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18 diciembre 2014 4 18 /12 /diciembre /2014 21:26

El ron y la coca cola se extrañaban.

Durante mucho tiempo se habían llevado excepcionalmente bien. Se profesaban cariño pero sobre todo se necesitaban. Tras un percance tormentoso estuvieron un largo período de tiempo separados.

Por un lado iba la Coca Cola presumiendo de ser más saludable y seria que el ron.

Por el otro iba el ron encargándose de la fiesta, vanagloriándose de su creatividad y su libertad.

Alejados uno del otro tejieron sus historias, hubo pequeñas y grandes traiciones, sucedáneos de amoríos, escándalos, rupturas y más traiciones. Nunca fueron del todo felices en aquél distanciamiento.

Ayer, 17 de diciembre, día de la deidad Babalú Ayé del panteón afrocubano o de su equivalente cristiano San Lázaro, a expensas y gracias en gran parte al aporte del hielo, que ofició como concienzudo mediador, decidieron escenificar un aparcamiento de las diferencias, y se acercaron para sumergirse juntos en el trasluz de un vaso por primera vez en muchos años.

La importancia del deseado anuncio del acercamiento, entre la mayor potencia mundial y la isla rebelde que ya duraba 54 años, y que habían representado roles de variada índole para el consumo del hemisferio entero, habían dramatizado sobre distintos antagonismos, ora el de dos sistemas sociales irreconciliables, ora el de David frente a Goliat, o el de la recreación del sitio y la resistencia de la antigua Numantia, excede los limites de sus ámbitos, es acaso el mayor hito universal en lo que llevamos de siglo para las sociedades  civilizadas, para los seres humanos que creen en el diálogo, en la política y la razón sobre la violencia y la represión.

La lección de audacia que han brindado los actores en liza, es comparable a su templanza durante un año y medio, para con la mediación del irrepetible actual Papa Francisco,  Bergoglio, como prefiero llamarle, llegar a este punto histórico de entendimiento.

No hay que lanzar las campanas al vuelo aún, ni en el caso del festejo del gobierno y pueblo cubano por el posible fin del Bloqueo económico a la isla, ni en el del gobierno norteamericano y el pueblo cubano por el fin del sistema de partido único y de ausencia de una amplia gama de libertades y derechos humanos y cívicos.

Aún está todo por hacerse.  Obama debe dar dura batalla aún en su territorio para lograr convencer al ya más cercano arco político del partido adversario a que levanten el Embargo, y Raúl, aunque haya abierto una hendija que sitúa el cambio tras los otrora rígidos portones a sólo un fuerte empujón de distancia, deberá enfrentarse a no pocas dificultades dentro de la isla, frente a los sectores mas inamovibles. Serán de difícil aplicación las excusas oficiales a los sectores disidentes que a partir de ahora en más, en todo su derecho y deber exijan inmediatas muestras de buena voluntad, en la disposición de agilizar los cambios democráticos necesarios para ubicar a Cuba en el concierto de las naciones modernas y prosperas.

Desde el acceso de Raúl Castro al poder, o como él le llama, desde su “elección por unanimidad” , ha hecho hincapié en la necesidad de optimizar los recursos, la productividad de los trabajadores, en la eliminación de la parte ociosa y onerosa del Estado, erradicando un buen  número de puestos de trabajo inútiles y burocráticos, reduciendo el acceso al derecho a los productos dispensados a través de la libreta de abastecimientos a lo estrictamente necesario, intentando aplicar en cierto modo las políticas de autogestión y autonomía económica que intentó desarrollar con diferentes baremos de éxito en las Fuerzas Armadas.

Raúl demostró que no sólo no era tan mediocre como muchos lo veíamos siempre a la sombra de su hermano mayor, sino que al ser mucho más pragmático, menos temperamental, menos empecinado en el error permanente, terminó siendo más capaz, más audaz y con diferencia más práctico y eficaz que el autoritario hermano.

La problemática a la que los cientos de miles de cubanos que viven en Estados Unidos se enfrentan de ahora en más con las perspectivas de apertura en Cuba,  dadas las ventajas migratorias de que disfrutan, las cuales  los sitúan como los inmigrantes más ilustres y privilegiados del país más codiciado del mundo para emigrar, hace comprensible su reacción negativa a las negociaciones entre ambos gobiernos. Pero con una política previsora,  las ventajas históricas, algunas podrían mantenerse y otras ir disminuyendo paulatinamente sin suponer un trauma social. Y además muchos sienten y con razón, que los mismos que los vilipendiaron y estigmatizaron como residuos humanos, por emigrar, son quienes ahora abrazan al Imperio. 

Lo único cierto  es que más de cincuenta años de persistencia en el sitio económico no sólo no produjo los resultados esperados, sino que fortalecía y daba argumentos de peso al discurso victimista de la Nomenclatura ante la permanente amenaza del enemigo externo.  Desarmada esa excusa será mucho más difícil explicar las carencias domésticas culpando al Imperialismo norteamericano, incluso será interesante observar que ocurre con el uso de este manido recurso, cada vez que se busca culpable de la ineficacia de las políticas en los sub continentes Sud y Centro Americano.

Los vaticinios en el terreno de la política son tanto o más arriesgados casi en el de la economía, pero lo que sí se puede aventurar es que una situación de normalización del comercio, de las relaciones de mercado exteriores, cabría esperar que agilice también la normalización interna, de las libertades sociales, políticas y económicas a la que todos los ciudadanos deben tener derecho y acceso.

Por primera vez en su ya dilatada historia, Cuba tuvo un lapso en que no fue la novia del país más poderoso. Desde su descubrimiento, hasta la independencia fue la colonia más mimada de España, la Perla del Caribe, donde recalaban aristócratas que preferían los aires y la rica arquitectura de La Habana, a sus ciudades de procedencia ibérica, pasó de manos de España directamente bajo la Enmienda Platt a ser la niña de los ojos de los Estados Unidos de Norteamérica, el imperio de entonces, teniendo unos estándares de calidad de vida altísimos, una renta per cápita inusual en el área, hasta que luego de la Revolución, pasó a ser la novia preferida de la URSS, uno de los dos imperios de entonces, el satélite soviético más privilegiado de todos, Moscú no escatimó recursos energéticos y militares para apoyar a Cuba, un poco por la aplicación exótica del leninismo entre palmas reales, cocoteros y siestas, y mucho por la situación geo estratégica de la isla.

Caída la URSS por vez primera Cuba tuvo que verse en la tesitura de una verdadera independencia, y entonces se dio cuenta de que ese no era su sino, no era su estilo, no sabía ni por donde comenzar a ser adulta, autosuficiente, entró en un violento período de escasez de hasta lo más elemental producido en la isla, y entonces debió aceptar que su destino está indisolublemente  atado al de algún interesado, aunque generoso mecenas que sepa apreciar sus encantos. Y por primera vez debió entregar su belleza a proveedores menores, como los menos ricos de Oriente o Venezuela.

Cuando estaba nuevamente por acceder a la órbita de un grande del momento con las promesas chinas y rusas, apareció la posibilidad de regresar a Palacio de mano del príncipe. Cuba está a sólo noventa millas del mejor socio comercial al que aún hoy se puede aspirar.  El gran paso de evitar el derramamiento de sangre ya está dado. Esto no es un regalo de nadie, le costó sangre sudor y lágrimas a la gente irredenta, a los que dijeron "no" cuando les pidieron que delatasen a un vecino, a un amigo. a un hermano, a los que se quedaron en el mar, en el delirium tremens, en el arte abstracto, los que se perdieron en la inconformidad, en la rebeldía, en la sombra de la razón y a los que dejaron la vida.

Ahora es tiempo de optimismo aderezado con mucho trabajo, buena voluntad y concordia por parte de los demócratas del mundo, para lograr que esa unión trascendental del ron y la Coca Cola, en el vaso pálidamente iluminado por el reflejo de un rayo esperanzador, llegue a fraguar en esa Cuba Libre tantas veces prometida, tantas veces olvidada.

 

 

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18 diciembre 2014 4 18 /12 /diciembre /2014 00:15
No quería dejar pasar el día de hoy sin plasmar la primera impresión intestinal que me dio este asunto del acercamiento a EEUU.
Por parte de Obama me ha parecido de una generosidad, de un valor enorme, y de una cintura política muy grande también.
Pero por parte de los "demócratas" Castro & Cía. Ejem... bueno dejo unas ideas al vuelo del día de hoy:

 

Raúl y Fidel van a patentar un nuevo tango, basado en el famoso de Gardel.

55 años no es nada!!!!

