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El blog de martinguevara
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¡Fuera de aquí y fuera de allá!

17 Marzo 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash., #Opinion crítica.

Cada cubano es un potencial anfitrión de un pequeño Fidel Guarapo Castro alojado en su interior, que según el momento, se hace inmenso.

Lo que no se sabe a ciencia cierta es si ese Fidelito intolerante fue legado por el monster o a él se lo legó la misma estela identitaria que recorre la isla buscando bebés recién nacidos para regarlos de su polvo de fanatismo inflexible. A diestra o siniestra.

Nunca creí que se llegase a este nivel.

Dentro de Cuba veíamos como se borraban de los registros y fotos públicas a deportistas, artistas, cantantes, que decidían tomar el camino más ancestral del ser humano, la emigración por los motivos que cada uno considere pertinentes. Hoy vemos un calco exacto en la diáspora condenando más que censurando a deportistas, artistas, cantantes. Diáspora de la que el porcentaje de verdadero exilio hoy, es tan nimio que se diluye en la totalidad, gente que eran delatores desde niños en las asambleas de moral comunista, lo que llamábamos "chivatones" en el CDR, que dieron golpes a la escoria que se fue en el ochenta por el Mariel y más golpes aún a los refugiados en la Embajada del Perú, hoy los vemos guapeando detrás de la verja como perritos cruzados con jutías, más guerrilleros del Escambray que Cheíto León, más pingunsudos que Mahoma y Mulei El Kader, y que una vez reencontrado su cauce en un aparentemente nuevo, pero antiquísimo púlpito de acusadores en sus nuevos cede erres trumpistas, vociferan contra la selección de pelota cubana, otrora el mayor símbolo de unión dentro todos los acreedores del gentilicio "cubano", cuando en las cárceles de Machado, Batista o el propio Guarapo se detenía la enemistad entre guardias y reos para compartir una sonrisa o una chanza por el triunfo del equipo de sus amores aunque minutos más tarde regresasen a la hosquedad y el dolor.

Cubano: arranca de tu interior ese pequeño gigante Fidel que te impide aceptar que cada uno tenga la ideología y los pensamientos que le dé su real gana, deja penetrar dentro tuyo la esencia de la democracia y quítate esos mecanismos dictatoriales de decirle a cada cual lo que tiene que pensar, lo que está bien y lo que está mal, elige tu pensamiento, tu sensibilidad filosófica e ideológica y deja que cada uno de todos los demás, sea como le salga de sus partes nobles, porque precisamente eso es lo que le reclamamos a la Involución y cada una de las posiciones intolerantes. Esta dolencia es común a toda Latinoamérica con honrosas salvedades pero en el cubano alcanza cotas que superan toda posibilidad de análisis.

Eso aparte del ridículo de politizar el actual team Cuba, que tiene jugadores ultracapitalistas, mucho más que estos berreadores seriales, ex y actuales delatores de toda ralea, pero aunque todos pensasen diametralmente opuesto a mis ideas cosa que jamás tendría porque enterarme, yo hincharía por ellos, como hincho por Messi o por Haaland sin importarme un pepino a quien votan, porque el beisbol, como el fútbol, son deportes no partidos políticos ni manifiestos ideológicos.

En Argentina, por ejemplo, país donde también existe una grieta profunda, hubo dos experiencias en dos mundiales diferentes, en la última conquista la selección del deporte nacional unió a los irreconciliables, cinco millones fueron a recibirla, los unos y los otros olvidando sus diferencias gracias al fútbol. Sin embargo en el Mundial del '78 gran parte de los exiliados que, acaso con cierta razón, boicotearon a la Selección Nacional, hoy sienten bochorno de su decisión de entonces, ante la evidencia de que Videla murió en la cárcel y nada ocultó sus crímenes, mientras que Mario Kempes se convirtió en ídolo inmortal.

La mejor manera de combatir la dictadura sería abrazando a los peloteros en Miami, haciendoles ver que no todo es lo mismo, enseñandoles la virtud de la democracia, de la convivnecia a pesar de las diferencias, la concordia, el civismo y no la misma porquería de intolerancia.
Al final la basura es barrida por la escoba de la Historia, en cambio los títulos, la gloria, permanecen.

 

¡Fuera de aquí y fuera de allá!
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Cinco cartas del Che

9 Marzo 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Cinco cartas de Ernesto Guevara de la Serna a su esposa de entonces, Aleida March, en diferentes etapas desde que abandonó su comodidad en el poder cubano, para concretar sus ideas de lucha por el mundo África, Praga, Bolivia cerca del fin, muestran la pasión del Che por la epístola y el amor a la poesía.

Mi única en el mundo:

(Se lo pedí prestado al viejo Hickmet)

¿Qué milagro has hecho con mi pobre y viejo caparazón, ya no me interesa el abrazo real y sueño con las concavidades en que me acomodabas y en tu olor y en tus caricias toscas y guajiras?

Esto es otra Sierra Maestra pero sin el sabor de la construcción ni, todavía al menos, la satisfacción de sentirlo mío.

Todo transcurre con un ritmo lento, como si la guerra fuera una cosa para pasado mañana. Por ahora, tu temor de que me maten es tan infundado como tus celos.

Mi trabajo se compone de la enseñanza de francés en varias clases al día, aprendizaje de swahili y medicina. Dentro de unos días comenzaré un trabajo serio, pero de entrenamiento. Una especie de Minas del Frío, de la de la guerra; no la que visitamos juntos.

Dale un beso cuidadoso a cada crío (también a Hildita).

