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14 septiembre 2011 3 14 /09 /septiembre /2011 23:10

Trabajo  recorriéndo Castilla en su gran extensión, de manera casi  permanente. Es una comunidad hermosa, llena de tradiciones y de buenos platos, y está relativamente poco explorada. También está salpicada de estos antros del espanto con lucecitas de colores, que anuncian un buen sitio donde pasar un buen rato, o como me decía una amiga meretriz argentina, un lugar para ponerla y sacudirla. con un cartel sugerente a la entrada que los denomina con el eufemismo de "Club"  Y aquí evito ser irónico, ni jocoso, porque la realidad no lo es. La mayoría de esas chicas fueron llevadas con engaños, y son retenidas con amenazas a ellas o a sus familiares, de la más diversa índole. No puedo entender la escandalosa demora en la actuación policial en torno a los criminales que sostienen esto, en comparación con lo raudos que se manejan en atacar la privacidad de las prostitutas libres.  

He reparado  en los vehículos aparcados,

y ni uno solo es una furgoneta hippie, no ves entrar y salir a los vilipendiados jóvenes anti sistemas, ni a los alegres rastafaris.

Más bien la pinta de los asiduos, tiene más que ver con ese tipo de padres que deshereda a su hija si esta decide casarse por lo civil, o si se suscribe a la revista Cáñamo. Yo no sé bien que decirle a mi hijo cuando pasamos por al lado alguno de esos burdeles y me pregunta, -¿ pero papá, Club de qué es eso?, y eso que de sexo le respondo lo que sea que pregunte , pero de esclavitud tolerada, consentida y promovida, ¿cómo podría hacerlo sin decirle a mi vez?:_Mirá Pichón, tu viejo que siempre te dice que te conmuevas por las injusticias, todos los días pasa de largo sabiendo que muy probablemente, allí dentro se esté fraguando un delito de lesa humanidad.

Y me pregunto aún más, ¿ por qué no entro allí y hago lo que haya que hacer para denunciar eso, será dejadez o que al fin y al cabo, unas putitas más o menos, quién sabe, cuando esté más viejo, más rico y  más casado, lo que uno puede llegar a precisar?

Hay más vergüenza que rabia. Y más prevención que ambas.


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14 septiembre 2011 3 14 /09 /septiembre /2011 22:58

La Habana, década del 70. La cola de la guagua en Coopelia, hace calor, el aroma del salitre esparcido por la ciudad a causa del golpeo de las olas contra el malecón de los enamorados que se obsequian caricias y se prometen   todo  para siempre.

Una cola interminable para comer ensalada de helados de Coopelia.

El canal seis repite un discurso de Guarapo que dura tres horas,  no es de los más largos, el canal dos aún tiene la señal de ajuste, para cuando la gente llegue a sus casas, si tienen la suerte de que la guagua siga sin pasar o parar un par de horas más, podrán ver las aventuras, el noticiero o una película rusa, o la serie "17 instantes de una Primavera", con mucha fortuna una película argentina o mexicana de los años cincuenta, con Hugo del Carril o Negrete, o una de piratas con Erroll Flynn. Si la guagua no demora como es habitual, tragarán discurso. Porque tampoco es racomendable que los vecinos escuchen un silencio sepulcral, mientras el Jefe habla por los dos canales.

 Un taxi por fin,

-Mi socio, dónde tú vas?  - cojo por línea y llego hasta Marianao,

 Diez pesos encima de lo que marca el taxímetro y paramos en casa de un socio a tomar  un buchito de café.  ¡Sube!.

 El olor de las plantas alrededor del río Almendares, una vegetación exuberante, ni un kiosco donde apagar la sed, ni una guarapera en el país de la caña, en el país de la vegetación ni un mango.  Puestos de venta de ron estatales, bodegas de venta por la libreta, malanga y papa de venta libre, una papa buena cada tres apolismadas. Un grano de arroz cada cambolo y cada gorgojo. De repente, un hombre sin camisa  atraviesa la avenida y se detiene en la esquina, haciendo la mímica de que conduce una guagua, hace el gesto de detenerse, ordena a un público imaginario a que suba y se apriete bien  en el fondo, cierra las puertas y sigue su camino, en medio de la avenida. 