 

 
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¿Qué pasó? se cayó el Imperialismo norteamericano?
Es que como Fidel y Raúl juraron por la sangre de los muertos en reiteradas ocasiones, que jamás habría relación diplomática ni de ningún orden con el gobierno de los EEUU mientras no hubiese un sistema de justicia social y mientras no dejasen de ser imperialistas, por eso estoy sorprendido, 
¿Cayó el Imperialismo yanqui y hay una revolución socialista en EEUU.... o será más bien que como me temía, la palabra de esos charlatanes vale lo mismo en el mercado, que la pelela de un tuberculoso?
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A partir de ahora se darán situaciones estrambóticas, bueno, más estrambóticas que de costumbre, por ejemplo, si todavía existen revolucionarios anti imperialistas en la Isla de Cuba, estos deberán ir de inmediato a protestar hoy mismo a la Plaza de la Revolución. Y por supuesto serán reprimidos por las Fuerzas Armadas "Revolucionarias" o por la Policía Nacional "Revolucionaria"
Vaya situación.
Y en los días siguientes, por supuesto, cada acto, discurso, mitin, concierto revolucionario concluirá yendo enfrente de la futura Embajada de Estados Unidos de Norteamérica, a protestar contra el Imperialismo yanqui.
¿Quién será el encargado de reprimirlos? ¿El FBI, la CIA O la Policía Nacional Revolucionaria????
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Wow!! no te digo nada como irán corriendo a venderle lo que queda de mi tío a los millonarios norteamericanos.
Ya le vendieron todo lo vendible a quien más paga. Y se querellan si algún revolucionario usa un texto sin pagar derechos.
O sea que si queda un calzoncillo de el Che en la isla ese ya debe pertenecer a Bill Gates.
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Otra pregunta que me hago es la siguiente:
Hasta ahora acusaban a los activistas contra la represión, que eran mantenidos por el Imperialismo Norteamericano...o sea ¿ahora dirán que están mantenidos por el hermano país de los Estados Unidos de la querida Norteamérica?
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Raúl se compromete a empezar a abrir el país a diferentes formas de pensar. O sea que la paliza y las detenciones de hace menos de una semana a los activistas de Derechos Humanos ¿eran para irse despidiendo de los galletazos, las patadas, las detenciones arbitrarias?
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Estaré feliz por los cubanos, los que podrán comer y ojalá opinar, participar de las decisiones, gobernarse a sí mismos, discutir las políticas. Hacer negocios, irse a vivir al mar, en fin ser libres.
Esperemos que ahora Raúl , que representa la represión y la reacción contra todo simpatizante de Estados Unidos, se haga a un lado, pida perdón por tantos años de bestialidad, por los locos, los muertos, los presos, los alcoholizados, los suicidas, y los anulados, indemnice a todos los exiliados, y quite de en medio a todas su progenie. 
Entonces cuando Cuba sea para todos, se podrá hablar de un cambio. Mientras es un negocio para los mismos perros con diferente collar.
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Viva Cuba y la hermana Patria del Consomol! ..que diga ¡de Bolívar! 

...perdón, quise decir ¡la patria de los Cow Boys!!!! (es que ya son tantos hermanos que no los puedo contar)

 

 

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Todo está bien hasta que uno escucha a Raúl explicando esta bajada de bandera como un acercamiento planeado por la Revolución. 

Coño, que para acercarse a EEUU no hacía falta ni hacer la Revolución, ni asaltar el Moncada, ni hacer pasar la penurias que le han hecho pasar a la gente estos 55 años, no hacía falta hacer nada de nada, ya estaban todo lo cerca que quieren estar ahora!!!

 Esto es lo más lejano a un logro de la revolución que puede existir.
Esto señor represor, es un logro de todas las fuerzas libres, de las almas libres a las que no pudieron terminar de robarles lo último de libertad que les quedaba en el interior. 
Aquellos a quienes no pudieron arrebatarles toda la dignidad, es un logro de quien no se quiso hacer del Partido para tener un Lada u otra prebenda.
De quien no denunció a sus hermanos, a sus vecinos, a sus amigos para ascender en la escala social que proponía la viciada "Involución".
De quienes se volvieron locos antes de colaborar con la inmundicia de la delación. 
De los alcoholizados perdidos en sus delirium tremens.
De los estigmatizados por homosexuales.
De los suprimidos por rockeros, por simpatizantes con la cultura pop, con la modernidad.
Por los sofisticados amantes d ella cultura verdadera, por los poetas no obsecuentes. 
Por los pintores abstractos. Por los músicos contestatarios. Por quienes detestaron el Realismo Socialista. 
Por los presos de conciencia. Por los disidentes, por los muertos en el mar intentando alcanzar la libertad.
Por las Damas de Blanco que hace cuatro días fueron apaleadas.
Por los que piensan diferente y tienen el valor de expresarlo.

Nada que agradecerles a ustedes Fidel y Raúl Castro, por ustedes fue todo lo demás!

 
 
 
 
 
 
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13 diciembre 2014 6 13 /12 /diciembre /2014 02:11

Las paradojas son el jugo de la vida, son el semen del desarrollo del ser humano, nuestra capacidad de contradicción nos ha convertido en seres racionales, animales que tienen culpa, antes y después, más que aquí y ahora, unos bichos que al poseer la noción de su insignificante paso por la existencia, ya no pueden disfrutar panza arriba de la comida de la mesa, del polvo mañanero, de cada sorbo, de cada pestañeo, sin pensar en que vendrá luego, como podríamos hacer si fuésemos osos, orcas o lagartos.

La oposición para crecer, la negación para descubrirnos, nos han guiado, cierto es que con menos brillo del que cabría esperar, pero al fin y al cabo andamos por aquí con nuestras luces y cegueras.

Pero una cosa es una paradoja, una contradicción profunda, que puede señalar más el punto oculto, críptico, cifrado, donde se unen dos razones aparentemente irreconciliables, que su distanciamiento; y otra cosa bien distinta es la burla, la tomadura de pelo al sentido común, el desprecio a la inteligencia y la integridad de la gente.

El gobierno de Cuba con su sempiterno Castro a cuestas, se afana en estos días por conseguir a través de su cabalgata jinetera que dura más de cinco décadas ya, un nuevo mecenazgo, esta vez de manera decidida rogando a los mismísimos Estados Unidos de Norteamérica, aquél monstruo de oscuras entrañas y arañas, que desista de su cruel e ineficaz bloqueo económico, la ley Helms Burton, e incluso a Europa se le ruega que reblandezca su “Posición común”, y la manera más acertada que encontraron para dar una muestra de democratización, de tolerancia, fue darles una buena tunda, con humillaciones incluidas a ciudadanos pacíficos, y practicar más de 70 detenciones sólo en La Habana.

Cuando se esperaba tras esas aspiraciones alguna prueba de buena voluntad golpearon y detuvieron de un modo inexplicable para cualquier sociedad decente, a las Damas de Blanco y quienes acompañándolas se manifestaron conmemorando un día que hace referencia nada más ni nada menos que a los Derechos humanos.

A esta altura no me extraña gran cosa lo que hagan los dinosaurios en el ámbito de los rugidos y zarpazos, entiendo que mientras depositan los huevos de los futuros reptiles, maniobrarán ora endulcorando el panorama con una leve capa de barniz al aspartamo, y ora repartiendo palos para lijar posibles asperezas, por ello mi interrogante va dirigida en el sentido de la gente de bien:

¿Cómo no se alzan más voces contra esta atrocidad? ¿Damos por bueno el atropello, las golpizas, la represión, la cárcel, la intimidación contra un grupo de mujeres vestidas de blanco que reclaman lo que les da la gana de reclamar de manera pacífica?

¿Qué se diría en los diarios si esto ocurriese en otro país con un grupo de esposas o de madres de represaliados revolucionarios?

Encima estas mujeres y sus esposos,  son precisamente lo opuesto de la violencia por definición y convicción, todo lo contrario a sus acosadores, verdugos y carceleros. 


¿Qué tecla hay que tocar para que estos golpes, estos abusos azuzen a las voces firmes y sin titubeos en defensa de las personas atropelladas? ¿Qué hay que activar en el indignómetro de esos amantes, no de la Revolución por supuesto, ni de Fidel con cuyas reglas no soportarían vivir ni un sólo día con sus 24 horas, sino del ron, la música y el sexo del que se benefician en sus viajes a Cuba, para que acaben de manifestarse frente a este desmán?


Hace tres años, cuando Laura Pollán murió en circunstancias muy poco claras, escribí en un artículo que no era necesario compartir ideología para sentir solidaridad frente a los abusos sobre los seres humanos.

El propio Che en la carta de despedida a sus hijos legaba a sus acólitos una enseñanza, a la vez que una sentencia:


"Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario"

Pues eso, ¡¡¡sean capaces de sentirlo carajo!!!

 

Hace tres años me preguntaba:

¿Por qué me irrita la muerte de Laura Pollán, cofundadora y cabeza visible de las Damas de Blanco, en el hospital Calixto García de La Habana?

Me pregunto acerca de la razón que acalla a las gargantas más prestas a gritar en pos de cualquier víctima de un abuso, el más mínimo sonido a favor de quienes quieren vivir sus vidas de forma diferente que la marcada por el establishment en la isla de Cuba, donde aún hoy se considera asociación ilícita y traición, el hecho e juntarse a opinar en favor de otro gobierno, a favor de un cambio de rumbo en la dirigencia.

¿Y por qué razón me siento tan presto a opinar sobre el asunto cuando en mi vida cotidiana me muestro muy desconfiado de todo lo que provenga de la política? Y es que es un asunto de la más elemental justicia, no de política. Entiendo que un intelectual preste su valioso apoyo al más que justo y feliz fenómeno de los indignados, cuando estos se pueden no solo manifestar, sino ocupar la plaza principal de su país durante meses sin incidentes, pero no comprendo que no sean capaces de condenar el encarcelamiento por años, de personas cuyo delito es pensar y opinar acerca de una alternativa al poder, por supuesto sin soñar jamás siquiera, tomar la Plaza de la Revolución por ejemplo, para acampar con sus reclamos durante meses, y gritarle a los dirigentes de la revolución sus quejas. Ni mucho menos.

Sé que quizás cuando las tornas cambien podremos ver pavonearse en el poder a los actuales oprimidos, si alguna vez acceden a hacer lo mismo que hacen aquellos de los que renegaron, seguro me encontraré entre quienes los consideraran renovables.

Pero mientras tanto y al resguardo de tales sospechas, luchadoras como la maestra Pollán, no me causaron sino una gran admiración, ya que conozco lo impenetrable del sistema al que osaron oponerse, y que de a poco va humillando su testa, como el toro embanderillado frente al torero, pero que dará muchas coces y cornadas antes de sucumbir.

Y si ordenas levantar el pie que pisa al último oprimido, debajo encontrarás a una mujer. No me sorprende que estas luchadoras sean mujeres.  

Algunos, incluso de entre las diferentes organizaciones de madres, abuelas, esposas de represaliados en el mundo, explican que una ventaja del machismo es que a la mujer la respetan más en el momento de decidir si ejercer la violencia sobre ellas, que a un hombre.