Sácate una foto con todos ellos y mándala. No muy grande y otra chiquita. Aprende francés, más que enfermería y quié­reme.

Un largo beso, como de reencuentro.

Te quiere

Tatu

No me chantajees. No puedes venir aquí ahora ni dentro de tres meses. Dentro de un año será otra cosa y veremos. Hay que ana­lizar bien eso. Lo imprescindible es que cuando vengas no seas “la señora” sino la combatiente, y para eso debes prepararte, al menos en francés…

Así ha pasado una buena parte de mi vida; teniendo que refrenar el cariño por otras consideraciones y la gente creyendo que trata con un monstruo mecánico. Ayúdame ahora, Aleida, sé fuerte y no me plantees problemas que no se pueden resol­ver. Cuando nos casamos sabías quién era yo. Cumple tu parte de deber para que el camino sea más llevadero, que es muy largo aún.

Quiéreme, apasionadamente, pero comprensivamente, mi camino está trazado, nada me detendrá sino la muerte. No sien­tas lástima de ti; embiste la vida y véncela, y algunos tramos del camino los haremos juntos. Lo que llevo por dentro no es ninguna despreocupada sed de aventuras y lo que conlleva, yo lo sé; tú debías adivinarlo […].

Educa a los niños. No los malcríes, no los mimes demasiado, sobre todo a Camilo. No pienses en abandonarlos porque no es justo. Son parte nuestra.

Te abraza con un abrazo largo y dulce, tu

Tatu

Mi querida:

Alcancé la otra carta que te mandaba. Todo se precipitó en forma contraria a las esperanzas. El desenlace te lo puede contar Osmany; solo te diré que mi tropa, de la que me sentía orgulloso y seguro los primeros días, se fue diluyendo, o mejor dicho, reblandeciendo como manteca en la sartén y se me escapó de la mano. Volví, por el camino de la derrota, con un ejército de sombras. Ya todo ha pasado y viene la etapa final de mi viaje y la definitiva; solo me acompañarán ahora un puñado de elegidos con estrellas en la frente (las martianas, no las de comandante).

La separación promete ser larga, tenía la esperanza de poder verte en el tránsito de lo que parecía una guerra larga, pero no fue posible. Ahora habrá entre nosotros una cantidad de tierra hostil y hasta las noticias encarecerán. No te puedo ver antes porque hay que evitar toda posibilidad de ser detectado; en el monte me siento seguro, con mi arma en la mano, pero no es mi elemento el deambular clandestino y tengo que extremar las precauciones.

Ahora viene la etapa verdaderamente difícil para todos y hay que prepararse a soportarla; espero que sepas hacerlo. Tie­nes que soportar tu cruz con entusiasmo revolucionario. Si llego a destino, cuando lo sepan, harán todo por ahogar la cosa en germen y las medidas profilácticas de aislamiento se harán más rígidas. Siempre encontraré la manera de hacerte llegar unas líneas, pero si no se puede no pienses lo peor; en el punto de destino seré fuerte otra vez, a pesar de la diferencia de medios que tendré al principio.

Me cuesta escribir; o son los detalles técnicos que no deben interesar, o los recuerdos de toda la vida pasada que tardará en volver. Porque has de saber que soy una mezcla de aventu­rero y burgués, con una apetencia de hogar terrible pero con ansias de realizar lo soñado. Cuando estaba en mi burocrática cueva soñaba con hacer lo que empecé a hacer; y ahora, y en el resto del camino, soñaré contigo y los muchachos que van creciendo inexorablemente. Qué imagen extraña deben hacerse de mí y qué difícil será que algún día me quieran como padre y no como el monstruo lejano y venerado, porque será una obli­gación hacerlo.

Cuando arranque te dejaré unos libros y notas, guárdalos. Me he acostumbrado tanto a leer y estudiar que es una segunda naturaleza y hace más grande el contraste con mi aventure­rismo.

Como siempre, te había hecho un versito y, como siempre, lo rompí. Cada vez soy mejor crítico y no quiero que me pasen accidentes como los de la otra vez.

Ahora, que estoy encarcelado, sin enemigos en las cercanías ni entuertos a la vista, la necesidad de ti se hace virulenta y tam­bién fisiológica y no siempre pueden calmarlas Karl Marx o Vla­dimir Ilich.

Dale el beso especial a la cumpleañera; no le mando nada porque es mejor desaparecer totalmente. Te vi de poses en una tribuna, estás de lo más bien, casi como en los días felices de Santa Clara. Yo también me aproximé a ese ideal, pero ahora vuelvo a ser el insignificante Sansón Pelao.

Educa los niños. Siempre me preocupan los hombres, sobre todo, e insístele al viejo para que los visite. Dale un abrazo a los buenos viejos que tienes por allí y recibe el tuyo, no el último pero con todo el cariño y la desesperación como si lo fuera. Un beso.

Ramón

Me cuesta escribir; o son los detalles técnicos que no deben interesar, o los recuerdos de toda la vida pasada que tardará en volver. Porque has de saber que soy una mezcla de aventu­rero y burgués, con una apetencia de hogar terrible pero con ansias de realizar lo soñado. Cuando estaba en mi burocrática cueva soñaba con hacer lo que empecé a hacer; y ahora, y en el resto del camino, soñaré contigo y los muchachos que van creciendo inexorablemente. Qué imagen extraña deben hacerse de mí y qué difícil será que algún día me quieran como padre y no como el monstruo lejano y venerado, porque será una obli­gación hacerlo.