Es el loco de la guagua, también está el loco del duro frío en el mismo barrio, que va gritando que vende una especie de helado artesanal,  Y está el que grita ¡Rebelde, rebelde!,  ese sí vende de verdad el periódico Juventud Rebelde, a  un níquel,  pero todos los días discute con el loco que también grita ¡Rebelde, rebelde! y no vende nada.

Locos como en cualquier ciudad infernal,  que cuentan con el beneficio del diagnostico, entre otros cientos de miles de esquizofrénicos que no están medicados.

Pasa tremenda mulata, y unos muchachos detrás piropeándola, ella se ríe y menea con gracia lo que sabe sacar de paseo bajo la cintura. El discurso durará tres horas, el día anterior todo el barrio de la Lisa tuvo que ir a la Plaza, se pusieron guaguas y camiones, hacía un calor tremendo, pegajoso y con mosquitos.

Presos con veinte años de calor y mosquitos  sin mar ni brisa, mosquitos que ya son carne de cuartel y de prisión.

Por suerte no fue de los discursos largos, no era de los autocríticos que declamaba por aquellos días, tras los cuales destituía a tres ministros y los "tronaba". Truenos, rayos y centellas, como muestra de un novedoso sentido de la autocrítica.

Pensar en llegar a casa y que todavía queden dos horas de charla, añorar de manera abstracta la demora de la guagua, no hay  nada más en el refrigerador, agua, café frío , mantequilla, queso crema y leche condensada, “que ganas de comer un bistec” parecía decir Robert Plant en las canciones de Led Zeppelin,  por algo lo tendrían prohibido,

También  Grand Funk y Peter Frampton decían en sus canciones que darían una mano por comerse un bistec. Todo ese rollo del LSD o de la hierba y la heroína eran sólo eufemismos y excusas para hablar del subversivo tema de la carne.

Ni pensar en hablar de comer jamón. Era la metáfora vehicular del anticomunismo radical, del terrorismo organizado.

Un policía llama a un muchacho peludo en la calle y lo meten en un patrullero, se llevan también a un afeminado, por pájaro, por cherna, por pargo, por ganso, así las cosas, los homosexuales perseguidos por patrulleros policiales, cuando a juzgar por los vocablos con que eran denominados, hubiese sido más pertinente que los llevaran a un acuario, a un corral o a un museo botánico.

Un grupo de estudiantes cruza la avenida Línea con la vitalidad y alegría en las venas, en los cuerpos curtidos por el salitre y  el sol, a pesar de la falta de mango en la bodega, a pesar de la policía, la fmc, la ujc, los cdr, la ctc, el pcc, y los interminables discursos del primo de Barrabás, del bloqueo,  de los obedientes, de los mítines y  las reuniones, de las colas  y el calor.

 Gracias al cadencioso andar de una mulata que en estos años, se las arregló para que ningún día en su totalidad, fuese un mal día.

Para que no fuese sólamente un día de locos, un infierno fabricante de borrachos desafectos y de vagos habituales derretidos bajo el sol a la espera de la demora o prontitud de una guagua.

Saga o soga.

Blues del bistec.
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14 septiembre 2011 3 14 /09 /septiembre /2011 00:09

 

Un niño que pasea por el bosque,  ve a una serpiente que se acerca reptando a un ratón que se entretiene con un insecto antes de engullirlo, y se llena de compasión por el pequeño roedor.

Quizás mi rechazo al régimen cubano,  y del que formó parte activa mi tío, haya tenido origen en un rollo familiar , al constatar que una y otra vez partir hacia una heroica Revolución, era motivo más que justificado y suficiente para que los progenitores abandonasen a sus críos. Teóricamente para dar un mejor futuro, una vida digna y feliz a unos niños que residían a miles de kilómetros, negándosela a los propios.