Tonterías, las mínimas.

Parece haber un modo de valor femenino, uterino, diferente al del hombre, la mujer es mucho más dura y en la templanza con que se involucran en los hechos, más valiente, porque es más optimista, casi por antonomasia, su realismo místico no tiene nada que ver, con el escapismo de que son acusadas en las conversaciones domésticas;  más bien parecen sintonizadas con una realidad imperceptible para la mayoría de los varones, para la masculinidad, que está en el más allá, en el futuro, gracias al mundo de sabiduría innata , que les dota el estar preparadas para la procreación.

La temeridad del hombre está siempre más relacionado con la perspectiva de la muerte, con el fracaso de la contienda, que con las verdaderas posibilidades de éxito. 

Pareciera ser que lanzarse emitiendo un alarido, a incrustarse contra la hoja de una bayoneta, conformase un acto de valor superior a detenerse y decir,  por aquí no señores, es mejor abandonar el plan, demos la vuelta.

La calma y el valor que se precisan, para ser arrojado sin llegar a ser temerario, es enorme.

Y si bien es cierto que  golpear una mujer públicamente resulta más difícil de explicar por los represores que atizar a un portador de testosterona, en cualquier plaza, también los es que la impertinencia, el ninguneo, y la falta de respeto a que se ven sometidas a diario las mujeres que demuestran mayor valor o inteligencia que el común de los hombres, es muy aguda.

Para los que saben lo que es haber vivido o vivir,  en una sociedad de las pésimamente mal llamadas socialistas, saben que el desgaste por calumnias y difamación es incomparable a cualquier otro sistema existente.

Cuentan con efectivos para estar constantemente encima de la víctima, con el vecindario abducido por la propaganda a su favor, profiriendo  gritos, improperios, insultos, y en ocasiones hasta propinando golpes, en las mismas puertas de sus propias casas.

Bajo sus faldas, implorando el amor de sus úteros, el calor de sus vulvas, y el perdón a la cobardía.

Una de las facetas más importantes, de las mayores pérdidas con la muerte de esta mujer luchadora, es su tesón frente a una sociedad conducida por los caprichos de los pelos en el pecho, desde hace siglos, con un histriónico desprecio misógino a cualquier cualidad femenina.

El machismo exacerbado es temor a la feminidad ajena, y el terror a la expresión de la propia.

 En el fondo aún temen a Pollán y sus compañeras, más que por sus proclamas, por ese valor femenino, meditado, ese arrojo que nunca es usado en vano, y que cuando se presenta, anuncia como las golondrinas, un cambio de estación.

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28 octubre 2014 2 28 /10 /octubre /2014 13:52

 

Ahora que Cuba ha decidido cambiar definitiva aunque solapadamente su modelo de sociedad, la estructura y las bases de su economía, y que comenzarán a florecer de un momento a otro el novedoso empresariado nacional, previsiblemente proveniente de las actuales jerarquías dada la cercanía al poder y dados los parámetros corporativos que irán derogando ellos mismos, sería conveniente reflexionar acerca del perfil de este tipo de nuevo rico que se avecina, pero que ya tiene sus antecedentes en las metamorfosis soviéticas hacia la Federación Rusa, en el Este de Europa, en Viet Nam y últimamente de modo paradigmático la gigante y milenaria China.

La modalidad del nuevo empresario de la sociedad post comunista reúne una serie de particularidades comunes, a saber:

Está más predispuesto a la competencia voraz que el empresariado gestado en las sociedades de mercado aunque esté menos preparado para acometerla.

Es un elemento descreído, apóstata de toda ideología, religión, filosofía que promulgue una finalidad basada en principios morales.

Es ateo, agnóstico, y además descreído de su propio adoctrinamiento.

Siente que pagó antes de comer, de modo que comerá a placer hasta reventar. Mientras el empresariado formado en la sociedad de mercado en algún momento de su vida puede experimentar la necesidad de un aporte espiritual a su vida, puede llegar a replantearse el sentido de lo hecho, allí en los diferentes recodos que las edades y sus invitaciones a la reflexión deparan a lo largo de la vida al hombre, en cambio el nuevo empresario formado en los obligados lemas de la igualdad social, en su momento de inflexión, suele reflexionar y revisar su trayectoria precisamente en el sentido opuesto, autocriticándose el dispendio fútil de energía y considerando que es momento de concentrarlas en beneficio propio, que es hora de no perder un minuto más en las viejas consignas engañosas ni en utopías estériles.

Considera una pérdida de tiempo la hipocresía habitual en el rico tradicional para equilibrar la culpa.

No pide permiso, no pide perdón ni da las gracias. Paga.

Para esta nueva clase la ostentación de la riqueza es un saludable signo de buen gusto.

No se explican la filantropía ni el mecenazgo en el arte. Aborrecen la cultura pero invierten grandes cantidades de dinero en pinturas y esculturas sensibles de revalorizarse.

Son directos, sinceros, primarios, sin barnices, sin profundidad. Enriquecen vertiginosamente a los fabricantes de cuanto elemento distintivo de mal gusto característico del nuevo rico pulule en los alrededores.

Visten visiblemente mal y se saltan semáforos a bordo de sus lanchas urbanas fabricadas en exclusiva para ellos, están incapacitados para entender que un Rolls Royce gris pueda constituir para nadie en su sano juicio, un símbolo de distinción.

Mientras con el mayor descaro, dejan ver que sus poderosos padres los criaron lo más lejos posible de aquellos lemas con los que adormecieron y atenazaron durante medio siglo a todo un país, y cambian la retórica en sus palabras aunque jamás en sus costumbres, empiezan a habituarse a destapar botellas caras de champán, aunque lo beban a pico de botella y unos pocos en copa, pero mezclado con cubitos de hielo.

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30 agosto 2014 6 30 /08 /agosto /2014 21:19

A lo largo de los años y por diferentes causas me tocó vivir en países del antiguamente llamado Primer, Segundo y Tercer Mundo, a saber: la primera denominación continúa dándosele a los países capitalistas desarrollados, la segunda ya extinguida, era para referirse a los países desarrollados socialistas o en avanzado proceso de desarrollo, y la tercera continúa definiendo a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo precarias. Aunque estas tres categorías resulten demasiado vagas si se entiende que Brasil y Bangladesh o Luxemburgo y EEUU quedaban en el mismo saco, sí que había trazos que los emparentaban, tenues, sí, pero concretos.

De la observación de las diferencias, de las contradicciones y las paradojas que se daban en unos y otros, muchas me resultaban flagrantes, divertidas, llamativas. Pero había una paradoja que por sus aristas evidentes, cromáticas, imposibles de ocultar, me resultaba muy curiosa, y que hoy habiendo caído al menos todo el entusiasmo revolucionario de aquellos años aunque perduren los estertores de algunos dinosaurios, me sigue pareciendo sumamente visual.

Los países en cuyos seleccionados nacionales generalmente no hay ningún atleta de procedencia extranjera, ni siquiera de los países vecinos, es en aquellos países que pasaron por el experimento de las dictaduras dirigidas desde la URSS, incluyendo a las repúblicas que conformaban aquella sórdida unión.

En los únicos equipos de fútbol de las selecciones nacionales europeas que no hay jugadores procedentes de la inmigración, es los de los países que pretendidamente fueron los adalides de la solidaridad universal entre los proletarios del mundo.

Inglaterra, Francia, Portugal, Austria, Bélgica, Holanda, Alemania, hasta Italia que se resistía a la inclusión ya tiene sus hijos de extranjeros inmigrantes, sin embargo los rusos sólo tienen rusos, los polacos sólo polacos, los serbios ni siquiera tienen croatas, los húngaros sólo magiares, y así con los búlgaros, letones, estonios, ni hablar de las ex repúblicas soviéticas.

En los equipos de béisbol cubanos no hay ni un sólo jugador extranjero, mucho menos norteamericano. En los equipos dominicanos tampoco hay demasiada interacción con el vecindario. En cambio en los equipos norteamericanos están los mejores jugadores de Cuba y también de República Dominicana.

A juzgar por la pinta, sin indagar demasiado se podría aventurar que los jugadores de béisbol tienen derecho a proceder de cualquier clase social, pero preferentemente los inversores se inclinan a apostar por genéticas que puedan garantizar un buen manojo de jonrones en condiciones, ello otorga clara ventaja a las clases trabajadoras, de igual modo que los manager de los ajedrecistas deben procurar jugadores más proclives a dar jaques mates que nocauts o jonrones. De la abrumadora diferencia entre los emigrantes de una sociedad a otra, se podría inferir que al proletariado le podrían interesar otras cosas que las que nos inculcaron en las lobotomizadoras academias de adoctrinamiento ideológico. Quizás cosas más relacionadas con el placer, con el confort, la vanidad, la holgazanería, el descanso, el relax. La vergüenza de la virtud.

El comunismo real, la revolución socialista, la dictadura del proletariado no sólo parece haber constituido un fallido despropósito, una experiencia de opresión continuada sin parangón al haber tenido lugar a partir de una premisa viciada, ficticia, imposible, sino que fue también como Roma en su momento cuando pasó de ser verdugo del viejo Jesús a ser su más ferviente valedor, la mayor estafa y tomadura de pelo a que se ha sometido la confianza de los necesitados.