Cuando arranque te dejaré unos libros y notas, guárdalos. Me he acostumbrado tanto a leer y estudiar que es una segunda naturaleza y hace más grande el contraste con mi aventure­rismo.

Como siempre, te había hecho un versito y, como siempre, lo rompí. Cada vez soy mejor crítico y no quiero que me pasen accidentes como los de la otra vez.

Ahora, que estoy encarcelado, sin enemigos en las cercanías ni entuertos a la vista, la necesidad de ti se hace virulenta y tam­bién fisiológica y no siempre pueden calmarlas Karl Marx o Vla­dimir Ilich.

Dale el beso especial a la cumpleañera; no le mando nada porque es mejor desaparecer totalmente. Te vi de poses en una tribuna, estás de lo más bien, casi como en los días felices de Santa Clara. Yo también me aproximé a ese ideal, pero ahora vuelvo a ser el insignificante Sansón Pelao.

Educa los niños. Siempre me preocupan los hombres, sobre todo, e insístele al viejo para que los visite. Dale un abrazo a los buenos viejos que tienes por allí y recibe el tuyo, no el último pero con todo el cariño y la desesperación como si lo fuera. Un beso.

Ramón

Amor: ha llegado el momento de enviarte un adiós que sabe a campo santo (a hojarasca, a algo lejano y en desuso, cuando menos). Quisiera hacerlo con esas cifras que no llegan al margen y suelen llamarse poesía, pero fracasé; tengo tantas cosas ínti­mas para tu oído que ya la palabra se hace carcelero, cuanto más esos algoritmos esquivos que se solazan en quebrar mi onda. No sirvo para el noble oficio de poeta. No es que no tenga cosas dul­ces. Si supieras las que hay arremolinadas en mi interior. ¡Pero es tan largo, ensortijado y estrecho el caracol que las contiene, que salen cansadas del viaje, malhumoradas, esquivas, y las más dulces son tan frágiles! Quedan trizadas en el trayecto, vibracio­nes dispersas, nada más. […].

Carezco de conductor, tendría que desintegrarme para decír­telo de una vez. Utilicemos las palabras con un sentido cotidiano y fotografiemos el instante.

Así te quiero; mirando los niños como una escalera sin histo­ria (allí te sufro porque no me pertenecen sus avatares), con una punzada de honda en los costados, un quehacer apostrofando al ocio desde el caracol […].

Ahora será un adiós verdadero; el fango me ha envejecido cinco años; solo resta el último salto, el definitivo.

Se acabaron los cantos de sirena y los combates interiores; se levanta la cinta para mi última carrera. La velocidad será tanta que huirá todo grito. Se acabó el pasado; soy un futuro en camino.

No me llames, no te oiría; sólo puedo rumiarte en los días de sol, bajo la renovada caricia de las balas […].

Lanzaré una mirada en espiral, como la postrera vuelta del perro al descansar, y los tocaré con la vista, uno a uno y todos juntos.

Si sientes algún día la violencia impositiva de una mirada, no te vuelvas, no rompas el conjuro, continúa colando mi café y dejáme vivirte para siempre en el perenne instante.

El Che escribiendo

El Che escribiendo

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Plegaria al sol

4 Marzo 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Creo que la buenaventura, esa que otros llaman dios o cosas así, me dio más que a Elon Musk. A los treinta y cinco años yo tenía que haber muerto varias veces, y no solo no la espiché, sino que aunque un poco tocado en algunas esquinas, en otras soy un toro. Que digo un toro, un león. Que digo un león un tigre diente de sable..

Lógicamente modifiqué algunos hábitos, hago ejercicios dos horas al día seis días a la semana, no fumo ni tabaco ni porros, no bebo, no meto cocaína ni ácidos, ni otras pastillas que las recetadas para el cuore. Como bien, singo pausado, sin prisa, sin locura, sin arrebato, allegro ma non troppo. Hoy al pasar frente al espejo del vestuario del gimnasio, vi que tenía un pliegue de la nalga demasiado acusado y la bolsa de los huevos cayendo a la misma altura que el glande del rabo, está bien que mi rabo no es el del moreno del whatsapp pero tampoco como para dejarse empatar así, y entonces me dije "coño man ¿qué más quieres? lo importante es que estás aquí!"

La universidad de los límites de la vida no enseña nada que sirva de verdad, excepto una cosa, que nada puede enseñarte lo que te enseña vivir al límite.

Muchos que vivieron como yo, se fueron, los que conocía de esos estarán esperándome unos con los brazos abiertos, otros en guardia. Demasiados quedaron hecho un estropicio que ni siquiera pueden camuflar, agradezco a cualesquiera que sean los vientos  que lleven la suerte y a la depositen en el lado adecuado de la delgadísima línea entre una cosa y la otra, por poder decir, heme aquí, tembonsón y relativamente cómodo con lo que soy.

Pero ¿qué soy, en qué me ha convertido tanto cuidado por no acompañar a mis compinches de huída por el filo?

¿A qué huelen hoy mis blue jeans si ya no están empercudidos del polvo de la pasión y solo le caen pequeñas motas de la buena senda? ¿Qué reemplazó a la sonrisa amenazante, a las puntas desprolijas moviéndose al son de unos versos declamados en pedo o de una versión plenamente libre de un pasaje de Erasmus de Rotterdam, sacado del pequeño libro de papel de arroz, bordes bañados en oro y tapa de cuero fina, que conservaba como única posesión junto a las Adidas Nadi de Dina? ¿A dónde llevarían aquellas plegarias al sol?

