentes las menos, pícaras, bribonas y mal intencionadas la mayor parte, que siempre van por ahí pregonando con cantos de promesas políticas lo que no pueden ni siquiera cumplir en el mullido, inofensivo y tibio ámbito del hogar.
El mundo del show pop abrió las puertas del lustroso mundo desarrollado a Mandela, como unos años antes había propiciado que la gente no fuese acorbatada a la oficina, ni apaleada por usar el pelo largo, ni por ir de la mano de otra persona del mismo sexo, ni por mezclarse entre las razas y intercambiarse el acervo cultural, del mismo modo que había dado pie a las libertades individuales, al derecho de acceso igualitario al arte, al ocio y a la diversión.
Sin embargo algunas personas nos preguntamos ¿Por qué todos esos periódicos que no contratarían a un Bereber, a un sub sahariano ni a un gitano ni siquiera para hacer de Baltazar el día de Reyes Magos, y todos esos que se tocan la cartera cada vez que pasa por su lado un negro, un marrón, un indio, y todos esos en cuyo lenguaje contienen y acunan el odio y la esclavitud propia a flor de piel hoy están tan afligidos por la muerte de Mandela?
¿Estarán enviando el mensaje de que si un día les tocase ser juzgados preferirían con creces la punitiva de reconocer todo en un santiamén y ser perdonados de inmediato para siempre?
Tal vez los mismos que nos preguntamos si tiene una pálida idea de la Historia, de cómo fueron tratadas las libertades individuales por todos los comunistas, aquél joven que se pone un pin de Lennon, y no digamos ya uno de una hoja de cannabis, al lado de uno con la cara de Trotsky o del Che Guevara
También me pregunto si el hecho de que tenga tan unánime acogida la pena por semejante pérdida se deberá a que el sistema consiguió fagocitar y metabolizar el mensaje de Mandela, consiguió sacar partido del la conmiseración por las personas portadoras de un tipo de piel, alejando el foco del verdadero peligro de que la gente interprete que la única liberación posible, pasa por fundir la cultura, a la verdad sin tabúes y a una imprescindible cuota de valor para poder acometer la experiencia del cambio, o si al ver que de ningún modo podía vencer a semejante monumento a la dignidad humana, semejante canto a lo mejor del espíritu, el sistema se dio a su adoración como si se diese sin comlejos a la bebida en horas ociosas.
Noventa y cinco años y la gran mayoría de ellos de compromiso político, es mucho tiempo, y no lo sé con exactitud pero creo estar interpretando bien a mis allegados cuando al escucharles decir que Mandela es el ejemplo de hombre, supongo que se refieren a los auspiciados eslóganes de la igualdad de oportunidades de las razas, a la reconciliación y la paz, y a los juicios de la verdad y el perdón, que sin dudas, luego de lo que pasó en manos de sus captores, son para mi lo más destacado de su ejemplo y lo que debe quedar como un legado a la humanidad. Haríamos un buen favor en incorporarlo como una práctica recomendada a nivel mundial tras cualquier sistema en los que hubiere habido excesos de represión o serias sospechas de cualquier deliro sobre sus dirigentes. De ese modo la transición española no adolecería de la falta de justica que ostenta hoy, ni se irían de rositas los secuaces de los dictadores de ningún barniz ideológico.
Pero Mandela fue mucho más. Fue por ejemplo un gran amigo de Fidel Castro, fue rechazado de plano por todo el sistema de democracias Occidentales cuando se pedía por su libertad desde las asociaciones del Tercer Mundo. Era considerado poco menos o más que un terrorista, ya que durante un largo período Mandela tuvo la convicción de que la única manera de erradicar el Apartheid era la lucha armada.
Pasó una cantidad de tiempo en prisión tan ingente, en condiciones tan duras y ajenas, que se me hace imposible concebir con cierta seriedad la cifra en años propios, en tiempo cronometrado, ante el riesgo latente de que esa condición sicológica o subjetiva según San Agustín, que convierte al tiempo en la categoría filosófica más abstracta frente a la concepción platónica que entendía el tiempo como la imagen móvil de la eternidad, termine por hacerme creer que de algún modo sus horas tenían algo que ver con los mías. Mi padre estuvo casi una década preso en condiciones difíciles también mientras yo crecía en el exilio y en parte estuve preso con él, una mitad de mi se planteaba todo desde la pusilanimidad de todos los que me rodeaban conmigo incluido al no hacer todo lo necesario para rescatarlo de su presidio, y esa mitad vivió a un ritmo muy diferente que la otra mitad social, no creció, no mudó, no cambió en otro sentido que en la profundización del morbo, la culpa y el temor. Quizás por eso me identifiqué tanto con la familia de Mandela como con él hasta que pasó al otro lado de los barrotes.