Y digo teóricamente porque jamás supe de un solo niño al que le haya llegado una porción mayor de bienestar a causa de los disparos e fusiles, en las ciudades, selvas y páramos en donde se desarrollare una lucha revolucionaria. En cambio conocí de cerca la soledad y confusión en que quedaban lo vástagos de los guerreros del bien.

Con el paso del tiempo y de modo gradual, lo que había significado una antipatía como reflejo natural a lo que me causaba desprotección, fue revirtiendo en una toma de conciencia de que para solucionar algún problema, por más intenso que sea, por más dolor que este nos haya causado, o se hace desde el amor a los demás, o mejor será que nos cuidemos mucho de secundar dichas aparentes buenas intenciones.

Al principio, cuando era niño, sentía una mala vibración hacia Fidel , hacia  la revolución cubana y la mundial porque había alejado a mis padres de mi. Porque se había truncado la vida ordinaria en un punto. A cualquier precio preferían a la Revolución que a sus hijos, no éramos lo suficientemente importantes como para compararnos a aquellos hambrientos, a los que dificilmente conseguirían alimentar.

Si un cubano quería adquirir lo mismo que sus semejantes humanos de otras nacionalidades, en su propio país, corrían el riesgo de ser también considerados peligrosos, y por ende sumidos en el ostracismo o encarcelados.

Si a un cubano se le ocurría tener una idea diferente del Partido de cómo dirigir los destinos de país, era encarcelado por una cantidad ingente de años.

Si además la idea comprendía una crítica pacífica a  Fidel y a sus actos y políticas este ciudadano corría riesgos aún mucho más serios.

Si quería escuchar rock , era debido a una debilidad ideológica que lo aproximaba a al enemigo. Si quería vestirse con ropa de moda, también.

No tuve escapatoria, intenté ver el problema de frente.

Tras  la intolerancia, la represión,  la violencia, es poco probable que nos esté esperando  la sociedad del confort y la felicidad.

Hay que cambiar el mundo, primero,  dentro de cada uno de nosotros mismos, y luego dentro de nosotros otra vez, porque es allí donde la revolución espera, es allí donde el cambio surtirá efectos, es allí donde la esperanza reside. 

Comerse a los caníbales resulta, además de una acreditada muestra de mal gusto, un procedimiento de dudosa efectividad como método para combatir el canibalismo. 

 


 

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13 septiembre 2011 2 13 /09 /septiembre /2011 23:13

La explicación de la fantasía, de que podría cuajar un férreo sistema social, pergeniado en lo más atrasado y frío de la vieja Europa, tanto como la certeza de que nunca cuajaría, se puede buscar en  uno de los rasgos más característicos de los cubanos, y en el que menos  se ha ahondado, a merced de esa maquinaria interesada, que publicita  la diversión y el carnaval caribeño; a saber:   su extrema melancolía, su bulliciosa, pero profunda  nostalgia de un tiempo jamás transcurrido.

El cubano puede hacer aguas en casi cualquier aspecto en que se lo analice, menos , categóricamente, en su sentido del humor trágico, emergente con mayor intensidad y calidad en situaciones extremas.

Así como al ruso lo salva el conocimiento de que cualquier tiempo será peor que el presente,  al cubano lo auxilia la conciencia de su participación en una gran obra bufa, anacrónica y contemporánea, que le permite flirtear con su carácter de ser social sin obligarlo a olvidar, que es desde y por siempre un eterno solitario. El cubano en su aparente necesidad de la frecuente interacción con el otro, a través de la conversación o el baile,  deja evidencia de su diferencia con el prójimo, de su soledad adornada, de lo más estructurado de su idiosincrasia, su autonomía e individualidad. Que no es la misma cosa que individualismo.

