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El blog de martinguevara

Juntos

30 Diciembre 2018 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Para muchos lo más duro del machismo era no poder negarse a ir a morir a las guerras para no humillar a la familia, y a la propia esposa que lo abandonaba por cobarde.
Para muchos lo peor era no poder llorar, no poder manifestar el miedo, o no poder decirle a su esposa “ahora trabaja tú diez años que yo cuido los niños en casa".
Para muchos era duro acompañar a la novia a la casa en vez de que le tocase una noche a cada uno.
Para muchos era terrible el destino de trabajar en cloacas, minas, albañilería, caminos, mar abierto, desactivar explosivos, dinamiteros y pico y pala en canteras, surco en el campo, pastor de ganado, matador en mataderos, herreros metalúrgico, electricista de altura, fontanero, tambero, y todo trabajo que supusiese un desgaste brutal mientras la esposa, con mas o menos rigores trabajaba al abrogo del calor o la sombra de la casa con los niños, las compras, la cocina, limpieza y Corin Tellado.
Para muchos, la inmensa mayoría, era terrible que las mujeres fuesen un noventa y seis por ciento de los viudos, por culpa del frío, guerras, cárcel, trabajo insoportable para proveer a la familia.
Para muchos habría sido un bálsamo el riesgo de un asesino cada millón en la figura del marido, en lugar del guapo del barrio, el cura violador, todas las pandillas, los ladrones, los torturadores, los policías violentos, los hooligans violentos, los enemigos en las guerras, todas las guerras, batallas, enfrentamientos, escaramuzas entre naciones, clases o las razas enemigas, los rompehuelgas, los paramilitares, las cárceles y los carceleros; o sea un potencial asesino cada veinte pasos.

 El propio hombre debe descansar de tantas exigencia a su virilidad, en la que participaba la mujer activamente, las madres esposas y novias estigmatizaban en la educación doméstica como debiluchos, maricas, nenazas a los hombres que no comportaban como machos, ojo con las reescrituras interesadas de la Historia.

Los hombres y mujeres compartían un espacio en el poder y en la masa victima de las diferentes opresiones, los hombres morían y aún mueren de maneras terribles, había enorme contrapartidas para las mujeres que eran totalmente aceptadas, la descompensación  arrancó con la revolución industrial y las comodidades del trabajo, en la medida que retrocede en el tiempo las comunidades humanas eran más parecidas a sus parientes primates u otros mamíferos, en la medida que transcurre el tiempo vamos siendo más humanos y menos animales, hasta la revolución industrial un equilibrio aceptado había sido milenario, la mujer no participaba de los gobiernos, de las profesiones, de los trabajos intelectuales y físicos pero la vez era protegida con creces por la comunidad, eran los hombres los encargados de enfrentar los elementos hostiles, fuesen de climatología o bélicos, a partir de la industria el hombre comienza a aflojar sus sacrificios físicos, y termina la jornada a las seis con un considerable ganancia en tiempo libre, mientras la mujer seguía teniendo la misma carga de obligaciones y la misma escasa participación en la sociedad y en dicha revolución, entonces, esa mitad de la humanidad no tardó ni un día en reivindicar sus derechos, desde el mismo momento que hubo inconformidad hubo rebeldía para lograr igualdad. El error de relato es decir que fueron miles de años de explotación de un género a otro, pero no es un error causal.

Desde el poder cuando aprecia cierto riesgo ataca de dos maneras, una es con violencia, y la otra es con inteligencia. Cuando vieron que la gente se concientizó con el racismo incentivó el racismo positivo, entonces todos los individuos de las razas tradicionalmente oprimidas pasaron a ser victimas buenas por definición mientras que todos los individuos de la razas opresoras fueron estigmatizados como victimarios crueles, es la Iglesia cuando vio que se le iban los fieles prefirió que el vulgo profiriese insultos blasfemos a dios a que se olvidasen definitivamente de él. Aprendieron a combatir la conciencia de clases enfrentando a los sectores más paupérrimos, con los inmediatos siguientes, clase media contra clase obrera, clase obrera contra marginal desempleado, desempleado contra inmigrante, y ahí diluye todo el contenido de la concientización.  La tomade conciencia feminista no fue la excepción,  consiguieron enfrentar a las mujeres con los hombres, convirtámoslos en enemigos, sustituyendo la misoginia del poder por la misandria o androginia militante.

Queridas amigas no juzguemos con ligereza, el machismo ha sido aberrante, durísimo y cruel también con los hombres, y estimados amigos, no pequen de tontos, que con la autentica igualdad somos todos los beneficiados, somos todos los potenciales seres felices, caminando juntos frente a los nuevos retos, a nuevas emancipaciones, como los viejos Jean Paul y Simonette.

 

Simone y Sartre, jubntos en vida, lucha y obra.