¿Tuvieron reemplazo aquellas zapatillas en cuanto el calcañar perforó la suela tras diez años de uso?

Lo esencial se resume en el condimento, el resto solo es gas.

Gas, gas, gas.

 

Viejas Adidas Nadi de Dina

Viejas Adidas Nadi de Dina

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Oro y lodo

3 Marzo 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Europa Aorta, #Relax

Isabel Díaz Ayuso, como recomienda su consejero de imagen, espoleó con fuerza a la pinza para que se le vaya al galope, pero muy, muy lejos.

Ya cuando subía al estrado antes de ser presidenta con su camisa verde olivo, decía un agravio detrás de un disparate sin inmutarse, olía a una política audaz con una temeridad limítrofe. Cuando consiguió su primer gobierno a través de lo que hoy ella misma denomina “conspiración para el poder” con Vox y ciudadanos, contra Gabilondo que había ganado claramente las elecciones, abría los ojos como el dos de oro cada vez que se le acercaba una cámara, su avidez de fama había puesto de relieve lo que le decían de pequeñita “ay que mona, que ojazos que tiene” y donó a la antología de “memes” un buen puñado de instantáneas con semblante de gemela de la muñeca Annabelle.

Tras la segunda legislatura en la que ganó con mayoría suficiente, fue aminorando el esfuerzo que requiere semejante apertura de los párpados, y comenzó a centrarse más en sonreír con ternura entre los suyos y los de Vox, pero con una actitud adusta en presencia de la oposición, no tanto la de Madrid, a al cual inteligentemente despreció desde el inicio, sino al gobierno Nacional, y casi con exclusividad obsesiva, a Pedro Sánchez. Si fuese una novela Venezolana escrita por Izaguirre, lo más probable es que adjudicasen esa fijación a un enamoramiento tan excesivo como poco correspondido, que sólo puede manifestarse a través de hostilidades y cualquier freudiano lacaniano advertiría sobre una pasión latente por las políticas revolucionarias expresadas en sus constantes manifestaciones iconoclastas y rebeldes casi adolescentes. Tan fue así que demostró su fuerza y su incorrección cargándose al presidente de su propio partido, y consiguió que todos olviden las razones más acuciantes de ese fratricidio, una seria acusación de Pablo Casado sobre la poco decorosa comisión del hermano de Ayuso por surtir de mascarillas la Comunidad de Madrid en un delicado momento de catástrofe sanitaria nacional.

Ayuso no mide el riesgo, o al menos eso intenta trasladar al votante conservador madrileño que en los últimos años se han convertido en mayoría, en esa identidad esquizofrénica de la capital de España, que fue la primera a nivel mundial en rechazar casi de manera unánime la invasión a Irak de Bush, Aznar y Blair, que a nivel de comicios nacionales suele manifestarse a favor del progresismo, peor que en la dimensión comunitaria elige lo más conservador, sea cual sea el nivel de infracciones o delictivo de sus dirigentes, así pasaron de un Gallardón tolerante y famoso por su concordia y buenos modales, a una Aguirre jefa absolutista y omnipresente en una cúpula famosa por un derroche de corrupción, seguida de Cifuentes, tan liviana en costumbres que robaba cremas en las grandes superficies y falsificaba títulos.

Ayuso supo leer una avidez colectiva por la frivolidad, en la voluntad de los madrileños de elegirla a ella con su escasísima cultura general, haciéndolo público con sonados dislates incluso en los temas más inherentes a la derecha conservadora española como el conocimiento de la dinastías regias asturianas y leonesas, o la génesis de lo que se denomina el mundo occidental, frente a un Gabilondo, leído, culto, cívico, enfundado en la concordia y los buenos modales.

Hoy vuelve a mostrar el más mínimo respeto por los protocolos, las jerarquías, los modales, la política acartonada española, pero también la cultura cívica, en su desplante a Bolaños, en la licencia para que su jefa de protocolo llegue al punto de tomar al ministro por la cintura haciéndole un tackle de rugby para que impedir que este no avanzase hacia la línea del try.

Ayuso hizo de esta virtud circunstancial del desparpajo y  la falta de respeto a la institución y  a la cultura, un arma, pero que puede terminar siendo de doble filo, porque si bien hoy es su sello identitario y su mayor reclamo publicitario, incluso mayor que su aspecto ciertamente atractivo con esa fabulosa "cara de cine mudo" como dice el gran Raúl del Pozo, que los Stones y los Sex Pistols no habrían dudado en usar en las portadas de sus vinilos, cualquier día, en esa Madrid esquizofrénica, de dos caras tan marcadamente diferenciadas que emergen en el menos pensado o más urgente de los casos, podría convertirse en el mayor de sus enemigos. Porque allí donde hoy importa más tomarse cañas  en cuarentena que siete mil ancianos muertos, mañana puede invertirse la ecuación y tal como hoy los barrios obreros la votan, pueden pasar a ser los barrios más refinados quienes la denosten. Todo puede cambiar en una tarde según el cariz del mentidero. Una moneda de dos caras, oro y lodo.