Un alma pegada al malecón, como recuerdo de todas las costas de donde debió partir, o acompañada de unas décimas campesinas al viento, entre las crines de un caballo en las sabanas verdes donde crece la palma, en recuerdo de todos aquellos  pañuelos al aire, de todas aquellas bodas con las promesas, las primeras ilusiones colectivas ya descoloridas, empolvadas, enloquecidas para siempre, pero nunca perdidas del todo.

 

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13 septiembre 2011 2 13 /09 /septiembre /2011 23:08

Hace poco pensé que quizás yo lo que tenga sea una simpatía natural por la esencia del ser trágico, por el aprendizaje del perdedor, de aquel que busca el fracaso, del que se siente en su salsa lidiando faenas en los límites, con las fuerzas casi extintas.

 

Y se me ocurrió que quizás no me caigan nada bien los de apariencia exitosa, ni los obscuentes de estos. Al verdadero éxito lo encuentro con más nitidez, en las batallas ganadas por defender la identidad, el estilo propio, que en la pugna por un buen contrato.

 

Y encuentro mucha más familiariedad entre los exiliados cubanos, aunque se consideren de derechas, con lo que fue el exilio que se consideraba de izquierdas del cono sur americano, o los españoles antifranquistas que tuvieron que dejar casi cuarenta años su patria, que a estos con sus correligionarios en el poder; y los encuentro parecidos en su nostalgia, en sus recuerdos parcializados, en su dolor, o en lo demasiado escorados que de por vida, tienen ya sus puntos de vista y la rabia que los alimenta.

 

Y es en este sentido que la para mi novedosa situación de la izquierda en Argentina, que goza del poder en los últimos años, me resulta un tanto extraña, y no tengo mucha idea de como anda su noviazgo con el éxito y el progreso personal.

 

Solo espero, que no haya perdido del todo su esencia paria, por el bien de su salud. Los espantapajaros vestidos de Armani, ni atraen a las chicas ni espantan a los gorriones.

 

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13 septiembre 2011 2 13 /09 /septiembre /2011 22:35

 De la andanada de buenas, regulares y pésimas intenciones que en un inicio, se dieron cita en la novísima Revolución cubana del año 1959, en una demostración de impudicia, más que  en un alarde de sinceridad, el ex mandatario oficial, y señor absoluto en la realidad aunque de modo extraoficial, admitió que de eso en Cuba, en la Cuba revolucionaria, no queda nada, aunque a poco de hacerlo, se arrepintiese.  
               
