¿Alguién desconoce que las obras más impactantes en toda Cuba, fueron construídas antes de 1959? No se trata de ensalzar a Batista, Meyer Lansky, Lucky Luciano o a los nobles esclavistas del siglo XVI, aunque sí, merecidamente a los arquitectos que diseñaron y dirigieron todas esas maravillas, desde el castillo de la Fuerza, el Morro, toda la Habana Vieja monumental, el puente de Bacunayagua, el tren de Hershey, todo el Vedado, todo Miramar, Siboney, los túneles, las construcciones como Casa Dupont, el Biltmore Yacht Club, lugar que, ni corto ni perezoso eligió el comandante Guarapo para establecerse donde estaba el hoyo 2 del ex campo de golf de nueve hoyos del súper selecto Club, para disfrutar de la vida mientras no estuviese buceando en alguna de sus islas privadas al sur de la isla cerca de Isla de Pinos, con sus amigotes ricos del área ultracapitalista degustando vinos Vega Sicilia desde trescientos euros el pomo, sobre alguno de sus decenas de yates. Es tontería mencionar sus propiedades porque todo en Cuba le pertenecía.
Ni un sólo dirigente "pincho" estableció su vivienda en Alamar, y por supuesto los que provenían de barrios como Guanabacoa, Pogolotti o Palo Cagado en La Habana o similares del resto del país, se establecieron en Nuevo Vedado, Siboney, Miramar o casonas de El Vedado, según relevancia otorgada por el César. Nada diferente a los condes, marqueses y capos de la Cosa Nostra que los precedieron sin tanta muelita.
Lo importante de esta particularidad, de este rasgo paradójico, de la propaganda para atraer al turismo internacional, a todos los visitantes a la isla, incluso aquellos que iban hace décadas a brigadas de solidaridad impostadas, ubicados en barracas con aire acondicionado y machetes ultra afilados y aceitados para cortar dos o tres cañas de azúcar maduras, de campos sin incendiar por supuesto, son los monumentos, edificios, carreteras, puentes, construidos desde la colonia hasta 1959. Ni una sola construcción de tipo Girón como becas o microbrigada de Alamar fue objeto de visita de esos dispensadores de los codiciados fulas. Y de después de 1959, todos los Hoteles donde van los turistas son los que han construido empresas igual de capitalistas y explotadoras que Hilton o Sheraton, llámese Meliá, Guitart, o parientes, con estética y coste proporcional para el huésped, y no a Mar Azul de Santa María, Atabey y Siboney de Varadero, o cualquiera de los mamarrachos de Gaviota donde recalan los turistas pobres, tan despreciados por la revolución como por el sector hotelero de Palm Beach.
Así mismo, y de manera vomitiva se promociona la "mulata":
"Cásese Ud. estimado turista o mejor aún, empresario, con un ejemplar nacional que le saque una cabeza de altura y que cuando usted le coloque una mano en la cintura sienta un chuchazo de 220 voltios, gástese un pastón en venir a honrarla con un ajuar, luego en llevársela, y después arrégleselas para darle cabilla a eso, porque ahí sí mi amigo, le digo que no es jamón, como no esté usted todo el día bombeando y gastando, le auguro un enjambre de tarros encima de su güiro calvo en menos de medio mes".
También sin vergüenza alguna se promueve como logro de la Involución las bellas playas y la casi impalpable arena, el sol del Caribe y la flor Mar Pacífico.
"A la mulata llévatela compay Yuma, pero la playa y el sol me los dejas que tengo que seguir sacándoles estilla"
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