Oro y lodo
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Dentro de la revolución: la nada

2 Marzo 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash., #Opinion crítica.

Buen artículo de Antonio José Ponte, sobre el terremoto que ha causado el documental de Pavel Giruud, sobre la ignominia del juicio con la autoinculpación y delación de sus allegados del destacado poeta cubano Heberto Padilla en el año 1971. La sensación internacional la genera, al parecer (ya que aun no lo he visto) el documental de Pavel, donde se cohíbe de toda vanidad expositiva y presenta lo más cercano a la realidad, una vez tuvo el privilegio de contar con la filmación de uno de los casos más bochornoso de la cultura cubana, diez años después del famoso discurso "Palabras a los intelectuales" de Fidel Guarapo Castro, cuando manifestó la frase más lapidaria para el arte cubano "Dentro de la revolución todo; fuera de la revolución nada"  y que concluyó así, a modo premonitorio precisamenre de este trabajo de Giroud y de esta nota de Ponte:

"...a lo que hay que temerle no es a ese supuesto juez autoritario, verdugo de la cultura, imaginario, que hemos elaborado aquí. Teman a otros jueces mucho más temibles: ¡Teman a los jueces de la posteridad, teman a las generaciones futuras que serán, al fin y al cabo, las encargadas de decir la última palabra!"

China es el parámetro en que se mide Cuba para encaminar su economía y definir su forma de estado y de  como mantener un gobierno de partido único, pero la URSS debería ser el espejo obligado en que revisase y obtuviese conclusiones de lo ocurrido, en una sociedad en que, más que censurar, cercena el espíritu critico de la cultura, la función fundamental de la obra artística, fomentar espacios de discusión, de debate, incomodando, profundizando en la reflexión a la vez que en la exploración de nuevos horizontes. Desde los exponentes del arte abstracto del cual su máximo representantes fue Kandinsky, pasando por los bailarines del Bolshoi, poetas, hasta los últimos coletazos de desencuentros con realizadores cinematográficos como Mijalkov o Tarkovski con la mullida vigilancia en tiempos de Leonid Illich Brezhnev.

En el fuero más íntimo lo que más me duele, no es solo el bochorno por el que hicieron pasar a Padilla y siguientes, ya que se convirtió en el vergonzoso tamiz por el que debieron desfilar generaciones de creadores cubanos, sino la pérdida del país a raíz de la diáspora impulsada por el ala más intolerante e inoperante, burocrática y haragana de la revolución, por ejemplo de estos mismos dos intelectuales cubanos citados en este preciso acto.

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Bistec de tiñosa

25 Febrero 2023 , Escrito por martinguevara

Hoy muchos que llevan viviendo varios años fuera de Cuba, critican a los pobres diablos atrapados dentro de la isla que están hasta la coronilla de las necesidades, de lemas y de "teques" de un lado y otro, cansados de sudar, de dar pedales, de ir colgados en las guaguas, de los treinta y dos grados de calor con noventa y nueve de humedad con mosquitos y sin aire acondicionado, sin batido de mango, coca cola fría, ni ventilador.

A los que están hasta el gorro de aguantar las muelas de los dinosaurios que los gobiernan dentro y de las promesas de los camajanes que llevan sesenta y tres años liberándolos a bordo de sus GMC del otro lado del mar.

Los que están  hasta la misma cabeza del guanajo de comer picadillo de sucedáneos de animales, hamburguesas de marciano, jamonada de tiñosa, tomar infusión de chícharos molidos, beber agua azúcar, chispa de tren y gualfarina, de no chocar con un bistec en condiciones, con un bistec como es debido, con un bistec que rumie, que emita mugidos, que esté tan fresco que se lo pueda ordeñar por la mañana antes de comerlo aporreado con ajito,  limón y cebolla comprada en la tienda de la esquina y no pugilateada tras horas de pedaleo con la jaba bajo brazo, en lo de Fefa o en lo de Felo.

Los que están hasta la cabeza de la jicotea de caminar y caminar y no encontrar nada que hacer, cansados de un periódico de dos hojas, de las empresas estatales que sobre cumplen la norma, del hambre, la miseria y la explotación en el capitalismo según la profesora de filosofía marxista y el canal seis, de ser los hijos de Martí de Maceo de Máximo Gómez de Camilo y Che, están hasta el dedo gordo del pie de pagar con la pérdida de ilusiones permanente, con la desaparición de los sueños, de los proyectos, de los planes de futuro, de la necesidad de creer que algún día, algo, aunque sea remoto e improbable, pasará en sus vidas, y que saldrá agua de la pila por la mañana  y habrá olor a pasta de dientes en los baños, champú en las bañeras, perfume en las cómodas, olor a café con leche buena en la mañana, a pan con mantequilla y mermelada, a ropa lavada en lavadora con jabón antialérgico, que el escaparate no llorará por la oscuridad y por el sometimiento a la terrorífica soledad de su único par de zapatos y su pitusa relegado al rincón, al ostracismo de sus vestidos enmohecidos.

Ahora hay quien critica a estos pobres diablos por querer ponerse un par de zapatos de la moda, de querer consultar internet y sentirse un rato en la ficción de nadar si bien no navegar, por la órbita mundial, de especular con un billetico en el bolsillo frente a una niña que de ordinario seria sólo para disfrute “yuma”, hay quien los critica por no salir a luchar contra las FAR, contra el MINIINT y contra el G2 y en cambio disfrutar de las migajas de lo que les pueda llevar ese halo, esa brizna, ese ápice de fantasía de estar en la única forma de libertad a la que nos han empujado, la negación de la educación y los valores, del desprecio a la ética, al tufo de la moral, en beneficio del ejercicio del gozo perpetuo y la desconfianza eterna.