 De entre las intenciones pésimas a que me refiero, destaco y no necesariamente en el siguiente orden, la instrumentalización de todo un pueblo para perseguir fines personalistas, para perpetuarse en el poder. La eliminación física y moral de los oponentes,  de los opositores, de los opuestos. La división abrupta y terminal de la familia cubana, mediante la difamación  y cizaña en un principio, y luego a través del ostracismo, el destierro, el encarcelamiento,  o la humillación pública. La canonización y exhortación de conductas como la traición, el odio, la delación entre hermanos,  entre vecinos, a través del creciente envilecimiento de asociaciones, contempladas oficialmente para combatir sabotajes, tales como los Comités de Defensa de la Revolución, adoctrinadores como  los núcleos de Juventud Comunista, de tipo identitario como la Federación de estudiantes, o la Federación de Mujeres Cubanas, organizativos como las Asambleas de los poderes populares, de adiestramiento como las Milicias de Tropas Territoriales, y un sinfín de organizaciones  ,  fundadas en realidad, con la intención de observarse y vigilarse de cerca, los unos  a los otros, en un alarde de de espionaje endogámico.
 La construcción de una sociedad donde el hombre fuese un ser sin inclinaciones estéticas, sin vacilaciones frente a la tentación del materialismo, sin vicios, sin intimidad, ni individualismo, sin egoísmo ni conciencia del Yo, una sociedad de autómatas cumplidores del deber y perennemente,  felices y satisfechos con la nada. El mecanismo represivo, el miedo, la intimidación como método cotidiano de anulación,  de ni siquiera el descontento, sino de la duda.
                De entre las aberraciones regulares,  se me ocurre el internacionalismo, ese deber insoslayable de todo revolucionario de interesarse, en primera instancia por la suerte de los desgraciados de cualquier sitio lejano antes que de  los alrededores.  La instauración del estímulo moral suplantando al estímulo material, de riguroso cumplimiento, para todo aquel que no ostentare un puesto en la dirigencia de la revolución.  La distribución de la pobreza por partes equitativas sin generar nuevos recursos, ni un solo elemento fetiche de la Revolución, manteniendo el Ron, el tabaco, el café y la mulata como valores nacionales  exportables y al alza, con la  incorporación de alguna nueva marca revolucionaria, ya sea Cohíba , Havana Club, Café Cubita, o las  famosas por alegres, pero en realidad humilladas y tristes Jineteras.
                Y de entre las cosas buenas, si así se le puede llamar a alguna de las intenciones que no contenía la malicia ex profeso en su génesis, se me ocurre el hecho de que nadie tuviere que humillarse nuevamente ante otro ser, pretendidamente superior por razones económicas, y menos aún ante  extranjeros prepotentes. 
Esta duró menos que su propio eco. 
Que todos los cubanos tuviesen garantizados los alimentos, el trabajo, la vivienda. 
Que la aberración cometida en siglos pasados por el tráfico de esclavos, y el dolor que dejó en sus protagonistas, los recelos, los prejuicios, fuesen extinguidos de una vez y por todas, y no que las cárceles, los calabozos y las fichas de  sospechosos de peligrosidad,  estuviesen llenas de los descendientes de aquellos hombres engrilletados de Africa.  
Que cada cubano tuviese dignidad, libertad, como decía Guillén en su poema Tengo.
                La lista es escandalosamente larga, hoy no hay  ni una sola de las supuestas metas que justificaron la Revolución, que continúe siendo defendible por sus propios ejecutores, que tenga vigencia ni siquiera para quienes se aplicaron con mayor celo en la vigilancia del cumplimiento de semejante agobio.
De tal penalidad.
No basta con declamar al paso, como quien regresa al hogar arrepentido por la comisión de una infidelidad. "_ Lo siento-son cosas que pasan."
Ni de prometer que de allí en más todo será diferente.
               Nadie desea ya  escuchar excusas ni disculpas. Hoy solo cabe dar pasos en un sentido generoso. Los que han conducido la el país hasta hoy, hacia un costado definitivamente.

Los cubanos de bien, un paso al frente, tienen un futuro ilusionante, y un trecho muy largo que andar.

 
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12 septiembre 2011 1 12 /09 /septiembre /2011 22:43

La semana pasada llegamos a casa después de un viaje en coche que casi me gasta la línea divisoria de las nalgas.

Fuimos a pasar unos días a Normandía, a la zona de los castillos del Loira , a Boulogne sur Mer y al sur de Inglaterra. En Normandía se recordaba el paso de los impresionistas dotando los museos de cada ciudad o pueblo de relevancia, que hubiesen sido retratados por los pintores, con sus obras. Pudimos apreciar, las distintas vistas de la catedral de Rouen, pintadas por  Monet, las orillas de Pissarro, los campos de Gauguin y otros muchos cuadros.

Mi hijo que tiene siete años, al ver un lienzo espléndidamente pintado con puntillismo, se quedó mirándolo  abstraído,  entonces le pregunté

_ te gusta? y me respondió:_ no sé.

Nos echamos hacia atrás un poco y vi como descubría la magia de las formas, la aparición de  los objetos reconocibles. Así se  quedó un rato, echándose para adelante y hacia atrás,  me percaté  de que los impresionistas todavía tenían algo para decir a este chico, que está al día en películas de la última generación de efectos especiales.