Como mínimo resulta curioso el hecho de que no haya ni un representante del proletariado de los países capitalistas, emigrado por causas políticas a los países ex comunistas o los pocos socialistas que a duras penas se mantienen en pie, que hubiese aguantado un minuto más en dicha sociedad, que lo que tardó en expirar la prohibición de entrada a su país, ni que se hayan quedado la descendencia de estos, llama la atención que no nunca hubo oleadas de norteamericanos pidiendo asilo en la URSS Corea o Cuba, no me refiero a ricos, sino a multitudes de homeless, de trabajadores explotados, y por supuesto no hay un sólo indignado inglés, francés o español que quiera pasar ni siquiera un sólo día como ciudadano cubano, ex soviético, polaco o vietnamita. Ni siquiera las pobres personas en condiciones extremadamente precarias de África centraron jamás sus esfuerzos para cruzar fronteras hacia las patrias del obrero y el campesinado, de la ex Yugoslavia, de Bulgaria de Rumania, o de las más cercanas Argelia, Angola, Mozambique, Etiopía cuando tenían revoluciones socialistas, ni los Guatemaltecos, costarricenses, salvadoreños o mejicanos se desvivieron por entrar clandestinos al paraíso del hombre humilde que pregonaba Nicaragua, ni los pakistaníes e indios a las repúblicas soviéticas.

Contrasta por la cantidad ingente de personas agraviadas por el colonialismo en los orígenes de sus nacionalidades o etnias, que no obstante ello, no sólo no reniegan ni un ápice de la Metrópolis, sino que la han procurado como la mosca al residuo intestinal.

 Podría dar que pensar una de dos cosas.

 O bien que cada una de esas sociedades son bien diferentes a lo que nos enseñaron, o que el ser humano, con el proletario incluido y en destacadísimo primer lugar, no es demasiado diferente de una perecedera y medianamente útil pieza mecánica de plástico, lo más alejada posible de cualquier precepto moral.

En todo caso parece que el ser humano, incluso la clase trabajadora, con tiempo y posibilidad de elección, más que la muerte de la burguesía, la distribución equitativa de todos los bienes, el estímulo moral y la solidaridad de clases, termina haciéndose simpatizante de muy buena gana, de las opciones que contemplen al individuo, la libertad de opinión y movimiento y ¿por qué no? también amante incondicional de unos buenos morlacos en el bolsillo, como sucedáneos del amor eterno y la paz universal, en tanto ésta se toma su tiempo y recaudos para darnos ese tan esperado alcance.

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7 junio 2014 6 07 /06 /junio /2014 21:32

 

 

Me permitieron regresar a Cuba pero me dijeron que no podía estudiar, tenía que trabajar y como tenía conocimientos profundos sobre libros y sobre ron, al parecer de manera arbitraria prefirieron destinarme a Ediciones Cubanas.

Allí me destinaron a recibir y distribuir las revistas y prensa de los altos cargos del Partido, desde Fidel hasta los del Comité Central pasando por todos los integrantes del Buró político. Me asombró la cantidad de revistas de periodismo amarillo que debía poner en los paquetes para los más altos cargos. A Fidel solo le mandaba revistas norteamericanas de medicina, era una época en que estaba verdaderamente interesado en la materia y se involucraba como si fuese médico. Existía a nivel popular la costumbre de exagerar todas las aptitudes de Fidel, y agregarle algunas que no tenía, pero entre las verdaderas, es que era un ser extremadamente estudioso, sea con los fines que fuere, siempre que podía estaba o bien leyendo, o bien preguntando sobre temas de su interés, si sus interlocutores eran cubanos y tenían la mala suerte que su especialidad le interesaba mucho, sabían que estaría horas preguntándoles de todo, y por supuesto sin admitir ninguna pregunta, solo él hablaba, solo él tenía inquietudes, y solo eran válidas las de él. Así era la cosa con Fidel. Pero muchos otros del buró político recibían la revista Hola española y la Paris Match, yo pensaba que estaba bien, incluso si la revista fuese para ellos y no para sus esposas como me decía el jefe de la sección, en un intento de adoctrinarme, pero yo pensaba que la gente debe leer lo que le dé la gana, lo que estaba no del todo correcto es que el resto de la población no pudiese leer ese periodismo amarillo, y que se lo demonizase y atacase como un implemento de diversionismo ideológico del capitalismo.

Considerar a la masa como imbécil, torpe y no preparada para acceder a los mismos bienes de que hacían uso y disfrute los pinchos, era una constante de la dirigencia revolucionaria. En casa de los hijos de los comandantes, o ministros se podían ver los videos de películas como Rambo, o las de Chuck Norris, que eran las más añoradas, mientras que en las salas de cine y en la televisión no estaban por ser basura imperialista y deformadoras de la realidad, pero ellos consideraban que sus hijos y ellos mismos estaban en un nivel superior para poder acceder a esos contenidos. Más o menos lo mismo que pasaba con el hecho de viajar o no. En realidad, nadie podía viajar más que los cargos que eran del Partido, excepto los deportistas y algunos científicos, mucho más vigilados estos segundos que los primeros.

Tenía una cláusula donde dejaba claro que no debía comentar nada de donde se mandaban esas revistas. Y me imagino que tomarían gente de cierta confianza, ya que las posibilidades de colocar un veneno en aquellas revistas era tan real que siempre creí tener una cámara grabándome desde algún sitio. Cosa que empecé a descartar cuando vi las monumentales siestas que se echaba el jefe apoyado sobre sus antebrazos en el escritorio, con el único recaudo de cerrar la puerta. O quizás del mismo modo en que se sabía que todos allí dormían, o faltaban o iban a tomar café o ron, también lo sabría el que veía las películas de mi cámara imaginaria, entonces al jefe de departamento en tal caso era lógico que no le interesase en lo más mínimo. El único que no podría dormirse una siesta en ese caso sería el de la cámara.

Ediciones Cubanas, calle O’Reilly, en La Habana Vieja. Había que llegar a tiempo cada mañana para luego echar una cabezadita sobre el escritorio, porque lo que si era importante en todos los trabajos era fichar a tiempo, luego se podía ir uno incluso a su casa y regresar antes del final de la jornada a fichar nuevamente. El barrio era maravilloso, aunque conociese bien La Habana Vieja, nunca había reparado en la vida tan agitada y vibrante que tenía lugar en sus calles. De cierta manera me hacia acordar a los pasajes de Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde, el gentío, la algarabía, el cafecito en la calle, los pasteles, los vendedores de periódicos vociferando los nombres de Juventud Rebelde y Granma, de los semanarios cómicos  Palante y Dedeté,  y las conversaciones entre los viejos que se encontraban en la vía pública de casualidad. Haciendo media.

Pero aunque me gustase mucho el trayecto andado por la Habana Vieja, eso no lograría impedir que los tragos de pisco que me tomé con Evelio cuando bajé del avión, dos años después de no beber ni una gota fuesen una premonición de lo que pasaría, al poco tiempo ya estaba beodo cada noche,  así es que comencé a llegar tarde al trabajo, a faltar y a pedirle un justificante a un médico amigo. Del mismo modo que en la escuela, para faltar bastaba con que se presentase una constancia médica. Mi amigo médico, a cambio de algunas botellas de ron, me daba talonarios de “Hago constar”  y yo solía rellenarlo con tres enfermedades que me había aprendido unos años atrás con motivo de las faltas al colegio. Faringitis aguda, Sinusitis crónica, y Luxación del tobillo- muñeca, izquierdo- derecho.  Nada de esto era muy novedoso ni original. Todos los jefes sabían que era cuento, solo esperaban poder tener una justificación que no los metiese a ellos en problemas por tolerarlo. Ellos a su vez lo hacían cuando se iban con sus coches de empresa a las casitas de la playa con sus amantes. Y no pasaba nada. Hasta el director general faltaba de este modo al trabajo. No digo que no se buscase una mejor excusa que aquellas enfermedades, me refiero a que eran las mismas causas. Aunque cuando más alto era el cargo, más generalizada era la práctica de faltar al trabajo porque se habían llevado una titi, como se decía a las chicas jóvenes y que no oponían demasiada resistencia, a una casa en la playa, acompañados además de sus buenas barrigas, alguna gorrita de pelotero, un puerco asado y unas cajas de cervezas bien frías.

Evelio me pasaba a buscar por la casa de calle 14, casi todas las noches había algo que hacer en La Habana, la Nueva Trova, justo a partir del éxito que tuvieron los recitales de Pablito y Silvio en Argentina se convirtió en un fenómeno de masas, y cada día había un concierto al cual se desplazaban cientos o miles de jóvenes que si bien al día siguiente debían acudir o a la Universidad o a un trabajo, siempre podían de últimas, echar mano del socorrido vademécum popular.

En los recitales conocía a muchos jóvenes con inquietudes que empezaban a estar ansiosos por expresarse, no eran necesariamente disidentes con el régimen, nadie se le ocurría siquiera cuestionar el modo de partido único, el liderazgo de Fidel, nadie pedía un cambio de sociedad, visto bajo el prisma de hoy era muy inocente los reclamos que se hacían a modo de tertulias poéticas, reuniones en casas de amigos ante torno a una guitarra, discusiones sobre el porte de las nuevas generaciones en materia de cultura. Ese era el reclamo fundamental, las personas sentían que habían nacido dentro de un sistema que se había atascado, unos era más duros en las críticas e iban más lejos que otros que consideraban solo que debía existir cierta apertura para poder hablar , publicar, expresarse a través de la pintura del teatro, incluso del cine y la televisión, aunque estos apartados estaban convenientemente cubiertos por autoridades tan verticalistas que resultaba imposible que en el mundo audiovisual o de la comunicación tuviese lugar este debate. Lo cierto es que con mucha frecuencia escuchaba hablar de lo que se necesitaba, que algo estaba cambiando en el resto de países socialistas, al menos en los de Europa del Este y la URSS. A través de las publicaciones soviéticas empezábamos a notar el cambio. Gorbachov no sentía la misma simpatía por Cuba, por Fidel ni por ninguna causa revolucionaria que los anteriores mandatarios soviéticos, y eso se notaba en la presencia en los medios.

Por un lado se olían aromas nuevos, que traían nuevos aires, de deseo de cambio, de emancipaciones de la juventud y de ciertos sectores de la intelectualidad habanera que comenzaba a hablar con espíritu crítico, y por el otro se presentía una cerrazón institucional a todo lo que pudiese significar cambios en los países del bloque socialista, a todas luces era visible que cualquiera que fuese la intención de los países socialistas, la de Cuba aún distaba mucho de parecerse siquiera a una de cambio.