Hay quien los condena por no hacer lo que nadie hizo en los sesenta y tantos años que dura la lobotomía del consciente colectivo cubano, y los critican como si nosotros no hubiésemos soñado estar afuera, en cualquier supermercado, en cualquier aeropuerto frente a una variedad de colores, de olores, de marcas, de precios, como si ninguno nosotros le hubiésemos dado a familiares que viajasen o que viviesen afuera,  nuestra talla de pantalones y la plantilla del pie para que no olvidasen llevarnos flamantes pitusas y popis con etiqueta claramento no búlgara ni rusa, como si no hubiésemos fotografiado con la cámara analógica el primer bistec, el primer automóvil, la primera muda de ropa nueva entera, más representativa de la Libertad que todas las palomas blancas, los clarines sonoros, las cadenas rotas y las bayonetas alzadas de cada himno y cada escudo, que sometidos al escrutinio del tiempo a duras penas, sólo se muestran capaces de llegar al pie de la puerta automática del centro comercial más cercano, implorando un vaso gigante de Cherry Coke Zero...light on the Ice. Ligero como el vuelo del aura tiñosa y torcido como su pico carroñero

Principio del formulario

Final del formulario

Aura tiñosa

Aura tiñosa

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El trencito

23 Febrero 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax

Ocurrió todo junto.

Ya hace unos pocos años conecté por una red social con un amigo de la infancia de antes de ser arrancado de mi Argentina a la que nunca jamás regresé ni podré regresar, pero que también, en contrapartida, permanece incorruptible, impertérrita en mi interior, que al fin y al cabo, es lo más cercano a lo que aspiramos sea "la realidad".

Todo la ópera bufa posterior, la referencia a ese país de presos, de muertos y torturas, el retorno frustrado, el re-regreso para bucear en lo profundo de la oquedad donde un intersticio señalado, entre las heces de su intestino ofrecía un suspiro hecho senda, a contraluz, como único camino para llegar al fondo de mi esencia en este rarísimo cúmulo de laberintos llamado vida, y al confín del castigo por haber supeditado mi escuela, mis amigos, mi camino, mi timidez, mi playa, mi ciudad, mis chicles y mis chocolates, a anhelos ajenos, de manera tan temprana y abrupta.

Raul, que junto a Juan Martín y Silvina eran mis queridos amigos que me fueron a despedir y a soplar las velitas de la torta de mi décimo cumpleaños en la estación de Retiro, el 3 de Mayo de 1973, cuando abandonamos para siempre mi único nido, mi ultima cueva, montados en un precioso tren de camarotes rumbo a la Cordillera de los Andes, para perdernos tras las bambalinas para ensayar una mediocre tragicomedia hasta que la sala, llena de almas y sombras, diese el visto bueno para irrumpir bajo las luces con una instalación inmóvil, hierática: el musical de la putrefacción.

En ese momento me alegré de volver a saber de mi amigo de aquel lejano adiós, mi madre había guardado una foto donde hacíamos un trencito jugando frente a mi casa en la calle Hipólito Yrigoyen. Ayer Raul, puso en las redes una foto de su participación en el maratón de Boston, el mismo en que años atrás fue protagonista de un terrible atentado con bomba contra los corredores. De repente como si volviese de alguna manera a aquella acera a engancharme con las manos en la cadera de uno de mis amigos y sentir a otro detrás para a dar pasos acompasados haciendo sonar un pito de locomotora, me situase en el barrio de Florida, y transformase aquella despedida de la estación Retiro a punto de abordar el tren en solo una ilusión onírica, constituida en capítulos de despertares y pesadillas que nunca tuvieron lugar más que tras esas bambalinas, donde entonces, se ensayó un pelmazo de drama.

Mi amigo Raulito, con mi misma edad corre 42 kilómetros en Boston, fue como un pellizco en la carne blanda del antebrazo, entonces no había soñado, el mundo existe, la gente puede ganar, mis amigos son de carne y de metal como lo eran en aquel trencito, entonces las cosas de la vida no fueron en vano, mi amor a mi Cocosito está en un cajón y el dueño del kiosco al que le robé un manojo de chicles Bazooka sigue corriendo detrás de la esquina.

Un instante, solo un instante me recorrió la existencia, Raul cubriendo la maratón de Boston, me comentó que también estuvo el día del bombazo, en ese ínfima charla por internet sentí que volvía a hablar, a vivir de verdad, que saltaba de los tablones de aquel escenario y regresaba a mi vereda. Unos minutos más tarde leí el artículo de Clarín que el otro día, previo disculparse con genuina modestia, puso en esta red, sobre la empresa de los viejos que claro, cuando creció, pasó a gestionarla él, que construye esas formidables ventanillas, baúles de coches, y otras autopartes con una dedicación y detalle tal, que Toyota puso de ejemplo de perfección austral, dándome de propina un orgullo firme por algo de mi país que fuese más allá del fútbol y la pizza de Güerrin, la literatura, el olor a la boca de subte, el pebete de salame y las latas de galletitas de los almacenes viejos. Sobre el final del artículo leí que también la empresa de Raul produce autopartes para ferrocarril, acaso gracias a un enganche salido de su fábrica, mágico pero tan real como medio siglo, pude subirme nuevamente a ese vagón de camarotes, con las manos ocupadas de regalos, la barriga atestada de torta de chocolate pero no en dirección a la cordillera, sino de vuelta a casa, a la vereda donde enganchan los vagones nuestro trencito. Y toda aquella sal de lágrimas se transformó en una sonrisa, desde adentro, desde el interior, que no es otra cosa que lo que llamamos realidad.

