Mientras todos los medios y la opinión pública están ocupados o abducidos por la catarata de desinformación sobre la invasión a Ucrania, y mientras Estados Unidos se hace carantoñas y besitos con el régimen de Maduro, que este acepta gustoso, Cuba continúa ascendiendo escalones en la represión al descontento popular.
En tanto el mundo está en otra línea, la "Lustitia" del gobierno isleño, encarcela a 127 personas con condenas entre 6 y 30 años de prisión, donde convivirán con asesinos, violadores, ladrones violentos. Muerte en vida, solo por salir a protestar una vez en sesenta años, sí, por una vez en 60 años, a manifestar un enorme infección de descontento acumulada en el interior al no poder volcarla por ninguna vía de lastre, expresión callejera en la cual algunos se excedieron, como cada día en todas las sociedades del mundo donde tienen permiso para manifestarse, donde cuentan con diferentes partidos políticos, publicaciones, libertad de opinión, y cuando rompen algo son reprimidos por la policía en el momento del vandalismo, detenidos y liberados antes de 24 horas, con una citación a juicio, que en general se queda en una dura multa, o en una condena de prisión de seis meses a dos años, que si no tienen antecedentes, no la cumplen oficiando como una seria advertencia.
Lo más terrible, no es que un gobierno de partido, periódico, televisión, radio, y discurso únicos y vitalicios, en el cual todo aquel que no esté contento está invitado a irse afuera o adentro (entre rejas) haya ascendido tantos escalones en la aplicación de condenas ejemplares intimidatorias, sino que el mundo "libre", no se exprese en consecuencia, los medios, bien por Ucrania, o por el acercamiento de EEUU a Venezuela, estén más callados que las momias, los partidos políticos que en las sociedades occidentales reclaman más democracia participativa que solo votar cada dos años, sin embargo traguen con este semejante atropello a los más básicos derechos civiles, incluso derechos humanos, en una sociedad donde ni siquiera cada seis décadas se puede votar.
El avance las corrientes ultra derechistas intolerantes, regresionistas, en las democracias occidentales, el avance de la intolerancia de extrema derecha en la Europa del Este, desde los gobiernos de Orbán en Hungría y Morawiecki en Polonia, a los emprendimientos bélicos de Putin en Ucrania, dominio de Chechenia, Bielorrusia y Crimea, el avance de los populismos corruptos que se venden como una pseudo izquierda en América Latina, de corrientes extremistas dentro los propios Estados Unidos que llegaron incluso a asaltar mediante la violencia, el Capitolio, templo de la política, hace vislumbrar un futuro nada feliz para las aspiraciones de progreso y de crecimiento mundial en armonía, o concordia, de manera cívica, con conciencia social y ecológica. Un claro retroceso en el bienestar universal.
Pero ese análisis forma parte de otro capítulo, por lo pronto deberíamos ser capaces de pensar que estos 127 chivos expiatorios, son personas con una vida y con familias, que salieron a manifestarse por la razón que les viniese en gana, muchos de ellos menores de dieciocho años en el momento de ser apresados a la espera de juicio en las cárceles, y ahora son condenados en su mayoría, a pasar más de una década de reclusión en el peor ambiente de violencia y corrupción humana, habiendo sido defendidos por abogados estatales que cuando no declinan su juramento hipocrático, cumplen el rol de fiscales. Acaso mi inflexibilidad en todas estas injusticias flagrantes, provenga de la lectura de la carta de mi tío a sus hijos al abandonar Cuba previendo que nunca volvería a verlos:" sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, esa es la cualidad más linda de un revolucionario" no especificó "excepto en Cuba" como algunos se lo tomaron. En mi vida cambié lo de revolucionario por ser humano.
¡Basta de abuso con el pueblo cubano!