No hay verano sin boludeces
Más allá de lo reprobables que resulten para cada uno estos personajes del poder en el fútbol, entre los cuales Rubiales es un granito de arena, comparado con los grandes corruptos que manejan todo y que, de feministas deben tener lo que yo de labrador de la tierra, o los militantes falangistas como Tebas que van mucho más allá en la afrenta a una sociedad democrática moderna, y no digamos ya de la carcundia internacional en los organismos de poder, desde Havelange, Blatter, Plattini, Grondona, Florentino Pérez, Silvio Berlusconi, y un larguísimo etcétera, y de lo aberrante que puede resultar el piquito de Rubiales, desde su atril de poder a una jugadora que acababa de ganar un Mundial de fútbol, y que entre la confusión y el escaso tiempo que duró la unión de los cuatro labios, no tuvo tiempo ni energía negativa para indignarse de hecho lo festejó y antes lo alzó de un abrazo, más allá de todo eso, hay dos cosas de este fenómeno que acaba de arrasar con los canales informativos de todo el país, sin dejar espacio para ninguna otra noticia por importante que pudiese ser.
Una es que a un ser despreciable por corrupto, como a casi toda la dirigencia del fútbol nacional, de instituciones y clubes, sea necesario un piquito para perder el puesto, toda vez que todas las actividades reprobables, si no desde lo legal sí desde lo ético, no le costaron e él ni les cuestan a sus pares siquiera una línea en los periódicos, ni un bocadito en la televisión y radios. Esta es la sociedad que tenemos.
La segunda es la dictadura en que estamos inmersos, el sometimiento ibérico a la uniformidad de todo el colectivo y la condena lapidaria al disidente, no entusiasta o indulgente, en todos los momentos históricos, en todos los asuntos sociales, y en todas las sensibilidades ideológicas, que viene donada en vena desde la inquisición pontificia como institución eclesial para espiar, vigilar y denunciar cualquier posible resbalón desde adentro hacia afuera de la cánones obligados
Es absolutamente irrespirable el clima de uniformidad, y obediencia debida de una conducta monacal, estricta tras los dictados de una cierta línea de pensamiento impuesta a cal y canto y de la que nadie puede siquiera moverse, cosa que lleva a las almas libres, irredentas, iconoclastas, como es debido, a manifestarse contrario aun cuando en un inicio, en su génesis, esta suerte de aberración partió de una corriente necesaria, de justicia y de progreso. Hoy se arroja a la arena de los sedientos jueces inquisitoriales, a quien aun, con cientos de problemas importantes, no solo alrededor a nivel nacional, barrial, sino en el plano estrictamente personal, no se manifestó contra el drama nacional del beso de los exitosos. Todavía si estuviesen hablando de un abuso sobre una mujer en un barrio carenciado, que no tiene a quien acudir, que a partir de ahí vivirá con terror por la violencia compartida entre su agresor con la concepción masculina de jueces, comisarios de policía, vecinos, compañeros de trabajo, entonces entendería que soliciten e induzcan a la adhesión de la mayor parte de la sociedad az condenar el acto o a mostrar solidaridad con la agredida. Claro que el beso de tres segundos estuvo mal, pero no llega a estar ni siquiera en la posición 48 millones de los problemas que pueden habitar hoy en el área nacional. Ni incluso si me hubiese ocurrido a mi estaría entre los diez primeros problemas o preocupaciones que tengo hoy. Es algo del ámbito personal de ellos dos y si no lo resolvían en términos cordiales entonces sí sería el momento de involucrar a la justicia, pero poner a disposición de ese suceso durante veinticuatro horas a todos los canales de TV, radios, periódicos, ministros, candidatos, presidente y aspirantes, no se sabe bien si a merced de un afán reivindicativo de una emancipación, del fin de una injusticia o más bien obediente a la corriente de misandria que atraviesa sectores importantes de la sociedad, es un exceso disparatado que de por sí da pistas de que nos ocurre como colectividad. Incluso, yendo un poco más allá, antes del beso Jenni, deportista de elite, con una fuerza mayor que cualquier ciudadano común, abrazó y alzó del suelo a Rubiales pegando incluso su cuerpo al del presidente, cosa que nos suscita la interrogante, de si hubiese sido al revés, Rubiales alzando del suelo a Jenni y al final ella dandole un piquito, no se habría armado el mismo sainete. También, más allá de lo reprobable que nos resulte Rubiales, Tebas o Florentino por corrupción rtolerada y hasta incentivada desde el oficialismo, sabemos que también producto del machismo, es que un presidente del ámbito de algo tan machista como el fútbol, jama´s denunciaría un abuso como ese abrazo invasivo, ni siquiera denunciaría un piquito, aún cuando lo haya percibido como una violación de su espacio.