El trencito
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La Habana en ruinas

22 Febrero 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Cuba Opinión, #Cuba flash., #Opinion crítica.

Cuando uno piensa en la calidad, riqueza, creatividad y progreso que caracterizaban a La Habana y como está ahora, salta como una evidencia que tuvo que intervenir cierta voluntad de deteriorarla, de presentarla como una ruina,. Esa Habana de los colonialistas españoles y después de los capitalistas criollos sumado a los estadounidenses, debía quedar corroída, no pulverizada, destruida, como lo haría una bomba o toneladas de dinamita, sino como lo consigue el paso de milenios, como si fuese Agrigento, el Partenón o el Foro Romano, pero con gente viviendo en su interior, para que pueda apreciarse la degradación, el vacío, la ropa interior sucia y derroída del glamour.

Con el paso del tiempo y el conocimiento de la psique de algunos de los principales dirigentes, nos asiste el derecho a preguntarnos si habría habido una voluntad expresa de apresurar tal deterioro a merced de una inquina consciente o inconsciente de parte de Fidel Guarapo Castro, por su condición de "guajirito" en La Habana en sus años púberes de estudiante, una capital siempre despectiva con el inmigrante del interior, aun con mayor ahínco a los naturales de la provincia de Oriente, por la competencia histórica de si el derecho a ser capital, atendiendo a los méritos, le correspondería más a La Habana o a Santiago de Cuba, ciudad que por ejemplo, a razón de la riña del sentido estético colectivista con el refinamiento clasista, tampoco fue agraciada con nuevos barrios o edificios coquetos, pero ni de cerca padeció el abandono extremo con que se ensañó la abulia revolucionaria en la capital. No fue producto exclusivo de la desidia burocrática, la haraganería socialista, o el bloqueo económico, ya que el exclusivo Biltmore, actual barrio Siboney, donde se mudaron los dirigentes revolucionarios de máximo rango y de menor escrúpulos, no sólo no se deterioró sino que se ha visto incrementado en cuidados y servicios. Cabe pensar que Camilo no habría permitido que se llegase a tal nivel de degradación.

De otra manera es imposible entender semejante éxito en el atentado a una de las ciudades más bellas e incomprensibles no sólo en el Caribe, sino en toda América incluyendo el norte y el cono sur.

Inaudito, pero no inédito en la historia de la humanidad, que por un rencor remoto que puede tener origen en abusos del pasado, en ocasiones, de manera obtusa, los sectores marginados de esa opulencia se han tomado la venganza con las obras de arte arquitectónicas. Como cuando Marx advertía que los incipientes obreros de la industria, solucionaban sus diferencias con el patrón atentando contra las máquinas, en lugar de utilizarlas en su favor.

Esta decrepitud está quedando inmortalizada en fotografías en blanco y negro que la presentan como la belleza de la decadencia, como las de Richard Avedon de los rednecks estadounidenses o las de los "garimpeiros" en las minas de oro de Sebastiao Salgado. La mayoría de estos fotografos son turistas o profesionales, simpatizantes de la revolución a distancia, que la defienden en sus países a voz en cuello, en la sobremesa de un asado que reúne la cantidad de carne que diez numerosas familias cubanas, no llegarán a ver, ni siquiera a imaginar, a lo largo de su vida.

Creo que aun sin tenerlo muy claro, Fidel Guarapo sentía una gran atracción seducido por esa capital bella y rica, tan profunda como el rencor que profesaba hacia ella, por la poca correspondencia en el amor que le había mostrado en el pasado.

Más o menos lo mismo que le pasaba con los Estados Unidos.

La misma ciudad
La misma ciudad

La misma ciudad

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Bizarro IV- Fósforos cuchi cuchi

