20 octubre 2024
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Mi padre estuvo preso desde inicio de 1975 a 1983 por ser hermano del Che y por sus ideas, las propias y las importadas. Pasó ocho años y medio preso por casi todas las cárceles de Argentina y vio morir a varios compañeros presos reconocidos por la Cruz Roja.
Las víctimas del terrorismo de estado sufrieron un horror indescriptible desde la instauración de la Triple A, por parte de Isabel Perón mediante López Rega, hasta el fin de la sangrienta dictadura. Responsables e inocentes.
También fue un horror la terrible explosión que despedazó 23 cuerpos e hirió casi un centenar de personas en Moreno al 1400 a mediados de 1976, así como todas y cada una de las muertes violentas padecidas por cualquier ser humano. Responsable o inocente.
Y considero que todos los familiares de los muertos, presos, desaparecidos, sean de la sensibilidad ideológica que fuesen deben tener el mismo reconocimiento por parte del estado, siempre que sea otorgue en su calidad de victimas. De ninguna manera permitir que nos vuelvan a embrujar los portadores del germen exterminador bajo la apariencia de la búsqueda de una justicia, siempre parcial.
Muchos niños que sólo queríamos crecer en familia, en nuestra tierra, con nuestros amigos, nuestras escuelas y nuestras familias de diversas procedencias ideológicas, fuimos víctimas colaterales de decisiones totalmente ajenas a nuestra inocencia infantil., por ende a nuestra voluntad. Algunos conociendo la muerte, otros la orfandad, unos como este seguro servidor el desarraigo del exilio y otros el insilio, un desarraigo igual de difícil y el doble de perverso.
El reto de los vástagos de aquella sinrazón es entender que no representamos a los bandos enfrentados de nuestros progenitores, aunque siempre los tengamos en el sitio de amor y honor que les y nos corresponde, sino que somos, a pesar de haber crecido en las esquinas opuestas del ring, hermanos de causa y contenido. El haber atravesado las consecuencias de la violencia sin tener ninguna responsabilidad ni rédito, sólo pérdidas, nos convierte mucho antes que en contrincantes, incluso mucho antes que en extraños, en parte de lo mismo, en las conciencias cuyo más honroso cometido sería dedicar la vida a que la barbarie sea desterrada como modo expeditivo de saldar el debate con el opuesto. Y convertir al oponente en interlocutor, en disertante, en polemista en lugar de en enemigo. Es sencillo, lo debemos a los niños del futuro, a los "nosotros" del mañana.
No es tiempo de seguir tras la flauta de quienes nos llaman a perpetuar el odio, a dar una forma aggiornada a la sed de venganza, camuflados en la búsqueda de justicia.
Hoy nos toca reflexionar desde esa dimensión alejada de las viejas ecuaciones y sus variables. Los antagonismos y la dialéctica existirán siempre y constituyen el abono del desarrollo, del cambio, del movimiento y son sanos y positivos siempre que se manifiesten en términos civilizados, en ámbitos de concordia.
Pero de ninguna manera esto legitima la idea de una equidistancia entre las dos formas de violencia, terror o barbarie. En estos días se encontró al nieto 138 apropiado tras el asesinato de los padres, las preguntas, acaso retóricas, son:
¿Hay un solo caso de militar o policía torturado en salas clandestinas guerrilleras hasta la muerte y arrojado al río o a fosas comunes aún no identificadas'? ¿Existe constancia de algún caso de secuestro de matrimonios de militares o de policías a quienes antes de asesinarlos se les hubiesen sustraído sus hijos cambiándole nombre, identidad, historia de vida?
A nuestra generación, sin ánimo de revancha en la convicción de que doblar el dolor solo consigue duplicar el llanto, le toca edificar de manera firme, definitiva y pacífica, la verdadera sociedad de "Nunca más".
Escuela de Mecánica de la Armada y Dep. Central de Policía Federal
Published by martinguevara