También es verdad que España viene despertando de un machismo terrible, anacrónico, en cierto sentido de corte medieval. Hasta hace no mucho en términos históricos, la mujer debía solicitar permiso al marido para trabajar, viajar, incluso para opinar y es lógico que en el afán de restituir la dignidad se cometan excesos, más por inercia que por animosidad vengativa. Pero ojo, no consigan los vivos del poder que olvidemos como sociedad los más pertinentes y cotidianos abusos y discriminaciones graves, ocupándonos de las implicaciones traumáticas de un besito entre dos "bon vivant" exitosos, igual que cuando se suscitó el debate a nivel popular, entre los desahuciados, desocupados, estigmatizados, de si era justa la ley Sálica, que impedía que hijas mayores fuesen reinas, logrando que todos esos pobres, explotados, vilipendiados, humillados, se indignasen por el vuelco de injusticia sobre sus respectives vampires.
Presunta víctima jocosa, alardeando del beso a los pocos minutos del hecho
Cordialidad jamonal
Ayer me detuve frente al empleado que corta las lonchas de jamón de bodega y de cebo ibérico en una conocida cadena de mercados de cercanía españoles con sede en Castellón. Una de las empresas españolas punteras y ejemplares en todo hasta antes de la monstruosa subida de precios que ejercieron en sus estanterías so pretexto de las ansias bélicas de Putin y Zelenski. Vale decir que el otro día en la piscina del gimnasio, me puse a hablar las dos o tres palabras de ruso que aprendí en tiempos pretéritos con un ucraniano que lleva unos meses en León, y al cabo de soltarle las dos o tres frase, le dije: "Putin pitarás" y me respondió con entusiasmo, ¡Putin pitarás y Zelenski pitarás! disculpen que no traduzca "pitarás" al castellano porque me cierran Facebook de manera definitiva. Los ucranianos tampoco lo quieren, pero bueno, vamos a lo que íbamos.
Me acerqué al cortador de ese preciado tesoro español y me ofreció una loncha de la pata del desgraciado cerdito convertido en ibérico, que estaba troceando con dedicación de orfebre, y cuando pude recuperarme de la explosión de sabores que se juntaron en mi paladar y papilas, subiendo y bajando de nariz a garganta y regresando a lengua y cielo, cuando por fin pude abrir los ojos saliendo de aquel túnel de sensaciones gustativas, le dije:
-Y pensar que a veces preferimos llenar el tambuche con McDonalds
Esbozó una sonrisa amplia como mi placer y me ofreció otra locha que llevé junto al carrito de la compra, ufano, por los verdes pasillos del establecimiento, tras el respectivo "muchas gracias" y educado "buen día".
Más que pensar sentí que había hecho un nuevo amigo, no era la joya alimentada de bellotas acaso en un campo cercano a Béjar, ni su amable descuartizador, no era el pasillo de ese enclave carero, ni el más que socorrido aire acondicionado puesto en la justa medida, para olvidar los cuarenta mil millones de grados de la estrada y a la vez no competir con Rovaniemi en Navidad, como los bares miamenses regentados por cubanos eternamente presos de la nostalgia de un deseo imperante producto de la soga y el cordobán de una eternidad de sudores, apagones y mosquitos. Ninguno de ellos,, el nuevo compinche, el nuevo asere, monina, ecobio, ambia culiñanga, tronco, gomía, fratello, era ni más ni menos que yo.
Un latigazo de recuperación o novedad recorrió mi espalda, la misma que horas atrás había sido lacerada por un resbalón que concluyó su periplo con el coxis sobre el mármol, pero esta vez el halo se elevó sobre mi cabeza, como si ya estuviese dispuesto a rendir cuentas a Babalú o cualquiera que resulte ser el barbudo celestial porque ya también podía trasladarle enseñanzas, que es cuando uno parte pletórico. Un nuevo amigo con el que aún queda mucho por ver, descubrir, y suspirar. Y esperemos que poco por toser.
Cancheras
El fútbol femenino ha arribado a un nivel donde ya es una modalidad per se, un deporte auténtico. Ya no son comparables a la tercera división masculina, tienen la fuerza de una división menor masculina, pero una calidad distinta, diferente, femenina, aportan movimientos y temperamento no visto en el fútbol masculino. Todavía hay algo naif, inocente, que a la vez es un aporte sano, moderno, ver menos trampas, menos agresividad violenta, menos insultos, escupidas, peleas a golpes.