Las casas en las que nos alojamos , algunas de vigas de madera a la vista, otras de paredes de piedra y chimenea a juego con el artesonado , eran preciosas, todas con unas amables y más que correctas anfitrionas que nos explicaban las bondades de la zona, las actividades que no podíamos dejar de hacer y los sitios que no se debían dejar de visitar.

 Atravesamos Francia , el país de la libertad, y fuimos un par de días a Inglaterra el país de la excentricidad y la tolerancia

Esa es Europa. Una belleza por donde se la mire, con pueblitos encantadores cada diez kilómetros, con gente amable y tranquila, con una vegetación tierna, sin animales que causen heridas con sus mordiscos, zarpazos o picaduras mortales. Con su legado cultural, y estético de unas dimensiones incomparables. 

Profundamente civilizada, hedonista y sofisticada, lúdica  e intelectual, proletaria y burguesa,  moderna y tradicionalista. No sólo no hay continente como Europa sino que  a mi criterio, no hay sitio imaginable más confortable y tranquilo que Europa. Ni de semejante elegancia en las líneas y el relato, contenido y continente.

Ese encanto y mucho más, habitan en una cara de esa moneda. Pero las monedas tienen dos caras.

 

Desde el principio de los tiempos  escritos e historiados, no mucho más que cada medio siglo, se suceden en Europa despiadadas contiendas  bélicas, limpiezas étnicas o religiosas y devastadoras pestes y hambrunas. 

En el siglo XX se vivieron varias de las mayores calamidades gestionadas por el hombre y su ambición, la primera y segunda guerra mundial. El estalinismo.  El franquismo. El fascismo de Mussolini. La barbarie balcánica despedía el siglo.

Durante el año 1933 en Alemania, cuando subió al poder Adolf Hitler, las buenas maneras impedían  tanto allí, como en alrededores, expresiones del leguaje, tan descaradas,  como las  que se utilizan hoy, para dirigirse a las razas que se consideraban inferiores. Pero escuchar dirigirse a los seres humanos como hoy lo hacen los más altos mandatarios de países tan importantes como Francia o Italia, dejando claro los planes que se tenía para ellos, era impensable. No encuadraba siquiera en lo que estaba aceptado culturalmente para el argot popular.

Las jerga usada hoy por primeros ministros, más bien se parece a la terminología utilizada por la aristocracia de siglos anteriores para dirigirse a los esclavos provenientes de África  u Oceanía, a los cuales llamaban salvajes, con la misma carg despectiva que hoy conlleva el término inmigrante sub sahariano.

Incluso  los dirigentes que se convertirían en los más conspicuos asesinos, unos pocos años antes de aquellas barbaries, utilizaban un leguaje sensiblemente más  aséptico que Sarkozy o Berlusconi, al referirse estos últimos a los gitanos rumanos.  Recién se empezó a hablar de expulsar de Alemania a los judíos abiertamente en el mismo 1939. Aunque la estrategia para La solución final ya estuviese marcada.

Resulta cuando menos, inquietante, que el  jefe de estado de un país de la relevancia de Francia, se permita expulsar a seres humanos del territorio nacional, no por su delito, ni por su nacionalidad siquiera, sino por su condición étnica racial, y que se permita decirlo abiertamente, sin metáforas ni rodeos.

 Resulta increíble, que se consideren exageradas las comparaciones con la segunda guerra mundial, cuando casualmente fueron los gitanos el grupo que primero recibió el rigor de la masacre segregacionista, al ser también el grupo étnico con menos bienes de que apoderarse.

Muchos piensan que no es posible, en la Europa del euro, de los veinte, en la Europa de las fronteras abiertas, de la prosperidad, que se repitan patrones semejantes.

Pero se están cerrando fronteras, los veinte empiezan a excluir a sus pueblos, el euro se percibe como una lápida y la prosperidad viaja al lejano Oriente.