Casi treinta años después de eso, aún está Fidel traduciendo sus libros, recibiendo medallas, en estos tiempos para ser políticamente correctos, no son condecoraciones militares sino ecológicas, estos días recibió una por su preocupación durante 50 años por el desarrollo de la agricultura ecológica y alternativa.

Fidel 50 años preocupado por la ecología, parece todo un militante de Greenpece.

¿Se podrá mentir más?

 

 

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24 mayo 2014 6 24 /05 /mayo /2014 08:46

Entrevista de Yusimi Rodríguez

 

HAVANA TIMES — Disfruto la lectura de un texto donde encuentro ideas con las que puedo identificarme, reflexiones que siento como salidas de mi mente. Más aún disfruto uno cuyo contenido me obliga a detenerme en argumentos que no había considerado antes, que me «pincha» y me deja pensando.

En este grupo incluyo los de Martín Guevara, quien prefiere «mostrar que juzgar», al escribir. La ironía de sus textos está en los hechos que plasma, más que en las palabras, sin que su escritura deje de resultar inteligente y elegante.

Como a muchos lectores, su parentesco con Ernesto Guevara despertó mi curiosidad, principalmente por lo incisivo de sus textos. ¿Quién es este hombre? ¿Qué peso ha tenido ser el sobrino del Ché en su vida y visión de la realidad? ¿Es una persona de izquierda, de derecha, centro?

Durante meses, me hice estas, entre muchas otras preguntas. La oportunidad de responderlas llegó cuando Martín Guevara accedió a ser entrevistado para Havana Times. El intercambio por correo electrónico comenzó hace alrededor de un mes, y sus respuestas han atizado más mi curiosidad, pero la entrevista debía terminar en algún momento. Espero que su libro “A la sombra de un mito”, que será publicado en español e inglés, termine de satisfacer mi curiosidad.

Martin nació en 1963 en Argentina y vivió en Cuba doce años, pero se fue definitivamente en 1988. Ha regresado varias veces para visitar a su hijo, madre y otros familiares, aunque no tenía permiso para vivir en la isla. Hace 17 años radica en España, con su esposa y un hijo menor. Este hombre que se define como autodidacta en todo escribe para sus blogs y algunos medios.

En Cuba, tuvo privilegios “como todo familiar de lo llamado coloquialmente pinchos. El dinero es sólo un medio hacia el poder. Cuando él proporciona todo aquello que se persigue con el dinero, el poder se convierte en el elemento diferenciador de las clases sociales y castas. En los países del Segundo Mundo, el poder de compra del dinero se cambió por un poder absoluto. Por eso es comparable tener dos coches Lada y una casa en la playa, patas de jamón en la casa y un par de sirvientes disfrazados de militares en un modo de sociedad igualitaria, con tener millones en una sociedad de clases”.

HT: ¿En qué momento y por qué dejó de ser partidario del régimen cubano? (Asumiendo que lo fue en algún momento).

Martín en su habitación en el Hotel Habana Libre.

Martín en su habitación en el Hotel Habana Libre.

MG: Nunca llegué a serlo del cubano ni de régimen alguno. Pertenezco al sector crítico, no por disidencia política sino por exigencia de libertades individuales, a ese régimen y a todo el que las reprima. Pero de niño, era pionero, y las ideas revolucionarias entraron en mi espíritu aventurero y soñador con fuerza increíble. Mi falta de temeridad y lo que vi desde pequeño alrededor de nuestro exilio, de mi padre y de sus amistades, me hicieron no considerar buena la violencia jamás.

El desencanto fue gradual; además, el mecanismo de autocensura implementado en los países socialistas, es mucho más profundo que lo imaginable desde otras sociedades. Tengo amigos que han precisado varios años para hablar de los dirigentes cubanos sin cuidarse de alzar la voz, sin usar seudónimos o gesticulaciones representando la barba con la mano. Años hasta entender qué significa el derecho a pensar como les de la gana, mientras esto no invada la libertad y el derecho ajeno.

Por ende veo difícil responder a esa pregunta. En todo caso, desde adolescente presenté problemas en las escuelas, era del tipo indisciplinado creciendo hacia lo denominado lumpen allá. Ese es el terreno contestatario que yo defendía, y en el cual de algún modo sigo creyendo considerándome un hijo de la generación rock.

HT: En una entrevista dijo que necesitó escapar de la sombra de Ernesto Guevara, entre otras cosas para rescatar el cariño que le tenía por su aspecto quijotesco. ¿Cómo lidia con los fusilamientos que llevó a cabo?

MG: Tiene que ver con el espíritu de cada uno, otros primos míos no sintieron ese peso en sus hombros; lo que sí es objetivo es que cuando se tiene un Mito de ese tamaño, que encima murió por los pobres del mundo antes de los cuarenta, tan parecido a otros mitos universales, seguramente sólo se será un “sobrino de”, un “hijo de” o un “nieto de”, etc. Y se perecerá ante toda comparación posible.

En mi caso, con mi padre ya emulando a su hermano, preso político en Argentina, me era doblemente complicado crecer y aportar algo nuevo como ser socialmente útil, acorde con lo que se esperaba de mí. Me resultaba un camino más espinoso, pero más fácil para obtener cierto éxito, ser el anti héroe, sucio, desaliñado y poco disciplinado, diferenciarme en lo políticamente incorrecto, que no significa lo “negativo” ya que en muchas cosas lo considero aún positivo.

En la piscina del Habana Libre.

En la piscina del Habana Libre.

Esa fue la primera forma, que utilicé para distanciarme en mi cerebro de su sombra. Con el tiempo me alejé de todo lo relacionado con la izquierda, la derecha, con que nadie supiese que era familia de ese icono, positivo para muchos y negativo para otros. Cuando supe a los diez años que había tenido un tío así y que había muerto hacía años, fue una mezcla de orgullo y pena. Al ir creciendo esa fascinación se convirtió en pugna.

Sobre los fusilamientos y toda la violencia, como medio para eliminar la violencia, la represión como medio para mejorar el Mundo, el daño y el dolor para hacer florecer una sociedad de felicidad, he meditado mucho. Mis conclusiones me alejan de lo que creían aquellos revolucionarios del 1959, entre quienes había muchos muy bien intencionados.

La creo contraproducente a la corta y a la larga. No entro en el terreno de la culpabilidad de los condenados, sé que muchos eran torturadores. Pero no por ello creo conveniente hacer lo mismo que decimos hay que cambiar. En mi tío veo una cantidad de virtudes raras y complejas, que no erradican sus errores o desaciertos, pero dejo que sean criticados y expuestos por quienes los padecieron.

Creo que tuvo la extraña cualidad de poner siempre el pellejo en lo que pensaba, de no mentir ni siquiera en eso, cuando dijo en Naciones Unidas “Nosotros hemos fusilado, fusilamos y fusilaremos” , es una declaración durísima, pero ya querríamos que en este mundo de cientos de millones muertos por avaricia y violencia, escuchásemos al menos esas palabras de sus responsables: “Hemos hambreado, hambreamos y hambrearemos a África para obtener el diamante” o “Hemos bombardeado y bombardearemos para quedarnos con los beneficios” , etc.

Terminé por tener mi propio pensamiento no condicionado por la generación de mi padre, ni por el influjo de mi tío. Estoy convencido de que únicamente desde el amor a la Humanidad, el respeto a nuestros semejantes y diferentes, la búsqueda de una sociedad mejor en todo sentido, la libertad total y el crecimiento cultural y económico, llegaremos a la paz y a la felicidad en el mundo, podremos quebrar ese artificial círculo vicioso de Guerra-Paz-Guerra, que nos han hecho ver, de manera muy interesada, como natural.

HT: ¿Qué le hace afirmar que Ernesto Guevara era un desastre como ministro?

MG: Fundamentalmente mi afecto hacia él. Esa búsqueda de que en definitiva lo que él era es lo que terminó siendo, un Quijote algo Sandokán, que se quedó sólo en una selva como se quedan los grandes, con una Utopía, llamándole Rocinante a su caballo. Por último, los resultados de las políticas económicas, aunque creo que su idea de la autogestión de empresas era mejor que la política de económica centralista de lineamiento total con la URSS, que terminó imponiéndose. Pero para mí ser un mal político no es un defecto sino una virtud.

HT: ¿Rescataría algo de Fidel Castro?

MG: En lo personal, cosas como asombrosas en una personalidad. Pero, por el bien común de un país, no rescataría mucho. Si me pregunta de la Revolución, tengo muchas otras cosas que contestar. Fidel será seguramente objeto de estudio, porque tanto para sus seguidores en el mundo, como para sus detractores, no ha pasado inadvertido. Nunca vi a nadie que se acerque al nivel de control sobre todo, que era capaz Fidel.

Martín, retrato de niño.

Retrato de niño.

Obviamente la confianza en sí mismo, la demostración de que contraviniendo el academicismo se puede llegar a donde uno quiera, el ejemplo de hasta dónde puede llegar el ego, son aspectos en los que, si algún día me interesase indagar, estudiaría a Fidel.

En el mundo necesitamos cambiar esa tendencia que nos gobiernen caudillos, cambiar los líderes absolutos por gestores de la administración.

HT: La respuesta a mi siguiente pregunta solo puede ser una especulación y nunca conoceremos la realidad, ¿pero qué cree que pensaría su tío de los cambios que tienen lugar en Cuba?

MG: Responderé aprovechando una frase que a menudo me decían los profesores, directores y cederistas, en Cuba, cuando creían que había hecho algo incorrecto: “Ay si el Che se despertase de la tumba y te viese, se volvía a meter en ella”.