Un detalle revelador es que la prima para las españolas si ganan el Mundial es de 250 mil euros, la de los hombres era de 400 mil, hace pocos años la diferencia era abismal, las mujeres cobraban cincuenta veces menos.
En los años ochenta en Cuba y en el mundo, llegó a ser más visto el voleibol femenino que el masculino, este Mundial de fútbol femenino ha conseguido ser más transmitido que los mundiales de básquet femenino que sin embargo llevan muchos más años peleando. Paradójicamente, Estados Unidos, que mantuvo la vena femenina del fútbol a lo largo del siglo XX, llamado soccer allí y jugado mayormente por las estudiantes de instituto y universidad, no tiene una buena selección sin embargo hoy vive su revoloución en afición al fútbol masculino gracias al aporte de Lionel Messi.
Creo que terminará habiendo aficionados, como es mi caso, que vean el masculino y el femenino con entusiasmo y disfrutando de dos deportes similares pero diferentes, cada uno con sus propias virtudes, el próximo reto es hacer atractivas las Ligas.
En España fue muy importante Milene Domingues, "la Ronaldinha" pareja de Ronaldo Nazario “el bueno”, que marcó record en jueguitos, demostró con una alegría y desparpajo admirable, que el fútbol no tiene género.
Charla en esquina del Once
Dos semanas atrás, con motivo de un viaje a Buenos Aires por el deceso de mi tía Celia, tuve interesantes conversaciones con judíos ortodoxos del barrio donde me alojé, calle Viamonte al 2400 en pleno Once, a la vuelta de la AMIA. Una de las charlas fue con un muchacho joven al que tras consultarle si yo iba en la dirección correcta para llegar a mi destino, le comenté que soy natural de esa ciudad, incluso moré muy cerca de ese barrio, pero hacía 26 años vivía fuera, una cosa llevó a la otra y me preguntó por la Comunidad Judía en España. Le dije -vení pongamonos a resguardo del viento porque me va a llevar más de un minuto explicarte-. Es muy problable que más de la mitad de españoles tengan trazas de sangre judía, pero en segundo lugar lo más seguro es que durante siglos, esa mitad, defendiese lo contrario a sangre y fuego por las más que probables consecuencias que ello podría acarrear.
La mayor eclosión, ruptura, quebranto de la convivencia no siempre pacífica ni dominada por la concordia, pero próspera, en la mayoría de los muy distintos territorios de lo que hoy es España, según sus disposiciones, leyes, progresos y concordia bajo los distintos ducados, señoríos feudales, principados y reinados, fueron los pogromos de 1391 a lo largo de toda la geografía nacional. Con génesis en toda Europa tras un durísimo período de peste que diezmó a la población europea dejándola en dos tercios de personas, la búsqueda de razones místicas, productos de castigos divinos por tolerar a los judíos, las sinagogas, las juderías, la envidia por el progreso de una parte de las familias judías, al ser obligadas a dedicarse al comercio, o directamente por culpar a los judíos de envenenar los pozos y manantiales para eliminar la cristiandad.
En Sevilla en junio de 1391, la población enardecida mató a casi todos los judíos utilizando los más diversos métodos, desde la hoguera, al cuchillo o al arrojo al precipicio, se apoderaron de sus casas quemaron las sinagogas, y robaron todos sus bienes.
En Toledo ocurrió lo mismo con el agravante que había 10 sinagogas, seis madrazas y la convivencia hasta finales del siglo XIV era ejemplar. Se destruyeron todas las sinagogas, y se masacró a casi toda la población judía de manera inmisericorde...
"...en Toledo fue secundado el hervor nacional y numerosos hebreos cayeron en la fosa, bien pasados por la hoguera, bien pasados por las armas blancas, ora despeñados, ora arrojados a las cisternas. Un considerable número de adeptos a la ley mosaica, sufrieron torturas tremendas, siendo degollados, hacinados, estrujados, deshechos en las mismas muelas, o piedras de sus molinos, enrojeciendo con sangre las aguas del Tajo por mucho tiempo".
Juan Moraleda y Esteban
Dos días después de que comenzó la matanza de Sevilla se desató la de Córdoba con la excusa de hacer conversos al cristianismo a los habitantes de las juderías. Fue terrible, prácticamente mataron a todos los judíos, torturándolos, descuartizándolos, ahogándolos. También Córdoba había sido un ejemplo de coexistencia con la particularidad del desempeño motivado por sabios judíos y musulmanes en convivencia con el cristianismo.