Siempre que se desató una guerra devastadora en suelo europeo, o bien se exterminaran las razas allende los mares, contó, incluso más que hoy, con un desarrollo y bienestar muy superior a los demás continentes, con más refinamiento y buenas costumbres que el resto del mundo, con  una tradición cultural y de pensamiento filosófico, que tornaba  casi ridícula, la idea de que en el continente Europeo pudiese tener lugar mayor barbarie, que el linchamiento del obispo de Garaudy , o los asesinatos de Jack the ripper.

El lenguaje revela, explica y define la conducta. Debemos cuidar el lenguaje. Debemos cuidar nuestra condición humana. Ni Hitler, Mussolini, Franco, ni Stalin, fueron extraterrestres, estaban compuestos de la misma materia prima que Gandhi y Lennon mi vec ino y yo.

Cuidemos nuestras convicciones, nuestra confianza.  Y no renunciemos a vigilar de vez en cuando las conductas, ni siquiera en Europa,  mientras aún recibamos el cobijo de la más preciada  cara de esta moneda en devaluación.

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12 septiembre 2011 1 12 /09 /septiembre /2011 22:15

 

Desde el  descubrimiento  del tabaco y del hábito de fumarlos, los puros habanos fueron un signo de distinción ya en las colonias o en la Metrópolis, y de ahí en más una seña de identidad  de las personas más acaudaladas y poderosas del planeta, caso Rotschild o las caricaturas de Tío Sam.
Si  la revolución socialista había estigmatizado a toda la burguesía , por contravenir los fines del nuevo estado, y se les había conminado a abandonar el territorio nacional con lo puesto, me preguntaba ¿por qué los apellidos  Partagás H Uppman, o las casas Regalier el cuño y Romeo y Julieta , pasaban a ser símbolos identitarios de la Revolución, fetiches comunistas del Caribe?, La caracterización del enemigo capitalista norteamericano que más se usaba en la URSS , siempre iba acompañada de un puro tabaco, cosa que a partir del triunfo de la revolución cubana se modificó en parte, ya que en la URSS era muy conocida la imagen de Fidel con el tabaco en la boca.
Los rusos solían besar en la boca a sus visitantes. En las calles de La Habana se comentaba que cuando Fidel se encontraba oficial o extraoficialmente con Leonid Ilich Brezhniev, iba con un puro largo y grueso encendido y entre los labios, para obligar al premier ruso a dar por bueno el saludo con un abrazo de carácter latino, y evitar un innecesario intercambio internacionalista de babas revolucionarias .
Un buen tabaco pasó a ser incluso símbolo de rebeldía anti imperialista, tanto para los visitantes que encontraban cierta gracia en aficionarse al habano mientras paseaban por La Habana de brazos de una amiga cercana, como para los dirigentes del gobierno, que insistían en ofrecer la imagen de una cara con un gorro verde olivo y un Montecristo entre dientes, con una amiga íntima en cada brazo. 
Los hombres del pueblo trabajador podían disfrutar también del humo del tabaco, aunque de unas brevas mucho más humildes  en calidad y confección, que al poco de haber sido encendidas se abrían  en la punta como un plumero, apagandose de inmediato,  acompañados del cariño revolucionario de  su miliciana esposa, la compañera del bigotico.
La diferencia entre la caricatura de Rotschild con el bombín en la cabeza, el habano en la boca, y la efigie de un jefe revolucionario con el mismo puro y una gorra verde, parecía ser sólo una cuestión de gustos en sombreros.
Aunque había alguna más, el  ritmo de la amiga cubana bailando salsa es incomparable.
 
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12 septiembre 2011 1 12 /09 /septiembre /2011 14:15

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Entrevista realizada por Infobae. 

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12 septiembre 2011 1 12 /09 /septiembre /2011 13:53
Artículo publicado en El Nuevo Herald de Miami, a propósito de los vertiginosos cambios que se avecinan en la isla de Cuba

 

 

http://www.elnuevoherald.com/2010/09/19/804798/martin-guevara-salto-al-capitalismo.html

 

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