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El blog de martinguevara

Identidad escurridiza

15 Julio 2020 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Argentina frizzante, #Cuba flash., #Europa Aorta

El ciudadano argentino medio, que en su maqueta original proviene de la mezcla autóctona con el español, españoles ya irreverentes en la propia Metrópoli, vascos y navarros, y en el siglo XIX y XX marcado con el característico sello italiano de la escasa confianza en ls instituciones, se siente incómodo con el ladrón merodeando cerca, pero mucho más con el policía sentado a su mesa.

Mientras tanto, el español medio se siente a gusto con la omnipresencia y control de la autoridad en nombre del poder, ya sea a lo lejos la monarquía, la nobleza, los jerarcas eclesiásticos o más cercano a sus guardianes uniformados. Se sienten más representados, protegidos o al menos no amenazados si aceptan sin chistar a todo celador, aristócrata, privilegios de las jerarquía del clero o simplemente a todo rico de pedigrí aceptándolo como algo superior, fuera del alcance de la ley para todo aquellos que sobran, que si restamos obsecuentes mal llamados periodistas, politicos cortesanos, jueces adocenados y alineados con el poder, irían quedando pobres no dignos, obreros, campesinos, marginados, inadaptados, tahúres, vagabundos, artistas, incluida la representativa figura romántica española de los "bandidos de la sierra" . Lo cual más que indicar una identidad disciplinada, revela la Historia de un pueblo excesivamente oprimido y brutalmente reprimido en su largo andar entre emblemáticas sublevaciones que nunca llegaron a cuajar en el destierro de "la tradición", ya sea Romano: Numantia, Viriato, Bagaudas, contra el poder de los Califas: el Cid, Pelayo, contra los abusos del señorío Feudal: Comuneros, Motín del pan en Córdoba, Revuelta Irmandiña gallega, Fuenteovejuna en la ficción, y numerosas rebeliones, luchas, desde ajusticiamientos a torturadores del clero inquisitorial, hasta la toma de conciencia de libertad y empoderamiento de sendas eras republicanas.

Cuba tiene de ambas, un poco de terror a las autoridades que se traduce en aparente respeto, y un hastío histórico de toda regla, ley, norma, directriz o lineamiento que fue lo que llevó a acaudalados nobles de la Península ibérica a tierras caribeñas de improvisación y licencias en los primeros siglos de la colonización; esclavismo y violaciones que produjeron el mestizaje incluidos. Pero reacio a manifestarse en rebeldía directa sino más bien expresándola a través de la doble moral en que adoctrinó la Iglesia católica, obradores del principio "haz lo que digo jamás lo que hago y si lo haces disimúlalo en la misma proporción en que rompas la regla". Bucaneros, contrabandistas de personas y mercancías, negociantes con filibusteros, y sus pequeños beneficiarios ganaban mucho más adoptando los mecanismos delpoder que combatiendolo.  Esto en lengua cotidiana y doméstica fue y continúa siendo ¡Viva el rey, el gobernador, el obispo, el terrateniente, el conde, el general, el presidente, Guarapo, Raúl, e incluso el insípido Díaz Canel!

Cuando parece ser que estamos cercanos a un cambio de paradigma en las tres idiosincrasias, lo más probable es que estemos en ese punto del espiral en que cada vez que se satura el modelo, se produce un reventón que obliga a cambiar la rueda, pero ni por una nueva, ni por una cara, sino por un neumático muy de andar por casa que nos obligue a retornar nuevamente a nuestros fueros de ínfimas picarescas y vivezas aprendidas desde la sacristía, que perpetúen la fertilidad del semillero para sostener la sempiterna corona de la corrupción

Escena del film Metrópoli-1927

Escena del film Metrópoli-1927

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Tetra Briks vacíos

12 Julio 2020 , Escrito por martinguevara

Durante años que me parecieron siglos, milenios, no podía pasar por delante de un bar sin sentarme a la barra estando solo o en una mesa con compañía y beber todo lo que pudiese aguantar el equilibrio.

Hoy paseando entre cientos de mesitas de bares colocadas en las calles de León, con gente disfrutando de la tarde de verano reparé en sus caras, en sus barbijos, en sus actitudes e incluso en sus comidas, pero recién ahora pienso que ni siquiera me fijé en sus bebidas.

Y entonces me invadió una sensación de confort, de cierto orgullo, hubo un tiempo que sólo podía vaticinar la muerte en una zanja, en coma, a puñaladas o a patadas. Cuando llegué a ese punto en que solía quedarme sin una moneda, ni siquiera entre los adoquines de las calles, salía a beber el vino que los borrachos dejaban en botellas o tetra briks en las escaleras o los bancos de las plazas.

Eso fue tocando el fondo, pero sí, hacía eso, hoy siento arcadas sólo de recordarlo. Si me quedaba una de esas monedas, entre las llaves o entre dos adoquines, podía comprar alcohol de farmacia y mezclarlo con agua y un poco de café para disimularle el sabor y olor a enfermería. El alcohol de 96 grados con agua da una borrachera absoluta, de liberación total, se consigue perder del todo el control del zapallo, hay que consumirlo bajo techo si no se quiere aparecer dormido en cualquier parque o calabozo sin zapatos ni llaves.

Recién al llegar a casa pensé en cuantos de esos alegres viandantes y bulliciosos parroquianos que vi sentados en sus mesas departiendo terminarían hoy prisioneros de sus más o menos controladas dependencias al trago, y sentí una inmensa paz. Pasé por clínicas, por AA en diferentes épocas, por abstenciones que nunca conseguían que deslindase ni un instante el deseo de beber, porque como decía Raymond Carver, beber es algo muy serio y que consume mucho tiempo entre unas cosas y las otras, el borracho de verdad vive con la presencia del alcohol tanto cuando lo consume como cuando se abstiene, excepto, y esa excepción me llevó una vida conocerla, cuando todo aquello que lleva a dedicar tanto rato a terminar cada noche abrazado al suelo, de súbito desaparece y sólo queda una sensación de vacío en lo relacionado con los senderos del alcoholismo, queda un segundo dado, una segunda vida dentro de la misma botella.


Y la sensación de haber conocido la mayor de las victorias.

Detalle de "Los borrachos" de Velázquez

Detalle de "Los borrachos" de Velázquez

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