20 Febrero 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Relax



La cajita de fósforos
Una querida amiga estaba de visita en casa la semana pasada y en un momento que intentábamos entrar en una determinada página web, el sistema me re direccionó a otra página en la que aparecían exuberancias y voluptuosidades poco destacables por su discreción, al instante apresuré el mouse buscando abandonar una situación embarazosa que podía revelar alguno de mis suplementos en más de una medianoche impía, acompañando la prisa con excusas típicas de mal perdedor, ya que no hacia falta explicar nada, todo el pescado estaba vendido, pero aún así es comprensible que el chorro de sangre que sube por las mejillas, exhorte aunque sea a un tímido intento de nobleza exculpatoria.
Luego ingresamos a la página que queríamos entrar en un inicio, mientras nos reímos de como a veces aquellos auxilios binarios al llamado del "mantecado celestial", cobran vida propia y deciden presentarse según sus propios criterios y decisiones.
Más tarde mientras íbamos a un pueblo típico del campo, mi querida y bella amiga empezó a comentarme, advirtiéndome que lo hacía sin acritud, que un amigo gay le contó que cuando quería ver una película porno para encender su cacerola, no veía películas gays, sino heterosexuales, y concluía que todos los que ven películas porno, en lugar de calentarse con la cajita que guarda los fósforos se deleitan, consciente o inconscientemente, con la imagen de los fósforos; o sea que todo aquel que le concede unos minutos al séptimo arte del desenfado, alberga un gay agazapado, perdido en el subconsciente por el batallador embutido de tendones y venas, que todo aquél que se deja llevar por esas imágenes jadeantes, cadenciosas, lujuriosas de hembras insaciables que socorren las fantasías provenientes del nido del marote, en realidad no miran la cajita, sino que miran el fósforo.
No le veía demasiado sentido a tal sentencia aunque tampoco la encontré descabellada del todo, pero en lugar de oponer mi criterio me sentí invitado a contarle como desde hacía relativamente poco, en mi edad, había descubierto una forma de satisfacción gracias a las computadoras y la red que mezclaba la comunicación con partenaires de verdad con fantasías espontáneas guardadas en los tupperware de las babas contenidas, y me di cuenta que por primera vez hablaba de esta práctica, los "pali-pajas", o "paji-palos" como los bauticé al notar que la mitad de ellos aproximadamente, eran auténticos actos sexuales llevados a cabo por una pareja, toda vez que cuando llamamos acto sexual, incluyamos también ese altísimo porcentaje de ojos cerrados, imágenes complementarias recorriendo el iris resguardado por los párpados, ora de la vecina, la suegra o la compañera de trabajo, y la otra mitad compuesta de pura fantasía y autosatisfacción.
La primera vez, como casi todo, empezó por casualidad en uno de esos chats: "te mando un beso, pero mis besos son traviesos y por más que los mande a la mejilla a veces se escapan por el cuello, el escote, o las caderas, en fin, tú discúlpalo" y luego rematando el mensajito con un precavido: "jaja", para recibir a continuación la respuesta: "jajaja"- La cama lista y el champán servido. De ahí pasó a: "como me gustaría hacerte esto por aquí" o "lo otro por allá" y del trote al galope y de ahí al desboque, dando rienda suelta a los "que rico, que sabroso, mima, papi, toma, dame" y la mar en bote.
Fui perfeccionando mis técnicas de captación, y así surgieron como en la vida real, casos en que debí cortar apenas empezados, siendo los menos habituales porque la decisión de lanzarse generalmente es algo consensuado mediante refinadas señales improvisadas pero muy concretas, lo cual no obsta para que de vez en cuando el radar pueda errar una señal o que aun habiendo sido confiable, la jugadora se deje llevar por cierto pudor de última hora, pero en general se sucedieron una retahíla de partidos de este novedoso juego lascivo y creativo a la vez.
No hay reglas, solo una sugerencia planteada por el sentido común, es mejor que los jugadores no se conozcan para permitirse imaginar el olor perfecto, el aliento, la voz, la piel y poder siempre cuadrar los atributos con las preferencias en cuanto a forma, textura y volumen.
Sólo debo decir para quienes puedan sospechar que el ejercicio virtual puede ir en detrimento del presencial, que nada hay más erróneo, no es supletoria ni excluyente, sino complementaria.
Durante la época más álgida de las refriegas virtuales fue también cuando más empujado me sentí a vivir relaciones presenciales esporádicas. Ambas con gran respeto, pero sin inhibiciones ni tupperwares que retornen cerrados a la nevera, disfrutando de ese casi único capital que la edad nos declina: saber lo que nos interesa y lo que no, e ir a por ello sin pruritos.
Llegamos al pueblo con la boca seca y los patitos alborotados.
De modo que si las preferencias de repente se ven invadidas en las fantasías por sujetos y objetos extraños, bienvenidos sean. Lo que no mata, ni engorda, hace cuchi cuchi dentro de la cajita.

 

Cerillas Be bop

Cerillas Be bop

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Lucio y Fernando, victimas de la grieta

20 Febrero 2023 , Escrito por martinguevara Etiquetado en #Argentina frizzante, #Opinion crítica.

Es curiosa la batalla subrepticia que se presenta en el ámbito de la "grieta" argentina entre los casos del infanticidio por parte de las madres del niñito Lucio Dupuy motivado por "odio de género", y la masacre por parte de un grupo de rugbiers a Fernando Bàez Sosa, incitado por el "odio de clase".

Ambos crímenes son aberrantes, el de las madres ala criatura es perturbador por lo escabroso e infernal de los detalles, y el de Fernando es particularmente doloroso por el ensañamiento Goldwiniano (del Señor de las moscas) con el más débil, tanto en fuerza, como en posición social.

Los que están hartos del discurso hegemónico y sexista de un feminismo tan tóxico como anti igualitario, expresan de manera superlativa su profunda indignación por el crimen de las madres con su hijito, y los que están hasta la coronilla de la estigmatización social, racial, de los sectores históricamente sometidos, al poder esclavista primero, luego al latifundio y más tarde a la gran patronal, relegados a malvivir con las sobras de la población aceptada para convivir en los aledaños al palacio, es decir, blancos sobre toda otra mezcla de razas, toman partido hiperbólico por la ciertamente ejemplar familia inmigrante paraguaya del humilde Fernando.

Ambos piden la picota o la hoguera en la plaza pública para los asesinos que identifican como “los de la vereda de enfrente” en su vida cotidiana, ya que por ambas víctimas, en realidad, todos de cualquier clase social sienten idéntica compasión. Uno, un niñito de cinco años, y el otro un joven sano y lleno de alegría de una familia trabajadora y llena de valores. En cuanto a las victimas no hay discusión, sí la hay en cuanto a lo que representan los victimarios en el imaginario de los extremos de esta grieta. Lo cual hace absolutamente imposible cualquier análisis sosegado, equilibrado. sin la intervención de un sesgo ni siquiera de clases, ni siquiera ideológico, sino únicamente de una poco nítida percepción socio cultural, que tiene origen en la realidad, pero ya tan aderezada de todo tipo de condimentos emocionales, que no hay manera de abordarla desde esas posiciones con un mínimo de seriedad.

Ojalá sea abolido más temprano que tarde, el criterio de castigo y venganza institucional que cristaliza en un tiempo de reclusión en prisión, pero mientras tanto, que sean en exclusiva los jueces y la fría y ciega Lustitia quienes determinen el peso de la hoja de la guillotina.

 

Lucio y Fernando, también victimas de la grieta
Lucio y Fernando, también victimas de la grieta

Lucio y Fernando, también victimas de la grieta

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