Pues les digo a quienes están derrumbando aquello por lo que tanto reprimieron, “Ay si el Che se levantara de su tumba y los viese, se volvía a meter en ella, pero antes seguramente les pelaba bien el trasero”!

HT: Leyendo sus posts se tiene la sensación de que el gobierno Revolucionario, con Fidel Castro a la cabeza, no tuvo más que desaciertos y no trajo ningún beneficio al pueblo. ¿Eso piensa?

MG: Creo que nadie puede asegurar con cierta seriedad que en cincuenta años nada en un país ha sido bueno, o ninguna política, acertada. Pero pienso que al contraponer los (muchos) aciertos, y los desmanes, los desaciertos y sus consecuencias, para terminar asistiendo a la negación de todo ese enorme esfuerzo hecho por el pueblo cubano (no olvidemos que detrás de todo experimento de este calibre hay y hubo un pueblo), y el regreso al capitalismo por quienes lo negaron, el resultado es más bien negativo.

Es el primer país donde esto sucede, en Vietnam no fue Ho Chi Min, ni Mao en China, ni Lenin en la URSS, ni Ulan Bator en Mongolia, ni Bem Bella, ni Neto, ni Marian, ni Machel en Mozambique, quienes desataron el proceso de regreso al capitalismo. No me corresponde juzgar; prefiero escribir y mostrar, pero creo que tocará a los cubanos analizar esto y tener en cuenta el chiste que se decía en Alemania cuando cayó el socialismo: “Nos hemos encontrado con que todo lo que nos decían del socialismo era una mentira, sin embargo lo que nos advertían el capitalismo era todo verdad”.

HT: En su post “Helms Castro”, sobre el bloqueo norteamericano a Cuba, afirma que para el gobierno de Estados Unidos, que lo ha ido incrementando a lo largo de cincuenta años, resulta obvio que apuesta a su efectividad para derrocar a un tirano que se mantiene a fuerza de represión. ¿Considera usted que es solo a fuerza de represión que se ha mantenido el régimen cubano, descarta que haya cubanos que apoyan genuinamente a los líderes y ven el régimen como la mejor opción para el país?

Cueva de los Portales con mi amiga Olguita Suárez que trabajaba en el periódico Tribuna de la Habana y con un pomo guayabita del Pinar, en Pinar del Río, y ahí precisamente mi tío estuvo a cargo de un puesto centinela cuando fueron los sucesos de Playa Girón

Cueva de los Portales con mi amiga Olguita Suárez que trabajaba en el periódico Tribuna de la Habana y con un pomo guayabita del Pinar, en Pinar del Río, y ahí precisamente mi tío estuvo a cargo de un puesto centinela cuando fueron los sucesos de Playa Girón

MG: Quise hacer énfasis en lo útil que resultó para las políticas extremistas, y como cualquier cosa que destensara la cuerda no era bienvenida por quienes querían mantener dicha tensión por diferentes razones. Unos en su exilio para una mayor atención del gobierno, y otros en su trono de poder, porque el llamado a la unificación tras consignas patrióticas, frente a amenazas nacionales, es de una eficacia máxima.

Yendo a si sólo con represión se ha mantenido 55 años de gobierno, por supuesto que no. Lo respondí en la pregunta anterior. Pero sí opino que el ingrediente represión, autoritarismo, lo “obligantario” una mezcla de voluntario con obligado, ha estado presente en todos los platos.

El modo en que se inoculó la autocensura en los países mal llamados “Socialistas” debería ser estudiado. En casi todos, con escasas excepciones, la gente prefería lanzarse a un bosque congelado, a un muro guardado por centinelas dispuestos a matar, antes que enfrentar la situación, o siquiera considerar seriamente la posibilidad de protagonizar un cambio.

En Cuba había problemas muy concretos cuando se hizo la Revolución, en ella participaron muchos sectores, no era un movimiento monolítico ni mucho menos.

Durante más de medio siglo por un solo gobierno, se han hecho cosas de todo tipo. Algunas espectacularmente buenas y otras magistralmente malas.

Hay países donde en un trimestre se concentra la misma cifra de muertos por asuntos de delincuencia común, que ha habido durante 55 años en Cuba. Eso no es un logro menor. Hay países que en 55 años han contado con más de veinte gobiernos distintos elegidos por el pueblo, esa no es una rémora menor.

HT: ¿Le reconoce algún derecho a los gobiernos norteamericanos de proponerse derrocar el régimen cubano?

MG: Ningún derecho a ningún gobierno de ningún sitio a derrocar a nadie. Ni siquiera a meterse en los asuntos de otros, sobre todo si cada uno tenemos tanto que arreglar en nuestras propias casas, excepto en caso de una eclosión, de una calamidad, de necesidad humanitaria.

Es difícil establecer la línea, pero en la Segunda Guerra Mundial, la participación de los Aliados contra Hitler sí fue buena y a la vez tremendamente injerencista. Cuando las matanzas de Ruanda, se extrañó mucho la injerencia de todas las naciones; a nadie de ningún signo político le importó un pimiento. No había diamantes ni situación estratégica, ni oro, ni opio.

De igual forma, no le reconozco ni a la nomenclatura del PCC, ni a ningún autoritarismo impedir a su pueblo distintas formas de gobierno.

HT: Del mismo post “Helms Castro”, se deduce que para el gobierno cubano sería desastroso que el bloqueo desapareciera mañana. ¿Por qué el gobierno norteamericano no lo levanta, si su objetivo es “derrocar al tirano que se mantiene a fuerza de represión”?

MG: Me refería a los años pasados. La situación ahora es muy diferente, Raúl está trabajando duro, implicándose en los cambios. Por supuesto habrá cosas mal hechas y errores, pero los aciertos son sólo de quienes lo intentan, y Raúl está moviendo ficha de un modo conservador pero también arriesgado. Prefiero eso al inmovilismo. En esta nueva situación, con las conversaciones que ya deben estarse produciendo a todo nivel entre EEUU y Cuba, con los viajes de los cubanos a Miami, es otro panorama que la Cuba que yo conocía, donde sólo mencionar el deseo de ir a Miami podía acarrear graves consecuencias. En este panorama no creo que al gobierno le convenga el bloqueo, porque no está ya instalado en la intransigencia, o mejor dicho en la “representación pública” de dicha intransigencia. Pienso que caminan ambos, con mucho criterio hacia ese desbloqueo. Pero sí, creo que los extremos se unen; aunque aparentemente presenten objetivos distintos, son idénticos en tácticas.

Cueva de Girón

Cueva de Girón

HT: ¿Qué opina de las recientes revelaciones sobre el programa Zunzuneo*?

MG: Nadie tiene exclusividad sobre la necedad, mucho menos el gobierno cubano. Si el hombre aprendiese de sus propios errores y aciertos, hace siglos estaríamos libres de ser gobernados por tunantes, truhanes, timadores, chupasangres y represores. Pero parece ser que no aprendemos todo lo rápido que nos gustaría. A la URSS se la comieron desembarcando en un vaquero Levi’s, en una hamburguesa Mc Donald’s y en la MTV, jamás les habrían ganado en una guerra.

Si al final lo que todos quieren, pienso yo, es vivir en paz, es que de una vez se cumplan las promesas iniciales de aquella revolución ya lejana en el tiempo, pero no en la vigencia de sus razones, de las necesidades de cambiar el mundo hacia algo mejor. Donde haya garantía de derechos y libertades. Ni más ni menos.

HT: ¿Se siente argentino o cubano?

MG: Ahora debo incluir español en esa lista, es un triángulo identitario curioso. España era la Metrópolis, y Cuba y Argentina, son los dos países con mayor raigambre española de allende los mares. En el caso de Cuba por partida doble, por ser el segundo sitio a donde llegaron y por recibir emigrantes españoles hasta el triunfo de la Revolución, y en Argentina por ser el último país de la conquista de América, pero también con una recepción de emigrantes hasta hoy. Soy parte de los tres. A comer aprendí en Argentina, a beber y guarachar en Cuba, a formar familia y pagar mis impuestos en España.

HT: Mi última pregunta puede resultarle un poco agresiva, pero usted afirmó que “cuando se tiene un Mito de ese tamaño, que encima murió por los pobres del mundo antes de los cuarenta, con barba y delgado, tan parecido a otros mitos universales, hay que contar que sólo se será un “sobrino de”, un “hijo de” o un “nieto de”, etc.” ¿Sin embargo, no cree que termina por ser una ventaja; no le debe el interés de los lectores en su blog, la publicación de su libro en español e inglés, y el reconocimiento derivado de estas cosas, a su parentesco con Ernesto Guevara?

En el monte con mi mujer.

En el monte con mi mujer.

MG: Es interesante esta pregunta, pero me daría pie a una respuesta tan larga que sería casi un libro de reflexiones y revelaciones. Seré lo breve que pueda.

Durante los años que viví en Cuba por supuesto que una cara exterior de ese parentesco es que vivía mejor que los demás, o se me toleraban cosas que a los demás no. Aunque esa moneda tenía otra cara, cada uno es como es, y yo ese desafío en mi desarrollo como niño que se va convirtiendo en adulto no lo atravesé con la mayor naturalidad. Había un proceso de fascinación y a la vez rechazo de ese mito, de ese tótem que arrojaba una sombra poderosa, por supuesto a pesar de él. Nada de esto intenta definir a mi tío o mis padres, sino a mí mismo.
Fuera de la isla ese peso no disminuyó, se acrecentó.

El ejemplo mayor que tengo en vida en el sentido de honrar su recuerdo, es mi tía Celia, que nunca, ha aprovechado nada por ser hermana de Ernesto, siendo la persona viva que más lo conocía a lo cortito, su respeto y su cariño por su hermano es máximo y quizás por ello mismo nunca ha obtenido prebendas. Ella ha dado mucho a los demás, como arquitecta cuando su hermano la invitó a trabajar a Cuba en los ‘60, como hermana de mi padre atendiéndolo durante el tiempo que estuvo preso y por cierto Cuba no movió ni un dedo, ya que la URSS era amiga del Gobierno Militar argentino porque éste le vendía el trigo rompiendo el bloqueo norteamericano de trigo a los soviéticos.