Barcelona acunaba una judería plena en sabios y familias prósperas, fueron todos eliminados, sus propiedades robadas, sus sinagogas quemadas, y las mujeres y los niños vendidos a los árabes como esclavos.
Cabe destacar las poblaciones que no cayeron seducidos por esta infección de odio y asesinato que recorrió todo el territorio español, como ejemplos notables juderías, como Maqueda, Talavera de la Reina, Alcalá de Henares, Guadalajara, Hita, Uceda, Buitrago, Mondéjar, Pastrana, Almoguera, Zorita, Tendilla, Cogolludo, El Puente del Arzobispo, Cobeña o Torija. Algunas fuentes consideran esta circunstancia a la sujeción de estas juderías a señores poderosos, como el arzobispado de Toledo, la Orden de Calatrava y la Casa del Infantado.26. Pero acaso haya que profundizar en la conciencia colectiva de estas poblaciones y la forma puntual de distribución del trabajo y la riqueza.
En cuanto a la Corona de Aragón, mientras que las comunidades judías de Barcelona, Valencia y Mallorca fueron eliminadas la de Zaragoza incluso prosperó, pasando de 300 familias en 1369 a 350 a comienzos del siglo XV.
El pogromo de 1391 provocó una gran ola emigratoria, tanto dentro de la península ibérica (al principio, en dirección a Portugal) como fuera de ella (posteriormente, hacia el norte de África) y a localidades hoy turcas, como Estambul o Esmirna (Fuente: 'Los sefardíes', por José Meir Estrugo).
Los emigrantes españoles judíos tuvieron una gran influencia en las comunidades judías del norte de África y causaron un renacimiento cultural entre los judíos de la zona.
Un agregado importante en la historia de represión y abusos sobre la población judía en el caso de España, es la fundación del tribunal de la Santa Inquisición en España por parte de los reyes Católicos, en 1478, con el fin de mantener el catolicismo más puro en todos sus territorios.
Fue creada para actuar como tribunal con el fin de descubrir y someter a juicio a los herejes en general. Lo que contribuyó al crecimiento del odio entre judíos y cristianos, ya que cuando una persona tenía una rencilla con algún vecino o conocido, lo acusaba directamente de ser judío para llevarlo a juicio. De este modo, aumentó notablemente el número de denuncias falsas y acusaciones por ser judío.
Tanto el gobierno, como los demás funcionarios proclamaban que era importante expandir el catolicismo real. Por ello, promulgaron leyes para prohibir los matrimonios mixtos entre cristianos y judíos o judíos conversos, ya que ensuciaban la pureza de la sangre, aun siendo la católica una religión proselitista, no hereditaria a diferencia de la judía. A raíz de este rechazo continuo y creciente, muchos judíos que no renunciaron a su fe y que se habían reproducido tras los pogromos de 1391, fueron asesinados y otros muchos expulsados del país. Con ellos, se fue buena parte de la cultura y de las tradiciones que hasta ese momento había habido en lo que hoy es el territorio nacional.
Existe la versión muy estudiada y bien defendida de que la Inquisición se creó por el miedo que tenían los cristianos a que los judíos les quitasen el poder. Los judíos eran una amenaza para la monarquía y los Reyes Católicos vieron en la Inquisición el medio para eliminar la fuente de uno de sus mayores problemas.
Además, en el siglo XIII el territorio que hoy ocupa España estaba en guerra con Italia y hacía poco que había reconquistado Granada, por lo que la situación de precariedad económica era generalizada en la mayoría de la población. Como la comunidad judía tenía una mejor posición socioeconómica, los Reyes Católicos tenían miedo a una protesta popular, por lo que la expulsión de los judíos y la adquisición de sus propiedades tras su asesinato o huida, supuso el fin de ese problema.
Tras mi recreación de estos episodios, obviamente de manera resumida, el joven curioso, interesado como casi todos los judíos ortodoxos en la experiencia de las comunidades judías alrededor del mundo, le comenté que en la ciudad donde vivo, que contenía una enorme judería donde hubo episodios de violencia, sin embargo aun se recuerda en la iglesia de San Martín de Tours, el día que se le brindó albergue cristiano a los judíos perseguidos por los callejones con muy malas perspectivas para sus futuros inmediatos. y entonces nos dimos la mano y me dijo:
-Gracias, un día, en la escala española camino de Israel, tengo que visitar León.
Habiendo concluído la charla con semejante muestra de empatía mutua, me asusté y detuve el impulso de comentarle, que en León, aún hoy, heredera de aquellos días aciagos, ir a tomar una especie de sangría llamada limonada en época de Semana Santa, se denomina salir a "matar judíos".