Simone y Sartre, jubntos en vida, lucha y obra.

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Los vaivenes del Nazareno

26 Diciembre 2018 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Cuando era niño, aunque anidase en una casa de ateos herejes, había arbolito, cena y regalos, bueno, regalos de aquella época, hoy una consola de videojuegos cuesta todos los regalos de un año sumando chocolates, revistas y figuritas, excepto esos años que tocaba Scalextric con pista, puentes y todo.

Después en Cuba aún siendo niño, adolescente y más tarde joven no vi un arbolito, una cena ni un regalo más, allí el festejo era para año nuevo aunque marcado por la austeridad y como no, el dos de enero el festejo del triunfo de la Involución, marcado por el chivateo. 

Al regresar a Buenos Aires volvió a haber arbolitos, guirnaldas, tiendas abarrotadas, turrones, frutos secos, sidra, vitel toné y muchas cosas ricas, seguro que muchos regalos pero ya me había alejado los suficiente de la sociedad correcta como para, por un lado rechazar las tradiciones de la alegría barnizada y por el otro, lo cierto es que los demás eran directamente proporcionales conmigo, no me invitaba ni el tato, excepto mis tías Nilda y Emilia y mis amigos Marcelo y Valeria donde siempre conté con afecto, mate y una mesa para hacer migas con el pan.

Ya en España conté con un acceso descomunal, astronómico, vertiginoso, a cuanto fetiche existe, hubo y probablemente sobre los que aún no se han inventado alrededor de la natividad del nazareno. En todas las empresas que trabajé recibí paga doble, una cesta con paleta, jamón o salchichones, cavas, vinos, turrones, una cena muy nutrida la semana anterior a la nochebuena y si no fuese poco, unos cuantos días de asueto, que van desde cuatro a empresas que dan vacaciones desde el 24 de diciembre al 6 de enero, porque señores, en España los reyes magos no es cosa de niños, se para el mundo de todas las edades. Año tras año era agasajado y muy bienvenido en casa de los suegros, donde a lo largo de veinte años se fueron juntando cada vez más gente, entre parejas y vástagos, y ciertamente toda la vida le agradeceré a mi ex suegra el cariño con que cocinaba casa exquisitez de las que devorábamos sin articular ni la "g" de gracias, antes de cortar con el drink aquello era un oasis, cordero, langostinos, palmitos, jamón del mejor, cerdo, dulces, helados, cataratas del buen vino tinto, luego champán catalán, y más tarde amaretto de Saronno, Frangelico, y de ahí directo a los espirituosos fuertes. Los chistes, bromas, anécdotas iban aumentando en cantidad y decreciendo en calidad en la medida que avanzábamos hacía esos whiskys de pasada la medianoche en los sillones y sofás desenvolviendo mazapanes, almendrados, o avellanas que ya nadie come y que se siguen comprando en honor al hambre de los abuelos. Pero debo admitir que tras unos años, aún cuando siempre sentiré afecto por aquellas noches de panza desbordante, ya me pesaba la obligación de asistir con puntualidad germana aunque estuviésemos en Inverness tras el rastro del dragón dormilón, desaprovechando así montañas de pasajes baratos, ciudades literalmente vacías y tiempo libre propio.

Hace un par de años vivo estas fiestas con alegría, tristeza o lo que toque en materia de ánimo, pero con absoluta paz. Salgo a pasear temprano por esas avenidas peladas y me doy el gusto de desearle felicidades a la gente más amable con que me cruzo, generalmente quienes están trabajando, o quienes más lo precisan, o a quienes me gusten. Observo con otro prisma esa misma alegría de brillo de barniz que otrora menospreciaba. Si bien sigo de acuerdo conmigo mismo en que son fechas impuestas por el poder para que la gente tenga pautada la ilusión y la alegría, y no precise ir buscando con rudimentos propios la realización intima, intransferible con el riesgo añadido que junto a ella encuentren también la felicidad y realización colectiva a partir de la suma y cima de las emancipaciones personales. 

Así es que he arribado a un punto en que disfruto mucho de la alegría de los demás con independencia de mi elección, me como lo que más deseo saborear ese día sin necesidad de atender a lo que sugiere la tradición. Hoy daré cuenta de jamón ibérico, ravioles de ricotta con nuez y cebolla caramelizada, regado con pesto rojo y queso reggiano, y de segundo, si me cabe, un bife de vaca gallega. Vaca de prados rebosantes de clorofila, y al final, alguna cucharada de un dulce de leche uruguayo exquisito que aterrizó en mi nevera sin pasar pro el Río de La Plata.

Si Jesús piensa que este homenaje es en su honor, pues todo un placer, que así sea, y que de paso se extienda también a buena gente que pica muros y lame diamantes.

Salud

 Scalextric navideño

Scalextric navideño

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