Me aparté durante muchos años de esa sombra. Ahora cuento estas cosas, y muchas más relacionadas con lo que pienso que puede hacer bien a la gente, en principio por la concordia de Cuba, pero en realidad para todo el que le sirva y he utilizado para ello la misma loza que me apisonó.

La diferencia con la gran mayoría es quizás que no empecé a usar ese parentesco para hablar cosas condescendientes, sino cosas incómodas, me he granjeado inconvenientes, discusiones, y no poca animadversión.

Muy probablemente Ernesto se sintiese molesto si viese que uso mi parentesco con él para decir unas cuantas cosas, pero ten por seguro que no se sentiría nada cómodo, con todos aquellos aduladores que usan su nombre para vivir de él, y encima esconder, tapar y ser cómplices de algunas injusticias. Esto es muy importante recordarlo y recalcarlo, él dejó pautas muy claras a sus seguidores de lo que él consideraba ser cabal, en la carta de despedida a sus niños cuando dijo:

“Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más profundo cualquier injusticia cometida en cualquier parte del mundo.”

En Londres con mi hijo menor.

En Londres con mi hijo menor.

Atentos, no dijo en cualquier parte “excepto en Cuba”; les dejó claro que hay que denunciarlo en cualquier sitio del mundo, porque era, según continuaba su epístola: “la cualidad más linda de un revolucionario”.

Vamos a vivir una sola vida, es importante vivirla de manera tal de reconocernos en cada acto, si después resulta que tenemos la suerte de que hay reencarnación, pues mira, mucho mejor, pero tampoco habremos perdido nada. Es por eso que no me considero ni de izquierdas ni de derechas de una manera monolítico, frente a ciertas cosas opino de una manera y frente a otras de otra. Y sobre todo con las manipulaciones de la terminología que existe en el mundo de la política. Prefiero el terreno de la amistad íntima.

¿Qué quizás diciendo que soy sobrino del Che díscolo puedo captar más atención? Puede ser pero ese “díscolo” me costó lo mío.

¿Si “usase” el nombre del Che permanentemente, para hacer propaganda explícita de un sector interesado, para viajar, asistir a recepciones, cenas, fiestas, congresos, coloquios, ferias, presentaciones, haciendo loas al gobierno cubano, enalteciendo la figura de Fidel, para negar rotundamente toda versión no alineada con el proceso “revolucionario” aún a sabiendas de que miento ex profeso, entonces “usar el parentesco con el Che” pasaría a estar bien visto?

En todo caso, escribo de forma ecléctica, y no me interesa encasillar mi escritura, mis gustos literarios son mucho más profundos que los contestatarios; y el gusto por el buen rollo, por la paz, la tranquilidad aún mucho mayores que los literarios.

Si en algo puedo contribuir con algún relato, o alguna reflexión, si alguien le puede llegar algo de lo que digo y lo puede utilizar en su beneficio, o le alegra cinco minutos, o lo puede usar como yo he usado las ideas ajenas, que al fin y al cabo son conjuntas, son de nuestra especie, pues entonces habrá valido la pena. Aspiro como todos a la paz universal y eterna, pero con eso ya me sentiría bien para comenzar.

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14 mayo 2014 3 14 /05 /mayo /2014 03:27

 

 

Hace poco una periodista cubana me preguntó acerca de un artículo que una vez escribí sobre la conveniencia de las relaciones tensas para los extremos ideológicos, a propósito del bloqueo o embargo norteamericano a Cuba, impuesto por la administración de Eisenhower en 1960 y los valiosos servicios extraoficiales que a mi entender dicha ley prestaron a ambas partes del conflicto, con aparentes finalidades diferenciadas, que en realidad no lo eran tanto.

Le comenté que desde luego podría repetirle mi criterio sobre la utilidad e inutilidad a la vez de esa ley durante los años de gobiernos radicales e inflexibles, pero que lógicamente en las actuales circunstancias pienso que para ambos lados del conflicto, la perspectiva ha dado un leve giro, para los Estados Unidos de Obama y sobre todo de una nueva clase empresarial que comprende que su lugar está inserto en un mundo con una jerarquía diversificada y unos parámetros diferentes de confrontación que los que fueron habituales durante el siglo XX, y una Cuba gobernada por el pragmatismo económico del ala de Raúl Castro, un poco el homólogo de su vecino del Norte.

Durante los años de guerra fría, aparte del verdadero peligro de una guerra Mundial, había que mantener el negocio de la fabricación de armamento, para ambas potencias, la capitalista se veía libre de usar eufemismos para esconder la necesidad de vender armas, y la socialista aunque sí debía hacerlo, lo cierto es que el hecho de no encontrar una buena excusa casi nunca, no los desviaba de su cometido en lo más mínimo. Las naciones debías estar armadas hasta los dientes, la industria del armamento producía beneficios mayores que la industria de la construcción, la alimenticia, la de la energía juntas, y por ende sostenían en gran medida ambos modos de vida, amén del hecho menos contabilizable y tangible de mantenerse uno al otro a raya.

El bloqueo a Cuba se estableció como una medida para castigar la expropiación de diferentes empresas con participación norteamericana,  a la vez que en Cuba en un principio se percibió como una grave rémora, aunque siendo honestos, nadie en su sano juicio podría esperar una reacción amable de parte de los capitalistas, a la expropiación de sus bienes sin indemnización alguna. Después se mantuvo con la finalidad de sitiar la isla y provocar la caída, y dentro de la misma se aprovechó para mantener la llama patriótica y victimista permanentemente encendida.

Aparte de hacer mención en aquel artículo de la flagrante contradicción, de que una Revolución que planteaba remover los cimientos caducos de una sociedad de consumo capitalista cuyo mayor exponente era Estados Unidos, sostuviese al mismo tiempo, que para su desarrollo era indispensable la relación económica con EEUU y el acceso al dólar, y aparte de hacer mención a que la más tierna reacción que debió esperar el flamante Gobierno Revolucionario, una vez que confiscó, nacionalizó y estatizó todas las empresas participadas por capitales norteamericanos, era precisamente un bloqueo, cuando no un desembarco directo, a lo que dediqué más atención era a describir como habían utilizado desde ambas orillas el bloqueo en su favor.

En Estados Unidos además de mantener un alerta más contra la amenaza comunista, también significó un nada despreciable apoyo a la comunidad cubana en el exilio, la cual también se tradujo en apoyo económico, leyes que favorecieron al emigrante cubano frente a otros grupos migratorios, ventajas fiscales, políticas, etc.

En Cuba, si bien el bloqueo dificultaría la variedad de productos en caso de que esa hubiese sido la intención de la economía mal llamada socialista, lo cierto es que desde el génesis la idea era erradicar la diversidad de productos, se combatió el estímulo y la motivación material, o sea que excepto para aquella materia prima absolutamente necesaria para el desarrollo de la agricultura y la ganadería, por lo demás ni se esperaba comercio, y esa materia prima ya la tenían garantizada de parte del CAME. 

Sin embargo el bloqueo era un excelente instrumento moral de corte numantino, que le proporcionaba al Gobierno una excusa para justificar toda carencia, inoperancia, burocracia, y procedimientos de represión para acabar con la lacra interna que eran los opositores,  y luego los “traidores” que deseaban emigrar al país que ahogaba a su Revolución, y a quienes escuchaban la música de ese país, a quienes leían sus novelas, a quienes se interesaban por su nada monolítica historia repleta de episodios de emancipación de las minorías y luchas por derechos civiles y humanos. Permitía explicar sin mayores complicaciones el alineamiento incondicional con la URSS.

Incluso cuando arribaba a la presidencia norteamericana un gobierno demócrata e intentaba un acercamiento con Cuba, más temprano que tarde aparecía cualquier escollo insalvable por parte de Cuba como derribar aviones espías, que le hacía imposible al presidente norteamericano continuar proponiendo dicho acercamiento, y era entonces que adrede o sin quererlo, el exilio y la nomenclatura de la isla caminaban en el mismo sentido y suspiraban al unísono.

Pero en la actual coyuntura tales consideraciones pierden peso específico. En inicio porque por primera vez en el medio siglo de duración de la ley y de la Revolución, coincide una administración norteamericana progresista propensa al diálogo con un gobierno cubano que no lo rechaza de plano. Que es todo lo proclive a la búsqueda de soluciones para la convivencia que puede ser un histórico de la Sierra Maestra y hermano de Fidel castro como lo es Raúl, sin embargo sería absurdo y sobre todo errado empecinarse en sostener que son la misma cosa, en que no existe ninguna diferencia con su antecesor y su camarilla más cercana,  en la manera de llevar esas relaciones con la potencia vecina y otros asuntos domésticos.

Hoy por hoy, amén del carácter absurdo y de castigo exclusivo al pueblo de Cuba que siempre tuvo ese bloqueo o embargo, tampoco les resulta de la más mínima actualidad la aplicación de tal cerco económico y cultural, dado que incluso el “foco de contaminación” que los norteamericanos veían en el mal ejemplo de la díscola isla, se ha apagado en los hechos aunque intente hacer el esfuerzo de mantener alguna llamita retórica, algunos retazos para retrasar lo más posible la eclosión absoluta de la gente y su desaprensión al primitivo discurso oficial, cuando se den por enterados de que tras todos los sacrificios padecidos, terminarán por ser  abandonados a la suerte de la moneda del mejor postor. Y los que vivien del lado del norte se darán también cuenta de que donde esté el poderoso "caballero don dinero" , ya se pueden ir quitando de enmedio los principios, las ideologías y más que nada los juramentos de amor eterno.

