Sobre el tema de Ana de Armas con el hijastro del dictador cubano puesto a dedo, lo único que puedo decir es que estético no es, eso creo que es compartido por todos incluso, sin conocerla puedo imaginar que incluso por ella misma si la situación fuese por ejemplo, de Salma Hayek con el hijo de un capo del narco en México.
Pero después meterse con ella es precisamente lo que jamás deberíamos hacer quienes estamos en contra de dictaduras, de formas autoritarias, de la obligación a un pensamiento único, de convertir en una expresión monolítica la conciencia colectiva de un país. Porque precisamente eso es lo que nos une, no si uno vota a x o a y, sino la libertad de pensar lo que nos de la gana cuando nos plazca.
Ana de Armas se dedica a la actuación desde su paso por la ENA, su emigración a Madrid, y su desembarco en Hollywood, en ese terreno es donde tiene sentido que se instalen las críticas. Si estuvo bien en un papel, si regular, si mal, la envidia que despierta en algunas focas o como le pone el chichón inguinal al más recatado de los pajuzos, en fin todo lo que forme parte de su profesión, ya que solo se dedica a eso. Y a vacilar.
Jamás deberíamos meternos con las ideas o la filosofía de vida de nadie, la intolerancia que se está viendo estos días con las elecciones de vida de la actriz, es calcada, exactamente igual, a la que mamaron del sistema que los denostó y les llamó gusanos cuando se vieron empujados a tomar la dura decisión de abandonar su país para siempre, y algunos creen que la manera de contrarrestarlo es copiar el mecanismo y acusar de comunistas a todo el que piense distinto. Lo que consiguen de ese modo es perpetuar el trabajo sórdido y eficaz, de Guarapo Castro, en la contaminación de la conciencia del pueblo.
Ni siquiera a Mirta Díaz-Balart la denostaron así, muy por el contrario siempre se la respetó y quiso desde el exilio más duro. Y eso que no era una noviecita de un hijastro de un puesto a dedo, sino la esposa y madre del hijo del gran dictador.
El único antídoto contra la dictadura y las infinititas formas que adquiere bajo diferentes barnices, es la tolerancia, la concordia, la inclusión y la convivencia.
Por supuesto esto no aplica para el novio, no porque ser familia de un represor, sino por formar parte de la dictadura, de la opresión, y disfrutar de vida de millonario con el dinero de un pueblo hambreado, reprimido, sin luz ni futuro.
Y por favor, conociendo como se las gasta Anita en la duración de sus noviazgos, no sean tan picúos de llamarle "familia" del dictador, este material le va a durar a la bellísima cubana, lo que dura un pedo en un canasto.
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