Entonces vi lo que creo que todos vimos, un hombre imposible de derrotar, un hombre imposible de matar, imposible de odiar, un hombre padre de todos los hombres.
El mundo del pop representado en sus máximas figuras popularizó de tal forma la imagen de Mandela mientras aún estaba en prisión pidiendo por su liberación, que nunca podían imaginar que al salir éste los eclipsaría de la manera que lo hizo.
Sacarse una foto con Mandela pasó a ser un objetivo no sólo para mandatarios del mundo entero, sino para estrellas del espectáculo, para multimillonarios preconizadores de lo opuesto al mensaje de Madiba, se había convertido en el osito de peluche de los derechos humanos, de la dignidad humana a la que nunca tendríamos acceso, era una mezcla de Jesús con Lao Tsé, tenía la sangre y la sabiduría. La gente, incluso la intrínsecamente malvada parecía reconciliarse con ciertos aspectos bondadosos de la especie humana a partir de la existencia de tamaño mito viviente.
Fue un baño de salud para toda la humanidad.
Se fue, pero yo no haré ninguna exhibición de tristeza por ello.
De la misma manera que le ocurre a un amigo el cual me comentó que su deseo para cuando parta es que no vayan a ponerle a su fiambre caras acontecidas y mucho menos semblantes tristes, ya que si les urgiese hacerlo podrían tomar cartas en el asunto mientras aún respira; -pero cuando ya no los pueda ver ni oír -me dijo- ¿para qué?. De igual manera creo que hoy es un buen día para honrar a Don Nelson estando contentos de que haya vivido en nuestro tiempo, agradeciéndole su vida, diciéndole a su halo ya en marcha, que deseo haber aprendido algo de los pasos que dio, recordándome que se puede ser mejor persona, entendiendo que la venganza es huésped y anfitriona del dolor, rehén y carcelera de un viciado ciclo de violencia ya perimido aunque persistente como pocas cosas. Las palabras que mejor expresan el sedimento que ese hombre leyenda nos dejó, no son mías, son de su amigo y compañero Desmont Tutu, el arzobispo galardonado con el Premio Nobel de la Paz, cuando dijo:
'Estoy orgulloso de ser humano porque en esta especie hay alguien como Nelson Mandela".
Colvin o Parks?
En el año 1955 Claudette Colvin, una adolescente de Alabama se negó a dar su asiento a un blanco que se lo exigió acorde a las leyes del Estado, por lo que fue arrestada y maltratada. En el mismo año unos meses más tarde ocurrió algo similar con Rosa Parks quien fue también encarcelada, y su la epopeya en que se transformó su valeroso acto es ya parte de Historia de los derechos civiles norteamericanos y patromino moral de la humanidad.
La NAACP adujo que Colvin era demasiado joven para ser tomada como baluarte en la lucha por los derechos de igualdad racial pareciéndoles más apropiada la señora Parks, pero parece ser que además de contar con mayor edad, Parks era de la clase media mientras que Colvin provenía de una extracción muy humilde, era mucho más oscura de piel y además había quedado embarazada unos meses después del incidente. La lucha contra los prejuicios y contra los lugares comunes descansan en la misma guarida y comparten alimento.
En el año 1955 la humanidad entera estaba concientizada acerca de la brutalidad que significó el racismo y la xenofobia contra los judíos en Europa, incluso en Estados Unidos se hacían películas poniendo de relieve dicha anomalía, mientras que aún los descendientes de africanos en América no tenían permitido en muchos sitios sentarse al lado de un blanco o sucedáneo latino del blanco británico, ni tomar agua de los mismos bebederos, ni entrar a los mismos servicios, y en África todavía los hacendados podían contar con mano de obra esclava.
Cuando reflexionamos acerca de que cinco años de holocausto fueron suficientes para sensibilizar a la humanidad y establecer una condena universal al antisemitismo, mientras que trescientos cincuenta años no fueron suficientes a pesar de despiadada esclavitud, con números de muertos que no nos podemos ni siquiera permitir mencionar, para no sucumbir ante el espanto de la inevitable brizna de culpabilidad que nos dejaría una simple noción, un casi anecdótico recuerdo impregnado en el ADN en la perpetración de tal barbarie, no podemos dejar de sentirnos embargados de manera inquietante por la intriga, la duda, la desazón de pensar en cual de las calamidades que están actualmente azotando a la humanidad estamos implicado como cómplices, en modo similar que frente a aquella irreproducible orgía de crueldad y crimen en masa.
Es nuestro deber encontrarlo.