Sobre todo después de la caída de la URSS, cuando el gran capital se dio cuenta de que al país que venció a las tropas de Napoleón y de Hitler, en lugar de combatirlo militarmente o con bloqueos imposibles luego de haberse perpetrado el fiasco de Stalingrado, se lo debía derribar con el desembarco de deseadas marcas de refrescos de cola, de hamburgueserías, de auténticos blue jeans, un poco de genuino descontrol y mucha copia burda y descafeínada de libre mercado mezclado con punteos difusos de rock'n'roll.

 

 

 

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17 febrero 2014 1 17 /02 /febrero /2014 20:24

 

 

 

Debía regresar de ver a mi amigo chimpancé en el zoológico no antes de las cinco de la tarde, para mantener en secreto en el Hotel Habana Libre mi inasistencia a clases. Cuando llegaba más temprano o bien me iba a caminar por la calle Infanta, o iba al museo Napoleónico, a la escalinata de la Universidad o bien a una pequeña librería y también  tienda para saciar a uno de los pocos hobbies individuales contra los que asombrosamente, el Estado no sólo no atentó sino que incluso  promovió, la filatelia, que estaba en la calle L y 25. Unos pocos años más tarde ambas tiendas se trasladaron unificadas a la esquina más centrica del barrio de El Vedado, en las intersecciones de las calles L y 23.

A raíz de un más que correcto artículo que leí hoy sobre las librerías en Cuba, me asaltó el recuerdo del paupérrimo espectáculo que ofecía la estatería de los libros, aún cuando contaba con todos esos ejemplares soviéticos de ciencias, escasa literatura y artes además de los de Ediciones Cubanas, comparado con la vivacidad y autenticidad del mostrador de los sellos postales.

En lo que a mi sensibilidad respecta y a la de muchos conocidos, lo que nos predispuso en contra o a estar de espaldas a la "Involución" cubana no fue la falta de acceso al consumo, ya que éramos más bien entusiastas defensores de que las personas podíamos ser igual de felices sin la necesidad de comprar compulsivamente, de hecho no recuerdo haberme sumado a esa ola del transformismo post moderno que algunos amigos padecieron o experimentaron según se lo mire, aunque es cierto que si bien en lo estrictamente personal la compra de baratijas no constituye para mi ningún bálsamo ni sustituto de otras carencias, defiendo la belleza plástica del paisaje en el que la variedad de artículos en el mercado toman parte desde ropa hasta pintura para inmuebles, frente a aquellas pretendidamente artísticas aguafuertes de las calles de La Habana desconchadas como ruinas de post guerra, de las cuales el fotógrafo huye despavorido apenas concluye el trabajo del obturador de su cámara.

Exceptuando algún añorado sándwich, equipos e instrumentos de música, algún perfume francés, y el sempiterno blue jean de Levi Strauss, lo que echábamos mis amigo y yo de menos era la libertad de escribir, pensar, debatir, viajar, expresar lo que sea en cualquier medio y soporte.  

Y por supuesto para alimentar lo anterior, el acceso a todo tipo de  lecturas. Paradójicamente en el único país de Latinoamérica que hacía gala de contar con la totalidad d ela población alfabetizada y donde ciertamente se invertían no pocos recursos y tiempo en la educación y el adoctrinamiento de la masa.

 Hoy se pueden encontrar más y menos títulos que en los años en que la isla era un satélite de la URSS, en aquel entonces era imposible simplemente que Padura publicase lo que hoy publica, y varios de los títulos que hoy se pueden leer estaban directamente prohibidos, además de estar desaocnsejadas publicaciones como Pradiso de Lezama Lima, nada acerca de la cultura Yoruba o el sincretismo religioso, considerado igual de procaz que lo que lo había considerado la burguesía pero ocultado con mayor denodo, por otro lado sí que se encontraban en las estanterías los más plomizos e insufribles portavoces del Realismo Socialista asi mismo como una nutrida cantidad de libros científicos de la editorial MIR y libros de arte con una gran  confección a precios subvencionados sobre los pintores que había en el Museo Hermitage.

 

 

La declaración de que "dentro de la Revolución todo y fuera de esta nada" de Fidel fue letal para la cultura, fue devastador, hasta los más intelectuales valores de la cultura nacional que eran numerosos y de enorme calado, se vieron conminados a manifestarse sin titubeos en favor de la restricción y censura total y absoluta del régimen o destinar toda su obra al exilio editorial, cuando no exiliarse de hecho ellos mismos. 

 

Hay muchos capítulos duros, tremendos, muy graves, algunos que van aparejados a desaparición física de personas, otros a penas y dolores intensos que deberán ser revisados e investigados con el fin de que nunca se repitan una vez acabado el perverso experimento que ya dobló la curva hacia su segundo medio siglo. Pero acaso sea en el atque frontal a la expresión escrita en el que más se deberá ahondar por su carácter depredador de toda posibilidad de producir bienes artísticos y culturales de calidad, de la destrucción del discenso, del principio filosófico hegeliano y luego marxista de la negación de la negación, condición sine qua non para el progreso o simplemente el arribo a la "razón"; por su utilidad como rudimento para aplicar la lobotomía colectiva, la instrumentalización ideológica que por un lado tanto daño causó a varias generaciones, y por otro y aún peor, tanto rechazo causa a las actuales y causará a las futuras a la hora de separar la paja del trigo, y saber ver y reconocer aquello positivo y hasta conveniente o necesario en la cultura colectiva, que por simple y muy comprensible saturación será imposible de ver con buenos ojos en la educación post-dirigida.

 

Ese doble daño, el de las generaciones que no tuvieron posibilidad de ser Carpentier, Lezama Lima, Vitier, Cabrera Infante, Marinello, Portocarrero, Lam, Guillén, Mella, al no poder estar conformados por la diversidad de arcilla cultural a la que tuvieron acceso los propios revolucionarios que luego negaron a las nuevas generaciones la bondad de todo el caudal de conocimientos que los libros nos legan, como el mismo Fidel Castro y familia, Hart Dávalos, Roa, Ernesto Guevara, Fernández Retamar, Carlos Rafael Rodriguez, Chibás, Frank País, Hydee Santamaría, Vilma Espin y un extenso etcétera de Saturnos fagocitadores de sus propios hijos, y el de las generaciones que no tendrán el más mínimo respeto, simpatía y por ende casi ni idea de la obra y el conocimiento legado por ilustres filósofos, artistas, activistas revolucionarios, honestamente ilusionados con la posibilidad de un cambio hacia un mundo más justo, y mucho menos de aquellos concebidos bajo la sombra de los totalitarismos comunistas, entre los que ciertamente constituyen la inmensa mayoría los de nula calidad artística.

 

Así mismo como se avizora un arduo trabajo para que las nuevas generaciones recuperen el entusiasmo por proyectos sociales colectivos, por volver a percibir con algo de simpatía alguna vez la militancia política, será de complicado mantener en la primera línea de las vidrieras de las librerías a Gorki, a Cardenal y a Guillén.

Aunque del bueno de Nicolás hace mucho tiempo ya que el poema "Tengo", debería estar catalogado como material subversivo de alto voltaje. 

 

Reproduzco dos estrofas que más que una loa a la "Involución", parecen haber sido escritas hoy como una reivindicación airada de un poeta disidente a punto de familiarizarse con el tacto fresco de los barrotes en las mejillas.

 

"Tengo, vamos a ver,

tengo el gusto de ir

yo, campesino, obrero, gente simple,

tengo el gusto de ir

(es un ejemplo)

a un banco y hablar con el administrador,

no en inglés,

no en señor,

sino decirle compañero como se dice en español.

 

Tengo, vamos a ver,

que siendo un negro

nadie me puede detener

a la puerta de un dancing o de un bar.

O bien en la carpeta de un hotel

gritarme que no hay pieza,

una mínima pieza y no una pieza colosal,

una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

 

 

Fragmento de : TENGO - Poemas de Nicolás Guillén

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17 noviembre 2013 7 17 /11 /noviembre /2013 00:15

El otro día me hizo gracia un disertante espontáneo que defendía los derroteros de la "Involución" cubana a lo largo de la friolera de nada menos que 54 abriles, al mismo tiempo que decía simpatizar con los indignados. Le pregunté si no se daba cuenta de la incongruencia, si conocía las reivindicaciones de unos y otros.

Unos quieren gobernar eternamente la Isla, al menos ya llevan más que la edad que tengo, que es la medida de "lo eterno" para todos los mortales, y si bien me considero alguien jovial fuerte y animoso, podría admitir no sin ruborizarme que ciertamente ya también puedo estar algo "cascado" al mismo tiempo! 
Mientras que los otros defienden el debate permanente, consideran deficiente una democracia que sólo permite la participación popular en la toma de decisiones cada cuatro años, quieren estar involucrados permanentemente en los asuntos importantes de la sociedad. Consideran que cuatro años es una eternidad para esperar un cambio.

¡Ay estos disertantes!

 

Desde poco después de triunfar, la Revolución cubana "se fue a bolina" cuando una pretendida vanguardia quiso apropiarse de los méritos que consiguió el pueblo, de sus logros respecto del fin de la corrupción y de la tortura de la dictadura batistiana, que es lo que se imponía mayoritariamente en aquella lucha, comenzó el largo camino por una nueva forma de dominio, mucho más compleja, casi imposible de desarticular porque su médula espinal, está directamente enclavada en el nido de lo más sofisticado del totalitarismo, en el mismo corazón del fascismo, que no es otro sitio que allí donde reside el constantemente manipulado capricho de las mayorías, el barniz de lo pretendidamente popular.


No es otro que la banalización del legítimo anhelo de libertad de cada individuo convirtiéndolo en lema de rebaño, en consigna del populacho que desde siempre ha acompañado sediento de crueldad colectiva a la adúltera, al rebelde, a la bruja, al hereje hasta la cruz, hasta la hoguera al grito de:

Quemadlo, quemadlo cuanto antes!!!!

 

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